1. La solución final, también conocida como "solución final de la cuestión judía" (en la
terminología nazi, en alemán, Endlösung der Judenfrage),1
es el nombre del plan de
los nazis para llevar a cabo el genocidio sistemático de la población judía europea durante
laSegunda Guerra Mundial.2
Se trata de un hecho para muchos entonces "inmencionable" (y
por lo tanto generalmente inmencionado), sólo después de la Segunda Guerra Mundial se
conocerá la "solución final" como el Holocausto o Shoah al proceso que involucró
ladeportación sistemática y exterminio de toda persona que clasificada como "judía" por los
nazis (independientemente de la religión que profesara o no la misma).3
La expresión
"solución final" fue empleada por Adolf Eichmann, funcionario nazi a cargo de la primera
instancia del asesinato en masa, a la que él denominó "reinstalación".
En septiembre de 1919, Adolf Hitler escribió su primer documento político, en el que señalaba
que la «cuestión judía» debía ser resuelta a través de la remoción total de los judíos
de Europa, la cual debería llevarse a cabo no de forma emocional, mediantepogromos o
métodos similares, sino con base a una eficiente planificación. Para Hitler, «el tema judío era
la cuestión esencial del nazismo».5
La segregación y persecución de la judeidad europea fue llevada a cabo en varias
etapas.6 Después de que los nazis llegaran al poder a través del "Putsch de Röhm" , en el
verano de 1934, el racismo impuesto por los nazis acabó en legislación antisemita, con las
"Leyes de Núremberg" aprobadas el 15 de septiembre de 1935 que negaban la ciudadanía del
Reich a los judíos alemanes, y con una "ley para la protección de la sangre", prohibiendo todo
matrimonio mixto entre judíos alemanes y alemanes no judíos;7
viéndose poco a poco
despojados de todos sus derechos como ciudadanos.8
Boicots, “arianización” y los pogromos
del 9 de noviembre de 1938, conocidos como la “Noche de los cristales rotos“ (Kristallnacht),
cuando 30.000 judíos fueron deportados en masa7
a los campos de
concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau.8
Con la política del terror se pretendía acelerar el proceso de emigración de los judíos. Se
segregó y aisló sistemáticamente a los judíos del resto de la sociedad alemana, luego también
se los forzó a salir de Alemania.7
Seguidamente de la invasión alemana a Polonia en 1939 (el inicio de la Segunda Guerra
Mundial), la política antisemita perpetró un detallado plan para concentrar y luego aniquilar a
los judíos europeos.6
Primero crearon guetos en el Gobierno General (un territorio en Polonia
central y oriental, en el cual los alemanes crearon un gobierno alemán) y el Warthegau (una
zona de Polonia occidental anexada a Alemania). Los judíos de Polonia y de Europa
occidental fueron deportados a esos guetos.
Después de que los alemanes invadieran la Unión Soviética en 1941,
los Einsatzgruppen empezaron operaciones de matanza dirigidas a comunidades enteras de
judíos.6
Esta fue la primera vez que se utilizó el exterminio masivo y organizado como un
método para resolver "la cuestión judía".5
2. Las SS pronto organizaron los métodos de los equipos móviles -
predominantemente fusilamientos o camiones de gas, llamados “camiones-fantasma”,8 usados
ya en 1940 para exterminar a los enfermos mentales de determinados hospitales psiquiátricos.
Pero los consideraron como "ineficientes" y psicológicamente "difíciles" para los "ejecutantes"
(o, dicho sin eufemismos, perpetradores de los asesinatos en cuestión).
Durante los años en que los teóricos del nazismo prepararon la irresistible ascensión
de Adolf Hitler, se fue perfilando una idea que pronto tendría amplia aceptación en las
masas más fanáticas del pueblo alemán: la idea de que los judíos pertenecían a una
raza inferior que debía ser extirpada de la faz de la tierra.
El 30 de enero de 1939, fecha en que se celebraba el sexto aniversario de la ascensión
del Führer al poder, éste proclamó ante el Parlamento la siguiente profecía: "Si el
judaísmo internacional (..) consigue comprometer a las naciones en otra guerra, el
resultado no será un mundo bolchevique ni tampoco significará una victoria para el
judaísmo; será el fin de los judíos en Europa".
Desde que las leyes de Nuremberg habían decretado discriminaciones de todo tipo
contra los judíos de Alemania, el 15 de septiembre de 1935, éstos se vieron poco a
poco despojados de todos sus derechos como ciudadanos, tanto en la escuela y en el
trabajo, como en las sinagogas y en la calle.
"Así como la seta no puede penetrar en la madera hasta que ésta no se ha podrido, así
el judío pudo introducirse a escondidas entre el pueblo alemán y traer el desastre sólo
cuando la nación alemana, debilitada por la pérdida de sangre en la Guerra de los
Treinta Años, empezó a pudrirse por dentro", había dicho el juez supremo del Partido,
Walter Buch, facultado para ocuparse de los casos de corrupción y de calumnia dentro
del partido nacionalsocialista.
Buch había escrito que las manos eran libres cuando se desencadenó el paroxismo de
la persecución antisemita en la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, conocida
como la famosa "noche de cristal". A partir de esta fecha, el Gobierno nazi se entregó
a un inmenso progrom en toda Alemania y empezaron las deportaciones en masa a
Sachsenhausen, Buchewald y Dachau.
Adolf Hitler y sus colaboradores meditaron una solución más radical y definitiva sobre
el "problema judío", y ya en junio de 1941 Reinhard Heydrich expresó a los
comandantes de los grupos especiales que operaban en los países ocupados
(Einsatzgruppen) que el judaísmo en el este fue la fuente del bolchevismo y en
adelante tiene que ser destruido de acuerdo con los deseos del Führer.
Empezarían entonces las matanzas sistemáticas de judíos, incluidos millares de niños,
en los países del este. Fue en la primavera de 1941 cuando, en los documentos y en
3. las cartas, empezó a surgir la fórmula "solución final", que significaba exactamente la
aniquilación sistemática del pueblo judío.
Reinhard Heydrich dictaba también las órdenes de cómo debían ser tratados los judíos
seleccionados para el trabajo forzoso: "formados en columnas de trabajo, los judíos
válidos, los hombres a un lado y las mujeres a otro, serán trasladados a las zonas del
este para construir carreteras. No hace falta decir que una gran parte de esta gente
será eliminada de manera natural por su debilidad física".
Rudolf Höss cuenta en sus memorias que en el verano de 1941 fue recibido
personalmente por Himmler y que éste le dijo: "El Führer ha dado la orden de proceder
a la solución final del problema judío. Nosotros, los SS, somos los encargados de llevar
a cabo esta orden. A usted le incumbe esta tarea dura y penosa". Le exhortó,
asimismo, a guardar silencio incluso ante sus superiores.
Con el fin de facilitar la muerte de millares de seres humanos, la RSHA organizó al
principio los llamados camiones-fantasma, usados ya en 1940 para exterminar a los
enfermos mentales de determinados hospitales psiquiátricos.
Se trataba de una especie de furgonetas totalmente cerradas que, al ponerse en
marcha, desprendían monóxido de carbono en su interior. Estos Special-Wagen
(coches especiales) sirvieron para asesinar a millares de judíos deportados del campo
de Chelmno, cerca de Lodz; pero también fueron utilizados para exterminar a
detenidos de otros campos que ya no eran considerados útiles para el trabajo.
Según cuenta Höss en sus memorias, pronto se consideró que esta medida era
demasiado cara y que no rendía lo suficiente. Después de una inspección
en Treblinka, Eichmann consideró que había que encontrar un nuevo método de
destrucción, más asequible y más barato.
Así se pensó en el gas Cyclon B, un ácido prúsico que prepararían industrialmente los
laboratorios IG-Farben. El primercampo donde se utilizó este gas mortal fue Belzec, en
el distinto de Lublin. Le seguirían Birkenau, Treblinka, Sobibor y Maïdanek. La "solución
final" era ya un hecho.
La conferencia de Wansee, celebrada el 20 de enero de 1942, planificó la aceleración
de la solución final del "problema judío" en Europa. En el proceso de Jerusalén, en
1961, Eichmann confesó que durante esta conferencia se estudiaron con rigor los
mejores métodos para exterminar a todo el pueblo judío que vivía en Europa.
De este modo, entre 1941 y 1944 perecieron seis millones de judíos. La solución final,
se llevó a cabo con cálculo y premeditación, con todo tipo de medios técnicos y
científicos y con la indiscutible complicidad de la gran industria alemana. Todos ellos
participaron en la mayor matanza de toda la historia de la humanidad.
El 21 de marzo de 1933, Heinrich Himmler mandó una circular a todos los jefes de
policía en la que anunciaba la apertura del campo de Dachau, a favor de la pacificación
4. nacional y según el deseo de la población.
Poco después sería inaugurado el de Sachsenhausen.
En un principio, Dachau, situado en Baviera y no muy lejos de Munich, estaba
destinado a los detenidos del sur de Alemania, mientras que los del este y noroeste
eran enviados al de Sachsenhausen. Más tarde, con el envío masivo de deportados de
los países ocupados, ya no se respetaría esta clasificación.