El capataz de la hacienda del doctor lo llamó a las 3 de la madrugada para avisarle que su loro recién comprado había muerto después de comer carne podrida de unos caballos que se habían agotado tratando de apagar un incendio en la casa del doctor causado por una vela durante el velorio de la madre del doctor, a quien el capataz había baleado por error al creer que era un ladrón.