En el nuevo ecosistema informativo se están produciendo cambios profundos. Los medios sociales están modificando la forma de interactuar, presentar las ideas e información y juzgar la calidad de los contenidos y contribuciones. En los últimos años han surgido cientos de plataformas que permiten compartir libremente todo tipo de información y conectarnos a través de redes. Ello produce un reposicionamiento de todos los elementos que contribuyen a todo el proceso de investigación, por ello este entorno digital en expansión donde se producen nuevas interacciones científicas impulsa cambios en los criterios para medir el impacto de la investigación y erudición; de modo que es importante disponer de un método para el seguimiento del impacto de cualquier publicación en estos nuevos medios de comunicación. La transición hacia la Ciencia Abierta no sólo requiere inversiones en infraestructuras y mejorar las capacidades, sino también un cambio cultural en la forma en que se realiza y se recompensa la investigación. La Ciencia Abierta, tal como la define Foster Open Science, es la práctica de la ciencia de tal manera que otros puedan colaborar y contribuir, donde los datos de la investigación, las notas de laboratorio y otros procesos de investigación estén disponibles gratuitamente, bajo términos que permiten la reutilización, redistribución y reproducción de la investigación y sus datos y métodos subyacentes.