2. Éraseuna vez un fantasma cuyo nombre era Don Federico, que vivía en una vieja fábrica de libros. Sabía todo tipo de cosas sobre los humanos, le apasionaban sus historias, sus creencias, sus hechos, en general todos los hechos que dicen haber pasado en los libros.
3. Aquel fantasma quería salir a ver el mundo, pero no podía porque aunque supiera cosas sobre humanos no sabía nada de fantasmas ni criaturas del submundo. Él sabía que era un fantasma, pero no le gustaban las ideas de los libros en que los fantasmas les hacen mal a los humanos, entonces él decidió ser bueno. ¡No hacía falta ser malo!
4. Pero un día dos niños muy traviesos entraron a la fábrica, porque los estaba persiguiendo la policía. Él, como anhelaba ser un humano, decidió acompañarlos fuera. El pobre señor Federico creía que esos dos muchachos eran buenos, pero no. Le engañaron.
5. Al ver que esos dos niños se portaron fatal con él decidió que Barcelona no era el mejor lugar para una buena persona, ya que había mucha delincuencia. Entonces decidió darle una buena lección a aquella ciudad.
6. Su primera aparición fue en el Foot Locker, y quiso robar unas bambas. Pero su intento fue fallido, ya que al intentar robarlas, la dependienta le atizó con una escoba. El fantasma, asustado y sorprendido de que le hubieran agredido con una escoba, pensó en no robar, si no en asustar.
7. Intentó asustar a unos niños que jugaban en el parque. Su intento otra vez fue en balde, ya que los niños creyeron que era de goma. Empezaron a estirar su poco musculoso cuerpo. Cuando el viejo fantasma inexperto les intentó gritar, los niños con sus palitas le echaron arena en la boca, el fantasma repugnado por el sabor de la arena, que tenía cierto aroma a pipí de gato pensó que no era un buen sitio donde asustar.
8. Probó de ir a la montaña, había una pareja de turistas, se escondió en una cueva para que cuando los turistas ingleses pasarán por delante asustarlos. Los turistas pasaron por delante de la cueva pero la pareja extrañada en vez de asustarse se rieron porque pensaban que era una especie de broma, el hombre para hacer un poco de gracia se quiso hacer una foto con él, la manera en la que se hizo la foto fue graciosa y humillante a la vez, ya que le quiso meter los dedos en la nariz. El fantasma abochornado por esa situación gritó para que al menos se sorprendieran, pero lo único que hizo fue empeorarlo todo, el fantasma al fin pudo ver esa cara de susto que quería se sorprendió, pero de tanta sorpresa y gusto que le dio verlo no se lo creía, ya que no se asustaron de él si no de un oso al que Don Federico había despertado con los gritos, la joven pareja salió corriendo pero el fantasma ya no podía hacer ni eso, después de todo lo que le había pasado, el oso lo zarandeó como quiso. Este decidió volver a su vieja fábrica de libros a descansar en paz allí ya que nadie le podía molestar, su rutina, los personajes de los libros, ya que no le podían decir nada. Y esta es la historia de Don Federico el viejo fantasma inexperto.