1. VARGAS LLOSA KEITH RICHARDS HUNTER S. THOMPSON JARAMILLO AGUDELO CHAPARRO MADIEDO
#
1
2
periódicodelibros
ISSN: 2011-6128
LECTURAS CRÍTICAS
CHARLES FOURIER
PEDRO JUAN GUTIÉRREZ
IRVINE WELSH
CHUCK PALAHNIUK
YASUTAKA TSUTSUI
HENRY MILLER CRUELES
PLACERES
ANNE SEXTON
VLADIMIR NABOKOV
WILLIAM BURROUGHS
3. Última
Periódico de Libros presenta aquí un breve
panoráma bibliográfico alrededor de los usos
y abusos del placer, visto someramente desde
algunos ensayos y novelas que dan cuenta
de la eterna sed del hombre contemporáneo
y de sus inacabables batallas existenciales:
desde los afectos condenables de la pederastía,
el hedonismo metafísico llevado hasta
los límites de la caída, los paraísos artificiales
o el tórrido paisaje de ciudades devastadas
por el desenfreno y la desesperanza.
Dossier
CRUELES PLACERES
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
Ilustraciones: Franz von Bayros
3
4. Jerarquía de Cornudos
Charles Fourier.
Colección Los brazos de Lucas
Ed. Premia,
México 1981.
La infidelidad, ese placer
subversivo
Por Fabián Muñoz Para comprender Jerarquía
de Cornudos, un texto que es
solo humorístico aparentemen-
S
te, se debe de recordar el resto
in marido no hay cor- de su obra y su manera
nudo, o cornuda en su de ver el mundo.
caso, esa sería la pre-
Leído con atención
misa fundamental para
por Víctor Hugo, revi-
comprender lo que concluiría
sado seguramente por
Charles Fourier ante el tema de
Karl Marx, sabemos
la infidelidad.
que Charles Fourier
Es simple, para Fourier, un fue un adversario de la
socialista francés del siglo XIX, industrialización, del
la estructura matrimonial o de liberalismo, de la civi-
pareja tradicional como la co- lización urbana y de la
nocemos aún hoy en día, es estructura familiar basada
parte del modelo capitalista de en el matrimonio y por supues-
la propiedad, entonces, esto ya to de la monogamia. La sátira es
es conclusión de quien escribe, una de las características en su
la infidelidad sería un acto de obra, algo que queda claro en Je-
transgresión a la propiedad pri- rarquía de Cornudos.
vada, ¿acaso debe de verse como
Así, para hacer realidad esa
un acto revolucionario?
manera de ver el mundo, Fou-
Como placer, la infidelidad rier propuso la creación de unas
da la oportunidad del gozo clan- unidades de producción que de-
destino, la sensación de romper nominó falansterios los cuales
la regla y disfrutar piel con piel, estaban basados en un coopera-
o lo que se tenga en planes, tivismo integral y autosuficiente,
con la otra o con el otro. Ahí, donde estaría permitida la libre
un tercero es la víctima que es búsqueda de las pasiones indi-
engañada o engañado en lo que viduales y de su desarrollo para
en su perspectiva debe de ser la lograr de esa manera un estado
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
relación de pareja, algunas veces de armonía.
el cornudo lo sabe, pero esa ya
A través de su obra, Fourier
es otra historia.
se muestra como un pensador
Así, Charles Fourier, nacido anticipado del socialismo liber-
en Besanzón un 7 de abril de tado, donde la crítica a la estruc-
1772, a quien se le conoce por tura tradicional de la familia o en
obras como Teoría de los cuatro su caso de la pareja es un tema
movimientos, Tratado de asocia- que desarrolla como parte de su
ción doméstica y agrícola y Las análisis contra el modelo
trompetas de Burón, entre otras, económico de la propiedad
abordó el tema de la infidelidad privada. En ese modelo de
en su libro Jerarquía de Cornu- estructura familiar, las res-
dos con ilustraciones de Franz tricciones morales basadas en
von Bayros. el cristianismo es una constan-
4
5. Lea también
Chester Brown ‘Paying For It’
http://www.periodicodelibros.com/2012/06/memorias-de-un-putanero.html
“
La postura de alguna manera hedonista mujer ha tenido intrigas amorosas
antes del matrimonio y no aporta
y libertaria de Fourier fue leída por autores al marido su virginidad”, enga-
ñándolo al hacerle saber que llegó
como Hebert Marcuse y André Bretón sin ser tocada por hombre alguna
hasta su tálamo nupcial, pasando
por “El cornudo en desgracia”,
te que Fourier rechaza y en gran descrito como “aquel sobre quien
medida lo refleja satíricamente la mujer adquirió tal dominio,
en Jerarquía de Cornudos. que ella no quiere ni siquiera
En ese mismo sentido, su admitirlo, no lo recibe en su in-
postura sobre la igualdad entre timidad sino raramente y evita
en hombre y la mujer, prefigu- mostrarse en público con él”,
rando lo que luego se le podría hasta ese cornudo definido
llamar feminismo, también es de como “filántropo o frater-
gran importancia. No es casual nal” ya que “considera a
que en Jerarquía de Cornudos, el los hombres como una
personaje que aquí se presenta familia de hermanos
como infiel es precisamente la entre quienes todos los
mujer, ya que dicha ‘novedad’, bienes deben ser co-
desde una perspectiva de su ma- munes. Alimenta ge-
nera de ver el mundo, sería un nerosamente una tanda
acto sin lugar a dudas liberador. de niños que, bajo su
nombre, son de sus ve-
Esta propuesta ideológica lle-
cinos y conciudadanos,
vó a que varios de sus seguidores
niños cuyos diferentes
establecieran incluso comuni-
padres la gente nombra;
dades intencionales como la Fa-
sus nombres están, por otra
lange Norteamericana en Nueva
parte, escritos en el rostro de
Jersey, así como La Reunión en
los niños. Esto no impide que
Texas, ambas en Estados Unidos
sienta por todos un mismo amor,
en la mitad del siglo XIX.
verdadero modelo de filantropía,
Su postura de alguna manera de fraternidad, de igualdad y de
hedonista y libertaria fue leída nudos de orden com-
virtudes repúblicanas”.
por autores como Hebert Mar- puesto”, éstos intercalados
con ilustraciones elaboradas por Con un lenguaje sencillo y di-
cuse como también por André
Franz von Bayros. Franz von Bayros nace en Zagreb, recto, con textos breves y contun-
Bretón en lo que concierne al
Croacia, el 28 de mayo de 1866, dentemente satíricos e hilarantes,
movimiento surrealista. En las 17 ilustraciones de
fue un artista austriaco, ilustrador Fourier nos comparte las diferen-
En la edición realizada por Franz von Bayros incluidas en
y pintor, destacado por su estilo tes formas de vivir la infidelidad,
Premia de Jerarquía de Cornu- esta edición, ornamentadas con
gráfico clasificado como de conocer y reconocer al que en
dos, dentro de la colección Los un estilo que bien puede estar in-
decadentista. Hizo una serie de su desconocimiento o ya resig-
brazos de Lucas, se incluye un fluenciado por el rococó, cuenta dibujos eróticos que representaba nado a su realidad ostenta dimi-
Introitus de A. Popof quien sen- con trazos finos e imágenes pro- la belleza terrenal en posiciones nutos cuernos o unos tremendos
tencia que el autor logra enume- vocadoras que describen en mu- comprometedoras. Una de
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
“cachos” en la frente que le impi-
rar, desplegar los diferentes tipos cho lo que satíricamente Fourier sus pinturas eróticas fue,
den cruzar de frente el marco de
de cornudos como una baraja de expresa en los textos de esta obra. “Erzählungen vom Toilettentisch”
Cuentos de la mesa del tocador, la puerta en cualquier hogar.
naipes, en este libro, los cornu- Escenas orgiásticas en algunos
que hizo que Franz Von Bayros La infidelidad, ese placer
dos presentados son ochenta de de los marcos ornamentales, así
se hiciera famoso. En 1911, la prohibido, sería finalmente para
los cuales los últimos cinco, son como momentos donde se apre-
policía de Múnich lo persiguió a Fourier, un alegre atentado en sus
mencionados, pero no descritos cia el amante dedicado a seducir causa de sus pinturas y lo obligó más diferentes formas, pero ade-
como los anteriores. a la infiel o unas religiosas dando a salir de Alemania. más es un amplio retrato social
Fourier divide a los ochenta placer a la engañadora, son algu-
de una realidad inocultablemen-
diferentes tipo de cornudos en nas de las imágenes que el ilustra-
te actual.
dos grandes grupos, cincuenta dor presenta para acompañar a
de ellos definidos como “Cla- los textos de Fourier.
Fabián Muñoz es poeta y perio-
ses de Cornudos, cornuditos y En sus textos, Charles Fourier dista. Autor mexicano, becario de
cornudazos”, y los otros treinta va del “Cornudo en ciernes o an- las pasantías México-Colombia en
restantes definidos como “Cor- ticipado”, el cual “es aquel cuya 2010.
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6. DOSSIER CRUELES PLACERES
Trópico de Cancer
Henry Miller
Fondo de Cultura Económica
298 páginas
México, 2010
Más sobre Henry Miller
http://www.henrymiller.info/bio/bio.html
Henry Miller en el
París de las
http://www.bopsecrets.org/rexroth/henrymiller.htm
http://www.katarsis-net.com.ar/downloads/henry.miller.-
.los.libros.de.mi.vida.pdf
H
enry Miller (1891-
1980) en su Opera
Prima, Trópico de
cáncer, nos instala
en ese París de los años 30. Pe-
utopías
riodo de Los años locos, el París nuevos animadores del mundo Por Celedonio Orjuela Duarte
de Modigliani, Picasso, Dalí, del arte, Monet, Matisse; Mon-
cuando era la capital mundial del drian, Picasso, Braque, Chagall,
arte. Allí concurrían los artistas Duchamp, De Chirico, Miró, damos en la misma corriente, libros, asunto que me cuesta creer
Magritte. Estas y otras propues- bebemos de la misma fuente, porque si miramos la cita inicial,
silenciados por el acoso de la Pri-
tas estéticas zafan las ataduras pero sin embargo, ¿cuántas veces no creo que corresponda a un es-
mera Guerra Mundial. Dice en o con que profundidad tenemos
Trópico: de la guerra y dan vuelo a lo que critor meramente anecdótico. Un
noción nosotros, los que escribi- escritor que estaba a tono con el
Entonces entendí por qué atrae serían las vanguardias, por sobre
mos, de la necesidad común? Si mundo, si leemos sus ensayos, sus
París a los torturados, a los alu- todo el surrealismo el cual aún no
escribir libros es restituir lo que reflexiones a la vida y a los libros.
cinados, a los grandes maniacos se termina de estudiar y ejercitar
nos hemos llevado del granero
del amor. Entendí por qué pue- en los artistas de hoy. En Miller Miller se dio cuenta que de-
des aquí, en pleno eje de la rueda, de la vida, de los hermanos y
están todos ellos y otra lista de bía estar en París por su tempe-
abrazar las teorías más fantásticas, afectos consignados en Los libros hermanas desconocidos, enton-
ramento de buscador de utopías.
más imposibles, sin que te parez- en mi vida, en él leemos une es- ces digo
En Trópico de cáncer está todo
can extrañas lo más mínimo; aquí tupendo ensayo sobre Cendrars, -¡Que haya más libros!-
es donde vuelves a leer los libros ese París bullente. No se acomo-
prolijo escritor que admiró en Miller barrunta el universo dó a lado de las luminarias; en
de tu juventud y los enigmas ad-
quieren significados nuevos, uno
todas sus facetas. En este libro desde la urbe, fue un cosmopoli- todo caso allí estuvo, el resultado
por cada cabello blanco. Caminas de retrospectiva del impacto que ta en el sentido en que lo conci- final fue mayo del 68, una suer-
por las calles sabiendo que estás produjeron sus lecturas, da buena bió Antístenes el fundador de la te de preludio, de anticipo, de lo
loco, poseído, porque es más que cuenta de que... Escuela Cínica, el universo como posible de las utopías.
evidente que esas caras frías, in- patria del hombre, sin embargo
Nadie sabe lo vasta que es esta Trópico de Cáncer es un canto
diferentes, son los rostros de tus ronda la idea en algunos críticos
carceleros. Aquí todos los límites multitud. Ningún artista ha lle- a la libertad, Miller era libertario
gado jamás a toda la gran masa quienes consideran que Miller no a la manera de Thoreau como
se desvanecen y el mundo se ma-
doliente de la humanidad. Na- pasó de la mera anécdota en sus homenaje le hizo una presenta-
nifiesta como el matadero demen-
“
cial que es. La noria se extiende ción al libro La Desobediencia
hasta el infinito, las compuertas Civil: dice Miller La ideología
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
están cerradas herméticamente, la política de Thoreau queda per-
lógica corre desenfrenada con su ¿Te has tirado alguna vez a fectamente al descubierto en to-
cuchilla ensangrentada y fulgu- das sus obras, en general, y en los
rante. El aire es frío y está para- una mujer que se hubiera cuatro ensayos ahora agrupados
lizado, el lenguaje es apocalíptico.
No hay indicación de salida en
afeitado el chocho? en este volumen en particular.
Su talante radical-liberal -por
ninguna parte; no hay otra alter- Es repulsivo, ¿verdad? etiquetarlo de alguna manera, un
nativa que la muerte. Un callejón
sin salida en cuyo extremo hay un Y también divertido. hombre que como Thoreau re-
sulta inclasificable e irreductible
patíbulo. Cosa de locos. a fórmulas simplistas o etiquetas
Periodo de las grandes ex-
posiciones no solo de pintura
Ya no parece un chocho; empobrecedoras-, su talante li-
sino también escultura; cambios es como una almeja bertario y a un tiempo solidario,
resulta de una extraordinaria ac-
profundos en la concepción del
arte dramático, algunos de los
muerta o algo así… tualidad. Antiimperialista, en el
6
7. CRUELES PLACERES DOSSIER
Si nos volvemos hacia una realidad más grande, es una mujer quien
nos tendrá que enseñar el camino. La hegemonía del macho ha
llegado a su fin. Ha perdido contacto con la tierra.
Henry Miller
Henry Miller junto a
Lawrence Durrel
apogeo del imperialismo
norteamericano de la pri-
mera mitad del siglo
Miller expresa su liber-
tad mediante un yo exis-
tencial, una suerte de clo-
chard que habla casi en off
al lector o a Boris su espía
y testigo y unos cuantos
personajes más que pue-
blan esa atmósfera parisina
que transcurre en mundos
grises, desesperanzados,
ausentes de heroísmo, in-
gredientes que fue dando
la modernidad de la metrópoli. Garramuño, estudioso de la obra es introspectiva, expresionista y hartura, pero sin resentimiento;
Esta manera de escribir novelas, de Miller; sus cuentos y novelas sensorial, esa atmósfera de per- por eso decíamos que la escritura
con los componentes antes ano- circundan de alguna manera esas dedores, como los personajes de de Miller, son más bien las pesa-
tados es el nacimiento en lo que atmósferas Millerianas. No es ne- Dostoievski. Paseamos junto a das atmósferas de la presencia del
después dio en llamarse Realismo cesario abundar sobre el carácter Henry Miller por recuadros de hombre en la metrópoli y esas
sucio, etiquetas que vienen de la machista de las escenas sexuales un París esquizofrénico, instan- pequeñas vilezas menudas de las
academia, forma taxonómica de de Miller, sobre el hecho de que táneas existenciales de un gringo que hablara Cortázar otro emi-
clasificar el espíritu, quizá para trata a las mujeres como objetos errante en atmósferas bohemias y grante que llega a París en plena
que no perdamos el rumbo. o que lo suyo se convierte, no en ambientes sórdidos, tan convin- madurez del surrealismo y otras
Ese Yo de Miller no juzga ni literatura realista, sino en una es- cente es la escritura de Miller que vanguardias. Por tal razón el escri-
analiza nada de lo que allí discu- pecie de sexo-ficción para los seres fue abrevadero para la generación tor de Miller es como el mismo lo
rre; lo muestra con minuciosidad humanos convencionales, para siguiente como Jack Kerouac, describe cuando habla de su gusto
absoluta. quienes llegar a la copulación con Charles Bukowski o William S. por cierta clase de lecturas:
una mujer requiere una serie de Burroughs. “No reverencio los libros por los
¿Te has tirado alguna vez a una
mujer que se hubiera afeitado el acercamientos, de ceremonias y Trópico de Cáncer es la vida de libros mismos. No coloco a los
chocho? Es repulsivo, ¿verdad? Y de ritos, generalmente largos y a un escritor, que vivía de la correc- escritores en ninguna catego-
también divertido. Cosa de lo- veces tediosos… ría especial ni privilegiada. Son
ción de textos, lo que le permitía como los demás hombres, ni me-
cos. Ya no parece un chocho; es Trópico de cáncer es un canto a ventilar lo que ocurriera alrededor
como una almeja muerta o algo jores ni peores. Explotan los do-
la libertad desde el ahora, desde la una suerte de médium que fluye a nes que se les han dado, así como
así…Cuando las miras vestidas,
duración de una vida. Con ese yo través de las sensaciones. Esas sen-
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
te imaginas todas clase de cosas; lo hacen todos los demás tipos
vital nos sumergimos en un París saciones le hacen pensar que París de seres humanos. Si los defien-
les confieres una individualidad,
que desde luego no tienen. Lo underground, como en un fresco es como una puta. Desde lejos pa- do de vez en cuando —como
que hay es una raja ahí, entre las suburbial de la Nueva York de su rece cautivadora, no puedes espe- clase— es porque creo que, por
piernas, y te excitas con ellas… origen y el París del hambre, en rar hasta tenerla en los brazos. Y lo menos en nuestra sociedad,
la mitad de las veces ni siquiera el que las putas de Miller también cinco minutos después te sientes nunca han alcanzado la jerarquía
la mira. Sabes que está ahí y lo son amigas, con ellas también se y la consideración que merecen.
vacío, asqueado de ti mismo. Te
único que piensas es en meterle va a conversar, Miller dice lo que Los grandes, en especial, casi
sientes burlado. Los personajes de siempre han sido tratados como
la baqueta dentro, es como si tu no se decía con toda la minucia, Miller no son racionales, o lo son
pene pensara por ti. chivos expiatorios”.
por allí corren ríos de semen en pero de una manera desprendi-
Sobre esta minuciosidad des- bacanales; vaginas que lucen sus da, en la medida en que se quiere
criptiva de los órganos sexuales formas en una orgía impúdica. estar por encima de la razón. Es
que bordean lo pornográfico, ar- Celedonio Orjuela Duarte es poe-
Sus personajes, a pesar de ese escritor-protagonista que es- ta, narrador y ensayista. Su novela
gumenta lo siguiente el escritor que están en el ruido de sus ca- cribe bajo presión, con lo básico, Dónde estará la melodía acaba de
colombiano Marco Tulio Aguilera lles, en la algarabía del tumulto, y describe al otro el que engulle ser reeditada por El Zahir Editorial.
7
8. Trilogía sucia de la Habana
Pedro Juan Gutiérrez
FAnagrama
330 páginas
Barcelona, 2010
C iudad de La Ha-
bana. 1990. Periódo
especial. Mientras los
personajes de la Trilogía sucia de
¡Asere qué volá!
La Habana van y vienen por las
callejas de una urbe ponzoñosa, Pedro Juan Gutiérrez reproduce con mordacidad y
un personaje muy parecido a Pe-
dro Juan Gutiérrez sobrevive ape-
humor el clima devastador de una Habana derruida
nas con las provisiones oficiales y hambrienta; se trata, como muchos han asegurado,
y el ron desastroso cuyo sabor le
recuerda el olor del kerozene, en de una suerte de Bukowsky caribeño en medio de la
una Cuba en la que –por fortuna–
petroleo es lo que no hay. Unos se
debacle económica y la promiscuidad atópica
ganan la vida por ahí, vacilando, del mundo moderno.
Por Juan Carlos González Franco
ras, el proxeneta, el vendedor, el
jugador y esteta sin reino, deam-
bula por las calles de una ciudad
de fábula –para el turismo di-
rigido– en la que el ritmo de la
desventura sabe al pan de cada
mañana. El sexo desenfrenado, la
búsqueda personal, la trampa, los
celos, la muerte, son aditamentos
de esta selección de cuentos que
parece conformar –en tres grupos
de narraciones breves– una sola y
Foto: Sven Creutzmann
homogenea historia, más parecida
a una autobiografía y novela per-
sonal que a una suma de relatos
viciados, como puede parecer a
la vista trunca de algunos lectores
dada la reiteración de tratamien-
tos y escenarios, en razón a sus
lugares y al tono picarezco de sus
singando, vendiendo mercancia, La suma de tres libros de cuentos sonas por habitación. Aprovecha diálogos y a una primera persona
llevando langostas y pescado ape- contenida en este libro, publicado su vida pasada como periodista que habla siempre en cubano,
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
nas fresco hacia cualquier par- por primera vez hacia 1995, para revelar algo de elocuencia entre las palabras ahogadas, los
te, recogiendo desperdicios. En es en verdad una crónica directa cada que deja de ser un cubano regionalismos y las frases hechas
y novelada, llena de un delirante más para pasar a ser un Bukowsky tras las cuales el aire de toda una
cada calle hay una brisa salina
realismo tan descarnado como del tercer mundo, un deshereda-
impregnada a su vez de males- cultura parece soplarnos en la cara
la época que relata, la Habana
tar, de impotencia, de necesidad. do y borracho que pervive y que su aliento a libertad, una libertad
de los noventa en los años de la
Pedro Juan –el personaje– narra transición cubana.
huele a insatisfecha utopía: Pedro escueta, en todo caso, en la que
sus cuitas entre tambores, rones y Juan Gutiérrez no toma parte en sigue viviendo aquel Pedro Juan
habanos, junto a jineteras de las lo que describe, más que como autor –aún a pesar de lo que pare-
que vive, a quienes se templa a un cronista abocado al exceso. cería demostrar este libro–, y de la
cada rato, fuma algo de hierba, se El régimen, la caída de la Unión que sus narraciones viven alimen-
evade del olor a podredumbre de Sovietica, el descuido de un go- tandose para provecho nuestro.
un viejo edificio de apartamen- bierno por el cual las letrinas de
tos ocupado por mucha gente y su casa hieden a revolución y a Juan Carlos Gonzalez Franco es
en el que viven diez o doce per- desidia. Pedro Juan, el periodista, artista plástico, gestor cultural y edi-
el conductor de camión de basu- tor de Periódico de Libros.
8
9. Pájaro speed
Rafael Chaparro Madiedo
Troppo editores
Barcelona, 2012
330 páginas
L Trip trip trip
as nuevas generaciones
que a principios de los
90 se acercaban a la
obra de Rafael Chapa-
rro Madiedo, crearon en torno
suyo una suerte de imaginario
Opio en las nubes, novela
urbano con el cual el concepto Por Ángel Camargo
de la nocturnidad y la errancia merecedora del Premio Nacional
adolescente iban de la mano de de Literatura en 1992, fue la
toda una subespecie musical y única obra narrativa publicada
literaria. Esta tribu kamikaze y por Chaparro Madiedo antes de
underground se empecinaba en su temprana muerte en 1995 a
crear sus afectos y su estilo de manos de un lupus. El pájaro
vida en razón a una desesperan- speed permaneció inédita hasta
za y una estética sincrética en la la presente publicación.
que convergían las culturas punk
y un nadaismo muy sui generis flujo de conciencia, la experimen-
embebido siempre de alcohol, tación con la forma de contar, las
pastillas para el sistema nervioso, palabras en desbandada, la figura
estridencias o sonidos depresivos femenina omnipresente –aquí
sonando a todas horas en el walk- Adriana Mariposa–, los lances
man y las tornamesas. Era una verticales, rápidos, sin sentido; la
especie de narrativa de nostalgias reiteración, el vodka untando el
“
y de abandonos compartidos. La corazón ‘al filo de la ciudad’, una
novela Opio en las nubes era la bi- Bogotá plagada de pasos sin rum-
bo y de canciones que el narra-
blia de este culto y los parques y Esta tribu se empecinaba en crear sus dor va trayendo a cuento mien-
andenes su iglesia.
De la novela de culto, queda- afectos y su estilo de vida en razón a una tras evita las comas o los puntos
para simular que en realidad está
ba tan solo un modo de vida, una
filosofía sin fondo, vacía y oscura,
desesperanza y una estética sincrética en pensando como piensan quienes
no tienen algo mejor qué hacer,
en la que, como ocurría con la fi- la que convergían las culturas punk y aparte de duvitar y dejarse llevar
gura de otro vate de la narrativa
colombiana para jovenes, Andrés un nadaismo muy sui generis, embebido por la bruma transversal de los
psicotrópicos y la marihuana.
Caicedo, lo único que pervivía siempre de alcohol, música y pastillas Pasamos de la prosa desbor-
era una pose furiosa y deshinibida
que tuvo más adeptos para enton- antidepresivas... dada a los saltos de párrafo que
simulan poemas o juegos del len-
ces de lo que en el país pudo tener
el fenómeno del boom latinoa- guaje y, una vez más, los íconos
vela, aderida a la realidad pero
mericano entre los universitarios de la cultura de los ochenta tratan
de forma subjetiva, íntima, sin
que aún seguían pensando en la de sacar a nuestro antihéroe de su
arabezcos conceptuales ni pureza
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
maga o en Juan Pablo Castel. Nos diatriba de saturday morning live,
narrativa.
quedabamos en ese entonces, a su en tanto un colibrí monocromá-
Entre Opio..., su única nove- tico abusa del ibid hasta la harte-
vez, con las secuelas sucias del la en vida, y este nuevo libro, El
realismo norteamericano, con dad. Finalmente, tenemos la sen-
pájaro speed y su banda de corazo- sación de haber pasado toda una
Carver, Bukovsky, los beat nicks, nes maleantes, inédita y recupera-
nos quedaba el lado menos litera- noche en la calle, desarrapados y
da ahora por Troppo editores de sucios, con una sonrisa socarrona
rio de la literatura. España, no parece haber mayor de ebrio que recien descubre que
La política sostenida por esa distancia. Aunque no se trate de aún sigue con vida, en medio de
facción adolescente era a todas una continuación o de una se- la repetición y la inutilidad, uff,
luces contestataría, de un primiti- gunda parte propiamente dicha, uff, ufff.
vismo a prueba de todo. No que- en ésta conviven los mismos pas-
ríamos codearnos con las obras tales desolados a la madrugada, el Ángel Camargo es lector y simpa-
seculares, más bien abogabamos amor juvenil estragado por pepas tizante de los Sex Pistols. Publicis-
por una desacralización de la no- y trago barato, los juegos con el ta de profesión.
9
10. Hombres salmonela en el planeta Porno
Yasutaka Tsutsui
Atalanta
Girona, 2010
182 páginas
Fantasías eróticas,
E entre la realidad y el deseo
n nuestro idioma, po-
demos encontrar a Ya-
sutaka Tsutsui (Osaka,
Japón, 1934) gracias a
las versiones que de su obra viene
recogiendo el sello Atalanta, en
donde el autor tiene una nove-
En occidente, el nombre deYasutaka Tsutsui quizás no
la, Paprika, y dos colecciones de resulte tan conocido como el de Haruki Murakami o
cuentos, Hombres salmonela en
el planeta Porno y Estoy desnudo, Banana Yoshimoto, pero lo cierto es que en Japón es uno
este último selección de sus me-
jores relatos hecha por el autor
de los autores contemporáneos más respetados. Varios de
especialmente para esta editorial sus libros, como Paprika o La chica que saltaba a través del
española.
A Tsutsui se le suele encasi-
tiempo, han sido adaptados al manga y al anime.
llar como un autor de ciencia
ficción, aún así esta clasificación
no le hace suficiente justicia en
Por Javier González Tapia
cuanto sus cuentos gozan de gran
versatilidad y se mueven también En “Hombres salmonela en “Pequeñas aves rojizas llamadas
dentro del terreno fantástico has- el planeta Porno”, cuento que ‘gorriones-pene’ poblaban el aire.
ta llegar a lo real. Sin embargo, da título al libro, se describe un Era un pájaro terriblemente obs-
es constante en su obra el tono planeta en el que todos los seres ceno cuya cabeza guardaba una
cómico, representado siempre Imágen del film Paprika vivos parecen tener actitudes, fi- gran semejanza con el miembro
por un narrador en primera per- (2006), dirigido por Satoshi Kon. sonomías y relaciones altamente viril”. Este paisaje, sin embargo,
sona, con un humor directo que y basado en la novela homónima sexuales, de ahí que sea denomi- les resulta útil a los científicos
no apela a sutilezas y que por ello de Yasutaka Tsutsui de 1993. nado por los seres humanos que para discutir sobre la teoría de la
puede llegar varias veces a lo vul- lo exploran como el planeta Por- evolución de Darwin y el psicoa-
gar. Otra constante es la presen- no. La historia comienza cuando nálisis. Si una de las característi-
cia de lo onírico, ya que, hasta una mujer, miembro del equipo cas de la evolución es la lucha por
en sus historias más realistas, los de investigación de la Tierra, que- la supervivencia, el que en una
personajes suelen tener experien- da embarazada accidentalmente cadena alimenticia un animal se
cias que se emparentan con los por una planta llamada El íncubo alimente de otro, en este planeta
sueños o las fantasías eróticas. de la viuda. Por esta razón, dos de lo que se da es una involución.
En una entrevista publicada sus colegas científicos, acompa- Los animales son en su totalidad
al final de la versión en español ñados de un hombre pervertido, herbívoros y al no haber entre
de Hombres salmonela en el tienen que realizar una trave- ellos una relación de cazador-ca-
planeta Porno, Tsutsui señala sía desde su campamento zado sus contactos son motivados
que su interés inicial en la hasta el emplazamiento de no por impulsos tanáticos, sino
los únicos seres inteligentes eróticos: “Y en cuanto a los ani-
#12 periódicodelibros LECTURAS CRÍTICAS
ciencia ficción se dio por-
que vio en este género la de ese planeta para aprender males de este planeta, el impulso
posibilidad de incluir cómo abortar a ese posible en- erótico se amplifica, puesto que
elementos oníricos que gendro. no tienen necesidad de mostrar-
ya habían sido explora- El paisaje de este planeta se agresivos ni con los individuos
dos por el surrealismo, a resulta por todas partes obs- heterogéneos ni con los homo-
su vez, el interés por ceno, sus dos soles, ubicados géneos. Por eso intentan copular
el surrealismo sur- uno al lado del otro, generan con individuos de ambos tipos”.
ge de las lecturas un fenómeno natural cono- En el planeta Porno, que para los
de psicoanalistas cido como “Tetas Doradas” y científicos resulta tan aberrante e
como Jung o las especies que lo habitan reci- involucionado, no existen tabúes,
Freud. ben nombres como “penerec- la cultura no ha impuesto censu-
to”, “hierbas acariciantes” o ra sobre la desnudez ni sobre el
“cortejador incansable” por sexo, las especies no luchan entre
sus características físicas: sí sino que, por el contrario, tie-
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11. Más información y descargas en
http://www.jali.or.jp/tti/en/index.htm
http://www.almabooks.com/excerpts/paprika.pdf
los trabajadores que se encuentran
en ese lugar, provocando en ellos
reacciones absurdas. “El peor con-
tacto posible”, cuento que recuer-
da a las novelas de ciencia ficción
de Fredric Brown, narra la histo-
ria de un ser humano que entabla
relaciones con un extraterrestre,
en las que priman las situaciones
absurdas y los malentendidos, y
que lo lleva al borde de la locu-
ra. “El último fumador” es una
parodia de una situación dema-
siado actual, en la cual gobiernos
de ideas “progresistas”, con el su-
puesto fin de beneficiar a una ma-
yoría, reprimen a las personas que
han tomado la decisión personal
de fumar cigarrillos hasta llevarlos
a su extinción. “Rumores sobre
mí” critica al voyerismo y la mor-
nen sexo unas con otras; de ahí “El sueño de la esposa del debido oponerse a sus deseos bosidad de los medios de comu-
que sea un planeta pacífico y, en pescador” (Tako to ama), xilografía sexuales con tal de destacarse nicación quienes, como sucede en
cierta forma, más evolucionado del género shunga de contenido como estudiante, pero, en vista de los realities, han llegado hasta el
que la tierra. erótico. Katsushika Hokusai hacia que no puede contener del todo punto de documentar la vida de
“El día de la pérdida”, por otra el año 1820. personas sin importancia con tal
sus deseos, ha debido encontrar
parte, es un cuento realista que maneras de darles salida: “En otra de captar mayores audiencias.
narra la historia de un hombre ocasión, al grito de ‘¡Perdón por Las historias de Yasutaka Tsut-
de veinticuatro años, quien tiene introducir mi pene de hierro!’, ya
programada una cita con una de
sui hacen críticas despiadadas de
que cuando estaba congestiona- la sociedad, se burlan de ella y
sus compañeras de trabajo en un
love hotel, un hotel destinado para do era como de acero candente, la parodian, de ahí el interés por
encuentros sexuales. El joven, abrió un gran agujero en la grue- lo cómico y, una vez más, por la
Isamu Warai, se destaca por ser sa piel de una enorme sandía que ciencia ficción: “Pocas formas
uno de los mejores empleados de acababa de comprar y se le quedó literarias permiten hacer una crí-
su empresa; aplicado, obediente el pito teñido de carmesí”. Varios tica tan rotunda a la civilización
y quien fuera también un exce- años de castidad hacen que, cuan- como la ciencia ficción. Ningún
lente estudiante, no ha perdido, do Warai está próximo a perder género puede criticar mejor lo pe-
sin embargo, aún su virginidad. su virginidad, no pueda pensar en ligrosa que ha resultado ser final-
El encuentro programado para otra cosa. Sin embargo, una vez
la noche afecta, entonces, su ru-
mente la tecnología”. Igualmente,
más debe contener sus impulsos los sueños le permiten acceder a
tina laboral. Durante el día Warai
no deja de pensar en cosas como sexuales durante todo un día, el una escritura libre de las imposi-
cuánto costará su cita, si debe o cual le parece eterno, ya que se ciones de la razón o de preocu-
no comprar condones, si sus cal- encuentra en un ambiente laboral paciones estéticas o morales.
zoncillos están demasiado sucios organizado, calculado, que no ad- Antes de iniciar su carrera como
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o cómo debe dar su primer beso. Estoy desnudo mite pensamientos ni distraccio- escritor, Tsutsui tuvo una amplia
Estas reflexiones hacen que ter- Yasutaka Tsutsui nes de este tipo. formación como actor de teatro
mine murmurando cosas y que Atalanta cómico, la cual ayudaría a formar
Producto de una gran imagi-
sus compañeros de trabajo las es- Girona, 2009 nación, los cuentos de Yasutaka su narrativa. Sus historias, repre-
cuchen: “A ti hoy te pasa algo. Te
pones a reír con una voz extraña,
198 páginas Tsutsui se mueven siempre en sentadas sobre todo por narrado-
luego hablas de la virginidad de direcciones imprevistas, lanzan- res que le hablan directamente al
no sé quien, más tarde montas un do dardos a la sociedad desde público, de forma desenfadada
follón con el dinero que se te ha diferentes puntos, poniendo de y hasta con un lenguaje grosero,
perdido. Y ahora vas y dices en relieve sus hipocresías y contra- son como espejos que distorsio-
voz alta: ‘Unos condones’”. dicciones. En “Maneras de morir” nan y ponen en escena toda la
Lo que se pone de presen- un oni, una especie de demonio farsa e hipocresía humana.
te en este cuento es la constante de las fábulas japonesas, irrumpe
represión de los deseos sexuales. en una oficina y empieza a matar Javier González Tapia es guionis-
Durante su juventud, Warai ha de forma sangrienta a cada uno de ta de comics.
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12. DOSSIER CRUELES PLACERES
Lolita
Vladimir Nabokov
Anagrama, Compactos
352 páginas
España, 2010
Humbert, mi cliente...
¿culpable?
Por Karla Sandomingo
¿
P
or qué un hombre de una menor. No había hecho el
pedófilo es capaz de ins- menor daño (…)”. Pero, ¿cómo
exigió irse si no le correspondía,
pirar sentimientos de perdonar al señor Humbert que
así que se casó cercado por las
empatía, dolor, tristeza afirma: “me proponía con la
circunstancias. Si no, tal vez hu-
y compasión? Me escandalizo, se- fuerza y resolución más fervien-
bieran vivido en santa paz y nada
ñoras y señores del jurado, cuando tes proteger la pureza de esa niña
hubiera sucedido más que el cui-
digo “pedófilo”, pero él mismo lo de doce años”, si también imagi-
dado de parte de Humbert a la
dice cuando todavía no llegamos naba, soñaba, gozaba, con la idea
pureza de la niña de doce años. Humbert y que
a las cincuenta páginas de su libe- de darles somníferos a ambas y
lo: “después de todo, tenía cierta gozar de la una sin traumatizarla, Cada renglón, cada línea va si no le corres-
experiencia en mi vida de pedero- y sin que se enterara la otra? Este llevando al lector, a ustedes, se- ponde debe irse
sis”; me escandalizo cuando digo hombre que estuvo en el mani- ñores y señoras del jurado, al antes de que ella
“compasión”, pero es que él dice: comio y que pudo controlar y agujero más profundo de sí mis- regrese; él se queda,
“Me sentía orgulloso de mí mis- manipular los diagnósticos de los mos: casi puedo escuchar su pe- se casa con ella para
mo. Había hurtado la miel de un doctores no pudo manipular a cho perturbado con cada página seguir cerca de su amada
espasmo sin perturbar la moral esta defensora, aunque también que avanza ante sus ojos y cava nena de doce años; la ahora
pienso que todo eso pude en ese pozo que es su pecho el esposa le dice que mandará a la
ser un invento, más profundo fervor que se pue- nena de doce años a una escue-
¿pero un inven- de sentir por un testimonio así, la con internado para que no los
to?, su confesión tal vez sin saber la huella que les moleste. Humbert quiere matar-
inmediatamente va dejando; no los juzgo. Esta- la, señores, señoras, literalmente.
después de ima- mos ante un narrador ácido, con Pero Humbert no se atreve. La
ginar esas cosas, un sarcasmo dulzón y tristísimo: esposa (y es una escena terrible)
“No, no iría tan “Ni siquiera soñaba la buena se- descubre que quiere a la maldi-
lejos”, lo vuelve ñora que una mañana, cuando ta nena de doce años… y luego,
humano, loco, enfer- un malestar estomacal (resultado ah… Humbert Humbert. El arte
mo de amor y ¿víctima? de mis intentos de mejorar sus al servicio del corazón. Y no pue-
salsas) me impidió acompañarla do decir más si usted es un jura-
Todos sabemos que después
a la iglesia, la engañé con una de do a quien le gusta –en el fondo,
de dos meses de estar en casa de
las tobilleras de Lolita.” sin poder confesarlo– la tortura
la señora Charlotte como inqui-
lino y descubrir que ahí vivía una Entonces, si hacemos resu- que logra el lenguaje, si goza de
men de su historia hasta una ter- las emociones bien dibujadas de
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nínfula –como él les dice a ciertas
niñas de poderes físicos sutiles y cera parte de su confesión, pode- los personajes que habitan en
visibles para pocos hombres, us- mos afirmar que Humbert llega esta historia, si le gustan los na-
a una casa como inquilino, por rradores en primera persona que
accidente; descubre, contempla sufren y aman y gozan.
y ama a una nena de doce años; Ahora hago mías sus palabras,
la señora quiere deshacerse de en su defensa:
la nena de doce años y la “Señores y señoras del jurado,
manda a un campamento; la mayoría de los delincuentes
la nena de doce años le sexuales que anhelan un contacto
tedes ya lo leyeron y, claro, tan planta un beso en los labios palpitante, suavemente plañidero,
azorados como yo-, y se casó con al señor Humbert antes de irse al pero no forzosamente copulativo,
esta señora para poder estar cer- campamento; la madre, antes de con una jovencita, son extranjeros
ca de la niña, amando en secre- llevar a la nena de doce años, le inocuos, inadaptados, pasivos,
to. Recordemos que la señora le confiesa en una carta su amor a tímidos, sólo piden a la comu-
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13. CRUELES PLACERES DOSSIER
plandeciendo al sol, con las puer- do a nada todavía. Mi calendario estar frente a un amor veinte años
tas abiertas como alas, con las se confunde. Debió de ser hacia menor y ser puro sin embargo, y
ruedas delanteras hundidas en las el 15 de agosto de 1947. No creo ser un escándalo, también, si lo
siemprevivas”, el accidente. Qué que pueda seguir. Corazón, cabe- recibieran en su corazón. Sólo us-
nidad que les permita observar
fatal e intempestivo. za, todo... Lolita, Lolita, Lolita, tedes en su fuero interno sabrían
su comportamiento inofensivo y
Lolita, Lolita, Lolita, Lolita, Loli- que podrían romperse, podrían
soi-disant aberrante, sus ínfimas, A mí me gustaría leerles todo
ta. Repítelo hasta llenar la página, perderse, podrían comenzar a
cálidas, húmedas manías priva- lo que he leído, los fragmentos
tipógrafo.” podrirse de a poco, olvidarse de sí
das de desviación sexual, sin que que más me convencen de que
mismos, dar la vida por ese amor.
la policía y la sociedad caiga so- él ha sido también víctima de Lolita. Lolita. Lolita, señores.
bre ellos. ¡No somos demonios esa pequeña niña, contárselas Vuelvan a leer, exoneren a este
Lolita. Alguien que escribe eso es
sexuales! ¡No violamos como los minuciosamente, contarles que hombre que todo hace para sal-
alguien que ama. No pueden juz-
buenos soldados! Somos caba- tuve dos lecturas, y que todavía varse, y, efectivamente, tal como
gar a un hombre que intentó es-
lleros tristes, suaves, con ojos de me sorprende cómo alguien, un él lo pide, pase lo que pase, no
capar de su propio deseo desde el
perro, con bastante demonio para hombre de 27 años, pueda quedar publiquen estas memorias hasta
punto inicial, aquel día que llenó
sofrenar nuestra ansiedad en pre- atrapado en los encantos de una que Lolita no esté viva.
de regalos a la niña; que nada hizo
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sencia de adultos, pero dispuestos niña de doce; lo sé, señoras, seño- después de meterle un somnífero Espero que tengan piedad y
a dar años y años de vida por una res, Humbert escandaliza con un a Lolita ya dormida en la cama puedan comprender lo que es un
sola oportunidad de tocar a una viaje infinito, el que hace con la de hotel. No pueden juzgar a un amor prohibido, entrar a ese te-
nínfula. Hay que descartarlo: no niña, como un rapto, de hotel en hombre que se ha perdido entre rreno en el que el alma se vuelve
somos asesinos. Los poetas nunca hotel, de ciudad en ciudad. Hum- las voces caprichosas de una niña insalvable, y puedan perdonar. Y
matan. Ah, mi pobre Charlotte, bert hace que los ojos se abran de que después lo abandonó y luego puedan perdonar.
no me odies en tu eterno cielo, espanto, pero también enternece, él quiso proteger aun después de Protesto a ustedes mis res-
entre una alquimia eterna de as- conmueve, y cómo no, si todo le su propia muerte. Vean su des- petos y mis más altas considera-
falto y goma y metal y piedra... cumple, si se le desgarra el alma, fondado amor, señores y señoras ciones, la abogada de Humbert
pero gracias a Dios, sin agua, sin si escribe cosas como ésta: del jurado, pueden vislumbrar ese Humbert.
agua.” “El cotidiano dolor de cabe- amor no más entrando a las pági-
¿El accidente? Díganme si no za en el aire opaco de esta tumba nas que han dejado testimonio
es el destino. ¿Quién sufre el ac- que es mi celda me perturba, pero del sufrimiento del señor Hum- Karla Sandomingo es narradora
cidente fatídico? Todos, estimado no debo perseverar. He escrito ya bert Humbert. Cualquiera de us- mexicana, gestora cultural. Premio
jurado, todos, “y allí estaba, res- más de cien páginas y no he llega- tedes, incluso yo misma, podrían Juan José Arreola de cuento.
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