1. En lo político era una Monarquía Absoluta Centralizada. Todo poder estaba encarnado en el
rey, todo hablaba de él y todo iba a parar a sus manos. La organización administrativa por su
parte, era de extrema complejidad. La sociedad se fundamenta en la desigualdad.
El rey y la corte
El rey pretendía haber recibido su corona directamente de Dios: se decía que la monarquía era
de derecho divino. Por lo tanto, “no debía rendir cuentas más que a Dios del ejercicio del
poder supremo”. Su autoridad no podía ser intervenida ni limitada por nadie sobre la tierra.
Esto es lo que se denomina Monarquía Absoluta.
Entre las muchas atribuciones que tenía, figuraba la de gastar a su gusto el dinero del Estado,
declarar la guerra y hacer la paz cuándo y cómo le pareciera bien.
Además podía decidir a su antojo sobre los bienes de sus súbditos y sobre su libertad. Por una
disposición llamada Real Orden podía hacer encerrar a quién le pareciese -sin sentencia- en
una prisión del Estado, tal como la Bastilla en París.
Pretendía, asimismo, mandar hasta en el pensamiento de sus súbditos: ningún libro ni
periódico podía publicarse sin la autorización de la censura.
Dorado Versalles
El soberano vivía en el Palacio de Versalles, a unos 20 Km. de París, la capital. Los reyes de la
dinastía de los Borbones habían construido este palacio como un monumento a su gloria y
poderío. Durante más de un siglo, sucesivos monarcas le añadieron salas, galerías,
departamentos y salones, terrazas y patios, convirtiéndolo en admiración de Europa.
En torno a los edificios principales se extendían espacios de césped cortados por senderos de
piedrecillas redondeadas y avenidas con árboles majestuosos. Había fuentes y surtidores por
doquier.
En 1642, Luis XIV (el “Rey del Sol”) había trasladado su corte a Versalles, convirtiendo el
palacio en la Prisión Dorada de la nobleza. Como el Rey Sol les quitó el poder, los nobles vivían
de las rentas del tesoro real y de sus propiedades. Y mientras ellos se pasaban horas en sus
ceremonias cortesanas, intrigas, escándalos y juegos, Luis gobernaba como un déspota,
ayudado tan solo por un Consejo de Estado.
Sus sucesores, en cambio, carecieron de tesón y voluntad, y no dispusieron de ministros de
finanzas capacitados. Si Luis XIV murió detestado, entonces fue un amable don nadie que
murió despreciado, y el nieto del Rey Sol, Luis XVI, que le sucedió en el trono en 1774, fue el
último y más flojo de los borbones déspotas.
En Versalles el rey se rodeaba de una corte brillante y numerosa, compuesta de unas 17 o 18
mil personas. Cuatro mil agregados al servicio personal del monarca formaban la casa del rey.
La casa militar, formada por los guardias personales, gendarmes y guardias suizos,
comprendían nueve mil hombres. Cada miembro de la familia real tenía también su casa.
2. El lujo de esta corte era desenfrenado. Las cuadras del rey contenían unos 1900 caballos y sus
gastos eran desorbitados. El despilfarro era formidable. Los cortesanos, además, se hacían dar
pensiones o regalos.
El gobierno
Para dirigir los negocios del Estado el rey escogía los ministros, que sólo dependían de él y a
quienes destituía a su antojo. Pero mientras estaban en el poder, éstos eran todopoderosos.
Constituían el cerebro del reino.
En las provincias el rey estaba representado por funcionarios llamados intendentes, que
tenían poderes casi ilimitados. Escogidos entre los burgueses y sabiendo que su fortuna no
dependía más que de la voluntad del soberano, eran dóciles agentes de su autoridad y, por lo
tanto, detestados por el pueblo. A través de ellos se hacía sentir el poder del rey en todo el
país. De ahí que Francia fuese una monarquía centralizada.
Falta de unidad
A pesar de esta centralización, Francia no constituía una monarquía unificada. Las provincias
formadas originalmente otros tantos estados distintos que, anexados poco a poco por los
reyes, habían conservado sus instituciones particulares.
Los pesos y medidas, por ejemplo, variaban de nombre y valor de una provincia a otra. Los
franceses de la zona del sur eran juzgados según las reglas del Derecho Romano, mientras que
el norte era sujeta al Derecho Consuetudinario (la costumbre). “Se cambiaba de leyes -decía el
filósofo francés Voltaire- al cambiar de caballos de posta”. Existían casi trescientas costumbres
distintas, es decir, trescientos códigos diferentes.
El régimen del impuesto y de aduanas eran tan poco uniformes como los demás. Mientras que
trece provincias dejaban circular libremente las mercancías entre ellas, las otras diecinueve,
llamadas extranjeras, tenían cada una sus aduanas, donde se percibían derechos de entrada
sobre todo producto procedente de la provincia vecina.
La justicia
La organización judicial era parcialmente complicada. Los Tribunales Ordinarios eran los
presidiales. Sobre ellos estaban los Trece Parlamentos, de una importancia muy desigual: sólo
el Parlamento de París tenía bajo su jurisdicción más de la tercera parte del reino.
Pero además había muchos otros tribunales, tales como el tribunal de Bailiaje, el de la Iglesia y
el de los Señores: en los pueblos, el juez del señor era el que castigaba los pequeños delitos,
tales como injurias, golpes, borracheras, escándalos, etc.
La aplicación de las leyes conservaba una ferocidad medieval. Cazar en las tierras de un noble,
por ejemplo, podía llevar al culpable a remar en las galeras de por vida. Un acusado se suponía
siempre culpable. El tormento, aplicado para arrancar la confesión de un delito, se había
abolido en 1780, pero seguía utilizándose antes de ejecutar la sentencia de un condenado.
La sal del deber
3. Los impuestos eran la carga más intolerable para el pueblo. Existían impuestos directos, siendo
la talla (contribución territorial) el principal; e indirectos, como la gabela (monopolio de la
venta de la sal), y las ayudas.
La talla la pagaban los plebeyos, burgueses, campesinos y obreros. Los nobles y el clero -ambas
clases sociales de altas rentas- estaban exentas.
En promedio, los impuestos directos exigían a los no privilegiados la entrega de más del 50%
de sus rentas.
Los impuestos indirectos daban lugar a odiosos abusos. El peor de todos era la gabela, que
obligaba a toda persona mayor de siete años a comprar por lo menos siete libras de sal al año.
Esta era la sal del deber. No comprarla era un delito, aunque se estuviese en la miseria.
Esta sal del deber podía emplearse exclusivamente en la mesa: servirse de ella para
“salazones”, era un delito castigado con una severa multa. El contrabando también era
reprimido en forma drástica: más de 30.000 personas eran reducidas a prisión cada año y más
de quinientas eran condenadas a la pena de muerte o a galeras por contrabando de sal.
24 millones de pobres
Como ya insinuamos, la organización de la sociedad tenía por principio la desigualdad, al igual
que en la edad media. Los franceses estaban divididos en tres clases: el clero, la nobleza y el
estado llano, siendo las dos primeras las privilegiadas.
Francia tenía en aquella época cerca de 25 millones de habitantes. El clero y la nobleza
contaban con unos 130 a 140 mil personas cada uno, o sea, casi 270 mil privilegiados, a los que
hay que agregar un número igual de burgueses provistos de oficios reales y que, por
consiguiente, gozaban de importantes exenciones.
El total de la población francesa se componía, entonces, de unos 600 mil privilegiados y más de
24 millones de no privilegiados.
El clero
El primer orden del estado, el clero, disponía de una enorme fortuna. Sus propiedades
ocupaban la cuarta parte del territorio francés.
A las rentas de estas tierras, se añadía el impuesto del diezmo, exigido a los campesinos sobre
todos los productos agrícolas, y después los derechos feudales, que pagaban los habitantes de
las tierras de la iglesia.
El clero, exento del impuesto de talla, sólo pagaba al rey impuestos especiales de montos
mínimos. Pero la mayor parte de las rentas llegaban a las manos del alto clero, obispos y
abades, que vivían en la corte. Este alto clero era reclutado casi exclusivamente en la nobleza.
El bajo clero, por el contrario -curas o vicarios-, se reclutaba en el estado llano y a menudo era
pobre e ignorante. Mientras que la renta del curato la recibía algún cortesano, el cura que
prestaba el servicio solo recibía lo que se llamaba la porción congrua, y aún estas no se pagaba
completa.
4. Ocio, lujo y abuso
La nobleza tenía privilegios reales, como exención de tallas, derecho a percibir de los
campesinos ciertos impuestos llamados derechos feudales, y privilegios honoríficos, como
cargos de corte, mandos en el ejército, embajadas, etc.
Al igual que el clero, se dividían en gran nobleza o nobleza de corte y pequeña nobleza de
provincia.
La gran nobleza vivía en Versalles, alrededor del rey, en medio de la ociosidad y de un lujo
impresionante. Poseía inmensos territorios que, por el solo hecho de permanecer sin cultivar,
no les rentaban casi nada. Para sostener su rango, se veía obligada a solicitar la generosidad
real, las sinecuras, (empleos de muy poco trabajo) de grandes beneficios, y las pensiones. De
ahí el apego a la nobleza de la corte al antiguo régimen y a sus abusos, de los que ella se
aprovechaba. En general los 100 mil nobles de provincia tenían un poco fortuna y sus apuros
económicos eran serios.
En la nobleza también había personas ilustradas. Muchos nobles eran partidarios de las ideas
de libertad e igualdad.
El Estado Llano
La gran masa de la nación, la formaba el Estado Llano, el que se dividía en tres clases distintas:
burgueses, artesanos y campesinos (o paisanos).
La burguesía comprendía todos los que no trabajaban con sus manos, como profesores,
médicos y abogados; gente de ley, como notarios, escribanos, procuradores, etc.; empleados
de
administración y, por último, comerciantes e industriales.
Esta clase se había enriquecido mucho durante el siglo XVIII, por ello, había podido prestar al
rey grandes sumas de dinero. También se encargaba de los grandes trabajos públicos y, por
ende, se veía afectada directamente por los desórdenes de la hacienda, los pagos irregulares y
las amenazas de quiebra. Los burgueses, entonces, deseaban una transformación política que
les permitiera vigilar e intervenir en los gastos del Estado.
Propiciaban también una reforma social que los hiciera iguales a los nobles.
A fines del siglo XVIII los artesanos, es decir, todos los que -patrones u obreros- vivían de un
oficio manual, no sumaban más de dos millones, establecidos en su mayoría en las ciudades.
Un alto porcentaje de ellos estaba agrupado en corporaciones y sometido a complicados
reglamentos. Los obreros eran casi todos pobres, puesto que los salarios eran en extremo
bajos.
En 1789 Francia era un pueblo de campesinos, no existiendo más que un millón, poco más o
menos, de siervos. La mayor parte de los campesinos eran colonos o jornaleros, es decir,
obreros agrícolas. Muchos eran ya propietarios, pero estaban obligados a pagar al señor de la
provincia derechos feudales tales como un censo o impuesto en dinero, otro censo en especies
5. sobre las cosechas y, por último, otro impuesto por el uso obligatorio del molino, del horno y
del lagar señorial. Los derechos feudales daban lugar a múltiples vejaciones y abusos hacia el
pueblo, que los odiaba.
Una vez pagados los impuestos reales, los diezmos y derechos feudales, al campesino no le
quedaba más que la quinta parte de la renta de su trabajo. Esta era la situación en 1789.
Millares de mendigos hambrientos vagabundeaban por Francia. En París, que contaba con 650
mil habitantes, había mas de 119 mil indigentes: un ejército dispuesto al motín.
El arzobispo de Nancy, pronunciando el sermón de la misa de apertura de los Estados
Generales, el 4 de mayo de 1789, decía, dirigiéndose a Luis XVI que dormitaba sobre su trono:
“Señor, el pueblo sobre el cual reinas ha dado pruebas inequívocas de su paciencia. Es un
pueblo mártir, al que parece no habérsele dejado la vida más que para hacerle sufrir más largo
tiempo”.
LA REVOLUCIÓN FRANCESA: SU GESTACIÓN
Francia en el siglo XVIII, era un país básicamente rural (de los 26 millones de habitantes con
que contaba entonces, 20 eran campesinos). Las masas campesinas vivían en la miseria, al
tiempo que la nobleza se mostraba absolutamente contraria a contribuir al déficit del estado.
Ahora bien, en esta sociedad, y a lo largo del siglo XVII, el comercio, las industrias y las finanzas
habían ido ocupando una posición cada vez más importante en la economía nacional. La
burguesía tenía en sus manos el poder económico y, como grupo social, consideraba que debía
establecerse una armonía entre la ley y los hechos. En definitiva deseaba acabar con los
privilegios nobiliarios.
En 1787, tras el fracaso de los grandes ministros reformadores, Turgot y Necker, y ante la
apurada situación de la hacienda francesa, el rey convocó una asamblea de notables con la
esperanza de ganarse su apoyo en vísperas de la revolución, reclamó de la aristocracia su
colaboración financiera mediante un impuesto que debería pagarse sobre el producto de todas
las tierras, pero los notables se mostraron rebeldes. Este hecho se denomina la “revuelta de
los privilegiados”. Pero, al retirar su apoyo a la monarquía, los nobles abrieron las puertas a la
Revolución.
La ideología de la burguesía en ascenso
El advenimiento de la razón no llegó sino en el siglo XVII. Estalló con Pascal y especialmente
con Descartes: “pienso, luego existo”. Ellos reconocieron en la razón la señal de la eminente
dignidad del hombre y, como la razón se justifica por sus obras, la filosofía y la ciencia se
desarrollaron solidariamente como lo habían hecho en el mundo griego. Descartes y los
cartesianos (Spinoza, Malebranche, Leibniz) recrearon su idealismo moderno sobre bases
racionales; Kepler, Galileo, Pascal, etc., establecieron las leyes cuantitativas que rigen el
desarrollo de los fenómenos; Newton descubrió la gravitación universal y terminó por
transformar el Universo en una inmensa mecánica.
La razón llegó a ser tan importante y prestigiada que triunfó exclusivamente durante el “siglo
de las luces”: razón “crítica” que se esforzó en destruir todas las supersticiones y los prejuicios;
6. razón “dogmática” que construyó grandes sistemas filosóficos o sociales; razón “práctica” que,
asociada a la experiencia o a la observación, permitió a la ciencia hacer nuevos y grandes
progresos: físicos, químicos, astronómicos, etc. El reconocimiento de la razón que dio una
nueva dignidad al hombre. El hombre de nuestro tiempo, nació en el siglo XVIII, en la medida
que se le considere, como provisto de derechos “naturales” y fundamentales establecidos por
la razón.
Muchos pensadores contribuyeron a precisar estos conceptos:
Locke: “el hombre por naturaleza es racional, como tal es libre, pero para ejercer la
libertad, debe tener dominio de los medios, es decir, propiedad personal.
Voltaire: “la verdad es la medida de la razón. Lo decisivo es que la razón se convierta
en la medida de aquello que es históricamente posible.” (cartas filosóficas). Criticaba
las instituciones. Exigía la tolerancia religiosa, la inviolabilidad de la persona, las
libertades de palabra y de prensa.
Montesquieu: en 1748 publicó “el espíritu de las leyes”, ahí expone su teoría de la
División de los Poderes del Estado, lo que significaba restringir el poder del rey en
beneficio de la burguesía.
Rousseau: “todos los hombres deben ser libres e iguales ante la ley”. (Contrato Social
ante la ley).
Diderot y D'Alambert: “con la razón por guía y la duda metódica como arma, luchaban
por un destino mejor para la sociedad, donde reinaran la libertad, la igualdad y la
fraternidad”.
Estos filósofos pertenecían a la burguesía, de tal manera que estos derechos naturales
reconocidos al hombre, eran los mismos que correspondían a las mayores aspiraciones e
intereses de los burgueses: derecho a la libertad, entre ellos a la libertad de producir y
comerciar (dejad hacer, dejad pasar) y a la libertad cívica.
Los filósofos usaron el arma de la crítica racional para declarar que la libertad es el bien y la
restricción es el mal. Criticaron los derechos señoriales, el sistema legal, los hábitos de
gobierno, la base económica de la sociedad. Defendían la propiedad privada que consideraba
legítima, pues era fruto de la inteligencia y el trabajo
7. Revolución Francesa
1-¿Cuándo empezó y cuándo finalizó el período conocido como “Revolución Francesa”?
La Revolución Francesa empezó en el año 1789 y finalizó en el año1815. Se toman dichas para
determinar este período ya que en el año 1788 se produce una etapa pre-revolucionaria que
luego, el 14 de julio de 1789 se lo toma como fecha simbólica de comienzo de la revolución
porque se dio a conocer la toma de la Bastilla (cárcel para personas de gran jerarquía). Por otro
lado, se toma como fecha de finalización el año 1815 debido a que coincide con la caída de
Napoleón Bonaparte y posteriormente, el establecimiento de la monarquía absoluta pero de
carácter poco desarrollado y más limitada.
2-¿Qué acontecimientos “desencadenaron” la Revolución Francesa?
Los acontecimientos que desencadenaron la revolución son varios. Dentro de los más
importantes podríamos mencionar que la corona Francesa estaba arruinada ya que habían
presentes una serie de descontentos dentro de las clases sociales altas y a su vez, la corona
ayuda monetariamente a Estados Unidos para que dicho país pueda independizarse puesto
que creían que de esta forma debilitarían a su principal enemigo, es decir, Inglaterra. Este
dinero prestado a los Estados Unidos fue devuelto tardíamente porque EE UU primero tenía
que restablecer su economía.
Por otro lado hay que hacer hincapié en el fracaso de la convocatoria de estados generales que
no se reunían desde hace mucho tiempo. Este fracaso se dio a que los estados generales
pretendían que las elecciones fueran por cabeza, es decir, que cada individuo votase ya que de
esta forma iban a tener igualdad de derechos ante la ley, y no por estamentos como pretendía
la corona.
Además, toda esta situación se veía agrabada por un ciclo de malas cosechas, lo cual provoca
que el estado no disponga de dinero suficiente. Por lo tanto el rey absolutista Luis XVI,
perteneciente a la dinastía de los Borbones, decide implementar una serie de impuestos sobre
las propiedades territoriales a la sociedad, incluidos los nobles que estaban exentos de pagar
impuestos desde mucho tiempo atrás, para afrontar este ciclo de malas cosechas como
también los gastos que originaba el mantenimiento del estado absolutista, la gran cantidad de
funcionarios, el ejército permanente, las frecuentes guerras exteriores y a la corte que vivía
una vida rodeada de lujos.
Dados estos acontecimientos, los nobles decidieron reunirse en el Parlamento de París para
enfrentar al rey Luis XVI.
Posteriormente a esto, se produjo algo que los nobles nunca hubiesen pensado, reaccionaron
los feudales y la revolución pasó a ser una “revolución de carácter burguesa”.
3-¿Por qué la Sociedad Estamental es un modelo político, económico y social en crisis?
El modelo de la Sociedad Estamental es un modelo en crisis porque: conserva ciertos aspectos
del orden feudal que generan diferencias abismales (sociales y económicas) entre el primer y
8. segundo estamento con respecto al tercero. El primer estamento está formado por la Nobleza.
El segundo estamento es el Clero y el tercer estamento es llamado tercer estado (burgueses,
campesinos, trabajadores urbanos, etc.) en esta sociedad se le da todo el poder al monarca.
Los estamentos altos no pagan impuestos, son los propietarios de las tierras (también es un
resto del orden feudal) pero sí cobran impuestos. Entonces toda la presión recae sobre el
tercer estado, que con sus impuestos y tributos mantienen un estamento con privilegios, que
no produce nada y no paga impuestos. La ley era desigual. El Rey ejercía el poder judicial, que
aplicaba la ley en diferentes formas según la clase a la que pertenecía el acusado. Hay una
concentración de poder político en una sola clase que promueve la desigualdad de derechos
de la población.
4-¿Cuál es el modelo político, económico y social que la revolución propone para
reemplazarlo?
El modelo propuesto para reemplazarlo es el “liberalismo”. Dicho modelo plantea desde el
aspecto económico, que tiene que haber una cierta libertad económica, es decir, el estado no
debe intervenir en la economía. Esto es la oposición a lo propuesto por el mercantilismo.
El orden se establece por el juego de la oferta y la demanda (si un producto es solicitado sube
el precio y favorese su elaboración), el trabajador elige libremente su trabajo, el contrato de
trabajo es libre entre obreros y patrones, el papel del estado se reduce a defender la libertad
de una actividad económica autónoma de cualquier regulación política, toda barrera artificial
que dificulte las leyes del mercado debe ser abolida, se postula el incremento del comercio
internacional, se considera de suma importancia la acumulación de capital (beneficia a la
sociedad).
Desde el aspecto político el liberalismo propone la libertad del individuo garantizada ante
cualquier abuso, la limitación de las facultades de los reyes mediante constituciones para
hacer posible la división de poderes (el rey reina pero no gobierna), los ciudadanos deben
tener la posibilidad de agruparse en partido políticos para hacer sus peticiones a la corona,
autonomías provinciales y municipales para impedir la concentración de poder, derecho de las
personas de intervenir en el estado, destrucción del antiguo régimen, renovación periódica de
gobernantes, lograr el bienestar común.
El aspecto social propone la abolición de la esclavitud, sufragio popular (que todos tengan
derecho a votar, elegir y a ser elegidos), derecho de propiedad , igualdad ante la ley, igualdad
de oportunidades de educación, declaración de los derechos del hombre, tolerancia religiosa,
libertad de expresión, eliminación de privilegios, pago proporcional de tributos, es decir, de
acuerdo a lo que puede pagar cada persona según sus ingresos, etc.
5-¿Todos los grupos revolucionarios están de acuerdo con los objetivos y metodología que
hay que utilizar para implementarlos? Justifica.
No todos los revolucionarios estaban de acuerdo. Aunque coincidían en la derrocación de la
monarquía absoluta, tenían intereses económicos particulares. Es por ello que cuando los
burgueses asumieron en el gobierno, esas diferencias comenzaron a notarse.
9. En un principio todos los burgueses se pusieron de acuerdo en realizar una serie de cambios.
Estos pueden ser la supresión de los privilegios de la nobleza, la eliminación de los tributos que
los siervos debían entregarles a la nobleza, se declaró la igualdad de los derechos de los
hombres, el libre comercio, el derecho sobre la propiedad privada y se dejó establecido que la
soberanía residía en el pueblo.
A pesar de estos cambios acordados, los burgueses de mayor poder económico , llamados
girondinos, decidieron negociar con la nobleza y la monarquía ya que temían que los sectores
de clase social baja les sacaran los privilegios que ellos mismos les habían sacado a los nobles.
Des eta forma, propusieron que los pobres fueran excluidos en los derechos de voto.
Al presenciar esta situación, los burgueses de menor poder económico, llamados jacobinos,
eliminaron totalmente la monarquía y construyeron una República demócrata en la todos los
ciudadanos tuvieran derecho a participar de las elecciones.
6-¿Por qué se dice que la Revolución Francesa fue un proceso de avances y retrocesos?
Se dice que es un proceso de avances y retrocesos porque si bien las ideas revolucionarias
alcanzaron una dimensión espacial nunca imaginadas, en Francia no terminaron de definir un
modelo político, ni se terminó de abolir la monarquía absoluta, ya que después de los
conflictos entre girondinos y jacobinos durante los cuales se sucedieron la monarquía
parlamentaría y la República, con la derrota de Napoleón en 1825 vuelve la monarquía
absoluta.
Dentro de los avances podríamos mencionar que querían implementar la igualdad ante la ley,
el derecho de la propiedad privada, pretendían terminar con los privilegios de la nobleza,
establecer el libre comercio, la libertad de expresión, etc.
Dentro de los retrocesos cabe destacar lo antes mencionado sobre Napoléon, es decir, al ser
derrotado este, resurge el absolutismo monárquico.
7-¿Por qué a partir de 1820 se inició un nuevo ciclo revolucionario?
A partir de 1820 surge un nuevo período revolucionario porque se intentó abolir
definitivamente la monarquía absoluta nuevamente instaurada luego de la derrota de
Napoleón. Los burgueses de Francia no aceptaban perder las ventajas que habían obtenido
durante la Revolución Francesa y en otros países europeos comienzan a luchar por el
establecimiento de los principios de libertad e igualdad ante la ley. En esta época toda la
burguesía lucho unida contra el absolutismo. El objetivo de las revoluciones de 1820, 1830 y
1848 fue lograr el establecimiento de la monarquía constitucional y asegurar el
funcionamiento de parlamentos. Las revoluciones de 1830 significaron la derrota del
absolutismo en muchos países europeos, pero la clase gobernante era la burguesía de mayor
poder económico, que establecieron un sufragio restringido a gente de cierto nivel de
alfabetización y poder económico. La revolución de 1848 se dio en Francia y estuvo
relacionada con los resultados de la revolución de 1830. Los gobiernos establecidos favorecían
a la burguesía alta, y negaban derechos a la clase baja. El descontento se agravó con una crisis
económico que provocó la suba de precios en los alimentos de los trabajadores. El hambre
10. generalizada hizo que por primera vez los trabajadores tuvieran demandas diferentes a las de
la burguesía.
8-¿Qué similitudes y diferencias encuentras con la llamada “gloriosa Revolución” en
Inglaterra?
Las similitudes podrían ser que ambas revoluciones se desencadenan porque la corona
pretende cobrar nuevos impuestos a la sociedad, a su vez, tenían los mismos objetivos,
centrados en el reemplazo del antiguo régimen, es decir, la monarquía absoluta caracterizada
por el poder absoluto presente en el rey ya que a este se lo otorgó Dios para que lo ejerza
sobre el pueblo, por la monarquía constitucional, caracterizada por el sufragio universal, la
división de poder, la formación de un parlamento, etc.
Las diferencias podrían ser que en Inglaterra, además de haber enfrentamientos políticos,
surgen enfrentamientos religiosos dados por el cambio de una dinastía protestante a otra
católica, los sectores burgueses participaban más en el poder político en Inglaterra, es decir,
tenían una mayor influencia en el estado que en Francia, Inglaterra sufre antes la revolución
que Francia (100 años de diferencia aproximadamente),en Inglaterra la revolución no tuvo
retrocesos pero solamente se produce dentro del país, que a diferencia de Francia, la
revolución tiene avances y retrocesos y la misma se expande por toda Europa.
9- La “burguesía liberal” a lo largo del siglo XIX ha tenido una posición ambivalente. ¿Qué
objetivos persiguió mientras fue revolucionaria? ¿Qué objetivos se propuso cuando se
transformó en conservadora? ¿Qué es ser revolucionario? ¿Qué es ser conservador?
Los objetivos de la burguesía liberal mientras fue revolucionaria fueron la instauración de
monarquías constitucionales o repúblicas y el funcionamiento de un Parlamento, para hacer
valer la igualdad de derechos ante la ley, asegurar la división de poderes, establecer el sufragio
universal.
Los objetivos mientras fue conservadora fueron tratar de conservar los privilegios, siguiendo
con la idea del sufragio restringido para cumplir dicho propósito, resistiendo a las fuerzas que
ejercían las masas populares.
Revolucionario significa un grupo de personas que pretende cambiar un régimen anterior por
otro nuevo o reformarlo ya que dicho régimen anterior no funciona correctamente.
Conservador significa un grupo de personas que busca proteger ciertas condiciones que los
favorecen