El documento define el turismo alternativo como viajes que permiten realizar actividades recreativas en contacto directo con la naturaleza y cultura locales, con el objetivo de conocer, respetar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales. Se divide en tres segmentos: ecoturismo, turismo de aventura y turismo rural, los cuales pueden incluir diversas actividades y en ocasiones requerir guías o equipos especializados.