El documento ofrece 10 sugerencias para prevenir el agotamiento, especialmente en el trabajo. Estas incluyen cuidar que la pasión no se convierta en obligación, evaluar honestamente la situación laboral y estar dispuesto a cambios, cuidar la salud y el descanso, aprender constantemente, ser innovador, manejar el estrés de manera saludable, mantener relaciones de apoyo, perdonar, y mantener la fe espiritual. La prevención es mejor que la intervención cuando ya se está agotado.
1. ¿Cómo prevenir el
agotamiento?
Artículo escrito por: Grace Thiessen
“Un gramo de prevención vale un kilo de
curación,” o como decimos en consejería, “La
prevención es mejor que la intervención.” La
prevención es impedir que suceda el agotamiento; mientras que la intervención es hacer, o
conseguir la ayuda cuando experimentas el agotamiento. La prevención es antes de que,
mientras que la intervención es durante y después de que ya estás agotado. Tener un estilo de
vida sano, te previene de enfermarte, mientras que el tomar medicamentos que te receten, es una
intervención para ayudarte a mejorar, porque ya te has enfermado.
El agotamiento es la pérdida de motivación, alegría y sentimiento de satisfacción por algo que
una vez era tu pasión. También es una prolongada sensación de extenuación y pérdida de
energía.
La forma más común de agotamiento que experimenta la mayoría de la gente, es el agotamiento
por el trabajo. Por tanto, el objetivo de este artículo, es ayudar a prevenir el agotamiento en esa
área. Sin embargo, estos consejos también pueden aplicarse en otras áreas de la vida donde se
necesiten.
Prevenciones sugeridas
1. Cuida que tu pasión no se convierta en una obligación. La pasión es hacer algo que
disfrutas y te emociona, porque ves la necesidad y tu corazón te llama a hacerlo. Es tu decisión
el hacerlo. La obligación es hacer algo que se te pide y esperan que hagas, ya sea que te
apasione hacerlo o no. Esto no es hablar de ciertas obligaciones que tenemos que realizar por
ejemplo, como padres; sino perder la alegría y el entusiasmo por un trabajo que te gusta hacer.
2. Evalúa tu situación honestamente, y prepárate para hacer cambios si es necesario.
Pregúntate a ti mismo, que es lo que realmente te apasiona, por qué haces este trabajo, cuáles son
tus metas, cuáles son tus prioridades, qué cambios necesitas hacer y cómo hacer esos cambios,
¿puedes manejar esto tú mismo, o necesitas ayuda?, ¿puedes tomarte un tiempo libre, y por
cuánto tiempo puedes hacerlo? Estas preguntas te ayudarán a hacer una evaluación.
2. 3. Cuida de ti mismo siempre. Practica un estilo de vida sano. Come una dieta sana. Ejercítate
regularmente. Diviértete con tus amigos y familiares. Ten un buen descanso por las noches. No
satures tu horario, a fin de que puedas disponer de tiempo cuando se presenten las emergencias.
4. Cuida tus mañanas. Esto comienza con una buena noche de descanso. Prepara todo desde la
noche anterior, para que no te agobien las prisas en las mañanas. La forma en que te sientas por
la mañana, puede afectar todo tu día. Aprende a descansar y programa sabiamente tu día.
5. No dejes de aprender y hazlo parte de tu día. El agotamiento puede ocurrir cuando nos
sentimos estancados. Tocamos el fondo del barril y estamos al final de la cuerda. Hemos
agotado los conocimientos que tenemos y nos estamos quedando sin ideas. Sé siempre un
aprendiz a través de la lectura de libros, asiste a seminarios y conferencias, escuchando a buenos
oradores, aprendiendo de los demás (aún de un niño), regresando a la escuela, haciendo
preguntas o integrando a personas de recursos que te enseñen en el área que necesites ayuda o
con un nuevo proyecto. Recuerda, no podemos dar lo que no tenemos.
6. Sé innovador. Ser innovador, no significa que tengas que cambiar todo por completo y
comenzar de nuevo (aunque en algunos casos, podrías necesitar hacerlo). Esto implica adaptar
nuevas técnicas, mejorar, añadir o aún eliminar lo que parece que ya no funciona, especialmente
cuando comienzas a sentirte aburrido de hacer las mismas cosas una y otra vez, sin obtener los
resultados que deseas. No te estanques con las formas tradicionales de hacer las cosas. Por otra
parte, tampoco te apresures a abandonarlas. Sé sabio.
7. Aprende a aliviar el estrés. El estrés es inevitable. Puede suceder en cualquier momento, en
cualquier parte y a cualquier persona. Puede deberse a relaciones tensas o rotas, enfermedad,
carencia de finanzas y recursos, incapacidad para hacer lo que necesitas hacer y muchas otras
causas. No podemos escapar del estrés, así que asegúrate de aprender a manejarlo. Cuidado con
el estrés persistente (que es un estrés continuo día con día), porque te puede llevar fácilmente al
agotamiento. Localiza la fuente de tu estrés y trabaja en ello.
8. Mantén relaciones sanas. Necesitas un buen grupo de apoyo. Puede ser tu familia,
miembros de la iglesia, amigos y compañeros de trabajo. Mantén una comunicación abierta y
comparte con ellos tus frustraciones, decepciones, alegrías, victorias y preocupaciones. (Ver
Hebreos 10:23-25).
9. Mantén un espíritu perdonador. El corazón endurecido de un hombre, realmente lo puede
sobrecargar. Si guardas rencor cuando alguien te ha ofendido, invitas al agotamiento. Muchas
cosas pueden salir mal si nuestro corazón no perdona. Así que practica diariamente el perdonar.
10. Mantén tu fervor espiritual. Pablo nos exhorta; “En lo que requiere diligencia, no
perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.” (Romanos 12:11). Prosigue a la meta
(Filipenses 3:14), despojándonos de todo peso y del pecado que nos asedia, pero perseverando y
poniendo nuestros ojos en Jesús (Hebreos 12:1-2), y orando sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17).
3. Esta lista no es definitiva, y puedes añadir la tuya propia basada en tu experiencia. Pon estos 10
puntos en práctica, solo recuerda mantener un horario balanceado, que tu cuerpo es el templo de
Dios y que eres responsable de cuidarlo, y busca primero el reino de Dios y todas estas cosas te
serán añadidas (Mateo 6:33).
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