En 1810, la población indígena en Buenos Aires había disminuido drásticamente debido a las muertes por la conquista y las enfermedades como la viruela y el sarampión. Aunque ya existían dos promociones de médicos graduados de la Escuela de Medicina de Buenos Aires, fundada en 1802. Para combatir las epidemias comunes en la época, el virrey nombró a Saturnino Segurola como comisario general de la vacuna, responsable de vacunar a toda la población aunque a la gente no le gustaban las inye