Este poema expresa el profundo amor entre Yesid y Norely. El poeta describe a Norely como la luz que ilumina su vida y el destello que ilumina su caminar. Su amor es una llama intensa que los guía en el largo camino que emprendieron juntos para alcanzar el infinito arcoíris del amor, con la certeza de que su amor vivirá para siempre porque Dios está en sus vidas.