Este documento presenta un perfil biográfico de Yessica Murillo Bejarano, una poeta y escritora colombiana. Actualmente es dueña de la revista literaria Medusa y publica sus escritos en un blog. El documento también incluye varios poemas de su autoría que exploran temas como la soledad, el amor y la identidad.
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Poemario. yessica murillo
1. YESSICA MURILLO BEJARANO
(Cartagena- Bolívar. 1993).
Hija de padres chocoanos.
Profesional en Lingüística y
Literatura, egresada de la
Universidad de Cartagena.
Estudiante de Producción de Medios
Audiovisuales en la Escuela Bellas
Artes y Ciencias de Bolívar.
Poeta y escritora de cuentos
eróticos participantes en eventos de
ámbito cultural.
Actualmente es dueña de la
REVISTA LITERATIA MEDUSA y sus
escritos son publicados en el blog:
(Medusamas.blogpost.com).
Y cuando bajé la cabeza
vi muerto al monstruo
de debajo de mi cama,
se había ahogado entre
mis colillas de Marlboro.
2. POEMARIO.
I
MAGIC.
Soy fiel creyente de las cicatrices, de los
cosmos en un sofá, del escapismo y los
cabellos extraños. Creo en corazones
cobardes y en los vecinos del ocaso, creo
en las estaciones de mi pueblo y respaldo
en vida y muerte a las madres y la
libertad.
Soy fiel creyente al proceso de buscar a
alguien que vuele, sin miedos pero
disfrutando cada estación para bajarnos si
sea a capturar momentos en el atardecer.
Que tenga alas rotas y le guste el caer al
mundo de cielos con colores. Que hable
mucha mierda de filosofía, y se enamore
de personajes de los libros.
Creo en los besos que son llamados por la
misma sangre, en los amigos y la
promiscuidad, en el más bonito detalle
con letras que tatúan. Creo en los
diccionarios del pecado y la fascinación de
los tres reyes magos marcados en sus
tetas.
Creo en la pasión, en quemar cuerpos y
follar mentes, en las mentiras, y las
sonrisas que hacen que cuelgues de una
punta. De las chicas que estallan cabezas
y los chicos narcóticos de amor y buenos
centímetros. En las cenizas y la poesía.
Soy creyente a los gatos en celo, a los
bares dementes, a las muertes justas y el
desamor, en desnudar a la soledad en
diferentes camas, creo en el peso de la
confianza que hace caer las pupilas en los
ojos tristes, en el adiós y el hasta pronto.
En un dolor como buen amante, en las
ganas de nada, en intentar y el derribarse,
creo en la rama de la felicidad y la música.
Pero por sobre todos los infinitos en los
que he qué podido estar sumergida, creo
en el infinito infierno de no ser nada, sin la
magia.
II
DESDE AQUÍ.
He mentido tantas veces, que dudo de
mis verdades.
He huido con los ojos cerrados y me he
odiado con los ojos abiertos.
Agarro pedacitos de pasado que me han
ensuciado las manos y he escrito tantas
veces de mi vida que ya no me
reconozco.
He querido tanto que me he olvidado y
me he olvidado tanto que he dejado de
quererme.
Me he visto morir tantas veces sin poder
resucitar.
He perdido el rumbo y se me inundan los
ojos cuando rió.
He sangrado, he llovido, he cortado mis
alas y las he convertido en espinas.
He sido derrotada a conciencia por mí
misma.
Pero también me han levantado la cabeza
hacia el cielo y podido conocer otros
mundos tratando de salvar el mío.
Me han recorrido los límites de esta
ciudad y me he quedado a vivir en tu
pecho… más de lo que dura una canción.
3. Y que a pesar de mí, sigues ahí cuando
abro los ojos.
III
EL LUGAR DEL AMOR.
Donde escribirte es mi forma de visitarte.
Donde la sombra de lo que espero es
verdad que no vendrá.
Donde fumo en silencio dentro del
silencio.
Un lugar lleno de memorias, de relojes, de
lámparas que se apagan.
Un lugar donde la noche no da miedo
porque nunca amanece.
Un lugar donde se puede llorar y a veces
cantar.
Un lugar sin salidas, con pisos de flores y
cielos rojos con formas de besos.
Un lugar al viento donde la muerte ríe y la
vida llora.
Un lugar donde no tienes nombre, un
lugar donde no existes.
IV
DIBUJO CON TIZA.
Me despierto y de inmediato mi boca
saborea la nicotina, mis ojos juegan con la
niebla y la luz roja de mi habitación se
convierte en el fondo de mis
interminables deseos.
MI cuerpo bajo la ducha se llena de
pequeñas sales dentro de cada gota de
agua: soledad, orgullo, castidad, cada una
diciéndome que todo necesita
reemplazarse, que existe la necesidad de
no esperar, de no existir, de doler y que te
duela, de mentir, de darse el trago
amargo de la verdad, de volar y
evaporarse.
Los monstruos que me persiguen tienen
formas de memorias por la noche, son
ellos los que se asustan habitando en mis
delirios, son como pequeñas lavas
encerradas en las lámparas de mis pupilas
y cuando se deslizan por mí cuerpo, los
ojos se me ponen rojos, se me resecan los
labios y mi mente expulsa
representaciones imaginarias de un ser
que ama violenta y defectuosamente a
una sombra.
El no pertenecer a nada me hace
permanecer en mí, sumergirme en mis
maniáticas fantasías de irme sin conocer
el camino de vuelta, de no querer ver el
segundero dar vueltas en la pared, de
escuchar las risas y los llantos de las
ventanas que siempre me vigilan, de
aceptar mi amor por la venganza y
ponerles nombres a todos mis vacíos, de
acariciar a mi gato, de extraerme las
venas y morir.
V
HAGAMOS UN TRATO.
4. Veo que tus labios se mueven pero no
puedo escuchar lo que dices, que tus ojos
no brillan si de mirarme se trata y echarte
de menos en donde tú creíste estar de
más.
Maldito el día en que probé tus labios
ahora quien me quita ese sabor de la
sangre.
Y es qué desde que me levanto sola volví
a respirar oxigeno y no tu fragancia, y en
el fondo de mi misma, en los cigarros de
tus silencios y el humo de la noche, no se
nota el frio que esta quebrantando mis
huesos.
Ese, que hace quedarme quieta mientras
escucho el filo de tus palabras cortarme
cada lágrima en dos, escuchar las
manecillas del reloj como si quisieran salir
corriendo al verme de madrugada
tomándote en un café, suspirándote en
una foto o sintiéndote en mi almohada.
Hagamos un trato, sin que mi insomnio se
entere, tú finges querer volver y yo finjo
que no te espero.
VI
DE SALIDA.
Parece increíble como las mentiras hacen
más ruido que tu ausencia.
Que las falsas esperanzas me inunden el
corazón más que la lluvia.
Que por querer morir contigo, la bala se
incrusto en mi pecho sin encontrar orificio
de salida.
Que éramos versos de una poesía
incompleta, la historia de un libro exitoso
con esos finales donde ni la nada es el
comienzo de algo.
Que preferiste engañar a los labios con
los que te veía y a los ojos con los que te
hablaba a romperme cada hueso
haciéndote verdad.
Y ahora escribo poemas tristes, porque
no me queda más que cargarte en mi
espalda mientras me rompo el cuello
intentando ver cómo nos ponemos la
ropa la una a la otra, sabiendo que no
volveremos a desnudarnos.
VII
PORQUE LAS COSAS CAMBIAN.
Porque ahora prefiero dormir desnuda
entre tu piel.
Porque me hice adicta a las alturas desde
que vivo en tus pestañas.
Porque una espalda maullada es mi punto
de felicidad.
Porque mi cuerpo llovido y frío se adhiere
al tuyo lleno de mantas.
Porque eres tormenta sin ahogarme.
Porque te respiro al cuello para poder
coger aire.
Porque soy más sonrisa, más desnuda y
más libre que nunca.
Porque me deshago de los salvavidas de
tu boca hecha agua.
Porque sabes despertarme verticalmente
y dormirme del lado izquierdo de tu vida.
Porque quise cambiar mi cama por un
cojín azul y unas sábanas quemadas.
Porque vivimos de amor, de galletas y
poesía.
Porque quiero llenar tu cuerpo de heridas
y lamerlas.
Porque cuando te vas regresas a mí para
encontrarte.
Porque no me tienes miedo, y me
presentas a tus demonios.
5. Porque soplo y te haces realidad.
En medio del café te deslizo mis razones
sobre la mesa y mi boca se llena de
cenizas si no te beso.