2. ORACIÓN:
Esta es tu bendición financiera!
Glorioso Padre, generoso y amoroso Dios, te oro para que nos bendigas
abundantemente a mi familia y a mi. Sé que sabes que una familia es más que un
padre, madre, hermana, hermano, esposo y esposa, sino que familia somos todos
los que creemos y confiamos en ti. Padre, elevo esta plegaria rogando bendición
financiera no solo para la persona que me envió este correo, sino
para mí y para todos a los que recomienden esta Pagina Web. Y que el poder de
nuestras oraciones unidas para aquellos que creen y confían en ti, sea poderosa.
Te agradezco de antemano por tus bendiciones. Dios padre, libera a la persona
que está leyendo, en este momento y a aquellos que lo harán en el futuro
próximo, de sus deudas y sus lastres. Dame tu grandiosa sabiduría para ser un
buen administrador (a) por sobre todo lo que me has dado Padre, porque sé cuán
maravilloso y poderoso eres y como, si solo obedecemos y caminemos dentro de
tu palabra y tenemos la fe de una semilla de mostaza, derramarás de tus
bendiciones. Te doy gracias Señor por las recientes bendiciones que he recibido y
por aquellas que han de venir porque sé que no has terminado conmigo todavía.
Oro en tu nombre, Amén.
Que Dios Bendiga a toda tu familia y a Usted
Publicado por Carlos Félix
3.
4. COMPARTIR
En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa, para contarnos el caso
de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos
pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a
verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre.
La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió.
Cuando regresó le pregunté: qué había hecho con una de las dos raciones de arroz.
Me respondió: "Ellos también tienen hambre". Sabía que los vecinos de la puerta de al
lado, musulmanes, tenían hambre. Quedé más sorprendida de su preocupación por
los demás que por la acción en sí misma.
En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no
pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había
comido desde hacia varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás,
tenía el valor de compartir.
Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Yo
respondo: Cuando aprendamos a compartir". Cuanto más tenemos, menos damos.
Cuanto menos tenemos, más podemos dar.
Madre Teresa de Calcuta