Este documento trata sobre el diagnóstico socioeducativo aplicado al contexto socio-comunitario, incluyendo el diagnóstico del maltrato infantil, la detección de factores de riesgo e indicadores de maltrato, y los instrumentos y protocolos para evaluar situaciones de riesgo y maltrato infantil. También aborda la detección temprana del consumo de drogas en menores y la exploración diagnóstica de variables relevantes como factores de protección, historial familiar y de uso de sustancias.
3. La conveniencia de considerar las consecuencias como un elemento determinante para valorar una conducta como maltratante o no
4. El precisar el límite a partir del cuál una conducta puede ser considerada como maltrato
5. La conceptualización del maltrato infantil hace referencia a la mayor o menor importancia que se le debe conceder a los valores o normas culturales No obstante, parece existir cierto consenso en que los criterios para definir una situación como maltrato deben fundamentarse en las consecuencias sobre el niño en cuanto a daños producidos y necesidades no atendidas. El maltrato infantil se definiría entonces como la no satisfacción de las necesidades infantiles tanto en su dimensión de salud física y autonomía, como en su dimensión cognitiva, emocional y social Asimismo, tal como señala Ibáñez (2002) conviene tener en cuenta que el maltrato puede producirse de forma activa (agresión física, emocional) o pasiva (abandono físico, emocional, carencia de estimulaciones).
10. Relación coercitiva A partir del percentil 75 se considera la posibilidad de existencia de riesgo social por lo que se deben tomar medias preventivas. A partir del percentil 90, se entiende que hay una clara posibilidad de riesgo por lo que deben intervenir los servicios correspondientes. Dadas las repercusiones de los resultados del proceso diagnóstico en este tipo de situaciones, conviene asegurar al máximo la objetividad y exactitud en los datos recogidos. Por ello, coincidimos con Antequera (2006) al recomendar el empleo de la mayor cantidad de métodos posibles (entrevistas, observación, cuestionarios) desde los que explorar los indicadores anteriormente citados. Deben considerarse todas las personas implicadas (niños, padres o cuidadores, agresor) y agentes sociales (informes policiales, asistencia sanitaria, servicios sociales comunitarios, colegios, vecinos) así como abarcar el mayor número de áreas (distinguiendo los tipos de maltrato pues suelen tener distintos antecedentes y consecuentes). Además de la observación de indicadores anteriormente expuesta son frecuentes las entrevistas a la familia/cuidadores y al propio niño/adolescente.
11. La valoración de los padres suele centrarse en dos aspectos (Antequera, 2006) la diversidad de los factores de riesgo en relación al maltrato y las relaciones padres-hijos. Respecto a los antecedentes de malos tratos, la existencia de una situación familiar conflictiva y agresiva en la que pudieron aprenderse conductas de maltrato y faltar recursos para afrontar situaciones conflictivas constituye un factor de riesgo importante. Por otra parte, la entrevista con el niño es muy importante ya que, a falta de otras evidencias, su testimonio se convierte en el elemento fundamental del diagnóstico o, al menos, en la fuente de datos en torno a la que interpretar y valorar informaciones derivadas de otras fuentes Sin embargo, el testimonio puede verse comprometido por las propias características de los niños (imaginación, sugestibilidad, deseos de satisfacer con sus respuestas al entrevistador etc.). Como parte del rapport, el entrevistador puede partir de temas periféricos agradables para el niño -por ejemplo, a qué le gusta jugar ... - para aproximarse gradualmente a temas relacionados con la dinámica familiar. Estos prolegómenos le permitirán contrastar su nivel de comprensión y expresión verbal e incluso puede asegurar el grado en que distingue afirmaciones verdaderas de otras falsas, a través de sencillos juegos en los que insistir sobre la importancia de que cuente sólo la verdad sin que nadie espere que diga lo que no sabe o no ha visto o indique cuándo no entienda las preguntas. También conviene explicarle el motivo de tantas cuestiones y la posibilidad de interrumpir la entrevista cuando se encuentre cansado o no le apetezca hablar. Protocolo a seguir en caso de riesgo y maltrato infantil Finalmente, se expone el protocolo a seguir en casos de riesgo y maltrato infantil propuesto por el Observatorio de la Infancia (2006). Como puede apreciarse (Figura 12.9) se trata de un esquema de fases interdependientes que no necesariamente han de sucederse de forma lineal pero que abarcan las principales actuaciones que se están desarrollando en las diversas Comunidades Autónomas (detección, recepción, investigación, evaluación, planificación, intervención, evaluación, fin intervención), así como los organismos/servicios que pueden estar implicados (sanitarios, sociales, educativos, policiales, judiciales, fiscales/ ... ) conforme el actual sistema de protección de menores (desjucialización, y asunción de competencias por parte de los servicios sociales y de las Comunidades Autónomas).
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13. La agresividad/violencias infanto-juvenil la violencia puede definirse como el comportamiento agresivo de un sujeto, con la intención de causar daño físico, verbal o psicológico a otra persona. la violencia escolar es cualquier tipo de violencia (dirigida hacia alumnos, profesores, propiedades etc.) que tiene lugar en contextos escolares (incluyendo los alrededores del centro y las actividades extraescolares). Cuando se trata de agresividad e intimidación física particularmente en contextos formativos suele hablarse de bullying (o acoso escolar), mientras que el término mobbing traducido a menudo corno acoso laboral se refiere fundamentalmente a presiones psicológicas, situaciones de persecución o “linchamiento" colectivo Diagnostico del riesgo de violencia: factores de riesgo Pueden definirse como aquellas variables que ponen al sujeto en situación de vulnerabilidad hacia conductas y actitudes violentas, Desde una perspectiva diagnóstica conviene estar particularmente atento a las funciones especificas que puede desempeñar la violencia, La violencia instrumental se basa en la "utilidad" que tienen los comportamientos violentos para aquellos que los desarrollan, pues el hecho de que estos comportamientos les ayuden a lograr sus objetivos les refuerza en el empleo de la violencia. En consecuencia, es preciso diagnosticar el mecanismo mediante el que se ponen en marcha y retroalimentan tales comportamientos. En esos casos, resulta más difícil y laborioso que aprendan comportamientos alternativos para resolver situaciones de conflicto. En otras ocasiones, los comportamientos violentos son expresiones incontroladas de tensión, ansiedad etc. ante situaciones difíciles ante las que el sujeto no dispone de competencias específicas para afrontarlas. Un diagnóstico preciso que determine qué competencias debe adquirir, facilita en estos casos laextinción de comportamientos agresivos y violentos Instrumentos para el diagnóstico del riesgo de violencia Es muy frecuente el empleo de entrevistas semiestructuradas, sobre todo con adolescentes. Tales entrevistas suelen abarcar según Díaz-Aguado, tres dimensiones: justificación de la violencia, conceptualización de la violencia como forma de resolución de conflictos y disposición conductual hacia ella. Por ejemplo, se le puede preguntar ¿por qué está justificado en esta situación concreta (aludir a la situación específica en que se ha visto implicado el adolescente)? Su respuesta puede reflejar rechazo, disculpa como forma .de reacción, su uso inevitable y generalizado etc..Otras cuestiones se dirigen a indagar si el sujeto dispone de un repertorio conductual adecuado con el que podría haber resuelto el conflicto, analizándose en este caso si considera que la violencia era el medio más eficaz, el único, si es preferible la evitación etc. Finalmente, hay cuestiones dirigidas a conocer cuál es el patrón conductual habitual del sujeto ante situaciones semejantes a las que ha desencadenado su comportamiento violento, por ejemplo ¿has vivido alguna situación en que sintieras agresividad, por qué, cómo la resolviste .. .? Otros instrumentos que pueden utilizarse en este tipo de diagnóstico son el Cuestionario de estrategias cognitivas para la resolución de situaciones sociales de Garaigordobil, el Cuestionario de conducta prosocial de Weiry Duveen, el Cuestionario para evaluar el acoso y la violencia escolar de Piñuel y Oñate, el Cuestionario de Conductas antisociales-delictivas de Seisdedósetc.
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15. Cambio de empresas, accidentes laborales y de conducción –sanciones de tráfico-
20. Amistad y relación con individuos relacionados con las drogas
21. Problemas económicos: Gasto excesivo de dinero, petición de préstamo de dinero a familiares y compañeros, petición de anticipas en la empresa, prostitución etc.
22. En el caso de adolescentes, pequeños robos en casa, en el centro educativo etc.
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24. Comparar los autoinformes sobre el propio consumo con los datos recogidos por el médico obtener y contrastar la información obtenida a través de diversas fuentes
27. Incluir evaluación de aspectos subjetivos y emocionales. Aporta información muy sensible, aunque menos precisa que las preguntas aparentemente más objetivas y claras, que son las que más tienden a negarse Respecto a Iosinstrumentos para la detección y evaluación del consumo de drogas baste citar el Test de identificación de desórdenes por el uso del alcohol -AUDIT- de Rubio, Bermejo, Caballero y Santo Domingo, el Autoinformesobre Consumo de Sustancias Psicoactivas -AICA- de Santacreu, Frojány Hérnández, la entrevista estructurada elaborada por Kaminer, Bukstein y Tarter para determinar el índice de Severidad en la Aditctón ASI-, la entrevista estructurada Euro-ADAD de Friedman y Utadaetc.