El documento trata sobre la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) desde una perspectiva integral que considere factores como género, identidad de género y nivel socioeconómico. Discute la evolución de los modelos de prevención y la necesidad de abordajes interdisciplinarios que contemplen las realidades diversas de los diferentes grupos poblacionales. También analiza cómo los cambios sociales y de paradigmas en salud requieren nuevas estrategias preventivas y un trabajo en equipo que genere visiones pluralistas.
2. ideológico de instaurar políticas que contemplen incertidumbres y disminución
de brechas sociales para posibilitar el abordaje integral de las distintas
realidades. Este escenario donde se comparten saberes y posicionamientos,
convoca al trabajo en equipo en pos de generar una visión pluralista e
integrada.
Ante esta nueva realidad, el desempeño de los agentes de salud
requiere el desarrollo de nuevas competencias que permitan intervenciones
pertinentes y oportunas orientadas a lograr el empoderamiento ciudadano en el
proceso de salud-enfermedad-atención.
Históricamente, el concepto de prevención permite reconocer tres
modelos:
• Hasta la década del ´70 imperaba el modelo Ético-Jurídico que proponía
la represión y el aislamiento para todo aquel que padecía algún
sufrimiento o enfermedad (adicto, its, enfermo mental).
• Posteriormente, surgió otro modelo que propone suministrar información
sobre riesgos. Es así como nacen los programas para distribuir
información (televisión, escritos, etc.). Sin embargo, estos programas no
contemplan los mecanismos necesarios para que la internalización de la
información pueda manifestarse en un cambio de conducta. Para esto,
es necesario que la información se integre en el proceso de desarrollo
de la personalidad, construcción de la autoestima y aceptación de
valores.
• El tercer modelo, llamado biopsicosocial, toma factores biológicos,
psicológicos y sociales que condicionan el proceso de salud-
enfermedad-atención y determinan el comportamiento humano ante
estas instancias. Este enfoque permite tratar a la trasmisión de its en
forma integral, ya que toma en consideración las circunstancias que
rodean al individuo y que van a resultar definitorias para su conducta.
La participación de los agentes en salud en un modelo de abordaje integral
requiere un replanteo de sus modalidades de relación vincular, como se
construyen? como se interrelacionan las redes sociales de los sujetos
intervinientes?, los derechos humanos, las obligaciones, etc.
Las leyes vigentes en cuando a responsabilidades, derechos y obligaciones
de cada una de las partes en la atención y asistencia en salud, presentan
vacíos o contradicciones a resolver por la complejidad de las acciones a llevar
acabo según donde nos posicionemos en cuanto al paradigma y la
problemática a dilucidar. La ley 265291 (derechos del paciente, en cuanto a la
autonomía de la voluntad, la información y la documentación clínica)
recientemente aprobada presenta vacíos a contemplar. La misma se tomó de la
ley española que trata este derecho pero no en su totalidad dejando sin definir
o contemplar conceptos que en nuestra legislación no se encuentra y en la
española si (confidencialidad, no maleficencia, entre otros).
La problemática del vih y sida incide fuertemente en el cambio de
paradigmas del siglo XXI en lo que respecta principalmente en salud,
promoción y prevención de las infecciones de transmisión sexual (its).
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Ley 26529
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3. La prevención ya no se puede plantear como hechos aislados o
simplemente “el no estar expuesto a” o “vulnerable a” o “disminuir o reducir el
daño” o solo el “o la disminución del riesgo de” sino plantearlo desde una
perspectiva más inclusiva y abierta en cuanto a políticas públicas en salud.
Hoy para analizar la evolución epidemiológica para plantear tales o cuales
estrategias de disminución, control y atención tiene que considerarse otras
variables que a veces ideológicamente no son contempladas ya que cuestionan
o hacen caer la veracidad de cuestiones dogmáticas y fundamentalistas de
algunos pensamientos y valores de cierta parte de la sociedad con vestigios del
medioevo. Nos podríamos preguntar ¿Vario? ¿Cuál es el paradigma?
Podríamos generar una hipótesis la cual sería “esta sería una etapa de fin de la
post modernidad o como una edad post moderna tecnológica o el fin de de una
edad neo-medieval en la post modernidad”.
Los cambios de paradigmas tienen que considerar entre otras
disgregaciones los derechos de 3ª generación (Derecho a la
autodeterminación, Derecho a la independencia económica y política, Derecho
a la identidad nacional y cultural, Derecho a la paz, Derecho a la coexistencia
pacífica, Derecho a el entendimiento y confianza, La cooperación internacional
y regional, La justicia internacional, El uso de los avances de las ciencias y la
tecnología, La solución de los problemas alimenticios, demográficos,
educativos y ecológicos, El medio ambiente, El patrimonio común de la
humanidad, El desarrollo que permita una vida digna) y re-definición de los que
contemplan salud y atención en salud, por ejemplo. Analicemos, la medicación
paliativa para la infección/enfermedad crónica de vih/sida no se puede
generalizar sino que particularizar a cada persona que vive con vih porque
todos somos diferentes y genéticamente no reaccionamos ante una
determinada enfermedad de la misma manera, tanto en síntomas si los hay,
dosis y combinación de diferentes drogas. No podemos hablar de una “persona
que vive con vih” sino ampliarlo o reconceptualizarlo a un “sujeto que vive con
vih”, ampliar o considerar un nuevo concepto más holístico.
Todo cambio genera resistencia por eso vivimos hoy reacciones en nuestra
sociedad que resisten este cambio. Al igual nuevas propuestas y acciones
preventivas generan reacciones contradictorias y hace en una bruma en las
nuevas conceptualizaciones que inciden negativamente en este sujeto o dentro
de este sujeto social o del colectivo.
La historia de la epidemia en la Argentina ha seguido un curso político no
epidemiológico, es decir dejo sectores de la población que son motores de la
epidemia. En base a la aceptación pública de los decires se tomaron
decisiones sobre cómo volcar los recursos del sistema sanitario; no es común
que se tomen decisiones basadas en evidencia.
En toda epidemia se separaban infectados de susceptibles, con un pequeño
grupo de inmunes atendiendo enfermos y enterrando muertos. Nadie se
exponía a saber si era inmune o no, y los susceptibles huían del contacto con
los infectados. Con la cuarentena la epidemia mataba a los susceptibles
infectados y se aniquilaba a sí misma. La Cuba comunista erigió sidarios para
los grupos en riesgo de infección, que fueron buscados y aislados del resto de
la sociedad. Un sistema de vigilancia y seguimiento trazó los mapas sexuales,
y con todo la epidemia sigue avanzando. Occidente definió al VIH/SIDA como
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4. infección comportamental; en lugar de paredes proveyó preservativos,
información y educación, buscando alterar el comportamiento de susceptibles e
infectados. Pero al no haber contagio sino transmisión por comportamiento la
población dejó de ser homogénea: los grupos de riesgo ahora las poblaciones
vulnerables son grupos clave en la epidemia, y a medida que son invadidos por
la infección sirven de puente hacia otros sectores de susceptibles no
infectados. Esta teoría interseca Hombres que Hacen Sexo Con Hombres,
Trabajadoras Sexuales y Usuarios de Droga Inyectable, y se combina con la
experiencia de dos décadas de epidemia.
Postulamos hoy una teoría de difusión del VIH en cuatro estados: baja
intensidad, concentración, generalización y endemia. La dinámica es distinta
según pertenezca a los países desarrollados o a los de bajo ingreso, ya que la
respuesta del Estado altera esa dinámica.
En Argentina, la desaparición de la epidemia UDI por extinción de la
población cerrada y cambios del comportamiento del grupo vulnerable, y el
bajísimo grado de infección de las trabajadoras sexuales, ubica a nuestro país
en el grado concentrado de la epidemia. Al integrar los niveles
socioeconómicos y la transmisión de Contacto Heterosexual de Alto Riesgo
podemos formular hipótesis sobre poblaciones invisibles que son los futuros
puentes de difusión.
En esta tónica podríamos nombrar numerosas líneas preventivas
planteadas por Voluntarios Contra el Sida tanto en su planificación estratégica
como en el desarrollo de planes.
Casas, Gerardo Conrado
González, Marcelo Oscar
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