1. EL SIGLO IV
CRISIS POLÍTICA Y ESPIRITUAL DE LA GRECIA CLÁSICA
¿Crisis del siglo IV?: revisión
del problema.
La crisis del siglo IV y el final de
la Guerra del Peloponeso.
El siglo IV y las nuevas
potencias emergentes: Tebas y
Macedonia.
Regímenes políticos del siglo
IV: algunas claves.
Panorama social del siglo IV.
Aspectos económicos y
culturales de la llamada crisis
del siglo IV.
2. ¿CRISIS DEL SIGLO IV?
REVISIÓN HISTORIOGRÁFICA DE LA STÁSIS POLÍTICA
CONCEPTO DE “CRISIS DEL SIGLO IV”
La denominada crisis del siglo IV a. C., en realidad es sólo una fórmula convencional con la que la historiografía del siglo
XIX ha venido a designar un amplio periodo de la Historia de Grecia que se abre cronológicamente entre dos épocas
bien distintas, el final de la Grecia Clásica por un lado –con la derrota ateniense en las Guerras del Peloponeso– y por
otro los inicios del mundo helenístico –victoria de Filipo II en Queronea– en el que la dominación macedonia marcará un
nuevo rumbo para la Historia de la Hélade, que le conducirá a su conversión en prouincia romana.
HACIA LA SUPERACIÓN DE LA IDEA DE CRISIS
• El concepto de crisis del siglo IV fue acuñado por la tradicional
historiografía ilustrada que consideraba que a toda fase de
clasicismo debía seguir una de notable decadencia. Sin
embargo, hay varios indicios para pensar que, en realidad, el siglo
IV, aunque con algunas transformaciones, ofrece signos de
continuidad con la época anterior:
a) No parece que haya grandes cambios en el terreno político, al
menos en lo que se refiere al sistema de gobierno. En la mayoría
de las comunidades griegas impera un sistema democrático,
aunque, ciertamente, adaptado a las nuevas circunstancias y
cuestionado por algunos teóricos.
b) Aunque se percibe un cierto desarrollo de los cultos
mistéricos en el terreno religioso, la realidad es que en el siglo
IV a. C. siguen vigentes los mismos grandes santuarios
griegos, aunque sí se percibe un cierto apogeo de algunos cultos
de menor raigambre hasta entonces (Asclepio, p. ej.).
c) Incluso cronológicamente, parece que hay que desterrar la
idea de una identificación siglo IV-crisis política pues en
realidad, la veradera razón de la crisis está en los
acontecimientos de la Guerra del Peloponeso, y, en concreto, en
la derrota de Atenas, hechos todos que se llevan a cabo aun en el
siglo V a. C.
LA FUENTE BÁSICA DEL PERIODO: JENOFONTE
Nace en Atenas en el 428 a. C. Se enroló en el bando persa
del rebelde Ciro para luchar contra Artajerjes. Tras dicha
expedición pasó a vivir en Esparta, donde escribió sus más
conocidas obras:
- La obra más conocida de Jenofonte y más decisiva para el
conocimiento de este periodo son las Helénicas en las que
pretendía dar continuidad a las Historias de Tucídides.
Eso las convierte en la fuente principal para conocer este
periodo. En ellas manifiesta una gran habilidad para la
decripción de la estrategia militar y, por supuesto, para
otorgar una gran personalidad psicológica a los protagonistas.
- La Anábasis (que narra una expedición de mercenarios
griegos de Ciro contra Persia) tiene también gran validez al
describirnos la forma de gobierno y de organización política
vigente entre los Persas así como aproximarnos al
fenómeno del mercenariado, tan en auge en el siglo IV a. C.
3. LA CRISIS DEL SIGLO IV Y LA GUERRA
EL SIGLO IV Y LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
ESPARTA TRAS LAS GUERRAS DEL PELOPONESO ATENAS TRAS LAS GUERRAS DEL PELOPONESO
• Liderada por Lisandro, llevó a cabo una política que
contradecía totalmente los lemas propagandísticos con los
que, durante la guerra, había perseguido a Atenas,
convirtiéndose ella, también, en estado imperialista:
a) Establecimiento de gobernadores espartanos
(harmostas) en las comunidades liberadas del “yugo
ateniense”.
b) Instalación de las decarquías en las ciudades aliadas,
formadas por grupos de oligarcas extremistas que
gobernaban de forma arbitraria exiliando y confiscando en
beneficio de Esparta.
c) Solicitud del pago de un tributo de carácter anual para
gastos militares a todas las comunidades que viven de la
órbita espartana.
• Los Persas volvieron a fortalecerse al pasar –por decreto
de Esparta– a su órbita todas las comunidades de la costa
de Asia Menor.
• La derrota ateniense, además, había facilitado que
proliferara la piratería, que antes Atenas –como potencia
marítima– controlaba íntegramente. Esto puso en peligro la
seguridad del comercio.
• Durante una primera fase, Atenas vive subyugada por
Esparta que, en lo político, le impone el denominado
régimen de los Treinta Tiranos, que reduce notablemente
el cuerpo cívico con derechos de Atenas.
• Conón sería el primer exponente de una resistencia a
perder la hegemonía. Siguiendo sus órdenes, el ejército
ateniense –aprovechando la ambigua política de Esparta
con Persia– ocupó la isla de Citera, comprometiendo con
ello la seguridad de Esparta y, por tanto, reeditando el
conflicto entre Atenas y Esparta.
• En el 390 a. C., estas tensiones se materializaron en lo
que se ha llamado la Guerra de Corinto, es decir, un
conflicto entre aliadas antiespartanas (Esparta, Atenas,
Tebas, Corinto y Argos) y la propia Esparta, que acabó con
la Paz de Antálcidas en la que la Esparta se reconfirmó
como la potencia hegemónica en que se había convertido
tras las Guerras del Peloponeso.
• Tras la derrota de Antálcidas, los atenienses aun
establecieron una Segunda Liga Ateniense (que integraría
Tebas) que sustituiría el tributo (phóros) por una
contribución (súntaxis), estrictamente adaptado al pago de
gastos familiares.
4. EL SIGLO IV
LAS NUEVAS POTENCIAS GRIEGAS EMERGENTES
TEBAS MACEDONIA
• La hegemonía de Tebas –alternante con la de Esparta,
primero, y la de Atenas, después– es un caso más del ciclo
de inestabilidad que vivían las poleis griegas tras la Guerra
del Peloponeso.
• La hegemonía tebana se basó fundamentalmente en dos
pilares esenciales, impuestos por las circunstancias del
momento:
a) Enfrentamientos con Esparta. Desde la victoria de Tegira
en el 375 a. C. (que demostró la no-imbatibilidad del ejército
espartano) , pero, sobre todo a partir de la victoria de Leucra
en el año 371 a. C., se engrandeció el papel de Tebas en la
Grecia central, liderada por Epaminondas, Pelópidas y
Górgidas.
b) Buenas relaciones con Persia. Aprovechando el papel
oscilante de los Persas, Pelópidas consiguió promover, de
mano de los Persas, una paz entre todos los estados griegos,
que, en cualquier caso, seguía sin resolver los continuos
conflictos.
• Fue una hegemonía excesivamente personalista y muy
vinculada a los líderes que la hicieron posible. Por eso, la
muerte de Epaminondas y de Pelópidas la aniquilaron por
completo.
• Para muchos era considerado como un estado bárbaro
más y su vida era la del típico territorio de frontera,
marcadamente rural y sin apenas intervención alguna en
las circunstancias políticas por las que se movía el resto de
Grecia. Su posición de cierre frente a los bárbaros fue
consolidando, cada vez más, el papel de baluarte de este
reino.
• Disfrutaba de un régimen político de carácter
monárquico, en cuyo aparato sucesorio existía una gran
variedad de conflictos internos no sólo por la presión de
pueblos del Norte sino por las injerencias de Tebas y de
Atenas en el apoyo a unos u otros de los candidatos.
• El siglo IV a. C. se inicia en Macedonia con la muerte de
Arquelao, que había consolidado un reino de clara
vocación helénica (llamó a su corte al pintor Zeuxis o al
poeta Eurípides), bien comunicado y con un poderío militar
que se iría consolidando en los reinados posteriores
(Amintas II, Alejandro II, Tolomeo, y Pérdicas III) y que
llevaría a Macedonia a diversos enfrentamientos con Atenas
(por el dominio de Anfípolis) y con otros de sus vecinos
griegos.
• El reinado de Filipo II será el momento en que Macedonia
se convierta en un reino decisivo para los destinos de
Grecia.
5. PARÁMETROS BÁSICOS DEL SIGLO IV
CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LOS REGÍMENES
GRIEGOSCARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LOS REGÍMENES POLÍTICOS GRIEGOS EN EL SIGLO IV
• Enriquecimiento de las instituciones políticas. Algunas ciudades testimonian en el siglo IV una
transformación de sus instituciones políticas para una mejor adaptación a las condiciones
financieras y militares derivadas del siglo IV. Es sintomático el caso de Atenas:
- Distinción entre ley (nómos) y decreto (pséfisma), el primero con carácter general, el segundo con un sentido
estrictamente de aplicación jurídica práctica.
- Pérdida de poder de los estratégoi en un momento en que la mayor parte de la población militar no era
ciudadana, por el apogeo del mercenariado.
- Complicación del sistema tributario agrupando a los contribuyentes en symmoríai, creando cajas especiales de
recaudación (stratiotiká –para la guerra– y theórikon –para el resto de fines–).
- Mayor protagonismo de la Boulé que era el único organismo capacitado en realidad para conocer y legislar
sobre asuntos políticos, de finanzas, de armamento, de obras públicas, cultuales…
- Generalización del misthós para evitar el absentismo en la vida política que debió experimentarse en la
Ekklesía ateniense.
• Proliferación de los oradores y de la figura del político profesional, de extracción generalmente
acomodada y heredero del sistema de argumentación propio de los sofistas. Eran expertos
conocedores de los sistemas tributarios, cívicos y judiciales. El caso más representativo es
Demóstenes.
• Generalización de los conflictos en aras de la defensa de la igualdad política de los habitantes de
las distintas comunidades.
- En Atenas se produjeron abiertos debates entre ricos y pobres en lo referente a las bases de la presión fiscal.
- También en Esparta se vivieron en este momento algunos conflictos sociales que tuvieron como protagonistas
a los neodamodas (tal vez hilotas que habrían sido manumitidos durante la guerra) y a los hipoméiones
(seguramente ciudadanos arruinados por la pérdida del klerós).
• Desarrollo de las primeras confederaciones (koinon). Vigentes en Beocia y en Tesalia eran
sistemas políticos que aglutinaban diversas poléis que proporcionaban un número determinado de
consejeros federales, de hoplitas, de impuestos, etc. Se trató de una experiencia política que buscaba
crear grandes estados allí donde había ciudades poco desarrolladas o donde interesaba que primara
una de las poléis de la zona.
6. PARÁMETROS BÁSICOS DEL SIGLO IV
CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LOS SISTEMAS SOCIO-
ECONÓMICOSLA SOCIEDAD LA ECONOMÍA
• Cada vez se aprecia una mayor separación y
dicotomía entre los ricos y los pobres, con
una evidente separación de ambos en lo que
respecta al status jurídico y a sus posibilidades
de dedicación económica.
• Los primeros están sometidos por presión
social al régimen de las liturgiai, su riqueza
tiene mucho que ver con la tierra aunque se van
generalizando otras actividades (inmobiliario,
talleres artesanales, comercio marítimo…). En
dicho sector se fue viviendo, cada vez con más
fuerza, una cierta renovación al arruinarse
muchas familias por la presión fiscal.
• Los pobres los integraban un amplio grupo de
gentes del demos que abarcaba desde
pequeños propietarios agrícolas, jornaleros,
artesanos, marineros. Compartían con los ricos
su dedicación política (pues recibían un pago
de sueldo en el misthós) y encontraron en el
mercenariado una de las formas de
subsistencia más características de todo este
periodo (expedición de los 10.000 en la que
tomó parte Jenofonte).
• Mayor y más variada movilidad de la fortuna. La
posesión de tierra deja de ser la única forma de
enriquecimiento, apareciendo ahora también no
sólo la posesión sino también la venta, la concesión
(enktesis), el arrendamiento, la hipoteca, etcétera. A
ella, en cualquier caso, se sigue recurriendo cuando
la inestabilidad monetaria obliga a muchos a tener
parte de su dinero en tierras. Incluso en Esparta, se
accedió a la posibilidad de transmitir de mano en
mano el klerós.
• Cada vez cobra más importancia el papel de los
bienes muebles (artesanía, préstamos dinerarios,
posesión de joyas, vestidos, objetos de lujo) y el del
comercio.
• Cierto protagonismo de los bancos. Aunque
muchos, en este momento, entraron en bancarrota,
su protagonismo fue grande en tanto que eran
responsables, muchas veces, de asegurar el
cambio monetario. Eran regenteados por libertos
(Pasión y Formión, por ejemplo).
• Se generalizó la figura del préstamo marítimo
que se hacía a un comerciante (nauklerós) distinto
del propietario del barco para que pudiera realizar
un viaje de ida y vuelta con fines comerciales,
aunque podía arruinarse al no contar con seguro de
ningún tipo ante cualquier eventualidad.
• Generalización del fenómeno evergético, que
tendrá tanta importancia en el periodo helenístico.
7. PARÁMETROS BÁSICOS DEL SIGLO IV
CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LA VIDA ARTÍSTICA Y CULTURAL
LAS CLAVES DE UN RENACIMIENTO CULTURAL
DESARROLLO ARQUITECTÓNICO DESARROLLO PLÁSTICO DESARROLLO INTELECTUAL
• Generalización de la difusión de los
nuevos sistemas urbanísticos de
carácter hipodámico que ya habían
empezado a desarrollarse a finales
del siglo anterior. Bajo dicho esquema
se construyen Mesene, Megalópolis,
Olinto, Priene…
• Progresiva “petrificación” de los
edificios que mejor representaban la
conciencia cívica comunitaria. El
ejemplo estándar es el del teatro de
Epidauro, para 14.000 espectadores.
• Continuación del florecimiento de
la arquitectura religiosa, que
investigó hacia nuevas formas (los
thóloi, circulares, los capiteles
corintios…) y que afectó no sólo a
santuarios locales (Apolo Patroós en
Atenas) sino también panhelénicos
(Apolo en Delfos).
• Investigación y transformación de
las proporciones del canon de la
figura humana (sobre todo femenina)
a partir de las obras de Praxíteles,
cuya temática parece ponerse en
relación con el auge de los cultos
mistéricos antes referido.
• Monumentalización del arte
funerario en el que aparecen las
primeras estelas con motivos
decorados y se construyen grandes
momumentos que mezclan lo
arquitectónico y lo escultórico
(Mausoleo de Halicarnaso).
• Frente al desarrollo de las otras
artes plásticas, la cerámica comenzó
una gran decadencia hacia formas
más estereotipadas. Además, muchos
de los ceramistas desarrollaron ahora
más labor como pintores.
• Planteamientos revisionistas en la
política, liderados por Platón y por
Jenofonte.
• Florecimiento de los grandes
círculos culturales como la
Academia de Platón (organizada
como un thiasos) a la que acudían a
formarse desde auténticos
intelectuales (caso de Aristóteles)
como futuros políticos y estrategos
atenienses (Aristónimo, Eudoxo de
Cnido, Foción…).
• Continuidad del gran auge del
teatro, de la mano fundamentalmente
de Aristófanes, artífice de las
comedias que mejor recogen el
espíritu más crítico del periodo (El
Pluto, la Asamblea de las Mujeres…)
y que, además, manifiestan un claro
deseo de crítica hacia un cierto
“comunismo” cívico.