El documento resume la pintura gótica internacional en los Países Bajos durante el siglo XV. Destaca las obras de los hermanos Limbourg como "Las Muy Ricas Horas del Duque de Berry". También se mencionan otros libros de horas realizados por maestros como el de Boucicaut y el de Bruselas. Las obras de los hermanos Van Eyck, como el Políptico del Cordero y el Matrimonio Arnolfini, son ejemplos destacados por su técnica y simbolismo. Otras figuras importantes fueron

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PINTURA DEL GOTICO INTERNACIONAL
Una de las obras más destacadas de este período son los libros de horas de los
hermanos Limbourg, protegidos del duque de Berry y para el que realizan “Las
Muy Ricas Horas del Duque de Berry”, aunque no pudieron completar la
totalidad del trabajo, y lo terminó otro artista bastante menos competente. Se
dramatizan los signos del Zodiaco y los trabajos de las estaciones. En ocasiones
se contraponen las escenas de la nobleza, representada por elegantes damas y
caballeros, y los campesinos, que se presentan libres como hijos de la
Naturaleza. En el mes de enero se relata la fiesta del Aguinaldo, con el propio
duque presidiendo la mesa. Febrero es el símbolo del invierno cruel y la
manera en que los campesinos se protegen de los rigores del tiempo. Marzo
representa una escena agrícola, y sin embargo abril y mayo nos muestran la
vida cortesana, con damas y caballeros ricamente ataviados. Los
correspondientes a junio y julio vuelven a las escenas campesinas, con el castillo
como fondo. Los últimos meses del año son escenas cinegéticas. Algunas de
estas secuencias tienen influencias de los frescos toscanos, aunque no por ello
son menos originales.
No son los hermanos Limbourg los únicos que realizan libros de horas, pues
también se conoce al maestro de las horas Boucicaut, que realiza un encargo
para este personaje, o el Maestro de las horas de Bruselas. El maestro de Rohan
hace las “Grandes Horas de Rohan” como encargo de Yolanda de Aragón,
esposa de Luís de Anjou, y su realismo choca con el lado amable y elegante que

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habíamos visto con los hermanos Limbourg, porque en este caso se muestra,
por ejemplo, la figura de un agonizante encomendando su alma a Dios, y la
composición guarda cierto parecido con las obras de Van der Weyden.
Se cree que los primitivos artistas flamencos gozan de un Renacimiento paralelo
al italiano, pero esto no es del todo exacto, porque para que haya renacimiento
tiene que haber conciencia de recuperar algo olvidado, y esto nunca tuvo lugar
en los Países Bajos. Sin embargo si podemos decir que los pintores flamencos
crean un nuevo estilo de pintura consiguiendo efectos de veladura sin
precedentes, y experimentando el espacio a través de la perspectiva y la
geometría, aunque de manera puramente intuitiva. Tienen un exagerado
realismo, captando muy bien la luz y el ambiente, además de la belleza de los
objetos cotidianos. No son los creadores de la técnica del óleo, pero si que
logran perfeccionarla.
Robert Champán parece ser el autor de las obras que se agrupan bajo el
anónimo del “maestro de Flemalle”. Su arte es monumental y plástico hasta lo
escultórico, pero también minucioso y realista. Se le atribuyen obras como La
Virgen con el Niño, La Verónica y la Trinidad.
Los hermanos Van Eyck, Hubert y Jean, son destacados artistas del momento.
Hubert inicia el Políptíco del Cordero, aunque quien lo acaba es su hermano, y
por la técnica empleada se puede
saber quien hizo cada parte. El centro del cuadro es el cordero en el altar,
simbolizando el sacrificio de Cristo, y tiene sobre él la figura del Espíritu Santo
en forma de paloma. La fuente que aparece en primer término simboliza el

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Bautismo, y está rodeada de personajes en actitud de orantes. Pero la obra más
importante de Van Eyck es el Matrimonio Arnolfini, que
aunque parece representar tan sólo una simple escena
doméstica, está llena de simbolismos, tan del gusto del
autor. Uno de los rasgos que más llaman la atención es el
espejo en el que se reflejan dos personas, que seguramente
son el pintor y su hermano, actuando como testigos de la
celebración del matrimonio del rico mercader italiano. El
perrito colocado a los pies de la dama simboliza la fidelidad.
Se representan con todo lujo de detalles los paños de la ropa
y cada pliegue y parece que podemos tocar los pelos hisurtos del perrito. El
retrato del
Canciller Rollin ante la Virgen muestra la altanería de este personaje de la corte
de Felipe el Bueno, que no duda en mostrarse a la misma altura que la figura de
María. El paisaje que se refleja en la ventana ha dado mucho que hablar,
especulando sobre qué ciudad representaría, pero parece ser que no se refiere a
ninguna en concreto. La Virgen aparece con el rostro sereno mientras un ángel
sostiene una corona por encima de su cabeza. La Virgen del canónigo Van der

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Paele
representa a María sentada con el niño en brazos en el centro de la
composición, sobre un trono que reposa en una rica alfombra oriental. El
cuadro muestra un realismo en el parecido de los rasgos del canónigo que solo
se volverá a conseguir con Velázquez.
Van der Weyden se traslada a Bruselas y se convierte en el pintor por
excelencia de la ciudad. Una de sus obras cumbres es el Descendimiento, donde
realiza una especie de
trampantojo, como si las figuras
fueran esculturas en un retablo de
madera. Todas las figuras están
realizadas en primer plano,
procurando que ninguna oculte a
las demás. Se evoca el estilo
escultórico mediante el volumen y
modelado de los cuerpos, que se
aprecia en la forma del cuello de
la mujer de la derecha. Las figuras
representan a Cristo muerto en el
momento en que se le baja de la
cruz, a su Madre, San Juan y la Magdalena, entre otros. Resalta la calidad de los
ropajes y el fondo en dorado además de prestar una mayor belleza al conjunto,
evita que las miradas se desvíen de la escena. Abundan los colores azules y
verdes.

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Van der Goes es el autor del tríptico Portinari, encargado por una familia
italiana. Representa en el centro del tríptico la figura de unos pastores un tanto
inquietantes, al igual que en la Muerte de la Virgen los colores son demasiado
lúgubres y extraña es la expresión de alguno de los apóstoles. La explicación
quizá podría estar en que el pintor sufre una enfermedad mental en los últimos
años de su vida.
Hans Memmling es el lado amable de la pintura flamenca, con colores claros y
luminosos. Obra suya es el relicario de Santa Ursula, que representan la forma
de una capilla gótica, con sus pináculos y adornos de tracería.
El Bosco tiene una obra totalmente fuera de lo común, excepto en títulos como
la Epifanía o el tríptico de San Antonio, que corresponde a lo que es usual en la
pintura del momento. Pero El Jardín de las Delicias y el Carro del Heno se

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escapan de todas las normas. Recrean un mundo poblado por extraños y a veces
monstruosos animales y seres fantásticos, y describe escenas que muchas veces
son crueles, como la del gato comiendo al ratón.