1. Lectura: Salmo 119:121-128. Tu siervo soy yo, dame entendimiento para conocer Tus testimonios Salmo 119:125
2. Samuel DiPiazza, presidente de una firma de contables públicos de gran envergadura, fue el co-autor de un libro sobre cómo generar confianza en el mundo empresarial. El libro propone un espíritu de transparencia, una cultura de responsabilidad, y personas íntegras. Pero, en una entrevista en Singapur, él hizo notar que hay una cosa que el libro no puede enseñar -la integridad. "O la tienes o no la tienes", dijo. ¿Acaso tiene él la razón? En nuestro mundo de normas cambiantes, ¿pueden adquirir integridad aquellos que no la tienen? La respuesta se encuentra en nuestra norma inalterable -la Palabra de Dios, la Biblia. . David, el salmista, no fue el jefe de una corporación multinacional. Pero sí gobernó un reino, y hablaba en serio en cuanto a hacer lo correcto. Él reconoció lo fácil que es deslizarse por el resbaladizo camino del comportamiento poco ético simplemente porque parece ventajoso. Así que David le pidió a Dios: "Enséñame Tus estatutos" (Salmo 119:124). "Dame entendimiento - dijo - para conocer Tus testimonios" (v. 125). David aborrecía "todo falso camino de doctrina", y basó su vida en el principio de que "estimé rectos todos Tus mandamientos sobre todas las cosas" (v. 128). Nadie nace con un carácter piadoso; pero, al estudiar la Palabra de Dios y escuchar a Su Santo Espíritu, podemos aprender a odiar la falsedad y a amar la integridad.
3. La medida del carácter de un hombre es lo que haría si supiera que jamás le descubrirían. - Macauley
4. Lectura Bíblica: Proverbios 3:1 al 12 1 Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos; 2 Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. 3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; 4 Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres. a 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7 No seas sabio en tu propia opinión; b Teme a Jehová, y apártate del mal; 8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. 9 Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; 10 Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto. 11 No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni te fatigues de su corrección; c 12 Porque Jehová al que ama castiga, d Como el padre al hijo a quien quiere Reina Valera Revisada (1960) . 1998 (electronic ed.) . Sociedades Biblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir . 3.11 , 12 Es difícil saber cuándo Dios nos ha estado disciplinando, hasta que más tarde volvemos a mirar la situación pasada. Por supuesto, no todas las cosas malas que nos suceden provienen de Dios directamente. Pero si nos rebelamos en contra de Dios y nos negamos a arrepentirnos cuando Él identifica algún pecado en nuestra vida, es posible que Dios use la culpabilidad, las crisis y las malas experiencias para llevarnos de nuevo a Él. A veces, sin embargo, los tiempos difíciles surgen cuando no hay algún pecado flagrante en nuestra vida. Entonces nuestra respuesta debe ser paciencia, integridad y confianza de que Dios nos mostrará qué hacer.