1. Piel Negra: Hermosa, era una noche hermosa. En el cielo se
escuchaba un conglomerado de voces al unísono:
el anhelo de la estrella “Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth”. Yo creía
que ya nada podía salir mal.
A pesar de la contaminación visual y auditiva que ***
los cinco escenarios del festival otorgaban al momento,
la noche era hermosa: negra, despejada, espolvoreada Era la década de los ochentas; la década del
de estrellas, casi sumisa a mis deseos. Nos glam, del maquillaje extremo, de los “metalheads”
encontrábamos sentados en el piso creando una presuntuosos y de las groupies seductoras. Los músicos
circunferencia de parloteo. Cansados y desvariando: extremos cansados de la marihuana sesentera y de los
reíamos de todo. Íbamos desde la historia del pozole, ácidos de los setentas, abusaban ahora de la perfect
hasta la decadencia política del país; desde las couple: cocaína y alcohol. En Los Ángeles sólo se
energías renovables, hasta los seguros de viajero que escuchaban dos bandas: Mötley Crüe y Ratt. Mientras
otorgan ciertas empresas a sus empleados. A pesar de tanto, en San Francisco, un monstruo de cuatro patas
querer marcharnos –sin decirlo, se notaba en nuestra afloraba entre estruendosas guitarras y veloces baterías:
esencia agotada-, nos quedamos a esperar. Era Metallica. James Hetfield, Lars Ulrich, Dave Mustaine y
cuestión de minutos para que la banda legendaria –y Cliff Burton eran los remos del Drakkar que emergía para
banda principal del festival- Megadeth saliera a escena. apoderarse del mainstream metalero; Metallica había
2. llegado para trascender. En contra de la ola de metal con respecto a Mustaine. El sol apenas salía y la ciudad
prefabricado y comercial, lleno de maquillaje y de comenzaba con su cotidiana velocidad. Buenas
pirotecnia, “los cuatro jinetes” le apostaron al trash noticias para ellos, malas noticias para él. Al despertar,
metal: rápido, ruidoso y rudo. Comenzaba la verbena y Mustaine se encontraba con la figura de dos hombres
ellos estaban a punto de gritar al cielo oscuro: burlones y determinados. Se encontraba con la noticia
“mátenlos a todos”. que marcaría su vida y dejaría una cicatriz indeleble: no
En 1983, Johnny Zazula, que se dedicaba a la sólo estaba fuera de la banda que próximamente
promoción de bandas, invitaba a Metallica a realizar alcanzaría el éxito a nivel mundial, también le habían
una gira por la Costa Este de Estados Unidos, así como hecho el favor de reservarle un asiento de camión para
también a grabar su primer material discográfico: Kill que regresara a casa ese mismo día en una efímera
‘em all. Para ese entonces Metallica era mejor conocido prórroga. Fue un viaje de 48 horas. Durante el viaje,
como “Alcohollica” por sus etílicamente excedidas Dave Mustaine se convertiría en el creador intelectual
presentaciones en vivo. Dave Mustaine, guitarrista de Megadeth y declararía, oficialmente, la guerra.
principal de la banda, era el más borracho, el más
drogado y el más violento. Insoportable e irritante; ***
siempre en el abuso.
Diez días habían pasado desde la llegada de Veintiocho años más tarde -a principios del año
Metallica a Nueva York para iniciar la grabación de su 2011- Juan Carlos Guerrero anunciaba oficialmente la
primer álbum, cuando Ulrich y Hetfield tocaron fondo presentación de Megadeth en la edición de ese año
3. del Hell And Heaven Metal Fest como banda principal de cincuenta bandas por tres puestos en el festival. En
de la cartelera. La sede sería la misma que la última y cada una de las ocho eliminatorias se elegiría a un
única reproducción que había tenido el festival: ganador para, en una novena fecha, enfrentarlos.
Guadalajara. La comunidad metalera se estremeció; la Bandas de todo el país estaban a la ofensiva,
venta de boletos comenzó a nivel nacional y, como incluyendo la mía.
tradicionalmente sucede, se comenzaron a organizar Nos inscribimos y Leonävicario se convirtió en
camiones desde toda la republica con destino a “La candidato para el galardón. La obligación –como en
Perla Tapatía”. No todos los headbangers viajaban para casi todos los concursos locales- era vender cincuenta
ver al legendario Dave Mustaine apoderarse del boletos de cincuenta pesos cada uno con su buena y
escenario; este año había metal para aventar al cielo y helada cerveza incluida. No había mayor problema;
al infierno: Megadeth, Overkill, Moonspell, Tristania, éramos ocho integrantes en la banda por lo que sólo
Kataklysm, Dark Funeral, Vital Remains, Mayan, todos en teníamos que vender cinco o seis boletos cada uno.
un mismo lugar. No había metalero que no supiera de la Fácil.
odisea utópica que estaban materializando los La primer eliminatoria nos pasó de noche; siempre
organizadores. No había banda local que no quisiera hemos tenido mucha confianza en nosotros mismos, casi
presentarse ahí, junto a los grandes, juntos a los al borde del egocentrismo. Llegamos al Salón
legendarios. Underground a eso de las 5 P.M., nos emborrachamos,
Pi-Records Company anunciaba la Battle For Hell tocamos a eso de las 10:30, ganamos y nos fuimos. No
en donde, a lo largo de ocho fechas, combatirían más digo que las otras bandas hayan sido malas, sólo que
4. tenemos más experiencia, más colmillo y más público. El pensé. Los hijos de puta nos hicieron regresar hasta casa
verdadero reto era la eliminatoria final, la de los eruditos de mi mujer, sólo para que agarrara una puta
en la ciencia de tocar en vivo, la del talento nacional. credencial y pudiera entrar a la puta zona de alcohol.
Me hicieron encabronar. Yo entiendo que ayuntamiento
*** puede clausurar el lugar, y esto y lo otro. Pero, ¿por qué
carajo no nos dicen desde la primer cerveza? No le das
Arribamos el campo de batalla no recuerdo a la felicidad y la dicha a las personas y luego se las
qué hora. El sol ardía imponiendo respeto y aclamando quitas. ¿Por qué? ¡Porque no! Simplemente no se hace.
reverencia. La mayor parte de los guerreros uniformados Va en contra de la moral y de las reglas básicas que
color negro ya estaban ahí; esperando, meditando al flotan en el imaginario colectivo de las personas.
rival. Había un sentimiento afrentoso que sudaba una —Es que me veo tan joven—, decía, feliz y entre
casi tangible violencia entre soldados. Bebíamos risas, mi mujer.
cerveza como vikingos; cual berserkers elaborando el —¡Claro que no! Yo me veo joven y te la pidieron
plan de ataque. porque ibas conmigo.
Designada para el consumo de estupefacientes —Pásate, gordo. Come algo; no has comido
líquidos, estaba una sección con mesas y sillas de nada.
aluminio. Esta sección, sólo para mayores edad, entró —No, gracias, amor. No tengo hambre.
en acción cuando yo y mi mujer íbamos ya por nuestra —¡Pásate! No seas berrinchudo—, decía mi novia
cuarta birra. “¿Me permiten su IFE?” “IFE, mis huevos”, y yo ya estaba casi con un pie dentro de su casa. Tenía
5. mucha hambre, pero siempre me hago del rogar. esté bien” y nos fuimos de vuelta a la contienda. Ahora
“Caprichudo, negadote y chiqueado”, dice ella que sí, ya éramos mayores de edad.
soy. Regresamos e ingenuamente esperaba encontrar
Entramos a su casa y en la cocina encontramos a estacionamiento cerca del lugar. Era la hora del
su padre comiendo solo. Me sentí raro, no incómodo. crepúsculo. Entramos de nuevo al campo de guerra,
Como si su padre pensara: “Este hijo de la chingada se ahora repleto de playeras negras y matas abundantes.
va a terminar la comida”. Y yo, en una telepatía sumisa: Fuimos directos contra la barra; la misión a corto plazo
“Soy un hijo de la chingada, me voy a terminar su era beber. Compramos un par de birras, nos sentamos
comida”. Pero nos volteamos a ver y nos dijimos: entre amigos y rivales y nos despreocupamos; relajamos
“¡Buenas tardes!”. A decir verdad, siempre me ha el cuerpo, reíamos, escuchábamos tocar a los
tratado muy bien, muy educado, muy conversador, muy contrarios, aplaudíamos, entre besos y abrazos
ameno; sólo aparenta ser un hombre serio. Pienso que volvíamos a reír. Así se nos pasaron las horas, así llegó el
en el fondo tiene un corazón de pollo, como todos. momento de que el Salón Underground nos escuchara
—¿Quieres quesadillas, gordo? rugir. Era el turno de Leonävicario: los últimos, nosotros.
—Sí, gorda. Está bien. —. Quesadillas con Estaba nervioso; no había tomado suficiente cerveza.
Valentina. ¡Qué delicia, qué clásico, qué tapatío! Nos reunimos en la parte trasera del escenario
Terminé de comer y mi mujer y yo nos justamente una canción antes de que la penúltima
apresurábamos con la mirada. “Nos vemos, señor. Que banda terminara. Afinar, concentrarse, platicar, últimos
detalles, recordar, estirarse, calentar, cada quien hacía
6. lo suyo. Yo afinaba mi guitarra y trataba de tomar la Entre felicitaciones, abrazos y una riña que seguía
mayor cantidad de cerveza posible antes de subir al flotando con el humo del tabaco, yo sólo buscaba dos
“ring”. Terminó el metal core y por fin nos cedieron el cosas: una cerveza y a mi mujer.
escenario. El street team –al vernos subir- se acercó para —¿Quién es un hombre tan apasionado y sensual,
apoyarnos como siempre. ah?— me decía con voz chiqueada, pero con una
Comenzó el ruido. Di un guitarrazo y, mientras mirada sincera y amorosa.
dejaba chillando las cuerdas, levanté las manos sin —¡Ah, pues yo! ¿Cómo estuvo, gorda?
decir nada para anunciar que ya estábamos ahí. Un —Muy bien, amor. A la gente le gustó mucho—
mar de olas negras comenzó a surgir frente a mis ojos y con esto mi ego se quedó tranquilo. Después de darle
manos náufragas e intermitentes contestaban al un beso por su siempre sincera opinión, compramos dos
llamado del león portando la clásica seña que sin cervezas oscuras. Yo no entiendo qué tienen de bueno
palabras dice: yo amo el metal. Se incorporaron lo las cervezas claras, pero en fin: “siempre hay un roto
demás integrantes de la banda al escenario y al para un descocido”.
estrépito de voces y música. Yo, en una enérgica A pesar de haber sido los últimos contendientes
catarsis me abandoné a mí mismo y me entregué a mis del concurso, no éramos los últimos en presentarse.
manos y a mi corazón. Sólo volví a saber de mí, cuando Faltaban dos bandas más, que eran meras invitadas
la ensordecedora polifonía había terminado. De vuelta para cerrar el evento y que, irremediablemente,
a lo tangible, ¡qué asco! teníamos que escuchar para conocer la deliberación
de los jueces. Dudaba un poco. Todas las bandas
7. habían hecho temblar las mesas y todas merecían ser Heaven en pocos carros. Como siempre, fui el primero
gratificadas por su talento. Odio la incertidumbre, sólo en llegar.
me revuelve el estomago y los pensamientos. Lo —¿Ya supiste que cancelaron Overkill y
contrario a sentir mariposas es sentir reparo. Moonspell?— le dije al Peyote mientras bebía de mi
Todavía faltaba una banda y una serie de cerveza y jugaba Megaman en su cuarto.
concursos que bien podrían ser titulados como “las más —Sí, cabrón. Qué mamada, eran de los más
putas quieren boletos”, para que anunciaran a los vergas que iban a ir, ¿Moonspell por qué?
ganadores. Mi mujer ya tenía que llegar a su casa, así —Pues por lo mismo: logística de sus vuelos. Puras
que desaparecimos entre el negro triunfante del público pendejadas, güey, a mí se me hace que ni los han de
y el negro de la noche. Más tarde recibiría una llamada haber contratado y los anunciaron sin avisarles.
con los resultados. —Pues quién sabe. A ver si no cancela Megadeth.
—Neh. Ya sería mucha mamada.
*** Después de un buen rato de espera y de intentar
matar a los archienemigos de Megaman como
Éste era el plan: nos veríamos en casa de “los cuarenta veces, por fin comenzaron a llegar los demás.
hermanos Torres” (Hugo y Peyote) a eso de la 1:30 de la Llegó primero Lesly “la morra” Corona, luciendo su
tarde, comeríamos unas pizzas, platicaríamos un poco – clásico gusto por la ropa morada y su siempre mano
como siempre- de la logística que manejaríamos en derecha: la femineidad. Luego llegaría Rull, mejor
vivo, tomaríamos unas birras y nos iríamos al Hell And conocido como “Rock N’ Rull”, con su pinta de
8. metalero y su cabello chino que bien podría pasar por —Pues ha de haber sido la misma mamada con
guatos de marihuana. Así, se iban incorporando uno a Overkill— dijo Peyote.
uno: Rodrigo “el muerto” Santana, Hugo “Thorres” y las —Qué culero. Eran las únicas bandas que yo
pizzas, de los cuales no hablaré porque llegaron tarde y quería ver aparte de Megadeth—contesté ya enojado y
odio la impuntualidad. predispuesto a que el festival no pintaba para ser algo
—¿Ya supieron que Moonspell también bueno.
canceló?— dijo Rull, mientras comíamos pizza. Llegamos a Calle 2, en donde era el festival.
—Sí, cabrón. Ya empezaron con sus mamadas. A Había una cantidad impresionante de camiones
ver si nuestro escenario no está igual de culero que el foráneos y de playeras negras. Ya se escuchaba hasta
del año pasado—repliqué. afuera el ruido protestante del metal. Esperaban a
—Oye, Rull, ¿tú sabes por qué canceló veinte mil personas y no dudo que hayan habido
Moonspell?— preguntaba el Peyote. muchas más. No tuvimos problemas para estacionar el
—Pues yo leí en su facebook que se quedaron carro en la zona de artistas, ni tampoco para entrar.
atrapados en el aeropuerto de Lisboa. Que se retrasó su Éramos la única banda que no aparecía en los horarios:
vuelo, o se canceló, o una mamada así y no había más el primer y segundo lugar de la Battle For Hell, ya
vuelos para México. De hecho se me hizo bien cagado estaban ahí, con todo y nombre. Por otro lado, en
que hasta dijeron que sólo tenían un sándwich y un nuestro espacio aparecía la leyenda: “tercer lugar”.
juguito y medio le estaban mentando la madre a la Como era de esperarse, las bandas locales
compañía que canceló su vuelo. debían cargar todos sus instrumentos hasta el escenario
9. donde fueran a presentarse. Eran cinco escenarios y a apoyarnos, con este escenario nos hunden. Nadie nos
nosotros nos tocaba en el “Mosh Stage”. Al entrar, se conoce y hoy nos van a conocer con mal sonido. No
respiraba, se sentía –y se veía- malinchismo. Cinco nos ayudan a salir adelante, nos arrastran bajo la
escenarios, de los cuales, tres eran unos monstruos y dos sombra de las bandas que ya tienen su lugar. Pero ellos
eran una broma de mal gusto. también pasaron por esto y ahora, después de tanto
Llegar a tocar en el festival de metal más grande trabajo, ya pueden ponerse sus moños”, me decía un
de México y, posiblemente, de Latinoamérica de ese buen amigo que tocaría después de nosotros en la cosa
año y que tu escenario conste de unas cuantas tablas, ésa que Juan Carlos Guerrero llama stage.
un sonido fibroso, un staff imaginario y una clara Mientras esperaba el momento de subir –o yo diría
negligencia por parte del organizador hacia las bandas bajar- al escenario, fui a relajarme: compré una cerveza
locales, es humillante. Para agregar otro punto al y di el rol para ver qué me encontraba. Los metaleros
disgusto que, con el puro contacto visual, generaba el son demasiado peculiares, demasiado extraños y
escenario, el organizador se dio a la tarea de poner – contradictorios. Se aíslan de sí mismos en ropas oscuras y
casi bajo la idea de “David y Goliat”- uno de los tres personalidades herméticas y, aún así, ese conjunto de
gigantescos escenarios justo enfrente de la pocilga que cosas que los protege, los exhibe. No a todos, pero a
“apoyaba” al talento nacional. El gigante se tragaba al muchos. La verdad, a mí me gusta mucho la
pequeño; si su existencia ya era una broma, el gigante comunidad de metal mexicana; es inusual y siempre me
lo ponía en evidencia nulificando, con sus rugidos, los da muchas sorpresas. Los respeto y así, me he ganado el
pequeños murmullos del Mosh Stage. “En vez de respeto de muchos. Crecí rodeado de metaleros, de
10. música y de rarezas. Yo no visto de negro a todos lados de fuerza cuyos picos apuntaban hacia la parte interna
donde voy, ni escucho metal en todo momento; lo del cuello. Los dos vestían cuero negro con una gran
disfruto cuando quiero y cuanto quiero. Me han llamado seguridad y altanería. Me pregunto si la llevara con
poser, farsante, hipócrita, fresa, cholo, hippie, inculto y correa a todos lados. ¿Será que llevaron la extroversión
demás, sólo porque mi ropa “no dice” lo que mi mente. al extremo, la introversión al extremo, la sexualidad al
Me importó algún día; hoy me da igual. Como decía, extremo, el fanatismo al extremo, o los extremos al
crecí con ellos y por eso sigo ahí: entre hombres vestidos extremo? En cualquiera de los casos, me llamaban a
de negro y la piel pintada de color plata, entre interesarme más pero justo cuando iba a entablar
pequeños niños de ocho años que portan, orgullosos, conversación con ellos se terminó mi cerveza. Soy un
chalecos parchados con los nombres de sus bandas hombre de prioridades.
favoritas, entre excedidos violentos sin playera a los que El lugar para comprar cerveza estaba justo al lado
la vida los ha tratado mal, entre infinitas utopías. Sí, sí los de nuestro escenario, así como también la zona de
entiendo: el mundo está jodido y la música puede comida –que luego se convirtió en zona de basura, en
liberarte, aunque sea por un segundo. un invierno de unicel-. Mientras me acercaba a comprar
Mi mayor sorpresa mientras caminaba analítico una birra, se me acercó Hugo para avisarme que en dos
por ahí, fue encontrarme con una pareja con un canciones más nos tocaba humillarnos en los escalones
concepto muy extraño de la propiedad y el amor: el ésos. Bajo circunstancias normales, lo mejor hubiera sido
hombre, de no más de 25 años, llevaba con correa a su cancelar ante tal desdén, pero nuestro street team ya
mujer; una correa plateada que llegaba hasta un collar estaba ahí, en primer y única fila. Ellos han aguantado
11. mucho por nosotros: lluvias, bajas de luz, malos horarios y que tocó más o menos en el escenario ése rascuache.
demás cosas externas a lo que se entiende por Al finalizar vendimos tres discos. Digo, algo es algo.
interpretar y entregarse. Así que ni modo, hoy por ellos y Entre que cancelaron las dos bandas que más
mañana por nosotros. quería ver, el escenario, la organización, la cerveza
Pifas, la banda anterior a nosotros había hecho un clara, el ultra basurero en el que se había convertido el
buen trabajo a pesar del escenario, así que eso nos lugar y el cansancio, estaba que me llevaba la
motivó de alguna manera. Subimos –todavía dudosos- y chingada. Ya lo único que quería era sentarme a
nos encontramos con la sorpresa de que, a partir de esperar a Megadeth. Era lo único que quería y lo único
nosotros, ya no se podían utilizar los amplificadores de que me quedaba.
guitarra porque estaban ya muy calientes. ¿Que si me
enojé? Me encabroné a lo que le sigue. Mi pinche ***
cabeza casi sacaba humo de lo emputado que estaba,
pero tomé un poco de cerveza y me calmé. “No es su —Se escucha culerísimo, ¿no?— me decía Rull,
culpa ser tan pendejos”, pensé. con cara de enojo.
Tocamos con lo que pudimos y como pudimos. —Sí. Ni siquiera me dan ganas de quedarme.
Salió bien, a decir verdad. Tuvimos la suerte de que, —Es como una fiesta en donde la música de
justamente, cuando nosotros comenzamos a tocar, los fondo es Megadeth.
súper escenarios estaban callados y las personas se —¿Te das cuenta de que podemos hablar normal
arrimaron, por fin, a ver a Leonävicario: la banda ésa y nos escuchamos?
12. —Ya sé. No me siento como en un concierto, qué con los principales de la cartelera, con la leyenda, y
mal pedo. Ni ganas de prenderme. este idiota malinchista sin sentido común, lo había
Megadeth iba ya por los treinta minutos sobre el logrado: oficialmente el Hell And Heaven Metal Fest era
escenario y las personas seguían gritando “¡Súbanle, una porquería.
culeros!”. Un tipo detrás de mí balbuceaba: “Megadeth Silencio. De repente el sonidito que decían llamar
es mi banda favorita y no la puedo disfrutar así. Hasta Megadeth dejó de sonar y no había nadie en el
Metallica suena mejor que ellos y eso que tocan bien escenario. Aplausos, todo el mundo gritaba mientras
culero”. Dave Mustaine estaba furioso. ¿Cómo es regresaban a la escena. Todas las personas ahí reunidas
posible que al organizar un evento no le ofrezcas ni en constante decepción esperaban que ahora el
agua a la banda principal? sonido hubiera mejorado. Pero no, el sonido seguía casi
El público estaba quieto y murmuraba. Sé que nulo: decía secretos y nosotros queríamos gritos.
murmuraban porque el volumen del escenario principal —Guadalajara, el sonido es una mierda, el
era tan vano que una simple voz lo oscurecía. Eran organizador es una mierda, la seguridad es una mierda,
quejas, sólo quejas. ¿Quieres poner sensible a un el festival entero es una mierda. Todo a excepción de
metalero? Dale un mal sonido. Personas de toda la ustedes. Gracias por estar aquí—dijo Dave Mustaine al
republica estaban ahí, presenciando cómo la carrera micrófono, enojado, con una mirada llena de odio.
de Juan Carlos Guerrero, como promotor y organizador 45 minutos después de comenzar a tocar, dos
de eventos, se iba a la mierda. Era imposible e inaudito canciones después de decir esto, Megadeth salió del
que algo saliera mal con los protagonistas de la noche, escenario y jamás volvió. Cinco minutos después, leería
13. un comunicado en el Twitter oficial de Dave Mustaine van a extinguir, se van a apagar. El anhelo de la estrella,
que decía lo siguiente: “Guadalajara fans, sorry we cut sobre eso pensaba. Era una noche negra, una noche
show short. Security, audio company, almost everything hermosa.
was shit. We'll be back, but not with the same people”.
Mientras caminaba hacia el carro, rodeado de Héctor Raúl Patrón Ramírez
una extraña aura de melancolía, enojo y tristeza, podía
observar a lo lejos cómo algunos camiones foráneos se
marchaban tan llenos de impotencia como los
pasajeros que llevaban dentro. A un camión que hacía
fila para salir del estacionamiento le fallaba un faro,
mientras a otro se le caía la piel de viejo. Todos
hablaban pero pocos mantenían una conversación. El
murmullo insípido se convertía en una música triste y
desolada. Ya nadie tenía control, era un ejercito recién
liberado de la guerra; todos se manejaban en
automático. Mientras caminaba rodeado de un llanto
social intangible, pensaba en todos nosotros como
estrellas y en los grandes como lunas; lunas que brillan a
expensa de nosotros, que cuando no estemos ahí, se