1. La libertad no es hija del orden sino su madre.
(Pierre Joseph Proudhon)
El Valor Del Orden
EL ORDEN
Este es quizás el primer valor que aprendemos en la vida, y es
fundamental inculcarlo, porque a lo largo de nuestra existencia nos
ayuda a darle a cada cosa su lugar, y a nosotros mismos a encontrar el
nuestro.
El orden es el principio de la disciplina, y nos hace más productivos. Nos
ayuda a poner límites para que las cosas no se salgan de su cauce. Nos
enseña a darle a cada cosa su peso, a cada actividad su jerarquía. Nos
muestra qué es urgente y qué no lo es.
Tener un orden no significa que, por alguna circunstancia, éste no pueda
ser modificado sobre en el camino; pero ya el haberlo diseñado nos
provee de una ruta a seguir, un plano. Además de que el ser rutinarios
anula la creatividad.
Cuando crecemos con orden, podemos ver más claramente nuestras
metas, y de hecho, si no somos ordenados es probable que ni siquiera
tengamos definida alguna.
Nuestra forma de conducirnos muestra cómo somos internamente.
Alguien que tiene hecho un desastre su escritorio o su habitación, refleja
parte de su desorden interior. Y así como es importante estar poniendo
constantemente en orden nuestras pertenencias, también es necesario
estar poniendo en orden nuestros pensamientos, nuestros sentimientos.
La velocidad a la que vivimos actualmente y la cantidad de actividades
que tenemos qué realizar es tanta, que el tiempo (al igual que muchos
otros recursos) rinde menos; por lo tanto, tener orden se vuelve
prioritario. Nos vuelve más productivos, y determina en qué ocupamos
nuestro tiempo, cómo lo distribuimos.
Antes de iniciar tu día, pon en orden tus ideas, escribe una lista con
todas tus actividades a realizar. Recorre mentalmente lo que vas a decir,
lo que esperas recibir, sigue la ruta por la que vas a viajar. Pon un
horario a cada cosa, valora la importancia de cada una de ellas, y estos
minutos aparentemente perdidos, te ahorrarán muchos problemas.
Ana Maria Gonzalez M.
Facilitador en Internalizacion de Valores
Movil 04144215300
2. No hay como el orden para enseñar a ganar tiempo.
COMO SER ORDENADO?
Cuando somos ordenados se nos facilita las cosas que hacemos
cotidianamente, economizándonos muchas veces, tiempo y por qué no
momentos de disgusto por tener las cosas desordenadas y saber que
debemos hacerlo. Existen muchas formas para poder lograr mantener las
cosas en su lugar, ya sea en tu espacio de trabajo, casa, y hasta tu mente.
Cuando se es ordenado logramos tener una vida tranquila y fácil y con grandes
posibilidades de ver a futuro lo que deseamos, caso contrario cuando
acumulamos las cosas se vuelven un recuerdo y no dejamos de pensar en ese
recuerdo mientras lo sigas viendo.
Estos son unos consejos prácticos que puedes seguir para ser ordenado
y que no se te vuelva una pesadilla.
Debes de ordenar las cosas al instante, así te evitas tener que hacerlo más
tarde, recordemos que el desorden sea cual sea si no lo atiendes a tiempo se
acumula y no podrás ver el ahorro del tiempo, dinero y esfuerzo.
Cuando el desorden es latente, empieza por lo más sencillo para que puedas
irlo ordenando pausadamente. Importante asignar espacios para los objetos,
ya que siendo así si escoges los lugares adecuados no habrá excusa para no
ordenarlo.
Debes saber que el ordenamiento es un rutina de todos los dias y que si lo
haces correctamente cumpliendo los tiempos para las cosas se vuelve un
hábito
Siempre recuerda que si no te gusta ordenar, una de las mejores opciones es
no tener tantas cosas, ya que no acumularas desordenes en tus alrededores
que te fastidien por el hecho de no querer acomodarlas.
Cuando logramos ser ordenados, y manejamos bien el concepto, no solo
mantendrás el orden en tu casa u oficina sino también tu vida.
El ordenamiento nos lleva a tener una vida tranquila y en armonía con uno
mismo, y esto se debe de aplicar no solo en tu alrededor sino en cada lugar en
donde tu estés.
3. La mente y el orden como valor.
By Laura Pillman
La mente y el orden como valor
Adquirir el valor del orden en nuestra vida va mucho más allá de acomodar
cosas y objetos, es situar todas las cosas de nuestra vida en su lugar.
Ahora bien el desorden puede estar enmascarado muy sutilmente y es
cuando le concedemos horas más al trabajo y no a la familia, y tal vez nos
podamos sentir muy tranquilos porque “estamos poniendo en orden
nuestras tareas prioritarias”.
Estamos de acuerdo con la idea del trabajo como algo importante, pero
también estaremos de acuerdo con que tiene su espacio y sus límites.
Irónicamente nos puede ocurrir que no nos decidamos al tomar una
oportunidad única de trabajo porque nos implica sacrificar un poco de
nuestra familia. En estos casos el valor del orden debe ayudarnos a apostar
por una elección.
El orden interior se refleja en todos nuestros eventos. En lugar de desvariar
con pensamientos estériles deberíamos centrarnos en los puntos
realmente importantes y aprovechar el tiempo en algo meritorio. Un
ambiente ficticio, o una realidad inventada es un medio apropiado para la
pereza y la inconstancia lo que posiblemente impedirá terminar a tiempo
cualquier actividad.
Hay personas que desdichadamente van por la vida con esa imagen de
risueños eternos, conocidos como los simpáticos, distendidos, híper
relajados de la oficina que hacen la broma del día para provocar la risa
general, tienen mil y una ocurrencias divertidas, y normalmente es muy
difícil hablarles de algo serio. Esto que parece alegría y buen humor podría
ser la viva representación de la banalidad y la ligereza porque simplemente
tienen “tanta prisa en terminar” que terminan tan mal que no obtienen
resultados concretos. ¡Genial! Verdad?
La paz en la tierra, suprema aspiración de toda la humanidad a través de la