Un gusano perdió su cola cuando una serpiente se la cortó. El gusano emprendió un viaje para encontrar su cola perdida, preguntándole a varios animales del bosque si la habían visto. Ninguno pudo ayudarlo hasta que habló con un toro sabio, quien le contó que la serpiente se comió su cola. Triste, el gusano regresó a su madre, pero ella lo consoló diciéndole que su cola volvería a crecer.