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Pirómano
1. Pirómano
La piromanía es un trastorno psicológica de falta de control de los impulsos, que
produce gran interés por el fuego, cómo producirlo y observarlo.
La sintomatología esencial es producir incendios de forma deliberada y consciente
conllevando una importante tensión y activación afectivas antes del incendio con
intenso placer o alivio al encender el fuego, presenciarlo o al participar en sus
consecuencias.
El sujeto, denominado piromaníaco o pirómano, suele sentir relajación, placer,
interés, curiosidad y atracción por todo lo relacionado con el fuego como las
estaciones de bombero.
El pirómano no debe ser confundido con el incendiario que es aquella persona que
intencionadamente decide quemar una parcela de terreno u objetos (específicos o
no) con ánimo de lucro o simplemente por hacer daño.
Historia
Empezando en 1850, ha habido variados argumentos para la causa de la piromanía.
Ya sea en cuanto a si la condición surge de una enfermedad mental o de una
deficiencia moral ha cambiado dependiendo en el desarrollo de la psiquiatría y el
cuidado de la salud mental en general.
Síntomas
Los pirómanos son conocidos por tener sentimientos de tristeza y soledad,
seguidos por ira, los cuales llevan a iniciar incendios como una salida. Para un
diagnóstico positivo, debe haber provocado un incendio de forma consciente en al
menos dos ocasiones. Esto es por el solo hecho de hacerlo, y no por alguna otra
motivación.
2. Comenzar un fuego entre los niños y adolescentes y la piromanía en adultos puede
ser crónica o episódica, algunas personas pueden provocar incendios con
frecuencia como una forma de aliviar la tensión, otros al parecer lo hacen sólo
durante los períodos de inusual de estrés en sus vidas.
Piromanía en niños
La piromanía se encuentra en un porcentaje muy pequeño de casos de incendios
en la que un niño o adolescente es el sospechoso. Sin embargo, los niños pueden
desarrollar la piromanía de tan sólo tres años de edad. Para que un niño sea
diagnosticado como un pirómano, debe tener un historial de incendios de manera
deliberada, y debe ser demostrado que el comportamiento de fijación de fuego no
se puede atribuir a los intentos de venganza, motivos financieros, daño cerebral u
otros trastornos psicológicos tales como trastorno de personalidad antisocial. Se
debe demostrar que el niño tiene una atracción por el fuego y las experiencias
sentimientos de satisfacción o alivio después de establecer un fuego.
Piromanía en adultos
La piromanía en adultos se asemeja a los de otros trastornos de control de
impulsos, como los trastornos de abuso de sustancias, el trastorno obsesivo-compulsivo
(TOC), trastornos de ansiedad y los trastornos del estado de ánimo. La
piromanía en adultos se ha asociado con síntomas que incluyen depresión,
pensamientos de suicidio, los conflictos repetidos en las relaciones interpersonales,
y la poca capacidad para hacer frente al estrés.
Causas individuales
3. Las causas de la conducta incendiaria entre los niños y los adolescentes son
complejas y no se comprenden bien. Pueden describirse a grandes rasgos los
factores individuales y las ambientales:
Comportamientos y actitudes antisociales. Los pirómanos adolescentes a menudo
han cometido otros delitos, como los sexuales y el vandalismo de la propiedad.
Búsqueda de sensaciones. atracción por comenzar un fuego por aburrimiento y
por falta de otras formas de recreación.
Búsqueda de atención. Comenzar un fuego se convierte en una forma de provocar
reacciones por parte de los padres y otras autoridades.
Falta de habilidades sociales. Muchos jóvenes detenidos por conducta incendiaria
son descritos por otros como “solitarios” y rara vez tienen amistades significativas.
Causas ambientales
Mala supervisión por parte de los padres.
Psicopatología de los padres. Los pirómanos son significativamente más propensos
a haber sido física o sexualmente abusadas que los niños. También tienen más
probabilidades de haber sido testigo del abuso de drogas o actuar violentamente
de sus padres.
Presión de grupo. Tener compañeros que juegan con el fuego es un factor de
riesgo.
Acontecimientos vitales estresantes. Algunos niños y adolescentes recurren a
comenzar un fuego como una forma de hacer frente a las crisis en sus vidas y /
o apoyo familiar limitado para hacer frente a las crisis.
Existen seis criterios que deben cumplirse para que un paciente sea diagnosticado
con la piromanía:
El paciente debe haber establecido incendios deliberadamente y con un objetivo
en más de una ocasión.
El paciente debe tener sentimientos experimentados de tensión o activación
emocional antes de los incendios.
El paciente debe indicar que está fascinada, atraída, o curiosidad por el fuego y las
situaciones que rodean al fuego (por ejemplo, el equipo asociado con el fuego, los
usos del fuego, o las secuelas de comenzar un fuego).
4. El paciente debe experimentar alivio, placer o la satisfacción de fijar el fuego o de
presenciar o participar en la secuela.
El paciente no tiene otros motivos para provocar incendios, como motivos
financieros; convicciones ideológicas (como creencias políticas terroristas o
anarquistas), la ira o la venganza, un deseo de ocultar otro delito; delirios o
alucinaciones, o alteraciones en el juicio resultante de la sustancia abuso,
demencia, retraso mental, o traumática cerebral daños.
El componente de fuego no puede explicarse mejor por un trastorno de
personalidad antisocial, un trastorno de la conducta, o un episodio maníaco.
El diagnóstico de la piromanía se complica porque: algunos psiquiatras no están
convencidos de que los trastornos del control de impulsos deben ser identificados
como un grupo aparte, ya que los problemas con el auto-control son parte de la
imagen en muchos trastornos psiquiátricos.
Otra complicación en el diagnóstico es la falta de experiencia por parte de los
profesionales de salud mental
La prevención de la piromanía requiere un enfoque amplio y flexible para el
tratamiento de niños y adolescentes que provocan incendios. Además de una
mejor evaluación de los jóvenes y sus familias, la educación de seguridad contra
incendios es una estrategia preventiva importante que a menudo se pasa por alto.
Además de las medidas preventivas dirigidas específicamente a comenzar un
fuego, investigaciones recientes sobre el autocontrol como un rasgo de carácter
general, ofrece la esperanza de que pueda ser enseñada y practicada como muchas
otras habilidades humanas. Si se podrían desarrollar programas para mejorar la
capacidad de la gente para el auto-control, podrían potencialmente prevenir una
amplia gama de trastornos psiquiátricos.
Alumno: César Aubel – 4º año – EST Nº 1