Un hombre de edad avanzada visitó una clínica para curar una herida en la mano. Le explicó al doctor que tenía prisa por ir a desayunar con su esposa que vivía en una residencia de ancianos, a pesar de que ella sufría de Alzheimer avanzado y ya no lo reconocía. Cuando el doctor le preguntó por qué seguir visitándola si ella no sabía quién era él, el hombre respondió "Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella".