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1LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
Club Atlético
Ferrocarril General San Martín
ex Pacific
El centenario
Buenos Aires
2008
1908 - 2008
Cien años de deporte amateur
2 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
3LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
A manera de prólogo
Sentado en la despoblada sala de lectura de la hemeroteca, en el subsuelo de la por tantos años inconclusa
Biblioteca Nacional, muchas veces me pregunté si cuando los empleados del ferrocarril Buenos Aires al
Pacífico se juntaron en aquella oficina en la que se filtraban las últimas luces del día, imaginaban que lo que
estaban haciendo trascendería sus vidas y se convertiría en un símbolo del deporte amateur de nuestro país.
Probablemente no fue así. Muy pocas veces tenemos lo hombres una idea cabal de la trascendencia de nuestros
actos, en el momento de realizarlos. Sin embargo, lo que si es muy probable es que esos hombres tuvieran muy
claros sus objetivos inmediatos: construir un lugar donde ellos y sus familias pudieran practicar deportes en la
forma en que creían correcta y adecuada. Un lugar donde sus hijos pudieran criarse dentro de los principios del
juego limpio y el respeto por sí mismos y por los demás. Un lugar que ellos pudieran sentir casi como una
extensión de sus propias casas.
La mayor parte de ellos eran ingleses, provenían de los alrededores superpoblados de Londres, de pequeños y
antiguos pueblos agrícolas del West Country, de los condados industriales de Lancashire y Derby, de Anglia y
de la ribera del Tyne. Pero también había entre ellos muchos escoceses de las TierrasAltas, imaginativos galeses
e irlandeses sanguíneos y alegres. Todos habían coincidido en el Río de la Plata para trabajar en el ferrocarril
que intentaba unir los dos océanos. Y faltando poco para lograrlo decidieron fundar un club.
Un club que ya cumplió cien años y que está firmemente enraizado en el mundo deportivo de nuestro país. Un
club que reunió y reúne a cientos de familias en un común amor por el deporte, practicado con el único objeto
de competir dignamente. Durante toda su existencia, en nuestro club el deporte ha sido seguido siempre las
reglas del amateurismo, en la más amplia acepción de la palabra.
Por lo general se denomina amateur a quien realiza una actividad por pura afición, sin obtener de la misma
ningún rédito económico. Pero el significado de la palabra es más amplio, (deriva del francés y llega a este
desde el latín), y quiere decir “el que ama algo”. Un amateur puede ser tan bueno en su actividad deportiva
como un profesional, lo que lo distingue es el amor o la pasión que siente por ella
Por eso, esta no es la historia oficial del viejo Pacific. Sólo es el intento de recordar con cariño de amateur
algunos de los hechos más significativos que sucedieron en el primer siglo de vida del club.
Todo comenzó en una conversación con el querido Mario Grater, seguramente un domingo a la tarde, hace más
de dos años atrás. El centenario del club estaba cada vez más próximo y Mario me confió que esperaba que para
esa fecha contáramos con una historia de Pacific.
Y una semana después me entregó su colección de diarios, fotocopias y fotografías, que testimoniaban su
amor incondicional por el club a través de los años.
A partir de allí me dediqué, con suerte dispar y con la ayuda de muchos socios a conseguir los más variados
testimonios y fotografías que ilustran este libro. A todos por igual les debo mi gratitud por su apoyo incondicio-
nal.
“El amor a sus tradiciones nunca debilitó a una nación; por el contrario, la
fortalece en sus momentos más difíciles”
Sir Winston S. Churchill
4 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
De algunos, como Jorge Dartiguelongue y Carlos Llabrés, he incorporado sus espléndidos escritos, los que le
dan a este libro un valor literario del que de otra manera carecería.
Debo agradecer también a quienes no conozco, como el hijo de Antolín Barrero, aquel pilar de los años
cuarenta, que desde Estados Unidos y a través de Guido Estévez me envió una verdadera historia gráfica del
rugby de esos años, conservada en memoria de su padre.
Antiguos socios, como Bertie y Marta Healy, con un vínculo con el club que se remonta casi a su fundación,
Ricardo Cantarini o el Dr. Wray Middleton contribuyeron generosamente con sus opiniones y recuerdos sobre
este trabajo.
El Rugby World Museum nos dió las únicas (hasta donde he podido investigar) fotografías del histórico
partido de Pacific con el seleccionado británico (los Lions) que nos visitó en 1936.
Carlos Tozzi puso a mi disposición su espléndida colección de fotografías que atestiguan casi sesenta años
de protagonismo en el rugby y Dennis Thomas me facilitó una inigualable colección de cartas que intercambiaron
su tío Stanley con Hugo Mackern (Freelance) cuando este último lo consultó sobre los comienzos del rugby en
el club, para su conocido libro sobre nuestro deporte en la década del veinte. Del sitio web HSRA, dedicado al
hockey, he tomado algunas fotografías recientes.
Por último, quiero mencionar el fenomenal trabajo de Armando Iglesias, que a través de más de veinte años
ha registrado con precisión, semana a semana, las formaciones y los resultados de todos los partidos de rugby
del club. Como los demás, Armando puso su trabajo de años gentilmente a mi disposición.
Esta historia la he reconstruido a través de los recuerdos de muchos amigos, de las páginas de diarios como el
desaparecido The Standard (uno de cuyos cronistas deportivos era socio del club, e informaba con lujo de
detalles sobre cuanta actividad se desarrollara en el PRAC) o The Buenos Aires Herald, de revistas como El
Gráfico, que reseñó por décadas la historia del deporte en laArgentina y de docenas de publicaciones y sitios de
la web, nacionales y extranjeras que han servido de cantera para encontrar el dato específico o la nota deseada.
Sin duda mi deporte es el rugby. Lo practiqué mediocre pero apasionadamente en mi juventud y he seguido
cerca de él toda mi vida. Es por eso que este libro se extiende en el rugby del club más que en los otros deportes.
Pido disculpas por anticipado a mis amigos que juegan o jugaron tenis, hockey o bowls, pero es muy difícil
sustraerse de aquello que ha significado tanto en nuestra vida.
Pero como dije antes, esta no es la historia oficial. Sólo a mi se me puede adjudicar la selección de hechos y
recuerdos, que necesariamente debieron elegirse entre otros muchos.
Estoy seguro que en la enumeración de los hechos salientes y de quienes lo protagonizaron en estos cien años he
cometido omisiones. Pero toda historia está filtrada por la mirada de quien la cuenta. Muchas veces mirando lo
mismo vemos cosas distintas.
He intentado sintetizar en estas pocas páginas un siglo en la vida del club, que junto con otros clubes amigos, se
ha convertido, como dijimos en una fortaleza del deporte amateur, del amor por el deporte.
Hoy podemos afirmar sin duda que quienes lo fundaron lograron con creces sus propósitos. A través del tiempo
y de los hombres y mujeres que poblaron las canchas de Sáenz Peña se ha mantenido inalterable el espíritu del
Viejo Pacific.
Es por eso que quiero agradecerle a través de este libro a todos ellos, a los que corrieron atrás de un pelota los
días de sol o de lluvia, sintieron la neblina helada de las noches de invierno en el fondo, cuando sopla el viento
del oeste, alentaron esperanzados al costado de la cancha, festejaron nuestras victorias o se entristecieron en las
derrotas.
Quiero dedicar a su memoria esta narración, porque ha sido por todos ellos que hoy celebramos el centenario
de nuestro querido Pacific. Ellos escribieron nuestra historia y para ellos es este libro.
5LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
Buenos Aires tenía 1.270.234 habitantes en el año
1908, y de esta manera se había convertido en poco
más de dos décadas en la ciudad más poblada de habla
hispana y también del hemisferio sur. Sólo el 49% de
sus habitantes era argentino, y el 51% restante se com-
ponía de extranjeros de diversas nacionalidades.
Cincuenta años antes, Juan Bautista Alberdi había
escrito: “Cada europeo que viene nos trae más civili-
zación en sus hábitos, que luego comunica en estos
países, que el mejor libro de filosofía...”.
Y el fantástico país que había imaginado el autor
de “Las Bases” era una realidad en esa primera década
del siglo XX.
Entre todos los grupos que habían llegado del viejo
mundo, había uno que se destacaba notoriamente. In-
cluía a todas las familias anglohablantes, aunque no
fueran estrictamente parte del Imperio Británico.
Además de los ingleses, escoceses, irlandeses y
galeses, que habían llegado en grandes grupos desde
principios del siglo XIX, esta “colectividad” estaba for-
mada por norteamericanos y por holandeses y daneses
que por ser numéricamente muy pocos en la Argenti-
na, adoptaron el idioma inglés y rápidamente se casa-
ron con descendientes de ingleses o escoceses.
Los británicos habían estado llegando a la Argenti-
na en grandes cantidades, eran ganaderos, pastores y
ejercían infinidad de profesiones, desde la medicina
hasta la abogacía y el comercio.
A mitad del siglo pasado fueron mayoritariamente
partidarios de Don Juan Manuel de Rosas, a quien veían
como una garantía de orden y justicia en estas
inmensidades.
Pero la Organización Nacional, a partir de 1853, y
la consiguiente construcción de los ferrocarriles fue-
ron los grandes motivadores para que decenas de mi-
les de habitantes de las islas abordaran buques en
Liverpool o Southampton con destino “al Plata”.
En pocas décadas, y mediante el ciclópeo esfuerzo
de esos hombres y mujeres, más de 47.000 kilómetros
de vías férreas unieron a las distantes ciudades de las
provincias argentinas.
Entre las empresas que se ocuparon de construir y
operar los ferrocarriles estaba la denominada “Buenos
Aires al Pacífico”, destinada originariamente a unir la
gran ciudad del atlántico con la ciudad de Valparaiso,
a orillas del océano Pacífico.
El Ferrocarril
“Buenos Aires al Pacífico”
El ferrocarril denominado “Buenos Aires al Pacífico”
se creó por una iniciativa del Sr. Juan C. Clark y su
contrato definitivo es del 19 de Marzo de 1878. En
1885 se finalizó el tramo que va desde la ciudad de
Mercedes en la provincia de BuenosAires a la deVilla
Mercedes en San Luis.
Si bien los primeros años no fueron de grandes éxi-
tos, el BAP persistía en extenderse hacia el oeste, para
trasladar las grandes cosechas que empezaban a pro-
ducirse en la Pampa y unir poblaciones que
secularmente habían estado aisladas por cientos de
kilómetros casi despoblados.
El primer registro que se tiene de algún tipo de ac-
tividad deportiva vinculada al Ferrocarril BAP se re-
monta al mes de noviembre de 1888, cuando se orga-
nizó un club en la localidad de Junín, donde se encon-
traban ubicados los talleres principales de la compa-
ñía en esa época. El Sr. James McGough, escribiendo
en el “Argentine Magazine”, en su número de Agosto
de 1938, precisa lo siguiente:
“La comisión encargada de ‘organizar un club en un
predio ubicado en la localidad de Alianza o en las cer-
canías’ fue designada en el acto constitutivo del mis-
Los diez primeros años
6 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
mo, y estaba integrada por Christopher Hill (Presi-
dente), W. M. Woodhouse (Vicepresidente), C. F.
Bowden, W. Etheridge, A. Greaven, C. A. Lowe, C. E.
Mounsey y F. ColinYork. Aparentemente se trataba de
una ‘Comisión General’, encargada de controlar las
actividades del club tanto en Junín como en Buenos
Aires, ya que se mencina que la ciudad de Junín tenía
su propia ‘comisión local’, integrada por F. ColinYork
(Presidente), J. W. Croft, J. Dixon, W. B. Dodds, E. C.
Wadlow y W. Wood. F. W. Davies estaba a cargo de las
finanzas y F. A. Beasley era el secretario honorario.
Ocasinalmente aparecían notas en los diarios so-
bre algún partido de cricket, pero a la larga este club
desapareció”
Dos décadas más tarede, 1908 empezó como años
anteriores, con grandes calores y con un grupo de en-
tusiastas empleados del Pacific Railway jugando par-
tidos amistosos de Cricket con equipos de segunda di-
visión o con aquellos formados para la ocasión por
algún jugador carácterizado que visitaba nuestro país
y deseaba practicar su juego favorito.
Sin cancha pero con gran voluntad, lograron parti-
dos con algunos Clubes amigos, que por los azares del
fixture tenían libre algún sábado o domingo.
El 27 de Enero, Pacific Railway ganó un partido
contra Quilmes Second por 31 corridas. Se jugó en el
campo de Quilmes y los visitantes llegaron con 8 ju-
gadores (la noche anterior había llovido y quizás esto
disuadió a los menos entusiastas) y el partido tuvo un
comienzo dudoso, hasta que los quilmeños les presta-
ron dos jugadores.
El campo de juego estaba barroso y H. Lacey y E.
A. Clutterbuck (este último un conocido deportista que
jugaba a lo que viniera), si bien en distintos estilos,
lograron la mayor parte de los tantos de Pacific
Railway, aunque en honor a la verdad hay que decir
que fueron favorecidos por la pobre actuación de los
fielders de Quilmes en muchas ocasiones.
H. Lacey era reconocido por sus tiros con efecto
(twisted balls), que desconcertaban a los bateadores
contrarios y Clutterbuck era un “bowler” de potencia,
rápido y seguro en defensa como “fielder”.
El partido fue movido, y la crónica registra que tam-
bién los jugadores prestados, a los que simpáticamen-
te denomina “traidores”, tuvieron una gran performan-
ce y contribuyeron al triunfo de Pacific.
Pacific Railway formó con E. A. Clutterbuck, B.
Dain, F. O’Brien, H. Lacey,A. Mongiardini, D. Chalk,
La foto muestra el estado original de la 2367, una compañera de serie de la 2372 del BAP. Railway Gazzette 1931
7LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
A. P. Williams, W. Lovett, T. Duncan y W. Macdonald.
Hubo que esperar casi un mes para que se concerta-
ra otro amistoso, esta vez en Caballito, campo reciente-
mente acondicionado, y contra elWestern Railway (lue-
go denominado el Ferrocarril Oeste). Si bien Pacific
Railway perdió, no lo hizo sin presentar batalla durante
todo el partido. Su alineación, esta vez sin necesidad de
préstamos y bajo un sol radiante, fue la siguiente:
C. O’Ryan, C. E. Walker, C. H. Lacey, D. L. Chalk,
W. Macdonald, B. Dain, L. Thomas, C. O’Mally, M.
Bejo, C. F. Lacey y J. Wilkinson.
El domingo 15 de Marzo Pacific Railway se en-
frentó con el Buenos Aires Cricket Club, uno de los
grandes equipos de aquellos tiempos y decano del de-
porte en la Argentina.
Se jugó en el predio de Hurlingham y BACC ganó
cómodamente, por la experiencia de sus jugadores que
estaban terminando la temporada en excelente forma.
Pacific Railway, con cada vez más interesados en prac-
ticar deportes, formó con: C. F. Lacey, B. Dain, J. D.
Pryce, P. F. O’Brien, T. Duncan, C. E. Walker, C.
O’Ryan, E. Moroney, L. Chalk, H. G.Store y H. Lacey.
El verano estaba terminando y el año 1907 había
sido de grandes éxitos económicos para el Pacific
Railway.
Después de un comienzo difícil a fines del siglo
XIX , cuando cada año era una dura lucha por la insu-
ficiente cantidad de cargas y los malos caminos para
tender rieles ( al Pacific Railway se lo llamaba “the
rusty string of the rails”*), las cosas cambiaron, se ter-
minaron de tender los rieles, los cultivos cuyanos se
empezaron a embarcar para Buenos Aires, se absorbió
el Ferrocarril Andino, se compró el Grand Western y
como consecuencia de ello en la última semana de
Marzo de 1908 se obtuvo el record de recaudación
(91.022 Libras) y el rendimiento por milla de riel era
de 38 Libras, 17 chelines y 8 peniques, sólo inferior al
del Western Railway en 17 chelines y 6 peniques y al
del brillante Grand Southern en 1 Libra y 14 chelines.
Todo el oeste de Buenos Aires crecía a pasos agi-
gantados, y la decisión de la Compañía Primitiva de
Gas de iluminar Villa Devoto en el radio comprendido
por las calles Tres Cruces ( hoy Avda. F. Beiró), Las-
tra, América y Helguera con 150 lámparas, hizo que
* “La cuerda oxidada de los rieles”, en referencia a la cuerda que
tensa un arco y que no sirve más por deterioro, humedad o
defectos de fabricación.
se vendieran rápidamente cientos de parcelas que per-
tenecían al ferrocarril.
El Pacific Railway anunciaba diariamente en The
Standard, el principal periódico en inglés del momen-
to, una invitación repetida:
“Ingleses en Hurlingham, Italianos en Villa Devo-
to, franceses en Bella Vista, alemanes en Villa del Par-
que y argentinos en todos lados” como un apelativo
para que se compraran los miles de terrenos que se
extendían al lado de las vías). En el mes de noviembre
de 1907 el Presidente de la República firmó un decre-
to autorizando a construirse una estación que llevaría
el nombre el fallecido Presidente Luis Sáenz Peña
(1893-95). Al año siguiente empezó a construirse un
tinglado con techo de chapa, que protegería por mu-
chos años a los viajeros.
El contexto era favorable: la empresa pasaba por un
buen momento y el entusiasmo por el deporte crecía sin
pausa entre sus integrantes, por lo que el Viernes 3 de
Abril se realizó una reunión general en las oficinas cen-
trales del Ferrocarril para tratar la conveniencia y nece-
sidad de contar con un Club propio, contándose con la
presencia de más de 60 empleados, lo que hacía eviden-
te el fuerte entusiasmo que esto despertó.
Presidió la reunión el Sr. C. O’Ryan, quien des-
pués de explicar en pocas palabras el objeto de la re-
unión y el alcance del Club, anunció que la Gerencia
del Ferrocarril había prometido el uso de un predio
para practicas deportes en Alianza y solicitó a los pre-
8 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
sentes la formación de una Comisión Directiva
(Managing Committee), la que se sometió a votación,
con los siguientes resultados:
Presidente: Mr. Lightly Simpson
Vicepresidentes: Messrs. C. O’Ryan, W. Petty y F.
Reeres
Secretario Honorario: Mr. E. F. Morony
Tesorero Honorario: Mr. C. A. Walker
Miembros del Comité: Messrs. F. Garaycochea, H.
B. Mariani y P. F. O’Brien
Suplentes: Messrs. Fair y J. D. Pryce.
A continuación se sometieron a la asamblea un con-
junto de normas, que fueron aprobadas, pero con res-
pecto a las contribuciones o cuotas sociales
(“subscriptions”) la decisión fue dejada para otra asam-
blea que sería convocada con ese propósito.
Mientras tanto, se acordó comenzar jugando al fút-
bol en los terrenos de Alianza, y arreglando algunos
partidos amistosos para el próximo invierno con equi-
pos de la segunda división de la Liga.
En la edición del jueves 9 deAbril de The Standard
se narró la reunión con los detalles antedichos.
E. F. Moroni, en suu carácter de Secretario Hono-
rario, dirigió una carta fechada el 6 deAbril al Gerente
General del Ferrocarril, Mr. J. A. Goudge, solicitán-
dole autorización para “fomentar y desarrollar todo tipo
de actividad física y deportiva al aire libre que los so-
cios del club, que deben ser empleados del ferrocarril
deseen”.
Inmediatamente se dio curso favorable a la solici-
tud y se les concedió el uso de un predio en las cerca-
nías de la estación Santos Lugares.
Desde ese momento se ha considerado el 6 deAbril
como la fecha de fundación del Club.
Entre tanto, uno de los impulsores del Club, Mr.
Thomas Duncan, fue promovido dentro del Pacific
Railway a una importante posición en Huinca Renancó,
y se lo sintió como una pérdida fundamental no sólo
para el naciente Club sino para el Rugby, pues según
The Standard del 14 de Abril, “era estrictamente im-
parcial y tenía un amplio conocimiento del viejo y buen
juego, combinado con un claro instinto deportivo y
había ganado una reputación como árbitro que pocos
tenían en el país” (no sabemos en que Club jugaba Mr.
Duncan, aunque lo imaginamos con la camiseta azul
de Buenos Aires R.F.C.).
El Sábado 16 de Mayo amaneció nublado, pero para
el mediodía un sol incipiente iluminó la cancha de
Santos Lugares (se la llamaba así porque todavía no
había sido construida la estación Sáenz Peña) y Pacific
R. A. C. inauguró su predio con un partido contra
YMCA, la hoy Asociación Cristiana de Jóvenes.
El juego comenzó algo después de las tres de la
tarde, y si bienYMCA comenzó dominando las accio-
nes, los jugadores de PRAC se lucieron en un par de
jugadas y luego de una “inteligente corrida” en la que
participaron Chalk, Lacey y Dodds, este último tiró
debilmente al arco de Clutterbuck, quien “malinterpretó
la dirección” y la pelota se escurrió bajo el arquero. Y
aunque Reid se las arregló para pararla aparentemente
antes de cruzar la línea, la decisión del Referee fue
que la había cruzado, convalidánose un tanto para los
locales.
Luego las cosas volvieron a la normalidad y YMCA
dominó el juego en todas sus instancias y marcó dos go-
les seguidos, terminando el primer tiempo en ventaja.
En el segundo tiempo el partido se inclinó para
PRAC y Lacey convirtió el segundo gol, pero el largo
dominio de los locales fue infructuoso y cuando los de
YMCA apuntaban peligrosamente al arco de Wilson,
sonó el silbato y finalizó el partido.
Empate 2 a 2, y todos volvieron a Retiro en el tren
de las 18:15.
Los equipos formaron de la siguiente manera:
PRAC: Wilson, Cox y Mottoni, Stratton, Matas y
Mayne, Lacey, Dodds, Rodríguez, Coseri y Chalk.
YMCA: E. A. Clutterbuck, Reid y Walker, Bejo, Day
y Tibbits, Millican, Grosso, A. González, Lelong y R.
D. Christian
(La alineación la damos tal como se usaba enton-
ces: Un arquero, dos “backs”, la “línea media” con
tres “half-backs” y cinco “forwards”)
Algunas semanas después le dimos la “revancha”,
y allí YMCA nos ganó inapelablemente por 3 a 0.
Los oponentes escaseaban: la mayoría de los equi-
pos competitivos estaban inscriptos en la Asociación
de Fútbol del Rio de la Plata en alguna de sus tres divi-
siones, por lo que cumplían un fixture regulado de an-
temano.
A cuasa de de esta dificultad, el siguiente aviso se
registra en The Standard del jueves 21 de Mayo:
9LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
“The PRAC wants friendly matches with Second
Division Clubs. Communications to Captain: D.L.
Chalks, Calle 25 de Mayo 277”
Recién el 19 de Junio se logró un amistoso, y esta
vez fue con Belgrano Athletic Club, dando comienzo
a una relación centenaria que se ha fortalecido cada
vez más con el tiempo.
Belgrano, con su equipo «B», nos ganó 2 a 0, con
dos estupendos goles de Rugeroni.
La crónica registra que en este partido tuvimos nues-
tro primer lesionado: Dodds se retiró al promediar la
primera etapa, pero volvió a entrar en el segundo tiem-
po, inaugurando la tradición de nuestros jugadores: dar
todo en cada partido.
Pero mientras nuestros entusiastas jugadores de
fútbol seguían practicando entre ellos, por falta de ad-
versarios, un anuncio en los periódicos avisaba de una
extraña cita: El Jueves 9 de Julio, aprovechando el fe-
riado patrio, se invitaba a quienes quisieran jugar al
Hockey a presentarse en Belgrano A. C., a las 9 de la
mañana, para practicar y evaluar el interés de los de-
portistas.
Tal iniciativa, impulsada por Messrs. J. A. Tasker y
F. V. Sewards, mereció un alborozado comentario en
la sección de deportes: «Al fin llega este magnífico
juego a la Argentina», recordándose que el mismo
Eduardo VII, entonces monarca del Reino Unido y
Emperador de la India, había sido un gran jugador de
hockey en su juventud, cuando era el Príncipe Bertie.
Finalmente, ganó el equipo capitaneado por Mr.
Tasker y fue tan grande el éxito de concurrencia que el
7 de Julio se invita por la prensa a los Clubes para que
formen equipos.
Rápidamente respondió el San Isidro A. C. (hoy
C.A.S.I.) y sostuvo varios partidos con Belgrano,
difundiendose el juego entre muchos deportistas (por
ahora solo caballeros, todavía faltaba un año para que
también las damas lo practicaran en la Argentina...)
El Miercoles 26 de Agosto por la noche, tal como
lo consigna la crónica periodístoca del Domingo 30,
se constituyó la Asociación Argentina de Hockey, en
una reunión presidida por Mr. F. R. Guppy y donde
Mr. H. Brookhouse de Belgrano A. C. actuó como Se-
cretario.
Se eligieron como autoridades a:
Presidente: Sr. Tomás Bell
Vicepresidentes: Messrs. G. E. Morton (BAC) y F. R.
Guppy (S.I.A.C.)
Equipo de Cricket del PRAC en 1908: R. D. Lynde, H. G. Stone, A. L. Tatton, T. Whitehead, D. L. Chalk,
E. M. Parlkinson, S. M. Watson, B. Dain, H. Lacey, C. Noakes y C. Walker
10 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
Secretario: Mr. H. Brookhouse (BAC)
Tesorero: Mr. B. Dain (Pacific R.A.C.)
El Comité encargado de regular las actividades se
constituyó con un delegado de cada uno de los Clubes
afiliados, que fueron sólo tres:
Mr. F. V. Sewards por el San isidro Athletic Club
Mr. R. J. Nicol por el Belgrano Athletic Club
Mr. H. G. Stone por el Pacific Railway Atlhetic Club
La cuota de afiliación se estableció en $ 5 por año,
a pagar en la asamblea anual y un «entry fee» para
jugar la liga de $ 10 por equipo.
Finalmente se agradeció al Sr. T. Bell la donación
de una Copa y se aprobó la intención de afilarse a la
English Hockey Association.
El hockey no pudo comenzar sus actividades for-
malmente hasta el 16 de agosto con la participación de
dos equipos de Belgrano A.C. -que en ese momento
tenía sin dudas el plantel más numeroso de jugadores-
llamados «Blancos» y «Azules», San Isidro y Pacific.
En la primera fecha, San Isidro como local venció
a los «Blancos» de Belgrano por 3 a 2, mientras que la
presentación de Pacific no pudo ser más auspiciosa,
ya que después de practicar sólo unos pocos días, aun-
que la mayoría de sus jugadores había aprendido a ju-
gar en Inglaterra, venció a los «Azules» de Belgrano
por 1 a 0 en su primer encuentro oficial.
De acuerdo a las crónicas de estos encuentros, los
conjuntos de Belgrano no contaban ese día con sus
mejores jugadores y los «Blancos» sólo reunieron nue-
ve.
El partido programado con « BelgranoWhites», uno
de los dos equipos que había formado ese Club, no
puedo disputarse por razones que ignoramos. En la
segunda fecha San Isidro superó a Pacific por 4 a 2 y
en la tercera fecha, San Isidro, que necesitaba sólo
empatar para ganar el campeonato, lo consiguió obte-
niendo así por primera vez el trofeo.
Nuestros socios querían jugar al fútbol, y ante la
falta de rivales, se anotaron, un poco tardíamente, en
la Railway League, que agrupaba a los equipos ferro-
viarios.
El primer partido jugado registra el triunfo frente
al B. A. Grand Southern (Ferrocarril Sud), en la can-
cha de Caballito.
PRAC formó de la siguiente manera: Wilson; Pigni
y Moltoni (Cap.); Johnson, McKee y Other; Rugeroni
(quizás un refuerzo para la ocasión..) Taylor, Watson,
Morgan y Chalks.
Con la primavera tradicionalmente llegaban otros
deportes, y en la Reunión Anual del Argentine Cricket
Championship se anunció la intención de PRAC de
anotar un equipo y se decidió esperar un día para que
lo haga.
Un día después, el 26 de Septiembre, PRAC pre-
sentó formalmente el equipo y se lo aceptó en Segun-
da División.
Para la temporada 1908/09, la Primera División
quedó conformada por: Belgrano A. C., Hurlinghan
Club, Lomas A. C., BACC, San Isidro A. C., Quilmes
A. C. y G. Southern Railway A. C.
La Segunda División por San IsidroA. C., Belgrano
A. C., Lomas A. C., BACC, Grand Southern Railway
A. C., Western Railway A. C. y Pacific Railway A. C.
El 8 de Noviembre PRAC jugó el primer amistoso,
visitando a Quilmes A. C., y una vez más fue con un
hombre menos: Mr. Arnold Williams, quien estaba
presente para presenciar el partido, cubrió gentilmente
la vacante.
Pese a la descollante actuación de S.M.Watson,
quien fue el bowler más efectivo, perdimos por 106
corridas.
El resultado final: QuilmesA. C. 219 vs. PRAC 53.
Nuestro equipo formó con:
S. M. Watson, C. O’Ryan, D. L. Chalk, C. E. Walker,
H. G. Stone, C. Stephenson, J. Noakes, H. Stratton, H.
Lacey y el «prestado» A. Williams.
El Sábado 14 comenzó el campeonato de Segunda
División, y el «once» de PRAC fue a Palermo, a enfren-
tarse con el Buenos Aires Cricket Club, bajo un sol ra-
diante y una temperatura espléndida para practicar de-
portes. De ese encuentro la crónica periodística no sólo
rescata la victoria de BACC por 10 wickets sino que
señala la «llegada tarde» de nuestro Capitán, que arribó
«justo antes de las once», pecado que por otra parte pa-
rece que ya había cometido anteriormente.
PRAC: S. M.Watson, B. Dain, C. O’Ryan, H. Lacey,
D. L. Chalk, J. Noakes, E. Parkinson, J. W. Shaw, W.
F. Halliday y C. Stephenson.
El 20 de Diciembre, también con un clima magní-
fico, ganamos nuestro primer partido contra Lomas
Athletic, de visitantes.
11LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
La diferencia fue abrumadora: 241 carreras y a la
finalización Miss Horrocks, acompañada por Mrs.Thyne
y Miss Cotman presidieron el té, seguramente acompa-
ñado por suculentos scones y tartas varias.
PRAC: B. Dain, C.Walker, H. Lacey, S. M. Watson,
J. Noakes, D. L. Chalk, J.Whitelaw, E. Parkinson, Cose,
Poultney y Crabtree.
Navidad y Año Nuevo se festejaron con sendos en-
cuentros entre los socios del recién nacido Pacific,
aunque no ha quedado registrado donde se llevaron a
cabo las reuniones. Sospechamos que no fue en San-
tos Lugares, sólo destinado a la práctica deportiva y
con instalaciones muy precarias.
1909
Pasaron las fiestas y el año 1909 comenzó con otra
victoria, esta vez sobre San Isidro A. C., el 2 de Enero.
PRAC: B. Dain, J. Noakes, C. Walker, D. L. Chalk,
H. Lacey, J. Whitelaw, J. Shaw, J. Armstrong, W.
McKay y E. Parkinson.
Y seguimos bien derechos: al día siguiente le ga-
namos a Buenos Aires Grand Southern A. C. por 180
corridas. El periodista titula: «Fácil victoria para
Pacific» (Esta es la primera vez que se denomina a
nuestro Club como Pacific, a secas, bautizándolo para
siempre), y formamos, entre otros, con: Dain, Noakes,
Watson, Parkinson,Walker, O’Ryan, Lacey,Armstrong
y Whitelaw.
El 10 de Enero vencimos a BACC 104 a 88, jugan-
do como locales en Santos Lugares.
Walker, Noakes, Chalk, Moroney,Whitelaw, Tatton
y Dain figuran en las noticias como participando en el
encuentro.
El 17 ganamos el partido contra LomasA.C., que pre-
sentó sólo nueve jugadores, pero el 31 se cortó la racha:
Western Railway nos derrotó claramente por 144 a 60.
El 7 de Febrero se jugó con San isidro A. C. y el 14
con Belgrano A. C., las dos veces en Santos Lugares y
las dos sendas victorias de PRAC.
Gran performance del Club en su primera compe-
tición oficial, que finalmente salió tercero en el Cam-
peonato de Segunda División.
El último fin de semana del mes se enfrentaron dos
equipos de PRAC (y pensar que poco tiempo antes nos
prestabanjugadores...),alosquesedenominaron«Camp»
(palabraangloargentinaparadenominarel«campo»)osea
quienes trabajaban fuera de BuenosAires y «Town», sien-
do estos últimos los «porteños». Ganó «Town», formado
por los experimentados jugadores del campeonato con al-
gún amigo agregado, por 100 carreras a 55 y los equipos
formaron así: «Camp»: Le Bas, Tilleard, Smith, Sawyer,
Pearson, O’Brien, Kennedy, Bannett,Williamson, Shaw y
Parkinson.»Town»:Lacey,Noakes,Chalk,Watson,Stone,
Lynde, Rugeroni, Dain, Poultney, Morony y O’Ryan
La temporada terminó con tres partidos amistosos:
perdimos contra el excelente once de Hurligham y
contra un equipo llegado de Bahia Blanca, y ganamos
lo que «The Standard» denominó ácidamente «paro-
dia de partido» (¡¡cómo habrá sido!!) contra Western
Railway
Para redondear el saldo positivo de nuestro primer
año, PRAC ganó la Railway Football League, mos-
trando un juego superior y convirtiéndose en la sor-
presa en materia de fútbol.
Tan bien nos fué que inmediatamente se solicitó la
afiliación a la Argentine Football Association (que re-
cientemente había cambiado su nombre...) y la Comi-
12 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
sión Directiva de esta institución inscribió a un equipo
de PRAC en la Tercera División (Third League).
En esta categoría competían: Estudiantes, Comer-
cio, Racing «A», Boca Juniors, River Plate, F. C. Oes-
te, Independiente «A», Riachuelo «A», Banco de la
NaciónArgentina, Criollos «A», Estudiantes de la Pla-
ta, Banfield, Racing «B» *,Atlanta, Estudiantes Juniors
y PRAC.
En tanto se realizó la Reunión Anual de la Asocia-
ción de Hockey, en las oficinas de Mr. Brookhouse y
Mr. Clutterbuck, eligiéndose la Comisión para el año
1909, que quedó compuesta por el Sr. T. Bell como
Presidente Honorario, Mr. Morton como Presidente,
Messrs. Guppy y Pound como Vicepresidentes, Mr. T.
Dain como Secretario y Mr. Brookhouse como Teso-
rero.
Fue una reunión agitada, y se puntualizó que en
Inglaterra nunca se había jugado al hockey por una
copa o trofeo (recordemos que el Sr. Bell había dona-
do una Copa en la reunión constitutiva) excepto laArmy
Cup y la Hospital Cup, ambas con carácter benéfico.
Aunque aún no se había recibido respuesta por par-
te de la Asociación Inglesa de Hockey al pedido de
afiliación, se rechazó el jugar por una Copa y se deci-
dió que no se haría un campeonato, jugándose solo
partidos amistosos.
(Tenemos que recordar que el jugar por algo, sean
puntos, copas, medallas, etc. era considerado en esa
época como un incentivo espúreo al mero acto depor-
tivo. Los encuentros debían estar regidos simplemento
por el honor y el placer de practicar un juego. El de-
porte era un asunto de caballeros.)
El 30 de Abril una nota en los diarios invita a las
«damas que quisieran jugar al hockey» a que se acer-
quen a BelgranoA. C. el Sábado 1 de Mayo a las 2:30,
* La letra luego del nombre del Club señala a un segundo o
tercer quipo («A» o «B»)
Equipo de Cricket, 1909: W. Smith, T. M. Barrs, B. A. Turner, J. J. Goncalvez, B. J. Wisdom, H. Lacey, H. M. Gubbins, R. J. Wright,
Ivor Williams, A. Harris y A. Pires.
13LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
para elegir Capitana, Vice y Miembros de la Comi-
sión.
No sabemos la respuesta a la convocatoria, pero
mientas esto sucedía, Pacific R. A. C. organizaba su
primera reunión social: un «Smoking Concert» que se
llevó a cabo el 4 de Mayo a las 8:30 de la noche, en el
Salón Béranger, ubicado en la calle Tacuarí 253.
Durante el concierto se entregaron las copas y me-
dallas al equipo de Fútbol de PRAC, ganador del tro-
feo de la Liga Ferroviario, el que había sido donado
por Mr. H. H. Loveday, esq., Chairman of the Clearing
House.
La reunión fue un éxito de asistencia, con la «casi
totalidad del talento amateur» presente en el salón, y
la presidió el Presidente del Club, Mr. Lightly Simpson,
quien se desempeñaba como Assistant Locomotive
Superintendent BAP, Works Alianza.
La organización corrió por cuenta de Mr. George
Holland y de Mr. Dudley L. Chalk y el programa con-
sistió en las siguientes piezas:
Primera parte
Solo de Pianoforte a cargo de A.B. Stark
Canción Cómica por Mr. G.N. Schultz
«The Raft» (La Balsa) por C.H. Smith
«Off to Baltimore» (Fuera de Baltimore) por Douglas
Clark
«Banish, oh maiden» (Estoy desterrado, mi doncella)
por un cuarteto formado por Bove, Shaw, Huntington
y Hughes.
«Corporal Dick’s promotion» (La promoción del Cabo
Dick) recitado por J. Weniger
Canciones cómicas por J.Scharenberg y A.Ramus
«Railway Porter» ( El Changador) por G. Holland, que
fue festejada ampliamente por la audiencia, forzando
a Geo Holland a aparecer nuevamente en escena, esta
vez para cantar «Twilight» (Crepúsculo). Para finali-
zar, Mr. Mc Dougall bailó la Danza Escocesa de la
Espada vestido con ropas de highlander.
En el cuarto intermedio, Mr. J. Goudge entregó la Copa
a Mr. Simpson, excusando a Mr. Loveday, quien no
pudo asistir. Las medallas fueron para los deportistas
más destacados, Messrs. Johnson, Casella, Haslam,
Walker, Molteni,Wilson, Zissler,Watson y Chalk como
futbolistas y Messrs. Watson y Lacey como jugadores
de Cricket.
En la Segunda parte el repertorio fue:
Dúo de Violín, a cargo de R.Bett y Marfaing
«Teaching McTavish to dance» (Enseñando a bailar a
McTavish), por G. Schultz
«Sherlock», recitado por J.M.Jackson
Canciones cómicas a cargo de C.Smith, A.Fraser,
J.J.Jeffries y F.Mehlin
«The two Roses» (Las dos Rosas), un cuarteto, y para
finalizar la danza escocesa «Highland Fling» (Albo-
roto Montañés) nuevamente por A.F.McDougall.
La Tercera parte (sí, hubo una tercera...) compren-
dió la representación de la farsa cómica «Box and
Cox», de John Maddison Morton, en la que el papel de
Box (un imprentero) estuvo a cargo de Geo Holland,
Cox (un sombrerero) fue Jack Weniger y el de Mrs.
Bouncer (la dueña de la pensión) lo hizo, aunque Ud.
no lo crea: Mr. Douglas Clark !!!
Parece que la actuación de Holland fue muy buena y
la crónica dice que «arrancó rugidos de risa en la audien-
cia», convirtiéndose en el centro del interés de la platea.
Todo finalizó con la totalidad de los presentes can-
tando el «God save the King» y se le entregó a cada
uno un cigarro en cuyo envoltorio estaba impreso: «Con
los saludos de Mr. J. A. Goudge».
1909 fue un buen año para el Club, que logró im-
portantes triunfos en la Railway Football League,
liderándola desde el inicio y siendo su equipo más fre-
cuente el formado por:
Wilson, Mallet y Machado; Parkinson, E.A. Brown
y Sheridan; Curtis,Watson, Morgan (Capitán), Parsons
y Chalk.
También en Tercera División nos fue bien, y se ob-
tuvieron resultados estimulantes, sobre todo para un
equipo que recién comenzaba a jugar un campeonato.
Y en cuanto al hockey, se formó un equipo estable,
que jugaba amistosos casi quincenalmente.
Le ganamos 5 a 2, asombrosamente a San Isidro A.
C., de locales y el 7 de Julio, perdimos frente al mis-
mo club el 2 de Agosto como visitantes y logramos la
misma performance frente a Belgrano: 3 a 1 perdimos
en Belgrano y ganamos 3 a 1 en « Santos Lugares».
En esta última ocasión se inauguró la nueva cancha
que se había estado construyendo desde varios meses
antes.
La crónica señala que «estaba en excelentes condi-
ciones, lo cual fue un mérito para quienes la prepara-
14 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
ron» y que luego del partido se «sirvió té y otras co-
sas» (¿scones, sandwichs, masas?) a los presentes.
El 29 de Agosto empatamos con BAGS (F. C. Sud)
y finalmente Belgrano nos derrotó en el «bueno»: 2 a 0.
El equipo formaba habitualemente con:
Dain (jugaba también de centre-forward), Stone y
O’Brien; Pusey, Mason y Poultney; Staffurth,
Wigthwick, Watson, Lacey y Smithe.
También figuran en los registros Parkinson, Patton,
Pewsey y Tatton.
Es de destacar que fue el 24 de Julio que se disputó
el primer macht de hockey entre damas, jugando el
equipo de la escuela St. Katherine con un combinado
llamado Gregory’s XI.
El 29 de Agosto otra vez jugó St. Katherine’s, esta
vez con Belgrano’s Ladies.
También debemos destacar que había en 1909 otros
dos Clubes vinculados con el BAP Railway: en Bahia
Blanca estaba el «Club Atlético FFCC Sud y Pacifi-
co», que utilizaba las instalaciones del Port of Bahia
Blanca Athletic Club; y en Junín existía un FC Pacific
Football Ground, donde se disputaban los «athletic
sports» el 17 de Julio.
El Ferrocarril BAP seguía creciendo, y en el mes
de Agosto inauguró la estación Villa Real, finalizando
el nuevo ramal «Retiro-Once de Septiembre», que ad-
ministraba conjuntamente con el FC Oeste.
Este ramal incluía las estaciones de Retiro, Palermo,
La Paternal, Villa Devoto, Villa Real, Vélez Sarsfield,
Flores, Caballito y Once de Septiembre y permitía que
los pasajeros realizaran un viaje «redondo», es decir
subiendo al tren en Once, se podía descender final-
mente en Retiro, después de haber recorrido toda la
ciudad.
1910
Ese año trajo por primera vez el rugby a nuestro Club.
Buenos Aires Football Club jugó un partido de prácti-
ca el 3 deAbril en las instalaciones de Santos Lugares,
enfrentándose dos teams: uno con la tradicional vesti-
menta azul y otro, denominado «colores» que vestía
distintas camisetas.
Se marcó una cancha y se instalaron las «haches»
en el predio, de tal manera que BAFC jugó toda la
temporada en el Club.
La crónica lo celebró, y podemos citar textualmen-
te a The Standard: «Por varios años se ha visto al viejo
Club de la Ciudad ir de cancha en cancha. pero por fin
esta temporada han encontrado lugar en los espacio-
sos campos de PRAC en Santos Lugares».
Sin embargo los deportes que más habían arraiga-
do eran sin duda el Cricket y el Hockey. Eran muchos
los aficionados que se daban cita cada fin de semana o
Terraplén que unía Villa Real con Versailles y Villa Luro
15LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
en los muchos feriados que entonces tenía el calenda-
rio para practicarlos. Tantos que el Club se vió en la
obligación de avisar a través de los medios que no te-
nía palos de repuesto y por lo tanto quien quisiera ju-
gar debía llevar su correspondiente «stick».
El 1 de Mayo toda la Argentina, que se preparaba
para celebrar el Centenario de la Revolución de 1810,
se conmueve con la noticia: El hombre había triunfa-
do sobre la naturaleza, y estaba abierta la vía férrea a
través de los Andes.
Ya era una realidad el nombre esperanzado que se le
había dado al Ferrocarril: De Buenos Aires al Pacífico.
El trasbordo se hacía en Mendoza y de allí cómo-
dos vagones trepaban las montañas a más de 3.500
metros de altura, con auxilio de poderosas cremalle-
ras, para descender luego por la cuesta de Chacabuco
hasta el valle de Santiago de Chile.
El júbilo que embargaba a la floreciente colectivi-
dad británica y que le había llevado a preparar las más
espectaculares fiestas para el 25 de Mayo, se vió vio-
lentamente oscurecido por el fallecimiento del Rey
Eduardo VII, «El gran amigo de Argentina» y el «Rey
Dandy» como se lo denominaba frecuentemente.
El hijo de la Reina Victoria había reinado poco más
de ocho años, después de una espera de sesenta. Pero
nuestro país no olvidaba que su laudo arbitral nos ha-
bía concedido gran parte de la Patagonia, luego de agrio
y largo diferendo con Chile, que estuvo a punto de re-
solverse por las armas.
Así fue que el 7 de Mayo todas las banderas se co-
locaron a media asta y el luto severo se guardó por tres
días en todo el país.
La delegación del Reino Unido suspendió su viaje
para asistir a los festejos y la colectividad canceló las
reuniones, los espectáculos y los bailes de gala que
había preparado para la Semana de Mayo.
Sólo se siguió adelante con las justas deportivas, y
por eso y como parte del «climax» de festejos nuestro
Club jugó un memorable partdio de hockey con
Belgrano Athletic el 29 de Mayo, en Santos Lugares y
la revancha en Belgrano el 4 de Junio.
Para ese importante acontecimiento, los llamados
«Partidos del Centenario», el equipo de PRAC se ali-
neó de la siguiente manera: H. Stone, A. Tatton y P.
O’Brien; E. Parkinson, S. Roswell y A. Mason; H.
Dunlop, L. Hannan, D. Chalk, B. Lokes y B. Dain.
Las reservas fueron: Dyke, Poultney, Colcutt,
Tollast y Other.
El 15 de Junio el Club anunció que se había inau-
gurado un «golf course» de nueve hoyos en Sáenz Peña,
la nueva estación que se estaba construyendo «cerca
de Devoto», y aseguraba que a pesar de la lluvia los
links estaban en muy buenas condiciones y «se podía
lograr un buen juego».
Se aceptaban otros socios además de los ferrovia-
rios y el fee anual ascendía a $ 10.
Creemos que esta es la primera noticia que sitúa la
actividad deportiva en el lugar que actualmente tiene
nuestro Club, cercano a los talleres Alianza, pero que
ya no se denomina Santos Lugares.
Todo el invierno fue prolífico en actividad deporti-
va, y se jugaron varios partidos de hockey, con exce-
lentes resultados. Numerosos triunfos y empates colo-
caron a Pacific en el segundo lugar en la «tabla de
amistosos» que se confeccionó al finalizar la tempora-
da, sólo por debajo de BelgranoAthletic «A», que ganó
todos los partidos que jugó.
Debemos señalar el vertiginoso crecimiento del
Hockey, que en sólo dos años contaba con nueve equi-
pos que participaban en forma regular.
Lomas Athletic, BAGS, Belgrano «B», San Isidro
A. C. II, San Isidro A. C. I, Buenos Aires Hockey Club
siguieron a nuestro Club, cerrando las posiciones Junín,
que jugaba intermitentemente por razones de distancia.
Fue justamente con estos «primos» de la Provincia
de Buenos Aires que PRAC jugó un brillante partido,
16 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
ganando por 4 a 2, pero en su visita a Junín cayó por 3
a 1, en lo que la crónica recuerda como un « inespera-
do traspié, debido a que quizás no se recuperaron del
viaje». (Como puede verse las excusas son tan poco
originales antes como ahora...)
Sobre este partido sin embargo, podemos mencio-
nar un rasgo de caballerosidad que es en sí una verdade-
ra lección para todos aquellos que practican un deporte.
Cuando el Sr.Anderson, que jugaba para Junín «re-
cibió un feo golpe sobre un ojo y tuvo que dejar el
campo de juego, uno de los jugadores contrarios salió
con él, para darle ayuda si fuera necesario (y para no
obtener una ventaja circunstancial sobre el adversa-
rio) y el partido continuó con 10 hombres por lado».
Esto es lo que entendían nuestros mayores por «fair
play». No lo declamaban. Lo ponían en práctica.
Como acotación, podemos mencionar que para Junín
jugaron: Bell, Viver y Barton; Fraser, Reid y Crook;
Anderson, Chapman, Cripps, Williams y Rankin.
Para Pacific: Stone, Tatton y O’Brien; Roswell,
ParkinsonyClarke;Dunlop,Dyke,Mason,PoulneyyDain.
La Argentine Hockey Association tenía motivos
para festejar: dos de sus fundadores habían salido en
primer y segundo lugaren el año y finalmente se reci-
bió el telegrama por el cuál se le comunicaba que el
Cuerpo de Gobierno de la Asociación Inglesa de Hoc-
key la reconocía y colocaba «al mismo nivel de otras
Asociaciones coloniales y extranjeras».
1911 y 1912
El tórrido y seco verano de 1911 se dedicó, como era
usual a jugar al Cricket en el Campeonato de Segunda
División, y al cabo de cuatro meses de encuentros se-
manales, PRAC terminó cuarto, una posición no de-
masiado destacada, si tomamos en cuenta la cantidad
de participantes.
Una vez que se dejaron de lado los bats y los
wickets, se programó la primera práctica de Hockey
para el 11 de Abril, y se concertó un nuevo acuerdo
con BAFC para que su primer equipo jugara otro año
en la cancha de rugby de Sáenz Peña.
Como dato marginal, debemos señalar las dificul-
tades por las que pasaba este deporte. No se había lo-
grado la inscripción de suficientes equipos para for-
mar una Segunda y el campeonato de Primera (y úni-
co) fue disputado por BAFC, Belgrano Athletic, San
Isidro Athletic Club, Rosario Athletic, BAGS, Gimna-
sia y esgrima, Gimnasia y Esgrima Juniors (su segun-
do equipo) y el recién constituido Racing Rugby Club.
En la última semana de Abril se llevó a cabo la
Asamblea Anual de nuestro Club, cuya Comisión Di-
rectiva estaba compuesta por Mr. Lightly Simpson,
secundado por E. F. Morony (como Secretario), A. H.
Garbett, (Tesorero); A. Barnett, (Auditor) y J.
W.Goldrick, T. Williams, S. M. Watson, B. Dain, O.
Reischer, P. O’Brien, J. Stubbs, C. O’Ryan,A. Kohrig,
R. Rasmussen, A. Poultney, R. Stolzenberg, Wisdom
y B. Plummer.
El reporte anual no fue muy alentador: la cantidad
de socios había permanecido invariable (2 vitalicios,
67 socios «senior», 12 «junior» y 3 socios «de cam-
po», que equivalía a decir que «vivían en el campo».)
y se remarca que «…los argentinos no usan el Club».
Se lo atribuye básicamente al costo del pasaje, seña-
lando que « prefieren ir a Clubes de la Capital, a los
que llegan con sólo el boleto de tranvía, que cuesta $
0.10». A raíz de esto, sugieren que el BAP establezca
un boleto reducido de $ 0.20 para llegar desde Retiro a
Sáenz Peña.
Se menciona que desde Diciembre se encuentra en
uso el nuevo «pavilion»(que era un galpón de madera,
con vestuarios), pero «se necesita más dinero» para
terminar algunos detalles.
Las canchas de Hockey, Cricket y Fútbol se consi-
deran en excelente estado, cuidadas por Luis (no se
menciona el apellido), el «ground man» o «canchero»,
pese a la sequía, que siempre «complica las cosas».
Pasando a la performance deportiva, se declara que
«en Cricket la temporada no fue tan buena como las
anteriores, y el Capitán fue Mr. Read». En lo que ata-
ñe al fútbol, fue «un año perdido», ya que al borrase el
FFCC Central Argentino de la Railway league «ésta
perdió todo interés». Como si esto fuera poco, fuimos
derrotados por Western Railway por la Copa Loveday.
El Golf es «jugado por pocos socios, pero se ha
solicitado al BAP agrandar los links a 18 hoyos». Sólo
el hockey se salva. Se jugaron 13 partidos, ganando 8,
perdiendo 3 y empatando 2, y «se cuenta con la mejor
cancha del país».
Pese a todo, no se pierde el entusiasmo, y «se sien-
te la gradual necesidad de hacer un bowling green y
algunos Tennis courts».
17LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
Sin demasiado interés, se menciona que «hay una
sugestión emanada de Junín, para hacer una suerte de
federación con los varios clubes del FFCC BAP». Sólo
se aporbó intercambiar visitas con Bahia Blanca y
Junín.
Se eligió a R. Stuart, O’Ryan y J. Bryans como Vi-
cepresidentes y a Mr. Poultney como Secretario, dan-
do la despedida a quienes se alejaban de la Comisión
con «palabras halagadoras por su desempeño». A Mr.
Morony especialmente, quien «dentro de poco tomará
unas bien ganadas vacaciones en el viejo país».
Finalmente se decidió que aquellos socios que re-
nunciasen deberían pagar $ 10.- para reingresar al Club.
En Mayo comenzó la temporada de Hockey.Y qué
temporada para Pacific !!.
Le ganó a San isidro por 2 a 1 y a BAGS por 3 a 0,
a Belgrano II por 4 a 1, a Belgrano por 3 a 0, empató
con Lomas 0 a 0, con BAGS 1 a 1, le ganó a BAHC por
4 a 1, a San Isidro po 4 a 2, a Lomas por 1 a 0 y empató
con BAHC en la última fecha 0 a 0, el 10 de Septiem-
bre. Invictos y primeros en la tabla extraoficial.
El equipo estaba formado por Cripps, Dain y
Parkinson; Barrs, Dunlop y Poultney; Millicken,
Cumberbach, Stone, Roswell yWain, actuando Smythe
y Chalk como reservas.
En Julio por f¡n debutaron los «juniors» (menores
de 18 años) de PRAC, jugando un amistoso al fútbol
con los jóvenes de FCCA.
Los pioneros fueron J. Wilson, M. Torres (Capi-
tán), E. Wilson, Panizzi, M. Marquínez, F. Wilson, Sil-
vestre Santillán, R. Oporto y R. Isola. No sabemos
como les fue.
En cuanto a los mayores, se volvió a jugar la
Railway League, ganándole 2 a 1 en el primer partido
a Ferro Carril Oeste (nueva denominación del Western
Railway).
PRAC formó con: Wilson, Dodds y Echeverría;
Pena, Mallet y Dodds; Alvarez, Cevasco, Morgan,
Griffiths y Chalk.
En Junio el Rugby había sufrido una verdadera ca-
tástrofe. En Avellaneda, y en su primer partido oficial,
los jugadores del Racing Club provocaron un escán-
dalo pegándole a mansalva a los jugadores de Belgrano
Athletic, a tal punto que uno de los últimos «casi pier-
de los dos ojos» a causa de un puntapié en la cabeza.
Los jugadores y simpatizantes de Racing amenazaron
al referee y trompearon a los contrarios al grito de
«¡Hay que pegarle a los ingleses!». El partido se sus-
pendió a los pocos minutos de la segunda etapa, cuan-
do Belgrano convirtió un penal que lo ponía adelante
en el marcador.
Dos días después, la Unión de Rugby suspendió in-
definidamente a Racing Club para la práctica de este
deporte, y a la mayoría de sus jugadores, exceptuándo-
se al Capitán, que caballerescamente se retiró de la can-
cha, avergonzado por la conducta de sus compañeros.
Es posible que sea un «pic-nic» en las instalaciones del Club
18 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
También podemos resaltar que el 25 de Mayo se jugó
el primer partido de «mixed hockey», con dos equipos
formados por damas y caballeros, y fue todo un éxito.
Los protagonistas fueron instados a repetirlo.
El equipo de Cricket fue anotado nuevamente en
Segunda División para la temporada, y en Noviembre
comenzó ganando.
En 1912, una columna sobre hockey en The Stan-
dard decía lo siguiente de PRAC: «Su éxito se debe
mucho a la forma en que sus jugadores se mantuvie-
ron juntos. Pacific nunca tuvo más que 13 jugadores
para elegir, pero fue uno de los pocos equipos que nunca
se presentaron con menos jugadores».
Y más adelante agregaba: «Una media docena de
jugadores fueron ayer (domingo) a la práctica en Sáenz
Peña y en lugar de jugar al hockey se fueron a nadar a
una acequia».
Se decidió que en la próxima asamblea del club se
sugiera que se organice una carrera anual de natación
entre el club y la estación (por la acequia que los unía)
y tampoco sería mala idea que el secretario del club se
ponga en contacto con el ferrocarril para que éste haga
una calle entre la estación y el club».
Sin embargo, el equipo de Hockey de Pacific se-
guía ganando, y fue sin dudas, el mejor equipo del año
1912, superando a todos sus adversarios.
Eric Weil, en su «Historia de Hockey en la Argenti-
na», señala:
«Pacific fue el mejor equipo durante los años 1911 a
1913 cuando jugó 35 partidos sin perder, 29 triunfos y
seis empates. Esta fue una magnífica actuación, te-
niendo en cuenta que San Martín no tenía muchos ju-
gadores para elegir y además no podía conseguir la
asistencia de esos pocos a los entrenamientos,
Entre los jugadores que militaron para San Martín
durante ese período estaban: S. Roswell, A. Tatton, P.
O’Bryen, H. Stone, J. Wilson, B. Dunlap, W. Milliken,
B. Dain, W. Mayne, D. Chalk, Fitzpatrick, Pennock,
Platt, Clarke, Longland, Anderson, Dyke y Parkinson».
1913
Después de un verano sumamente activo, en el que
PRAC participó en el torneo de segunda División de
Cricket con excelente desempeño, ya que no perdió
ningún partido y sólo empató dos.
En el Interferroviario de Fútbol obtuvo un merito-
rio segundo puesto, nuestro predio de Sáenz Peña se-
guía experimentando mejoras: los vestuarios se agran-
daron, y se agregó un «chalet» y el primer intento de
construir canchas de tenis, todavía embrionario.
En Abril comenzó la temporada de Rugby, siendo
local Buenos Aires F.C. en nuestras instalaciones por
cuarto año consecutivo.
En Primera División jugaban B.A.F.C., Medicina,
Gimnasia y Esgrima de BuenosAires, LomasAthletic,
Belgrano Athletic y Rosario Athletic.
En segunda estaban inscriptos Columbia (de Lo-
mas de Zamora), Gimnasia y Esgrima, Atlanta (no sa-
bemos de donde), Belgrano Athletic, Porteño y Junín
Athletic Club.
Este último tenía que ver con el Ferrocarril B.A.P.,
aunque no oficialmente. Eran los mismos que habían
querido formar una «federación» de Clubes del BAP y
que año a año jugaban con PRAC de Buenos Aires
esos encuentros de fútbol y hockey arduamente dispu-
tados entre «primos», y quizás por eso mismo más
competitivos y enconados.
Aparentemente son socios y socias del Club fotografiados al llegar a la nueva estación Sáenz Peña
19LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
La UAR, en su libro aniversario de sus primeros
cien años identifica a Junín con nuestro PRAC. El equi-
po jugó solo algunos paritidos y luego desapareció, no
inscribiendose al año siguiente. Creemos que la cami-
seta era toda verde.
También en Abril se convocó al Annual General
Meeting del PRAC, aunque por distintas razones se
pospuso durante varias semanas.
Duante estos primeros meses se produjo un reno-
vado interés en la Argentina por el Hurling, el duro y
veloz deporte irlandés, cuyas raices se remontan a los
legendarios enfrentamientos de las tribus célticas de
los Tuatha du Danaan y los Milesios, más de dos mil
quinientos años atrás.
El cuatro de abril se fundó un nuevo Club de Hurling
(ya había cuatro: Almirante Brown Hurling Club, B.
A. Hurling Club, Capilla del Señor Hurling Club y
Mercedes Hurling Club) en Vélez Sarsfield, bajo el
nombre de Club Camanaje de Floresta, (Cam se deno-
mina en gaélico el palo para jugar a este deporte) sien-
do su presidente P. F. Byrne, G. J. Murphy y E. J.
Melvihill vicepresidentes, T. J. Mahon Tesorero y R.
Mullen Protesorero.
Estos entusiastas jugaron varios partidos de prácti-
ca en Sáenz Peña, en la cancha del B.A. Hurling Club,
muy cercana a PRAC.
El hurling crecía mes a mes, y el seis de Julio tuvo
ligar el gran partido, promocionado como «Interna-
cional: Argentina Vs. Irlanda».
Para Argentina («The irish porteños») jugaron el
Dr. J. M. Pagliere (BA), Kearney Gaynor (Mercedes),
Reilly (Capilla) Dunleavy (Mercedes), Costa (BA),
Hope (Capilla), Nally (BA), Lennon (Capilla), Berra
(BA), Kelley y Downey (Mercedes), Ballestry (BA) y
Rossiter (Mercedes).
Ganó Argentina, por 8 goles y 1 punto, contra 3
goles y 1 punto anotados por «Irlanda».
El golf también estaba creciendo, y el 22 de Julio
se citó a una asamblea en Florida 783, tercer piso, donde
funcionaba la secretaría de nuestro Club, invitando a
todos los socios que estuvieran interesados en jugar
golf, con el motivo de discutir su organización futura.
Algunos de los golfistas destacados, que represen-
taron a PRAC en esos años fueron: Bryans, Barret, J.
W. Stubbs, H. H. Humphreys y E. W. Wilson.
Pero el Hockey había ganado merecidamente un
rol principal entre los deportes del Club: su primer
equipo llevaba invicto dos temporadas y también en
1913 había ganado todos los partidos.
El 26 de Julio, por ejemplo, le ganamos a BAGS
por 6 a 1 (por primera vez se llama «pacíficos» a nues-
tros jugadores en la crónica deportiva), y el 3 deAgos-
to por 5 a 0 a BelgranoAthletic, y aunque el periodista
señala que el arquero de Belgrano, Conner, jugó un
partido extraordinario, fue eclipsado por Platt, «una
luz brillante en la cancha».
El 10 de Agosto triunfamos por 13 a 1 ante Buenos
Aires H.C. y se festejó largamente en Sáenz Peña.
Si bien por lo ya expuesto, la Asociación de Hoc-
key no disputaba un campeonato en nuestro país, PRAC
nuevamente «terminó primero» en la tabla que se con-
feccionaba extraoficialmente, con 13 partidos jugados,
12 ganados, 24 puntos y 60 goles a favor.
Sólo cayo en la última fecha, en la revancha con
BAHC.
Aún más importante que la excelente performance
deportiva es el hecho que nuestro Club no tenía uno
sino dos equipos participando en el hockey sobre cés-
ped. El llamado Pacific «A» era un segundo once, que
también tuvo una descollante actuación.
Las alineaciones más frecuentes de los dos equipos
fueron: PRAC: Pearson, Roswell y Burrell, Rankin,
Clarke y Hobden, Benson, Anderson, Platt, Jones y
Mason. Reservas: Parkinson y Chalk
PRAC «A» : Griffiths, Chiswell y Bruce, Smith,
Ellis y Cripps, Moffat, Barrs, Dyke, J. y N. Mayne.
Al finalizar la temporada, jugamos un partido con
los que se llamó «The Rest» (con camiseta blanca),
que era un combinado de los demás equipos, y lo ga-
namos por 2 a 1.
Mr.Platt fue consagrado unánimemente como el
mejor jugador de hockey en el país.
En lo relativo a fútbol, PRAC participaba como gran
animador de la Railways-Banks League, que se juga-Escudo del CA Buenos Aires Al Pacifico de Junin
20 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
ba entre los equipos de los ferrocarriles y de los Ban-
cos de origen británico, y jugaba amistosos con equi-
pos de tercera división de la Asociación de Fútbol.
En el mes de Septiembre se midió con su antiguo
rival, YMCA, y formó con: Pena, Barrs y Mayne;
Proud, Belton y White; Coria, Thompson, Kennedy,
Foulkes y Hobden.
Se jugó también la Copa Capthrop, entre los distin-
tos departamentos del BAP.Ganó Traction, seguida por
Elec.Telegraph, Engineers, Stores, Traffic,Accountant
y Management.
Finalizó la temporada con un partido entre «Admi-
nistración» y «Alianza», formando ambos teams de la
siguiente manera:
Administración: Griffiths, Flores y Dodds; Hobden,
Wilson y Marr; Sherrard, Manley, Mallet, Wilson y
Moffat.
Alianza (Talleres): Calleja, Díaz y Salvarezza;
Bertolini, Pena y Moretti; Ellis, Corbello, Salvarezza,
Descalzo y Foulkes.
En los que hace al rugby, BAFC siguió jugando de
local en la cancha de Sáenz Peña, y el excelente estado
del campo hizo que la RPRU (UAR) hiciera jugar las
semifinales y la final del campeonato en nuestro Club.
El 2 de Octubre se realizó la Asamblea General y
se aprobó unánimemente todo lo actuado, felicitándo-
se a los distintos equipos por sus logros. Para fin de
año se sucedieron las fiestas, algunas de ellas de co-
mún acuerdo con el BA Hurling Club, y sin duda que
deben haber sido muy movidas.
1914
En este año trascendental, durante el cuál, para mu-
chos y más allá del calendario, terminó realmente el
siglo XIX y el mundo se avalanzó hacia un holocausto
hasta entonces desconocido, comenzó como los ante-
riores. Mucho Cricket en el verano, con razonables
éxitos para PRAC, que parecía dominar la segunda
división, y la participación en el campeonato de fútbol
ferroviario, en el que logramos buenos triunfos ante
BAGS, Central y Western.
El otoño trajo el hockey, y otra vez logramos exce-
lentes resultados con nuestros dos equipos.
Ganamos todos los partidos que jugamos hasta que
la temporada empezó a dificultarse: un aluvión de agua
cayó sobre Buenos Aires durante los meses de Junio,
Julio y parte de Agosto, anegando las canchas de to-
dos los clubes.
La crónica dice que «...la cancha de Pacific era un
lago de medianas proporciones y la práctica de cual-
quier deporte fue imposible por varias semanas».
En esos días previos al diluvio, el equipo más fre-
cuente de PRAC en Hockey fue: Reece, Dyke y
Gorman; McClew,W. Mayne yAlcock; Ellis, Sherrard,
Moffat, Williams y Cresswell.
En la liga Railway-Banks (que había reemplazado
a la Railway League), PRAC estaba puntero, con un
equipo de fútbol bien afiatado: Wilson, Pozo y Dodds;
Hobden, Davies y Salvarezza; González, Ellis, Mallet,
Oakes y Moffat.
Y entonces sucedió la gran crisis de Europa.
«ARMAGEDON»
A fines de Julio de 1914 los porteños sufrían un invierno
como pocos: lluvias casi permanentes que inundaron la
ciudad y sus aledaños y durante varios días la temperatu-
ra estuvo por debajo del punto de congelación. El arroyo
Maldonado, desbordado durante semanas, se cubrió con
una densa capa de escarcha, que se extendía a las bajas
orillas,dondeseamontonabanrancheríosyprecariascho-
zas separados por amplios baldíos, repletos de cardos,
zarzas y grandes matas de ortiga.
En esa atmósfera húmeda y helada, la gente salía
poco a la calle, y como siempre, los abundantes brase-
ros cobraban sus víctimas entre el pobrerío, en am-
bientes poco o nada ventilados.
Pero la colectividad británica no centraba su inte-
rés en el clima. Las noticias que llegaban de Europa
eran cada día más alarmantes.
El Kaiser Wilhem II, el adorado nieto de la Gran
reina Victoria, los había acostumbrado a sus bravatas
en los últimos años. Había mandado cañoneras a
Agadir, en Marruecos, desafiando el poder de Francia,
construido ferrocarriles que unían Berlin con
Constantinopla y copiado por docenas en los astilleros
de Hamburgo y Bremen a los poderosos «
Dreadnoughts», orgullo de la Royal Navy.
Pero hasta ahora, no era otra cosa que un excéntri-
co centroeuropeo amante de los entorchados y los dis-
cursos rimbombantes.
21LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
se usara su territorio como paso para los ejércitos
germanos.
Y Alemania tuvo que invadir, violando sus fronte-
ras y ocupando sus principales ciudades, en un rápido
e incontenible avance.
Pero, desde su creación en 1830, Bélgica era neu-
tral. Todos los grandes estados europeos habían firma-
do un tratado mediante el cuál se comprometían a de-
fender las fronteras del Reino de Bélgica ante cual-
quier ataque que recibiera.
Y Gran Bretaña era una de las potencias que lo ha-
bía firmado, durante el lejano reinado de William IV,
el tío de la Reina Victoria y tio-bisabuelo del Rey
George V.
Por lo tanto, en esa lógica del honor que hoy pare-
ce tan desconcertante y extraña, el Reino Unido fue a
la guerra en virtud de «un pedazo de papel» que tenía
más de ochenta años.
El 4 de Agosto el gobierno británico del Primer Mi-
nistro Herbert Asquith envió un ultimatum al Imperio
Alemán, conminándolo a desalojar el territorio belga en
24 horas, y al día siguiente comenzó un nuevo mundo.
Aunque al principio todo parecía irreal desde estos
pagos, había guerra en Europa después de casi 45 años.
Los británicos del Rio de la Plata se miraban des-
concertados. Estaban en guerra.¿Y ahora qué?.
Mientras, se enteraban por los diarios y por los ca-
bles que llegaban a la embajada en Buenos Aires que
un Ejército Expedicionario Británico (Brithish
Expedicionary Force, o BEF) había llegado a Francia
entre el 12 y el 17 de Agosto, concentrándose en los
alrededores de Maubeuge, a la izquierda del Quinto
Ejército francés.
Y los excéntricos siempre habían sido tolerados en
Inglaterra, en tanto no hicieran daño con sus excentri-
cidades. Además, todo el mundo recordaba como más
de una década atrás, había sostenido durante horas, con
su brazo inválido, la almohada en la que su querida
abuela Victoria exhaló su último suspiro. Después de
ese ejemplo de amor filial, seguro que el «primo Bill»
no podía ser tan malo. Un poco raro y exitable, quizás,
como muchos alemanes, pero no tan malo...
Sin embargo, los cables eran cada vez más angus-
tiosos: Austria-Hungría le había declarado la guerra a
Serbia, haciéndola responsable del asesinato de su prín-
cipe heredero, Francisco Fernando y su esposa a ma-
nos de Gavrilo Princip en las calles de Sarajevo. Ru-
sia, abanderada del paneslavismo, movilizó a sus tro-
pas cruzando sus fronteras con los Imperios Centrales
(así se les llamaba al Imperio Austro-Húngaro y a el
Imperio Alemán).
Y en un veloz contrapunto de alianzas, Francia ha-
bía entrado en guerra con el Reich en virtud de un tra-
tado firmado con Rusia, aunque más por el tan poster-
gado sueño de recuperar Alsacia y Lorena perdidas en
la guerra de 1870.
Alemania, altamente tecnificada y con una podero-
sa industria de armamentos, respondió atacando. Y
aplicó el « Plan Schlieffen», que consistía en un gi-
gantesco movimiento de «rodillo» que, a través de
Bélgica, hiciera retroceder al ejército francés y final-
mente conquistara París y el valle del Loire, obligan-
do al gobierno galo a rendirse.
El plan estaba brillantemente concebido. Una rápi-
da victoria y luego a dedicarse a Rusia, allá en el este.
El problema, sin embargo, era que había que cru-
zar Bélgica. Y los belgas no aceptaron consentir que
22 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
Diez días después, en Mons, la BEF fue atacada
por cuatro Cuerpos de Ejército alemanes, y los «Vie-
jos despreciables» («Old Contemptibles») como los
llamó el Kaiser, lucharon una terrible batalla contra
fuerzas inmensamente superiores.
Los diarios daban cuenta de los hechos heroicos
que protagonizaron los británicos, y en todas las igle-
sias de la colectividad, anglicanas, católicas y
presbiterianas, se mencionaba entre secreta y reveren-
temente que en Mons «las tropas habían visto como el
cielo se abría sobre sus cabezas, y que entre el humo
amarillento de la cordita y los relámpagos de los
obuses, el Arcángel Gabriel cabalgaba de nuevo con
sus huestes celestiales para ayudar a la vieja Inglate-
rra».
Había sonado la trompeta, y aunque lejano, su so-
nido llegaba claramente a estas tierras.
En Bahía Blanca y en Las Varillas, en Concordia y
en Isla Verde, en Junín y en Sáenz Peña, los mucha-
chos juntaban sus pertenencias en valijas de cartón o
en bolsas de tela y corrían a enviar sus telegramas,
ofreciendo alistarse inmediatamente.
En el bar Criterion y en la confitería Richmond se
cantaba el «Rule Britannia» y se bebía pink-gin por la
salud de «old King Georgie».
La colectividad británica reaccionó con celeridad.
El 8 de Agosto se realizó una asamblea entre miem-
bros destacados de la misma y se eligió un Comité
Ejecutivo, para ayudar a las familias de los reservistas
que zarpaban para Inglaterra y para asistir a otros bri-
tánicos que pudieren ser afectados por la guerra.
Lo integraron James Begg, F. Chevalier Boutell,
Hope Gibson, T. S. Boadle, el reverendo Dr. Flemming
y el Vice-Archidiácono Hodges, entre otros.
Por intermedio de todos los periódicos se invitó a
los británicos (y a los argentinos hijos o nietos de bri-
tánicos) a que se anotaran como tales el 10 de Agosto
a partir de las 8:45, en el Scotch Church Hall, de la
calle Perú 362, a la vez que se les recordaba el famoso
mensaje del Almirante Horatio Nelson a sus marinos
antes de la batalla de Trafalgar: «England expects every
man to do his duty»
El 12 se empezó a anotar a los voluntarios en el
Consulado General del Imperio Británico, y se anun-
ció que el primer contingente se embarcaría en el RMS
Andes, siendo el precio del boleto en tercera clase de
$ 100. Para reservarlo sólo había que dirigirse a la Royal
Mail Steam Packet Company y depositar el dinero.
Los irlandeses, entre los cuales no predominaba el
espíritu feniano independentista, organizaron un baile
para dar su apoyo al Reino Unido (fieles a su tradi-
ción, no pudieron dejar de celebrar el comienzo de una
buena pelea...) en el Club Camanaje de Floresta, y el
comité coordinador estuvo constituido por Murphy,
Downy, Lennon y R.Mullen.
Durante el año la Saint Patrick Society, realizó va-
rias reuniones para recaudar fondos, sobre todo para
huérfanos irlandeses, y entre las cotizantes sobresalen
las Srtas. May y Flossie Mullen, ambas con una con-
tribución de $ 20.
Esa misma semana, otro acontecimiento, esta vez
local, conmovió a los argentinos. Falleció el Dr. Ro-
En las semanas siguientes miles de jóvenes anglo e
hiberno argentinos e ingleses, irlandeses, escoceses y
galeses residentes en nuestro país se volcaron al Con-
sulado General para ofrecerse voluntarios.
Debemos señalar que los irlandeses, más allá de su
siempre deseado home rule, en la argentina se sentían
parte del Imperio. Faltaban dos largos y terribles años
para que la Rebelión de Pascua y su represión san-
grienta cavara un abismo entre las islas.
23LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
que Sáenz Peña, Presidente de la República, una aris-
tócrata porteño de gran popularidad. La sociedad en-
tera guardó sincero luto por el valiente político, Gene-
ral Peruano ad honorem en reconocimiento a su coraje
en la Guerra del Pacífico, donde se enroló voluntario,
e impulsor de la ley del Sufragio Universal, secreto y
obligatorio. ElVice Presidente, el salteño Dr.Victorino
De la Plaza lo sucedió hasta el fin de su mandato.
Recién a fin de mes se reanudaron las competen-
cias deportivas, y PRAC recibió un duro golpe, al per-
der al hockey por 6 a 1 con Belgrano Athletic.
Sin duda el ánimo no era propicio, y las noticias que
llegaban de Europa hablaban de cientos de divisiones
alemanas que se derramaban por Flandes, Heinaut y el
Brabante, acosando a la pequeña BEF (British
Expedicionary Force), al mando del veterano General
John French.
Las semanas siguientes registran tres victorias de
PRAC. Vencimos a BAGS, a San Isidro Club y a
Quilmes Athletic.
Ya entrado Septiembre, y luego de esa racha favo-
rable, logramos coronar la temporada con un memo-
rable triunfo de nuestros dos equipos sobre BAHC por
8 a 1 y 6 a 0 respectivamente, scores absolutamente
desusados en esos tiempos en que sólo se podía salir
del off-side si había tres jugadores entre la meta y el
receptor de la bocha.
Uno de los equipos que realizó la hazaña (aunque
debemos mencionar que el equipo de BAHC estaba
preparando su viaje a Southampton para alistarse «en
masa») estaba formado por: Reece, Dyke y Bryans; J.
McClew, Colley y Sherrard; Ellis, Moffat, Platt, Mayne
y J. Williams.
En Octubre se realizaron varios eventos destinados
a recaudar fondos, y la final del Rugby se jugó «in aid
of Patriotic Fund», cobrándose una entrada de $1 para
presenciarla.
También en Pacific se llevó a cabo un evento
recaudatorio, y con la cancha adornada por cintas y
escarapelas de color rojo, azul y blanco, jugaron dos
equipos locales un partido de fútbol: PRAC v. Mr.
Chiswell’s XI.
El 28 de septiembre otro contingente de 77 hom-
bres había zarpado en el RMS Darro, desde el puerto
de La Plata, y una verdadera multitud de dió cita para
despedirlos. Desde la cubierta del buque se oían gritos
optimistas, tales como « I’ll drop you a line from
Berlin», o «I’be with you soon myself», y los volunta-
rios formaban un variado pero marcial conjunto.
Estaba casi la totalidad del equipo de primera divi-
sión de Rugby de BAFC y varios de los integrantes del
equipo de hockey del mismo Club, veinte empleados
de los FFCC, especialmente del BAP y del Central
Argentino; y un aporte curioso: el conocido patriota y
estanciero Mr. Leach trajo desde su Estancia de San
Pedro, en Jujuy, quince «fuertes británicos» y un sikh,
llamado Argan Singh, famoso por su valor y sus gran-
des mostachos.
También se rumoreo que entre los voluntarios esta-
ba un desertor del 21 de Lanceros, que se embarcó a
último momento con intención de retornar a su anti-
guo regimiento, seguramente arrepentido de su con-
ducta impropia y dispuesto a restaurar su honra.
24 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
Todos estaban bajo la conducción temporaria de E.
W. Benson, Teniente de la Reserva.
Muy pronto se instaló la polémica: ¿debían
suspenderse las actividades deportivas en aras de la
concentración en el esfuerzo de guerra, guerra en la
que la República Argentina guardaba rigurosa neutra-
lidad? ¿O por el contrario, era necesario continuar con
los deportes como medio de distender y preparar físi-
camente a los futuros combatientes?
En Iglaterra también se debatía esto, y si bien el
inicio de la temporada de rugby se había suspendido
momentáneamente, el cricket se seguía jugando entre
condados, sin grandes alteraciones. Sin embargo, una
popular canción había llegado desde Gran Bretaña, e
impulsaba a dejar los deportes de lado y vestir el uni-
forme khaki:
Your King and Country Want You
We’ve watched you playing cricket
and every kind of game,
At football, golf and polo
you men have made your name.
But now your country calls you
to play your part in war.
And no matter what befalls you
We shall love you all the more.
So come and join the forces
As your fathers did before.
Oh, we don’t want to lose you
but we think you ought to go.
For your King and your country both need you so.
We shall want you and miss you
But with all our might and main
We shall cheer you, thank you, bless you
When you come home again.
El 20 sólo una docena de jugadores concurrieron a
la práctica organizada por nuestro Club en Sáenz Peña,
y por supuesto no se pudo jugar ningún partido, pero
los entusiastas igual se divirtieron en grande.
El 24 de Octubre al fin partió el RMS Andes, em-
barcando a cientos de solteros y a algunos casados tam-
bién, que sentían que su lugar estaba allí, como Mr.
Charles L. Braun, editor de deportes de The Standard,
y entre otros A. Jones, Oscar Thomas, F. Miller, G.
Ashley, Richie Ward, Owen O’Donnell, R. W.
Hennesey, F. Newbery, W. Young, John Clarks, etc.
En toda la colectividad británica se estaba deba-
tiendo la entrega o no de «plumas blancas» ( no se
mandaron en nuestro Club, pues todos los hombres
hábiles fueron a la guerra...) como forma de condenar
socialmente a aquellos solteros que no se enrolaran
rápidamente para ir voluntariamente al frente, y Mrs.
L. Simpson, esposa de nuestro presidente, dirigió la
organización de un encuentro de bridge, patrocinado
por el British Women Patriotic Association para re-
caudar fondos destinados al Pipe & Tobacco Fund.
Sólo el 16 de Noviembre tenemos noticias que se
haya jugado un partido de Cricket entre PRAC y
Belgrano Athletic. La ausencia de muchos nos hizo
presentar un equipo notablemente disminuido y en
consecuencia perdimos 187 a 101.
El equipo formó con: Reece, Thomas, F. D. Taylor,
G. Daves, T. Barrs, H. Dyke, F. Zissler, C. T. Walsh, J.
Moffat, J. O’Ryan y Pérez.
Hasta entonces el ejército británico había sido pro-
fesional. Los reclutas se alistaban por 12 años, con
posibilidad de extender el servicio hasta 21 años en
los «Colours».
Mayoritariamente eran «cockneys» del East End
de Londres (que casi igualaban a los escoceses en los
regimientos de Highlanders) o irlandeses desempleados
de Liverpool y Glasgow.
La mayoría de los soldados provenían de la clase
trabajadora, y los oficiales de la aristocracia y de fa-
milias de militares. Esto era algo casi inevitable, ya
que los cursos en Sandhurst y Woolwich eran pagos y
una vez en el regimiento era conveniente disponer de
alguna renta privada para que el oficial pudiera man-
25LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
BAPcontribuyócon323,unacantidaddesproporcionada
a su dotación, que era menor que otras líneas.
1.394 hombres se alistaron en los Regimientos de
Infantería, 847 en los Royal Engineers (aquí fueron
mayoría los ferroviarios, buenos constructores de puen-
tes y acostumbrados a trazar excelentes trincheras y
terraplenes) 761 en la Artillería, 222 en la Aviación
del Ejército o Army Flying Corps ( todavía no existía
la RAF), 215 al Primer y Segundo regimiento de Ca-
ballería del Rey Eduardo (King Edward Own’s) y 186
a otros regimientos de caballería.
146 fueron a la Royal Navy y a los Royal Marines
(los famosos «lobsters» o «langostas de mar», en re-
cuerdo de sus tradicionales casacas rojas).
Entre todos reunieron 503 medallas y distinciones,
que iban desde una Cruz Victoria (concedida al Te-
niente J.V. Holland, empleado del Ferrocarril Central
Argentino) a 102 menciones en despachos y 43 con-
decoraciones. Hubo entre ellos 1074 oficiales («con
comisión») y 820 Suboficiales (o como se denomina
en el servicio británico: «Non-commisioned officers»).
Casi un 40% de los voluntarios de Argentina tuvo
un mando. Indudablemente una cantidad poco habi-
tual para un contingente que venía desde tan lejos. Pero
debemos recordar que los británicos ocupaban en nues-
tro país posiciones de importancia y prestigio, por lo
que eran sumamente convenientes para la conducción.
Voluntario desde la Argentina posando frente a un Soldado de la
Guardia de Caballería, en Londres
tener su «adecuado nivel de vida». No era sencillo ni
barato pertenecer al «Club».
Pero ahora todo parecía cambiar velozmente. En
dos días, en Mons, la BEF sufrió 4.352 bajas y un
Nuevo Ejército se preparaba apresuradamente en las
islas.
Un nuevo ejército donde los grados eran
provisonales, donde los oficiales recién salidos de
Harrow, United Services o Charterhouse debían apren-
der las tradiciones del regimiento en dos semanas y
donde los voluntarios se incorporaban llenos de sue-
ños marciales, con Rorke Drift y la batalla de Balaclava
como fantástico escenario de sus acciones heroicas.
Según The British Magazine, 4.852 británicos resi-
dentes en Argentina y angloargentinos se ofrecieron
como voluntarios para el servicio en ultramar, siendo
incorporados a las distintas fuerzas.
Como siempre, los ferrocarriles dieron la mayoría:
1062 hombres, de los cuáles el 11% cayó en combate. El
26 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
Muchos de ellos estaban acostumbrados a la dura
vida del campo argentino o de las estaciones ferrovia-
rias perdidas en la pampa o el monte, por lo que fue-
ron enormemente útiles en el frente de Flandes.
La mayoría de ellos viajó, luego de interminables
papeleos en la aduana (no olvidemos que el Congreso
Nacional había declarado la neutralidad de laArgenti-
na) entre fines de 1914 y el otoño austral de 1915.
En el puerto se cruzaron frecuentemente con con-
tingentes de alemanes e hijos de alemanes que como
ellos también partían para Europa en los barcos de la
Hamburg Line.
Se cruzaban desafíos, gestos no demasiado caba-
llerosos pero también saludos, al reconocer en el mue-
lle a aquellos con quienes habían compartido deportes
y reuniones sociales.
Por supuesto, todo en el más riguroso castellano de
Buenos Aires.
Muchos años después de la partida, todavía se re-
cordaba entre algunos la despedida que se organizó en
la estación de Banfield, cuando cientos de chicas la
adornaron de rojo, azul y blanco, y los alumnos de
cuatro colegios se alinearon agitando la bandera ar-
gentina junto al Union Jack.
De los más de 300 voluntarios que aportó el Ferro-
carril Buenos Aires al Pacífico en los cinco años que
duró la guerra, más de 150 eran socios del PRAC, casi
todos ellos destinados en los Departamentos de Traffic
(Tráfico), Telegraph (Telegrafía), Engineering (Inge-
niería), Traction (Tracción), Stores (Almacenes),
Locomotive ( Locomotoras) y Electrical (Electricidad).
A fin de año se llevaron a cabo dos kermessess en
nuestro Club, destinadas a brindar ayuda a las familias
que quedaban enArgentina y se recaudaron fondos para
ayudar a los futuros veteranos, cunado volvieran a la
Argentina.
1915
Los regimientos bávaros, sajones, prusianos y
wurtenburgueses seguían avanzando y presionando
sobre los franceses e ingleses, que se debatían entre el
barro y el hielo durante el feroz invierno boreal de 1915.
Mientras tanto, aquí se estaba librando también la
guerra: se elaboraron largas listas de empresas y casas
de comercio vinculadas con el Imperio Alemán, ver-
daderas «listas negras» con las que ningún «argenti-
no-británico» debia comerciar. Docenas de barcos zar-
paron para Europa, llevándose a miles de jóvenes al
frente de batalla. Y muchos señalaron a los deportes
como «entretenimientos que reemplazaban» el deber
«Per rege et patria».
Los campos de Cricket quedaron vacíos, no se ju-
gaba al fútbol si se era mayor de 19 años y sólo el golf,
un deporte de «mayores» gozaba de buena salud.
Parte de esta profunda transformación en las cos-
tumbres de una amplia fracción de nuestra sociedad se
ve reflejada en la Asamblea Anual del de la Argentine
HockeyAssociation, a la que asistieron los Srs. B. Dain
y Sydney E. Sherrard, de PRAC.
En ella se anunció que probablemente se pudieran
jugar pocos partidos ese año, pues la mayoría de los
jugadores había partido como voluntarios. Entre los
que partieron primero se contaban los miembros del
Consejo Directivo Srs. Dignasse (Vicepresidente),
H.Brookhouse, S.C. Troughton y G.G. Brynes.
El 21 de Abril se reunieron los socios del PRAC en
los salones de The London Office, de la calle Florida
783, para realizar su séptimo «Annual Meeting», pre-
sidiendo la reunión el Sr. J. W. Stubbs.
En la misma se informó que el Board de Londres
había donado $1000.- para mejorar el pavillion y el
terreno de juego, y se hizo notar que el nuevo Gerente
General del Ferrocarril, Mr. Harry Usher «manifestó
gran interés por el bienestar del Club».
El Cricket no había andado bien, pero en fútbol las
cosas fueron un poco mejor, en 1914 participamos en
27LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
la Liga de Bancos y Ferrocarriles con dos equipos,
quedando el primero de ellos invicto y los Maquinis-
tas (Engineers) ganaron la Copa O’Farrell. En golf, el
Sr. J. Bryans ganó la Zavalía Cup.
Para completar un año poco satisfactorio, en el
Hockey no fuimos capaces de mantener el excelente
record de otros años. Jugamos 11 partidos, ganando
solamente 4. La razón: se retiraron muchos viejos ju-
gadores, ingresaron varios jóvenes (muy jóvenes), pero
sobre todo muchos partieron.
La memoria del Club nos dice que «30 socios mar-
charon al «servicio activo» el año pasado (1914). En-
tre ellos el Sr. H. R. Cotterill, nuestro Capitán Gene-
ral, quien obtuvo el nombramiento («commission») de
Teniente en elYork & Lancaster Regiment y ya está en
las trincheras».
Finalmente, la Comisión Directiva quedó compues-
ta por los Srs. L. Simpson (Presidente), J. W. Stubbs,
A. C. Kelly y J. G. Bryans (Vicepresidentes), H.
Nicholls (Secretario) y Crow, O’Ryan, Barret,
Williamson, Clark, Morony, Wilson, Sumervielle y
Guitart. Como suplentes se eligió a los Srs. Taylor y
Wilson.
El 25 de Abril se realizó una práctica de Hockey y
se pudo ver con claridad que quedaban pocos...muy
pocos.
Tanto es así que el 2 de Mayo jugamos contra BAHC
y perdimos estrepitosamente por 4 a 0. Lo peor es que
nos faltaron dos y The Standard comentó: «El equipo
del PRAC es muy débil este año, aunque debemos con-
siderar que 4 de sus jugadores lo hacían por primera
vez».
El equipo formó con: F. Chiswell al arco, J. Moffat
y J. Bryans; Buntic, S. Sherrard y A. Kerry; J. J.
McClew, F. Browne y G. Davies.
El 9 de Mayo le ganamos a San IsidroAthletic Club,
que nos visitó con sólo 8 hombres, y hubo que prestar-
le un jugador y sacar un jugador de nuestro equipo
para que todo fuera un poco más equilibrado. Western
Telegraph se presentó por primera vez y perdió 6 a 3
contra Buenos Aires HC (mencionándose que el Sr. S.
E. Sherrard, capitán y secretario del Pacific RC, actuó
muy bien de árbitro); Pacific empató 1 a 1 con Monte-
video CC y 0 a 0 con Central Argentino (hoy Mitre)
Durante tres meses, ningún equipo de hockey pudo
juntar 11 jugadores. El fútbol afirmó la tendencia a
quedar totalmente en manos de equipos «criollos»,
donde no jugaban británicos ni hijos o nietos de britá-
nicos, y el Rugby tuvo una temporada flojísima, den-
tro de lo flojo que estaba el deporte en esos años.
El BAFC ganó un campeonato cada vez más redu-
cido y muchos de sus jóvenes integrantes anunciaron
su alistamiento para los últimos meses del año.
La Unión del Rio de la Plata ya pensaba suspender
las actividades, por la falta de jugadores y de interés...
Ese mismo día se anunció que dos de nuestros me-
jores jugadores partían para el frente: E. Dyke y J.
Bryans. Iban a jugar «un juego más riesgoso», al decir
del cronista de The Standard
Con pocos partidos, gran ansiedad por las durísi-
mas batallas que se estaban desarrollando en Europa,
el Medio Oriente yAfrica, y la esperanza puesta en los
acorazados de los Almirantes Fisher y Jellicoe, el año
transcurrió en medio de una gran tensión y la activi-
dad deportiva fue muy poca.
A partir de Febrero, los jóvenes del campo empe-
zaron a llegar a Buenos Aires, entre ellos muchos de
los destacados en la larga vía férrea del BAP, desde
Junín hasta Cacheuta, y en menos de dos semanas es-
taban practicando «orden cerrado» en las cubiertas de
los buques que partían hacia Liverpool o Southampton.
Fue una rotunda respuesta a quienes desde las pá-
ginas de los periódicos de la colectividad se pregunta-
ban sarcásticamente donde estaban los británicos que
vivían en el interior.
Y docenas de barcos partieron desde el puerto de
Buenos Aires, repletos de jóvenes y no tan jóvenes,
que sentían un ineludible llamado del deber.
Sólo las madres tenían derecho a exteriorizar en
público su angustia, y mientras algunas jóvenes se atre-
vían a besar en la mejilla a sus novios, los padres apre-
taban la mano de sus hijos, aparentemente
inconmovibles pero llenos de oculta desazón por esa
guerra y sus pesares y peligros.
¿Que sería la guerra?, se preguntaban. Ya habían
pasado más de tres generaciones desde que Inglaterra
se viera enfrentada a otra potencia europea. Y los re-
cuerdos de Crimea eran confusos.
No se sabía dónde se mezclaban con las heroicas
pezuñas de los seiscientos que cantara Alfred, Lord
Tennyson y el tremendo invierno del 55, lleno de ham-
bre y gangrenas, menos heroico y menos cantado, pero
del que aún se hablaba.
28 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
Tan lejana estaba esa guerra que muchos la con-
fundían con las inmortales gestas contra Napoleón, que
habían terminado hacía 100 años.
Finalmente, los verdaderos enemigos ancestrales
eran los «frenchies». Los «Johnnies Crapeau», los
malditos comeranas, obscenamente viciosos y siem-
pre añorando al malvado de Bonnie, que acechaban
del otro lado del Canal.
¿Qué era esto de ir a combatir contra los prusianos?
Habían sido nuestros aliados en Waterloo, y todo buen
chico inglés sabía que el Gran Duque, el Duque de
Hierro, le había pedido al cielo que le mandara «o a
Blucher o a la noche», y el buen Dios le había manda-
do a Blucher, el prusiano.
¿Qué sería la guerra?
Algunos recordaban las páginas relucientes del
Saturday Magazine, que unos años atrás mostraba a
los soldados vestidos de khaki en interminables filas
bajo el sol del veldt sudafricano.
En las fotografías, algunos tiraban al aire sus cas-
cos de corcho después de la liberación de Ladysmith o
de Mafeking, otros se incorporaban a medias en sus
literas, vendados prolijamente y acompañados por en-
fermeras, siempre paradas a su lado, como velando
permanentemente por sus heridos.
Algunos otros posaban con sus cinturones «Sam
Browne», apuntando a la nada con sus rifles, o agru-
pados detrás de algún cañón de campaña. Pero, ¿eso
era la guerra?
¿Era la guerra ese montón de boers, barbudos y
solemnes que posaban sobre sus caballitos, vestidos
de negro como profetas bíblicos y empuñando sus
máusers, sobre un fondo de desolación? ¿O esas
«tanties» regordetas que eran capturadas disparando
desde las ventanas de sus granjas y a las que se agru-
paba en campos de «concentración»?
Mr. Oates o Mr. Flint no estaban seguros. Y ahora
que Johnny o Jimmy les apretaban fuerte la mano de-
recha, no podían dejar de pensar en lo que les espera-
ría allá en el Continente.
En esta tierra se había cumplido la consigna de Ju-
lio A. Roca, «Larga Paz a la Argentina», inmortaliza-
da en los nombres de sus tres estancias. Hacía casi 45
años que no se escuchaba la voz del cañón, salvo en
las periódicas revoluciones que encabezaban los radi-
cales y que dejaban un puñado de muertos y una des-
bandada de jóvenes y no tan jóvenes, que se exiliaban
temporalmente en Montevideo, a la espera del inevita-
ble indulto.
Pero los británicos no participaban en ellas. La po-
lítica partidaria no era su fuerte.Y salvo algunas pocas
excepciones en el ejército y la marina, como el Gene-
ral Ignacio Fotheringham, héroe del Paraguay y Go-
bernador del Chaco, o los Drs. Eduardo Wilde y
Guillermo Rawson que fueron honorables ministros,
preferían actuar en el agro, la industria, el comercio y
las profesiones liberales, fundando importantes estu-
dios de ingeniería, abogacía o economía y tiendas
emblemáticas.
Un lector de The Standard sugirió en una carta al
editor que las señoritas comenzaran a enviar «plumas
blancas, para recordar a los solteros sin impedimentos
físicos que su lugar está en el frente», defendiendo a la
querida y vieja patria.
Cuatro plumas enviadas a un joven en la Argentina
Esta costumbre, que se popularizó a mediados del
siglo XIX, quedó reflejada en la novela «Las cuatro
plumas» publicada en 1902 por A. E. W. Mason, sobre
la cuál se filmaron siete versiones, la primera de ellas
tan temprano como en 1915 y la última (hasta ahora)
en 2002. En ella Harry Faversham renuncia a su grado
como oficial poco antes de la batalla de Omdurman,
contra las fuerzas del Mahdi. Sus tres compañeros le
envían plumas blancas, como signo de reprobación por
su aparente «cobardía».
La llamada «Organización de las Plumas Blancas»
fue iniciada por el Almirante Charles Fitzgerald en el
primer mes de la guerra y fue impulsada por impor-
tantes escritores, incluyendo a Mary Ward.Ya en 1915,
la costumbre fue desapareciendo, en vista de las terri-
29LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS
Los diez primeros años
bles pérdidas de vidas, y continuó sólo
esporádicamente hasta el armisticio. En un principio,
los hombres obligados a trabajar en las «industrias de
guerra» y hasta los soldados de licencia, y sin unifor-
me, fueron blanco de las «plumas» acusadoras.
Sin embargo muchas cartas de repudio hacia esta
idea se sucedieron. La mayor parte marcaban que las
«plumas» que señalaban la cobardía eran enviadas
anónimamente, cometiendo «una cobardía aún mayor».
El 9 de Octubre la British Society efectuó el primer
envío de medias para los soldados, en el RMSArlanza,
juntamente con un contingente de caballos de tiro para
laArtillería Montada, que consignaba la empresa Emi-
lio Casares & Sons, con oficinas en Londres y Buenos
Aires. Por solidaridad, los caballos se vendían al ejér-
cito británco a precio de costo, más una «pequeña ga-
nancia».
Los lectores de diarios en inglés, como «R.W.» en
The Standard, pedían a las señoras que usaran su in-
fluencia para que «ningún británico (o descendiente
de británicos, que para el caso era lo mismo...) con
buena salud y sin responsabilidades de familia se que-
de aquí. ¡¡Y no hay ninguna excusa!!».
Y los editores anunciaban que el Dr. L. G. Dodds
examinaría a los voluntarios gratuitamente, para veri-
ficar el estado de su vista.
Otros, como Mr. Metherell, clamaban por la crea-
ción de Sociedades de Rifleros, que enseñaran a tirar a
los jóvenes, ya que «tipos con buena puntería, eso era
lo que pedía Lord Kitchener».
La vieja Inglaterra no se olvidaría de quienes fue-
ran a defenderla.A las familias de quienes partían para
Francia se les pagaría según el siguiente esquema:
Esposa sin hijos: 12 s 6d por semana
Esposa con 1 hijo: 14 s 6d por semana
Esposa con 2 hijos: 16 s 6d por semana
Esposa con 3 hijos: 18 s 6d. por semana
Esposa y más de 3 hijos: 1L y 6d por semana
Pronto llegaron las primeras noticias de aquellos
que habían partido. Los embarcados en el RMS
Turakina en el puerto de Montevideo, donde habían
llegado después de un accidentado cruce del Rio de la
Plata, comenzaron a ejercitarse en la cubierta del bar-
co, liderados por el Sr. M. H. Osborne y el Capitán
Tetley en «infantry drill» (orden cerrado) y por el Sr.
W. U. R. Thornburn, que era profesor, en formación
física.
Iban con ellos tres enfermeras, las Sisters Bailey,
Roland y Steward, y el Sr. E. E. Adams, ex gerente del
Tigre Boat Club y profundamente respetado por ser
quien había iniciado el movimiento para el recluta-
miento de voluntarios en nuestro país.
El Royal Colonial Institute pidió a la colectividad
de la Argentina que se hiciera un Roll of Honour, con
el nombre y el regimiento en que se enrolaba cada uno
de los voluntarios, solicitando se envíe la información
a la Avenida Northumberland, London, WC.
Reginald Tower, presidente del British Patrotic
Comitee dió cuenta del alto patriotismo de los irlande-
ses, que también concurrían masivamente a sumarse a
la guerra, y mandó una carta al Ministerio de la Gue-
rra para que «por favor se destine a los voluntarios
procedentes de la Argentina al frente de batalla y no a
la defensa de la isla».
Y eso sucedió con la inmensa mayoría de los vo-
luntarios. Todos se comportaron a la altura de las cir-
cunstancias, dando muestras de coraje y determina-
ción.
Sobre mitad de año empezaron a llegar las malas
nuevas. Eran varios los que no volverían a vestir los
colores de Pacific:
T. Copland murió en batalla, con su regimiento, los
Royal Scots. Charles Bianconi Hayes, empleado en el
departamento de Telegrafía y veterano de la guerra de
los Boers, cayó el 10 de Agosto, a los 43 años como
Capitán del Regimiento de Hampshire.
H. Leeds, zapador de los Royal Engineers fue muer-
to en las trincheras de Picardía también en Agosto.
30 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN
Los diez primeros años
Maxwell Colquhoun Pearson de 34 años, cayó en
Vermelles, comoTeniente de los Cameron Highlanders
en el mes de Noviembre.
J. Williams, ese wing izquierdo que trabajaba en
Tracción y que había «bailado» a BAHC el año ante-
rior, fue muerto preparando terraplenes y trincheras
para los Royal Engineers.
Y esto era solo el comienzo.Ya no se agitaban ban-
deras británicas y argentinas al salir los voluntarios.
Un manto de tristeza cubría a las novias y madres cuan-
do los muchachos firmaban el registro y se dirigían al
Distrito Militar más próximo para que les sellaran la
libreta de enrolamiento, porque iban a pelear a Euro-
pa. El fin del año 15 estuvo envuelto en luto y angustia
en Sáenz Peña. Las fiestas se pospusieron para la vuelta.
Una vuelta que hubo que esperar mucho.
1916 y 1917
Los años del holocausto
El verano de 1916 empezó tan lúgubremente como
había terminado el año 15. Las noticias que lleganban
del frente eran agustiantes: miles de jóvenes se mata-
ban a través de kilómetros de trincheras, y llegaban
los primeros rumores sobre una nueva arma: el gas
mostaza, usado por los alemanes a fines de año, era
ahora patrimonio de los dos bandos.
Las batallas eran cada vez más terribles y ninguna
fue peor que la Batalla del Somme, que se libró en el
verano y el otoño de 1916, y en la que hubo más de un
millón de bajas, convirtiéndola en la batalla más san-
grienta de la historia humana.
Las fuerzas aliadas, principalmente británicas ataca-
ron en un frente de 40 km sobre el río Somme, en el norte
de Francia, después de siete días de cañoneo continuado.
Sin embargo las defensas alemanas resultaron poco da-
ñadas y en el primer día de la batalla, el 1 de Julio, los
británicosperdieron57.470hombres,deloscuales19.240
fueron muertos justo cuando treparon a los parapetos,
cargados con más de 32 kilos en sus mochilas.
Entre los miles de victimas muchos fueron hom-
bres llegados desde laArgentina, y todos dieron mues-
tra de un valor extraordinario.
Pero entre todos se distinguieron los voluntarios de
nuestro Club. El primero nuestro presidente, el Sr.
Lightly Simpson, quien marchó a Europa a principios
de 1915 después de renunciar a la presidencia del Club
y a una edad en la que muy pocos decidían alistarse,
sobre todo siendo casados y con hijos. Fue reemplaza-
do en la presidencia por Mr. J. Liddell, también un
alto funcionario del Ferrocarril.
L. Simpson, Superintendente de los TalleresAlian-
za, perteneciente al Departamento Tracción, se incor-
poró a los Chief Mechanical Engineers, Railway
Operating Division, Royal Engineers, para aprovechar
su excelente conocimiento del mantenimiento de las
locomotoras, y fue destinado a Francia, donde se des-
tacó tanto por su empeño y su valor que llegó al grado
de Coronel, el máximo rango al que llegó un volunta-
rio de Argentina en toda la guerra exceptuando a un
General.
Los Royal Engineers cumplieron distintas respon-
sabilidades, como cavar túneles, talar bosques, la gue-
rra química (gas), transporte por ríos y arroyos,
camuflaje y el Servicio de Palomas Mensajeras. Los
miembros de sus cuerpos desarrollaron nuevos equi-
pos y armas, como la «Cabaña Nissen», las bombas
Mills, los morteros Stokes y el Fullerphone.
Partitura de la canción «Rosas de Picardía», inmensamente
popular en el Frente Occidental
En ese cuerpo L. Simpson mostró sus dotes de
liderazgo, que lo habían llevado a ser elegido presi-
dente del PRAC, asegurando que los ferrocarriles que
llevaban municiones y pertrechos al frente funciona-
ran bajo todos los climas, sin temor al fuego enemigo.
Los primeros 10 años del Club Atlético Ferrocarril General San Martín
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  • 1. 1LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años Club Atlético Ferrocarril General San Martín ex Pacific El centenario Buenos Aires 2008 1908 - 2008 Cien años de deporte amateur
  • 2. 2 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años
  • 3. 3LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años A manera de prólogo Sentado en la despoblada sala de lectura de la hemeroteca, en el subsuelo de la por tantos años inconclusa Biblioteca Nacional, muchas veces me pregunté si cuando los empleados del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico se juntaron en aquella oficina en la que se filtraban las últimas luces del día, imaginaban que lo que estaban haciendo trascendería sus vidas y se convertiría en un símbolo del deporte amateur de nuestro país. Probablemente no fue así. Muy pocas veces tenemos lo hombres una idea cabal de la trascendencia de nuestros actos, en el momento de realizarlos. Sin embargo, lo que si es muy probable es que esos hombres tuvieran muy claros sus objetivos inmediatos: construir un lugar donde ellos y sus familias pudieran practicar deportes en la forma en que creían correcta y adecuada. Un lugar donde sus hijos pudieran criarse dentro de los principios del juego limpio y el respeto por sí mismos y por los demás. Un lugar que ellos pudieran sentir casi como una extensión de sus propias casas. La mayor parte de ellos eran ingleses, provenían de los alrededores superpoblados de Londres, de pequeños y antiguos pueblos agrícolas del West Country, de los condados industriales de Lancashire y Derby, de Anglia y de la ribera del Tyne. Pero también había entre ellos muchos escoceses de las TierrasAltas, imaginativos galeses e irlandeses sanguíneos y alegres. Todos habían coincidido en el Río de la Plata para trabajar en el ferrocarril que intentaba unir los dos océanos. Y faltando poco para lograrlo decidieron fundar un club. Un club que ya cumplió cien años y que está firmemente enraizado en el mundo deportivo de nuestro país. Un club que reunió y reúne a cientos de familias en un común amor por el deporte, practicado con el único objeto de competir dignamente. Durante toda su existencia, en nuestro club el deporte ha sido seguido siempre las reglas del amateurismo, en la más amplia acepción de la palabra. Por lo general se denomina amateur a quien realiza una actividad por pura afición, sin obtener de la misma ningún rédito económico. Pero el significado de la palabra es más amplio, (deriva del francés y llega a este desde el latín), y quiere decir “el que ama algo”. Un amateur puede ser tan bueno en su actividad deportiva como un profesional, lo que lo distingue es el amor o la pasión que siente por ella Por eso, esta no es la historia oficial del viejo Pacific. Sólo es el intento de recordar con cariño de amateur algunos de los hechos más significativos que sucedieron en el primer siglo de vida del club. Todo comenzó en una conversación con el querido Mario Grater, seguramente un domingo a la tarde, hace más de dos años atrás. El centenario del club estaba cada vez más próximo y Mario me confió que esperaba que para esa fecha contáramos con una historia de Pacific. Y una semana después me entregó su colección de diarios, fotocopias y fotografías, que testimoniaban su amor incondicional por el club a través de los años. A partir de allí me dediqué, con suerte dispar y con la ayuda de muchos socios a conseguir los más variados testimonios y fotografías que ilustran este libro. A todos por igual les debo mi gratitud por su apoyo incondicio- nal. “El amor a sus tradiciones nunca debilitó a una nación; por el contrario, la fortalece en sus momentos más difíciles” Sir Winston S. Churchill
  • 4. 4 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años De algunos, como Jorge Dartiguelongue y Carlos Llabrés, he incorporado sus espléndidos escritos, los que le dan a este libro un valor literario del que de otra manera carecería. Debo agradecer también a quienes no conozco, como el hijo de Antolín Barrero, aquel pilar de los años cuarenta, que desde Estados Unidos y a través de Guido Estévez me envió una verdadera historia gráfica del rugby de esos años, conservada en memoria de su padre. Antiguos socios, como Bertie y Marta Healy, con un vínculo con el club que se remonta casi a su fundación, Ricardo Cantarini o el Dr. Wray Middleton contribuyeron generosamente con sus opiniones y recuerdos sobre este trabajo. El Rugby World Museum nos dió las únicas (hasta donde he podido investigar) fotografías del histórico partido de Pacific con el seleccionado británico (los Lions) que nos visitó en 1936. Carlos Tozzi puso a mi disposición su espléndida colección de fotografías que atestiguan casi sesenta años de protagonismo en el rugby y Dennis Thomas me facilitó una inigualable colección de cartas que intercambiaron su tío Stanley con Hugo Mackern (Freelance) cuando este último lo consultó sobre los comienzos del rugby en el club, para su conocido libro sobre nuestro deporte en la década del veinte. Del sitio web HSRA, dedicado al hockey, he tomado algunas fotografías recientes. Por último, quiero mencionar el fenomenal trabajo de Armando Iglesias, que a través de más de veinte años ha registrado con precisión, semana a semana, las formaciones y los resultados de todos los partidos de rugby del club. Como los demás, Armando puso su trabajo de años gentilmente a mi disposición. Esta historia la he reconstruido a través de los recuerdos de muchos amigos, de las páginas de diarios como el desaparecido The Standard (uno de cuyos cronistas deportivos era socio del club, e informaba con lujo de detalles sobre cuanta actividad se desarrollara en el PRAC) o The Buenos Aires Herald, de revistas como El Gráfico, que reseñó por décadas la historia del deporte en laArgentina y de docenas de publicaciones y sitios de la web, nacionales y extranjeras que han servido de cantera para encontrar el dato específico o la nota deseada. Sin duda mi deporte es el rugby. Lo practiqué mediocre pero apasionadamente en mi juventud y he seguido cerca de él toda mi vida. Es por eso que este libro se extiende en el rugby del club más que en los otros deportes. Pido disculpas por anticipado a mis amigos que juegan o jugaron tenis, hockey o bowls, pero es muy difícil sustraerse de aquello que ha significado tanto en nuestra vida. Pero como dije antes, esta no es la historia oficial. Sólo a mi se me puede adjudicar la selección de hechos y recuerdos, que necesariamente debieron elegirse entre otros muchos. Estoy seguro que en la enumeración de los hechos salientes y de quienes lo protagonizaron en estos cien años he cometido omisiones. Pero toda historia está filtrada por la mirada de quien la cuenta. Muchas veces mirando lo mismo vemos cosas distintas. He intentado sintetizar en estas pocas páginas un siglo en la vida del club, que junto con otros clubes amigos, se ha convertido, como dijimos en una fortaleza del deporte amateur, del amor por el deporte. Hoy podemos afirmar sin duda que quienes lo fundaron lograron con creces sus propósitos. A través del tiempo y de los hombres y mujeres que poblaron las canchas de Sáenz Peña se ha mantenido inalterable el espíritu del Viejo Pacific. Es por eso que quiero agradecerle a través de este libro a todos ellos, a los que corrieron atrás de un pelota los días de sol o de lluvia, sintieron la neblina helada de las noches de invierno en el fondo, cuando sopla el viento del oeste, alentaron esperanzados al costado de la cancha, festejaron nuestras victorias o se entristecieron en las derrotas. Quiero dedicar a su memoria esta narración, porque ha sido por todos ellos que hoy celebramos el centenario de nuestro querido Pacific. Ellos escribieron nuestra historia y para ellos es este libro.
  • 5. 5LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años Buenos Aires tenía 1.270.234 habitantes en el año 1908, y de esta manera se había convertido en poco más de dos décadas en la ciudad más poblada de habla hispana y también del hemisferio sur. Sólo el 49% de sus habitantes era argentino, y el 51% restante se com- ponía de extranjeros de diversas nacionalidades. Cincuenta años antes, Juan Bautista Alberdi había escrito: “Cada europeo que viene nos trae más civili- zación en sus hábitos, que luego comunica en estos países, que el mejor libro de filosofía...”. Y el fantástico país que había imaginado el autor de “Las Bases” era una realidad en esa primera década del siglo XX. Entre todos los grupos que habían llegado del viejo mundo, había uno que se destacaba notoriamente. In- cluía a todas las familias anglohablantes, aunque no fueran estrictamente parte del Imperio Británico. Además de los ingleses, escoceses, irlandeses y galeses, que habían llegado en grandes grupos desde principios del siglo XIX, esta “colectividad” estaba for- mada por norteamericanos y por holandeses y daneses que por ser numéricamente muy pocos en la Argenti- na, adoptaron el idioma inglés y rápidamente se casa- ron con descendientes de ingleses o escoceses. Los británicos habían estado llegando a la Argenti- na en grandes cantidades, eran ganaderos, pastores y ejercían infinidad de profesiones, desde la medicina hasta la abogacía y el comercio. A mitad del siglo pasado fueron mayoritariamente partidarios de Don Juan Manuel de Rosas, a quien veían como una garantía de orden y justicia en estas inmensidades. Pero la Organización Nacional, a partir de 1853, y la consiguiente construcción de los ferrocarriles fue- ron los grandes motivadores para que decenas de mi- les de habitantes de las islas abordaran buques en Liverpool o Southampton con destino “al Plata”. En pocas décadas, y mediante el ciclópeo esfuerzo de esos hombres y mujeres, más de 47.000 kilómetros de vías férreas unieron a las distantes ciudades de las provincias argentinas. Entre las empresas que se ocuparon de construir y operar los ferrocarriles estaba la denominada “Buenos Aires al Pacífico”, destinada originariamente a unir la gran ciudad del atlántico con la ciudad de Valparaiso, a orillas del océano Pacífico. El Ferrocarril “Buenos Aires al Pacífico” El ferrocarril denominado “Buenos Aires al Pacífico” se creó por una iniciativa del Sr. Juan C. Clark y su contrato definitivo es del 19 de Marzo de 1878. En 1885 se finalizó el tramo que va desde la ciudad de Mercedes en la provincia de BuenosAires a la deVilla Mercedes en San Luis. Si bien los primeros años no fueron de grandes éxi- tos, el BAP persistía en extenderse hacia el oeste, para trasladar las grandes cosechas que empezaban a pro- ducirse en la Pampa y unir poblaciones que secularmente habían estado aisladas por cientos de kilómetros casi despoblados. El primer registro que se tiene de algún tipo de ac- tividad deportiva vinculada al Ferrocarril BAP se re- monta al mes de noviembre de 1888, cuando se orga- nizó un club en la localidad de Junín, donde se encon- traban ubicados los talleres principales de la compa- ñía en esa época. El Sr. James McGough, escribiendo en el “Argentine Magazine”, en su número de Agosto de 1938, precisa lo siguiente: “La comisión encargada de ‘organizar un club en un predio ubicado en la localidad de Alianza o en las cer- canías’ fue designada en el acto constitutivo del mis- Los diez primeros años
  • 6. 6 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años mo, y estaba integrada por Christopher Hill (Presi- dente), W. M. Woodhouse (Vicepresidente), C. F. Bowden, W. Etheridge, A. Greaven, C. A. Lowe, C. E. Mounsey y F. ColinYork. Aparentemente se trataba de una ‘Comisión General’, encargada de controlar las actividades del club tanto en Junín como en Buenos Aires, ya que se mencina que la ciudad de Junín tenía su propia ‘comisión local’, integrada por F. ColinYork (Presidente), J. W. Croft, J. Dixon, W. B. Dodds, E. C. Wadlow y W. Wood. F. W. Davies estaba a cargo de las finanzas y F. A. Beasley era el secretario honorario. Ocasinalmente aparecían notas en los diarios so- bre algún partido de cricket, pero a la larga este club desapareció” Dos décadas más tarede, 1908 empezó como años anteriores, con grandes calores y con un grupo de en- tusiastas empleados del Pacific Railway jugando par- tidos amistosos de Cricket con equipos de segunda di- visión o con aquellos formados para la ocasión por algún jugador carácterizado que visitaba nuestro país y deseaba practicar su juego favorito. Sin cancha pero con gran voluntad, lograron parti- dos con algunos Clubes amigos, que por los azares del fixture tenían libre algún sábado o domingo. El 27 de Enero, Pacific Railway ganó un partido contra Quilmes Second por 31 corridas. Se jugó en el campo de Quilmes y los visitantes llegaron con 8 ju- gadores (la noche anterior había llovido y quizás esto disuadió a los menos entusiastas) y el partido tuvo un comienzo dudoso, hasta que los quilmeños les presta- ron dos jugadores. El campo de juego estaba barroso y H. Lacey y E. A. Clutterbuck (este último un conocido deportista que jugaba a lo que viniera), si bien en distintos estilos, lograron la mayor parte de los tantos de Pacific Railway, aunque en honor a la verdad hay que decir que fueron favorecidos por la pobre actuación de los fielders de Quilmes en muchas ocasiones. H. Lacey era reconocido por sus tiros con efecto (twisted balls), que desconcertaban a los bateadores contrarios y Clutterbuck era un “bowler” de potencia, rápido y seguro en defensa como “fielder”. El partido fue movido, y la crónica registra que tam- bién los jugadores prestados, a los que simpáticamen- te denomina “traidores”, tuvieron una gran performan- ce y contribuyeron al triunfo de Pacific. Pacific Railway formó con E. A. Clutterbuck, B. Dain, F. O’Brien, H. Lacey,A. Mongiardini, D. Chalk, La foto muestra el estado original de la 2367, una compañera de serie de la 2372 del BAP. Railway Gazzette 1931
  • 7. 7LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años A. P. Williams, W. Lovett, T. Duncan y W. Macdonald. Hubo que esperar casi un mes para que se concerta- ra otro amistoso, esta vez en Caballito, campo reciente- mente acondicionado, y contra elWestern Railway (lue- go denominado el Ferrocarril Oeste). Si bien Pacific Railway perdió, no lo hizo sin presentar batalla durante todo el partido. Su alineación, esta vez sin necesidad de préstamos y bajo un sol radiante, fue la siguiente: C. O’Ryan, C. E. Walker, C. H. Lacey, D. L. Chalk, W. Macdonald, B. Dain, L. Thomas, C. O’Mally, M. Bejo, C. F. Lacey y J. Wilkinson. El domingo 15 de Marzo Pacific Railway se en- frentó con el Buenos Aires Cricket Club, uno de los grandes equipos de aquellos tiempos y decano del de- porte en la Argentina. Se jugó en el predio de Hurlingham y BACC ganó cómodamente, por la experiencia de sus jugadores que estaban terminando la temporada en excelente forma. Pacific Railway, con cada vez más interesados en prac- ticar deportes, formó con: C. F. Lacey, B. Dain, J. D. Pryce, P. F. O’Brien, T. Duncan, C. E. Walker, C. O’Ryan, E. Moroney, L. Chalk, H. G.Store y H. Lacey. El verano estaba terminando y el año 1907 había sido de grandes éxitos económicos para el Pacific Railway. Después de un comienzo difícil a fines del siglo XIX , cuando cada año era una dura lucha por la insu- ficiente cantidad de cargas y los malos caminos para tender rieles ( al Pacific Railway se lo llamaba “the rusty string of the rails”*), las cosas cambiaron, se ter- minaron de tender los rieles, los cultivos cuyanos se empezaron a embarcar para Buenos Aires, se absorbió el Ferrocarril Andino, se compró el Grand Western y como consecuencia de ello en la última semana de Marzo de 1908 se obtuvo el record de recaudación (91.022 Libras) y el rendimiento por milla de riel era de 38 Libras, 17 chelines y 8 peniques, sólo inferior al del Western Railway en 17 chelines y 6 peniques y al del brillante Grand Southern en 1 Libra y 14 chelines. Todo el oeste de Buenos Aires crecía a pasos agi- gantados, y la decisión de la Compañía Primitiva de Gas de iluminar Villa Devoto en el radio comprendido por las calles Tres Cruces ( hoy Avda. F. Beiró), Las- tra, América y Helguera con 150 lámparas, hizo que * “La cuerda oxidada de los rieles”, en referencia a la cuerda que tensa un arco y que no sirve más por deterioro, humedad o defectos de fabricación. se vendieran rápidamente cientos de parcelas que per- tenecían al ferrocarril. El Pacific Railway anunciaba diariamente en The Standard, el principal periódico en inglés del momen- to, una invitación repetida: “Ingleses en Hurlingham, Italianos en Villa Devo- to, franceses en Bella Vista, alemanes en Villa del Par- que y argentinos en todos lados” como un apelativo para que se compraran los miles de terrenos que se extendían al lado de las vías). En el mes de noviembre de 1907 el Presidente de la República firmó un decre- to autorizando a construirse una estación que llevaría el nombre el fallecido Presidente Luis Sáenz Peña (1893-95). Al año siguiente empezó a construirse un tinglado con techo de chapa, que protegería por mu- chos años a los viajeros. El contexto era favorable: la empresa pasaba por un buen momento y el entusiasmo por el deporte crecía sin pausa entre sus integrantes, por lo que el Viernes 3 de Abril se realizó una reunión general en las oficinas cen- trales del Ferrocarril para tratar la conveniencia y nece- sidad de contar con un Club propio, contándose con la presencia de más de 60 empleados, lo que hacía eviden- te el fuerte entusiasmo que esto despertó. Presidió la reunión el Sr. C. O’Ryan, quien des- pués de explicar en pocas palabras el objeto de la re- unión y el alcance del Club, anunció que la Gerencia del Ferrocarril había prometido el uso de un predio para practicas deportes en Alianza y solicitó a los pre-
  • 8. 8 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años sentes la formación de una Comisión Directiva (Managing Committee), la que se sometió a votación, con los siguientes resultados: Presidente: Mr. Lightly Simpson Vicepresidentes: Messrs. C. O’Ryan, W. Petty y F. Reeres Secretario Honorario: Mr. E. F. Morony Tesorero Honorario: Mr. C. A. Walker Miembros del Comité: Messrs. F. Garaycochea, H. B. Mariani y P. F. O’Brien Suplentes: Messrs. Fair y J. D. Pryce. A continuación se sometieron a la asamblea un con- junto de normas, que fueron aprobadas, pero con res- pecto a las contribuciones o cuotas sociales (“subscriptions”) la decisión fue dejada para otra asam- blea que sería convocada con ese propósito. Mientras tanto, se acordó comenzar jugando al fút- bol en los terrenos de Alianza, y arreglando algunos partidos amistosos para el próximo invierno con equi- pos de la segunda división de la Liga. En la edición del jueves 9 deAbril de The Standard se narró la reunión con los detalles antedichos. E. F. Moroni, en suu carácter de Secretario Hono- rario, dirigió una carta fechada el 6 deAbril al Gerente General del Ferrocarril, Mr. J. A. Goudge, solicitán- dole autorización para “fomentar y desarrollar todo tipo de actividad física y deportiva al aire libre que los so- cios del club, que deben ser empleados del ferrocarril deseen”. Inmediatamente se dio curso favorable a la solici- tud y se les concedió el uso de un predio en las cerca- nías de la estación Santos Lugares. Desde ese momento se ha considerado el 6 deAbril como la fecha de fundación del Club. Entre tanto, uno de los impulsores del Club, Mr. Thomas Duncan, fue promovido dentro del Pacific Railway a una importante posición en Huinca Renancó, y se lo sintió como una pérdida fundamental no sólo para el naciente Club sino para el Rugby, pues según The Standard del 14 de Abril, “era estrictamente im- parcial y tenía un amplio conocimiento del viejo y buen juego, combinado con un claro instinto deportivo y había ganado una reputación como árbitro que pocos tenían en el país” (no sabemos en que Club jugaba Mr. Duncan, aunque lo imaginamos con la camiseta azul de Buenos Aires R.F.C.). El Sábado 16 de Mayo amaneció nublado, pero para el mediodía un sol incipiente iluminó la cancha de Santos Lugares (se la llamaba así porque todavía no había sido construida la estación Sáenz Peña) y Pacific R. A. C. inauguró su predio con un partido contra YMCA, la hoy Asociación Cristiana de Jóvenes. El juego comenzó algo después de las tres de la tarde, y si bienYMCA comenzó dominando las accio- nes, los jugadores de PRAC se lucieron en un par de jugadas y luego de una “inteligente corrida” en la que participaron Chalk, Lacey y Dodds, este último tiró debilmente al arco de Clutterbuck, quien “malinterpretó la dirección” y la pelota se escurrió bajo el arquero. Y aunque Reid se las arregló para pararla aparentemente antes de cruzar la línea, la decisión del Referee fue que la había cruzado, convalidánose un tanto para los locales. Luego las cosas volvieron a la normalidad y YMCA dominó el juego en todas sus instancias y marcó dos go- les seguidos, terminando el primer tiempo en ventaja. En el segundo tiempo el partido se inclinó para PRAC y Lacey convirtió el segundo gol, pero el largo dominio de los locales fue infructuoso y cuando los de YMCA apuntaban peligrosamente al arco de Wilson, sonó el silbato y finalizó el partido. Empate 2 a 2, y todos volvieron a Retiro en el tren de las 18:15. Los equipos formaron de la siguiente manera: PRAC: Wilson, Cox y Mottoni, Stratton, Matas y Mayne, Lacey, Dodds, Rodríguez, Coseri y Chalk. YMCA: E. A. Clutterbuck, Reid y Walker, Bejo, Day y Tibbits, Millican, Grosso, A. González, Lelong y R. D. Christian (La alineación la damos tal como se usaba enton- ces: Un arquero, dos “backs”, la “línea media” con tres “half-backs” y cinco “forwards”) Algunas semanas después le dimos la “revancha”, y allí YMCA nos ganó inapelablemente por 3 a 0. Los oponentes escaseaban: la mayoría de los equi- pos competitivos estaban inscriptos en la Asociación de Fútbol del Rio de la Plata en alguna de sus tres divi- siones, por lo que cumplían un fixture regulado de an- temano. A cuasa de de esta dificultad, el siguiente aviso se registra en The Standard del jueves 21 de Mayo:
  • 9. 9LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años “The PRAC wants friendly matches with Second Division Clubs. Communications to Captain: D.L. Chalks, Calle 25 de Mayo 277” Recién el 19 de Junio se logró un amistoso, y esta vez fue con Belgrano Athletic Club, dando comienzo a una relación centenaria que se ha fortalecido cada vez más con el tiempo. Belgrano, con su equipo «B», nos ganó 2 a 0, con dos estupendos goles de Rugeroni. La crónica registra que en este partido tuvimos nues- tro primer lesionado: Dodds se retiró al promediar la primera etapa, pero volvió a entrar en el segundo tiem- po, inaugurando la tradición de nuestros jugadores: dar todo en cada partido. Pero mientras nuestros entusiastas jugadores de fútbol seguían practicando entre ellos, por falta de ad- versarios, un anuncio en los periódicos avisaba de una extraña cita: El Jueves 9 de Julio, aprovechando el fe- riado patrio, se invitaba a quienes quisieran jugar al Hockey a presentarse en Belgrano A. C., a las 9 de la mañana, para practicar y evaluar el interés de los de- portistas. Tal iniciativa, impulsada por Messrs. J. A. Tasker y F. V. Sewards, mereció un alborozado comentario en la sección de deportes: «Al fin llega este magnífico juego a la Argentina», recordándose que el mismo Eduardo VII, entonces monarca del Reino Unido y Emperador de la India, había sido un gran jugador de hockey en su juventud, cuando era el Príncipe Bertie. Finalmente, ganó el equipo capitaneado por Mr. Tasker y fue tan grande el éxito de concurrencia que el 7 de Julio se invita por la prensa a los Clubes para que formen equipos. Rápidamente respondió el San Isidro A. C. (hoy C.A.S.I.) y sostuvo varios partidos con Belgrano, difundiendose el juego entre muchos deportistas (por ahora solo caballeros, todavía faltaba un año para que también las damas lo practicaran en la Argentina...) El Miercoles 26 de Agosto por la noche, tal como lo consigna la crónica periodístoca del Domingo 30, se constituyó la Asociación Argentina de Hockey, en una reunión presidida por Mr. F. R. Guppy y donde Mr. H. Brookhouse de Belgrano A. C. actuó como Se- cretario. Se eligieron como autoridades a: Presidente: Sr. Tomás Bell Vicepresidentes: Messrs. G. E. Morton (BAC) y F. R. Guppy (S.I.A.C.) Equipo de Cricket del PRAC en 1908: R. D. Lynde, H. G. Stone, A. L. Tatton, T. Whitehead, D. L. Chalk, E. M. Parlkinson, S. M. Watson, B. Dain, H. Lacey, C. Noakes y C. Walker
  • 10. 10 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años Secretario: Mr. H. Brookhouse (BAC) Tesorero: Mr. B. Dain (Pacific R.A.C.) El Comité encargado de regular las actividades se constituyó con un delegado de cada uno de los Clubes afiliados, que fueron sólo tres: Mr. F. V. Sewards por el San isidro Athletic Club Mr. R. J. Nicol por el Belgrano Athletic Club Mr. H. G. Stone por el Pacific Railway Atlhetic Club La cuota de afiliación se estableció en $ 5 por año, a pagar en la asamblea anual y un «entry fee» para jugar la liga de $ 10 por equipo. Finalmente se agradeció al Sr. T. Bell la donación de una Copa y se aprobó la intención de afilarse a la English Hockey Association. El hockey no pudo comenzar sus actividades for- malmente hasta el 16 de agosto con la participación de dos equipos de Belgrano A.C. -que en ese momento tenía sin dudas el plantel más numeroso de jugadores- llamados «Blancos» y «Azules», San Isidro y Pacific. En la primera fecha, San Isidro como local venció a los «Blancos» de Belgrano por 3 a 2, mientras que la presentación de Pacific no pudo ser más auspiciosa, ya que después de practicar sólo unos pocos días, aun- que la mayoría de sus jugadores había aprendido a ju- gar en Inglaterra, venció a los «Azules» de Belgrano por 1 a 0 en su primer encuentro oficial. De acuerdo a las crónicas de estos encuentros, los conjuntos de Belgrano no contaban ese día con sus mejores jugadores y los «Blancos» sólo reunieron nue- ve. El partido programado con « BelgranoWhites», uno de los dos equipos que había formado ese Club, no puedo disputarse por razones que ignoramos. En la segunda fecha San Isidro superó a Pacific por 4 a 2 y en la tercera fecha, San Isidro, que necesitaba sólo empatar para ganar el campeonato, lo consiguió obte- niendo así por primera vez el trofeo. Nuestros socios querían jugar al fútbol, y ante la falta de rivales, se anotaron, un poco tardíamente, en la Railway League, que agrupaba a los equipos ferro- viarios. El primer partido jugado registra el triunfo frente al B. A. Grand Southern (Ferrocarril Sud), en la can- cha de Caballito. PRAC formó de la siguiente manera: Wilson; Pigni y Moltoni (Cap.); Johnson, McKee y Other; Rugeroni (quizás un refuerzo para la ocasión..) Taylor, Watson, Morgan y Chalks. Con la primavera tradicionalmente llegaban otros deportes, y en la Reunión Anual del Argentine Cricket Championship se anunció la intención de PRAC de anotar un equipo y se decidió esperar un día para que lo haga. Un día después, el 26 de Septiembre, PRAC pre- sentó formalmente el equipo y se lo aceptó en Segun- da División. Para la temporada 1908/09, la Primera División quedó conformada por: Belgrano A. C., Hurlinghan Club, Lomas A. C., BACC, San Isidro A. C., Quilmes A. C. y G. Southern Railway A. C. La Segunda División por San IsidroA. C., Belgrano A. C., Lomas A. C., BACC, Grand Southern Railway A. C., Western Railway A. C. y Pacific Railway A. C. El 8 de Noviembre PRAC jugó el primer amistoso, visitando a Quilmes A. C., y una vez más fue con un hombre menos: Mr. Arnold Williams, quien estaba presente para presenciar el partido, cubrió gentilmente la vacante. Pese a la descollante actuación de S.M.Watson, quien fue el bowler más efectivo, perdimos por 106 corridas. El resultado final: QuilmesA. C. 219 vs. PRAC 53. Nuestro equipo formó con: S. M. Watson, C. O’Ryan, D. L. Chalk, C. E. Walker, H. G. Stone, C. Stephenson, J. Noakes, H. Stratton, H. Lacey y el «prestado» A. Williams. El Sábado 14 comenzó el campeonato de Segunda División, y el «once» de PRAC fue a Palermo, a enfren- tarse con el Buenos Aires Cricket Club, bajo un sol ra- diante y una temperatura espléndida para practicar de- portes. De ese encuentro la crónica periodística no sólo rescata la victoria de BACC por 10 wickets sino que señala la «llegada tarde» de nuestro Capitán, que arribó «justo antes de las once», pecado que por otra parte pa- rece que ya había cometido anteriormente. PRAC: S. M.Watson, B. Dain, C. O’Ryan, H. Lacey, D. L. Chalk, J. Noakes, E. Parkinson, J. W. Shaw, W. F. Halliday y C. Stephenson. El 20 de Diciembre, también con un clima magní- fico, ganamos nuestro primer partido contra Lomas Athletic, de visitantes.
  • 11. 11LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años La diferencia fue abrumadora: 241 carreras y a la finalización Miss Horrocks, acompañada por Mrs.Thyne y Miss Cotman presidieron el té, seguramente acompa- ñado por suculentos scones y tartas varias. PRAC: B. Dain, C.Walker, H. Lacey, S. M. Watson, J. Noakes, D. L. Chalk, J.Whitelaw, E. Parkinson, Cose, Poultney y Crabtree. Navidad y Año Nuevo se festejaron con sendos en- cuentros entre los socios del recién nacido Pacific, aunque no ha quedado registrado donde se llevaron a cabo las reuniones. Sospechamos que no fue en San- tos Lugares, sólo destinado a la práctica deportiva y con instalaciones muy precarias. 1909 Pasaron las fiestas y el año 1909 comenzó con otra victoria, esta vez sobre San Isidro A. C., el 2 de Enero. PRAC: B. Dain, J. Noakes, C. Walker, D. L. Chalk, H. Lacey, J. Whitelaw, J. Shaw, J. Armstrong, W. McKay y E. Parkinson. Y seguimos bien derechos: al día siguiente le ga- namos a Buenos Aires Grand Southern A. C. por 180 corridas. El periodista titula: «Fácil victoria para Pacific» (Esta es la primera vez que se denomina a nuestro Club como Pacific, a secas, bautizándolo para siempre), y formamos, entre otros, con: Dain, Noakes, Watson, Parkinson,Walker, O’Ryan, Lacey,Armstrong y Whitelaw. El 10 de Enero vencimos a BACC 104 a 88, jugan- do como locales en Santos Lugares. Walker, Noakes, Chalk, Moroney,Whitelaw, Tatton y Dain figuran en las noticias como participando en el encuentro. El 17 ganamos el partido contra LomasA.C., que pre- sentó sólo nueve jugadores, pero el 31 se cortó la racha: Western Railway nos derrotó claramente por 144 a 60. El 7 de Febrero se jugó con San isidro A. C. y el 14 con Belgrano A. C., las dos veces en Santos Lugares y las dos sendas victorias de PRAC. Gran performance del Club en su primera compe- tición oficial, que finalmente salió tercero en el Cam- peonato de Segunda División. El último fin de semana del mes se enfrentaron dos equipos de PRAC (y pensar que poco tiempo antes nos prestabanjugadores...),alosquesedenominaron«Camp» (palabraangloargentinaparadenominarel«campo»)osea quienes trabajaban fuera de BuenosAires y «Town», sien- do estos últimos los «porteños». Ganó «Town», formado por los experimentados jugadores del campeonato con al- gún amigo agregado, por 100 carreras a 55 y los equipos formaron así: «Camp»: Le Bas, Tilleard, Smith, Sawyer, Pearson, O’Brien, Kennedy, Bannett,Williamson, Shaw y Parkinson.»Town»:Lacey,Noakes,Chalk,Watson,Stone, Lynde, Rugeroni, Dain, Poultney, Morony y O’Ryan La temporada terminó con tres partidos amistosos: perdimos contra el excelente once de Hurligham y contra un equipo llegado de Bahia Blanca, y ganamos lo que «The Standard» denominó ácidamente «paro- dia de partido» (¡¡cómo habrá sido!!) contra Western Railway Para redondear el saldo positivo de nuestro primer año, PRAC ganó la Railway Football League, mos- trando un juego superior y convirtiéndose en la sor- presa en materia de fútbol. Tan bien nos fué que inmediatamente se solicitó la afiliación a la Argentine Football Association (que re- cientemente había cambiado su nombre...) y la Comi-
  • 12. 12 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años sión Directiva de esta institución inscribió a un equipo de PRAC en la Tercera División (Third League). En esta categoría competían: Estudiantes, Comer- cio, Racing «A», Boca Juniors, River Plate, F. C. Oes- te, Independiente «A», Riachuelo «A», Banco de la NaciónArgentina, Criollos «A», Estudiantes de la Pla- ta, Banfield, Racing «B» *,Atlanta, Estudiantes Juniors y PRAC. En tanto se realizó la Reunión Anual de la Asocia- ción de Hockey, en las oficinas de Mr. Brookhouse y Mr. Clutterbuck, eligiéndose la Comisión para el año 1909, que quedó compuesta por el Sr. T. Bell como Presidente Honorario, Mr. Morton como Presidente, Messrs. Guppy y Pound como Vicepresidentes, Mr. T. Dain como Secretario y Mr. Brookhouse como Teso- rero. Fue una reunión agitada, y se puntualizó que en Inglaterra nunca se había jugado al hockey por una copa o trofeo (recordemos que el Sr. Bell había dona- do una Copa en la reunión constitutiva) excepto laArmy Cup y la Hospital Cup, ambas con carácter benéfico. Aunque aún no se había recibido respuesta por par- te de la Asociación Inglesa de Hockey al pedido de afiliación, se rechazó el jugar por una Copa y se deci- dió que no se haría un campeonato, jugándose solo partidos amistosos. (Tenemos que recordar que el jugar por algo, sean puntos, copas, medallas, etc. era considerado en esa época como un incentivo espúreo al mero acto depor- tivo. Los encuentros debían estar regidos simplemento por el honor y el placer de practicar un juego. El de- porte era un asunto de caballeros.) El 30 de Abril una nota en los diarios invita a las «damas que quisieran jugar al hockey» a que se acer- quen a BelgranoA. C. el Sábado 1 de Mayo a las 2:30, * La letra luego del nombre del Club señala a un segundo o tercer quipo («A» o «B») Equipo de Cricket, 1909: W. Smith, T. M. Barrs, B. A. Turner, J. J. Goncalvez, B. J. Wisdom, H. Lacey, H. M. Gubbins, R. J. Wright, Ivor Williams, A. Harris y A. Pires.
  • 13. 13LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años para elegir Capitana, Vice y Miembros de la Comi- sión. No sabemos la respuesta a la convocatoria, pero mientas esto sucedía, Pacific R. A. C. organizaba su primera reunión social: un «Smoking Concert» que se llevó a cabo el 4 de Mayo a las 8:30 de la noche, en el Salón Béranger, ubicado en la calle Tacuarí 253. Durante el concierto se entregaron las copas y me- dallas al equipo de Fútbol de PRAC, ganador del tro- feo de la Liga Ferroviario, el que había sido donado por Mr. H. H. Loveday, esq., Chairman of the Clearing House. La reunión fue un éxito de asistencia, con la «casi totalidad del talento amateur» presente en el salón, y la presidió el Presidente del Club, Mr. Lightly Simpson, quien se desempeñaba como Assistant Locomotive Superintendent BAP, Works Alianza. La organización corrió por cuenta de Mr. George Holland y de Mr. Dudley L. Chalk y el programa con- sistió en las siguientes piezas: Primera parte Solo de Pianoforte a cargo de A.B. Stark Canción Cómica por Mr. G.N. Schultz «The Raft» (La Balsa) por C.H. Smith «Off to Baltimore» (Fuera de Baltimore) por Douglas Clark «Banish, oh maiden» (Estoy desterrado, mi doncella) por un cuarteto formado por Bove, Shaw, Huntington y Hughes. «Corporal Dick’s promotion» (La promoción del Cabo Dick) recitado por J. Weniger Canciones cómicas por J.Scharenberg y A.Ramus «Railway Porter» ( El Changador) por G. Holland, que fue festejada ampliamente por la audiencia, forzando a Geo Holland a aparecer nuevamente en escena, esta vez para cantar «Twilight» (Crepúsculo). Para finali- zar, Mr. Mc Dougall bailó la Danza Escocesa de la Espada vestido con ropas de highlander. En el cuarto intermedio, Mr. J. Goudge entregó la Copa a Mr. Simpson, excusando a Mr. Loveday, quien no pudo asistir. Las medallas fueron para los deportistas más destacados, Messrs. Johnson, Casella, Haslam, Walker, Molteni,Wilson, Zissler,Watson y Chalk como futbolistas y Messrs. Watson y Lacey como jugadores de Cricket. En la Segunda parte el repertorio fue: Dúo de Violín, a cargo de R.Bett y Marfaing «Teaching McTavish to dance» (Enseñando a bailar a McTavish), por G. Schultz «Sherlock», recitado por J.M.Jackson Canciones cómicas a cargo de C.Smith, A.Fraser, J.J.Jeffries y F.Mehlin «The two Roses» (Las dos Rosas), un cuarteto, y para finalizar la danza escocesa «Highland Fling» (Albo- roto Montañés) nuevamente por A.F.McDougall. La Tercera parte (sí, hubo una tercera...) compren- dió la representación de la farsa cómica «Box and Cox», de John Maddison Morton, en la que el papel de Box (un imprentero) estuvo a cargo de Geo Holland, Cox (un sombrerero) fue Jack Weniger y el de Mrs. Bouncer (la dueña de la pensión) lo hizo, aunque Ud. no lo crea: Mr. Douglas Clark !!! Parece que la actuación de Holland fue muy buena y la crónica dice que «arrancó rugidos de risa en la audien- cia», convirtiéndose en el centro del interés de la platea. Todo finalizó con la totalidad de los presentes can- tando el «God save the King» y se le entregó a cada uno un cigarro en cuyo envoltorio estaba impreso: «Con los saludos de Mr. J. A. Goudge». 1909 fue un buen año para el Club, que logró im- portantes triunfos en la Railway Football League, liderándola desde el inicio y siendo su equipo más fre- cuente el formado por: Wilson, Mallet y Machado; Parkinson, E.A. Brown y Sheridan; Curtis,Watson, Morgan (Capitán), Parsons y Chalk. También en Tercera División nos fue bien, y se ob- tuvieron resultados estimulantes, sobre todo para un equipo que recién comenzaba a jugar un campeonato. Y en cuanto al hockey, se formó un equipo estable, que jugaba amistosos casi quincenalmente. Le ganamos 5 a 2, asombrosamente a San Isidro A. C., de locales y el 7 de Julio, perdimos frente al mis- mo club el 2 de Agosto como visitantes y logramos la misma performance frente a Belgrano: 3 a 1 perdimos en Belgrano y ganamos 3 a 1 en « Santos Lugares». En esta última ocasión se inauguró la nueva cancha que se había estado construyendo desde varios meses antes. La crónica señala que «estaba en excelentes condi- ciones, lo cual fue un mérito para quienes la prepara-
  • 14. 14 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años ron» y que luego del partido se «sirvió té y otras co- sas» (¿scones, sandwichs, masas?) a los presentes. El 29 de Agosto empatamos con BAGS (F. C. Sud) y finalmente Belgrano nos derrotó en el «bueno»: 2 a 0. El equipo formaba habitualemente con: Dain (jugaba también de centre-forward), Stone y O’Brien; Pusey, Mason y Poultney; Staffurth, Wigthwick, Watson, Lacey y Smithe. También figuran en los registros Parkinson, Patton, Pewsey y Tatton. Es de destacar que fue el 24 de Julio que se disputó el primer macht de hockey entre damas, jugando el equipo de la escuela St. Katherine con un combinado llamado Gregory’s XI. El 29 de Agosto otra vez jugó St. Katherine’s, esta vez con Belgrano’s Ladies. También debemos destacar que había en 1909 otros dos Clubes vinculados con el BAP Railway: en Bahia Blanca estaba el «Club Atlético FFCC Sud y Pacifi- co», que utilizaba las instalaciones del Port of Bahia Blanca Athletic Club; y en Junín existía un FC Pacific Football Ground, donde se disputaban los «athletic sports» el 17 de Julio. El Ferrocarril BAP seguía creciendo, y en el mes de Agosto inauguró la estación Villa Real, finalizando el nuevo ramal «Retiro-Once de Septiembre», que ad- ministraba conjuntamente con el FC Oeste. Este ramal incluía las estaciones de Retiro, Palermo, La Paternal, Villa Devoto, Villa Real, Vélez Sarsfield, Flores, Caballito y Once de Septiembre y permitía que los pasajeros realizaran un viaje «redondo», es decir subiendo al tren en Once, se podía descender final- mente en Retiro, después de haber recorrido toda la ciudad. 1910 Ese año trajo por primera vez el rugby a nuestro Club. Buenos Aires Football Club jugó un partido de prácti- ca el 3 deAbril en las instalaciones de Santos Lugares, enfrentándose dos teams: uno con la tradicional vesti- menta azul y otro, denominado «colores» que vestía distintas camisetas. Se marcó una cancha y se instalaron las «haches» en el predio, de tal manera que BAFC jugó toda la temporada en el Club. La crónica lo celebró, y podemos citar textualmen- te a The Standard: «Por varios años se ha visto al viejo Club de la Ciudad ir de cancha en cancha. pero por fin esta temporada han encontrado lugar en los espacio- sos campos de PRAC en Santos Lugares». Sin embargo los deportes que más habían arraiga- do eran sin duda el Cricket y el Hockey. Eran muchos los aficionados que se daban cita cada fin de semana o Terraplén que unía Villa Real con Versailles y Villa Luro
  • 15. 15LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años en los muchos feriados que entonces tenía el calenda- rio para practicarlos. Tantos que el Club se vió en la obligación de avisar a través de los medios que no te- nía palos de repuesto y por lo tanto quien quisiera ju- gar debía llevar su correspondiente «stick». El 1 de Mayo toda la Argentina, que se preparaba para celebrar el Centenario de la Revolución de 1810, se conmueve con la noticia: El hombre había triunfa- do sobre la naturaleza, y estaba abierta la vía férrea a través de los Andes. Ya era una realidad el nombre esperanzado que se le había dado al Ferrocarril: De Buenos Aires al Pacífico. El trasbordo se hacía en Mendoza y de allí cómo- dos vagones trepaban las montañas a más de 3.500 metros de altura, con auxilio de poderosas cremalle- ras, para descender luego por la cuesta de Chacabuco hasta el valle de Santiago de Chile. El júbilo que embargaba a la floreciente colectivi- dad británica y que le había llevado a preparar las más espectaculares fiestas para el 25 de Mayo, se vió vio- lentamente oscurecido por el fallecimiento del Rey Eduardo VII, «El gran amigo de Argentina» y el «Rey Dandy» como se lo denominaba frecuentemente. El hijo de la Reina Victoria había reinado poco más de ocho años, después de una espera de sesenta. Pero nuestro país no olvidaba que su laudo arbitral nos ha- bía concedido gran parte de la Patagonia, luego de agrio y largo diferendo con Chile, que estuvo a punto de re- solverse por las armas. Así fue que el 7 de Mayo todas las banderas se co- locaron a media asta y el luto severo se guardó por tres días en todo el país. La delegación del Reino Unido suspendió su viaje para asistir a los festejos y la colectividad canceló las reuniones, los espectáculos y los bailes de gala que había preparado para la Semana de Mayo. Sólo se siguió adelante con las justas deportivas, y por eso y como parte del «climax» de festejos nuestro Club jugó un memorable partdio de hockey con Belgrano Athletic el 29 de Mayo, en Santos Lugares y la revancha en Belgrano el 4 de Junio. Para ese importante acontecimiento, los llamados «Partidos del Centenario», el equipo de PRAC se ali- neó de la siguiente manera: H. Stone, A. Tatton y P. O’Brien; E. Parkinson, S. Roswell y A. Mason; H. Dunlop, L. Hannan, D. Chalk, B. Lokes y B. Dain. Las reservas fueron: Dyke, Poultney, Colcutt, Tollast y Other. El 15 de Junio el Club anunció que se había inau- gurado un «golf course» de nueve hoyos en Sáenz Peña, la nueva estación que se estaba construyendo «cerca de Devoto», y aseguraba que a pesar de la lluvia los links estaban en muy buenas condiciones y «se podía lograr un buen juego». Se aceptaban otros socios además de los ferrovia- rios y el fee anual ascendía a $ 10. Creemos que esta es la primera noticia que sitúa la actividad deportiva en el lugar que actualmente tiene nuestro Club, cercano a los talleres Alianza, pero que ya no se denomina Santos Lugares. Todo el invierno fue prolífico en actividad deporti- va, y se jugaron varios partidos de hockey, con exce- lentes resultados. Numerosos triunfos y empates colo- caron a Pacific en el segundo lugar en la «tabla de amistosos» que se confeccionó al finalizar la tempora- da, sólo por debajo de BelgranoAthletic «A», que ganó todos los partidos que jugó. Debemos señalar el vertiginoso crecimiento del Hockey, que en sólo dos años contaba con nueve equi- pos que participaban en forma regular. Lomas Athletic, BAGS, Belgrano «B», San Isidro A. C. II, San Isidro A. C. I, Buenos Aires Hockey Club siguieron a nuestro Club, cerrando las posiciones Junín, que jugaba intermitentemente por razones de distancia. Fue justamente con estos «primos» de la Provincia de Buenos Aires que PRAC jugó un brillante partido,
  • 16. 16 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años ganando por 4 a 2, pero en su visita a Junín cayó por 3 a 1, en lo que la crónica recuerda como un « inespera- do traspié, debido a que quizás no se recuperaron del viaje». (Como puede verse las excusas son tan poco originales antes como ahora...) Sobre este partido sin embargo, podemos mencio- nar un rasgo de caballerosidad que es en sí una verdade- ra lección para todos aquellos que practican un deporte. Cuando el Sr.Anderson, que jugaba para Junín «re- cibió un feo golpe sobre un ojo y tuvo que dejar el campo de juego, uno de los jugadores contrarios salió con él, para darle ayuda si fuera necesario (y para no obtener una ventaja circunstancial sobre el adversa- rio) y el partido continuó con 10 hombres por lado». Esto es lo que entendían nuestros mayores por «fair play». No lo declamaban. Lo ponían en práctica. Como acotación, podemos mencionar que para Junín jugaron: Bell, Viver y Barton; Fraser, Reid y Crook; Anderson, Chapman, Cripps, Williams y Rankin. Para Pacific: Stone, Tatton y O’Brien; Roswell, ParkinsonyClarke;Dunlop,Dyke,Mason,PoulneyyDain. La Argentine Hockey Association tenía motivos para festejar: dos de sus fundadores habían salido en primer y segundo lugaren el año y finalmente se reci- bió el telegrama por el cuál se le comunicaba que el Cuerpo de Gobierno de la Asociación Inglesa de Hoc- key la reconocía y colocaba «al mismo nivel de otras Asociaciones coloniales y extranjeras». 1911 y 1912 El tórrido y seco verano de 1911 se dedicó, como era usual a jugar al Cricket en el Campeonato de Segunda División, y al cabo de cuatro meses de encuentros se- manales, PRAC terminó cuarto, una posición no de- masiado destacada, si tomamos en cuenta la cantidad de participantes. Una vez que se dejaron de lado los bats y los wickets, se programó la primera práctica de Hockey para el 11 de Abril, y se concertó un nuevo acuerdo con BAFC para que su primer equipo jugara otro año en la cancha de rugby de Sáenz Peña. Como dato marginal, debemos señalar las dificul- tades por las que pasaba este deporte. No se había lo- grado la inscripción de suficientes equipos para for- mar una Segunda y el campeonato de Primera (y úni- co) fue disputado por BAFC, Belgrano Athletic, San Isidro Athletic Club, Rosario Athletic, BAGS, Gimna- sia y esgrima, Gimnasia y Esgrima Juniors (su segun- do equipo) y el recién constituido Racing Rugby Club. En la última semana de Abril se llevó a cabo la Asamblea Anual de nuestro Club, cuya Comisión Di- rectiva estaba compuesta por Mr. Lightly Simpson, secundado por E. F. Morony (como Secretario), A. H. Garbett, (Tesorero); A. Barnett, (Auditor) y J. W.Goldrick, T. Williams, S. M. Watson, B. Dain, O. Reischer, P. O’Brien, J. Stubbs, C. O’Ryan,A. Kohrig, R. Rasmussen, A. Poultney, R. Stolzenberg, Wisdom y B. Plummer. El reporte anual no fue muy alentador: la cantidad de socios había permanecido invariable (2 vitalicios, 67 socios «senior», 12 «junior» y 3 socios «de cam- po», que equivalía a decir que «vivían en el campo».) y se remarca que «…los argentinos no usan el Club». Se lo atribuye básicamente al costo del pasaje, seña- lando que « prefieren ir a Clubes de la Capital, a los que llegan con sólo el boleto de tranvía, que cuesta $ 0.10». A raíz de esto, sugieren que el BAP establezca un boleto reducido de $ 0.20 para llegar desde Retiro a Sáenz Peña. Se menciona que desde Diciembre se encuentra en uso el nuevo «pavilion»(que era un galpón de madera, con vestuarios), pero «se necesita más dinero» para terminar algunos detalles. Las canchas de Hockey, Cricket y Fútbol se consi- deran en excelente estado, cuidadas por Luis (no se menciona el apellido), el «ground man» o «canchero», pese a la sequía, que siempre «complica las cosas». Pasando a la performance deportiva, se declara que «en Cricket la temporada no fue tan buena como las anteriores, y el Capitán fue Mr. Read». En lo que ata- ñe al fútbol, fue «un año perdido», ya que al borrase el FFCC Central Argentino de la Railway league «ésta perdió todo interés». Como si esto fuera poco, fuimos derrotados por Western Railway por la Copa Loveday. El Golf es «jugado por pocos socios, pero se ha solicitado al BAP agrandar los links a 18 hoyos». Sólo el hockey se salva. Se jugaron 13 partidos, ganando 8, perdiendo 3 y empatando 2, y «se cuenta con la mejor cancha del país». Pese a todo, no se pierde el entusiasmo, y «se sien- te la gradual necesidad de hacer un bowling green y algunos Tennis courts».
  • 17. 17LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años Sin demasiado interés, se menciona que «hay una sugestión emanada de Junín, para hacer una suerte de federación con los varios clubes del FFCC BAP». Sólo se aporbó intercambiar visitas con Bahia Blanca y Junín. Se eligió a R. Stuart, O’Ryan y J. Bryans como Vi- cepresidentes y a Mr. Poultney como Secretario, dan- do la despedida a quienes se alejaban de la Comisión con «palabras halagadoras por su desempeño». A Mr. Morony especialmente, quien «dentro de poco tomará unas bien ganadas vacaciones en el viejo país». Finalmente se decidió que aquellos socios que re- nunciasen deberían pagar $ 10.- para reingresar al Club. En Mayo comenzó la temporada de Hockey.Y qué temporada para Pacific !!. Le ganó a San isidro por 2 a 1 y a BAGS por 3 a 0, a Belgrano II por 4 a 1, a Belgrano por 3 a 0, empató con Lomas 0 a 0, con BAGS 1 a 1, le ganó a BAHC por 4 a 1, a San Isidro po 4 a 2, a Lomas por 1 a 0 y empató con BAHC en la última fecha 0 a 0, el 10 de Septiem- bre. Invictos y primeros en la tabla extraoficial. El equipo estaba formado por Cripps, Dain y Parkinson; Barrs, Dunlop y Poultney; Millicken, Cumberbach, Stone, Roswell yWain, actuando Smythe y Chalk como reservas. En Julio por f¡n debutaron los «juniors» (menores de 18 años) de PRAC, jugando un amistoso al fútbol con los jóvenes de FCCA. Los pioneros fueron J. Wilson, M. Torres (Capi- tán), E. Wilson, Panizzi, M. Marquínez, F. Wilson, Sil- vestre Santillán, R. Oporto y R. Isola. No sabemos como les fue. En cuanto a los mayores, se volvió a jugar la Railway League, ganándole 2 a 1 en el primer partido a Ferro Carril Oeste (nueva denominación del Western Railway). PRAC formó con: Wilson, Dodds y Echeverría; Pena, Mallet y Dodds; Alvarez, Cevasco, Morgan, Griffiths y Chalk. En Junio el Rugby había sufrido una verdadera ca- tástrofe. En Avellaneda, y en su primer partido oficial, los jugadores del Racing Club provocaron un escán- dalo pegándole a mansalva a los jugadores de Belgrano Athletic, a tal punto que uno de los últimos «casi pier- de los dos ojos» a causa de un puntapié en la cabeza. Los jugadores y simpatizantes de Racing amenazaron al referee y trompearon a los contrarios al grito de «¡Hay que pegarle a los ingleses!». El partido se sus- pendió a los pocos minutos de la segunda etapa, cuan- do Belgrano convirtió un penal que lo ponía adelante en el marcador. Dos días después, la Unión de Rugby suspendió in- definidamente a Racing Club para la práctica de este deporte, y a la mayoría de sus jugadores, exceptuándo- se al Capitán, que caballerescamente se retiró de la can- cha, avergonzado por la conducta de sus compañeros. Es posible que sea un «pic-nic» en las instalaciones del Club
  • 18. 18 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años También podemos resaltar que el 25 de Mayo se jugó el primer partido de «mixed hockey», con dos equipos formados por damas y caballeros, y fue todo un éxito. Los protagonistas fueron instados a repetirlo. El equipo de Cricket fue anotado nuevamente en Segunda División para la temporada, y en Noviembre comenzó ganando. En 1912, una columna sobre hockey en The Stan- dard decía lo siguiente de PRAC: «Su éxito se debe mucho a la forma en que sus jugadores se mantuvie- ron juntos. Pacific nunca tuvo más que 13 jugadores para elegir, pero fue uno de los pocos equipos que nunca se presentaron con menos jugadores». Y más adelante agregaba: «Una media docena de jugadores fueron ayer (domingo) a la práctica en Sáenz Peña y en lugar de jugar al hockey se fueron a nadar a una acequia». Se decidió que en la próxima asamblea del club se sugiera que se organice una carrera anual de natación entre el club y la estación (por la acequia que los unía) y tampoco sería mala idea que el secretario del club se ponga en contacto con el ferrocarril para que éste haga una calle entre la estación y el club». Sin embargo, el equipo de Hockey de Pacific se- guía ganando, y fue sin dudas, el mejor equipo del año 1912, superando a todos sus adversarios. Eric Weil, en su «Historia de Hockey en la Argenti- na», señala: «Pacific fue el mejor equipo durante los años 1911 a 1913 cuando jugó 35 partidos sin perder, 29 triunfos y seis empates. Esta fue una magnífica actuación, te- niendo en cuenta que San Martín no tenía muchos ju- gadores para elegir y además no podía conseguir la asistencia de esos pocos a los entrenamientos, Entre los jugadores que militaron para San Martín durante ese período estaban: S. Roswell, A. Tatton, P. O’Bryen, H. Stone, J. Wilson, B. Dunlap, W. Milliken, B. Dain, W. Mayne, D. Chalk, Fitzpatrick, Pennock, Platt, Clarke, Longland, Anderson, Dyke y Parkinson». 1913 Después de un verano sumamente activo, en el que PRAC participó en el torneo de segunda División de Cricket con excelente desempeño, ya que no perdió ningún partido y sólo empató dos. En el Interferroviario de Fútbol obtuvo un merito- rio segundo puesto, nuestro predio de Sáenz Peña se- guía experimentando mejoras: los vestuarios se agran- daron, y se agregó un «chalet» y el primer intento de construir canchas de tenis, todavía embrionario. En Abril comenzó la temporada de Rugby, siendo local Buenos Aires F.C. en nuestras instalaciones por cuarto año consecutivo. En Primera División jugaban B.A.F.C., Medicina, Gimnasia y Esgrima de BuenosAires, LomasAthletic, Belgrano Athletic y Rosario Athletic. En segunda estaban inscriptos Columbia (de Lo- mas de Zamora), Gimnasia y Esgrima, Atlanta (no sa- bemos de donde), Belgrano Athletic, Porteño y Junín Athletic Club. Este último tenía que ver con el Ferrocarril B.A.P., aunque no oficialmente. Eran los mismos que habían querido formar una «federación» de Clubes del BAP y que año a año jugaban con PRAC de Buenos Aires esos encuentros de fútbol y hockey arduamente dispu- tados entre «primos», y quizás por eso mismo más competitivos y enconados. Aparentemente son socios y socias del Club fotografiados al llegar a la nueva estación Sáenz Peña
  • 19. 19LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años La UAR, en su libro aniversario de sus primeros cien años identifica a Junín con nuestro PRAC. El equi- po jugó solo algunos paritidos y luego desapareció, no inscribiendose al año siguiente. Creemos que la cami- seta era toda verde. También en Abril se convocó al Annual General Meeting del PRAC, aunque por distintas razones se pospuso durante varias semanas. Duante estos primeros meses se produjo un reno- vado interés en la Argentina por el Hurling, el duro y veloz deporte irlandés, cuyas raices se remontan a los legendarios enfrentamientos de las tribus célticas de los Tuatha du Danaan y los Milesios, más de dos mil quinientos años atrás. El cuatro de abril se fundó un nuevo Club de Hurling (ya había cuatro: Almirante Brown Hurling Club, B. A. Hurling Club, Capilla del Señor Hurling Club y Mercedes Hurling Club) en Vélez Sarsfield, bajo el nombre de Club Camanaje de Floresta, (Cam se deno- mina en gaélico el palo para jugar a este deporte) sien- do su presidente P. F. Byrne, G. J. Murphy y E. J. Melvihill vicepresidentes, T. J. Mahon Tesorero y R. Mullen Protesorero. Estos entusiastas jugaron varios partidos de prácti- ca en Sáenz Peña, en la cancha del B.A. Hurling Club, muy cercana a PRAC. El hurling crecía mes a mes, y el seis de Julio tuvo ligar el gran partido, promocionado como «Interna- cional: Argentina Vs. Irlanda». Para Argentina («The irish porteños») jugaron el Dr. J. M. Pagliere (BA), Kearney Gaynor (Mercedes), Reilly (Capilla) Dunleavy (Mercedes), Costa (BA), Hope (Capilla), Nally (BA), Lennon (Capilla), Berra (BA), Kelley y Downey (Mercedes), Ballestry (BA) y Rossiter (Mercedes). Ganó Argentina, por 8 goles y 1 punto, contra 3 goles y 1 punto anotados por «Irlanda». El golf también estaba creciendo, y el 22 de Julio se citó a una asamblea en Florida 783, tercer piso, donde funcionaba la secretaría de nuestro Club, invitando a todos los socios que estuvieran interesados en jugar golf, con el motivo de discutir su organización futura. Algunos de los golfistas destacados, que represen- taron a PRAC en esos años fueron: Bryans, Barret, J. W. Stubbs, H. H. Humphreys y E. W. Wilson. Pero el Hockey había ganado merecidamente un rol principal entre los deportes del Club: su primer equipo llevaba invicto dos temporadas y también en 1913 había ganado todos los partidos. El 26 de Julio, por ejemplo, le ganamos a BAGS por 6 a 1 (por primera vez se llama «pacíficos» a nues- tros jugadores en la crónica deportiva), y el 3 deAgos- to por 5 a 0 a BelgranoAthletic, y aunque el periodista señala que el arquero de Belgrano, Conner, jugó un partido extraordinario, fue eclipsado por Platt, «una luz brillante en la cancha». El 10 de Agosto triunfamos por 13 a 1 ante Buenos Aires H.C. y se festejó largamente en Sáenz Peña. Si bien por lo ya expuesto, la Asociación de Hoc- key no disputaba un campeonato en nuestro país, PRAC nuevamente «terminó primero» en la tabla que se con- feccionaba extraoficialmente, con 13 partidos jugados, 12 ganados, 24 puntos y 60 goles a favor. Sólo cayo en la última fecha, en la revancha con BAHC. Aún más importante que la excelente performance deportiva es el hecho que nuestro Club no tenía uno sino dos equipos participando en el hockey sobre cés- ped. El llamado Pacific «A» era un segundo once, que también tuvo una descollante actuación. Las alineaciones más frecuentes de los dos equipos fueron: PRAC: Pearson, Roswell y Burrell, Rankin, Clarke y Hobden, Benson, Anderson, Platt, Jones y Mason. Reservas: Parkinson y Chalk PRAC «A» : Griffiths, Chiswell y Bruce, Smith, Ellis y Cripps, Moffat, Barrs, Dyke, J. y N. Mayne. Al finalizar la temporada, jugamos un partido con los que se llamó «The Rest» (con camiseta blanca), que era un combinado de los demás equipos, y lo ga- namos por 2 a 1. Mr.Platt fue consagrado unánimemente como el mejor jugador de hockey en el país. En lo relativo a fútbol, PRAC participaba como gran animador de la Railways-Banks League, que se juga-Escudo del CA Buenos Aires Al Pacifico de Junin
  • 20. 20 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años ba entre los equipos de los ferrocarriles y de los Ban- cos de origen británico, y jugaba amistosos con equi- pos de tercera división de la Asociación de Fútbol. En el mes de Septiembre se midió con su antiguo rival, YMCA, y formó con: Pena, Barrs y Mayne; Proud, Belton y White; Coria, Thompson, Kennedy, Foulkes y Hobden. Se jugó también la Copa Capthrop, entre los distin- tos departamentos del BAP.Ganó Traction, seguida por Elec.Telegraph, Engineers, Stores, Traffic,Accountant y Management. Finalizó la temporada con un partido entre «Admi- nistración» y «Alianza», formando ambos teams de la siguiente manera: Administración: Griffiths, Flores y Dodds; Hobden, Wilson y Marr; Sherrard, Manley, Mallet, Wilson y Moffat. Alianza (Talleres): Calleja, Díaz y Salvarezza; Bertolini, Pena y Moretti; Ellis, Corbello, Salvarezza, Descalzo y Foulkes. En los que hace al rugby, BAFC siguió jugando de local en la cancha de Sáenz Peña, y el excelente estado del campo hizo que la RPRU (UAR) hiciera jugar las semifinales y la final del campeonato en nuestro Club. El 2 de Octubre se realizó la Asamblea General y se aprobó unánimemente todo lo actuado, felicitándo- se a los distintos equipos por sus logros. Para fin de año se sucedieron las fiestas, algunas de ellas de co- mún acuerdo con el BA Hurling Club, y sin duda que deben haber sido muy movidas. 1914 En este año trascendental, durante el cuál, para mu- chos y más allá del calendario, terminó realmente el siglo XIX y el mundo se avalanzó hacia un holocausto hasta entonces desconocido, comenzó como los ante- riores. Mucho Cricket en el verano, con razonables éxitos para PRAC, que parecía dominar la segunda división, y la participación en el campeonato de fútbol ferroviario, en el que logramos buenos triunfos ante BAGS, Central y Western. El otoño trajo el hockey, y otra vez logramos exce- lentes resultados con nuestros dos equipos. Ganamos todos los partidos que jugamos hasta que la temporada empezó a dificultarse: un aluvión de agua cayó sobre Buenos Aires durante los meses de Junio, Julio y parte de Agosto, anegando las canchas de to- dos los clubes. La crónica dice que «...la cancha de Pacific era un lago de medianas proporciones y la práctica de cual- quier deporte fue imposible por varias semanas». En esos días previos al diluvio, el equipo más fre- cuente de PRAC en Hockey fue: Reece, Dyke y Gorman; McClew,W. Mayne yAlcock; Ellis, Sherrard, Moffat, Williams y Cresswell. En la liga Railway-Banks (que había reemplazado a la Railway League), PRAC estaba puntero, con un equipo de fútbol bien afiatado: Wilson, Pozo y Dodds; Hobden, Davies y Salvarezza; González, Ellis, Mallet, Oakes y Moffat. Y entonces sucedió la gran crisis de Europa. «ARMAGEDON» A fines de Julio de 1914 los porteños sufrían un invierno como pocos: lluvias casi permanentes que inundaron la ciudad y sus aledaños y durante varios días la temperatu- ra estuvo por debajo del punto de congelación. El arroyo Maldonado, desbordado durante semanas, se cubrió con una densa capa de escarcha, que se extendía a las bajas orillas,dondeseamontonabanrancheríosyprecariascho- zas separados por amplios baldíos, repletos de cardos, zarzas y grandes matas de ortiga. En esa atmósfera húmeda y helada, la gente salía poco a la calle, y como siempre, los abundantes brase- ros cobraban sus víctimas entre el pobrerío, en am- bientes poco o nada ventilados. Pero la colectividad británica no centraba su inte- rés en el clima. Las noticias que llegaban de Europa eran cada día más alarmantes. El Kaiser Wilhem II, el adorado nieto de la Gran reina Victoria, los había acostumbrado a sus bravatas en los últimos años. Había mandado cañoneras a Agadir, en Marruecos, desafiando el poder de Francia, construido ferrocarriles que unían Berlin con Constantinopla y copiado por docenas en los astilleros de Hamburgo y Bremen a los poderosos « Dreadnoughts», orgullo de la Royal Navy. Pero hasta ahora, no era otra cosa que un excéntri- co centroeuropeo amante de los entorchados y los dis- cursos rimbombantes.
  • 21. 21LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años se usara su territorio como paso para los ejércitos germanos. Y Alemania tuvo que invadir, violando sus fronte- ras y ocupando sus principales ciudades, en un rápido e incontenible avance. Pero, desde su creación en 1830, Bélgica era neu- tral. Todos los grandes estados europeos habían firma- do un tratado mediante el cuál se comprometían a de- fender las fronteras del Reino de Bélgica ante cual- quier ataque que recibiera. Y Gran Bretaña era una de las potencias que lo ha- bía firmado, durante el lejano reinado de William IV, el tío de la Reina Victoria y tio-bisabuelo del Rey George V. Por lo tanto, en esa lógica del honor que hoy pare- ce tan desconcertante y extraña, el Reino Unido fue a la guerra en virtud de «un pedazo de papel» que tenía más de ochenta años. El 4 de Agosto el gobierno británico del Primer Mi- nistro Herbert Asquith envió un ultimatum al Imperio Alemán, conminándolo a desalojar el territorio belga en 24 horas, y al día siguiente comenzó un nuevo mundo. Aunque al principio todo parecía irreal desde estos pagos, había guerra en Europa después de casi 45 años. Los británicos del Rio de la Plata se miraban des- concertados. Estaban en guerra.¿Y ahora qué?. Mientras, se enteraban por los diarios y por los ca- bles que llegaban a la embajada en Buenos Aires que un Ejército Expedicionario Británico (Brithish Expedicionary Force, o BEF) había llegado a Francia entre el 12 y el 17 de Agosto, concentrándose en los alrededores de Maubeuge, a la izquierda del Quinto Ejército francés. Y los excéntricos siempre habían sido tolerados en Inglaterra, en tanto no hicieran daño con sus excentri- cidades. Además, todo el mundo recordaba como más de una década atrás, había sostenido durante horas, con su brazo inválido, la almohada en la que su querida abuela Victoria exhaló su último suspiro. Después de ese ejemplo de amor filial, seguro que el «primo Bill» no podía ser tan malo. Un poco raro y exitable, quizás, como muchos alemanes, pero no tan malo... Sin embargo, los cables eran cada vez más angus- tiosos: Austria-Hungría le había declarado la guerra a Serbia, haciéndola responsable del asesinato de su prín- cipe heredero, Francisco Fernando y su esposa a ma- nos de Gavrilo Princip en las calles de Sarajevo. Ru- sia, abanderada del paneslavismo, movilizó a sus tro- pas cruzando sus fronteras con los Imperios Centrales (así se les llamaba al Imperio Austro-Húngaro y a el Imperio Alemán). Y en un veloz contrapunto de alianzas, Francia ha- bía entrado en guerra con el Reich en virtud de un tra- tado firmado con Rusia, aunque más por el tan poster- gado sueño de recuperar Alsacia y Lorena perdidas en la guerra de 1870. Alemania, altamente tecnificada y con una podero- sa industria de armamentos, respondió atacando. Y aplicó el « Plan Schlieffen», que consistía en un gi- gantesco movimiento de «rodillo» que, a través de Bélgica, hiciera retroceder al ejército francés y final- mente conquistara París y el valle del Loire, obligan- do al gobierno galo a rendirse. El plan estaba brillantemente concebido. Una rápi- da victoria y luego a dedicarse a Rusia, allá en el este. El problema, sin embargo, era que había que cru- zar Bélgica. Y los belgas no aceptaron consentir que
  • 22. 22 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años Diez días después, en Mons, la BEF fue atacada por cuatro Cuerpos de Ejército alemanes, y los «Vie- jos despreciables» («Old Contemptibles») como los llamó el Kaiser, lucharon una terrible batalla contra fuerzas inmensamente superiores. Los diarios daban cuenta de los hechos heroicos que protagonizaron los británicos, y en todas las igle- sias de la colectividad, anglicanas, católicas y presbiterianas, se mencionaba entre secreta y reveren- temente que en Mons «las tropas habían visto como el cielo se abría sobre sus cabezas, y que entre el humo amarillento de la cordita y los relámpagos de los obuses, el Arcángel Gabriel cabalgaba de nuevo con sus huestes celestiales para ayudar a la vieja Inglate- rra». Había sonado la trompeta, y aunque lejano, su so- nido llegaba claramente a estas tierras. En Bahía Blanca y en Las Varillas, en Concordia y en Isla Verde, en Junín y en Sáenz Peña, los mucha- chos juntaban sus pertenencias en valijas de cartón o en bolsas de tela y corrían a enviar sus telegramas, ofreciendo alistarse inmediatamente. En el bar Criterion y en la confitería Richmond se cantaba el «Rule Britannia» y se bebía pink-gin por la salud de «old King Georgie». La colectividad británica reaccionó con celeridad. El 8 de Agosto se realizó una asamblea entre miem- bros destacados de la misma y se eligió un Comité Ejecutivo, para ayudar a las familias de los reservistas que zarpaban para Inglaterra y para asistir a otros bri- tánicos que pudieren ser afectados por la guerra. Lo integraron James Begg, F. Chevalier Boutell, Hope Gibson, T. S. Boadle, el reverendo Dr. Flemming y el Vice-Archidiácono Hodges, entre otros. Por intermedio de todos los periódicos se invitó a los británicos (y a los argentinos hijos o nietos de bri- tánicos) a que se anotaran como tales el 10 de Agosto a partir de las 8:45, en el Scotch Church Hall, de la calle Perú 362, a la vez que se les recordaba el famoso mensaje del Almirante Horatio Nelson a sus marinos antes de la batalla de Trafalgar: «England expects every man to do his duty» El 12 se empezó a anotar a los voluntarios en el Consulado General del Imperio Británico, y se anun- ció que el primer contingente se embarcaría en el RMS Andes, siendo el precio del boleto en tercera clase de $ 100. Para reservarlo sólo había que dirigirse a la Royal Mail Steam Packet Company y depositar el dinero. Los irlandeses, entre los cuales no predominaba el espíritu feniano independentista, organizaron un baile para dar su apoyo al Reino Unido (fieles a su tradi- ción, no pudieron dejar de celebrar el comienzo de una buena pelea...) en el Club Camanaje de Floresta, y el comité coordinador estuvo constituido por Murphy, Downy, Lennon y R.Mullen. Durante el año la Saint Patrick Society, realizó va- rias reuniones para recaudar fondos, sobre todo para huérfanos irlandeses, y entre las cotizantes sobresalen las Srtas. May y Flossie Mullen, ambas con una con- tribución de $ 20. Esa misma semana, otro acontecimiento, esta vez local, conmovió a los argentinos. Falleció el Dr. Ro- En las semanas siguientes miles de jóvenes anglo e hiberno argentinos e ingleses, irlandeses, escoceses y galeses residentes en nuestro país se volcaron al Con- sulado General para ofrecerse voluntarios. Debemos señalar que los irlandeses, más allá de su siempre deseado home rule, en la argentina se sentían parte del Imperio. Faltaban dos largos y terribles años para que la Rebelión de Pascua y su represión san- grienta cavara un abismo entre las islas.
  • 23. 23LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años que Sáenz Peña, Presidente de la República, una aris- tócrata porteño de gran popularidad. La sociedad en- tera guardó sincero luto por el valiente político, Gene- ral Peruano ad honorem en reconocimiento a su coraje en la Guerra del Pacífico, donde se enroló voluntario, e impulsor de la ley del Sufragio Universal, secreto y obligatorio. ElVice Presidente, el salteño Dr.Victorino De la Plaza lo sucedió hasta el fin de su mandato. Recién a fin de mes se reanudaron las competen- cias deportivas, y PRAC recibió un duro golpe, al per- der al hockey por 6 a 1 con Belgrano Athletic. Sin duda el ánimo no era propicio, y las noticias que llegaban de Europa hablaban de cientos de divisiones alemanas que se derramaban por Flandes, Heinaut y el Brabante, acosando a la pequeña BEF (British Expedicionary Force), al mando del veterano General John French. Las semanas siguientes registran tres victorias de PRAC. Vencimos a BAGS, a San Isidro Club y a Quilmes Athletic. Ya entrado Septiembre, y luego de esa racha favo- rable, logramos coronar la temporada con un memo- rable triunfo de nuestros dos equipos sobre BAHC por 8 a 1 y 6 a 0 respectivamente, scores absolutamente desusados en esos tiempos en que sólo se podía salir del off-side si había tres jugadores entre la meta y el receptor de la bocha. Uno de los equipos que realizó la hazaña (aunque debemos mencionar que el equipo de BAHC estaba preparando su viaje a Southampton para alistarse «en masa») estaba formado por: Reece, Dyke y Bryans; J. McClew, Colley y Sherrard; Ellis, Moffat, Platt, Mayne y J. Williams. En Octubre se realizaron varios eventos destinados a recaudar fondos, y la final del Rugby se jugó «in aid of Patriotic Fund», cobrándose una entrada de $1 para presenciarla. También en Pacific se llevó a cabo un evento recaudatorio, y con la cancha adornada por cintas y escarapelas de color rojo, azul y blanco, jugaron dos equipos locales un partido de fútbol: PRAC v. Mr. Chiswell’s XI. El 28 de septiembre otro contingente de 77 hom- bres había zarpado en el RMS Darro, desde el puerto de La Plata, y una verdadera multitud de dió cita para despedirlos. Desde la cubierta del buque se oían gritos optimistas, tales como « I’ll drop you a line from Berlin», o «I’be with you soon myself», y los volunta- rios formaban un variado pero marcial conjunto. Estaba casi la totalidad del equipo de primera divi- sión de Rugby de BAFC y varios de los integrantes del equipo de hockey del mismo Club, veinte empleados de los FFCC, especialmente del BAP y del Central Argentino; y un aporte curioso: el conocido patriota y estanciero Mr. Leach trajo desde su Estancia de San Pedro, en Jujuy, quince «fuertes británicos» y un sikh, llamado Argan Singh, famoso por su valor y sus gran- des mostachos. También se rumoreo que entre los voluntarios esta- ba un desertor del 21 de Lanceros, que se embarcó a último momento con intención de retornar a su anti- guo regimiento, seguramente arrepentido de su con- ducta impropia y dispuesto a restaurar su honra.
  • 24. 24 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años Todos estaban bajo la conducción temporaria de E. W. Benson, Teniente de la Reserva. Muy pronto se instaló la polémica: ¿debían suspenderse las actividades deportivas en aras de la concentración en el esfuerzo de guerra, guerra en la que la República Argentina guardaba rigurosa neutra- lidad? ¿O por el contrario, era necesario continuar con los deportes como medio de distender y preparar físi- camente a los futuros combatientes? En Iglaterra también se debatía esto, y si bien el inicio de la temporada de rugby se había suspendido momentáneamente, el cricket se seguía jugando entre condados, sin grandes alteraciones. Sin embargo, una popular canción había llegado desde Gran Bretaña, e impulsaba a dejar los deportes de lado y vestir el uni- forme khaki: Your King and Country Want You We’ve watched you playing cricket and every kind of game, At football, golf and polo you men have made your name. But now your country calls you to play your part in war. And no matter what befalls you We shall love you all the more. So come and join the forces As your fathers did before. Oh, we don’t want to lose you but we think you ought to go. For your King and your country both need you so. We shall want you and miss you But with all our might and main We shall cheer you, thank you, bless you When you come home again. El 20 sólo una docena de jugadores concurrieron a la práctica organizada por nuestro Club en Sáenz Peña, y por supuesto no se pudo jugar ningún partido, pero los entusiastas igual se divirtieron en grande. El 24 de Octubre al fin partió el RMS Andes, em- barcando a cientos de solteros y a algunos casados tam- bién, que sentían que su lugar estaba allí, como Mr. Charles L. Braun, editor de deportes de The Standard, y entre otros A. Jones, Oscar Thomas, F. Miller, G. Ashley, Richie Ward, Owen O’Donnell, R. W. Hennesey, F. Newbery, W. Young, John Clarks, etc. En toda la colectividad británica se estaba deba- tiendo la entrega o no de «plumas blancas» ( no se mandaron en nuestro Club, pues todos los hombres hábiles fueron a la guerra...) como forma de condenar socialmente a aquellos solteros que no se enrolaran rápidamente para ir voluntariamente al frente, y Mrs. L. Simpson, esposa de nuestro presidente, dirigió la organización de un encuentro de bridge, patrocinado por el British Women Patriotic Association para re- caudar fondos destinados al Pipe & Tobacco Fund. Sólo el 16 de Noviembre tenemos noticias que se haya jugado un partido de Cricket entre PRAC y Belgrano Athletic. La ausencia de muchos nos hizo presentar un equipo notablemente disminuido y en consecuencia perdimos 187 a 101. El equipo formó con: Reece, Thomas, F. D. Taylor, G. Daves, T. Barrs, H. Dyke, F. Zissler, C. T. Walsh, J. Moffat, J. O’Ryan y Pérez. Hasta entonces el ejército británico había sido pro- fesional. Los reclutas se alistaban por 12 años, con posibilidad de extender el servicio hasta 21 años en los «Colours». Mayoritariamente eran «cockneys» del East End de Londres (que casi igualaban a los escoceses en los regimientos de Highlanders) o irlandeses desempleados de Liverpool y Glasgow. La mayoría de los soldados provenían de la clase trabajadora, y los oficiales de la aristocracia y de fa- milias de militares. Esto era algo casi inevitable, ya que los cursos en Sandhurst y Woolwich eran pagos y una vez en el regimiento era conveniente disponer de alguna renta privada para que el oficial pudiera man-
  • 25. 25LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años BAPcontribuyócon323,unacantidaddesproporcionada a su dotación, que era menor que otras líneas. 1.394 hombres se alistaron en los Regimientos de Infantería, 847 en los Royal Engineers (aquí fueron mayoría los ferroviarios, buenos constructores de puen- tes y acostumbrados a trazar excelentes trincheras y terraplenes) 761 en la Artillería, 222 en la Aviación del Ejército o Army Flying Corps ( todavía no existía la RAF), 215 al Primer y Segundo regimiento de Ca- ballería del Rey Eduardo (King Edward Own’s) y 186 a otros regimientos de caballería. 146 fueron a la Royal Navy y a los Royal Marines (los famosos «lobsters» o «langostas de mar», en re- cuerdo de sus tradicionales casacas rojas). Entre todos reunieron 503 medallas y distinciones, que iban desde una Cruz Victoria (concedida al Te- niente J.V. Holland, empleado del Ferrocarril Central Argentino) a 102 menciones en despachos y 43 con- decoraciones. Hubo entre ellos 1074 oficiales («con comisión») y 820 Suboficiales (o como se denomina en el servicio británico: «Non-commisioned officers»). Casi un 40% de los voluntarios de Argentina tuvo un mando. Indudablemente una cantidad poco habi- tual para un contingente que venía desde tan lejos. Pero debemos recordar que los británicos ocupaban en nues- tro país posiciones de importancia y prestigio, por lo que eran sumamente convenientes para la conducción. Voluntario desde la Argentina posando frente a un Soldado de la Guardia de Caballería, en Londres tener su «adecuado nivel de vida». No era sencillo ni barato pertenecer al «Club». Pero ahora todo parecía cambiar velozmente. En dos días, en Mons, la BEF sufrió 4.352 bajas y un Nuevo Ejército se preparaba apresuradamente en las islas. Un nuevo ejército donde los grados eran provisonales, donde los oficiales recién salidos de Harrow, United Services o Charterhouse debían apren- der las tradiciones del regimiento en dos semanas y donde los voluntarios se incorporaban llenos de sue- ños marciales, con Rorke Drift y la batalla de Balaclava como fantástico escenario de sus acciones heroicas. Según The British Magazine, 4.852 británicos resi- dentes en Argentina y angloargentinos se ofrecieron como voluntarios para el servicio en ultramar, siendo incorporados a las distintas fuerzas. Como siempre, los ferrocarriles dieron la mayoría: 1062 hombres, de los cuáles el 11% cayó en combate. El
  • 26. 26 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años Muchos de ellos estaban acostumbrados a la dura vida del campo argentino o de las estaciones ferrovia- rias perdidas en la pampa o el monte, por lo que fue- ron enormemente útiles en el frente de Flandes. La mayoría de ellos viajó, luego de interminables papeleos en la aduana (no olvidemos que el Congreso Nacional había declarado la neutralidad de laArgenti- na) entre fines de 1914 y el otoño austral de 1915. En el puerto se cruzaron frecuentemente con con- tingentes de alemanes e hijos de alemanes que como ellos también partían para Europa en los barcos de la Hamburg Line. Se cruzaban desafíos, gestos no demasiado caba- llerosos pero también saludos, al reconocer en el mue- lle a aquellos con quienes habían compartido deportes y reuniones sociales. Por supuesto, todo en el más riguroso castellano de Buenos Aires. Muchos años después de la partida, todavía se re- cordaba entre algunos la despedida que se organizó en la estación de Banfield, cuando cientos de chicas la adornaron de rojo, azul y blanco, y los alumnos de cuatro colegios se alinearon agitando la bandera ar- gentina junto al Union Jack. De los más de 300 voluntarios que aportó el Ferro- carril Buenos Aires al Pacífico en los cinco años que duró la guerra, más de 150 eran socios del PRAC, casi todos ellos destinados en los Departamentos de Traffic (Tráfico), Telegraph (Telegrafía), Engineering (Inge- niería), Traction (Tracción), Stores (Almacenes), Locomotive ( Locomotoras) y Electrical (Electricidad). A fin de año se llevaron a cabo dos kermessess en nuestro Club, destinadas a brindar ayuda a las familias que quedaban enArgentina y se recaudaron fondos para ayudar a los futuros veteranos, cunado volvieran a la Argentina. 1915 Los regimientos bávaros, sajones, prusianos y wurtenburgueses seguían avanzando y presionando sobre los franceses e ingleses, que se debatían entre el barro y el hielo durante el feroz invierno boreal de 1915. Mientras tanto, aquí se estaba librando también la guerra: se elaboraron largas listas de empresas y casas de comercio vinculadas con el Imperio Alemán, ver- daderas «listas negras» con las que ningún «argenti- no-británico» debia comerciar. Docenas de barcos zar- paron para Europa, llevándose a miles de jóvenes al frente de batalla. Y muchos señalaron a los deportes como «entretenimientos que reemplazaban» el deber «Per rege et patria». Los campos de Cricket quedaron vacíos, no se ju- gaba al fútbol si se era mayor de 19 años y sólo el golf, un deporte de «mayores» gozaba de buena salud. Parte de esta profunda transformación en las cos- tumbres de una amplia fracción de nuestra sociedad se ve reflejada en la Asamblea Anual del de la Argentine HockeyAssociation, a la que asistieron los Srs. B. Dain y Sydney E. Sherrard, de PRAC. En ella se anunció que probablemente se pudieran jugar pocos partidos ese año, pues la mayoría de los jugadores había partido como voluntarios. Entre los que partieron primero se contaban los miembros del Consejo Directivo Srs. Dignasse (Vicepresidente), H.Brookhouse, S.C. Troughton y G.G. Brynes. El 21 de Abril se reunieron los socios del PRAC en los salones de The London Office, de la calle Florida 783, para realizar su séptimo «Annual Meeting», pre- sidiendo la reunión el Sr. J. W. Stubbs. En la misma se informó que el Board de Londres había donado $1000.- para mejorar el pavillion y el terreno de juego, y se hizo notar que el nuevo Gerente General del Ferrocarril, Mr. Harry Usher «manifestó gran interés por el bienestar del Club». El Cricket no había andado bien, pero en fútbol las cosas fueron un poco mejor, en 1914 participamos en
  • 27. 27LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años la Liga de Bancos y Ferrocarriles con dos equipos, quedando el primero de ellos invicto y los Maquinis- tas (Engineers) ganaron la Copa O’Farrell. En golf, el Sr. J. Bryans ganó la Zavalía Cup. Para completar un año poco satisfactorio, en el Hockey no fuimos capaces de mantener el excelente record de otros años. Jugamos 11 partidos, ganando solamente 4. La razón: se retiraron muchos viejos ju- gadores, ingresaron varios jóvenes (muy jóvenes), pero sobre todo muchos partieron. La memoria del Club nos dice que «30 socios mar- charon al «servicio activo» el año pasado (1914). En- tre ellos el Sr. H. R. Cotterill, nuestro Capitán Gene- ral, quien obtuvo el nombramiento («commission») de Teniente en elYork & Lancaster Regiment y ya está en las trincheras». Finalmente, la Comisión Directiva quedó compues- ta por los Srs. L. Simpson (Presidente), J. W. Stubbs, A. C. Kelly y J. G. Bryans (Vicepresidentes), H. Nicholls (Secretario) y Crow, O’Ryan, Barret, Williamson, Clark, Morony, Wilson, Sumervielle y Guitart. Como suplentes se eligió a los Srs. Taylor y Wilson. El 25 de Abril se realizó una práctica de Hockey y se pudo ver con claridad que quedaban pocos...muy pocos. Tanto es así que el 2 de Mayo jugamos contra BAHC y perdimos estrepitosamente por 4 a 0. Lo peor es que nos faltaron dos y The Standard comentó: «El equipo del PRAC es muy débil este año, aunque debemos con- siderar que 4 de sus jugadores lo hacían por primera vez». El equipo formó con: F. Chiswell al arco, J. Moffat y J. Bryans; Buntic, S. Sherrard y A. Kerry; J. J. McClew, F. Browne y G. Davies. El 9 de Mayo le ganamos a San IsidroAthletic Club, que nos visitó con sólo 8 hombres, y hubo que prestar- le un jugador y sacar un jugador de nuestro equipo para que todo fuera un poco más equilibrado. Western Telegraph se presentó por primera vez y perdió 6 a 3 contra Buenos Aires HC (mencionándose que el Sr. S. E. Sherrard, capitán y secretario del Pacific RC, actuó muy bien de árbitro); Pacific empató 1 a 1 con Monte- video CC y 0 a 0 con Central Argentino (hoy Mitre) Durante tres meses, ningún equipo de hockey pudo juntar 11 jugadores. El fútbol afirmó la tendencia a quedar totalmente en manos de equipos «criollos», donde no jugaban británicos ni hijos o nietos de britá- nicos, y el Rugby tuvo una temporada flojísima, den- tro de lo flojo que estaba el deporte en esos años. El BAFC ganó un campeonato cada vez más redu- cido y muchos de sus jóvenes integrantes anunciaron su alistamiento para los últimos meses del año. La Unión del Rio de la Plata ya pensaba suspender las actividades, por la falta de jugadores y de interés... Ese mismo día se anunció que dos de nuestros me- jores jugadores partían para el frente: E. Dyke y J. Bryans. Iban a jugar «un juego más riesgoso», al decir del cronista de The Standard Con pocos partidos, gran ansiedad por las durísi- mas batallas que se estaban desarrollando en Europa, el Medio Oriente yAfrica, y la esperanza puesta en los acorazados de los Almirantes Fisher y Jellicoe, el año transcurrió en medio de una gran tensión y la activi- dad deportiva fue muy poca. A partir de Febrero, los jóvenes del campo empe- zaron a llegar a Buenos Aires, entre ellos muchos de los destacados en la larga vía férrea del BAP, desde Junín hasta Cacheuta, y en menos de dos semanas es- taban practicando «orden cerrado» en las cubiertas de los buques que partían hacia Liverpool o Southampton. Fue una rotunda respuesta a quienes desde las pá- ginas de los periódicos de la colectividad se pregunta- ban sarcásticamente donde estaban los británicos que vivían en el interior. Y docenas de barcos partieron desde el puerto de Buenos Aires, repletos de jóvenes y no tan jóvenes, que sentían un ineludible llamado del deber. Sólo las madres tenían derecho a exteriorizar en público su angustia, y mientras algunas jóvenes se atre- vían a besar en la mejilla a sus novios, los padres apre- taban la mano de sus hijos, aparentemente inconmovibles pero llenos de oculta desazón por esa guerra y sus pesares y peligros. ¿Que sería la guerra?, se preguntaban. Ya habían pasado más de tres generaciones desde que Inglaterra se viera enfrentada a otra potencia europea. Y los re- cuerdos de Crimea eran confusos. No se sabía dónde se mezclaban con las heroicas pezuñas de los seiscientos que cantara Alfred, Lord Tennyson y el tremendo invierno del 55, lleno de ham- bre y gangrenas, menos heroico y menos cantado, pero del que aún se hablaba.
  • 28. 28 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años Tan lejana estaba esa guerra que muchos la con- fundían con las inmortales gestas contra Napoleón, que habían terminado hacía 100 años. Finalmente, los verdaderos enemigos ancestrales eran los «frenchies». Los «Johnnies Crapeau», los malditos comeranas, obscenamente viciosos y siem- pre añorando al malvado de Bonnie, que acechaban del otro lado del Canal. ¿Qué era esto de ir a combatir contra los prusianos? Habían sido nuestros aliados en Waterloo, y todo buen chico inglés sabía que el Gran Duque, el Duque de Hierro, le había pedido al cielo que le mandara «o a Blucher o a la noche», y el buen Dios le había manda- do a Blucher, el prusiano. ¿Qué sería la guerra? Algunos recordaban las páginas relucientes del Saturday Magazine, que unos años atrás mostraba a los soldados vestidos de khaki en interminables filas bajo el sol del veldt sudafricano. En las fotografías, algunos tiraban al aire sus cas- cos de corcho después de la liberación de Ladysmith o de Mafeking, otros se incorporaban a medias en sus literas, vendados prolijamente y acompañados por en- fermeras, siempre paradas a su lado, como velando permanentemente por sus heridos. Algunos otros posaban con sus cinturones «Sam Browne», apuntando a la nada con sus rifles, o agru- pados detrás de algún cañón de campaña. Pero, ¿eso era la guerra? ¿Era la guerra ese montón de boers, barbudos y solemnes que posaban sobre sus caballitos, vestidos de negro como profetas bíblicos y empuñando sus máusers, sobre un fondo de desolación? ¿O esas «tanties» regordetas que eran capturadas disparando desde las ventanas de sus granjas y a las que se agru- paba en campos de «concentración»? Mr. Oates o Mr. Flint no estaban seguros. Y ahora que Johnny o Jimmy les apretaban fuerte la mano de- recha, no podían dejar de pensar en lo que les espera- ría allá en el Continente. En esta tierra se había cumplido la consigna de Ju- lio A. Roca, «Larga Paz a la Argentina», inmortaliza- da en los nombres de sus tres estancias. Hacía casi 45 años que no se escuchaba la voz del cañón, salvo en las periódicas revoluciones que encabezaban los radi- cales y que dejaban un puñado de muertos y una des- bandada de jóvenes y no tan jóvenes, que se exiliaban temporalmente en Montevideo, a la espera del inevita- ble indulto. Pero los británicos no participaban en ellas. La po- lítica partidaria no era su fuerte.Y salvo algunas pocas excepciones en el ejército y la marina, como el Gene- ral Ignacio Fotheringham, héroe del Paraguay y Go- bernador del Chaco, o los Drs. Eduardo Wilde y Guillermo Rawson que fueron honorables ministros, preferían actuar en el agro, la industria, el comercio y las profesiones liberales, fundando importantes estu- dios de ingeniería, abogacía o economía y tiendas emblemáticas. Un lector de The Standard sugirió en una carta al editor que las señoritas comenzaran a enviar «plumas blancas, para recordar a los solteros sin impedimentos físicos que su lugar está en el frente», defendiendo a la querida y vieja patria. Cuatro plumas enviadas a un joven en la Argentina Esta costumbre, que se popularizó a mediados del siglo XIX, quedó reflejada en la novela «Las cuatro plumas» publicada en 1902 por A. E. W. Mason, sobre la cuál se filmaron siete versiones, la primera de ellas tan temprano como en 1915 y la última (hasta ahora) en 2002. En ella Harry Faversham renuncia a su grado como oficial poco antes de la batalla de Omdurman, contra las fuerzas del Mahdi. Sus tres compañeros le envían plumas blancas, como signo de reprobación por su aparente «cobardía». La llamada «Organización de las Plumas Blancas» fue iniciada por el Almirante Charles Fitzgerald en el primer mes de la guerra y fue impulsada por impor- tantes escritores, incluyendo a Mary Ward.Ya en 1915, la costumbre fue desapareciendo, en vista de las terri-
  • 29. 29LOS DIEZ PRIMEROS AÑOS Los diez primeros años bles pérdidas de vidas, y continuó sólo esporádicamente hasta el armisticio. En un principio, los hombres obligados a trabajar en las «industrias de guerra» y hasta los soldados de licencia, y sin unifor- me, fueron blanco de las «plumas» acusadoras. Sin embargo muchas cartas de repudio hacia esta idea se sucedieron. La mayor parte marcaban que las «plumas» que señalaban la cobardía eran enviadas anónimamente, cometiendo «una cobardía aún mayor». El 9 de Octubre la British Society efectuó el primer envío de medias para los soldados, en el RMSArlanza, juntamente con un contingente de caballos de tiro para laArtillería Montada, que consignaba la empresa Emi- lio Casares & Sons, con oficinas en Londres y Buenos Aires. Por solidaridad, los caballos se vendían al ejér- cito británco a precio de costo, más una «pequeña ga- nancia». Los lectores de diarios en inglés, como «R.W.» en The Standard, pedían a las señoras que usaran su in- fluencia para que «ningún británico (o descendiente de británicos, que para el caso era lo mismo...) con buena salud y sin responsabilidades de familia se que- de aquí. ¡¡Y no hay ninguna excusa!!». Y los editores anunciaban que el Dr. L. G. Dodds examinaría a los voluntarios gratuitamente, para veri- ficar el estado de su vista. Otros, como Mr. Metherell, clamaban por la crea- ción de Sociedades de Rifleros, que enseñaran a tirar a los jóvenes, ya que «tipos con buena puntería, eso era lo que pedía Lord Kitchener». La vieja Inglaterra no se olvidaría de quienes fue- ran a defenderla.A las familias de quienes partían para Francia se les pagaría según el siguiente esquema: Esposa sin hijos: 12 s 6d por semana Esposa con 1 hijo: 14 s 6d por semana Esposa con 2 hijos: 16 s 6d por semana Esposa con 3 hijos: 18 s 6d. por semana Esposa y más de 3 hijos: 1L y 6d por semana Pronto llegaron las primeras noticias de aquellos que habían partido. Los embarcados en el RMS Turakina en el puerto de Montevideo, donde habían llegado después de un accidentado cruce del Rio de la Plata, comenzaron a ejercitarse en la cubierta del bar- co, liderados por el Sr. M. H. Osborne y el Capitán Tetley en «infantry drill» (orden cerrado) y por el Sr. W. U. R. Thornburn, que era profesor, en formación física. Iban con ellos tres enfermeras, las Sisters Bailey, Roland y Steward, y el Sr. E. E. Adams, ex gerente del Tigre Boat Club y profundamente respetado por ser quien había iniciado el movimiento para el recluta- miento de voluntarios en nuestro país. El Royal Colonial Institute pidió a la colectividad de la Argentina que se hiciera un Roll of Honour, con el nombre y el regimiento en que se enrolaba cada uno de los voluntarios, solicitando se envíe la información a la Avenida Northumberland, London, WC. Reginald Tower, presidente del British Patrotic Comitee dió cuenta del alto patriotismo de los irlande- ses, que también concurrían masivamente a sumarse a la guerra, y mandó una carta al Ministerio de la Gue- rra para que «por favor se destine a los voluntarios procedentes de la Argentina al frente de batalla y no a la defensa de la isla». Y eso sucedió con la inmensa mayoría de los vo- luntarios. Todos se comportaron a la altura de las cir- cunstancias, dando muestras de coraje y determina- ción. Sobre mitad de año empezaron a llegar las malas nuevas. Eran varios los que no volverían a vestir los colores de Pacific: T. Copland murió en batalla, con su regimiento, los Royal Scots. Charles Bianconi Hayes, empleado en el departamento de Telegrafía y veterano de la guerra de los Boers, cayó el 10 de Agosto, a los 43 años como Capitán del Regimiento de Hampshire. H. Leeds, zapador de los Royal Engineers fue muer- to en las trincheras de Picardía también en Agosto.
  • 30. 30 CLUB A. F. C. SAN MARTÍN Los diez primeros años Maxwell Colquhoun Pearson de 34 años, cayó en Vermelles, comoTeniente de los Cameron Highlanders en el mes de Noviembre. J. Williams, ese wing izquierdo que trabajaba en Tracción y que había «bailado» a BAHC el año ante- rior, fue muerto preparando terraplenes y trincheras para los Royal Engineers. Y esto era solo el comienzo.Ya no se agitaban ban- deras británicas y argentinas al salir los voluntarios. Un manto de tristeza cubría a las novias y madres cuan- do los muchachos firmaban el registro y se dirigían al Distrito Militar más próximo para que les sellaran la libreta de enrolamiento, porque iban a pelear a Euro- pa. El fin del año 15 estuvo envuelto en luto y angustia en Sáenz Peña. Las fiestas se pospusieron para la vuelta. Una vuelta que hubo que esperar mucho. 1916 y 1917 Los años del holocausto El verano de 1916 empezó tan lúgubremente como había terminado el año 15. Las noticias que lleganban del frente eran agustiantes: miles de jóvenes se mata- ban a través de kilómetros de trincheras, y llegaban los primeros rumores sobre una nueva arma: el gas mostaza, usado por los alemanes a fines de año, era ahora patrimonio de los dos bandos. Las batallas eran cada vez más terribles y ninguna fue peor que la Batalla del Somme, que se libró en el verano y el otoño de 1916, y en la que hubo más de un millón de bajas, convirtiéndola en la batalla más san- grienta de la historia humana. Las fuerzas aliadas, principalmente británicas ataca- ron en un frente de 40 km sobre el río Somme, en el norte de Francia, después de siete días de cañoneo continuado. Sin embargo las defensas alemanas resultaron poco da- ñadas y en el primer día de la batalla, el 1 de Julio, los británicosperdieron57.470hombres,deloscuales19.240 fueron muertos justo cuando treparon a los parapetos, cargados con más de 32 kilos en sus mochilas. Entre los miles de victimas muchos fueron hom- bres llegados desde laArgentina, y todos dieron mues- tra de un valor extraordinario. Pero entre todos se distinguieron los voluntarios de nuestro Club. El primero nuestro presidente, el Sr. Lightly Simpson, quien marchó a Europa a principios de 1915 después de renunciar a la presidencia del Club y a una edad en la que muy pocos decidían alistarse, sobre todo siendo casados y con hijos. Fue reemplaza- do en la presidencia por Mr. J. Liddell, también un alto funcionario del Ferrocarril. L. Simpson, Superintendente de los TalleresAlian- za, perteneciente al Departamento Tracción, se incor- poró a los Chief Mechanical Engineers, Railway Operating Division, Royal Engineers, para aprovechar su excelente conocimiento del mantenimiento de las locomotoras, y fue destinado a Francia, donde se des- tacó tanto por su empeño y su valor que llegó al grado de Coronel, el máximo rango al que llegó un volunta- rio de Argentina en toda la guerra exceptuando a un General. Los Royal Engineers cumplieron distintas respon- sabilidades, como cavar túneles, talar bosques, la gue- rra química (gas), transporte por ríos y arroyos, camuflaje y el Servicio de Palomas Mensajeras. Los miembros de sus cuerpos desarrollaron nuevos equi- pos y armas, como la «Cabaña Nissen», las bombas Mills, los morteros Stokes y el Fullerphone. Partitura de la canción «Rosas de Picardía», inmensamente popular en el Frente Occidental En ese cuerpo L. Simpson mostró sus dotes de liderazgo, que lo habían llevado a ser elegido presi- dente del PRAC, asegurando que los ferrocarriles que llevaban municiones y pertrechos al frente funciona- ran bajo todos los climas, sin temor al fuego enemigo.