3. ¿QUÉ SON
LOS ATAQUES DE EPILEPSIA
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Hay muchos niños que sufren ataques de
epilepsia. El ataque es una señal que indica que existe
una anormalidad en el funcionamiento del cerebro
del niño.
El ataque puede durar tan solo unos segundos
o unos pocos minutos y se puede presentar de
diversas formas: como una convulsión (movimiento
muscular brusco e involuntario), como un breve
episodio de mirada fija, como un movimiento
inusual del cuerpo, o un cambio en el estado normal
de conciencia.
Al terminar el ataque, el cerebro del niño vuelve
a funcionar con normalidad.
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Comúnmente, los niños pueden llegar a padecer
ataques convulsivos (que consisten en la agitación
incontrolada de extremidades, pérdida de conciencia,
caída al suelo, etc.), o ataques no convulsivos (que
consisten en movimientos repetitivos, sin perder la
conciencia, como si estuvieran soñando despiertos).
Pero cuando estos ataques, ya sean convulsivos o
no convulsivos, se repiten más de una vez en un niño
saludable o con alguna condición física, muy
probablemente se trate de síntomas de epilepsia.
Reconocer estos síntomas en los niños es vital
porque un tratamiento oportuno puede significar
una vida sana y normal en el futuro.
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Comúnmente, los niños pueden llegar a padecer
ataques convulsivos (que consisten en la agitación
incontrolada de extremidades, pérdida de conciencia,
caída al suelo, etc.), o ataques no convulsivos (que
consisten en movimientos repetitivos, sin perder la
conciencia, como si estuvieran soñando despiertos).
Pero cuando estos ataques, ya sean convulsivos
o no convulsivos, se repiten más de una vez en un
niño saludable o con alguna condición física, muy
probablemente se trate de síntomas de epilepsia.
Reconocer estos síntomas en los niños es vital porque
un tratamiento oportuno puede significar una vida sana
y normal en el futuro.
5. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE RECONOCER
SI UN NINO PADECE EPILEPSIA?
3
Cuando un niño es diagnosticado con epilepsia y
se le somete a un tratamiento médico a tiempo, existe
mayor probabilidad de lograr un máximo control de
sus convulsiones y de que lleve una vida normal.
En cambio, cuando un niño sufre ataques
frecuentes, pero nadie los ha notado ni les ha
prestado atención, podría desencadenar en mayores
complicaciones en el futuro, tales como:
• Dificultades de aprendizaje, dado que durante
los breves episodios de ausencia (es decir, falta
de atención o mente en blanco) el niño no
puede seguir las instrucciones de sus maestros
ni entender, en su totalidad, las lecciones
dictadas.
• Mayor probabilidad de sufrir otros tipos de
ataques a lo largo de su vida.
• Ataques más difíciles de controlar al momento
de diagnosticar la condición.
6. LOS SÍNTOMAS DE LA EPILEPSIA
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Las convulsiones
son sólo uno de los
varios síntomas que
un niño o adolescente
que padece de
epilepsia puede tener.
Existen otros
tipos de síntomas,
difíciles de reconocer,
no sólo porque son
muy breves sino
porque además, en
algunas ocasiones,
se parecen a ciertos
comportamientos
normales de un niño.
A continuación, les presentamos algunas de las señales
que podrían ser indicio de que el niño presenta
síntomas de epilepsia:
• Falta de atención o concentración, breve y
repentina, como si estuviese soñando despierto
o con la mente en blanco.
• Caídas al suelo repentinas y sin motivo.
• Incapacidad de hablar o responder por unos
instantes.
• Comportamiento aturdido o confundido.
• Inusual somnolencia (pesadez y torpeza) e
irritabilidad al ser despertados del sueño.
• Movimientos repetitivos con la cabeza.
• Parpadeo rápido e incontrolado.
• Frecuentes comentarios o quejas del niño,
diciendo que las cosas “parecen”,“suenan”,
“saben”,“huelen” o “se sienten” raras o cómicas.
• Repentinos movimientos en los bebés, como
doblar o arquear el cuerpo al estar sentados o
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extender ambos brazos como pretendiendo
alcanzar algo.
• Repentinos dolores de estómago, seguidos de
confusión y somnolencia.
• Movimientos bruscos e incontrolados de los
músculos de extremidades y otras partes del
cuerpo.
• Movimientos repetitivos en bebés y niños,
poco naturales o inusuales.
En algunos casos, los ataques de epilepsia comienzan
en la adolescencia. Estos tipos de ataques pueden ser
difíciles de reconocer. Los padres, a veces, cometen
el error de interpretar estos ataques como efectos del
consumo de alcohol o drogas.
A continuación, les presentamos una descripción del
comportamiento y de las sensaciones que podrían ser
síntomas de epilepsia en los adolescentes:
• Repentinas sensaciones de temor, furia o
pánico, sin motivo.
• Cambios extraños en la forma de ver, oír, oler
o sentir las cosas.
• Comportamiento aturdido y confundido,
y la dificultad o incapacidad para hablar o
comunicarse por unos instantes.
8. LO QUE TODO PADRE DEBE OBSERVAR
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Muchas de las señales que hemos enumerado
como posibles síntomas de epilepsia pueden ser tam-
bién comportamientos normales en un niño salud-
able.
Soñar despiertos, caerse sin cesar al estar apren-
diendo a caminar o los movimientos casi incontrola-
dos de los bebés, entre otras, son acciones naturales
en todos los niños, de modo que no necesariamente
indican que existe algún problema de salud.
En lo que los padres deben concentrarse, y a lo
que deben prestarle mucha atención, es al compor-
tamiento inusual que se observe con cierta frecuen-
cia.
A continuación les presentamos algunos
ejemplos:
• Cuando un niño cae al suelo sin haberse tro-
pezado con nada, es posible que simplemente
haya perdido el equilibrio. Pero si esto le vuelve
a suceder una y otra vez, es necesario llevarlo al
médico para que sea examinado.
9. • Cuando un niño se queda como ausente, pero, a
la vez, se muestra totalmente conciente cuando
se le habla, muy seguramente se trate de una
conducta normal. Hay muchos niños que se
concentran en sus pensamientos sin siquiera
enterarse cuando alguien les habla. Pero si esta
conducta se repite a menudo, pruebe iniciar una
conversación con él cuando parezca tener la
mente en blanco. Intente averiguar cuán
conciente está de todo lo que sucede a su
alrededor. Si durante estos episodios nota que el
niño está totalmente ausente, y además esta
misma conducta es advertida por su maestro en
la escuela, es necesario llevarlo al médico para
que sea examinado.
• Después de un ataque convulsivo, ya sea
estando dormido o despierto, el niño entrará
en un periodo de profundo sueño.
Si esto ha ocurrido en las primeras horas de la
mañana, al niño le será difícil despertarse y
levantarse y se mostrará irritable. Incluso es posible
que se haya orinado en la cama. Se puede quejar de
que le duele la lengua y quizá esté mordida, y de que
le duelen los músculos.
• En el caso de los bebés, es difícil identificar estos
síntomas, ya que se mueven de infinitas formas
por naturalidad. Los espasmos musculares, los
distintos movimientos del cuerpo y la cabeza y
extender ambas manos como para alcanzar algo,
suelen ser movimientos normales, siempre y
cuando no se conviertan en una actividad
frecuente y duradera.
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• Cuando un niño se queda como ausente,
pero, a la vez, se muestra totalmente conciente
cuando se le habla, muy seguramente se trate
de una conducta normal. Hay muchos niños
que se concentran en sus pensamientos sin si-
quiera enterarse cuando alguien les habla. Pero
si esta conducta se repite a menudo, pruebe
iniciar una conversación con él cuando parezca
tener la mente en blanco. Intente averiguar
cuán conciente está de todo lo que sucede a su
alrededor. Si durante estos episodios nota que
el niño está totalmente ausente, y además esta
misma conducta es advertida por su maestro
en la escuela, es necesario llevarlo al médico
para que sea examinado.
• Después de un ataque convulsivo, ya sea estan-
do dormido o despierto, el niño entrará en un
periodo de profundo sueño.
Si esto ha ocurrido en las primeras horas de la ma-
ñana, al niño le será difícil despertarse y levantarse y
se mostrará irritable. Incluso es posible que se haya
orinado en la cama. Se puede quejar de que le duele
la lengua y quizá esté mordida, y de que le duelen los
músculos.
• En el caso de los bebés, es difícil identificar
estos síntomas, ya que se mueven de infinitas
formas por naturalidad. Los espasmos muscu-
lares, los distintos movimientos del cuerpo y
la cabeza y extender ambas manos como para
alcanzar algo, suelen ser movimientos nor-
males, siempre y cuando no se conviertan en
una actividad frecuente y duradera.
10. 8
Por eso, cuando los padres observen movimien-
tos que les llaman la atención por ser poco usuales
y frecuentes o repetitivos, deben consultarlo con el
médico.
En ocasiones, hasta al médico pueden pasársele
por alto estos síntomas. Y es muy posible que el
médico les asegure a los padres que no hay nada de
qué preocuparse. Y puede estar en lo cierto. Pero los
padres o cualquier familiar cercano conviven con
el niño y lo observan con mayor frecuencia que el
médico. Por ello, cuando los padres o un familiar
observan movimientos poco usuales en el niño, que
pueden ser señales de epilepsia, deben confiar en su
instinto natural y obtener una segunda opinión de
un neurólogo (médico especializado en trastornos
del sistema nervioso).
11. ¿QUÉ OCURRE CUANDO SE LE
DIAGNOSTICA EPILEPSIA A UN NIÑO?
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Al diagnosticar epilepsia, el médico
probablemente le recetará medicamentos para
prevenir los ataques.
Hoy en día, no existen medicamentos que curen
la epilepsia. Pero los medicamentos actuales son
muy efectivos y se logran muy buenos resultados,
siempre y cuando se sigan las indicaciones médicas y
el tratamiento al pie de la letra.
Por lo tanto, es de suma importancia saber
reconocer los síntomas de la epilepsia en los niños
para poder comenzar el tratamiento a tiempo. Esto
les brinda la posibilidad de disfrutar de una niñez
normal y de esperar un futuro mucho mejor.