Los orígenes de Roma se remontan al siglo VIII a.C. cuando varias tribus latinas fundaron la ciudad alrededor de siete colinas en el río Tiber. En el 509 a.C. la monarquía fue reemplazada por la República, la cual gobernó Roma hasta las guerras civiles que llevaron a Julio César al poder. Tras su asesinato, Augusto estableció el Imperio Romano, que alcanzó su máxima extensión conquistando el Mediterráneo y creó una
1. EL IMPERIO ROMANO
A mediados del siglo VIII a.C. (753 a.C.), algunas tribus de latinos se agruparon a orillas del río Tíber, alrededor de siete colinas, y
fundaron Roma.
Los orígenes Los romanos vivían de la agricultura y de la ganadería, pero luego la ciudad se convirtió en un gran enclave comercial.
En estos primeros tiempos, Roma era una Monarquía y el rey tenía todos los poderes y gobernaba con la ayuda de un Senado compuesto
de Roma: por patricios (grandes familias aristocráticas con tierras y poder).
En cuanto a la religión, los primeros romanos rendían culto a las fuerzas de la naturaleza (númina) y a las divinidades domésticas
(lares o dioses de la familia).
En el año 509 a.C. una revuelta acaba con la monarquía y se proclama la República.
En Roma existían dos grupos sociales: los patricios (minoría de familias aristocráticas, propietarios de tierra y ganado que gobernaban la
ciudad) y los plebeyos (la mayoría de la población, campesinos, artesanos y comerciantes; sin propiedades territoriales y sin derechos
políticos).
La Roma Los plebeyos lucharon por obtener los mismos derechos que los patricios, y consiguieron:
un representante: el Tribuno de la plebe, que defendía sus intereses.
republicana: La ley de las Doce Tablas, una recopilación de leyes.
Tres instituciones gobernaban la República:
Comicios: asambleas de ciudadanos, votaba las leyes y elegía a los magistrados.
Magistrados: gobernaban la ciudad.
Senado: aprobaba las leyes y se encargaba de la política exterior y de las finanzas.
La República romana era una oligarquía (gobierno de unos pocos, los patricios).
Entre el siglo VI a.C. y el II d. C. Roma conquistó amplios territorios alrededor del Mediterráneo. Todo ello, gracias al
aumento de sus riquezas y a la creación de un poderoso ejército.
Roma conquista
Fases:
el Mediterráneo: 1. Conquista de la Península Itálica.
2. Conquista del Mediterráneo Occidental (tras las guerras Púnicas que les enfrentó a Cartago).
3. Conquista de Grecia y el Mediterráneo Oriental.
Con la expansión, la República entró en crisis y se produjeron conflictos sociales y guerras civiles.
Finalmente, Julio César (un importante jefe militar) fue nombrado dictador y asumió los máximos poderes. Pero, los partidarios de
la República y los patricios, que veían peligrar su poder, asesinaron a César a las puertas del Senado.
2. Tras la muerte de Julio César, su hijo adoptivo, Octavio, venció a sus rivales. En el año 27 a.C., el Senado le otorgó amplios poderes y le concedió el
título de Augusto y fue nombrado emperador de Roma.
Se inició así una nueva forma de gobierno: el Imperio. El emperador concentraba todos los poderes civiles, religiosos y militares en su persona.
Los territorios del Imperio se organizaron en provincias.
Etapas:
Siglos I y II el Imperio alcanzó su máxima prosperidad: es la época conocida como la pax romana, por la ausencia de guerras y
El
problemas.
Imperio A partir del siglo III el Imperio entró en una profunda crisis. Las causas de esta crisis fueron los ataques de los bárbaros (nombre dado
por los romanos a los extranjeros), el debilitamiento de la autoridad imperial, las revueltas militares y las dificultades económicas.
romano: En el año 395 d. C., el emperador Teodosio dividió el Imperio en dos, para poder gobernarlo mejor:
El Imperio romano de Oriente, más rica y poblada, resistió los ataques de los bárbaros y se convirtió en el Imperio bizantino.
El Imperio romano de Occidente, no pudo impedir los ataques de los bárbaros y en el año 476 fue destituido el último emperador romano:
Rómulo Augústulo.
El cristianismo pasó por diferentes situaciones: persecuciones, autorización tras el Edicto de Milán (en el 313d. C.) dado por el Emperador
Constantino; hasta que en el 380 d.C. se convirtió en religión oficial con el emperador Teodosio.
Roma fundó numerosas ciudades de estructura similar: se protegían con murallas y tenían una gran plaza (foro) y numerosos edificios públicos
Una (termas, teatros, anfiteatros…). Las ciudades eran lugar de residencia de las autoridades y del gobierno del territorio, y en ellas se desarrollaban
muchas actividades artesanales y comerciales. Además, las ciudades contribuyeron en gran medida a la romanización de los territorios conquistados,
sociedad es decir, ayudaron a difundir el modo de vida de los romanos.
Los habitantes del Imperio estaban divididos en distintos grupos sociales con derechos diferentes. Se clasificaban en hombres libres y esclavos.
urbana: Entre los primeros existía otra división, los que eran ciudadanos romanos (no pagaban impuestos por la tierra, estaban protegidos por las leyes y
gozaban de derechos políticos) y los no ciudadanos. Finalmente, entre los ciudadanos libres existían diferencias según su riqueza y posición
social, libertos (antiguos esclavos liberados), plebe (pueblo llano), nobilitas (patricios o plebeyos enriquecidos) y senadores (grandes propietarios
de tierras y administradores del Imperio).
Los romanos desarrollaron una próspera agricultura e introdujeron avances: arado romano, molino de grano, prensa de aceite y vino, y
La prosperidad nuevos sistemas de regadío.
La explotación agrícola se realizaba en:
agrícola y
Colonias agrícolas: propiedad de pequeños campesinos que las trabajaban para subsistir (producir lo suficiente para vivir).
comercial: Villas: latifundios (o grandes fincas) en manos de ricos y poderosos romanos trabajadas por esclavos.
Las relaciones comerciales entre todos los lugares del Imperio eran muy importantes y se realizaban esencialmente por mar. El comercio
se vio favorecido por la paz interna, la seguridad en las comunicaciones, el aumento de la producción agrícola y artesanal, la construcción de
numerosas calzadas que unían Roma con las provincias y sus ciudades más importantes y la existencia de una misma moneda.