2. El ajedrez y sus leyendas
• Las leyendas que se relatan
acerca del ajedrez han tenido
su origen en las diferentes
civilizaciones antiguas que
estuvieron localizadas en el
Medio Oriente. Esas
narraciones se fueron
transmitiendo de forma oral
de unas generaciones a las
siguientes en cada territorio
en particular, pero cuando se
da la anexión de la zona indo-
persa al imperio musulmán (s.
VII), los árabes, al tiempo que
iban islamizando a sus
pobladores, también fueron
incorporando a su cultura la
miscelánea de sus tradiciones,
y, entre ellas, muchísimas en
número, las referentes al
ajedrez, que ellos fueron
adaptando a su idiosincrasia.
Armando Nerio Hanoi
Guedez Rodriguez
3. La leyenda del grano
de trigo
• Una de estas leyendas indica que el ajedrez nació en
la India, más concretamente en el Valle del Indo, y
data del siglo VI d. C. Nos cuenta que el inventor del
ajedrez fue un brahmán llamado Sissa Ben Dari, que
lo creó para distracción y ocio de un rey, y fue tal el
éxito que alcanzó entre los miembros de la corte,
que el rey le concedió al inventor la posibilidad de
elegir la recompensa que quisiera.
• Como lección de humildad, el inventor solicitó que
le fuera concedido un grano de trigo por la primera
casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la
tercera y seguir así doblando la cantidad hasta
totalizar las 64 casillas del tablero.
• Al principio, el rey confiado sonrió y asintió pero, la
cifra ascendía a 18.446.744.073.709.551.615 granos
de trigo, los cuales tardarían en ser recogidos
1.173.055.797 siglos.
El rey por primera vez, se
veía ante la imposibilidad
de cumplir una promesa. Y
seguidamente, Sissa
renunció públicamente a
su pedido y llamó la
atención del monarca con
estas palabras: "Los
hombres más precavidos
eluden no sólo la
apariencia engañosa de los
números, sino también la
falsa modestia de los
ambiciosos (…)"
Armando Nerio Hanoi
Guedez Rodriguez
4. La leyenda del
tributo
• La leyenda cuenta que el rey persa
Nushirwan (521-578) aceptó recibir en su
salón del trono de palacio a una embajada
del rey Devasarma, el “Gran Rey de las Cinco
Indias”, entonces tributario del gran imperio
persa. En homenaje a su soberanía, el
embajador depositó a sus pies un tablero de
ajedrez junto con las piezas de marfil y
ébano.
• Pero el tablero venía con una carta que
indicaba que si descubrían el secreto del
juego, entonces el rey Devasarma seguiría
pagando tributo, si no, serían los persas
quienes lo harían.
El primer consejero del rey
persa, Wujurgmitr,
consiguió lo que nadie
había podido: entender el
juego, e hizo que los de las
Indias reconocieran el
poderío de los persas. Y al
final, fue colmado de
favores y dignidades por
parte del rey persa.
Armando Nerio Hanoi Guedez Rodriguez
5. La leyenda de
Dilram
• La leyenda cuenta que una
bella princesa llamada Dilram
era la esposa favorita de un
noble árabe, que la amaba
profundamente y que, además,
era un gran entusiasta del
ajedrez. Éste creía que nadie le
ganaría jugando al ajedrez y,
por ello, siempre
menospreciaba a sus rivales.
• Por eso en una oportunidad se
atrevió a apostar a su esposa y
estaba a punto de perder
cuando Dilram le dijo:
"¡Sacrifica tus dos torres, pero
no a mí!" Entonces, luego de
pensarlo jugó esta
combinación: 1. Ta8+ Rxa8; 2.
Ac4+ Rb8; 3. Ta8+ Rxa8; 4. b7+
Rb8; 5. Ca6++. Y pudo ganar, y
aprendió una gran lección:
nunca apuestes algo de gran
valor porque nunca sabes lo
que puede suceder.
Armando Nerio Hanoi Guedez Rodriguez