El documento describe los diferentes tipos de sacrificios en el Antiguo Testamento, incluyendo el holocausto, el sacrificio de comunión, la oblación y el sacrificio por el pecado. Explica que la oblación involucra ofrecer una parte al Señor como memorial y otra parte para el oferente. También discute cómo la Eucaristía cumple el memorial del Antiguo Testamento al recordar el sacrificio de Jesucristo.

1. El Memorial y la oblación
SEMINARIO DIOCESANO
SAN FELIPE DE JESÚS
FACULTAD DE TEOLOGÍA
Teología de la Eucaristía
Pbro. Sergio Rodríguez Hernández
SEPTIEMBRE DE 2021

2. Introducción
• Hay antecedentes del sacrificio Eucarístico
en el Antiguo Testamento, y los Sacrificios
del Antiguo Testamento encuentran su
cumplimiento en la Cruz, que plenifica el
memorial de la Santa Cena.
• Hay relaciones entre el Sacrificio del Antiguo
Testamento y la Eucaristía Cristiana por
medio de la oblación.

3. Los diferentes sacrificios
• Primer sacrificio: Holocausto: Muy antiguo
en Israel, desde la época mosáica y nómada,
recibido por el ángel de Yahvé que sube en
el humo del holocausto (alah=subir,
olah=holocausto) y que une al hombre con
Dios.
• Lo importante en el Holocausto no es el
alimento ofrecido, sin el acto de quemar y
humear ante Dios, signo de gracias y de
unión.

4. • Segundo Sacrificio: Comunión,
pacífico o sacrificio de plenitud:
Mientras que el Holocausto solo se
celebra ocasionalmente, el sacrificio
de comunión forma parte de toda
fiesta. Significa la comunidad de vida
entre Dios y los fieles.
• La ley Litúrgica distingue tres formas:
1)Sacrificio de acción de gracias
2)Sacrificio votivo
3)Sacrificio voluntario

5. • El sacrificio de acción de gracias es el más
solemne, y la expresión que lo designa,
llegará a ser para nombrar a la santa cena,
la “ευΧαριστια” de los griegos, y el
“sacrificium laudis” de los latinos.
• Al sacrificio de acción de gracias
corresponde Dios con una promesa de
salvación.
• Al sacrificio de acción de gracias acompaña
una súplica para la salvación y la unidad del
pueblo de Dios, por lo cual se entremezclan
acción de gracias e intercesión.

6. • Tercer sacrificio: oblación: Este es un
sacrificio de sedentarios, en el se ofrecen
productos del campo, se relaciona con el
holocausto, que es signo de adoración.
• Cuarto sacrificio: Sacrificio de
reparación y por el pecado: El primero es
una inmolación y una enmienda en caso de
que inconscientemente se hayan violado
los derechos de Dios; el segundo es un
sacrificio expiatorio de sustitución: el
animal inmolado reemplaza al culpable y
expía por él.

7. La Oblación
• Tiene su origen en el rito levítico de Aarón (Lv 2,
1) y se menciona como Azhkarah ( ‫אז‬
'
‫קרה‬ ) que
significa: la parte que es memorial.
• Se relaciona con el memorial zikkaron de la
Pascua, y es una proclamación de la presencia de
Dios, de su fidelidad, y de su obra en favor de los
hombres.
• Es un signo hecho a Dios, para anunciarle una
ofrenda, y la intención de esta ofrenda, para
recordarle un fiel, y la plegaria de este fiel.
• Esta oblación es parte de un todo, se le ofrece
una parte a Yahvé y otra parte al oferente.

8. • Ya en el Antiguo Testamento es frecuente el uso
del genitivo “αναμνησις”, y también se usará en
el Nuevo Testamento, y representa que se hace
memoria de la realidad o de la persona indicada
por el pronombre, esta memoria o memorial son
propuestos como un recuerdo viviente de una
realidad o de una persona, a la atención de los
hombres o Dios.
• La expresión “en memoria mía” (εις την εμην
ανμνησις) de las palabras de Jesús en la Santa
Cena, se deben entender en el sentido de “en
memoria de mí, como un memorial mío”.

9. • Entraña los tres aspectos de proclamación a los
hombres, de recuerdo a Dios, y de referencia a un
sacrificio total consumido por los sacerdotes.
• Pone de referencia a algunos ejemplos de memorial
en el Antiguo Testamento: Recuerdo de un héroe,
Memoria de bendición, y Memorial Litúrgico.
• El memorial recuerda a Dios el sacrificio del justo, el
Señor se acuerda de él y le bendice.
• En la Eucaristía, la Iglesia recuerda a Dios el sacrificio
del único justo: Jesucristo, fiel a sus promesas, y a
causa de la perfección de este sacrificio,
corresponderá a la Iglesia, colmándola de bendiciones
por el Cuerpo de su Hijo.