BIBLIA CATOLICA, NUEVO TESTAMENTO, CARTA A LOS TESALONICENSES, PARTE 15 DE 27
1. El año 50 Pablo llegó a Tesalónica, ciudad importánte y'cápital de la Irlfacedo-
nia (véase He l7,l). Después de haber sido rechazado por los judíos, Pablo se
dirigió a los paganos y llegó a formar una comunidad en esa ciudad. Peio sólo
tres meses después, una revuelta provocada por losjudíos le obligó a irse.
¿Qué pasaría con esos nuevos cristianos, que no habían recibido de Pablo más
qué las bases de la vida cristiana? Preocupado, Pablo pide a Timoteo que vaya a
afirmar esa lglesia. Timoteo regresa optimista y Pablo, ya tranquilo, les envía
esta carta a comienzos del año 51.
Es el texto más antiguo de todo el Nuevo Testamento.
Esta carta no cautiva a sus lectores; podría decirse que el estilo de Pablo está
aun muy "verde". Pero se siente el afecto del misionero hacia los convenidos
por quienes se ha desvivido, las preocupaciones que siente por ellos y los flecos
áe su primera formación, tan fanática como generosá.
La ie cristiana que Pablo proclamaba no se oponía menos a la razón en las
primeras comunidades del mundo grecolTomano que en las nuestras. La libertad
sexual les parecía tan legítima como a nuestros contemporáneos; la resurrección
de los muertos y la otra vida no entraban en sus perspectivas, aunque periódica-
mente algunos filósofos o religiones *mistéricas" trataran de suscitar tales espe-
ranzas.
Pablo reafirma la doctrina bíblica sobre estos puntos en el cap. 4. Se encontra-
rá allí la afirmación clara de las exigencias morales inherentes a nuest¡'¿r integra-
ción en el pueblo de Cristo: sean santos, manténganse despiertos, como personas
que esperan algo mejor.
' S" énco.,t.a|rá iguálmente, en el lenguaje y con las imágenes de las apocalip-
sis, la primera afirmación de la resurrección de los muertos.
Desde el principio la comunidad es invitada a vivir en oración constante y a
preocuparse ante todo de sus miembros más débiles.
-I
423
m ' ' Pablo, Silvano y Tirnot€o, a
I r I la lglesia de los tesalonicenses,
congregaüa en Dios Padre y en Cris-
to Jesús el Señor:
Permanezcah con ustedes la gracia
y la paz..
2 En todo momento los tenemos
presentes en nuestras oraciones y
damos gracias sin cesar a Dios por
ustedes, pues constantemente 3 re-
cordamos ante Dios, nuestro Padre,
su fe que produce frutos, su amor
que sabe actuar, su espera de Cristo
Jesús, nuestro Señor, que no se de-
TESALONICENSES 2
cedonia y Acaya, y más allá aún. Su
fe en Dios se comenta en tantos Iu-
gares que no necesitamos decir rnás
al respecto. e Todos hablan del im-
pacto de nuestra visita'y de cómo se
pasaron de los ídolos a Dios. Pues
emeezaron a servir al Dios vivo y
verdadero,_ r0 esperal.do que vengá
del cielo el que nos libera del juiCio
q_ue se acerca: éste es Jesús, su Hijo,
al que resucitó de entre los muertós.
.t
Los comienzos de la Iglesia
de Tesalónica
sanrma.
o
No olvidamos, hermanos amados I5l ' t Bie¡ -saben, hermanos, que
por Dios, en qué'circunstancias fue- lr'l esa v.isita nueStra nO fue en
ion namáaás. i EI Evanoálio áue lá, vano. 2
Acabábanios de ser muy mal-
llevamos no se quedó iólo eri pata- tratados e insultados en Filipos, pero
bras, sino que hubo milagros y Espí- no¡ airry'lmos a anunciarles el men-
ritu Santo, 'dejándoles pÉna éonvic- s3je. de Dio:, en medio de fuerte opo-
i¡On- V tá*po'co han oividado cómo sición, confiados en nuestro Dios.
nos comportamos entre ustedes para 3
Les dijimos verdades; no teniamos
su bien. 6 A su yez ustedes se hicie- propósitos sucios y no hubo engaño.
ron imitadores nuestros y del mismo io. a Acreditado§ por Dios mÉmo,
Señor cuando, al recibir la pal_qbr-a, que nos ha confiaáo su evangetio,
prcibaron la a-legría del EgpÍritu'Sg1to riuestra predicación procura agíadar,
en médio de fuertes oposiciones. 7
De no a los- hombres, jino a Dio-s, qué
este modo pasaron a ser un modelo penetra los cgrazones. 5.Nunca ios
para todos los creyentes de Macedo: halágamos.con palabras bci.nitas,
t be hechó, a partir de ustedes la cámos dinero, Dios es testigjo.' 6
Tam-
palabra dd.Señor se difundió en Ma- , p-o9ó busqamo§ que-,19,§ente-nos rin-
. 1.7 Fe, carídad,-esperdnzo (31. Aquí la espe-
ranza tiene una doble dimensión:
-
Los que esperan soportan las pnrebas y las
persecuciones con paciencia y perseverancia.
Por eso Pablo' dice a veces:'fe, constancia -y
amor. Así, como en el E'uangelio. la esperanza
no es un optimismo fácil'sino que es la capacidad
de no desfallecer frente a las pruebasi
-
Los que esperan aguardan la venida glorio-
sa de Cristo quelr-rzgará ál rnundo y nos in§talará
en eI otro. EI ql;e ños t¡bera del éostigo que se
acerco- En esa época, Ios cfeyentes pensaban
que el juicio era inminente y que serían testigos
de la venida de Ctisto.
El Euangelio que les |leuomos 1no se queidó
'sólo en palabros'(5). Se habían dado en Tlsaló-
nicá numerosas señales, milagros y otrás mani-
festaciones que Dios había multiplicádo, en preü-
sión tal vez de las'.persecucionei. porque pronto
iban a faltar las pérsonas capaces de 'asegurar
una formación. Pero, de hecho, no se puede
proclamarel Evangelio sin que Dios haga algo
Dara confirmarlo. Si bien Jesús criticaba a los que
lo buscaban porque querían ver:milagros. no obs-
tante los réali zó a lo laigo de todo su rninisterio.
No digaryos que no necesitamos milagros para
creer. Pues, siendo el hornbre tal como es, ten-
drernos un entusiasmo muy distinto s!'vernos que
Dios está ahi; a nuestro'lado,.haciendo lo incieí-
ble para apoyar su palabra.
.
.. 2.1 Todos los cristianos del tiempo de Pablo
sabían que la Iglesia de Jerusalén habia sido per-
seguida ia prirnZra. Era un honor para los Teülo-
nicehses haberse mantenido fir¡nes frente a-la
persecución. Algunas personas éncontrarán que
las palabras de Pablo -respecto a-.los judíos son
duras y excesivas. Pero sólo expresail su própia
experiéncia (ver Hechos, cap. 15-28). .
Imitando a la madre que juega con su criatu.
ra (7), así era la temura de Pablo. Luego Pablo
recuerda su trapajo )/ Ia ,elgrgía q¡re ha- gastado
para convencenos, rorTnanooros y repfeno¡endo-
los individualmente. Lá co4versión de una sola
persona qx¡ge mucha perseveáncia y"'e§fuerzos
de parte del apóstol. : .
2. r{
TESALOIJICENSES 2
diera honores, fueran ustedes u otros,
' a pesar de que, como -aPóstoles de
Crisio, hubiéramos podido serles gra-
VOSOS.
Por el contrario nos hicimos Pe-
queños entre ustedes, imitando a la
riradre que da calor a sus hijos- I Y
era tal nuestra Preocupación Por us-
tedes, que estábamos disPuestos a
darles, oo sólo el Evangelio, sino
ta mbién nuestra ProPia vida, tan
queridcs habían llegado a ser Para
nosotros
e Recuerde[, hermanos, ouestros
trabajos y fatigas. Mientras les predi-
cábamos el Evangelio de Dios, tra-
baiábamos noche-y día P?^rq no ser
una carga Para ninguno. lo Ustedes
son testigos, y Dios también, de gue
nuestra conducta con ustedes los
creyentes fue irreprochable, buena y
coriecta. rr A cada uno lo seguirnos
como un padre a su h[o; 12 los ani-
mábamos y los urgíamos a que lle-
vasen una vida digna del Dios que
los ha llamado a su ProPio Reino Y
gloria.
13 De ahí que no cesamos de dar
gracias a Dios Porqug ql recibir de no-
íótros la enseñánzá de Dio¡ la acePta-
ron, no como enseñarua de hornbres,
sino como Palabra de Dios- Porque
eso es realmente Y como tal actúa en
ustedes los creyentes.
14 De hecho, hermanos, ustedes
imitaron, en Cristo Jesús a las lglg-
i¡us de Dios de Judea;:pues han §ido
perseguidos Por sus c-gmPatriotas
iel mismo modo que ellos lo fueron
por los judíos Estos son los q,ue
dieron muerte al Señor Jesús y'a los
profetas y l-ot que loq PeI:iéuen a
hosotros. No agradan a Dios Y .se
portan corno enemigos de'todos los
424
hombres 't al impedirnos hablar a los
paganos para que se salven. Lo ha-
ceñ todo para colmar la medida de
sus pecados, pero la condenación
está para caer sobre ellos.
'' Como hacía tiempo que nos veí-
amos privados de su compañia, aun-
que no alejados de corazón, tenía-
mos gra ndes deseos dg verlos y
buscábamos el medio. 18
Quisimos ir
a visitarles y, en cuanto a mí_,- Pablo,
lo intenté várias veces, Pero Satanás
nos puso trabas.
re
En efecto, ¿quiénes sino ustedes
son nuestra esperanza, DUestra ale-
gría y la corona de la que. nos senti-
remos orgullosos ante JSIút, nuestro
Señor, cuándo.venga? 'o Ustedes son
nuestra gloria y.nuestra alegría.
Inquietudes de Pablo
IEI ' ¡ Como no podía soportarlo
ti¿l más, decidí quedarme solo en
Atenas 2 y enviarle3 a Timot€o, her-
mano nuestro, que junto con noso-
tros es colaborador .de Dios Por el
Evangelio de Cristo. El debía fortale-
cerloí i animarlos en la fe 3
PaIa que
nadie §e dejara conmover Por las tri-
bulaciones que ahora soporta¡; Pues
saben que ése es nuestro destino.
4 Cuando estábamos con ustedes
ya se lo decíamos: tendremos qy.e
énfrentar la persecución. Y sucedió,
como bien saben. 5.Por eso no Pude
esperar más y envié a Timoteo Para
teñer noticias'de vuestra fe, no füéra
que el Tentador los hubiera hecho
tropezar, resultando inútil nuestro
trabajo
6
Mas ahora Timoteo acaba de vol-
ver y nos trae buenas noticias de su
fe y tu caridad. Nos dice que conser-
van siempre buen recüerdo de noso-
tros y que tienen tantas',9anas'de
. 3.1 Que el Señor los haga'creéer m6s y
mós en el amor que se tíenen unos o otros y en
el amor para con todos (L21.-El.amor.se mani-
liesta en'qrirner lugar dentro de la comunidad y
Iuego puede extendérse a los demás.
También se notará la constante preocupación
..
de Pablo. Su misión corno ápóstol no le permitía
detenerse en una comunidad, 5l siempre iba de-
jando trás sí la tarea incb¡'rcluÉ. Por eso debió
tonfiar los nuevos bautizados a Ia giacia. dg Dios,
que no suprime la libertad de'los convertidos ni la
obra del tentador en el mundo. .:í -
425
vernos como nosotros a ustedes.
' Así que son ustedes, hermanos, y
su fe lo que nos dio ánimo en nues-
tras angustias y pruebas; 8 si están
firmes en el Señor, nosotros volve-
mos a vivir.
e
¿Cómo podríamos dar suficiente-
mente gracias a Dios por ustedes y por
Ia gran alegría que nos hacen sentir an-
te Dios? 'o Noche y día Ie pedimos con
la mayor insistencia que nos permita
volver a verlos y completar lo que to-
davía falta a su ie.
t' Q,uiera Dios, ñuestro Padre, y
Jesús, nuestro Señor, prepararnos el
camino para ir a visitarlos.
t2 Que el Señor los haga crecer
más y más en el amor que se tienen
unos a otros y en el amor para con
todos, imitando el amor que senti-
mos por ustedes.
'3 Q,ue él los fortalezca interiorrnen-
te para que sean santos e irreprocha-
bles delante de Dios, nuestro Padre,
el día que venga Jesús, nuestro Se-
ñor, con todos sus santos.
Pureza y trabq¡o
o t Por Io demás, hermanos, les
TESALONICENSES 4
agradar a _
Dios; ya viven así, pero
procuren hacer nuevos progresos.
2 Conocen las tradiciones que les
entregarnos con Ia autoridad del Se-
ñor Jesús: 3 la voluntad de Dios es
que se hagan santos y que rehúyan la
fornicación. o
Que cada uno se com-
porte con
-su
esposa con santidad y
respeto, 5 y no se deje llevar por lá
pura pasión, como hace Ia gente que
no conoce a Dios. 6
Q,ue nadie ofenda
a su hermano en el negocio o se
aproveche de é1. El Señor pedirá
cuentas de todas estas cosas, como
ya se Io hemos dicho y declarado.
7 Dios no nos llarnó a vivir'en Ia im-
pureza, sino en la santidad. I Por eso,
el que no haga caso de estas adver-
tencias desobedece, no a un hornbre,
sino al mismo Dios, que les da a us-
tedes su Espíritu Santo.
e En cuanto al arnor mutuo de her-
manos, Do necesitan que les escriba,
ya que Dios misrno les enseñó a
amarse unos a otros. r0 Ya Io practi-
can con los hermanos de toda Mace-
donia, pero Ios invito a hacer todavía
má§. I I Aspiren a una vida ordenada,
atendiendo a las propias necesidades
y trabajando con las propias manos,
como se lo hemos mandado. '3 AI
observar estas reglas se-rán estima-
t=J pedimos y rogamos en nombre
del Señor Jesús: aprendieron de no-
sotros cómo han de portarse para
. 4.1 Si nos hernos entregado a Cristo, eso
debe hacer nuestra vida diferente a la anterior.
Los iudíos que se hacían bautizar tenían una base
moral sólida con las leyes del Antiguo Testamen-
to. En cambio los paganos sólo tenían como re-
olas morales las oue estaban üqentes en su socie-
áad. La castidad,'por ejemplo,-les era totalmente
extraña.'Para ellos las relaciones sexuales ocasio-
nales correspondían a una necesidad de la natu-
raleza y no tenían nada que ver con las exigen-
cias de Ia conciencia.-
Pablo reacciona fuerlemente: La uoluntad de
Dios es que se hagan sntos. Frente a lo que los
hombres consideran corno exigencias de su natu-
raleza, hay otras exigencias que se deben al he-
cho de que Dios nos ha llamado y nos ha puesto
en un camino de divinización (Pablo habla de
santidad en los w. 3 V 7). Pablo retomará el ar-
qumento en otros términos- en t Cor 6,12-20.
Áquí, en 4-8, Pablo se refiere, siri duda, a[ adulte-
rio y a las relaciones con prostifutas. No incluya-
moi las relaciones prematrimoniales en el con-
texto social de entonces. pero sí la libertad sexual
entre los jóvenes.
Pablo no se cansa de decir i¡ue somos libres
respecto a la Ley, pe-ro reafirnia alqunas leyes
moiales. Pasa poi eñcima de las reglis liturgrcas,
las costumbrei del pueblo judío, Ios recuérdos
del pasado, en una palabra, de todo lo que' es
propio de una sociedad religiosa determinada.
Pero. reafirma algunas reglás morales funda-
mentales de dicha ley que són r,ralederas para to-
dos los tiempos, y rriás todavía cuando se ha en-
trado con el Evangelio en la edad adulta de la
vida espiritual.
Luego Pablo da una advertencia; sobre la cual
vblverá: Que todos trabajen. La comunidad esta-
ba perturbada por algunos creyentes que estaban
rnás inclinados a mostrar su fe entusiasta que a
trabajar. Viüan a costa de lo§ hermanos, júñto a
los cuales se instalaban con su palabrería; así de-
sacreditaban a la lglesia ante los paganos. Pablo,
como todo buén,judío y fariseo,'estába en condi-
ciones de ganarse lá üda' con el trabajo de sus
rnanos.. No podja, pues-, aceptar que un.creyente
no tuüera un oficio cualificado y que no fuera ca-
paz de enconhar trabajo,i aunque fuera.mal con-
siderado y mal pagado. :
3. -:!Iil
TESALONICENSES 4
dos por los de fuera Y no Pasarán
necesidad.
No se apenen como los demás
d r3 Hermanos, deseo que estén
bien enterados acerca de los que Ya
descansan. No deben afligirse como
hacen los demás que no tienen esPe-
ranza. 14
¿ No creemos que Jesús
murió y re-sucitó? De la misma ma-
nera, pues, Dios hará gue Jesús se
lleve ion él a los que ahora descan-
san.
15
Les darnos esto como Palabra
del Señor: nosotros, los que ahora
vivimos, si todavía estamos con vida
cuando venga el Señor, Do tendre-
rnos ventajá sobre los que Ya han
muerto. '6 Cuando se dé Ia señal Por
Ia voz del arcángel y Ia trompeta'di-
vina, el mismo Señor bajará del cie-
lo, Y primero resucitarán los que mu-
rieron en Cristo. '' Después nosotrgsl
426
los vivos, los que todavía estemos,
nos reuniremos con ellos, llevadoé
en las nubes al encuentro del Señor.
allá arriba. Y estaremos con el Señoi
para siempre.
IE
Cuarden, pues, estas palabras y
confórtense unos a otros.
üstedes son h[jos de la luz
ffi' ' ¿Cuándo sucederá eso?
I -' I ¿Cómo será? Sobre esto, her-
manos, no necesitan que se les ha-
ble,2 pues saben perfectamente
que el día del Señor llega_ como un
ladrón en plena noche. 3 Cuando
todos se sientan en paz y seguri-
dad, les caerá de repente la cátás-
trofe encima, lo mismo que llegan
Ios dolores de parto a Ia mujer em-
barazada, y nadie podrá escapar.
4 Pero ustedes, hermanos, ño an-
dan en tinieblas, de modo que ese
día no los sorprenderá como hace el
427
ladrón. 5 Todos ustedes son hijos de
la luz e hijos del día: no sorno§ de la
noche ni de las tinieblas. 6 Entonces
no durmarnos corno los demás, sino
permanezcamos sobrios y despier-
tos. ' Los que duerm€o, duermen de
noche, y los que se emborrachan, se
emborrachan en la noche. u Noso-
tros, en cambio, por ser del día, per-
manezcamos despiertos; revistámo-
nos de Ia fe y de! amor como de una
coraza, y sea nuestro casco Ia espe-
ranza de la salvación.
e Pues Dios no nos ha desünado a
la condenación, sino a que hagamos
nuestra la salvación por Cristo Jesús,
nuestro Señor.' r0 El murió por noso-
tr.os, para gu€,,.dqniertos o dormidos,
vivamos con é1. tr Por eso anímense
mutuamente y edifíquense juntos, co-
mo ya Io están haciendo.
tz Hermanos, les rogamos que se
muestren agradecidos con los que
trabajan para ustedes, los dirigen en
el Señor y los corrig€D. 13
Ténganles
mucho aprecio y cariño por lo que
hacen. Y vivan en paz entre ustedes.
¡4 Les rogamos también, herma-
nos, que reprendan a los indiscipli-
nados, animen a los indecisos, sos-
TESALONICENSES 5
. re No apaguen el Espíritu , to no
desprecien lo que dicen los profetas.
2r Examínenlo todo y quédense con
lo bueno. 22
Eviten toda
-clase
de mal,
dondequiera lo encuentren.
23
Que el Dios de la paz los haga
santos en toda su persona. Que se
digne guardarlos sin reproche en su
espíritu, su alma y su cuerpo hasta la
venida de Cristo Jesús, nuestro Señor.
2o
El que los llamó es fiel y así Io hará.
25
Hermanos? rueguen también por
nosotros. 26
Saluden a todos los her-
manos con el beso santo. 27
Les orde-
oo, en nombre del Señor, flu€ se Iea
esta carta a todos los hermanos.
'u Que la gracia de Cristo Jesús,
nuestro Señor, sea con ustedes.
tqngal a los débiles,.y^telgan pa-
ciencia con todos. 15
C uiden que
nadie devuelva a otro rnal por nial,
sino constantemente procuren el
bien entre ustedes y con los demás.
¡6
Estén siempre alegre§, t' oren sin
cesar.'8 y 9.1 gracias a Dios en toda
ocasión; ésta €s, por voluntad de
Dios, su vocación de cristianos.
. 13. No deben afligírse como hacen los de-
mós. Lot triitianos'dé Tesalónica eran recién
i"ilr"itiá"í y con poca experiencia- Durante
años aceptarón un destino en e[ que todo termi-
;áÚá ¿á-í iá muette; ahora. én cámbio; se des-
piertan cada mañana con la espegrzP de e§c¿-
bar de: la muerte, pues Cristo volverá.pronto y
los [er¡ará al Reino'del cielo. Se inquietan,. pues.
por aouellos que de entre'ellos ya han muerto y
ilue Ciisto no'podrá por lo tanto llernrse con él-
Los que ya desconson. Los que murieron; en
realidaá nó están muertos sino dormidos, y
aguardan el regreso de Cristo y la resurrección-
-IVos
reuniremos con ellos, lleuados en ;los
nubes. Pablo supone que- tanto él como sus lec-
tores estaÉn viüos cuando. regrese Cristo, y por
eso describe el acontecimiento según los esque-
mas culturales de la época-,No olvidemos que
hasta los tiempos de Copémico,rpoco antes de
Galileo, todos los hombrds pehsaban. que el cielo
era un luqar en el universo, muy aniba por enci-
ma de nósotros, y que Dos, aunQue es espíritu,
estaba. allí de alguna manera. -
Estarernos con el Señor para sí.emp¡e. Esto
es lo esencial, y que es siempre ve¡da-der.q, .aun
cuancio se hava-rehunciado a ver a Jesús descen-
áiñd" á iñá-hermosa nube, al son-de.t¡ompe-
tas celestiales. Tenernos ya qlguqa experiencia de
la presencia del Señor en nuestra qida terrena.
peio entonces lo-habrá .más que esa-pr.esencia y
. Este breve rnensaje de esp eranza. deja .en la
sombra algunos interrogantes esenciales. sobre la
resurreccron 'de los mu-ertos. Pablo volverá .más
tarde. v con rnucha mdyor amplitud sobre . este
punto 2n 1 Cor 15. Alll demostrará qqe la; resu-
hección es, e.n primer lugar,.una transformaciÓn
de todo nuestro ser por medio de las energias
oue emanan de Cristo resucitado. -
' Confórtense. unos o otros. t-a manera de ce-
lebrar ios funerales en la Iglesia debe reconfor-
tar a.la familia del difunto y reafirmar la fe eri Ia
. resurrección. No hay pues lugar para expresio-
'nes de desesperahz3; eue fueron desaprobadas
por el mismo Jesús (véase Mc 5,40), y.que son
óomprensibles sólo en los que consideran la se-
oaratión como definitiva- Una'rnisa de' funeral
iin nada de espectacular, donde.se sienta la.fer-
viente oración-de la comunidad y de una familia
- en paz;'produce 'siempre un gran impacto en
Ios que no creen-
o 5.1 Cristo üene de noche, g los creyentes
son hijos de la luz. Hay, a este propósito, toda
una parábola- Los qug- siguen sus malos instintos
perténecen a las tinieblas-y se esconden para ha-
cer el mal- En carnbio; los hijos de la luz son irre-
prochable§, transparentes ante Dios y no tienen
ñada que ocultar. El no creyente duerme sin pre-
ver, mientras que el creyente ügila; por eso le
gusta orar.de. noche, como si aguardara con el
dia la venida de Cristo.
En cuanto a los que murieron, no están real-
mente, muertos sino eue desconsan (10), listos
pará levantarse cuando el Señor vgnga.- Anírnense mutuamente V ediftquénse juntos
(11). [.-a lglesia es ,a cernunidad verdadera que el
creyente ñecesita para crecer en la f" y para'su-
peíar las pruebas.'l-a ayuda de los herhanos se-
iá, en tas dificultades; uña señal del amor de Dios
- Seqún el üersículo 12, después de apenas'tres
mese! de evangelización, esta comunidad ya.te-
nía sus respon§bles. ¿Y las nuestras?
. 19. No opoguen el Espíritu. Una comuni-
dad como ésta, con tan'pocas tradiciones y eR-
señanzas escritas, estaba pendiente de las inter:
venciones del Espíritu. Algunos de esos
cristianos debieron haber tenido el carisrna de
profetas y haber recibido comunicaciones duran-
te las asambleas eucarísticas- Por eso Pablo pide.
que se áprovechen tales mensajes espirituales,
pero no sin antes haberlos examinado, como lo
recordará en 1 Cor L4. Hay .en esto un juego
complejo, pues, por un lado la comunidad se so-
mete al Espíritu que habla por medio del profe-
ta, y por otro debe
-y
también sus dirigentes-
juzgar si realmente es el Espíritu de Dios
Que se dígne guardorlos sin reproche, en su
espíritu, su almo y su cuerpo (23).Ni los judíos,
ni la mayor parte de los griegos coincidían en
nuestra definición del hombre como cuerpo y al-
ma. Hablaban a la vez del,,alma,, que da la vida
al cuerpo y se ocupa de las actiüdades rnateria-
les, y del *espirifu,, eu€ üve de la verdad y de la
L¿ manera de hablar de Pablo, así como tam-
bién Ia de los grandes espirituales cristianos, con-.
firma esta con-epción. Cuando Pablo habla de la
vida profunda de los creyentes, no emplea el tér:
rnino oalma, sino "egpírifu,. ! si bien cuerpo y al-
ma son nuestros, el espíritu nuestro, en cambio,
segun el lenguaje bíblico, es a.la vez nuesbo y de
. Dios: el aliento de Dios en nosotros. No es una
parte de nosotros, sind que es más bien nuestrá
ábertura a Dios. EI hombie no está frente'a Dios
'" corno ante un interlocutgr que l^o mira desde fuera.;
_ para comprender esta relación habría que partir de
la que une a seres que §e aman y qu¿, de algr-rna
manera, üven el uno pEra el otro.
Nuestra alma se expresa de diversas maneras.
en el sueño por ejemplo. En cambio, descubri-
mos nuestro gspíritu a través de nuestra expe-
riencia de Dios. Sólo cuando vearnos a Dios sa:
bremos quienes sornos.
4. La esperanza del día de Cristo era un poderoso estímulo para la fe de los pri-
meros cristianos, pero podía también.llevar a un.nerviosismo malsano. La Igle- '
sia de Tesalónica parece.que se vio afectada por una enfermedad bastañte fre-
cuente en los grupos minoritarios y perseguidos: la e§pera del fin del mundo que
resolveía todos los problemas, una espera que en esé momento no hacía más
que peturbar la vida cristiana.
.En su carta Pablo trata de apaciguar a la comunidad. Pero, ¿será verdadera-
mente Pablo quien habla en está carta? Muchas dudas se han susiitado al respec-
to: ¿por qué esta segunda carta, ap¿rentemente tan próxima a la primera? La pri-
mera parte no parece ser más que un remedo dé diversos párrafos de la carta
anterior, y la única cosa clara y novedosa es la advertencia sobre Ia vénida del
Anticristo y la hora del Juicio. Como a primera vista esta advenencia parece
contradecir a la primera carta, en que se aguardaba Ia venida próxima del Señor,
muchos intérpretes afirman que esa carta no e§ de Pablo, sino que'un autor pos-
terior quiso decir en vez de éI ló qúe Pablo no había dicho en su momento.
La realidad es que las dos cartas a los Tesalonibenies formaban parte de las
colecciones más antiguas de las cartas de Pablo, con la particularidad de que, al
igual que las dos cartas a los Corintios, no fueron nunca publicadas separada-
men¡e. En el caso de las cartas a los Corintios, es fácil ver que la segunda inclu-
ye diversos fragmentos de ot¡as cartas que Pablo les había enviado en otras oca-
siones. Los responsables de esa lglesia habían combinado todo lo que les parecía
'más intere§ante y más adaptado para una lectura pública y lo habían enviado a
las demás Iglesias como una sola carta.
En el caso de Tesalónica parece'que tomaron de uno ó. dos mensajes de Pablo
el contenido.de los capítulos 2 y 3 de esa "segunda.carta" y.les dieron la foma
de una verdadera carta haciéndolos preceder por uD primer capítulo imitado de
Es fácil ver que el'motivo ceqi¡al Qe la cáha, que es.frena¡ la espera histérica
de la venida de Cristo en el capítulo:2,. iro contradice 9n n4Qa'lo q.ug Pablo decía .
en lTes 4,14'sobre la resurreccióá: el párrafo que seguía (lTes 5,1) no sugería la
venida inminente de Cristo; ¡inci,.q¡ré por el contf-ario Pablo gueía mántener la
esperanza sin desviar la aténción de la vida corrie¡ie. .
be todos modos,- la cirrta ha sido reconocida por la Iglesia desde el segundo
siglo como tradición apo§tólica; eS por:tanto palabra de Diog 1t.lapa un,pequeño .
agujero en el conjunto de la revelación. Nos'.invita a no dejarnos impresionar,
éomo se ha dado en el transcurso de toda la historia, perlos rumores dé revela-
ciones, de tragedias y dei fin de mundo.
429
fíl' ' Pablo, Silvano y Timoteo a
I r I la lglesia de los tesalonicenses,
congregada en Dios nuestro Padre y
en Cristo Jesús, el Señor:
2 Reciban gracia y paz de Dios Pa-
dre y de Cristo Jesús, el Señor.
3 Debemos dar gracias a Dios en
todo tiempo por ustedes, hermanos.
Es justo hacerlo, ya que siguen pro-
gresando en la fe y crece el amor de
cada uno a los hermanos. ' Nosotros
misrnos hablamos de ustedes con
orgullo en las Iglesias de Dios por-
que se mantienen firmes y guardan
su fe en medio de todas las persecu-
ciones y pruebas que deben sopor-
tar. 5 Estas han de ser para ustedes
una muestra del justo juicio de Dios,
pues deben mostrarse dignos de ese
Reino de Dios por el cual ahora pa-
decen.
Eljuicio y la venida
2-TESALONICENSES 2
fieste glorioso y venga del cíelo rode-
ado de su corte de ángeles. I Enton-
ces la llama ardiente éastigara a /os
que n? Leconocen a Dios y no obede-
cen al Evangelio de .Jesús, nuestro
Señor.
e Serán condenados a Ia perdición
eteTr,a,
J.jos del rostro del Sénor y de
su GIoria irresistible. r0 Vendrá aquel
día para ser glorificado en sus santos
y para que todos admiren su obra en
los q.ue creyeren, entre los que están
ustedes, que acogieron nuestro testi-
rnonro.
I I Estos son nuestros pensamientos
en todo momento mientras rogamos
por ustedes: que nuestro Dios lós ha-
ga $ign.gs de su llamada y que, por su
pocier, lieve a efecto sus büenos pro-
pósitos, haciendo que su fe sea aitiva
y eficiente. '2 De e§e modo el nornbre
de Jesús, nuestro Señor, será glorifi-
cado a través de ustedes y uste?es lo
serán en éi, por gracia de ñuestro Dios
y de Cristo Jesú§, el Señor.
d' Pero hablernos, herrnanos,
I L' I de esa venida de Cristo Jesús,
nuestro Señor, y de nuestra reunión
. 6 Pero también es justo que Dios
devuelva sufrimientos a los persegui-
dores ' y que a ustedes, los persegui-
dos, Ies dé el descanso con nosotros
el día en que el Señor Jesús se mani-
. o t.1 Encontramos aquí los rnismos temas.que
en 1 Tes. Una comunidad persequida. La báse
de la vida cristiana que don lá fe, Ia esperanza (o
perseverancia) y el amor, H Día de Cristo.
. 6. Cuando los apóstoles -se dirigían a los'pa-
ganos, insistían en eljuicio de Dio§ [Rom 1,18;
H 17,31). Los paganos, en efecto, no tenían
idea de un tal juicio-, pues todo-el más allá se les
escapaba. Deüe haie casi un siqlo ha existido
tam6ién entre nosotros la tendenc-ia a pasar por
alto el juicio: corno re4cción a varios,siglos'en
que ocúpó un lusar excesivo. unido al rñiedo a
cástigos. Pero de-hecho, la evangelización de los
paganos modemos, cuya cónciencia no ha sido
ni siquiera despertada en la familia, exige que se
hablej como en tiempos de Páblo.
r
Saber que el. bien y ?l mal existen, qu.g la üda
prep.era ,una salvació? (o gna pérdida) definitiva y
que Dios juzga a los hombres. es una bas e oece-
saria pará lJ vida cristiana.. Muchos tratan justa-
mentd de huir de'esa veidad, dicierido,'por áiem-
plo, que Dios es sólo drnor; o imaginándose una
serie de existencias en las que siempre podremos
recuperamos.
Es justo que Dios deuuelua sufrimientos a
los perseguidores. No olüdemos que las cañas a
los Tesalonicenses son las más antiguas de Pablo.
Si bien era su. deber recordar. el juicio, como Io
habían hecho, los.profetas y el rnís-o i"rir:-"iá
difícil,que Pablo hubiera váciado su lengLájt d;
todo Io .que expresa una sed de justicia üor"ntu.
Esta üolencia en contra d9 los málos ha sidoly Io
es todavía en rnuchas religiones) un apoü" á iá
f.g, ppyo^.]gsús nqs invitó a?gsp¡ándeább a".liá(Mt 13,29).
, En gl dí,a que:uqyga del.cielo.,. En tiempos de
Ios apóstoles se creía que el Día del señor üendria
pronto. y todos pensaban que el ,Juicio r.rniverá
inauguraría el reino de Dios-Padre (1 Cor lS,Z4).
Ahora suponemos que no es tan inminente'v'Dre-
ferimos pensar en el juicio de cada uno en ál iño-
rnento de su muerte: sl .juicio particular,.
...., :.
o L 1.¡Yo.se osusten....En Tesalónica sucedía.
ig que es frecuente en toda .o-uñiául r"-riá-"üi
da, se daba la tendencia a er¡adirse de tá üaá're-
al- corrían rLrmores de que la,venidu, á"tóriió
estaba muy cerqana y la esperan?a se convertía
en histeria. Por eso Pablo recuerda algunás v€r=
dadesqúe' no son totalrnente:ou€r,/os, pu"jZt A;-
tigqo Testamento había hablado más de una vez
de las crisis gpg p.recederían a] Juliio. Ná J"d¿:
rnos tomar al pie de la letra todo lo que los órofá-
tas habíán dicho al respécto, pues habhtan con
imágenes propias de su tiempó. S¡n embargo, to-
5. ).. ,.
2-TESALONICENSES 2
con é1. Les rogamos 2 que no se de-
jen perturbar Ian fácilmente' No se
asusten por manifestaciones del Es-
píritu, o Por rumores, o Por algu1.a
carta qué Pasa P.ol nuestra, que di-
cen qu'e el'día del señor es inminen-
te.
3 No se dejen engañar de ninguna
manera. Primero tiene que producir-
se la apostasía y aParecer el adver-
sario dá ta reliqién, el instrumento de
la perdición, i él rebe,lde que se Pone
por encima de todo lo. que es. consi-
derado divino y sagrado, qYe incluso
pondrá su tronb en el temPlo de Dios
Para mostrar que él es Dios'
5
¿No recuérdan que :e -!o-
decía
cuañ¿o estaba con ústedes? 6 Uste-
des saben qué es lo que ahora lo de-
tiene, para que sólo se manifieste a
su deÉido übmpo. ' La fuerza anti-
rreligiosa ya está obrando secreta'
menIe, peío falta que desaparezca el
que la' ietiene. I Entonces se mani-
fbstará el adversario, a quien el Se-
. ñor ha de barrer con el soplo de su
X:"tf"i Í'n,tJ#erri
b a rá c u a n d o ven -
v e Al présentarse este sin-ley con
430
el poder de Satanás hará milagroP,
señales y prodigios al servicio de la
mentira i0 para engañar y Pervertir a
todos los que han de Perderse, a Ios
gue no aceptaron el amor de la ver-
ciad gue los habría salvado. ¡r Por
eso Dios les está enviando las fuer-
zas del enqaño, dejando que crean
en ia mentlra. '2 Así serán condena-
dos al fin todos los que no quisieron
creer en Ia verdad Porque les gusta-
ba más el mal.
Perseveren en la fe
. 13
Pero nosotros tenemos que
dar gracias en todo momento Po-r us-
tedel, hermanos amados Por el Se-
ñor, pues ustedes ?on la Parte de
Dios y fueron elegidos Para. q.ue se
salvaían mediante la fe verdadera y
fueran santificados Por el EsPíritu.
14
Con este fin los llamó mediante el
Evangelio que Predicamos, Y^l9s
destiné a comPartir la gloria de Cris-
to Jesús, nuestro Señor.
'1 Por lo tanto, hermanos, mantén-
ganse firmes y guarden fielrnente las
lradiciones que les enseñamos de
431
palabra o por carta. 16
Que los anirne
el propio Cristo Jesús, nuestro Señor,
y Dios, nuestro Padre, que nos ha
amado dándonos en su misericordia
un consuelo eterno y una esperanza
feliz. '' El les dará el consuelo'interior
y los hará progresar en todo bien de
palabra o de obra.
f2 I ¡ Por Io demás, hermanos, rue-
L:¿J guen por nosotros, para que Ia
palabra del Señor prosiga su carrera
y reciba honor, corno pas.ó .entre us-
íedes. ' Qué ó¡os nos'Iibre' también
de los individuos indeseables y ma-
Ios, ya que no todos creen.
3 El Señor es fiel: a ustedes los for-
talecerá y preservará del Maligno.
o Tenemos absoluta confi anza en el
Señor de que seguirán haciendo lo
que les mandamos, como ya lo ha-
cen. ' Q,ue el Señor fije sus corazones
en el amor de Dios y la perseveran-
cia de Cristo.
Q,ue,todos trabajen
o 6 Hermanos, les ordenamos en
nombre de Cristo Jesús, el Señor,
q.ue se aparten de.todo hermano ql:e
viva sin control ni regla, a pesar de
las tradiciones que les transrniilmos.
7 Ya saben cómo tienen que imitar-
nos, pues :n9 vivimos sin 'control ni
regla mientras estuvimos entre uste-
2.TESALONICENSES 3
des. I No pedirnos a nadie un pan
qug no hubiéramos ganado, sino que
trabajarnos duramente noche y ilia
hasta cansarnos para no ser una car-
ga para njnguno. t TenÍamos, por su-
puesto, el derecho de actuar en otra
forma, pero quisirnos ser para uste-
des un modelo que imitar.
ro
Además, cuando-estábamos con
ustedes les dijimos c_lafamente: el
que no quiera trabajdr, que támpoco
coma. 'r Pero ahora hemos oído que
hay entre ustedes algunos que yiven
sin control ni regla y no hacen nada,
muy ocupados en meterse en todo.
12
A ésos les mandarnos y les roga-
rnos, por Cristo Jesús, nuestro Se-
ñor, que trabajen en paz.y se ganen
el pan que comen. 13
Por su parte,
hermanos, no se cansen de hacer ei
bien. 'o Si alguien no obedece lo que
les mandamos en esta cartá, señá-
Ienlo y no tengan más,trato'con é1,
para que se avergüence. ¡? Pero no Io
consideren como enemigo, sino co-
rríjanlo como a hermano. , :
16
Que el Señor de la paz les dé su
paz en todo tiempo y en,todo. Q,ue el
Señor esté con todos ustedes.
t7 Este saludo es de mi',propia.rna-
no: Pablo. Es la contraseña en tbdas
mis cartas. Esta es mi letra.
rB
Que la gracia de Cristo Jesús,
nuestro Señor, esté con lodos ustedes.
dos ellos concordaban en anunciar tiempos muY
áifLid para Íot .t"yentes y un triunfo casi total
áá br eáemiqos de Dios en un primer momento.
Jesús no los ñabía desaProbado.
Tiene que produclrsg la apostosío,..- Antes del
,"or*o-aáÓñrt" habrá una "apost?síP,, es decir.
un-abdndono de la fe a escala mundial'
.-.y aparecer el aduersorío de Ia religiÓn',E-s
ciertó oue se han encontrado anücristos en'todos
b; ;isÉ;, 1-¡á2,r9. Al final, sin embarsg,,hlbra
un an-ticristo más tipico que todos los que lo han
árecedido. Cristo vólverá en el momento en que
ia Iglesia parezca vencida
út"a"r saben qué es lo que ahora Io detiene
(6). Tal vez la sabian ellos,lP?Io la cosa es para
nosotros m.ry oscura. Para Pablo, la opostosío es
F á¿ lát
"ááones
ya convertidas al Evangelig:-Y
iá lü"iiá áZi rnut úa está actuando en ellas (7)'
ituió-L. ñtáUte que Pqplo. siguiera el'pepsg;
miento dé autores «apocalíptico*:, ?lgYnas ooras
ilü;:"J"rl"rrnun parte de la Biblia (entre ellos
f-uouiát Sg-gg. Daniel 2-10); cada crisis aconte-
; ñ'ái áttn""io fi¡ado po; Dios, v cada actor
de la historia dura dl tiempo.que necesita para
cumplir el bien y el mal que lleva consigo'
Dos accioneino se han llevado a cabo todaüa;
, 1"" t.l ,á iat que el Evangelio ¡ggrbra lqptas
(Mc13,10 y 14): Ia proclamaciÓn del Evalgel'o,,q
iur ¡uéio.ár, eá-deiir, primero a los pueblos del
imoerio romano, V la culminación de la crisis ju-
áiul tu que debia 3er la destrucción de Jerusalén
álLi anb 70. La no realización de estos dos he-
áh"J es a lo mejor lo que, según Pablo, detiene la
venida del anticristo-
Pablo no podía ni sospechar gue el ,'I'-eTP9.pe
las nacionesi mencionado por Lucas (21,24) iba
u áúár iantos siglos; para. él era sólo cuestió.n de
ánór.-netengamós siri embargo .su manera de vi-
iüJüur el fiñ del mundo: todo Io que hay en la
historia humana debe madurar; la historia acaba-
rá en una última aventura inspirada por un.orgu-
ito ¿iuuolico; la fe o la negación del Er,angelio se-
iár,t"i centró de la confroñtación mundial
Dios les dirige los ÍYyzas d.el engrño,--(11) Es-
to no quiere decir que Diot 9Yi?t1"]-n*-
sino que
una vez rnas encoñtramos este modism_o hebreo
árá a"Ueria traducirse: Dios deja que lleguen a
d[os. Deia sin defensa frente a [os erores a los
áüá-r"ináL" h h,rz; Por.eso..¡cuáñta credulidad y
supersticiones hay actualmente en medios que se
óiá"" demasiado inteligentes para creert
. 13. Al igual que en 1 Tes 4, Pablo invita g la
Iqlesia a seáuir ius instrucciones y sug reglas.
Vuáir" a trat-ar con mayor seve¡dad la obligació.n
áá trabaiar (1 Tes 4,11): si todos trabajaran, la
áómunidád estaria más equilibrada.
3.6 F¡ense en el término tradíciones. [-as tra-
diciones son las cosfumbres y las enseñanzas que
se transmiten de una geneiación a otra. Cada
comunidad tiene sus costumbres, sus ritos y su
modo de üda que se deben adoptar al entrar en
ella. ' ' :
Jesús había condenado la importancia excesir¡a.
que los fariseos daban a, sus propiqs tradiciones,
hasta el punto de anular los mandamientos de
Dios (Mc'7,5). Pero durante toda su vida'con los
apóstoles, les habia enseñado una determinada
manera de orar, de actuar y de üvir en comuni-
dad. No somos ángeles. sino que lo más espirifual
de nuestra üda se expresa conforne a las imáge-
nes, a las fórrnulas y a los gestos que hernos he-
redado de nuestros-padres y de nuestra culfura.
Bto es lo que hace necesarias las formas de la li-
turgía'y de la üda comunitariá en la lglesia: 'éstas
deben.educar y amoldar nuestra persona, ouo
cuando diiieran según los lugares, hs tiempgs, y
la composición soéial de la io*unidad. ei aeci?
'que la Iglesia es .católicá, ó sea' universal, quere-
mos expresar. que ella,üerre. una respuqsta, y rnás
cie una respuesta, para, cada uno de los ambientes
humanos, en cualquier cultura que sea.
Véase también uTradiciones y Tr:adición" en
comentario a Mc 7,1-14:,