BIBLIA CATOLICA, NUEVO TESTAMENTO, CARTA A LOS HEBREOS, PARTE 19 DE 27
1. TITO 3
' Pues también nosotros fuimos de
esos que no piensan y viven sin dis-.
ciplina: andábamos descarriados,
esclavos de nuestros deseos, bus-
cando siempre el placer. Vivíamos
en la malicia y la envidia, érames
insoportables y nos odiábamos unos
a otros. o Pero se manifestó la bon-
dad de Dios, nuestro Salvador, y su
amor a los hornbres, t pues no fue
asunto de obras buenas que hubié-
ramos hecho, sing de la misericor-
dia que nos tuvo. El nos salvó por el
bautisrno que nos hacía renacer 6 y'
derramó sobre nosotros por Cristo
Jesús, ñuestro Salvador el Espíritu
Santo que nos renovaba. 7 Habiendo
sido reformados por gracia, espera-
mos ahora nuestra herencia, Ia vida
eterna
. I Una cosa es cierta, y en ella
debes insistir: los que creen en Dios
han de destacarse en el bien que
puedan hacer. Ahí está Io bueno y Io
que realmente aprovecha a la socie-
450
dad. e Evita, €D cambio, las cuestio-
nes tontas, las genealogías, Ias dis-
cusiones y polémicas a propósito de
la Ley; no son ni útiles ni importan-
tes.
ro Rgprende 9l gue, defo,rma el
mensaje. Después de dos adverten-
cias romperás con é1, " sabiendo que
es un descarriado y culpable que se
condena a sí mismo.
r? Cuando te mande a Artemas o a
Tíquico, date prisa en venir donde mí
a Nicópolis, pues decidí pasar allí el
invierno. 13
Toma todas las rnedidas
necesarias para el viaje ciel abogado
Zenas y de Apolo, de rnodo que nada
les falte. 'o Y que los nuestros apren-
dan a moverse apenas se presente
alguna necesidad, eD vez de quedar-
se como unos inútiles.
rs Te saludan todos los que están
conmigo. Saluda a los que nos aman
en Ia fe:
La gracia sea con todos ustedes.
de la lglesia debía prolongarse, era nqcesario que
el cristiano diera en ese mundo el ejemplo de una
vida ordenada y justa. Y corno la obediencia'era
entonces el pilar de la üda farniliar y social, el au- -.
tor pedía qüe la obediencia. del cráyente üniera
del cora zón-'
Sería fácil hablar de contradicciones o dé opor- ':
tunismo en la enseñañza del Nuevo, Téstamehto, :.
pues aquí se habla de lealtad social y vi¡-tudes fa-
iniliares y allá de ignorar hasta a su'padre y a §u
madre. Peio en realidad lo uno no se opone'a lo
otro.- Obediencia que viene del corazón, siernpre.
que esto no se oponga a la voluntad de Dios; p9:
ro:rechazo de cualquier depéndencia .cuando una
autoridad humá,1¿ pretenda reemplazar a Dios', "
ignorando la conciencia y. los derechos le las ,
personas.
Aquí se insiste en las ürtudes sociales; lo mis-
mo había sido en 2,5: 2,lO y tamb!én .en 1 Tim
.'t,.l' .. . . .
. 8. Al que defoy;ma el Áensgje-(l0). El texto
griego usa _una palqbry qlte siqnifica ,iseleccio. '
nar», y que se puede traáucir Indiferentemente
por "s-ectás, o .*herejías,. En vez:de.aceptar la fe
lal corno la transmite la Iglesia, ei-rhereje escoge
lo que persónalmeñte le [arece.más importante
y mejor.. Rechaza una parte del mensaje y; ju¡rto
con ius discípulos, abandona.la Iglesia para for-
mar su propio grupo.
' Al'pr'efenr rI p;t pio d'iscáriirni.r,to a la doc:
trina ile la Iglesia, pierde la actitud profunda':de
la fe y destrüye lá ünidad del Cuery'o, de Cristo,-
aun cuando haya sabido preservár la mayor par-
te del mensaje ' , -
En tiempos de los apóstoles se calificaba de Hebreos a los judíos que vivían
en Palestina, a diferencia de esa mayoía de su pueblo que había.enúgrado a
diversos países, por todo el Imperio Romano. Esta carta está dirigida a las comu-
nidades cristianas de Palestina que se'habían formado conjudíos de raza después
de Pentecostés.
Como discípulos de Cristo habían sido perseguid.os, y a algunos les habían
sido confiscados los bienes. Ya no tenían nada en el mundo y debían darse
ánimo unos a otros con la conviccióñ de que, al fin de su exilio, encontrarían la
verdadera patria a donde Jesús se había ido después dé sus sufrimieirtos. Volvían
así a encontrarse en la situación de sus antepasados hebreos que habíari vivido
en el desierto, aguardando y buscando una tierra promtitida.
No será difícil ver que esta carta se dirige a personas familiarizadas con el
Antiguo Testamento; podría tratarse de sacerdotes judíos que habían reconocido
a Jesús como el Cristo y que pasaban entonces por uná criiis.
' Siendo sacerdotes, él Templo había sido toda su vida:hasta ese momento;
ofrecían sacrificios y reci§ían en paga i¡na párte de los animales ofrecidos. Pero
ahora, no solamente habían sido excluidos y expulsados del Templo por los judí-
os, sino que de cualquier modo Cristo los había reemplazado
Creer en Cristq significaba reconocerlo como el nuevo Templo, del que el
edificio sagrado de Jerusalén no era más que figura. El, laico, había orgánizado
su Iglesia sin tomar en ci¡enta el sacerdocio de los <üijos de Aarón>>, los sacer-
dotei judíos, pues él y sólq él es eI sacerdote, el que pone ri los hombres en con-
tacto con el Dios santísimo. :
De ese modo Cristo les había quitado tanto su trabajo como su razón de ser.
Por bso a veces esos hómbres, que habían conocido a Je§ús en sú.existencia
huinana, habrián sentido la duda: ¿acaso todo ha cambiado a causa de él?
Para confirmar su fe, esta carta les muestra-que la religión judía; con sus cere-
monias grandiosas en el Templo de Jerusalén, no era más que la imagen de algo
más grande. El perdón de los pecadós y la religión en espíritu; a§piración'de
todo el Antiguo Testamento, debían ser la obra del sacerdote áuténtico de toda la
humanidad, Jesús, el Hijo de Dios. Ya no hay otro sacrificio.fuera del suyb,
sacrificioquecoirrienzaen,Iacruzyterminaenlagloria.
[No hay también muchos .ÉJebreos, o personas desarraigadas en el.mundo de
troy? Los enfermos que no tienen esperan2a, los cris¡ianos persegüidos, los que
no'aceptan la injusticia ni la mediocridad de.la sociedad. Aunque muchos de
ellos no-comprendan todos Ios argumentos o las citas bíblicas que.llenan estas
páginas, estacartá los animará en su fe.
2. HEBREOS 1 452
Por otro lado, la palabra sacerdote ha tomado una impon4ncia tal en la Iglesia que
no esrá de miís examina¡ aquí el texto bíblico que ha profundizado más el sentido del
sacerdocio y su reorientación por el hecho rnismo del sacrificio de Cristo.
Esta cartá fue escrita desde Roma, tal vez hacia el año 66, cua1d9 se anunciaba la
gueffa en Ia que iba a .ser destruida Jerusalén. Eran también los últimos meses de la
ii¿u ¿e pabloi él estaba prisionero en Roma por segunda vez. Esta carta no es extraña
al pensamiento de Pablo, pero él no la gsgribió- Es muy posible que su-autor haya sido
Apolo, mencionado en Hechos 18,24-28, «hombre muy versado en las Escrituras y
que demostraba por las Escrituras que Jesús e§ eI Mesías»'
a nuestros padres Por medio de los
profetos, 2 hasta que en estg.s días,
qu" son'los últirnoi, nos habló a no-
sotros por medio del Hijo, a quien hi-
zo destinatario de todo, ya que por él
dispuso las edades del mundo-
t E,i es el resplandor de la Gloria
de Dios y la irnpronta de su ser-
EI, cuya palabra Poderosq rnantig-
ne el univeiso, también es el que Pu-
rificó al mundo de sus PecadQS, Y
Iuego se sentó en los cielos, a la de-
recha del Dios de majestad.
o
Ahora, PL¡es, é1. está tanto más Pot,:
encima de los ángeles cuanto más
excelente es el Nombre que' recibió.
' I En diversas ocasiones Y ba-
jo dlferentes forrnas Dios habló
5 En efecto, id qué ángel le dijo
Dios jamás: Tu eres mi Híio, Ao te he
dado Ia uida hoy? ¿Y de qué ángel
dijo Dios: Yo seré Para Sl-
"ry
Padre. g
é[ será para mí un Hyo? 6
Al introdu-
cir a[ Piimogénito en el mundo, dice:
Que lo adolen todos los ángeles de
Dios.
Tratándose de loq ángeles, €o-
'
contramos p a Ia bra s como ésta s:
Dios enuía a sus Qngeles como espíri'
tus, a sus seruidoreÉ como llamas ar-
díentes.--;
Álii¡o, e0 cambio, se le dice: ru
trono, oh Dios, pqrmanece Pior slEr¿os
U síglos, y tu gobierno es gobierno de
jusítcta, í Arl1s Ia iusticía. U ilborg'-ces
l.a maldad; Por eso, qh Dios, tu
o I :1 Este capítulo nos rnues!¡a- a Cristo su-
oeriol á los ánqáles. porque es el Hijo de Dios. '
V¿áse la mismá polémica en Col 1,15-20 V en
El t ,2-23. Antes'del nacimiento de Jesús; el Hi-
i" ájtuUa en Dios. resplandor de -la Glario del
Padre, Dios de Di,os, lüz d9 lu1, "imagen' inüsi-
Ute aei Dios: inüsible; .Palabru,; ó Expresión del
ser secreto de Dios (Jn 1,1-14I. ' .. .
- -
Esta comDaracióñ de Jesús con los ángeles
ouede tal ve'2 sorprendemos (corno en Ef I y en
Cot'f). Perg p?á los creyentes-de'ese tiempo
bastaba con cónternplar la haturaleza para
'sentir,
ción, la presencia activa de sere§ cósmicos quq-sg
llamabañ ánqeles. que repartían' las.' riquezas diü-
;á4.-E" la mTsma'niedida en que todo el Antiguo
Testamento había luchador en contra' de los dio-'
ses de la-'naturaleza, Dios habia sido puesto por
encima, muy en alto y lrasta se abstenían de pr9-
nunciar su nombre. Había,' pues''como un vacio
entre Dios y ellos, y los e.sRíritus celestes ocup-a-
6án este eípacio,l'líaciéndóse los agentes de. las
continuas nianifestaciones de la proüdenciá diü-
na en favor nuestro. ' .
lo hebr€o;' -pe|o atribuían'conscientemente a
Cristo .r. gtah número de palabras que. se dirigían
a Yahvé-Dios. Esto bastaría para destruir'lo que
'alqurios dicen hoy,' que solamg¡rte QerLel tiempo
se"consideró a Jesús como el Hiio de Dios y ple-
namente Dios. v que 'los apóstóles al coml enzo
sólo lo veíán:'coño ún Mesía-s y salvador-'
453
Dios te consagro con oleo de alegria,
con preferencia a fus comPañeros.
¡o
Y también leemos: Tú, Senor, en
el pnncípío pus¿s¿e la tterra sobre sus
bases, y /os cielos son obra de tus
manos. r' E//os desaparecerán, pero
tú permaneces. Serán par? ti como
un uestido uíejo; t2 /os do blarás como
una c?Pa, A /os cambiarás. Pero tú
eres. stempre el mismo g tus arios no
*'!';Tffiifi':.
sus ánseres dijo
Dios: Sié ltate a mí dereéha has'ta
que ponga a tus enemigos. corno tarí-
ma de tus píés.rt Pues ¿no son todos
ellos espíritus de servicio? Y reciben
una misión para bien de los que reci-
birán la salvación.
ft ' Por eso debemps prestar más
LA atención al mensaje que €scu:
chamos, no sea que vayamos a la de-
riva. 2
Miren cuán inflexible era la Lgy
entregada por los ángeles, pues todá
falta o desobediencia recibía su casti-
go. ' ¿Cómo, pues,.escaparemos no-
sotros, si despreciamos semejante
salvación? EI Señor mjsmo Ia procla-
mó primero y luego Ia confirrnaron
aquellgs que !e oyeron. o
Dios ha con-
firmado su testimonio con señales,
HEBREOS 2
p-rodigios y milagros de toda elase,
sin hablar de los dones del Espíritu,
que reparte como quiere.
. 5 En efecto, Dios no sometió a
ángeles el rnundo nuevo del cual es-
tamos hablando. 6
Alguien dijo'en al-
gún lugar: ¿Qué es el hombre para
que te acuerdes de é1, el Hijo del
hombre para que Io tornes:ei cuen-
ta? ' Por un momento lo hicíste rnás
bajo que los ángeles y luego lo coro-
n?ste.de gloria g honor; E todo Io pu-
siste bajo sus pies.
Como ven, todo le ha sido someti-
do, y no se hace ninguna excepción.
Es verdad que, por el momento, ño
se ve que todo le esté sometido,
1 pgro ei texto dice: por un ryomento
lo hiciste más Dajo qlte, Ios ángeles,
Esto se refiere-a-Jeiús, que, éomo
precio de su muerte dolorósa, ha si-
do coro nado de gloria y honor. i.-
Por gtacia de Dios experimentó Ia
rnuerte de todos: '0 Dios, del que viene
todo y qqe actúa en todo, quería intro-
ducir en la Gloria a un gran número de
hijos, y Ie pareció bien hacer perfecto
por medio del sufrimiento á[ eu€ s€
hacía cargo de Ia salvación de iodos;
I' de €ste:-modo el que.comunicaba lá
santidad se identificaría con aquellos a
'
. 2.5 EI autor acaba de reafirrnar la divinidad
de Cristo, pero inmediatamente va a tomar otros
textos del Antiguo Téstamento que hablan del
hombre,. del "hijó del hombre,, como se dice en
hebreo, y una vez más los aplica a Cristo. Es que,
en el designio de Dios, el Hornbre y Cristo son
una sola réahdad, y estámos llamadds a compar-
tir todo Io que él ha sido, y la'gloria adonde ha
- El mundo nueuo (5). 'En realidad, él texto dice:
el rnundo por venir., Pero no se trata del porvenir
o del fin del mundg, slno que es.el üerñpo que
esperaban los,profetas y que ha:comenzado con
Ia resurreqción-de Cristó, B llamado ,.[os últimos
tiempos? en.Tim 4,1. El mundo nuevo gs aquel
en el que se encuentra Cristo resucitado,'y ya'es-
tá a nuestro alcancb; por eso. el creyente que vi-
ve según .el espiritu, experimenta constantejmente
realidades que n'ó son de esta tier¡a, aunque al
cornienzo'no haya sido consciente 'de ello.
Toda'la historia de Jesús es, pues, la suya y la
nuéstÉ a la.vez. .Le pareció bien hocer.perfecto
poi medto del sufrimíén'to ol que se-hacía cargo
de la saluacíón de'todos (10), No hay otro cami-
no fuera del camino de la cnrz para liberar a los
hombres; por eso, los que quieran liberar a sus
hermanos tienen que ser probados.- No hay tam-
poco otro camino pe¡u rnádurar, sea que sá trate
de personas o de pueblos- ' :.-l
Én la cruz es dóndé debemos descubrir el arnor
del Padre por su Hijo. pues no lo condenó a su-
frir en medio de los hornbres. sino que lo llamó a
s€r, por
'el
sufrirniento. el Sah¡adof y el modelo
de todos los hombres.
Experimenló esta misma condicíón (14),
Dios se sirve de la solidaridad hum¿¡1¿ 'p¿rá sai-
ramo§. Cristo nos salva compartiendo:la ,oini v
lo songre, y el desüno de loi hombres. De iguál
modo, sonios sal"rados. cuando acéptamos ésta
dependencia,y solidaridad. Trgbapr codo a, codo
con los demás, sufrir y regocijamos con ellos es
la .condición para saliárnos. Todos 'soñamos
con
escapar de. esta condiqión humana, de áá d;-
pendencia que. es.tan fuerte en mui:hos.barrios
urbanosi.pues tenemos,la impresión de que,
cuanto"más independientes séamos, tanto más se
desarrollará nuestra pgrsonalidad. Pero eso es só-
lo una ilusión: la dependencia en los détalles de
la üda cotidiana es el medio por el que'Dios dé=
sea que «nos hagamos cargo de la raÁ humana,.
3. HEBREOS 2
Ios que santificaba- Por eso él no se
arergüenza de llamarnos herman-o:,
cuanáo dice: '2 Señor, Ao anunciaré tu
nombre a rnis hermanos, te celebraré
en medío de la asamblea-'1 Y tarnbién:
lvlantendré mí confiartza en Díos - Aquí.
estog Ao A los hYos que D[os me ha da-
do.
14 Puesto que esos hijos son de
carne y sangre, Jesús también com-
partió'esta
-misma condición Y, al
morir, le quitó su poder al que reina-
ba por médio de la muerte, es decir,
al diablo. '5 De este modo liberó a los
hombres que, Por miedo a la muerte,
se pasan lá vida como esclavos-
't Jesús no vino Para hacerse car-
go de los ángeles; 'sino de la raza de
Ábrahán. '' Pbr eso tuvo que hacerse
semejante en todo a sus he1man9s, Y
lleg ó- a ser el sumo sacerdote lleno
de-cornprensión, pero también fiel en
el servitio de Dios, que les consigue
el perdón. 't El mismo ha sido proba-
do'por medio del sufrimiento,.Por eso
es tapaz de ayudar a aquellos que
son puestos a Prueba-
Cristo vino como un nuevo Moisés
[{;l ' I Hermanos santor,' qr" gozan
L2J de una
-vocación sobrenatural,
fíjense en {esús, €1, após}o,l, y sumo
sácerdote de nuestra fe; 2 él merece
la confianz¿i d€, Dios que le'dio este
cafgo, lo mismo qqe'la méreció Moi=
sés-en la casa de Dios
' En realidad
454
Jesús aventaja en mucho a Moisés,
pues no hay comparación entre una
casa y.el que la construye. o Toda
casa necesita un constructor, y hay
un constructor de todo, que es Dios.
5 Moisés actuaba en toda Ia casa de
Dios como fiel servidor, dando a co-
nocer lo que le habían dicho. 6
Cristo,
en carnbio, está en su casa como el
Hrjo, y nosotros somos la gente de su
casa, con tal que sigamos esPerando
con firmeza y entusiasmo
7 Escuchemos Io que dice el Espí.
ritu Santo : Ojalá escuc hen hoA la uoz
del Señor; 8 no endurezcan su cora-
zón, como ocurrió en ei día amargo,
el día de Ia tentacíón en el desíerto,
e cuando me tentaron sus padres, ffi€
pusíeron a prueba A ui.eron mis prodi-
gíos'o durante cuarenta años.
Por eso me cansé de aquella gene-
racíón g dlje: ,Síem pre andan q.tra-
uíados,- no han conocido mis camí,'
nos. tr Me enojé A declaré con
íuramento: No entrarán jamás en mí
'lrga, de d.escetrtso»,
f' cridado, hermanos, que no haya
entre ustedes alguien de mal corazón
y tan incrédulo como para apartarse
áel Dios vivo. tr Más bien anímense
mutuamente ca'da día, mientras dura
ese *f¡6y,,; que'ninguno de ustedes se
deje aríastrár por él peqado y llqgup
á éndurecerse. 14
Hemos pasado a
ser solidarios de Cristo, peio con lal
de gue mantqngg.nos lrasla 9.1 fi¡
nueitra'tonvicción del PrinciPio.
455
'5 Fíiense en lo que dice la Escritu-
ra: Cjalá escuchen hoA la uoz del Se-
ñor; no endurezcan su corazón, como
ocurrió en el día amargo.
16
¿Quiénes son esos que, después
de haber oído, amargaron a Dios?
Todos los que salieron de Egipto
gracias a Moisés. 17
¿Contra quiénes
se indignó Dios durante cuarenta
años? Contra Ios que habían pecado,
por Io que perecieron y sus cadáve-
re:,que{aron_ en el desierto. 18
¿A
quiénes juró Dios que no entrarían
en su lugar de descanso? A aquellos
rebeldes, por supuesto, re y vemos
que se les prohibió la entrada a cau-
sa de su falta de fe.
' Cuidémonos, pues; qué lásti-
L=J ma que uno de ustedes no
aproveche esta oferta de entrar en el
d-escanso de Dios y no lo alcance.
2 Nosotros, igual qué ellos, recibirnos
una Buena Nueva, pero a ellos de
nada les sirvió el mensaje proclarna-
do porque no fueron de los que sre-
yerón estas palabras.
t Creámos, para que así entrernos
en el lugai de descanso mencionado:
Por eso-m.e enojé g declaré qón jura-
mento: No entráráñ iamás en mi lusar
de d.escanso. Aquí-se traia del dés-
canso de Dios después de la:creación'
del mundo. o
Ya se habló de'este des-
canso a propósito ,del día séptimo: Y
Dios descansó de todas sus obras el
día séptimo.5 AqUí lo' volvemos a en-
contrar: No en trarán jamás en mi des-
HEBREOS 4
cibieron primero la Buena Nueva no
entraron a causa de su falta de fe.
otros sí entrarán, '_Por esta razón,
mucho más tarde, Dios fiiu nueva-
mente un día que llama hóA, dícíen-
do por boca de David lo qüe se re-
cordó más arriba: Oiala hou
escuchen la uoz det Señoí, no endí-
rezcan su corazón.
u No creamos que Josué los intro-
dujo en el lugar donde debían descan-
sar; de sér así, Dios no habría indica-
do posterior.rnente otro día. e Un
descanso sabáticoi pu€s, espera toda-
vía al pueblo de Dios, 'o y el que entre
en ese descanso descansará de todos
sus trabajos, como Io hizo'Dios.
'rr Esforcémonos, puesr pcrrd entrar
en su descanso, y que nadie merez-
cd, por su falta de fe, el castigo de
que'hablamoq. '' En efecto, la"pala-
bra de Dios es viva y eficaz, más pe-
netrante que espada de doble filo, y
penetra hasta donde se dividen el a[-
*, y el espíritu, Ias articulaciones y
los íuétanos, hacierido un discerni'-
miento de Ios deseos y los pensa-
mientos más íntimos. '3
-No
háv cria- I
tura a Ia que su luz no fiueda
penetrar; todg queda-desnudo y al
descubierto a l9s ojos de aquél al que
rendiremos cueintas.
Cristo es nues.t{o sümo sacerdote
o 14
Tenemos, pues, un surno sd:
cerdote excepcioriral, que ha entrado
en el rnismo--cielo, Jesús, el Hijo'de
Dios. Esto es suficiente para qué nos
mantengamos firmeS en la fe que
profesarños. 15 Nuestro surno sacer-
canso
u En conclusión, bien los que re-SI
-i.
..:.
o 3.1 Era muy no'rrnal comparar a Jesús con
Moisés, pues en-todo el Antiguo-Testamento no
n"Uo nááie més grande gue,él- El autor, sin em-
baroo. no se detlene má3 que en la experiencia
ü;Aá'ooi el pueblo de Moiiés. Recuerda que los
H.6i"ós habán recorrido el desierto,en busca de
i. ti"rri prometidu y que rnuchos no habían so-
Por rnedio de Moisés Dios los invitó a gqtrar
"r,-
üá *-trnat nuevo. Perg.np üeron que debían
suDerarse para conseguirlo. En cuanto' dismi-
áril ias dificultades, déjaban de desear la tierra
pi"rn"tiáu. Los creyentés de hoy f.tá. también
ilñ¿ú y tiendeá el.reposo gue Dios nos ofre-
¿;. G..,ptiáeta vez fue Moisés, el servidor .de
Ói"i q,iien guió a su pygblo gomq responsable
á"-ü .áiu. Áhora es el Hiip. Aquellos pensaban
éncontrar el descanso en una tierra que. les perte:
necería. Perg el verdadero descanso es Ia comu-
nión con Dios. al que alcanzamos por la fe, con
la entrada en la comunidad cristiana.
Esta carta recordará muchas veces la adverten-
cia hecha a los erniqrantes hebreos en él desier-
io ¡Oialá escuchen=hoy la uoz del Señorl El'ca-
*inb 2s hrqo. v debernos sequir sostenidos'por
la palabra de Óios, ésperanilo lo qug. Dios ha
prometido. pero. que para nosotros per'rnanece
inüsible.
I ' :
, ft relato de la creación hablaba. del:descanso
de Dios después de crear el mundo. &tg descan:
so significa (ue el universo y la historia llggarán a
un té-rmino; ü qr" todo retomqrá a Dios.,La P§na
y
"l
descansó del hombre lo óonducen a su- des-
canso, que no será otra coso: que compartir Ia di-
cha de Dios.
: 4.74 EI sumo sacerdote era para los judíos,
fueran los que fuesen sus def¿ctoi personáles, Ia
persona consagrada que protegía ál pueblo del
castigo merecido por sus pecados. El pueblo ne-
cesiüba no sólo jefes qua !o gobernáran, sino
también aboqados ante-Dios: v la Biblia decía
que Aarón, el-herrnano de Moisét y el primer sa-
cerdote de los iudíos. había sido uno de ius abo-
qados. Sus suc-esores. los sumos scerdotes. de-
lempeñaban la' misma función-
Esta es la idea desarrollada aquí. El"sumo sa-
cerdote. siendo .el répresentante de los hrombres
airte Dios, debe conocer por experiencia su debi-
lidad, pero también tiene que ser aceptado por
Dios. Olüdar que Cristo é-s hombre en medio de
los hombres sería tan grave para la fe como olü-
Es bueno contemplar la función de Cristo, el
Sumo Sacerdote, eri'morrientos en que la Iglesia
' nos' recuerda-'que todos los fieles eitán aíocia-
dos a Ia función sacerdotal de Cristo. Debernós
representar a la'humanidad delante dé Dios. y
por eso estamos,consagrados.a Dios. En la eú-
caristía darnos qracias a Dios en nombre de - to-
dos, y en la üila de. cada día_'debernos ,ser los
instrdmentos de ,la gracia de Dios para los. que
viven y trabajan con-nosotros. '' . i
4. ' Todo sumo sacerdote es to-
Lgl mado de entre los hombres, y
los representa en las cosas de Dio§;
por eso ofrece dones y sacrificios
por el pecado, 2 Es capaz de com-
prender a los ignorantes y a los ex-
traviados, pues también lleva el Pe-
so de su propia debilidad; 3 por esta
ra zón debe ofrecer sa crificios Por
HEBREOS 4
dote no se queda indiferente ante
nuestras debilidades, pues ha sido
probado en todo igual que nosotros,
a excepcron del pe'-cado.''6 Por lo tan-
to, acerquémonós con plena confian-
za a la slde de la graciá, a fin de ob-
tener misericordia y hallar Ia gracia
del auxilio oportuno.
sus propios pecados al igual que Por
los del pueblo
4 Nadie se apropia esta dignidad,
sino que debe ser llarnado por Dios,
como lo fue Aarón. 5 Y tampoco
Cristo se atribuyó Ia dignidad de su-
rno sacerdote, sino que se la otorgó
aquel que dice: Tú ereg mi HUo, Ao
te he engendrado hog. 6
Y en otro lu-
gp r se dijo : Tú eres sagerlgtg Plra
itempre a semejanza de Melquise-
456
fección, trae la salvación etema para
todos los que le obedecen, 'o confor-
me a la misión que recibió de Dios:
sacerdote a semejánza de Nlelquise-
dec.
Ustedes deberÍan ser maestros
o " A propósito de esto tendríarnos
muchas cosas que decir, pero nos
cuesta exponerlas, porque se han
vuelto lentos para comprender. 12
Us-
tedes deberían ser maestros después
de tanto tiempo, y, en cambio, nece-
sitan que se les vuelvan a enseñar
Ios primeros pasos de las enseñanzas
de Dios. NeCesitan leche y no ali-
mento sólido. '3 El que se queda con
la leche no entiende todavía el len-
guaje de la ,i9g en santidad.,. no es
mas que un nrno pequeño. 'o A los
adultos se les da el alimento sólido,
pues han adquirido la sensibilidad in-
terior y son cápaces de distinguir lo
bueno y lp malo.
o ' Con todo, dejemos las Pri-
meras enseñanzas sobre Cristo
457
ral y recibieron el Espíritu Santo ,' y
saborearon la maravillosa palabra
de Dios con una experiencia del
mundo futuro. 6 Si a pesar de todq
esto recayeron, €s imposible reno-
varlos por Ia penitencia cuando
vuelven a crucificar por su cuenta al
Hijo de Dios y se burlan de é1. 7 Si
una tierra absorbe las lluvias que Ia
riegan a su debido tiempo y produce
pasto provechoso para quíenes Ia
cultivan, recibe Ia bendición de
Dios; E pero Ia que produce zarzas y
espinas pierde su valor; un poco
más y Ia maldicen, y terminarán por
prenderle fuego.
Sigamos firmes en nuestra
esperanza
s Ustedes se encuentran en una si-
tuación mejor y tienen salvación; lo
creemos, amadísimos, aun cuando
hablemos de este modo. 'o Dios no es
injusto y no olúida lo que han hecho
y cómo han ayudado y todavía ayu-
dan a los santos por amor de su
Nombre. I I Solamente deseamos que
cada uno demuestre hasta el fin el
mismo interés por alcanzar lo que
han esperado. ''-No se vuelvan floj-os,
sino más bien imiten a aquellos que
HEBREOS 6
p9f su fe y constancia consiguieron
al fin lo prometido.
t3 Tomen el ejemplo de Abrahán.
Dios le hizo una promesa que confir-
mó con juramento y, como no había
nadie más grande que Dios por quien
jurar, juró invocando su propio Nom-
bre: 'o Te colmaré de bend,íciones U te
multíplicaré sin medida. ¡5 Y, perse-
verando, Abrahán vio realizarse las
16
Los hombres juran por alguien
mayor que ellos, y cuando algo es
dudoso, el juramento pone fin a la
discusión . " Por eso Dios también
confirmó su promesa con un jura-
mento, para demostrar a sus destina-
tarios que nunca cambiaría su deci-
sión Tenernos, pues, prornesa y
juramento, dos realidades irrevoca-
bles en las que Dios no puede mentir
y que nos dan plena seguridad cuan-
do buscamos refugio aferrándonos a
nuestra esperanza.
re Esta es nuestra ancla espiritual,
segura y firme, que se fijó mas allá
de Ia cortina del Templo, en el san-
tuario mismo, 20
AIIí entró Jesús para
abrimos el camino, hecho sumo sa-
cerdote para síempre a semejarua de
Melquísedec.
dec. ...
o ' En los días d"lsu vida mortal
presentó ruegos y súplicas: a aquel
que podía salvarlo de la muerte; éste
fue su sacrificio, con grandes clarno-
rgs y lágrimas, y fue escuchado p9r
su actitud reverente. I Aunque era, Hi-
jo, aprendió en su pasión'lo que es
bbedecer. e
Y ahora, llegado a su per-
y pasemos a cosas más avanzadgt.
No vamos a echar una vez más las
bases, €s decir, el arrepentimiento de
las obras de muerte, la fe en Dios,
2 la doctrina referente a los bautis:
mos, la imposición de lu: mano§, Iu
resurrección de tos muertos y el jui-
cio'.definitivo. 3 Harernos, pues, como
dijirnos, si Dios nos lo permite.
4 De todas maneras, es imposible
renovar a los que ya fueron ilumina-
dos, gu€ probaron el don sobrenatu-
tes v se hablaba fácilmente de r¡arios bautismos,
del bautismo de agua, del bautismo del Fspíritu.
La imoosición de ias monos. Era el nombre
primitivo ae h confirmación.
Estas primeras lecciones ponen de reliev. e el
carácter'dramático dg la vida humana: no' hay
más que dos carninos opuestos que acabaÉn eñ
el juicio. Si alguien no se decide por el camino
que llera a Cristo, pierde su üda.
A los que ya fueron iluminodos (4). En la
Iqlesia primiüva el bautismo recibía a menudo el
n-ombré de *iluminación". No sólo Doroue los ca-
tecúmenos habian sido instruidos'en la fe, sino
támbién porqud esa fe acogida había reno¡ado su
perceryión del mundo e incluso su personalidad.
Por otra parte, el Senor concede a menudo una
exp.eriencia tangible de su presencia al que se
bautiza después de haber entrado en un verdade-
ro camino'de conversión. F-sta experiencia, que
será dvocádá a través: de figuras lrandiosas en
L2, L8-24, *, puede dar también
-en
los retiros
espirituales.'Qqe
proborgn el don sobrenatural; A propó-
sito de bste término, recordemos que hastá edtos
ultimos siglos, todo el rnundo creía que la tierra
era el centro del universo. Para nuestros antepa-
sad.os,- el. cielo foimaba cqmo una bóvedu por áñ-
cirria de Ia tierra, y más allá de esa bóvedá se en-
contraba el mundo celestial en que Diop residla.
De este modo las cosas supracelestes eran
también sobrenaturales, en el ientido u.trJ áá
esta palabra, es decir, divinas- Nuestra haducción
dice "sobrenatural" cuando en la carta se dice «su-
pracelestial, (3,1; 8.,5; 9,23 11,16), porque se
trata de realidades diünas cuya experiehcia ya ü-
vimos en la tierra.
Un ancla q"á- n fijó mós altá de la cortina
(19). En el Támplo áé'.¡erusalén, únicamente ál
sumo sacerdote entrabá en el ¿santo de los sañ-
tos, o lugar santísimolse.parado de la- sala uniá-
rior por'una cortina. Es Ia imagen del cielo, d¿l
auténtico "santo de los santos», donde
-r.¡nicamen-
te Jesús ha entrado ..Pero mientras estamos al
otro lad-o, nuestra esperanza está ya en el cielo;
este ardiente deseo nó es ilusión .humana, sino
gye üene'dé Dios quien no nos puede ángañar.
Ilegaremos pues'con toda seguridad allá áonde
hemos puesto nuestra esperanza.
. 5.7 Este fue su socríficio, .con grandes cla-
mores y lagrimos. En la Biblia estos términos de-
signan
-la
óración ferviente de los h'rjos de Dios
ofrri..,idos; gritan tan fuerte al Señoi que él los
eicucha. Y ásí, en la víspera de su rnuerte, Jesús
se identificó con todos los que sufren y que no
quieren morir.
. 11 . Ustedes debJ,itan ser maestros. Hay di-
ferentes etapas en..el'desarrollo de la fe. No se
puede volvei a dar los primeros pasos. Forrnar
parte de .la lglesia durante años, sin que progre-
ien nueska fe'' y nuestrai experiéncia de' Dios; es'
envejecer y hácerse incapaces de progresar.
. 6.1 En pocas palabras (w.1-,3) este párrafo
nos recuerda las basés de la enseñanza cristiana
en.ese tiempo:
Doctrina 'referente a los bouf ismos. 'Fal vez
era una exposíción de los diferentes éaminos que
se le ofrecían al hombre oue andaba en busca de
una religión. Había bautisinos judíos, el bautismo
de Juan-y también el bautismo cristiano. Pero, á
lo mejor-, eÍa también una instrucción sobre el
bautisñro y el don del Espíritu. Para nosotros or-
dinariamehte las cosas son elaras, ya que hay un
bautisrno y luego, en la confirmación, recibimos
de un moáo más'especial los dones del Espíritu.
Pero en esa' época lás cosas no eran tan eviden-
5. HEBREOS 7
Melquisedec, figura de Cristo
E' ..rt : i 3t i.xY, " l:llíojzo á2',
Dios n túslmo, salíÓ at encuentro de
Abrahán ,i,aád.o uoluía de derrotar a
Ioi reA"t,' b?n!íi?.a Abrahán ' .A
Ábranán l'e dto la-déctma parte de to'
do el botín.
El nombre de Melquisedec significa
-r"y de ¡usticia,, y ad'emás era lgy de
Saíem, b sea, *t€Y de Paz»'
3 No se
mencionan ni su iadre ni su madre;
áput..e sin antepásadosr T?rypoco se
encuentra el prihcipio ni el fin de su
"iAá.
Aquí tiüen, br.,gt, la figura del
Hrjo de Óios, el sacerdote que Perma-
nece Para siemPre.
4
¡lmagínense quié1 Puede ser esle
fromUre"al que riuestio antepasado
Abrahán éntiega la décima P.arte dgl
Uátint , Solaménte los sacerdotes de
lu- iiiUu de Leví están facultadgt Por
iá ["y para cobrar e] diezmo de ma-
ñ; á"f pueblo, €s decir, de .sus her-
manos de la rnisrna Íaza de Abrahán.
á V áquí Melquised-ec, .9.u" no !ien9
nada qu. ver'Sqn los ll'jot de Leví'
cáUtu he Abrahán el diezmo Y dgt-
prduáñaice a Abrahán, el hombre
458
de las promesas de Dios;.' P§ro no
cabe düaa que corresPonde al suPe-
rior bendecii al inferior. u En el primer
.uto, los hijos de Leví que cobran el
diezmo son hombres que mueren; en
iambio, Melquisedec es Presentado
como ei que vive. e Además, Por así
áecirlo, cüando Abrahán Paga el diez-
*o, lo'paga con él la familia de Leví,
j9
ples ?ülgyla manera Leví. estaba
.n tu abuelo-Abrahán cuando Melqui-
iá¿.. le vino al encuentro
" Así, Pues, el sacerdocio de los le-
vitas que es el fundamento de la lggit-
lación'de Israel, ño es c,apaz de llevar
u1 pu.blo a la -religión
períesta,' De lo
éoñtario, ¿qué nácesidad habría de
otro saceüócio, no a semejanza de
Aarón, sino a'semeiarua de Nlelqube-
dec? 12
Y si haY un éambio en el sacer-
docio, necesaiiamentq la Ley también
ha de cambiar. '3 Jesús, al quq se re-
nát. todo esto, pertenecía q un9 tribu
áá iu que nadie sirvió jamás al altar'
'o Puest es notorio que nuestro Señor
salió de la tribu de Judá, de lq e.ue
Mo¡res no habló cuando trató de los
sacerdotes.
15
Todo esto
el sacerdote a
se hace más claro si
semej anza de Melqui-
o J -1 Por tres veces eJ 9u!or ha- c^itado arite-
,iorááñt" á1 ,eiiiculo del Salrno 1 10 en que .se
;;;ü;; á tutátqriq edec, Y ahora nos ,va a in-
i;;;;ü;1" q r;'J; ai." d'e' ese h ombre- leg enda-
ilIi;ü L"rJJ.,Itióriu profetizq gna reforma ra_-
;íái-Já ,á}"iaoc!q.'No olvidemos .gue e.sta
;;;i; ;;i"É;áñéüá a sacerd.otes .iudíos' .d"s-
Iár,ü"-r,"táI a" Áárén; paTa ellos e[ sacerdocio
se trasmitía ie ládt"i
'a hijos y pe§aban. que
á!"'Jr-ir;l"qttárñáría para éiempre. Pero el au.-
tor iLr dicé que ya la misma F. scritura .anuncto
:su reemplazo.
Podemos sólo admirar la manera de cómo
::i,?'"'"T;gYiJ::ntf¿Prliit§-i"+'ffi
i*3c ;; il*',f"t r ?158,?, 8" 11#:: ::i ; *ült'iu"'iJiigtó.-d;- Israel' En la Introducción a
esta carta aiiltn"i=quá Ápolo, un.ev'qngelizador
de ra lqlesia'1;;j;"iti';-
-áá-iiñ
auaá.iál autor'
§;''á"'ñ;;e; 'p;;i;á ió" aquí evidentes'
Al comi er,uó la lglesia no tenía oha Biblia fuera
a"i niii;üó'Íáiáñ"nto. Ese libro sin-ernbarqo no
;:;;;:Yá;á ñ;É;'"ÉaZñ üáiit"
"bá
de JesG'
' f;';iiZ; ;ü'f"i=óráfehs bristianos fue demostrar
ü.il¿;i.-";áiu-nUiiá conducía a Cristo. No solo
áf,látá"*f;;;il-entos de los judios, sino que
además creaban: con la ayuda del Bgíritu, la inter-
;iátá¿ión cristiana d'el Antiguo Testamento-
-'
ó;;áo tor cristianos leen el Antiguo Testa-
-.r,tó'áf,orá, r,o pueden ya considerarlo como
i"i'üáiJi, ilá ,át-"t, él sú propia histo¡ia en la
iü;; übá-lestina y qqe agu'ardan una forrna de
á;ÉJ'I": q-ü iátút bescártó' Pará nosotros la
;;üeá¿i ñiiguo Testamento tien€ su clave- en
É ;;;; a¿ J¿rúr; sin él el libro y_a no se identi-
iiáiJ; ei mensai e de D!os' . j :
"
f"fáiouisedec
"ita
realrnente en la Biblia, pe:
,"' jád*ó'itágO a.ella? En realidad'los textos
tu"'io *"n.id.un son tardj<js, y es.-casí segulo
due fueron escritos un siglo y. medio.antes oe
iáíú;.;áÍ; ;*ir'a Ia caü§a áe los Macabeos'
ñ6-i"tt"r perdonaba. a
'aquellos gobernantes
;;-" hrbiátá" usurpado el targo dé ,sumgs sa:
Uá;ü;,;tü"a" có*o eran dé una'familia sa-
;;;á;üí'o;'¿-i"áii.-- Lu historia de Melquisedec
. [u"i¡u;¡ustificar.a un soberano que, como él'
era'rev v sacerdote a la vez'. Squi, pu€f, teq9-
ñ-,ál' iá*íoig;¿ñt"a pata justificáf uha dictadu-
;, ;¿; d"-h¿¿ho, , no'sabemoi cómo, han
:T¿rñ;áo-á.r tu giUtía y han sido recibidos -c-o-
;; ;áhb;a áe'Dios; V Iuego .la Caria. a los He-
ü;;"';-á;;rÜ¿ Z.t eitós aqlello par.a lo cual no
habían sido pensados: ¡esta es una de las lronlas
áálátPatiurá de Dios!
459
sedec recibe su cargo '6 no por efecto
de una ley humana, sino por el poder
de la vida que no conoce ocaso.
t7 Pues la Escritura dice: Tú eres sa-
cerdote para siempre a semejanza de
Melqui.sedec. '8 Con esto se cancela
la disposición anterior, que resultó
insuficiente e ineficaz, re pues Ia Ley
no trajo nada definitivo, y al mismo
tiempo se nos abre una espera nza
mucho mejor: Ia de tener acceso a
Dios.
2o
Y aquí tenemos un juramento, lo
que no se dio cuando los otros fueron
hechos sacerdotes. 2t El fue confiima-
do con este jurarnento: El Señor lo'ha
jurado A no se uuelue atrás: Tú eres sa-
cerdote para sÍempre. 22
Esta es Ia
prueba de que Jesús viene con una
alianza mucho mejor.
a Los sacerdotes anteriores se suce-
dían el uno al otro porque, siendo mor-
tales, ng.podían permanecer. 2o Jesús,
en cambio, perrnanece para siempre y
no se le quitará el sacerdocio. 5 Por
eso es capaz de salvar de una vez a los
que pof su medio se acercan a Dios. El
sigue viviendo e.intercediendo en favor
de ellos.
HEBREOS 8
26
Así había de ser nuestro sumo
sacerdote: santo, sin ningún defecto
ni pecado, apartado del mundo de
los pecadores y elevado por encima
de los cielos. 27 A diferencia de los
sumos sacerdotes, él no tiene necesi-
dad de ofrecer diariamente sacrifi-
cios, primero por sus pecados, y lue-
go por los del pueblo. Y para el
pueblo no Io hizo sino una sola vez
bfreciéndose a sí mismo. 2E
Así, pues,
los sumos sacerdotes que establece
Ia Ley demuestran sus limitaciones,
mientras que ahora, después de la
Ley, Dios habla y pronuncia un jura-
mento para establecer al HUq eterna-
mente perfecto.
Un nuevo santuario
y una nueva alianza
iEI ' I Traternos de resumir Io que
L:¿J hemos dicho: tenemos un surno
sacerdote que está sentado a Ia dqre-
cha del Diós de Majestad en los cie-
Ios; 2
él está a cargo del sEntuario'y
de la tienda verdadera; levantada no
por hombles, sino por el Señor.
3
Todo sumo sacerdote es instituido
. 8.1 En el pueblo de Israel, Ia institución de
los sacerdotes
-t) en especial del sumo saberdo-
te- estaba ligada a la
'alianza
de Dios con su
pueblo de tal ñranera que no se podía cuestionar
á los sacerdotes sin hacer otro tánto con la mis-
ma alianza de Dios con lsrael. Y nadie se hubiera
atrevido a hacerlo. Sin embargo, el autor cita un
texto capiial de Jeremías que ánuncia una nuea
alianza qon su pueblo. Cuando hablamos de
nalianza,, hablamos de la manera como Dios nos
trata y de la manera como nosotros lo tratamo's.
Y precisamente Jeremías había dicho que Diós
se daría a conoc er a los creyentes de una manera
personal: ya no sería para ellos una. obligación
amarle porque lo tendrán presente en todo rno-
mento. Si bien se conecían estas palabras de Je-
remías, se les prestaba poca atención; ¿no habría
tal vez hablado para más tarde, p?ra mucho más
tarde? Pero aqúi el autor dice: Con Jesús tene-
mos esta nueva alianza.
Jesús tíg:ne que ofrecer algún sacrifícío. El'
párrafo 1-5 atraá nueitra atenclón sobre el sacer'
docio que Cristo ejerce ahora en el mundo de
Dios. ZQué relación üene este sacerdocio con las
eucaristías que celebramos cada día o cada do-
mingo?
En 1 Cor' LL,23-26; Pablo une estrechamente
las eucaristías de hoy gon la muert-e de Jesús, que
aparece verdaderamente como nel, sacrificio. De
ese modo él mismo da la orientación que ha pre-
valecido en toda la lglesia de Occidentéi para no-
sotros ld misa está ligada principalmente'al cruci-
fijo que está sobre-el alta¡. Aquí, €n cambio,
somos inütados a mirar hacia ese «culto. celestial'
que Cristo celebra en la gloria, donde se iunta el
rnundo de la etemidad con todos los eleqidos reu-
nidos en Dios, con el mundo del tiemÉ en que
las generaciones se r/an sucediéndo. El'Apocalip
sis de Juan nos invitará también a rnirar hacia
esa liturgia celestial, y ese es el pensamiento que
orienta Ia liturqia de la Iqlesia oriental. No se tra-
ta de oponer, Iino más,Eien de descubrir las múl-
tiples riqyezas de la fe.
Jesús celebra una litu rgía muy superior, (6)
Nuestro servicio litúrgico en Ia tierra es glorioso
en la medida en que
-iratemos
de asociarños a la
perfecta alabanza de Dios en
-su
icielo,. Aquella
celebración es el sol de nuestra sérndnd. Dero.'salvo
el caso de .un. carisma especial,: nó 'es
lo
esencial de la üda cristiana en la iierra.'Aquí aba-
jo debernos seguir los pásos de Jesús, qu-e ng en-
üdió a los sacerdotes de su tiempo, sino que des-
gastó sus fuerzas y murió para'reconcil¡ár a los
hombres entre sí y con- Dios. Su bautisrno fue
una muerte real, y io mismo su eucaristía; su üda
real fue mucho más allá de:una bella lituróia en la
que nadie ciertamente arriesgq su üda.. -.
6. HEBREOS B
para presentar a Dios ofrendas y sa-
crificios y, por tanto, Jesús tiene que
ofrecer algún sacrificio. ' Si se hubie-
ra quedado en la tierra, Di siquiera se-
ria sacerdote, puesto que son otros,
designados por Ia Ley, los que ofre-
cen Tos sacrificios : ' La Iiturgia de és-
tos, €D realidad, no es sino una figura
y una sombra de realidades sobreñd;
lurales, como lo indica la palabra de
Dios a Moisés cuando estaba Para
construir el Santuario. Le dijo: . NIíra,
harás todo conforme al modelo que se
te mostró en eL monte.
:
6 Pero ahora Jesús celebra una li-
turgia tanto suPerior cuanto es me-
diador de una alianza mucho mejor
fundada en prornesas mejores..
' Si la primera alianza no mergcie-
ra críticas, oo habría que buscar otra.
I Pero Dios mismo la critica cuando
dice:
460
que han de ueni,r, palabra del Señor:
Pondré mis leyes en su mente g las
grabare en su corazón, A go seré su
Dios g ellos serán mí pueblo.
¡ ¡ Nadie tendrá Aa que enseñdr a
su co mpatrí.ota a a su hermano di-
cíéndoles: nConoce al SeñoD', porque
todos me conoc erán, desde
-el
rnás
chíco al más grande- rz Yo perdonaré
sus maldades- y no uolue¡é a acordar-
me de sus pecádos.
Se nos habla de una alianza nue-
oa, lo que significa que la primera ha
quedado anticuada; y Io que es anti-
cuado y viejo está a punto de desa-
parecer.
EI templo de Jerusalén
[6] ' ' La primera alianza tenía una
I r I liturgia y un santuario como los
hay en es"te mundo. 2 Un primer re-
cinto fue destinada para, el candela.
bro y l¿i mesa con'lbs panes ofreci-
dos; esta parte se llama e[ Lugai
Santo. 3 A continuación, detrás de la
segunda cortina, hay otro recinto, lla-
mado'el Lugar Santísimo, o
donde es-
tá el altar dé oro de los perfumes y el
arca de la alianza enteramente cu-
bierta de oro. EI arca contenía un va-
so de oro con el.maná, la vara de
Aafén.que había florecido y las ta-
blas 'dg la: Ley. : PoI encima el arca
461
están los querubines de la Gloria, cu-
briendo coh sus alas el Lugar del Per-
dón. Pero no cabe aquí describirlo to-
do con más detalles.
6 Estando todo'dispuesto de esta
manera, los sacerdotes entran en to-
do tiempo en el primer recinto para
cumplir su ministerio; ' pero en el se-
gundo tan sólo entra el sumo sacer-
dote una sola vez al año, y nunca sin
la sangre que va a ofrecer por sus
extravíos y por los del pueblo. I De
este modo e[ Espíritu noi enseña que
mientras esté en pie el primer recin-
to, el camino que lleva al Santuario
no está abierto.
e Todo eso es un símbolo para el
tiempo presente: las ofrendas y sacri-
ficios que se presentan a Dios no
pueden llevar a F perfección interior
a quienes los ofrecen. r0 Estos ali-
mento!., b.?idas y diferentes clases
de purificación por el agua son ritos
de hombres, y solamente valen hasta
el tiempo de la reforma.
Cristo entró
llevando su propia sangre
r¡ Cristo, en cambío, Vino como el
sumo sacerdote que nos consigue los
nuevos dones de Dios, y entró en un
HEBREOS 9
santuario más noble y más perfecto,
no hecho por hornb¡q¡, es _decir, que
no es algo creado, '2 Y no fue la san-
gre de chivos o de novillos la que Ie
abrió el santuario, sino su propia san-
gre, cuando consiguió de una vez por
todas la liberación definiüva. '3 Pues si
la sangre de chivos y de toros y la ce-
niza de temera, con la que se rocía a
los que tienen alguna culpa, Ies dan
tal vez una santidad y pureza extema,
¡4 con mucha mayor razón la sangre
de Cristo, que se ofreció a Dios poi el
Espíritu etemo como víctima sin man-
cha, purificará nuestra conciencia de
las obras de muerte, para que sirva-
mos al Dios vivo.
15
Por eso Cristo es el mediador de
un nuevo testarnento o alianza. Por su
muerte fueron redimidas las faltas co-
metidas bajo el régimen de la primera
alianza, y así Ia promesa se cumple
en los que Dios llama para Ia heren-
cia eterna
't Cuando hay un testamento, s€
debe.esperar a Iá muerte del testaáor.
'' El testaménto no tiene fueza mien-
tras vive el testador, y la muerte es
necesaria para darle validez. " Por eso'
se'derramó sangre al iniciarse el ariti-
guo testamento;'e Cuando Moisés !er.
Ví.enen días, palabra del Señor; €ll
eue pactaré una alianza nueua coñ'la
éasá de [srael A de Judá. -,
e No será como la alÍarua que hice
con sus' pádres, cua.rydo I9s- tomé de
Ia rnano para sacailos del pd.is de
Egipto. Ellos no Permaneci.eron fieles
a"rií alíanza, p.o, lo. gugl Ao también
Ios des cuídé, dice el Señ or.' " ' ':
.: :
Esta es la ali.anza
con la raza de lsrael en grado y el hombre consagrado. En un primer
iiempb'lo aplicaba sólo a 6s obispos, ¿A Qué se
debiO esta vi.relta al pasado?
Por una 'parte, los.tiempos habían.cambiado: --
se habia pasado de't¡na Iglesia de las catacumbas
a un cristiariismo ieconoáido, por las autoridades;
con "FUeblos cristianosr dirigidos por un clero or-
ganizádo (véas e el coméntarib a Números 4):
- Pero- había,razones más profundas. Se sabía
que la lblesia-no.e: unlsociedad human? y que
su organización.debe reflejar el mismo orden'que.
hay eh Dios,. Los'obispos debían, pues,.encgmar:
Ias autoridad de los apóstoles elegidos por''Jesirs-
Ellos, d su. vez, eran los téstigos oficiales de Cris-
to'y guiaban arla Iglesia sin tener que plegarse a
la vo[untad: de la mayoría; en esto mantenían en
la lglesia el principio de la patemidad'(vtáase. co-
.r,eñtario'a Ef 3,i4¡.:6dernás, la lglesiá conside-
raba la ordenación de,,los presbiteros y obispos
como un sacramento: no eran funcionarios que.,.
asumian'un' serviiio por un tiempo y por uná:
parte de su úida; conservando para sí mismos la'
ótra parte, como.;podría darlo á entender el: tér=
rnino' "rninistros».,Su responsabilidad en la Iglesia
era inseparable de una dedicación y de una con-
sagración definitiva de su persona a'Cristo.
Los'ministros, sucesores :de los:apó.stoles
eran, pugs, 'sacerdotes en cierto'sentidol pero
era difícil que se juntaran 'arnoniosamente tér-
minos tan opuestos entre si. Debían..ejercer una
autoridád espiritual y no aceptar que ésta se
destacara poi rnarcas-exteriores, qge-.ni.Jesús. ni
sus apóstoles 'habían aceptqdoi 'Debían gstar:
atentos para ciue su autoridad reconocida no sir-
viera'a ¡iuestrá aspiración innata deltener.la últi-
ma palabra, o de- distinguimos de los demás; o
de tenerlos a,nuestro seruicio.' Tenían, que ser
maestros de la fe, pero no decidir por.. los de-
más; ser entrenadores, -pero no los. intermedia.,
rios obligados.entre Dios.y los'bautizadoS. Todo,
eso seríá como pedir algo-rmposible, si no fqera.
mediante la:imitación de Cristo sacerdote:: la re'
nuncia d sí-mismo hasta la rnuerte. ;
'. .-. . , ^:,.
Estos capítulos ponen 'ante .nuqstros
oios .lo
que ha sido el'único sacerdote,^.tan lejos de las li-
tirrgias de la,tierra. Por Io misrno nóE aytrdan a
recónocer el'sacerdocio de Cristo en,tódos:.,los
bautizados que'uno-celebran la misar, eo la medi-
da en que se comprorneten .con la vida de..la ISle-
sia,,.,ya sea en.el apostolado, la p¡edicasjónl'el,
seruicio al prójimo; e sencillamente.en una vida
silenciosa o enlel sufrimiento. a: .
o !-1 El capítulo 8 ha establecidg'que Jesús re-
ernoláza a lo's sacerdotes del puebló de-Dios y
oudsu «sácerdocio,,ha cambiadb nuestra relacióñ
cbn Dios. EI capítulo 9 cqmpara el culto celebra'
do en el templó de.Jerusalén con el.nuevo culto
ááteUra¿o poi Cristo sacerdote.
EI sacrifitio ofrecido por Cristo no fué.:corno los
antiquos sacrificios, para apaciguqr la cólera de
Diosl Su muerte fue su tesümonio final y su mane-
ra de sembrar,€ntr€ los hombres lo qu-e éStos:no
habian querido recibir; fué dando les§rñonio de'&
Sabiendo quién fue el autoi de esta' i:arta y a
quiénes iba dihgida, comprendemos que qúera es-
táblecer r-ma refación entre la sangre de Jesus.y Ia
de las vícümas ofrecidas en el Templo,'pues para
ellos estas cosas eran muy importantes.'Pero hoy
en día tenemos derecho a ligar la sang re y lá'
ri'iuerte de Cristo con la muerte de todos ésos ino-'
centes que son asesinado!,a causa de su testimo'
nio Dor-la verdad. corno fúe el caso de Jesus (Mt'
23,35), su sangre también es sagrada (Ap 6,91.
EL SACERDOTE UNICO
Y IOS "SACEBDOTES"
'
Jesús'es
'el
único sacerdote, y sin embargo,
'ha:
blamo§ de sacerdotes en [a lqlesia. Debemos te-
nei las cosas claras al respácto, sobre todo al
considerar'que casi en todo'el mundo el sacerdo-
cio está.en érisis. Existía en latín una pálabra que
designaba tanto a los grupos de sacerdbtes al ser-
ücio- de los dioses romanos como a los sacerdo-
tes del pueblo judío, y ésta era .sacerdos,.. Spla-
rnehte Cristo éia "sacerdos, y la.lglesia.no tenia
más qug "prgsbíteros,, €s decir, antianos; el mis-
mo tiiulo que los, judíos' utilizaban para los res-
- Ahora'bien, hoy'en día, en vez de presbítero
se usa el término sacerdote, y esta palabra ha re-
tomado el seritido del antiguo nsacerdosf que se
había dejado de lado...
Esto no, ha sido por.casuálidad. .Eesd e el siglo
cuarto la Iglesia comenzó a usar p-or sq cuenta
este términb de nsacerdos,, el hombre de Io sa-
7. HEBREOS 9
rninó de proclamar ante el pueblo to-
das las ordenanzas de Ia LeY, tomó
sangre de temeros y'de chivos, agu,?,
lanJ roja e hisopo y roció el. propio li-
bro del-testameñto y al pyeblo, dicien-
do: 20
Esta es la sangre del testamento
que pactó Dios con ustedes. 2' Roció
ásimismo con sangre el santuario Y
todos los objetos dél culto. 22 De he-
cho, según ia Ley, la Purificación de
casi todo se ha de hacer con sangre, y
sin derramarniento de sangre no se
quita el pecado
23
Tal vez fuera necesario purificar
aquellas cosas que sólo son'figuras
de las realidades sobrenaturales, Pero
esas mismas realidades necesitan sa-
crificios más excelentes. 2o
Pues ahora
no se trata de un santuario hecho Por
hombres, figura del santuario auténü-
co, sino qué Cristo entró en gl proPio
cielo, donde está ahora ante Dios en
favor nuestro. - El no tuvo que sacri-
ficarse repetidas veces, a diferencia
del sumo-sac.erdote que vuelve todos
los años con una sangre que no es la
suya; '6 de otro modó hubiera.tenido
qu-e padecer muchísimas.veces de§de
lá creación del mundo.
De hecho se manifestó una sola
vez, al fin de los tiemPgs: Pgq abolir
el pecado con su saciificio. 2' Así co-
mó los hombres mueren una sola vez,
y después viene para ellos el juicio;
It de lá misma manera Cristo se sacri-
:;
462
ficó una sola vez para quitar los peca-
dos de una multitud. La segunda vez
se manifestará a todos aquellos que
lo esperan como a su salvador, pero
ya no será por causa d"l pecado.
EI antiguo testamento contiene
las figuras del nuevo
re ti",l"u ff :n§L3:"'i"tiJ,'b::-
nes por venir, peto no la verdadera
figura de las cosas. Por eso no puede
llevar a Ia perfección mediante los
sacrificios a los .que vuelven a ofre-
cerlos año tras año. 2 De ctro modo
quedarían puros de una vez gracias a
su culto; ya no se sentirían culpables
de ningún pecado y dejarían de ofre-
cer sus sacrificios. 3 Pero ño, cada
año estos sacrificios recuerdan sus
pecados; o
es que Ia sangre de los to-
ros y de los chivos no tiene valor pa-
ra quitar los pecados.
5 Por eso, al entrar Cristo en el
mundo dice:
Tú no quisis te sacrificios ni ofren-
das, sino que me formaste un cuerpo.
6 No te agradaron los holocaustos ni
Ios sacrif,cíos por gl pecadg; : enton-
ces diie: rAqui eltoy g?.t oh D.í.9s, cq-
mo en un capítulo del lí.bfo está escri-
to de frí, para hacer tu uoluntad,.
8 Cornienza por decir: No guisiste
sacrifrcios ni ofrendas, ni te agrada-
463
ron holocaustos o sacrifrcios por el pe-
cado. Y sin embargo esto es lo que
pedía la Ley. e Entonces sigue: Aquí
estoy Ao para hacer tu uoluntad. Con
esto anula el primer orden de las co-
sas para establecer e[ segundo. '0 Es-
ta voluntad de Dios, de que habla, es
que seamos santificados por Ia ofren-
da del cuerpo de Cristo Jesús hecha
una sola vez.
I I Los sacerdotes están de servicio
diariamente para cumplir su oficio,
ofreciendo repetidas veces los mis-
mos sacrificios, que nunca tienen el
poder de quitar los pecados. '2 Cristo,
por el contrario, ofreció por los peca-
dos un único y definitivo sacrificio y
se sen tó a la derecha de Dios,'3 espe-
rando solamente que Dios ponga a
sus enemigos debajo de sus pies.
ro Su única ofrenda lleva a la per-
fección definitiva a los que santifi-
ca. '5 Nos lo declara el Espíritu San-
to.. Después de.decir: 't
'Esta
e-§ la
alianza que pactaré con e/los en los
tiempos que han de uenír, e[ Señor
añade, Pondré mis [eges en. su cora-
zón y las grabaré en -su
mente. t7 No
uolueré a acordarme de sus errores
nt de sus pecados.
tB
Pues bien, si los pecados han si-
do perdonados, yd no hay sacr'lficios
por el pecado.
.-.
Sigamos firmes en Ia fe
HEBREOS 1O
nuevo y vivo a través de la cortina,
es decir, su carne. 2' Teniendo un:sa-
cerdote excepcional a cargo de la ca-
sa de Dios, ' acerquémonos con co-
razón sincero, con fe plena, limpios
interiormente de todo lo que mancha
Ia conciencia y con el cuerpo lavado
con agua pqra. 23
Sigamos profesan-
do nuestra 'esperanza
sin que nada
nos pueda conmover, ya que es dig-
no de confianza aquel que se com-
prometió. 2o
Tratemos de incitamos el'
i.rno al otro en Ia forrna de amar y ha-
cer el bien
25
No abandonen las asambleas,
como algulgs acostumbran hacer,
sino más bien anímense unos a
otros, tanto más cuanto ven que se
acerca el día. 26
Si pecamos volunta-
riamente después de haber recibido
el pleno conocirniento de Ia verdad,
no puedg_ haber ya sacrificio por el
pecado; 27
solamente queda la pers-
pectiva tremenda del juicio y dei fue-
go que devorará a los rebeldes.
.'u'El que.desprecia [a Ley .{e Moi.
sés es condenado a muerte sin com-
pasión por el testimonio de dos o tres
personas. 2n
¿no- será mucho peor'pa-
ra quien pisotee al Hijo de Dios y
prgfane:la sangre de Ia alia nza con lá
cual fue santif-icado, habiendo insul-
tado al Espíritu, don de Dios? 30
Co-
nocemos al que dijo: A mí me corres-
ponde la u.e¡'tgqya, daré'a cada cual
su 'merecido. Y también: EI Señor
juzgara a su pueblo' 3r Es espantoso
caer: en las manos del Dios, jvivo.
32
Recuerden: aquellos prÍrneros
o lO.1 Toda la insistencia en estos párrafos
(10,1-18) estará pugsta en el'paso de una reli-
qión en oue todo tierie que ser siempre recomenj
ááo. a ün nuevo estadó en el que se está'eri Io
dáfinitivo. Este es unaspecto de la fe cristiana
que no es fácil de acepta-r. ¿Somos los creyentes
dn Cristo los únicos lue vlven en lo definitivo;
. mientras tantas otras ieligiones .pretenden estar
--/
t
en la verdad? ¿Estamos á lo iléfinitivo cuando
todoi loi dias ,ólvemos a com eter lai mismag fal-
tas? ¿Estamos en [o definitivo cunnd.o el testimo-
nio cistiano en el mundo'' está. tan lejos de con-
vencer? Nadie podría respond ei a todas esas
á;áil toi¿ acab-aremos coh e[as .cua5rdg perso-
nalmente entremos en lo profundo de la expe-
muchas vecesiel sacramento del perdón? ¿Cómo,.
pues, afirmamos que el sacrificirc de Cristo nos
ha liberado?
Hay que decir que todos los sacramentos que
recibi-mór
-y
tanibién el perdón recibido en' la
lglesia- no éon más que la aplicación.en el mo-
mento present e de lo que ya sg hizo.de una vez
para siámpre. Paia el bauiizado no hay ningún
iito, compromiso, nuevo bautismo (bautismo
con.agua.t bautismo odel Fspíritu?.,.) que pueda
darle i-o que todaüa .no tuü€rd: todo lo tiene en
Jesús. Ju'an no vacila en decir que el qü¿ está
'en Cristo no peca (1 Jn 3,6); Do comete'el pe-
cado que conduce.a la muerte.(l Jn-S.17). Sola:
.mente los pecados que producen una iuptura
total con Cristo y con nuestros comprornisos,
-lo
que sería eChar al tacho nuestro ideal-,
son lo! que nos hacen volver a'- nuestra antigua
situación de muerte. No vayamos pues a pensar
que un cristiano pasa continuamente del pecado
rirortal a la gracia',
o te AsÍ, pues, herrnanos, no pode-
mos dudar de que entraremos en el
Santuario e'n viitud de.-la sangre de
Jesús; 20 él nos abrió ese cámino
ri€ncia Cristiana:
De otio mocio quedarían puros de una uez
(2). Si se multiplicaban los saérificios .Por ql 'pqr:
áé". esto demúestra que ninguno .los liberaoa- del
ñ;ádó.-Pero nosotrós, ¿n; recibimos también
(25). Nuestra
hallamos moti-
8. HEBREOS 1O
tiernpos, poco después de haber sido
iir"iinad'os, ۖ que tuvieron gue
soportar un duro Y doloroso comba-
i;.'33 A veces fuerón expuestos públi-
camente a humillaciones Y Pruebas'
otras veces tuvieron que Pa{icipar
ááaiufrimiento de otros gug fueron
trátuaot de esta manera. l.Syfrieron
ion lot que iban a la cárcel, Ies qui-
taron sus bienes y lo aceptarol goSo-
rot, sabiendo qúe les. esPeraba una
iiqü..u qejqr Y'T1t--d:f9::1'
35
Por
eso no preidañ ahora su resolución,
ó; tenára una recomPensa grande'
' 36 Es necesario que sean constan-
tes en hacer la vóluntad de Dios,
Dara que consigan su Promesa '
í'-A.uérdense: dentro de Poco, mYA
póq"io tt"*p.o, 91 9u9.!t? d9 uenír lle-
's1iV,.
"o
tardgri, '6 Mi iusto, si cree'
uwffa; pero sí desconfíá, Aa no lo mi-
raré coh amor. _3e Nosotros no somos
a" to, que se retjran y se pierden, si-
no que somos hombres de fe que
salvan sus almas-
Recordemos a los héroes de Ia fe
[?--l ' ' La fe es aferrarse a lo que
I r r I se espera, €s la cerleza de c.o-
sas que no s'e' pueden ver,' 2
Esto mis-
464
mo es lo que recordamos en nuestros
antepasados.
3 Por la fe creemos que las etaPas
de la creación fueron dispuestas por
la palabra de Dios Y entendemos qqe
ut inundo visible tiéne su origen en lo
que no aParece-
4 Por la fe de Abel, su sacrificio fue
mejor que el de su hermano Caín' Por
"so
fue considerado justo, como Dios
lo dio a entender aProbando sus
ofrendas. Y aun desPués de muerto,
por su fe sigue clamando-
'5 Por su fe también Henoc fue tras-
ladado al cielo en vez de morir, Y los
hombres no uoluieron a uerio, Porqae
Dios se to había lleuado. Antes de
oue fuera arrebatado al cielo, se nos
árc" que había agradado a Dios;.t P.e-
ro siri Ia fe es imposible agradarle,
pues nadie se'acerca a Dios si antes
no cree que existe Y que recomPensa
a los que Io buscan-
7 Por la fe Noé escuchó el anuncio
de acontecimientos que.no se podían
anticipar, y cÓn5truyó- el 31ca.
e!. qYe
iba a ialvárse coll su familia- La fe de
Ñoé condenaba-a sus §onle.mPorá-
neos, y por ella fue reconocido justo,
io .ráÍ ei fruto de la fe-
465
8 Por la fe Abrahán, Ilamado por
Dios, obedeció la orden de salir para
un país que recibiría en herencia, y
partió sin saber adónde iba. e La fe
hizo que se quedara en la tierra pro-
metida, que todavía no era suya. Allí
vivió en tiendas de campaña, lo mis-
mo que Isaac y Jacob, a los que be-
neficiaba la misrna promesa. r0 Pues
esperaban la ciudad de sólidos ci-
mientos, cuyo arquitecto y construc-
tor es Dios.
I I Por la fe pudo tener un hijo a pe-
sar de su avanzada edad y de que
Sara era también estéril, pues tuvo
confianza en el que se lo prometía.
'2 Por eso de este-hombre úhicamen-
te, ya casi impotente, nacieron des-
cendientes tan numerosos como las
estrellas del ci,elo e ínnumerables co-
rno los granos de arena de las orillas
del mar.
t3 Todos murieron como creyentes.
No habían conseguido lo prometido,
pero lo habían visto y reconocido
desde Jejos, confe-sándose estraños q
peregñnos en la tierra. 'o Los que así
hablan, hacen ve[ claramente que
van en busca de una patria; 't pues si
hubieran añorado Ia tierra de la que
hábÍan salido, tenían Ia oportunidad
de volver a ella. 16'Pero no, aspiraban
a una patria mejor, es decir, a la del
cielo. Por eso Dios no se avergüenza
de ellos ni de llamarse su Dios, pues
él
'les
preparó la ciudad.
l' Por la fe Abrahán fue a sacrificar
a Isaac cuando Dios guiso ponerlo a
prueba; estaba ofresiendo al hijo úni-
co que debía heredar la promesd, 't y
Dios le había dich o: Por Isaac tendrás
descendientes que lleaarán tu nom-
bre. re Abrahán pensó segutamente:
Dios és cap az de resl¡é¡tar a los
muertos. Por eso recobró'a su hijo, lo
que tiene un sentido simbólico:para
nosotros.
20
Por la fe también lsaac dio a Ja-
cob y a Esaú. las bendiciones que de-
cidían el porvenir. 2r Por Ia fe Jacob,
móribundo,'dio bendiciones diferen-
tes a los hijos de José y se inclinó
HEBREOS 1 1
apoyándose en su-bastón. 2 Por la fe
José, próximo a su fin, recordó que
Ios hijos de lsrael saldrían de'Egipto
y dio órdenes referentes a sus pro-
pios restos.
B Por la fe los padres del recién
nacido Moisés /o esco ndíeron durante
tres rneses,:pues uieron que el níño
era muA hermoso, A no temieron el
decreto del r€!; 2o
Por la fe Moisés, ya
crecido, se'negó a ser Ilamado hijo
de una hija del faraón, 25 y quiso
compartir no el goce pasajero del pe-
cado, sino los malos tratos del pue-
blo de Dios. '6 Se fijó en que Dios re-
tribuiría a cada uno, y consideró que
ser humillado con Cristo tenía más
valor que todas las riquezas de Egip-
to. 27 Por la fe abandonó Egipto sin
temor a la ira del rey, porque se fija-
ba en otra, que es invisiUle.
28
Por Ia fe celebró la Pascua y ro-
ciaron con sangre las'puertas para
que el exterminador no-diera muerte a
sus hijos primogénitos. 2e Por la fe
atravesaron el mar Rojo como si fuera
tierra seca, mientras que los egipcios
trataron de pasarlo y se ahogaron.
30
Pqr la fe cayeroh los'muios de
Jericó después de dar Ia -vuelta a su
alrededor durante siete días. 3r Por su
fe Ia prostituta Rahab dio buena aco-
gida a los espías y escapó a la muer-
te de los incrédulos.
" ¿Qré más diré? Me faltaría tiem-
po pára hablar de Gedeón, Barac,
Sansón, Jefté, David, Io mismo que
de Samuel y de los'profetas. " Ellos,
gracias a .lá fe,.soriretieron a otras
naciones, impuSieron Ia justicia, vie-
ron realizarse promesas de Dios, ce-
rraron bocas de leones, 34
apagaron
la violencia del fuego, escapáro--n del
filo,de Ia espada, sanaron de enfer-
medades, se mdstraton'valientes en
la guerra y rechazaron a los invaso-
35
Hubo- mujeres que recobraron' re-
sucitados a sus rnuertos; pero también
hubo otros gu€, en vista de una resu-
rrección mejor, no buscaron salvarse a
cualquier piecio de Ia tortura. s Otros
. 11.1 L¡s dudas se apoderan de quien se' ais-
ru.-¿Éái A;t;;;;i u-tt t que nos han precedi-
do. no a uno ; ;';d", iltlJ;1odá ása ¡hasa de
i."tilli*.ji-r"4" "ó É""de *r ilusión-
'-il
ii át como.afeirar* o 19
:q!1.::respera'
es Io certeza aá éótas qu.e no. sá pueden-uer'
ñ',"rñr,É :':fi*, {Z1:?,lHgl.H", ll,íñl,:Puede quedar
rún la fe y tomái áeci-
Lo importante es actuar- seg
;;¿íinspiraáát "r,
la.fe..Este capítulo presenta
ñ;li'i;-á¿;ñ;;l;' uiuti'os de'hombies v de
ü L, # ;"' - -{affi:',:'lUm :.f il{;-ff.';
k5;X:: ""
Dios contra. toda esperanza' ni
i;*f,|¿oá-t toisrás que abandoña Yn
porvenir co-
á#o"iáiu iáiá iinp"Iiute de eyiar a ul Rueblg
;üláá. Sul" lo hizoactuar en, el presente como
No es tar, sáncitlo decir [o que la fe tt%;H"fl::
"tp"-
y io qu" desea, .y los ejemplos a1
mu e strar, .uu
"iür-Jáiü¿L-
*rí aif á¿"tq .pueden
;; fñü; ááHiá- t-táñó. busáó a Dios;.Nóé pre-
f,]ró';i p"r*nir áel mundo gn vísperas de u¡1a ca-
íaltioill rrn"t üvieron ql la tierra sin tratar de
instalars e en áfüt ;ñ; áE'totl sy vid. a por defen-
der una patriilt;¿ñá.-P"to siempre existía la
;;; dá qu"-piói áü"¡a hacei algo con ellos, y
sus üdas serían fecundas dg la nlaneqgue fues€.
§;;;I"rá-ál contraste en el versículo 35' algunos
;á¿iilá ti fe, obtuüeron de Dios la resunección
üñ h¡o m,.,b*o (1 Re 17,23);.pero o{os tuvie-
iJ"-fL- d;á ebgir en este m.undó la tortura y la
mue*e, para ai tener. derecho
-más
tarde- a
una resufrecclon-
- f.tu selecciót de héroes de 13 fe pone '"6.P.n-
-lirgut a jefes, á hombresvalieltes que quisie-
,óñ tiUÉrar y servir a su pueblo. Al hacer esto es-
i;ü;; t"l'i.i i..or,r.ieátemente, en busca d" lq
;;;á;i¿á p"ttiá- ¡Cuántas perso-na: hov día, tal
váz-mal créyentgs y no pertenecientes a ninguna
f-ot"ríu. están efec[ivamente en 9l camino de'la
;?;-J;7 ái-o¡ot cuando se saclifican po{ ?l pot-
"LI-rir-á"imundo!
Estos son los Hebreos del mun-
á;;.d;t"á v Oios no se auergüenza de llamar'
se su Dios (16).
-tE
tOr héio.r de'lá fe rnurieron sin haber üsto
l" q"é-Dios prornetía;. muchos dieron la impre-
sióri de haber fracasado, pero sus sucesores. Pg-
á;;;;;.ó-[tobar que fu'eron los actores de la
ñi;i;;;' eiáut*:se'dirige a cristianos v les dice:
iltlárá-or nuestras aJmos., Esto sigáifica que
ilili^r"mos plenamente todo !o que-es[á en' nó:
;ód"r, y uicai,raremos lo que Dios nos ha reserj
Gao én sr., etemidad.
9. HEBRECS 1 1
sufrieron Ia prueba de las cadenas y de
la cárcel. 37
Fueron apedreados, tortú-
rados, aserrados, murieron a espada,
anduvieron enantes de una parte para
otra, sin otro vesüdo que pieles de cor-
'deros y de cabras, faltos de todo, opri-
38
Esos hombres, de.los cuales no
era digno el mundo, tenían que vagar
por Ios desiertos y'lás montañas y re-
fugiarse en cuevas y escondites.
3e
Todos éstos merécieron que se:
recordara su fe, pero no por eso con-
siguieron el objeto:de la prome§a.
40
Es que :Dios' nos reservaba algo
mejor, / ro debían llegar al término
sin;nosotros. .
Acepten Ia corrección del Señor
466
pero todavia no han tenido que resisür
hasta Ia sangre. 5 Ta['vez' hayan olvi-
dado Ia palabra de consuelo que la
sabiduría les dirige: como a hijos: H¡jo,
no tg pongas tqt, porque el S.eñor te
coníge, no te desanimes cuando te re-
prenda; 6 pue-s el Señ or conige al que
ama y castíga at que recibe como hUo.
7 Ustedes sufren, perq es para su'
bien, y Dios los tratá cómo a hijos:'
¿q qué h[o no lo corrige su padre?
I Si no conocieran la corrección,.que
ha sido Ia suerte de todos, serían
bastardos y no hijos.
' Además, cuando nuestros padres
según la came nos corregÍan, los res-
petábamos. ¿No deberíámos someter-
nos con mayor razón, al Padre de los
espíritus paia tener vida? Io Nuestros
padres nós corregían sin ver más allá
de Ia vida presente, tan corta, mien-
tras que El mira a Io que nos ayúdará
a participar de su propia §antidad,
': Ninguna corrección nos alegra en el
momento, más bien duele; perg con el
tiempo, si nos dejamos instruir, traer{
467
dos y_progresen en la santidad, pues
sin ella nadie verá al Señor. ,t-Cuí-
dense, ño sea que alguno de ustedes
pierda la gracia de _Dios y alguna raíz
alnarga produzca brotes, pe¡judícan-
do a rnuchos. t9-Que ne hayá ningún
inmoral, impío corno Esaú, que por
qn gqiso entregó sus derechos sagra-
dos de hrjo mayor. '' Ustedes saben
que despirés, cuando quiso obtener
Ia bendición, fue rechazado y no pu-
do cambiar la decisión, aunque Io-pi-
dió con lágrimas. :
rB
Recuerden su iniciación. No hu-
bo aquel fuego físico que ardía junto
a la nube oscura y Ia tempeitad,
'' con el sonido de trompetai y una
voz tan potente que los hijos de-lsrael
suplicaron que no se les hablara
más. 20
De este rnodo acataron aque-
lla orden de no acercarse: Quien to-
que el monte, aunque sea un animal,
deberá ser apedreado. " Lo que se
veía era tan terrible que Moisés dijo:
Estog temblando ae mtedo.
2 Ustedes, en carnbio, se han acer-
cado al monte de Sión, a la ciudad del
Dios vivo, a la Jerusalén celestial con
sus innumerables ángeles, ,, a la
asamblea en fiesta de los primeros
ciudadanos del cielo; 'a Dios, juez uni-
versal, ál que rodean los espíritus de
fos justo§, qug ya alcanzaron su per-
fección; 2o
a Jesús, el mediador de Ia
nueva alianza, llgvando.la sa¡gre que'.;.
purifica y que dama a Dios c.on, más
fueza que Ia qgngr.e de Abel.
25
Cuidado, pues, de hacerse los
sordos con el que habla. Pues si no
se salvaron en aquel tiempo los que
HEBREOS 13
desoyeron tas palabras del .profeta en
la tierra, -menos todavía nosotros si
nos desentendemos del qúe habla
desde los cielos. ,u Su voz conmovió
entonces Ia tierFd, pero ahora se nos
da este aviso: Esta últí,ma uez haré
temblar no sO¿o la tierra, sino tatmbíén
el cielo
27
Las palabras esta ultima uez in-
dican que serán cambiadas las cosas
que se pueden mover, es decir, las
creadas, y sólo petqanecerán las
que no !.e pueven. 28.Por eso, si he-
rnos recibido el reino que no se pue-
de rnover, conservemos esta graiia y
siryamos a Dios como él deséa, con
?mor y de verdád, ,, pues nuestro
Dios es fuego deuoradoi. :
..
Diversos consejos
:-
[-1 ?l ? ! Manténgase ql amor frater-
Ll -/ | ro. 2 No dejen de practicar la
hospitalidadl pues saben que algunos
dieron alojamientq a ánggles si-n sa-
berlo. 3 Acuérden_se-de los presos co-
mo . si estuvierAn con ellos en Ia cár-
cel, y de los que sufren,, pues gstedes
también tlenen cuerpo.
o
'Que todos res¡ieten él; rñatrimo-
nio y ninguno mañche la unión con-
yugal. Dios castigárá' a los' licencio-
sos y a los quq cometen adulterio.
bien qonfórmense con Iorque tienen,
pygs Dios ha dicho: duncá te dejaré
ni'te abandonaré.6 Y nosotros hemos
de. responder cqnfiados: E¿ S¿ñ;'¿;
mi socorro, no temeré. ¿Qué pueden
hacerme /os hombres?
' Acuérdense de sus dirigentes que
tz Por lo tanto, leuanten las manos
caídas y fortalezcan /4s rodíUas ,gue,
tíembllil'3, énderec:en los. caminos
tortuosob po.r d,onde hán de pasiar,
para que el cojo no se desengamine
Progresen en Ia
: i ie Procuien:':. ....
santidad
estar.en pdz .,9on te-
o 13.1 La fe es alqo qrande, bero se üve en
los detalles de Ia vididiária. Los perseguidos, a
quienes iba dirigida esta carta, no teníañ necesi-
dad de emprender nuevas ta¡.eas.' Les bastaba
con acept?r su situación de marginalidad, com-
partiendb las humillaciones de Jesüs. ,
Jesús solió de la ciudod sonto (L2'). El texto
dice: "fuera del -campamento", €xpresión que re-
cordaba la estadía en el desierto. bero oue'desiq-
naba, en realidad, el Templo y lá ciudád santá.
La Biblia exigía, que las victimás ofrecidas en el
gran día del Perdon fueran quernadas Íuárá aái
recinto sagrado (Num 19,1-3); eso era como decir
que los pecgdgs del pueblo se transferían a las
víctimas, y hu.bía. que expul$rlas para quitar el
ma! y el pecado del pueblo. Este ritual aniinciabá
ya Io que iba a pasar con Jesús, quien fue prirne-
ro expulsado de [a cpmunidad, y lüego muriO fu¿-
ra de los muros de Jerusalén.
, F Rt¡ede sacar otra lección y eg que los fieles
deben,deja¡.el lugar.sagrado, ás deiir. una ,¡dá
c.ornooa y oren' considerada para buscar el reino
de justicia tan'desamparado. El creyente no se
entrega al mundo presente; él no es de,este mun-
do, y rehúsa aprovecharse de este rnundo como
si fuese la patria definitiva