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V O L U M E N
1 9 4 0 1 9 5 0
3
E M O RI A D E
LA P INTURA
DOMINICANA
Convergencia de Generaciones
M
Danilo
De los Santos
C O L E C C I O N
CENTENARIO
G R U P O
LEON JIMENES´
´
31940 1950
LA CONFLUYENTE
CONTINUACIÓN
DE UN DECENIO
3|1 La grandilocuencia de
un aniversario: arquitectura,
artistas, celebraciones
y decadencia 353
3|2 Cinco artistas notables
de la generación del 1950:
Giudicelli, Peña Defilló,
Silvano, Balcácer
y Gaspar Mario 378
3|3 La proyección de otros
cinco sobresalientes:
Faxas, Dionisio Pichardo,
Guillo, Cestero y Azar 440
De los Santos, Danilo, 1944-
Memoria de la pintura dominicana / Danilo De los Santos.–
Santo Domingo : Grupo León Jimenes, 2003.
8v. : il.– (Colección Centenario Grupo León Jimenes)
Contenido: v. 1 Raíces e impulso nacional 2000 a. c.–
1924.— v.2 Impulso y desarrollo moderno 1920-1950.–
v.3 Convergencia de generaciones 1940-1950
1. Pintura dominicana – Historia 2. Pintores dominicanos I.Título
759.97293
S237m
CEP / Centro León
©2004 Grupo León Jimenes
ISBN 99934-913-6-5
Todos los Derechos Reservados.
Registro de Propiedad Intelectual.
Este libro es propiedad del Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida
en ninguna forma o medio sin el permiso escrito del propietario,
excepto para la inclusión de citas en una reseña o revista.
COORDINACIÓN EDITORIAL
Félix Fernández
DIGITACIÓN
Josefina Soriano Tallaj
ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO Y ONOMÁSTICO
Luis Córdova
FOTOGRAFÍA
Mariano Hernández
Natalio Puras Penzo (Apeco)
DISEÑO Y PRODUCCIÓN
Lourdes Saleme y Asociados
Directora de arte / Lourdes Saleme
Diseñadora asociada / Kirsis Santana
IMPRESIÓN
Vistacolor®
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana
2004
CUBIERTA
Paul Giudicelli. Pelea de gatos.
Clara Ledesma.Amantes (detalle).
PÁGINA 1
Gilberto Hernández Ortega. Composición.
C O L E C C I O N
CENTENARIO
G R U P O
LEON JIMENES´
´
EL TRÁNSITO DE
LA DÉCADA DE 1940 A 1950
1|1 Arte, trujillismo
y vanagloria 7
1|2 Los primeros egresados
de la ENBA: pasos perdidos
y rastros encontrados 20
1|3 Un núcleo de independientes
y desolvidados 56
1|4 Otra mirada a la primera
generación de la ENBA:
cinco sobresalientes pintoras 70
1|5 Más activistas de la primera
generación: seis notables
artistas hombres 114
Bibliografía 472
Índice onomástico 480
Índice de ilustraciones 485
LA CONFLUENCIA DE
LAS GENERACIONES
EN LA DÉCADA DE 1950
2|1 La modernidad
y la orientación de
los artistas más notables 181
2|2 Una visión general
del período 1951-1960 206
2|3 El arte de nuestro
tiempo en el trasfondo
de muchos emergentes
del 50 228
2|4 Seis pintores del norte
en el género nativo 254
2|5 Dos variables
de la generación:
independientes
y autodidactas 282
Contenido
1
2
3
Yoryi Morel|Los estudiantes (cuarteto)|Óleo/tela|38 x 34 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular.
1E L T R Á N S I T O D E L A
d é c a d a d e 1 9 4 0 a 1 9 5 0
1|1 Arte, trujillismo y vanagloria
Históricamente, en la década del 1940 se desarrolla otro florecimiento cultural sola-
mente comparable con el de aquella etapa del cambio de las estructuras económicas,
políticas y sociales, que comienza en el decenio 1870 bajo el impulso de los liberales,
con Luperón a la cabeza,y en el que se destaca la poderosa influencia educativa de Hos-
tos. Es un impulso caracterizado por la aparición de los primeros grandes poetas, narra-
dores y ensayistas, quienes conforman junto a músicos y artistas visuales un círculo cul-
tural vitalizador de una espiritualidad nacional que trasciende.Aglutinantes de este cír-
culo resultan las sociedades civilistas, culturales y recreativas, e igualmente los medios
editoriales y periodísticos. Ese primer florecimiento de aliento romántico y positivista,
de búsqueda del progreso y de animación social generalizada, terminó coincidiendo
|9| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |8|
con la llamada «dictadura criolla» de Ulises Heureaux y los predominios caudillescos su-
cesivos que culminan con la dictadura militar, que representa la intervención estadou-
nidense de 1916-1924.
El nuevo florecimiento cultural que se produce durante los años del 1940 se caracteriza
por la confluencia de respuestas nacionales registradas con independencia al nacionalismo
político que adviene con la consolidación de la dictadura de Trujillo y el florecimiento
moderno de las artes, de la educación y de las letras. Este otro renacimiento dominicano
es limitado frente a la triple asociación del capitalismo personalizado, capitalización buro-
crática y capital territorial monopólica. Empero, representa una renovación de alcances
sostenidos, moviéndose entre una cierta libertad artística a niveles colaterales y la nega-
ción política de esa libertad en otros aspectos esenciales de los derechos civiles.
permite el restablecimiento de la Facultad de Filosofía (1940) y la construcción de mo-
dernos edificios de la Ciudad Universitaria. La matrícula estudiantil refleja un aumento
creciente: en el 1936-37 el total de estudiantes universitarios fue de 328, en el curso
1941-42 aumentó a 900, en el curso 1946-47 a 1,558 y en el curso 1951-52 llegó a
2,449. La intensificación de la enseñanza primaria y secundaria se relaciona con el au-
mento de la matrícula universitaria. Sobre este aspecto comenta: «Sin contar las escuelas
de emergencias para combatir el analfabetismo adulto, las cifras comparativas ofrecen los
siguientes datos: de 898 escuelas en 1936-37 a 2,747 en 1951-52».También se refiere al
programa de las Escuelas Especiales que se implementa durante el régimen. En este pro-
grama figuran la Escuela Nacional de Bellas Artes, el Liceo Musical, la Escuela Diplomá-
tica y Consular y la Escuela de Oficio. Galíndez resalta la atención que merecen las ins-
Manolo Pascual|Atleta|Tinta/papel|31 x 18 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular.
Ernesto Lothar|Retrato de la señora M|Mixta/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional.
tituciones culturales de distinta índole, creadas y reorganizadas, como la Orquesta Sinfó-
nica Nacional, el Archivo Nacional, la Biblioteca de la Universidad y la proyectada Ga-
lería de Bellas Artes,… así como el fomento prestado a los pintores, escultores y literatos.
Finalmente menciona la publicación de dos periódicos: «El Caribe» y «La Nación», así
como el establecimiento de la estación radio-televisora «LaVoz Dominicana», lo cual su-
pone un progreso aunque esté disminuido su alcance por la tendenciosa propaganda».|2|
|1|
Galíndez, Jesús de.
Op. Cit.
Pág. 244.
José Vela Zanetti|Sin título (Bodegón)|Óleo/cartón|87 x 175 cms.|1948|Col. Cándido Bidó.
Quizás lo correcto es entender este proceso de florecimiento producido durante los años
del 1940 a la luz del enfoque apreciativo de Jesús de Galíndez, quien al referirse a las po-
líticas culturales de la dictadura, señala: «Aunque sea menos llamativo, también cabe ano-
tar en el haber del régimen trujillista un cierto progreso cultural, ya que no espiritual. Es
decir, el aumento de instituciones de cultura en su aspecto material».|1| De Galíndez
detalla los aspectos que cualifican este progreso enfocado a la Universidad, cuyo apoyo
|2|
Idem.
Págs. 224-225.
|11| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |10|
Como el dictador Trujillo era el primero en todo: primer caudillo, primer general, pri-
mer maestro, primer constructor, etc., la tendencia era reconocer que todo se debía a
su iniciativa y decisión. Independientemente de una voluntad megalómana, personalis-
ta y controladora, las iniciativas procedían de funcionarios con claras visiones de las ne-
cesidades de la nación. Fue el caso de Rafael Díaz Niese, quien al retornar al país fue
requerido por Trujillo en atención a su formación, sobre todo de políglota y hombre
cosmopolita. Con gran visión moderna e interesado por la cultura, Díaz Niese aceptó
ser funcionario del régimen y desde esa posición influyó directamente en el proyecto
de animación y educación de las Bellas Artes, convirtiéndose en orientador e ideólogo
decisivo.
Díaz Niese era un gestor moderno e igualmente lo eran los arquitectos que se asocia-
Darío Suro|Choza campesina|Óleo/tela|25 x 38 cms.|1937|Col. Wenceslao Vega.
dominicano y coadyuvan positivamente en la orientación moderna (Gausachs, Pascual,
Granell,Lothar,Vela Zanetti,…),orientación también pautada de manera directa por los
artistas Celeste Woss y Gil,Yoryi Morel, Darío Suro y de forma indirecta por Tito Cá-
nepa y Jaime Colson, residentes en el extranjero.
El florecimiento de la década del 1940 se relacionó con otras manifestaciones, como la
música, consagrándose un buen número de compositores nacionales (Pancho García,
Ravelo, Hernández, Ignacio,…), llevados al nivel sinfónico por el Maestro Casals Chapí.
También el teatro, animado por un sector del exilio antifascista y republicano de Santo
Domingo. Este exilio trajo al país, además de artistas de todo género, narradores, técni-
cos, periodistas, poetas, juristas, historiadores, filósofos y académicos universitarios con
quienes sufre el medio capitalino una alteración innovadora en términos socioculturales.
Joseph Fulop|Paisaje|Óleo/tela|20 x 27cms.|1949|Col. J. A. Wittkop.
ban como generación a Guillermo González y José Antonio Caro, una generación que
trascendía con sus iniciativas y obras al hecho situacional de diseñar y construir princi-
palmente para un régimen que los colocaba temporalmente en el anonimato porque el
único «arquitecto» de la República era el tirano. Estos primeros maestros de la moder-
na arquitectura funcional conforman un eje de florecimiento de los años 1940 y con
posterioridad a ese decenio. Igualmente lo son los artistas exiliados que hacen camino
|13| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |12|
Frecuentes exposiciones de artes visuales y conciertos promovidos dentro y fuera de los
límites capitalinos, conferencias, tertulias y espectáculos de teatro definen un singular ac-
tivismo, al que se suma el quehacer de la literatura nacional con numerosas publicacio-
nes, notables grupos de poetas, el impulso de la crítica de arte y la aparición de movi-
mientos o tendencias literarias que forman parte de un quehacer cultural de doble con-
fluencia como es la oficial y la privada. En relación al ambiente cultural de estos años,
escribe Galíndez: «No todas estas manifestaciones culturales de los últimos años han sur-
gido de un impulso gubernamental.A su lado hay que mencionar con elogio la labor de
librerías de propiedad privada: «La Librería Dominicana» organiza conferencias cultura-
les. Grupos de poetas como «La Poesía Sorprendida» y poetas individuales como More-
no Jiménez, Incháustegui, Mieses Burgos, Carmen Natalia y Oscar Pacheco; novelistas
como Marrero Aristy, Damirón y López Penha, cuentistas como Juan Bosch; quienes a
veces han terminado por someterse al régimen, y alguna otra vez han tenido que partir
al destierro. Centros de divulgación cultural como «Amantes de la Luz» en Santiago de
los Caballeros. Colegios privados como el «Instituto Escuela» y alguno religioso».|3|
Uno de los medios notables de difusión cultural fueron los Cuadernos Dominicanos de
Cultura, una revista con labor entre 1943 y 1952, animada por un grupo de intelectua-
les oficiales y en la que se publicaba un material diverso: ensayos, investigaciones histó-
ricas, documentos gubernativos y una variedad de textos literarios (poesía, ensayo, tea-
tro y cuento), a veces publicados íntegramente o de manera parcial. En ediciones de es-
tos cuadernos aparecerían con frecuencia reproducciones artísticas, en su mayoría de
pintores nacionales. Sus directores eran intelectuales modernos, entre ellos Pedro René
Contín Aybar, definido como «un gran esteta: poeta, ensayista, crítico de arte, dramatur-
go y admirable causser», quien se convirtió en una figura fundamental del quehacer ar-
tístico y literario durante las décadas del cuarenta y del cincuenta. Él difundió a gran-
des poetas casi desconocidos por los dominicanos (Lorca, Neruda,Vallejo,…). Fue de
los primeros en reconocer los méritos de Domingo Moreno Jiménez y su Postumismo
e igualmente dio a conocer en Santo Domingo la labor creadora de Jaime Colson. Se
distinguía, además, como conferencista de atención social y de sustentaciones osadas.
Contín publicó en 1945 la «Antología Poética Dominicana, un valioso libro en el que
dejó fuera a muchos encumbrados e incluyó algunos poetas desafectos al régimen y
otros que aparentemente conspiraban desde el exilio (…). La osadía de Contín fue
grande (…) en su antología (…) incluye no sólo los poemas revolucionarios de In-
cháustegui Cabral, Mariano Lebrón, Pedro Mir y Rubén Suro, sino que incluye poetas
prohibidos como Emilio Morel y Lucas Pichardo».|4|
Las citadas apreciaciones sobre Contín Aybar las emite Mariano Lebrón Saviñón, un
integrante del movimiento de La Poesía Sorprendida, cuya revista homónima desa-
rrolló una labor difusora, crítica y de repudio tácito a la dictadura con una escritura
muchas veces de doble significado, recubierta si se quiere, aunque decididamente asu-
mió la denuncia social en textos como «Clima de Eternidad», de Franklin Mieses
Burgos, y «Vlía», de Freddy Gatón Arce.|5| Con desenvolvimiento durante tres años
(1943-1946), las revistas y los cuadernos son relevados por otras publicaciones asocia-
das al movimiento. Durante el año 1947 aparece «Entre las Soledades», órgano diri-
gido por Fernández Spencer, seguido durante el decenio 1950 de «La Isla Necesaria»,
una colección de publicaciones dirigidas por varios poetas sorprendidos. Entre los
números publicados figura «Como Naciendo Aún», un texto de Lupo Hernández
|3|
Idem,
Pág. 225.
|4|
Lebrón Saviñón,
Mariano.
Historia
de la Cultura
Dominicana,
Tomo IV. 1982.
Págs. 7-14.
|5|
Rueda, Manuel.
Dos Siglos
de Literatura (…).
Poesía (1), 1996.
Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Andante|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |14| |15| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1
Rueda, integrante de una generación de nuevos poetas que se dan a conocer a partir
de 1948, los cuales recogen la herencia de las dos tendencias poéticas principales de
la época, «la Poesía Sorprendida, universalista, influida por el surrealismo y la Poesía
Independiente, de intención social y neorrealista».|6| A esta última tendencia perte-
necían Tomás Hernández Franco, Pedro Mir, Manuel del Cabral y Héctor Incháuste-
gui Cabral.
Los integrantes de la Generación de 1948 –explica Baeza Flores– «viven una etapa de
identificación y agrupamiento generacional, que ocurre desde las páginas de «El Ca-
ribe» que dirige María Ugarte y desde Cuadernos de Cultura Dominicana, que es la úni-
ca revista literaria que existe entonces, cuando estos poetas aparecen, y no tienen otra
donde ir».|7| Cohesionados más por determinados fenómenos generacionales que
1960), Rafael Lara Cintrón (n. 1931), Luis Alfredo Torres (n. 1935), Juan Alberto Pe-
ña Lebrón (n. 1930), RafaelValera Benítez (n. 1928),AbelardoVicioso (n. 1930) yVíc-
tor Villegas (n. 1924), el desenvolvimiento de estos poetas se produce dentro de cir-
cunstancias que parecen variar la dirección del sistema trujillista. Una de esas situa-
ciones es la estrategia del régimen en cuanto a permitir la formación y el activismo
de grupos políticos de oposición, hecho que estimula la salida del Movimiento Obre-
ro Dominicano, el cual promovió una huelga en los campos azucareros de San Pedro
de Macorís y La Romana. Este rejuego de apariencia democrática concluyó con las
acciones opresoras que incluso produjeron el asesinato de algunos líderes. Otra cir-
cunstancia fue la invasión de Luperón de 1949, comandada por Horacio Ornes Cois-
cou. Estos hechos y otros que se asociaron a prácticas arriesgadas (escuchar la radio
clandestina, efectuar lecturas prohibidas, …) crearon una conciencia antitrujillista y de
combate poético, indirecto –a la manera de Los Sorprendidos–, cauteloso y a veces
oscuro en los pronunciamientos.|9|
Rebeldes por razones políticas, los jóvenes escritores de la Generación del 48 asumen
un concepto poético del español Miguel Hernández para identificar sus ediciones bi-
bliográficas. Se trata del verso «El SilboVulnerable». «Con esta señal de identidad publi-
|6|
Alcántara
Almánzar, José.
Estudio de Poesía
Dominicana.
1978. Pág.18.
|7|
Baeza Flores, A.
La Poesía
Dominicana (…).
Tomo IV, 1986.
Pág. 92.
|8|
Rueda, M.
Op. Cit.
Págs. 30-32.
|9|
Hernández Rueda,
Lupo.
La Generación
del 48. Tomo I.
Págs. 31-32.
por edades a tomar en cuenta (sus integrantes nacen entre 1924 y 1931), los nuevos
poetas convierten los hogares de Mieses Burgos y Manuel Rueda en centro de sus
operaciones. «El lema que identifica a la generación: Poesía con lo Dominicano Uni-
versal, reinterpreta o repite el fundamento de La Poesía Sorprendida».|8| Conforma-
do por Lupo Hernández Rueda (n. 1930), Máximo Avilés Blonda (n. 1931), Ramón
Cifré Navarro (n. 1926),Abel Fernández Mejía (n. 1931), Juan Carlos Jiménez (1930-
Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Scherzo|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Allegro|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Adagio|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Sinfonía|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
|17| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |16|
que se vive bajo un sistema tiránico, bajo una dictadura con un control poderoso, fé-
rreo,unipersonal, con el Benefactor de la Patria como cumbre de la pirámide.Está, ade-
más, la Fortaleza Militar junto al Ozama, donde van a parar los desafectos al régimen.
Estos poetas de 1948 dicen, expresan su protesta, pero deben cuidar la forma de hacer-
la llegar a los capaces de recibirla.Y las referencias religiosas –Dios– son elementos y
símbolos de este lenguaje».|11|
Los poetas del 48 apenas esbozaban su punto de partida cuando se produce la expedi-
ción armada de exiliados antitrujillistas del 19 de junio de 1949. Buscando derrocar el
régimen que oprimía al pueblo dominicano, un buen número de expatriados se habían
organizado alrededor de Juan Rodríguez García, entrenándose militarmente en Guate-
mala con el apoyo del Presidente Juan José Arévalo, partidario de la causa antitrujillis-
Jaime Colson|Viñeta para «Cibao» de Tomás Hernández Franco|1951.Gilberto Hernández Ortega|Viñeta para «6 Cantos» de Franklin Mieses Burgos|Mayo 1948|Cuadernos Dominicanos
de Cultura Nº 5.
Darío Suro|Viñeta para «La Vida Itinerante» de Rafael Díaz Niese|Marzo 1944|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 7.
can «Trío» (1957), en cuya solapa plantean que toda manifestación del arte dominicano
debe partir de las raíces de nuestras colectividad, lo cual como objetivo debe alcanzar-
se mediante la búsqueda e identificación con nuestras más plausibles esencias, como
único medio para arribar a la expresión de las dimensiones universales del ser domini-
cano. Como meta prioritaria, El Silbo se propone garantizar el rumbo de ciertas mani-
festaciones fundamentales del proceso cultural dominicano, teniendo al hombre como
único ser sujeto de destino y la única criatura susceptible de plantearse el problema de
su tránsito por el mundo».|10|
La Generación del 48 propugna por una poesía responsable, artística y testimonial, ba-
sada en la belleza y en la verdad; pero poesía con el hombre dominicano unida a la con-
quista integral de la libertad. Con un desenvolvimiento registrado, sobre todo, en el pe-
ríodo marcado por los años del 1950, a partir de los cuales maduran sus voces, esta ge-
neración provoca el siguiente punto de vista de Baeza Flores: «Estos poetas buscan lo
nacional desde varias vías que van desde el neorrealismo y un neobarroquismo. Procu-
ran en idioma poético propio identificable que sea participable y cuidadoso, esmerado,
filtrado, pero que pueda contener, simbólicamente –y de ahí el barroquismo– las inten-
ciones políticas anti-tiránicas que los animan. Son protestatarios, pero hay que recordar
|10|
Idem.
Pág. 33.
|11|
Baeza Flores, A.
Op. Cit.
Pág. 92.
Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |18| |19| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1
2,121,000 habitantes,|12| Trujillo era el hombre más rico de la isla y el gobernante
con más poder en la región caribeña. Este amplio poderío le permitía inmiscuirse in-
directamente en asuntos de otros países periféricos, extendiendo la criminalidad para
eliminar todo enemigo o para promover las iniciativas propagandísticas que elevaran
favorablemente su imagen de estadista, promotor y protector de todo desarrollo ma-
terial, público y espiritual.
El 1950 es el año en el cual el Estado trujillista entra en la senda de su apogeo y crisis.
También en este año las artes ofrecen una floración de muchos elementos, entre ellos
los grupos generacionales que integran los nuevos nombres artísticos. Estos los definen
básicamente los egresados de la ENBA cuyos nombres comienzan a trascender desde las
aulas, celebrando individualidades cuando se titulan y participando en importantes co-
ta.Tres naves aéreas se habían preparado para la expedición lo suficientemente abaste-
cida de pertrechos para armar cientos de hombres que conformaban la resistencia clan-
destina en el país. De todas las naves, sólo el hidroavión comandado por Ornes Cois-
cou pudo descender en la rada de Luperón en donde las milicias trujillistas aguardaban,
ya que las fuerzas de seguridad de la dictadura tenían las informaciones precisas sobre
la incursión armada. Gran parte de los expedicionarios fueron eliminados y de igual
manera los miembros del frente interno, quienes también cayeron víctimas del compro-
miso y de la labor de los espías conocidos como «calieses». El aumento de la opresión
política fue consecuencia simultánea a la vanagloria de un sistema que se sentía infali-
ble, insustituible y todopoderoso.
Dominando un país cuya población, de acuerdo al Censo Oficial del 1950, era de
Eugenio Fernández Granell|Torero nostálgico|Tinta/papel|28 x 33 cms.|1944|Col. Román Ramos. Jaime Colson|Bon Jour M’sie Colson|Tinta/papel|29 x 21 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular.
José Gausachs|Composición|Acuarela/papel|29 x 22 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular.
lectivas junto a sus maestros. Son generaciones comprendidas entre 1940 y 1960 en las
que incluyen nombres de provincias: autodidactas, informales y asociados a escuelas lo-
cales y foráneas.
|12|
Galíndez, Jesús de
Op. Cit.
Pág. 225.
|21| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |20|
En agosto de 1942 se inauguró la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), con un pro-
grama concebido para formar profesionalmente vocaciones artísticas con alcance docen-
te. Si para la creación de este plantel Jaime Colson había elaborado un proyecto que de
acuerdo a su testimonio remitió a la instancia gubernativa en el período del 1930;en co-
nocimiento o no de esa propuesta, la fundación de la ENBA se asocia a la gestión de Ra-
fael Díaz Niese y a los artistas que con esmerado celo fueron elegidos como docentes:
los reputados artistas Manolo Pascual,escultor,a quien se le encomendó la dirección,Ce-
leste Woss y Gil, profesora de dibujo y pintura, José Gausachs Armengol, profesor de di-
bujo, pintura y paisaje y George Hausdorf, profesor de artes gráficas.|13|
La ENBA fue fundada de acuerdo a las Ordenanzas No. 619-42 y 620-42 del Consejo
Nacional de Educación. De conformidad con el plan, «los estudios se dividen en dos
años académicos y su enseñanza comprende: Dibujo del Antiguo, Pintura Decorativa y
Elementos de Perspectiva, Dibujo Aplicado, Modelado del Antiguo y Teoría e Historia
del Arte, en el primer año; y Dibujo del Natural, Pintura del Natural, Dibujo Aplicado,
Modelado del Natural, Colorido y Composición, Grabado y Teoría e Historia del Ar-
te, en el segundo año».|14| El programa e igualmente el personal docente fue amplia-
do conforme a las necesidades del crecimiento formativo. En el 1944, se inició, «por
primera vez en la historia dominicana, el estudio del dibujo y del modelado con mo-
delos vivos».|15| En la Memoria de la Dirección General de Bellas Artes de 1945, se
aborda el tema del desarrollo pedagógico-artístico de la Escuela Nacional: Merece es-
pecial mención la intensificación del estudio del Dibujo del Natural, la utilización de
16 modelos (10 hombres, 4 mujeres y 2 niños) para beneficio de los estudiantes y la
orientación objetiva de la clase de Anatomía Artística, así como los cursos de Historia
del Arte.Además, la docencia se complementa con la adquisición de unos 30 modelos
en yeso de famosas esculturas clásicas que sirven de base a sus «labores dentro del inte-
rés serio y culto a los principios estéticos y verdad artística que debe ser característica
de la institución», escribe Díaz Niese, |16|quien agrega que se ensayan «las formas nue-
vas en varios de sus programas», siendo parte del profesorado, el muralista JoséVela Za-
netti. Este no fue el único artista incorporado al grupo de docentes que se asocian co-
mo fundadores de la Escuela Nacional, durante la década del 1940 (Pascual,Woss y Gil,
Gausachs y Hausdorf). Además de Vela Zanetti, fue contratado Ernesto Lothar, pintor
también exiliado e igualmente varios profesionales formados en diferentes carreras:
Mairení Cabral Navarro (médico), Oscar Robles Toledano (sacerdote) y José Amable
Frómeta (arquitecto). Para el momento en el cual el personal docente aumenta, el pro-
grama formativo fue ampliado a tres cursos, los cuales comprendían una serie de asig-
naturas distribuidas de la forma siguiente:
|Primer Año|Dibujo del Antiguo; Artes Aplicadas; Modelado del Antiguo;Teoría e
Historia de las Bellas Artes y Anatomía Artística.
|Segundo Año|Dibujo del Antiguo;Artes Aplicadas; Modelado del Antiguo;Teoría e
Historia de las Bellas Artes;Anatomía Artística; Perspectiva y Pintura Decorativa.
|Tercer Año|Dibujo del Natural;Artes Aplicadas;Modelado del Natural;Teoría e Histo-
ria de las Bellas Artes; Colorido y Composición;Anatomía Artística y Pintura del Natural.
La ENBA había reemplazado a la Academia Nacional de Dibujo y Pintura que laboró en
Santo Domingo durante la etapa 1931-1942, de manera semi-oficial, bajo la dirección de
su fundadora, la notable pintora Celeste Woss y Gil.Tal reemplazo escolar conllevó que
1|2 Los primeros egresados de la ENBA:
pasos perdidos y rastros encontrados
Nidia Serra|Retrato del maestro Gausachs|Óleo/cartón|93 x 74 cms.|1960|Col. de la artista.
|13|
Memoria
del Año 1942.
Pág. 224.
|14|
Idem,
Pág. 223.
|15|
Díaz Niese,
Un Lustro (…),
Op. Cit.
Pág. 16.
|16|
Memorias
del Año 1945.
Pág. 105.
|23| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |22|
algunos de los estudiantes que habían iniciado la orientación artística en el plantel de la
referida pintora concluyeran su formación en Bellas Artes. Este doble vínculo es lo que
asocia a Luis José Alvarez Del Monte, Gilberto Fernández Diez y Rafael Pina Melero,
quienes se distinguen en los años en que se forman al ser escogidos para figurar en expo-
siciones relevantes (bienales y muestras ambulantes). Otro aspecto asociativo es que ellos
forman parte del primer núcleo de egresados de la ENBA, al graduarse entre 1945-1946.
LUIS JOSÉ ALVAREZ DEL MONTE, oriundo de la ciudad capital (n. 1922), es
seleccionado para figurar en la «Exposición de Autorretratos», con la cual se inaugura la
Galería Nacional de Bellas Artes (1943), al igual que merece la distinción de ser admi-
tido en la Segunda Bienal Nacional (1944), a la que concurre con cinco obras de te-
mario paisajístico, realizadas al óleo y a la acuarela.Además de ser incluido en las mues-
tras itinerantes que recorren el país en diferentes años del decenio 1940, es tomado en
cuenta para que pinturas suyas ingresen a la pinacoteca del Estado.
Premiado en la Tercera Bienal Nacional, de 1946, por un óleo de tonos fríos: «Marina
en Honduras», Alvarez Del Monte presenta en ese año la primera muestra individual,
integrada por óleos, temples y acuarelas. Esta muestra pictórica provoca la reflexión crí-
tica del poeta sorprendido, Franklin Mieses Burgos, quien escribe:
«La nueva realidad, recién venida ahora, extiende y defiende su presencia levantando el
más vivo contorno de su última conquista: el color. Estamos en el territorio que por
fuerza y pasión de soledad le pertenece, y hemos penetrado en él, con los ojos puestos
a los trastornos maravillosos de la vigilia y el sueño.
¿Pero, no es acaso la realidad una furiosa imposición de la que sólo nos es posible libe-
rarnos por el sueño? (…)
Intencionalmente no hemos querido hablar aquí, con tecnicismo, de los valores pictó-
ricos de este joven artista a quien sólo queremos apreciar en la angustia íntima de su
mundo poético y mejor: en ese clima subjetivo, misterioso siempre, en el que se salva
mediante la diafanidad de un verde tierno esperanzado y el amarillo meridiano de un
sol únicamente posible de suponer, irradiando, vigorosamente en los lúcidos cielos de
la poesía o del sueño.
Como artista, Luis José Alvarez es la libertad que instaura su propia determinación so-
bre el abatimiento de cuanto sea, o signifique ser, límite para la voluntad de predomi-
nio que le impulsa y le requiere un esfuerzo mayor dentro de su orbe mágico de crea-
ción y de belleza. (…)
Ninguna forma en él puede ni debe ser tradicional conforme al patrón externo de la
naturaleza: árbol, paisaje, cabeza, manos, piernas, etcétera.
Su mundo pictórico es, precisamente, de ese modo, por ser precisamente un mundo
pictórico salido de la propia entraña de su ser y edificado por él en la casi eterna super-
ficie de la luz y del color».|17|
Hacia inicios del decenio 1950, Luis José Alvarez había establecido residencia en Es-
tados Unidos, en donde se dedicó a la decoración. En un breve texto sobre Arte Do-
minicano, se le recuerda por una «Susana en el Baño», cuadro que sometió al con-
curso escolar del Premio Trujillo para estudiantes de Bellas Artes y cuya ejecución
atrevida, directa y libre determinó la exclusión por parte del Jurado. En su pintura,
era valorada la fantasía y el colorido de una brillantez acristalada. Su manera de re-
solver los problemas pictóricos «le daba un puesto distinguido en la actual genera-
ción dominicana».|18|
Luis José Álvarez Del Monte|Marina en Honduras|Óleo/tela|58 x 83 cms.|1946|Col. Museo Arte Moderno.
|17|
Mieses Burgos, F.
«Luis José
Álvarez».
La Poesía
Sorprendida,
diciembre 1946.
|18|
La República
Dominicana,
1954,
Pág. 223.
Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |24| |25| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1
RAFAEL PINA MELERO, nacido en Santo Domingo en 1921, concurrió a la Ex-
posición de Autorretratos en la que participaron las figuras destacadas de la pintura do-
minicana para inicios de la década del 1940, siendo además seleccionado entre los 26
participantes de la Segunda Bienal Nacional, celebrada entre febrero y marzo de 1944.
En este evento expone dos paisajes y cuatro retratos al pastel.
Valorado como joven pintor moderno, condición que le permitió participar en expo-
siciones nacionales cuando era un estudiante de la Escuela de Bellas Artes –lo mismo
ocurre con Álvarez Del Monte–, su pintura era más objetiva que subjetiva, preferen-
ciando el campo del retrato.
Pina Melero fue uno de los cuatro galardonados con el Gran Premio Trujillo, concedi-
do a jóvenes estudiantes de arte, en 1945. De la Escuela Nacional egresa en 1946, cele-
Luis José Álvarez Del Monte|Susana en el baño|Óleo/tela|98 x 82 cms.|1945|Col. Museo Arte Moderno. Rafael Pina Melero|Susana en el baño|Óleo/tela|98 x 79 cms.|1945|Colección Museo Arte Moderno.
Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |26| |27| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1
brando con ese motivo la primera exposición personal, constituida por 80 obras entre
óleos y dibujos. Una nota crítica del 1954 anota con brevedad las condiciones de sus
«Bellos óleos claros» y las «figuras deliciosas» seguramente en referencia a sus retratos.
Después de residir durante varios años en Estados Unidos,celebra una muestra en 1963,
en el Palacio de Bellas Artes, desenvolviéndose además como docente de diseño y de-
coración del centro escolar en donde se había graduado.Además, ofreció clases de di-
bujo y pintura en el Instituto Domínico-Americano de Santo Domingo. A propósito
de la muestra presentada, el críticoValldeperes ponderó la sustitución de su expresionis-
mo humano de antaño (etapa 1940 y posterior) por la abstracción lírica de hoy.A pro-
pósito, escribe en un breve texto:
«La obra que exhibe (…) el pintor dominicano Pina Melero es ajena totalmente a la
La materia yuxtapuesta como base de una elaboración de suaves matizaciones, predo-
mina en el discurso del pintor. Igualmente, una luminosidad interior fortaleciendo los
contrastes de verdes, azules y amarillos, y los negros esquemas conceptualizando el li-
rismo rítmico como tono general. Al enfocarlo, el crítico Valldeperes le considera «un
pintor joven de extraordinario valor para el arte dominicano», y cuando se refiere a los
pintores dominicanos perdidos en el vaivén del mundo, también reconoce que en la
obra de Pina Melero lo dominicano está presente sin literatura, sin engaño, sin griteríos
y sin poses, por lo cual es de los artistas que no pueden ser olvidados.|20|
GILBERTO FERNÁNDEZ DIEZ, nacido en 1922 en Santo Domingo, hijo de un
matrimonio español, es el tercero de los pintores que pasan de la escuela de Celeste
Woss y Gil a la Escuela Nacional de Bellas Artes. La formación adquirida para el año
Gilberto Fernández Diez|Bautismo del Cacique Guaticaga|Óleo/tela|73 x 93 cms.|1990|Col. Museo Sacro
Catedral Inmaculada Concepción de La Vega.
|19|
Valldeperes,
Manuel.
Obra Crítica I,
Op. Cit.
Pág. 98.
|20|
Valldeperes,
Manuel.
El Caribe.
Noviembre 16 de
1968,
Rafael Pina Melero|Campanario de Iglesia|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
Luis José Álvarez Del Monte|Noche|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
que conocíamos en él antes de su viaje a los Estados Unidos, de un acusado e impre-
sionante expresionismo objetivo cargado de sentimiento. Pina Melero prescinde ahora,
de manera absoluta, de la referencia al objeto y nos presenta una serie de esquemas sin-
téticos a los cuales sólo tienen acceso el color y los ritmos. Prácticamente se ha queda-
do solo con estos elementos y su poesía, lo que da por resultado una pintura esencial-
mente decorativa».|19|
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en que pasa de un plantel a otro (1942), le permitió gozar de las ventajas de participar
en los principales eventos nacionales de arte, que se registran durante el período de los
cuarenta. Su participación en la Segunda Bienal Nacional (1944) le permite obtener
distinción del Jurado: un premio adicional por el óleo «Camino del Pueblo».
Expositor junto a los grandes artistas que concurren a la importante muestra de auto-
rretratos (Cánepa, Morel, Suro, Gausachs,Vela Zanetti,…) celebrada en 1943, Fernán-
dez Diez se titula en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1945. Cuatro años después
(1949), al trasladarse a España, registra su primera individual en la Universidad de Ovie-
do,Asturias. En esta localidad monta su taller y establece residencia, convirtiéndose en
un pintor perteneciente a dos realidades como son la de sus ancestros y la de su forma-
ción dominicana. En 1956 concurre a la Octava Exposición Bienal de Artes Plásticas,
Gilberto Fernández Diez|Naturaleza muerta|Óleo/madera|27 x 36 cms.|Sin fecha|Col. Giuseppe Bonarelli. Gilberto Fernández Diez|Retrato de Francisco Gausachs|Óleo/cartón|46 x 38 cms.|C.1945|Col. Privada.
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presentando un conjunto de obras que expresan fidelidad a una estilística académica.
Seguidor de la escuela clásica, «sus óleos conservan una hermosa ingenuidad. Su dibu-
jo es casi perfecto. Gusta de hacer los motivos religiosos.Y es decorador también».|21|
Autodefiniéndose como pintor «conservador» y «un poco impresionista cuando se trata
de paisajes», Fernández Diez es un artista que aparte de cultivar el paisajismo, sus realiza-
ciones enfocan flores y bodegones, los temas que más se conocen en el medio nacional.
Sin embargo, el tema humano como en los casos de «Camino del Pueblo» (óleo 1944),
«Rogelia» (óleo 1944), «Maternidad» (dibujo 1954), ha sido tratado con cierta libertad de
soluciones como en el caso del retrato (los de Concepción Bona, José Reyes, General
Santana, óleos de 1944) o específicamente cuando ha tenido que responder al asunto re-
ligioso: «Soy un beato –confiesa– y me gusta hacer pintura religiosa. Me he pasado la vi-
Gilberto Fernández Diez|Florero|Óleo/tela|30 x 28 cms.|1987|Col. Javier Rufino.
da pintando a laVirgen de la Altagracia. Por lo menos he hecho 50 cuadros con ese te-
ma, contándose entre ellos los que fueron enviados a los Papas Pío XII y Juan XXIII».|22|
En este temario,sobresalen dos grandes cuadros realizados en 1976 para la Capilla del Ro-
sario del Convento Dominico. En uno recrea la revelación sobrenatural del Papa Pío V,
así como el triunfo cristiano en la batalla de Lepanto.En el otro cuadro,el tema de la Re-
velación de la Virgen del Rosario a Santo Domingo. De composición horizontal, tales
pinturas realizadas sobre telas se inspiran en obras clásicas de la pintura española, acogién-
dose a un tratamiento realista, ya que «muchos de los rostros de los personajes responden
a modelos contemporáneos», escribe María Ugarte en relación a la segunda pintura.
Pese a residir en España, Fernández Diez mantiene una estrecha relación con el medio
dominicano, trayendo las obras que gozan de la demanda de sus relacionados o ejecu-
tándolas durante las estadías en la República.
Para la Catedral de laVega ejecuta numerosos retratos eclesiásticos e igualmente recrea
escenas relacionadas con la historia hispánica y colonial.
Un cuarto pintor que estaba asociado a la escuela semi-oficial deWoss y Gil,y que tam-
bién ingresa a la ENBA, es Gilberto Hernández Ortega, quien aspiraba a cursar carrera
de Arquitectura antes de decidirse por la formación pictórica teniendo menos de 20
años de edad. Otras individualidades que se vinculan a esta experiencia de transitar de
un centro a otro son mujeres: Elsa Gruning y Purita Barón, quienes, al igual que otros
nombres femeninos, producen la impresión de que las artes se desarrollan mayoritaria-
mente a expensas de este sector debido a que su matrícula en la ENBA es mucho ma-
yor, pese a que no todas logran graduarse.
Tomando en cuenta el activismo de quienes trazan una sostenida línea productiva,en unas
más públicas que otras, se indican a continuación las y los representantes más destacados
de la generación de 1940 que tiene que ver con la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Egresadas: Marianela Jiménez,Ana Francia Bonnet, Belkis Adrover, Clara Ledesma, El-
sa Gruning, Pura Barón, Luz María Castillo,Aida Roques y Elsa DiVanna, a las cuales
se agregan otras que se perdieron de vista: Consolación Jiménez, Ana Delgado, Josefa
Sánchez, Ellen Weiss,…
Egresados: Gilberto Hernández Ortega, Rafael Pina Melero, Gilberto Fernández Diez,
Luis José Alvarez Del Monte, Eligio Pichardo, Juan Antonio Frías, Marcial Schotborgh,
Radhamés Mejía,Mario Grullón,Luichy Martínez Richiez,Domingo Liz,AntonioTo-
ribio y Antonio Prats-Ventós. Este último asiste a la ENBA por una temporada, formán-
dose con cierta independencia. Otros nombres se pierden en el silencio.
Las principales fuentes bibliográficas que se editan y circulan en los dos primeros dece-
|21|
La República
Dominicana,
Op. Cit.
Pág. 223.
|22|
Ugarte, María
El Caribe.
14 de febrero
de 1976.
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nios que se relacionan al quehacer de las artes plásticas nacionales ofrecen las referen-
cias de los artistas que se suman a los nombres más o menos consagrados. Estas nuevas
individualidades son objeto de una promoción que se constata cuando obras suyas ilus-
tran textos de historia, artículos, ensayos generales, críticas y composiciones poéticas.
También cuando esas imágenes dibujísticas y pictóricas son iconos de un libro oficial
que busca ofrecer una visión detallada de los logros nacionales bajo el régimen Truji-
llista e incluyen el tema concerniente a las artes plásticas. Un buen ejemplo bibliográ-
fico, por su connotación propagandística y por los datos sobre el arte y los artistas do-
minicanos que son referidos, resulta el titulado «República Dominicana», editado en
1954. En base a esta fuente documental y a otros medios bibliográficos, se aborda el te-
ma de las mujeres artistas, enfocando principalmente a las que tienen un desenvolvi-
1945, tres obras suyas se reproducen como ilustraciones: «Bodegón» (linoleum), «Iglesia
de las Mercedes» (linoleum) y «Cabeza» (terracota).
En 1949 participa en una muestra colectiva, presentando «unas flores de colores violá-
ceos y grises muy acertados. Es una pintura amable, esencialmente decorativa, que re-
vela de inmediato una delicada mano femenina».|23| En 1954, esta artista expone ac-
tivamente y es definida con el siguiente comentario:«Aida Roques es escultora.Sus obras
revelan un carácter firme. Para elogiarla habría que recurrir a la socorrida frase de que sus
obras parecen ejecutadas por una mano varonil».|24|
Era conocido entre algunos condiscípulos el hermafroditismo de Aida Roques,condición
que al parecer la impulsó en ocasiones a buscar el suicidio en el mar, localizado a poca
distancia del plantel. Mas a esa angustia personal se añadía el repudio de la parentela mas-
Aida Roques|Bodegón|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
Aida Roques|Iglesia de Las Mercedes|Linoleúm/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
culina por el hecho de asumir la carrera artística.Aida Roques fue obligada a abandonar
el hogar, siendo expulsada también la madre por el hecho de respaldarla.Ambas mujeres
descendieron de la comodidad social a la indigencia y la joven artista terminó enloque-
ciendo, deambulando en edad envejeciente por la zona intramuros de la ciudad capital.
PURA BARÓN, nacida en 1924, había obtenido su formación básica con Celeste
Woss y Gil, llegando a ser considerada egresada de la «Academia de Dibujo y Pintura»
|23|
Ugarte, María,
en Mujer y Arte
Dominicano.
Pág. 31.
|24|
La República
Dominicana.
Op. Cit.
Pág. 223.
miento enmarcado en el primer tiempo de ebullición de la Escuela Nacional de Bellas
Artes. Las más sobresalientes son:Aida Roques, Pura Barón y Elsa Gruning.
AIDA ROQUES (n. 19?) fue notable desde el inicio de su formación en la ENBA,
donde acaparó la atención por la disposición para desenvolverse en las diferentes disci-
plinas y por una angustiada personalidad que en ocasiones desequilibraba el comporta-
miento. Cuando Díaz Niese publicó la memoria «Un Lustro de Esfuerzo Artístico», en
Pura Barón|Autorretrato|Óleo/tela|20 x 16 cms.|C.1943|Col. Salvador y Roberta Alba Barón.
Pura Barón|Retrato de Marianela Jiménez|Carboncillo/papel|45 x 31 cms.|1945|Col. Marianela Jiménez.
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que fundara la artista orientadora, en la ciudad capital. El traslado de Purita Barón a la
Escuela Nacional de Bellas Artes en 1942 le permitía ser una alumna sobresaliente.Así
lo demuestra su participación en la memorable Exposición de Autorretratos, con la cual
se inaugura la Galería Nacional de Bellas Artes (1943) y en la que participan sólo tres
mujeres: la consagradaWoss y Gil, otra joven promesa llamada Aida Roques y ella, tam-
bién seleccionada entre los alumnos notables, cuyas obras son tomadas en cuenta para
conformar las muestras itinerantes que recorren las regiones del país,entre 1943 y 1946.
Para esos años, pinturas suyas, con el tema de las ruinas coloniales, habían sido difundi-
das en los Cuadernos Dominicanos de Cultura.
Egresada de la ENBA, Purita Barón se destacaba sobre todo como pintora que llegó a ex-
presar sus dominios y vuelos tanto en exposiciones colectivas como en la individual que
Pura Barón|Mujer pensante|Óleo/cartón|43 x 40.6 cms.|Sin fecha|Col. Salvador y Roberta Alba Barón.
Pura Barón|Patio español de la casa de los Woss y Gil|Óleo/tela|45.7 x 41.9 cms.|1941|Col. Salvador y Roberta
Alba Barón.
presentó una vez graduada en 1945.Persiguiendo un camino artístico más amplio,ella aban-
donó la ciudad natal –Santo Domingo–, viajando a la urbe newyorkina en donde su vida
terminó bajo un precipitado ascensor que encontró su cuerpo perdido en el vacío.Antes de
morir trágicamente en 1956, había participado en una muestra del «Riverside Museum».
ELSA GRUNING, oriunda de la capital del país (n. 1923), es la más pequeña de seis
hijos procreados por Alberto Gruning y Mercedes Maduro. Ella también era discípula
de la Woss y Gil, cuando fue establecida la Escuela Nacional, en donde continuó for-
mándose hasta graduarse, probablemente entre 1945-1949. Casada con Andrés Espai-
llat, y sin descendencia, posiblemente el matrimonio u otras razones la alejan del que-
hacer pictórico después de una sostenida formación. Mucho tiempo después, ella rea-
sume la pintura, como respuesta a una experiencia que le vincula al sistema meditati-
vo, austero, espiritual y de autocontrol yoga.
Es el vínculo con la autorrealización yoga el que la lleva a ella tanto a plasmar visiones
no terrenas como también a asumir muestras personales que sobre todo se registran en
el decenio de 1980, esto es, cuando existencialmente se encuentra en la madurez de la
vida o cuando ha encontrado el elemento trascendente de sus búsquedas. En esta situa-
ción, las apreciaciones sobre su quehacer pictórico apuntan hacia una misma dirección
|25|
Guerrero, Myrna,
en Mujer y Arte
Dominicano (…)
1995.
Pág. 140.
|26|
Rotellini, citado
por Bienvenida
Polanco, Listín
Diario, 11 de
octubre 1986.
Elsa Gruning|Mujer del caracol|Óleo/tela|61.2 x 46 cms.|1983|Col. Ceballos Estrella.
Elsa Gruning|Cristo|Óleo/tela|60 x 76 cms.|1978|Col. Ivonne Nader.
interpretativa. De acuerdo a un cotejo bibliográfico, «ha presentado 7 individuales. Pin-
tora metafísica, ha realizado obras para grupos de su misma creencia, enVenezuela, Co-
lombia, Guatemala, Puerto Rico, Estados Unidos y la República Dominicana».|25|
Con su pintura, ella «trasciende la representación transportando al espectador a planos
espirituales, que, unidos al dominio de los medios académicos, la hacen una artista de
vuelo y exquisita exponencia»,|26| opinándose además que «no es el arte por el arte,
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la concentración en el manejo de los elemento plásticos «per se», la intención de Elsa
Gruning (…), sino la ilustración de las vivencias y los simbolismos de una forma de re-
ligiosidad que se caracteriza por el sincretismo de elementos cristianos-orientales (sic),
dentro de una orientación profundamente mística».|27|
Una de las últimas exposiciones de Elsa Gruning fue celebrada en 1986 con el título
«Vivencias y Símbolos». Fallecida en la década de 1990, su obra abordó varios temas, a
veces decorativos, otras veces con un simbolismo que fluctúa entre abstracción, expre-
sionismo y figuración. Su mayor interés lo representan sus enfoques de figuras espiri-
tuales, entre ellas, Cristo, Krishna, Buda y otros sujetos visualizados con los caracteres
que establecen conexión con la iconografía tradicional de tipo venerativo.
Aunque reencontrada, Elsa Gruning es una típica representante de muchas mujeres cu-
yos pasos se pierden en el silencio,en la discontinuidad de una producción recreativa que
se quedó en el ámbito del centro formativo –la ENBA–, con contados registros en expo-
siciones de índole estudiantil o externas,como las bienales o las muestras ambulantes que
recorren la nación. El matrimonio, la muerte prematura, la mudanza en el exterior, son
también aspectos de esos pasos perdidos de los que quedan rastros nebulosos como las
biografías y las obras apenas conocidas. Es la situación que se enfrenta con las siguientes
mujeres artistas quienes pudieron alcanzar, tal vez, más trascendencia que la poca o situa-
cionalmente lograda en la década del 1940 y durante algunos años más:
LUZ MARÍA CASTILLO (19..?-2002) dejó bien establecida su capacidad para los
manejos en la escultura y la pintura. Con motivo de la V Bienal de Artes Plásticas, su
nombre es citado entre los nueve escultores que se destacan por sus excelentes traba-
jos,|28| siendo ella la única mujer en el grupo. Como pintora, un excelente «Retrato»
(óleo 1945), seleccionado para ilustrar el memorial de Díaz Niese, es un buen ejemplo
de quien era conocida también como Mariluz de Bosch, aludiendo a la condición de
casada. Con residencia en Chile, en donde se desenvolvió como Agregada Cultural du-
rante cinco años, se trasladó a NuevaYork a mediados del decenio 1950, desconocién-
dose si continuó su labor artística, aunque estuvo vinculada por mucho tiempo al taller
de diseño del modisto Oscar de la Renta.
ANA FRANCIA BONNET, nativa de Barahona (n.19..?),egresa de la ENBA en 1946,
obteniendo en ese año el Gran Premio PresidenteTrujillo, una distinción anual que otor-
gaba la escuela como resultado de un concurso organizado para estudiantes del último año
de formación. Ella obtuvo el premio como escultora, aunque sobresalía también como di-
bujante y pintora. El registro de una obra suya en una exposición colectiva celebrada en
1949 produjo el siguiente comentario de María Ugarte: «La escultura como ocurre siem-
|27|
Gil, Laura.
19 de octubre
de 1985.
|28|
Lockward,
Jaime A.
La Nación.
27 de agosto de
1950,
Elsa Gruning|Retrato de Luz Gruning|Óleo/tela|73 x 61 cms.|C.1940|Col. Mercedes Gruning.
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pre en nuestro medio artístico, está escasamente representada. Francia Bonnet ofrece una
cabeza en terracota, que revela pericia y técnica avanzada. Dentro de las tendencias acade-
micistas a las que la mayoría de los escultores se ciñen, la obra tiene carácter, personalidad
y, sobre todo, un equilibrio perfecto. Francia es, por el momento, una promesa».|29|
Asociada también a obras escenográficas junto a Nidia Serra y a Silvano Lora, la Bonnet
decidió marcharse a Estados Unidos en donde fijó residencia a partir de la década del 1950.
BELKIS ADRÓVER (1920-1995), hija del español Frank Adróver Mercadal, polifa-
cético artista establecido en el país hacia el final del siglo XIX, ella asumió las inquietu-
des familiares –su hermano mayor fue dibujante y poeta–, dedicándose a las artes, a las
letras, a la militancia feminista y a la animación sociocultural. Ingresó en la Escuela Na-
cional de Bellas Artes en donde cultivó con preferencia la escultura, graduándose en
ELLEN WEISS. De datos biográficos desconocidos, es un nombre que tiene relación
con la primera generación que estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes (enba).
Su nombre se recuerda sobre todo por la difusión de sus grabados, en los cuales el tra-
tamiento técnico y el temario de excelente encuadre la familiarizan con notables maes-
tro de la gráfica durante la década 1940, a saber: Manolo Pascual, JoséVela Zanetti, Er-
nesto Lothar y George Hausdorf.A estos últimos artistas se vincula triplemente: la pro-
cedencia europea, la raíz judía y el discipulado que igualmente se establece con INGE
GODESTIANU, de quien también se conoce una serie de linoleum.
La obra de Godestianu y de la Weiss fueron elegidas para ilustrar la memoria que Díaz
Niese publica en los Cuadernos Dominicanos de Cultura, del año 1945. En este infor-
me también se reproducen grabados de Luis Álvarez Del Monte,Ana Francia Bonnett,
|29|
Ugarte, María.
Op. Cit.
Pág. 31.
Ana Francia Bonnet|Iglesia de la Altagracia|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
1946. Casada, residió en España, y a su regreso se dedicó al magisterio. Dedicó largos
años a la captación de fuentes documentales que le sirvieron para publicar, en 1974, una
monografía sobre Abelardo Rodríguez Urdaneta. Cuando murió, seguía presidiendo
«Ábside», una sociedad cultural que acogió, entre sus muchas actividades, exposiciones
de arte. Igualmente, esa entidad organizó muestras sobre arte católico, en las cuales se
exhiben pinturas de la Adróver.
Belkis Adróver|Autorretrato|Lápiz/papel|29 x 22 cms.|1949|Col. Ilonka Nacidit Perdomo.
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Gilberto Fernández Diez, Aida C. Roques y Rafael Pina Melero, entre otros jóvenes
que empezaban a descollar en el arte dominicano.
CONSOLACIÓN JIMÉNEZ (n. 1923) figuraba en 1939 entre el alumnado de la
Academia Nacional de Dibujo y Pintura, dirigida por Celeste Woss y Gil.Al crearse la
ENBA ingresa,al igual que su hermana Marianela,obteniendo una distinción en el Con-
curso de Carteles del 1946, cuyo tema era la propuesta del Traje Típico Nacional. Ex-
positora de colectivas, se graduó en 1947, retirándose de toda participación pública al
contraer enlace matrimonial. Ocasionalmente expone en muestras grupales.
Otros nombres femeninos trasiegan el camino de la vocación artística, aunque no el de
la vida como ocurrió con Josefa Sánchez, quien resolvió la personal ambivalencia exis-
tencial, transformándose –se cuenta– en un adánico personaje en la babel de hierro a
sa DiVanna, Nidia Serra y Clara Ledesma, en un círculo femenino vigente, que es tam-
bién el alcance que retienen sus compañeros de generación más sobresalientes. Entre
ellos se incluye Juan Antonio Frías, a partir del cual se enfocan los nombres masculinos
que transitan durante el mismo decenio y quienes, al igual que muchas mujeres, se ha-
cen reconocer para luego esfumarse en el anonimato de la inactividad artística o de la
evasión hacia otras labores.También esfumados como el rastro perdido que conlleva la
emigración hacia playas extranjeras y en el silencio que incluso establece la muerte, sin
que sepamos dónde, cuándo y de qué murieron.
JUAN ANTONIO FRÍAS, oriundo de San Francisco de Macorís (1925-1952), fue
una vocación artística fallecida en una etapa joven y prometedora.Tenía 27 años de edad
cuando la muerte, «más importante que uno mismo», como escribe un poeta nacio-
Ellen Weiss|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
Ellen Weiss|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
donde emigró.Asociada a ese nombre de retención humana y libérrima existe un dé-
bito de mujeres sobre las que es posible, tal vez, hurgar en la memoria escondida: Gladys
Fiallo, Diana Lebrón, Alma Delgado, Irma Hungría, María Palacín, Ellen Weiss, Rosa
Amelia Jiménez, Julia Díaz,Alma Delgado y otras que al resultar excepcionales deman-
dan capítulo aparte. El hecho de una trayectoria sostenida bajo la luz de sus personales
proyecciones en el medio nacional, convierten a Marianela Jiménez, Noemí Mella, El-
nal,|30| cortó la trayectoria con su carga de visiones recreadas.Aún así, él tuvo tiem-
po de reafirmarse.
Frías es uno de los primeros alumnos que se matriculan cuando queda establecida la Es-
cuela Nacional de Bellas Artes, en 1942. Es probable que al ingresar al referido plantel
poseyera instrucción en el dibujo, en el manejo del color o que realmente sus aptitudes
artísticas fueran sobresalientes, ya que en 1943 figura en el núcleo de los jóvenes cuyos
Inge Godestianu|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
Inge Godestianu|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
|30|
Hernández Rueda,
Lupo.
«Si Enfermaras,
Muerte». 1960.
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autorretratos se incluyen en la muestra inaugural de la Galería de Bellas Artes; muestra
en la que figuran pintores veteranos, tales como Rodríguez Urdaneta, además de Gar-
cía-Godoy, Piñeyro,Vela Zanetti, Hausdorf,Woss y Gil e Izquierdo, entre otros.A par-
tir de esa participación, Frías es seleccionado para otras muestras celebradas en el país y
en el extranjero.
Graduado en 1946, Juan Antonio Frías obtiene en ese año el Primer Premio del Con-
curso Nacional de Carteles; celebra posteriormente algunas muestras personales, en-
tre ellas la auspiciada por el Círculo Nacional de Artistas. Hacia el año en que mue-
re, «casi todas sus obras denotan un marcado carácter surrealista y una tendencia de-
finida por el sensualismo».|31| Se le recuerda por la fuerte carga erótica visualizada
en su pintura.
Ellen Weiss|Rincón capitaleño|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23.
Cecilio Pérez y Leo Schult Leitmann). No ocurre lo mismo con otros expositores de
los años del 1940, quienes dejan el rastro de sus vidas y de sus obras. Entre ellos, Car-
mencita Hernández, María Luisa Sosa (1897-1947), Ramírez Duval,Antonio Malagón
y Federico Villanueva, frente a los cuales resultan de más proyección: Francisco Gau-
sachs, Marcial Schotborgh, Mario Grullón,…
FRANCISCO GAUSACHS AISA nace en Barcelona en 1922. Los avatares de la
Guerra Civil de su país, España, le llevaron a asumir el exilio junto a su padre, José Gau-
sachs, con quien fue internado en Francia, en un campo de concentración, antes de que
ambos recibieran ayuda para trasladarse al país dominicano en 1940.
Integrante joven del núcleo de refugiados republicanos que se desenvuelve sobre to-
do en la capital de la República, Francisco Gausachs aparece entre los primeros estu-
La prensa refiere la desaparición física de Juan Antonio Frías, ocurrida en 1952 debido
a la enfermedad que padecía silenciosamente, ya que se le recuerda como un tempera-
mento introvertido, descuidado en el aseo y de manos frías, sudorosas. La muerte inte-
rrumpió a este dotado joven en un momento en que otros coetános se ausentaron del
medio artístico, aún cuando fueron tomadas en cuenta sus obras (Rafael González C. e
Inge Godestianu) o exponen en bienales como la celebrada en 1950 (Enrique Brens,
Francisco Gausachs|Campo de caña|Óleo/tela|51 x 90 cms.|Sin fecha|Col. Familia Gausachs.
diantes de la ENBA, en donde se matricula poseyendo la vivencia artística que obtiene
junto a su padre, pintor de amplias relaciones tanto en Cataluña, de donde procedía,
como en el medio parisino. Esa vivencia, además instructiva u orientada por un maes-
tro paterno, le permitió ser un escolar aventajado durante los años de la educación for-
mal. Como alumno sobresaliente de la ENBA concurre a la Exposición de Autorretra-
tos de 1943 y, al año siguiente (1944), su nombre figura entre los veintiséis participan-
|31|
Diario El Caribe,
«Fallece Joven
Pintor en Ciudad
Trujillo», 18 de
junio de 1952,
|45| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |44|
tes de la Exposición de Artes Plásticas que conmemora el Primer Centenario de la Re-
pública.
«El hijo del pintor, pintor él también»,|32| es el rejuego verbal con el cual se identifica
a Gausachs Aisa. Con preferencia se sumerge en el paisajismo como materia de su hacer
pictórico, además sometido a un replegamiento expositivo y a un desenvolvimiento
docente que no lo apartaron, sin embargo, de la profesión artística. Con una fuerte de-
voción hacia el padre quien muere en 1959, le sumergió en el ámbito de la familia y del
silencio, hasta que reaparece en 1993, celebrando una muestra personal. El pintor reunió
un buen número de óleos que en parte le dieron a la muestra un carácter retrospectivo,
ya que fueron expuestos cuadros que datan de la década del 1940. La visión del conjun-
to,si bien estableció cierta influencia y vínculo con el Gausachs padre,por otra parte pre-
Francisco Gausachs|Bosque|Óleo/tela|34.5 x 44 cms.|1994|Col. Familia Gausachs.
senta de cuerpo entero a un Gausachs Aisa, rehecho entre el color, la frescura y la liber-
tad en los asuntos predominantes de su haber: el bodegón y sobre todo el paisaje lleno
del trópico,así como de las percepciones alimentadas en el terruño insular convertido en
nueva patria de un caminante que encontró un espacio para quedarse.
Francisco Gausachs forma familia en tierra isleña al casarse con María Dorca y procrear
dos hijos.También se dedica a la docencia y pinta hasta el momento de su fallecimien-
|32|
La República
Dominicana,
Op. Cit.
Pág. 223.
Francisco Gausachs|Bodegón|Acrílica/tela|76 x 52 cms.|Sin fecha|Col. Privada.
Francisco Gausachs|Los jarros|Acrílica/tela|52 x 33 cms.|1988|Col. Privada.
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to ocurrido en el 2001.A propósito de su producción escriben Laura Gil e Ignacio No-
va, respectivamente. La primera señala que «Francisco Gausachs se ha desempeñado co-
mo profesor de pintura, al mismo tiempo que ha realizado una extensa obra plástica en
que el bodegón y el paisaje son motivos predominantes./ La influencia paterna es evi-
dente en estos trabajos, donde no obstante, también sobresale la frescura de la ejecución
y una vivacidad que sólo es propia a la creación genuina (…). Composición es la pala-
bra clave para la valoración exacta de estos bodegones donde un trazo nervioso y ágil
distribuye los espacios según una estética de la asimetría,finamente equilibrada y estruc-
turada y que recorta y simplifica las formas».|33|
La opinión de Nova resalta: «El de Francisco Gausachs es un paisaje hecho de verdades.
Una verdad que brota del apego al paisaje mismo, del amor a los lugares, del sentimien-
Francisco Gausachs|El bote|Óleo/tela|48 x 62 cms.|1994|Col. Familia Gausachs.
to ampuloso por la belleza,incluso recóndita de esos paisajes solitarios en los que el sen-
timiento de este hombre se retrata con tanta idoneidad (…)./Es claro el alejamiento ex
profeso de lo servil de estos paisajes. Es decir, de lo agradable por fuerza./De la obra
que tenemos ante nosotros, el paisaje es lo absoluto. En él, Francisco Gausachs expone
las dotes de artista que ha ocultado –o mejor dicho, adiestrado–, durante años de sole-
dad, de pintar casi para autoconsumo, de trashumante de la isla».|34|
MARCIAL SCHOTBORGH, oriundo de la zona del Ingenio Quisqueya (San Pe-
dro de Macorís, 1931) y graduado en la ENBA en 1949, se acoge también a un silencio
expositivo de casi 20 años, pero sin olvido del ejercicio artístico. Después de esporádicas
participaciones en colectivas, celebra dos muestras personales con anterioridad al 1976,
cuando registra la tercera individual.
Marcial Schotborgh|Siesta|Óleo/tela|89 x 77 cms.|1948|Col. Museo de Arte Moderno.
|33|
Gil, Laura.
Catálogo de
Francisco
Gausachs,
diciembre
16 de 1993.
|34|
Nova, Ignacio.
Catálogo de
Francisco
Gausachs.
Idem.
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Conocido como activista del Dibujo ya que se vincula al diseño gráfico en la Univer-
sidad Autónoma de Santo Domingo (1966) y produce para la Fundación Dominica-
na de Desarrollo, una serie de plumillas con el tema de arquitecturas coloniales (1975)
y por la que es reconocido. Schotborgh había recibido algunos galardones, entre ellos,
un premio por la obra «La Angustia de Sordo» (tinta/papel 1967), en el Tercer Con-
curso de Arte Eduardo León Jimenes. En ese dibujo figurativo queda expresada la re-
currencia hacia el realismo, del cual no excluye un tratamiento moderno –observa So-
to Ricart–|35|, no exento de narrativa costumbrista o de la descripción de tipos po-
pulares.
Pintor que amplió su horizonte artístico con el maestro Colson, con quien tomó un
postgrado a inicio del decenio 1950, Marcial Schotborgh es un pintor que a veces ha in-
Marcial Schotborgh|Paisaje|Óleo/cartón|45 x 55 cms.|C. 1980|Col. Ricardo O. Méndez Mir.
|35|
Soto Ricart,
Humberto.
El Nacional,
14 de enero
de 1976.
Marcial Schotborgh|Meditación del hombre|Óleo/cartón|55 x 42 cms.|1968|Col. Eridania Mir.
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cursionado en la abstracción, aunque prefiere expresarse dentro del realismo, alegando
que es lo que entiende el pueblo.|36| Con una diversificación de motivos o de temas,
es una condición artística suya reafirmar más el dibujo que la pintura.En 1996,una cuar-
ta muestra personal, Oferta al Alma Criolla, reconfirma sus destrezas artísticas, exponien-
do bodegones, paisajes bucólicos, recreaciones costumbristas, vistas de antiguos monu-
mentos y retratos. A propósito de esta muestra, él reitera su consideración de lo típico
como una modalidad insuperable en el afianzamiento de valores estéticos y éticos por la
fuerza tradicional de este tipo de expresión, aunque aprecia y realiza otra corriente de
las artes plásticas.|37| A propósito, citamos a Soto Ricart, quien escribe: «El expositor
recurre al realismo, sin excluir sus intentos en variadas formas modernas (…). Es inne-
gable que Marcial Schotborgh mantiene su apego al costumbrismo y sin falsedades. Es
un exponente de lo local con mucho calor humano, con raíces muy populares».|38|
Considerando que este artista afirma la superioridad dibujística sobre la pintura, de To-
lentino considera que él se excede en la amplitud del campo pictórico» movido por una
excesiva conciencia profesional y por motivos temáticos y lingüísticos, puesto que abs-
tracción, costumbrismo, naturalismo, expresionismo y su realidad cualifican muchas de
las obras que expone en 1975. La citada crítica discurre sobre esta variedad, agregando
que «sus incursiones excepcionales en la abstracción o en la alegoría no le convienen
aunque traduzcan intenciones acordes con la «moda» y la modernidad.Es mientras plas-
ma fielmente tipos populares y describe actitudes de la vida cotidiana o aspectos de la
naturaleza que obtiene sus mejores logros».|39|
MARIO GRULLÓN (1918-1996) sintió el estímulo artístico cuando, casi adolescente,
acompañaba a su padre, un decorador de espacios festivos y urbanos. Simultáneamente
mostró habilidad como rotulista, lo que le permite entrar en relación conYoryi Morel, in-
gresando en la Academia semi-oficial que laboraba en el nativo Santiago de los Caballeros.
Después,una beca municipal le permite ingresar a la ENBA,en donde alcanza la formación
requerida para concurrir a la IV Exposición Bienal (1948) y a la celebrada en 1950.
En esta última bienal las pinturas «Gente» (óleo 1950) y «Casa de Juego» (óleo 1950) no
representan los caracteres que acusará luego en un primer ciclo estilístico: alargamiento
de las formas figuradas, como acopio de la estilización tropicalista que sobre todo pautan
algunos temas de José Gausachs, entre ellas la «Garratcha» (óleo 1948), que este maestro
presentara, precisamente en la IV Bienal en donde por primera vez se registra Grullón.
En otras bienales correspondientes a los años 1952 y 1956, Mario Francisco Grullón
–nombre completo de su inicial registro de artista– presenta obras en donde resulta in-
confundible una temática centrada en lo femenino (mujeres de cuellos largos), matiza-
dos por marrones y verdes.La aguatera o «Mujer con Calabazo» (óleo 1952) es una obra
representativa de su conexión con el Cibao, con el maestroYoryi Morel y con el nati-
vo Santiago de los Caballeros en donde se ubica para desenvolverse como pintor.El ma-
trimonio con una joven enfermera mulata le lleva a compartir su producción de caba-
llete con la práctica de realizar grandes pancartas regularmente demandadas para la pro-
paganda trujillista.Tareas como la señalada y como la de su diestro ejercicio de pendo-
lista, desviaron una producción prometedora que, aunque no desapareció del todo, real-
mente limitó al pintor. Sin embargo, Grullón se recupera como uno de los soportes de
la Escuela Santiaguense, varios años después de haber caído la dictadura.
Si el trabajo propagandístico asimiló obligadamente a Mario Grullón, hasta el extremo
de casi no trascender como varios de sus compañeros de Bellas Artes, la compensación
Mario Grullón|Palmeras|Óleo/tela|91 x 76 cms.|1970|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
Mario Grullón|Tres aguateras hacia el río|Óleo/tela|66 x 48 cms.|1964|Col. Yolanda Grullón de Morel.
la encontró orientando a algunos muchachos (Danicel, entre ellos), así como incorpo-
rándose a la docencia de la Academia Yoryi y después a la Escuela Municipal de Arte,
de la que fue Director. Esta compensación también la canaliza en una obra ocasional,
de encargo, a través de la cual fue acentuando una definición, así como su acomodo a
la normativa de la Escuela de Santiago, sumándose a Juan Bautista Gómez,Yoryi Morel
y Federico Izquierdo.
|36|
Schotborgh,
referido por
Soto Ricart,
Op. Cit.
|37|
Schotborgh,
referencia en nota
de prensa, Hoy,
junio 17 de 1996.
|38|
Soto Ricart,
Humberto.
Op. Cit.
|39|
Tolentino,
Marianne de
Listín Diario,
diciembre
27 de 1975.
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Mario Grullón|Fantasia tropical|Óleo/tela|30 x 24 cms.|1970|Col. Yolanda Grullón de Morel.
Dos factores tienen que ver con el ajuste de Grullón a la Escuela de Santiago. Uno es
su retorno al ámbito regional en el que se localiza permanentemente y el otro, su es-
trecha relación con Yoryi, a quien se une en profunda amistad, recogiendo de paso lo
mejor del virtuosismo pictórico moreliano. Independientemente de estos factores, de-
bemos considerar la entrañable identificación emocional de un hombre hacia su pro-
vincia, que es un mundo chico que opera en la conciencia con todas las ligazones e
imágenes. Estas fuerzas las representaban en parte las tradiciones locales, los colorismos
tipicistas y populares, así como un entorno con vivencias barriales y sembradíos, rinco-
nadas y bosques. Es esta identificación emocional la que le hace volver a la provincia y
de ella ofrecer el reflejo de las costumbres y de la luz.
Los principales pintores del círculo de Santiago definen la escuela transcribiendo el
Mario Grullón|Misterio|Óleo/tela|70 x 152 cms.|1991|Col. Marcel Morel.
paisaje circundante y las costumbres pueblerinas, mantenidas con cierta tradición, en
celebraciones y tipos pintorescos.A estos elementos temáticos se añaden las fórmulas
del impresionismo, desde el punto de vista de la ideología estética y de la técnica.
Como integrante y soporte importante de la Escuela, Grullón nos resulta incuestiona-
ble y distintivo. La distinción se aprecia en su estilo costumbrista, en el esquema de un
diseño figurativo que descubre una tendencia a alargar las formas y algunas áreas o asun-
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tos. Cuando el diseño forma una sincronía paisajística, el alargamiento puede ser un de-
talle que parece romper la composición. Esta última evita la simetría absoluta, la capa-
cidad abierta, porque a lo largo y lo ancho del soporte, los enfoques del pintor son an-
gulares. Sin embargo, el color sometido a un juego de efectos de luz y sombra, de la cla-
ridad sobre lo claro, de una pincelada vibratoria, que no es puntullismo ni masa com-
pacta, distinguen a ese pintor, a quien consideramos un estupendo conjugador cuando
se sumerge en la más denotada posibilidad de su paleta. Como añadidura de sus rein-
terpretaciones temáticas, sobre todo humanas, señalamos la tendencia a la deformación,
al enfoque social, anecdótico y caricaturesco.
Paisajista cargado de verdores tupidos de luz y adepto de un temario negrista regular-
mente fundido en la magia y en la copiosa vegetación, su escritura deformativa de la
Mario Grullón|La mulata con paño entre helechos|Óleo/tela|161 x 76.2 cms.|1978|Col. Familia Cordero Espaillat.
Mario Grullón|Negra enfadada|Óleo/tela|91 x 76.5 cms.|1982|Col. Rafael Del Monte.
Mario Grullón|Girasoles|Óleo/tela|161 x 76.2 cms.|1978|Col. Familia Cordero Espaillat.
realidad, incluso del costumbrismo social, enfoca prototipos femeninos, ancianos, mar-
chantas o aborda escenas laborales, como sus numerosas lavanderas de río, concebidas
con liberrima imprecisión, de tono expresionista también apreciable en sus flamboya-
nes rebosantes del rojo característico.
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1|3 Un núcleo de independientes y desolvidados
Al margen de los registros oficiales o públicos de las artes, y en muchos casos figurando en
los eventos como sorpresivos co-protagonistas, se mueven otras individualidades cuyos pa-
sos también se pierden,pero son recuperables gracias a las fuentes documentales (catálogos,
periódicos, revistas y obras en sí mismas). Es un grupo diferente del núcleo de jóvenes ar-
tistas que egresan de la ENBA a partir de 1945,y cuya familiaridad formativa y aire moder-
no los convierte en foco de atención (Luis J. Álvarez, Pina Melero, Fernández Diez,Aida
Roques, Purita Barón, Francisco Gausachs, …), aunque dejaron de ser percibidos porque
casi todos se marcharon al extranjero, cubriéndose además de silencios. Existen condicio-
nes sociales comunes y diferentes para este grupo, en comparación con ese otro al que se
dirige la mirada con la denominación de «Núcleo de Independientes y Desolvidados».
a| No son egresados de la Escuela Nacional de Bellas Artes.
b| Casi todos pertenecen a los márgenes provinciales.
c| Muchos de ellos se registran en exposiciones nacionales como transeúntes momen-
táneos. En cambio, otros preservan una presencia más sostenida e igualmente la produc-
ción artística.
ch| La «independencia» que los asocia es sinónimo de aislamiento localista, marginali-
dad social y distanciamiento entre ellos, inclusive.
d| Es un grupo integrado por individualidades de diferentes edades, con experiencias
formativas desiguales, moviéndose en campos artísticos variados y con una proyección
limitada, subyacentes en el desconocimiento social, aunque todos desolvidados por los
que conocen en cierta medida sus obras y pueden trazar algunos datos existenciales o
profesionales sobre ellos.
JOSÉ ANTONIO ESPÍNOLA REYES, nacido en LaVega en 1898, es una de esas
figuras provinciales un tanto desconocida y casi olvidada en su comunidad nativa, así
como en los registros nacionales de las artes. Perteneciente a una familia de la cual so-
bresalen varios miembros, él manifiesta desde muy joven interés hacia la escultura, ex-
poniendo algunas de sus obras en una muestra vegana (1926) e igualmente en la Feria
Nacional e Interantillana, montada para 1927 en Santiago de los Caballeros.
Pío Espinola, nombre con el cual se le reconoce artísticamente, fue becado por el go-
bierno nacional del Presidente HoracioVásquez, posiblemente hacia el 1928; beca que
le permitió estudiar en Europa, especialmente en Francia. Sin embargo, con el ascenso
gubernativo de Trujillo ese beneficio oficial le fue suspendido, razón por la cual la fa-
milia tuvo que vender varias propiedades para que el artista pudiese terminar su forma-
ción.
Este artista cibaeño retornó al país al principio de la década de 1930, concentrándose
en la comunidad oriunda en donde ejerce docencia de manera esporádica y en donde
laboró como orfebre y modelador. Aquí sobrevive automarginado por disgustos de la
familia con el régimen trujillista y, aunque esculpió para éste algunas piezas en mármol
criollo, realmente no fue tomado en cuenta como figura artística cuando comenzaron
a organizarse las exposiciones nacionales del decenio de 1940. Esto no ocurrió por
ejemplo con Joaquín Priego, localizado en LaVega, en donde era maestro de la Escue-
la de Arte y Oficio, como tampoco con otros veganos, entre ellos Enrique García Go-
doy, Darío Suro y Rafael Augusto Fernández Álvarez.
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ se destacaba en el medio vegano como autor de carica-
turas que reproducen periódicos cibaeños, cuando fue invitado a participar en la mues-Antonio Malagón|El merengue|Dibujo/papel|1944|Catálogo II Exposición de Artes Plásticas.
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tra nacional del 1941. En este año expone individualmente en San Pedro de Macorís,
en donde también exhibe una serie de dibujos o caricaturas que tratan tipos populares
identificados con el apellido Fernández, como rúbrica artística.
Por las breves referencias citadas sobre el caricaturista vegano, al parecer su protagonis-
mo público no trascendió vía otros registros; lo mismo ocurre con Porfirio Vásquez y
Juan Antonio Vicioso hijo, quienes también se registran en la significativa muestra del
1941, en la que se dan cita muchos nombres importantes del arte dominicano de he-
chura moderna.
PORFIRIO VÁSQUEZ, nacido en la capital del país, cultiva desde la infancia el
dibujo y la pintura, señalándose entre sus datos que no ha tenido maestros en el
aprendizaje de esas expresiones. En la muestra nacional del 1941 expone dos obras
muestra del 1941.Vicioso hijo tenía formación alcanzada en la Academia de Abelardo
en donde estudió durante tres años. Era nativo de Santo Domingo.
Capitaleño también es RAFAEL CASADO SOLER, quien había nacido en 1917,
y siendo un autodidacta participa en la Segunda Muestra Nacional de Artes Plásticas,
correspondiente al 1944, exposición que tiene rango de segunda bienal de arte domi-
nicano. De acuerdo al catálogo, este pintor expone seis acuarelas decorativas en las que
se preferencia el tema femenino.
Asociado al medio capitalino donde arriba en 1919 traído por sus padres, ENRIQUE
TORAZONA hijo crece y se forma en la República Dominicana, en donde reside
desde los dos años de edad. Hijo del artista inmigrante EnriqueTarazona Pérez y de Jo-
sefina Hervas Rubió, nació en NuevaYork en 1917, mostrando con el tiempo afición
Rafael A. Fernández Álvarez|El agraviado|Tinta/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional.
Porfirio Vázquez|Lluvia|Pastel/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional.
realizadas al pastel: «Lluvia» e «Impresiones de Montaña», ofreciendo la primera una
vista de transeúntes con paraguas en una vía estrecha dominada por estructuras arqui-
tectónicas.
Como el anterior, JUAN ANTONIOVICIOSO hijo asume también el tema arqui-
tectural en una visión en perspectiva de un bloque de rascacielos enfocados desde lo al-
to. El autor lo titula «Vértigo». Es parte de cinco dibujos con los que participa en la
Juan Antonio Vicioso hijo|Vértigo|Tinta/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional.
Rafael Casado Soler|Bibelot|Acuarela/papel|1944|Catálogo II Exposición Nacional de Artes Plásticas.
por el dibujo que aprendió, seguramente en contacto con el padre, experimentado ilus-
trador gráfico,caricaturista y,sobre todo,notable pintor vinculado a las decoraciones del
Teatro Colón de San Pedro de Macorís (1912) y posteriormente a labores en diarios así
como a encargos de obras eclesiásticas.
Cumplidos los veinticinco años de edad,Tarazona hijo asume más de lleno el dibujo,
orientándose a la producción caricaturesca que publica desde 1932 en el diario «La
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las reseñas periodísticas favorecen sus caricaturas y los asuntos que reflejan costumbres
y tipos nacionales. Scott, quien regularmente pintaba en el recinto militar, forma hogar
en nuestra tierra y adopta la ciudadanía dominicana después de largos años de vivir en
el país. Él se esfuma al producirse la caída de la dictadura.
BIENVENIDO TAVÁREZ (n. 19..?) es un pintor aislado y desconocido casi abso-
lutamente, pero su curiosa individualidad es demostrativa de un artista naif que prece-
de a los pocos nombres que en esa corriente del arte moderno se conocen en el país.
Este ingenuo recreador era natural de Santo Domingo de donde emigra al Cibao, en
edad adulta, ubicándose en la zona campestre de Licey, en donde establece hogar con
Ana Mercedes Tavárez. Se dedica a realizar decoraciones de tinajas, placas de automó-
viles y simultáneamente pinta pequeños cuadros que, además de responder a un tem-
Enrique Tarazona, hijo|Ilustración «Trementina, clerén y bongó», de Julio González Herrera |1943.
Opinión» y en la revista «Patria Nueva». Este trabajo dibujístico queda al margen cuan-
do asume distintas funciones en el sector público, ya en posesión de la nacionalidad do-
minicana. La mayoría de sus obras caricaturescas enfocan personalidades dominicanas
(Arturo Logroño,Osvaldo Báez Soler,Oscar RoblesToledano,Amiama Gómez,…),pe-
ro también personajes populares en muchos anuncios e ilustraciones, ya que también
produce viñetas y diseña portadas de libros.
Otra individualidad foránea: alemán de filiación nazi, según personas consultadas, aun-
que ciudadano americano, es ERNESTO SCOTT, vinculado al servicio de inteli-
gencia del régimen de Trujillo, aparte de ser artista con exposiciones registradas en la
Galería Nacional de Bellas Artes en los años 1944 y 1945. Cultivador de la acuarela, el
dibujo y de una pintura vernacular reproducida muchas veces en las «guaguas» urbanas,
Enrique Tarazona, hijo|Ilustración portada «Trementina, clerén y bongó», de Julio González Herrera|1943.
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peramento espontáneo e imaginativo, resultan obras que vende para mantener a la fa-
milia. En este sentido él se constituye en un pintor marginado y silencioso que logra
una clientela alrededor de su ámbito y de otras zonas; clientela a la cual conquistan sus
imágenes pintorescas, refrescantes, ilusionistas y vivenciales. En algunos casos el hábitat
rural promueve las formas arcaicas de una pintura puntualizada con el negro. En otros
casos, la memoria concibe la imagen barrial, portuaria y urbana en composiciones tan
deliciosas e ingenuas como la del pequeño cuadro en la que un barco corta transversal-
mente la perspectiva, imponiéndose al primer plano con casas y calles.
Pintor representativo del naif dominicano, Bienvenido Tavárez se desenvuelve a partir
de los 1940, años durante los cuales ejecutan sus tomas fotográficas los santiaguenses
Santiago Bueno y William Federico Lithgow, excelentes cultores de la lente y quienes
encuentran tiempo exploratorio para compartir este arte con el ejercicio de la medici-
na. Provinciales son también otras tres individualidades que aparecen como expositores
del período:Antonio Malagón, Ramírez Duval y FedericoVillanueva.
W. RAMÍREZ DUVAL, nativo de San Juan de la Maguana, fue conocido como pin-
tor al incluirse una obra suya de grandes dimensiones en la Segunda Exposición Na-
cional de Artes Plásticas (Bienal del 1944). Residía entonces en la capital del país con
el propósito de «concluir sus estudios superiores y, a la vez, en busca de mayores hori-
zontes para su arte».Esta búsqueda permite que sea realizador de numerosos dibujos de-
corativos. Es su gran cuadro «El Grito de Independencia», (óleo 1943),|40|el que lo si-
túa frente a la atención y al debate. «El óleo representa un momento digno de reveren-
cia de nuestra historia. Está concebido y perpetuado con el realismo que caracteriza a
este tipo de obra. Sus detractores afirman que Sánchez sostiene una «bandera de zinc»
entre las manos, porque carece por completo de movimiento».
A propósito de esta participación se señala que «es un joven pintor que está dotado de
ciertas posibilidades dignas de consideración, para hacerlo acreedor de que su nombre
sea incorporado al movimiento pictórico actual (…) se preocupa por la posesión de un
estilo personal y por el dominio de una técnica de buena calidad. En su estudio se pue-
de apreciar que al artista le preocupa el cultivo de la llamada «pintura histórica» y que
ha realizado una serie de «retratos con un realismo sorprendente a pesar de todo eso,
Ramírez Duval sigue siendo para muchos un desconocido».|41|
Llamado «Pintor del Sur» por Manuel de Jesús Goico Castro, las anotaciones citadas
corresponden a un artículo suyo, en el que anuncia que el pintor celebrará su prime-
ra individual en la Galería de Bellas Artes. Esta muestra fue registrada en el Ateneo
Dominicano (julio 1944) exponiendo el pintor 35 obras –dibujos y óleos–, con los
que aborda un temario diverso: bodegones, desnudos, escenas históricas, paisajes y re-
tratos.|42|
ANTONIO MALAGÓN MONTESANO es otro de los jóvenes que se dan a co-
nocer en el período del 1940. Había nacido en 1926, en la villa de Sánchez, residiendo
desde corta edad en Santiago de los Caballeros, en donde hizo sus primeros estudios
pictóricos con el artistaYoryi Morel. Con excelentes condiciones para el trazo, para la
transcripción de escenas callejeras interpretadas con alegre humorismo, fue selecciona-
do para participar en la Segunda Exposición Nacional de Artes Plásticas, celebrada en
1944, con motivo del Primer Centenario de la República. En la muestra, él tuvo la
oportunidad de exhibir siete dibujos humorísticos: El Merengue, Los Jugadores, ElVen-
tarrón, La Litera, Día de los Inocentes, Día de San Andrés y Escena Callejera.|43|
Antonio Malagón|Domingo de quiniela|Acrílica/tela|66.1 x 81.4 cms.|1985|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes.
|40|
Catálogo
29 de febrero
de 1944.
|41|
Goico Castro, M.
La Nación.
5 de junio de
1944. Pág. 12.
|42|
La Nación,
30 de junio
de 1944.
|43|
Catálogo de 1944,
Op. Cit.
|65| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |64|
Después de ese registro, Malagón participa en otros eventos similares, como fueron las
bienales del 1946 y 1948. Concentrado en el medio santiaguense, su producción se so-
metió a los caracteres regionales del tema y del color, ocurriendo una discreta posición
frente a otros representantes de la escuela citadina, debido a que alternó su ejercicio de
pintor con el campo profesional de la banca financiera. Pero nunca deja de pintar, ofre-
ciendo espléndidas telas paisajísticas y prefiriendo el cultivo de singulares escenas del
popularismo barrial y costumbrista, captadas en la estampa de un caricaturismo alegre
y socarrón. Con la fidelidad que le proyecta hacia el tiempo venidero, a Toño Malagón
se le identifica como un pintor del norte del país, perteneciente al núcleo de Santiago,
en donde registra en 1972 una exposición personal. Localizado en Miami, Florida,
desde el final de la década de 1980, fallece en esta ciudad a los pocos años (2004).
FEDERICOVILLANUEVA (1920-1988) también se vincula, al igual que Malagón, a
la ciudad de Santiago, en donde fue designado –año 1942– maestro de Dibujo y Repu-
jado en la Escuela de Artes Manuales «Presidente Trujillo», en donde también asumió la
enseñanza de Modelado,materia de su preferencia,ya que sobresale como escultor.El na-
ce posiblemente entre 1920-1925, en Laguna Salada, Santiago, siendo conocido artística-
mente por sus participaciones en bienales nacionales. Un primer registro de importancia
es la selección de obras suyas tituladas «Autorretrato», «Cabeza del Generalísimo Trujillo»
y «Cabeza de Rafael Perdomo hijo», con las cuales figura en la muestra nacional de 1944.
MERCEDES RODRÍGUEZ es otra protagonista del norte que consigue atención
con sus proyecciones expositivas. Bautizada Carmen Damiana Mercedes Rodríguez, na-
ció en Santiago de los Caballeros en 1925, siendo la cuarta hija de los esposos Juan Ro-
Antonio Malagón|Glorieta Parque Duarte|Óleo/tela|96 x 122 cms.|1977|Col. Familia Guzmán Klang. Mercedes Rodríguez|Orillas de un río|Óleo/tela|49 x 39 cms.|1947|Col. Norma Rodríguez de Casals.
Mercedes Rodríguez|Florencia|Óleo/tela|50.5 x 39 cms.|Sin fecha|Col. Norma Rodríguez de Casals.
dríguez L’ Oficial y Candelaria Luciano. Pictóricamente recibió la primera orientación
del primo Federico Izquierdo, viajando con la madre de éste a NuevaYork, en 1944. En
esta urbe cursa estudios con el pintor español Benito Nuno y asiste a la «Art School»,
concurriendo a diversas colectivas que dan cuenta de sus méritos participativos. Dentro
de un convencionalismo afín con el tema, sus cuadros subrayan el carácter simbólico de
sus obras.
|67| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |66|
En 1951 realiza la pintora su primera individual, montada en «Barbizon» Plaza Galle-
ries, con el auspicio de la Embajada Dominicana. Constituida por 26 cuadros que en-
cabeza la obra «Mi jefe» (retrato de Trujillo), esta muestra es acogida por los medios de
comunicación newyorquinos y dominicanos. La revista «The art digest» (octubre 15-
1951) la califica de impresionista, en tanto su maestro Nuno juzga que su arte «a pesar
se no hallarse falto de fuerza, hace pensar en cierta cualidad imaginativa que puede ser
definida como grácil belleza. Su obra combina, en balance admirable, humanismo con
simbolismo».|44|
Diversos temas definen el discurso expositivo de Mercedes Rodríguez, a quien el es-
cultor E. Ducig tomó como modelo para un busto que figura en la muestra individual.
Proyectándose en el país natal en donde siempre deseó exponer, ella fue elegida para
participar como artista dominicana en la II Bienal Hispanoamericana de Arte, celebra-
da en La Habana (1954).
La pintora murió repentinamente en 1978 en el Condado de Queens, siendo enterra-
dos sus restos en la ciudad nativa. Ella había escrito: «Nada vivirá sin la verdad con ba-
se de inspiración. Las falsedades del momento pasarán de largo y el arte como expre-
sión de la vida, vivirá eternamente. Este debe ser el anhelo del artista, y su triunfo de-
pende del grado en que logre alcanzarlo».|45|
VIOLETA ESPAILLAT es otro de los nombres recuperables del olvido, pese a una
producción pictórica al parecer abandonada, luego de contraer matrimonio con un pe-
tromacorisano de fortuna. Esta pintora nacida en LaVega, posiblemente se forma en la
Academia de Enrique García Godoy o tal vez estableció nexo con el taller Darío Suro,
Mercedes Rodríguez|La maja moderna|Óleo/tela|59 x 88 cms.|Sin fecha|Col. Norma Rodríguez de Casals.Mercedes Rodríguez|Rincón cubano|Óleo/tela|59 x 88 cms.|Sin fecha|Col. Norma Rodríguez de Casals.
|44|
Nuno, Benito.
Presentación
catálogo de
Mercedes
Rodríguez,
1951.
|45|
Rodríguez, M.
referida por
Marilio Ventura,
La Información,
8 de agosto 2003.
|69| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |68|
Violeta Espaillat|Parque de la Vega|Óleo/tela|56 x 41 cms.|Década 1940|Col. Ramón Francisco.
ya que ella –por las obras que se conocen- ofrece una visión paisajística que tiene rela-
ción con la obra inicial del último pintor citado. Esta pintora enfoca paisajes o recodos
de la ciudad nativa con una paleta fría y diluida en verdores. Se trata de una obra pic-
tórica de pequeño formato. El matrimonio la reubica en San Francisco de Macorís,
donde nace su hijaVioletica Bergés.
Veganos también como Violeta Espaillat son Marcos Batista Caravallo (n.1922) y Mi-
guel Hipólito Cordero (1922-1972). El primero estudia en la Academia de Darío Su-
ro, desarrollando una habilidad dibujística que le permite ejecutar retratos instantáneos
al crayón, de acuerdo a Hernández Figueroa, quien agrega que «gracias a sus cuadros los
veganos pueden conocer los diferentes ángulos y la arquitectura de la antigua Catedral,
así como (...) la evolución del paisaje urbano citadino». |46|
Violeta Espaillat|Casitas campesinas|Óleo/madera|34 x 55 cms.|C.1940|Col. Ramón Francisco.
|46|
Hernández
Figueroa,
Alfredo Rafael.
Las Artes
Visuales
en la Vega.
Pag. 32.
|47|
Idem.
Pag. 33.
Hipólito Cordero sobresale como un notable caricaturista que aprovecha su momentos
de ocio para ejecutar sus obras de trazo fácil, «logrando un gran parecido con los per-
sonajes reales.Al ocurrir su muerte se expusieron sus caricaturas como homenaje pós-
tumo. |47|
|71| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |70|
La obligación, el requisito o la práctica de que todo graduado en la ENBA debía expo-
ner individualmente en la Galería Nacional o en otro lugar elegido por el egresado o
la egresada fue parte del activismo que acompañó la política cultural impulsada duran-
te el período de los cuarenta. Con esa modalidad se apadrinaba al joven talento, proyec-
tándolo y comprometiéndolo de varias maneras: consigo mismo, con el medio social y
con la modernidad que un buen número de intelectuales (Contín Aybar,Valldeperes,
Tanasescu, Ugarte,...) promovían con entusiasmo. Empero, su adhesión y el fervor ha-
cia el modernismo artístico era un aliento que se manifestaba en el sector intelectual.
Este era sobre todo un sentimiento que directamente se asociaba al foco que integra-
ban el profesorado y los alumnos de Bellas Artes.A propósito, una opinión señalaba:
«La fundación de la Escuela de Bellas Artes (…) resultó un éxito rotundo. Es necesario
haber vivido aquellos tiempos para darse cuenta de la alegría con que los jóvenes –y los
menos jóvenes– acudían diariamente a sus aulas.Y entre aquellos grupos de ávidos as-
pirantes a artista se contaban numerosas mujeres. Jóvenes, solteras, amas de casa, estu-
diantes universitarias, todas ellas con aspiraciones que hasta entonces no habían podido
aflorar, se inscribieron en la Escuela y siguieron con dedicación y disciplina las enseñan-
zas que se les impartían. Siempre he creído que aquel movimiento cultural funcionó a
modo de escape de las angustias a que el pueblo dominicano estaba sometido y como
un paliativo a la ausencia de libertad que se padecía bajo un régimen tirano y omnipo-
tente. Excelentes profesores, nacionales y extranjeros, imbuidos como sus alumnos de
gran fervor artístico, hicieron de ese centro docente, un foco de entusiasmo que conta-
gió a gran parte de la sociedad. Un considerable número de egresados de las primeras
promociones fueron mujeres, en su mayoría pintoras quienes correctamente encauzadas
por su maestros, se lanzaron sin miedo a proyectarse en exposiciones y concursos.Y
triunfaron».|48|
El testimonio citado es de María Ugarte, quien considera el 1949 como «un año de
auge de las mujeres artistas,|49|resaltando que ellas constituían el núcleo más fuerte
de los alumnos de la Escuela de Bellas Artes. Ellas, igualmente dominaban en las úl-
timas promociones registradas hasta la fecha. Un ejemplo referido por la crítica era la
exposición del Gran PremioTrujillo, celebrada en la Galería de Bellas Artes, en la cual
el predominio numérico de la mujer es abrumador. De cinco artistas presentados,
cuatro son muchachas. Ella alude a Noemí Mella, Elsa DiVanna, Nidia Serra y Clara
Ledesma, quienes con Marianela Jiménez reservan dentro de desiguales condiciones
sociales, la innegable permanencia como representantes de la generación a la que per-
tenecen. Ellas son las notables mujeres de los 1940, no sólo porque recae sobre sus
obras la atención y un augurio que se cumple en unas más que en otras, sino porque
en las de fuerte carácter artístico es ininterrumpido el camino de producir y de re-
confirmarse en el arte.Aunque eran diferentes en temperamento y producción artís-
tica, sus nombres resultaban inseparables, a tal nivel que mencionar a una de ellas es
asociar a las otras.
NOEMÍ MELLA, nacida en Santo Domingo en 1926, atrajo la opinión crítica entu-
siasmada en los años durante los cuales figura como una de las jóvenes pintoras.Al egre-
sar de la Escuela Nacional, en 1948, ella sobresale al obtener el «Gran Premio Trujillo de
Pintura», al producir un paisaje «de méritos notablemente superiores», por el dramatismo
del color, los matices mezclados con habilidad, la composición segura, sus fuertes líneas
1|4 Otra mirada a la primera generación de la ENBA:
cinco sobresalientes pintoras
Noemí Mella|La calavera de caballo|Óleo/tela|42 x 54 cms.|1952|Col. Museo de Arte Moderno.
|48|
Ugarte, María.
Op. Cit.
Pags. 26-27.
|49|
Idem.
Pag. 28.
|73| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |72|
negras y «un empeño de hacer viril su pintura, de darle fuerza y vigor, de escapar de lo
femenino y lo frágil».|50| Con la obra premiada e igualmente con otras se pronunciaba
esta artista como una peculiar paisajista, además de mostrar la posesión de un estilo.
Ella «como siempre se expresa mediante masas de color limitadas por líneas de trazo fir-
me y definido (…) su peculiar estilo logra interesantes efectos al encerrar sus colores pre-
feridos –naranjas, azules, rosáceos–, en las fronteras de una línea firme y dura».|51|
Otro crítico aprecia esta firmeza señalando que «Noemí Mella a través de sus obras (…)
revela una calidad bastante rara en una mujer: la energía (…) todavía cargada de incon-
formismo. Sus temas reflejan cierta violencia interior».|52|
El maestro Colson, dedicado también a la crítica, escribe: «Noemí Mella, cuyo nombre
evoca proceras, hazañas, nos invita a entrar en el mundo que está germinando en su men-
Noemí Mella|Paisaje del lago del fondo|Óleo/tela|66 x 55 cms.|1952|Col. Aída Bonnelly.
Noemí Mella|Calle|Óleo/tela|66 x 51 cms.|1948|Col. Aída Bonnelly.
te y lentamente transmigra a la tela para convertirse en saludables melodías cromáticas.Una
embriaguez de aromas indostánicas, canela, nuez moscada, miel y bija nos entran por los
ojos y halagan nuestro olfato;y sin embargo esta pintura tiene calidades metálicas,de la sen-
sación de timbres, voces de clarines y cobres jocundos, de tamborileos bojieños y chuines
lejanos.Yo no creo que Noemí Mella haya visto bañarse a la ciguapa del río Camú de Guai-
namoca,pero las gamas de su paleta me recuerdan los montes y las charcas de los guros (sic)
Noemí Mella|Sin título|Óleo/cartón|Sin fecha|52 x 42 cms.|Col. Privada.
|50|
Idem.
Págs. 28-29.
|51|
Idem.
Pág. 31.
|52|
Tanasescu,
Horia.
El Caribe,
diciembre
7 de 1952.
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  • 1.
  • 2. V O L U M E N 1 9 4 0 1 9 5 0 3
  • 3. E M O RI A D E LA P INTURA DOMINICANA Convergencia de Generaciones M Danilo De los Santos C O L E C C I O N CENTENARIO G R U P O LEON JIMENES´ ´ 31940 1950
  • 4. LA CONFLUYENTE CONTINUACIÓN DE UN DECENIO 3|1 La grandilocuencia de un aniversario: arquitectura, artistas, celebraciones y decadencia 353 3|2 Cinco artistas notables de la generación del 1950: Giudicelli, Peña Defilló, Silvano, Balcácer y Gaspar Mario 378 3|3 La proyección de otros cinco sobresalientes: Faxas, Dionisio Pichardo, Guillo, Cestero y Azar 440 De los Santos, Danilo, 1944- Memoria de la pintura dominicana / Danilo De los Santos.– Santo Domingo : Grupo León Jimenes, 2003. 8v. : il.– (Colección Centenario Grupo León Jimenes) Contenido: v. 1 Raíces e impulso nacional 2000 a. c.– 1924.— v.2 Impulso y desarrollo moderno 1920-1950.– v.3 Convergencia de generaciones 1940-1950 1. Pintura dominicana – Historia 2. Pintores dominicanos I.Título 759.97293 S237m CEP / Centro León ©2004 Grupo León Jimenes ISBN 99934-913-6-5 Todos los Derechos Reservados. Registro de Propiedad Intelectual. Este libro es propiedad del Centro Cultural Eduardo León Jimenes. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida en ninguna forma o medio sin el permiso escrito del propietario, excepto para la inclusión de citas en una reseña o revista. COORDINACIÓN EDITORIAL Félix Fernández DIGITACIÓN Josefina Soriano Tallaj ÍNDICE BIBLIOGRÁFICO Y ONOMÁSTICO Luis Córdova FOTOGRAFÍA Mariano Hernández Natalio Puras Penzo (Apeco) DISEÑO Y PRODUCCIÓN Lourdes Saleme y Asociados Directora de arte / Lourdes Saleme Diseñadora asociada / Kirsis Santana IMPRESIÓN Vistacolor® Santiago de los Caballeros, República Dominicana 2004 CUBIERTA Paul Giudicelli. Pelea de gatos. Clara Ledesma.Amantes (detalle). PÁGINA 1 Gilberto Hernández Ortega. Composición. C O L E C C I O N CENTENARIO G R U P O LEON JIMENES´ ´ EL TRÁNSITO DE LA DÉCADA DE 1940 A 1950 1|1 Arte, trujillismo y vanagloria 7 1|2 Los primeros egresados de la ENBA: pasos perdidos y rastros encontrados 20 1|3 Un núcleo de independientes y desolvidados 56 1|4 Otra mirada a la primera generación de la ENBA: cinco sobresalientes pintoras 70 1|5 Más activistas de la primera generación: seis notables artistas hombres 114 Bibliografía 472 Índice onomástico 480 Índice de ilustraciones 485 LA CONFLUENCIA DE LAS GENERACIONES EN LA DÉCADA DE 1950 2|1 La modernidad y la orientación de los artistas más notables 181 2|2 Una visión general del período 1951-1960 206 2|3 El arte de nuestro tiempo en el trasfondo de muchos emergentes del 50 228 2|4 Seis pintores del norte en el género nativo 254 2|5 Dos variables de la generación: independientes y autodidactas 282 Contenido 1 2 3
  • 5. Yoryi Morel|Los estudiantes (cuarteto)|Óleo/tela|38 x 34 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular. 1E L T R Á N S I T O D E L A d é c a d a d e 1 9 4 0 a 1 9 5 0 1|1 Arte, trujillismo y vanagloria Históricamente, en la década del 1940 se desarrolla otro florecimiento cultural sola- mente comparable con el de aquella etapa del cambio de las estructuras económicas, políticas y sociales, que comienza en el decenio 1870 bajo el impulso de los liberales, con Luperón a la cabeza,y en el que se destaca la poderosa influencia educativa de Hos- tos. Es un impulso caracterizado por la aparición de los primeros grandes poetas, narra- dores y ensayistas, quienes conforman junto a músicos y artistas visuales un círculo cul- tural vitalizador de una espiritualidad nacional que trasciende.Aglutinantes de este cír- culo resultan las sociedades civilistas, culturales y recreativas, e igualmente los medios editoriales y periodísticos. Ese primer florecimiento de aliento romántico y positivista, de búsqueda del progreso y de animación social generalizada, terminó coincidiendo
  • 6. |9| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |8| con la llamada «dictadura criolla» de Ulises Heureaux y los predominios caudillescos su- cesivos que culminan con la dictadura militar, que representa la intervención estadou- nidense de 1916-1924. El nuevo florecimiento cultural que se produce durante los años del 1940 se caracteriza por la confluencia de respuestas nacionales registradas con independencia al nacionalismo político que adviene con la consolidación de la dictadura de Trujillo y el florecimiento moderno de las artes, de la educación y de las letras. Este otro renacimiento dominicano es limitado frente a la triple asociación del capitalismo personalizado, capitalización buro- crática y capital territorial monopólica. Empero, representa una renovación de alcances sostenidos, moviéndose entre una cierta libertad artística a niveles colaterales y la nega- ción política de esa libertad en otros aspectos esenciales de los derechos civiles. permite el restablecimiento de la Facultad de Filosofía (1940) y la construcción de mo- dernos edificios de la Ciudad Universitaria. La matrícula estudiantil refleja un aumento creciente: en el 1936-37 el total de estudiantes universitarios fue de 328, en el curso 1941-42 aumentó a 900, en el curso 1946-47 a 1,558 y en el curso 1951-52 llegó a 2,449. La intensificación de la enseñanza primaria y secundaria se relaciona con el au- mento de la matrícula universitaria. Sobre este aspecto comenta: «Sin contar las escuelas de emergencias para combatir el analfabetismo adulto, las cifras comparativas ofrecen los siguientes datos: de 898 escuelas en 1936-37 a 2,747 en 1951-52».También se refiere al programa de las Escuelas Especiales que se implementa durante el régimen. En este pro- grama figuran la Escuela Nacional de Bellas Artes, el Liceo Musical, la Escuela Diplomá- tica y Consular y la Escuela de Oficio. Galíndez resalta la atención que merecen las ins- Manolo Pascual|Atleta|Tinta/papel|31 x 18 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular. Ernesto Lothar|Retrato de la señora M|Mixta/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional. tituciones culturales de distinta índole, creadas y reorganizadas, como la Orquesta Sinfó- nica Nacional, el Archivo Nacional, la Biblioteca de la Universidad y la proyectada Ga- lería de Bellas Artes,… así como el fomento prestado a los pintores, escultores y literatos. Finalmente menciona la publicación de dos periódicos: «El Caribe» y «La Nación», así como el establecimiento de la estación radio-televisora «LaVoz Dominicana», lo cual su- pone un progreso aunque esté disminuido su alcance por la tendenciosa propaganda».|2| |1| Galíndez, Jesús de. Op. Cit. Pág. 244. José Vela Zanetti|Sin título (Bodegón)|Óleo/cartón|87 x 175 cms.|1948|Col. Cándido Bidó. Quizás lo correcto es entender este proceso de florecimiento producido durante los años del 1940 a la luz del enfoque apreciativo de Jesús de Galíndez, quien al referirse a las po- líticas culturales de la dictadura, señala: «Aunque sea menos llamativo, también cabe ano- tar en el haber del régimen trujillista un cierto progreso cultural, ya que no espiritual. Es decir, el aumento de instituciones de cultura en su aspecto material».|1| De Galíndez detalla los aspectos que cualifican este progreso enfocado a la Universidad, cuyo apoyo |2| Idem. Págs. 224-225.
  • 7. |11| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |10| Como el dictador Trujillo era el primero en todo: primer caudillo, primer general, pri- mer maestro, primer constructor, etc., la tendencia era reconocer que todo se debía a su iniciativa y decisión. Independientemente de una voluntad megalómana, personalis- ta y controladora, las iniciativas procedían de funcionarios con claras visiones de las ne- cesidades de la nación. Fue el caso de Rafael Díaz Niese, quien al retornar al país fue requerido por Trujillo en atención a su formación, sobre todo de políglota y hombre cosmopolita. Con gran visión moderna e interesado por la cultura, Díaz Niese aceptó ser funcionario del régimen y desde esa posición influyó directamente en el proyecto de animación y educación de las Bellas Artes, convirtiéndose en orientador e ideólogo decisivo. Díaz Niese era un gestor moderno e igualmente lo eran los arquitectos que se asocia- Darío Suro|Choza campesina|Óleo/tela|25 x 38 cms.|1937|Col. Wenceslao Vega. dominicano y coadyuvan positivamente en la orientación moderna (Gausachs, Pascual, Granell,Lothar,Vela Zanetti,…),orientación también pautada de manera directa por los artistas Celeste Woss y Gil,Yoryi Morel, Darío Suro y de forma indirecta por Tito Cá- nepa y Jaime Colson, residentes en el extranjero. El florecimiento de la década del 1940 se relacionó con otras manifestaciones, como la música, consagrándose un buen número de compositores nacionales (Pancho García, Ravelo, Hernández, Ignacio,…), llevados al nivel sinfónico por el Maestro Casals Chapí. También el teatro, animado por un sector del exilio antifascista y republicano de Santo Domingo. Este exilio trajo al país, además de artistas de todo género, narradores, técni- cos, periodistas, poetas, juristas, historiadores, filósofos y académicos universitarios con quienes sufre el medio capitalino una alteración innovadora en términos socioculturales. Joseph Fulop|Paisaje|Óleo/tela|20 x 27cms.|1949|Col. J. A. Wittkop. ban como generación a Guillermo González y José Antonio Caro, una generación que trascendía con sus iniciativas y obras al hecho situacional de diseñar y construir princi- palmente para un régimen que los colocaba temporalmente en el anonimato porque el único «arquitecto» de la República era el tirano. Estos primeros maestros de la moder- na arquitectura funcional conforman un eje de florecimiento de los años 1940 y con posterioridad a ese decenio. Igualmente lo son los artistas exiliados que hacen camino
  • 8. |13| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |12| Frecuentes exposiciones de artes visuales y conciertos promovidos dentro y fuera de los límites capitalinos, conferencias, tertulias y espectáculos de teatro definen un singular ac- tivismo, al que se suma el quehacer de la literatura nacional con numerosas publicacio- nes, notables grupos de poetas, el impulso de la crítica de arte y la aparición de movi- mientos o tendencias literarias que forman parte de un quehacer cultural de doble con- fluencia como es la oficial y la privada. En relación al ambiente cultural de estos años, escribe Galíndez: «No todas estas manifestaciones culturales de los últimos años han sur- gido de un impulso gubernamental.A su lado hay que mencionar con elogio la labor de librerías de propiedad privada: «La Librería Dominicana» organiza conferencias cultura- les. Grupos de poetas como «La Poesía Sorprendida» y poetas individuales como More- no Jiménez, Incháustegui, Mieses Burgos, Carmen Natalia y Oscar Pacheco; novelistas como Marrero Aristy, Damirón y López Penha, cuentistas como Juan Bosch; quienes a veces han terminado por someterse al régimen, y alguna otra vez han tenido que partir al destierro. Centros de divulgación cultural como «Amantes de la Luz» en Santiago de los Caballeros. Colegios privados como el «Instituto Escuela» y alguno religioso».|3| Uno de los medios notables de difusión cultural fueron los Cuadernos Dominicanos de Cultura, una revista con labor entre 1943 y 1952, animada por un grupo de intelectua- les oficiales y en la que se publicaba un material diverso: ensayos, investigaciones histó- ricas, documentos gubernativos y una variedad de textos literarios (poesía, ensayo, tea- tro y cuento), a veces publicados íntegramente o de manera parcial. En ediciones de es- tos cuadernos aparecerían con frecuencia reproducciones artísticas, en su mayoría de pintores nacionales. Sus directores eran intelectuales modernos, entre ellos Pedro René Contín Aybar, definido como «un gran esteta: poeta, ensayista, crítico de arte, dramatur- go y admirable causser», quien se convirtió en una figura fundamental del quehacer ar- tístico y literario durante las décadas del cuarenta y del cincuenta. Él difundió a gran- des poetas casi desconocidos por los dominicanos (Lorca, Neruda,Vallejo,…). Fue de los primeros en reconocer los méritos de Domingo Moreno Jiménez y su Postumismo e igualmente dio a conocer en Santo Domingo la labor creadora de Jaime Colson. Se distinguía, además, como conferencista de atención social y de sustentaciones osadas. Contín publicó en 1945 la «Antología Poética Dominicana, un valioso libro en el que dejó fuera a muchos encumbrados e incluyó algunos poetas desafectos al régimen y otros que aparentemente conspiraban desde el exilio (…). La osadía de Contín fue grande (…) en su antología (…) incluye no sólo los poemas revolucionarios de In- cháustegui Cabral, Mariano Lebrón, Pedro Mir y Rubén Suro, sino que incluye poetas prohibidos como Emilio Morel y Lucas Pichardo».|4| Las citadas apreciaciones sobre Contín Aybar las emite Mariano Lebrón Saviñón, un integrante del movimiento de La Poesía Sorprendida, cuya revista homónima desa- rrolló una labor difusora, crítica y de repudio tácito a la dictadura con una escritura muchas veces de doble significado, recubierta si se quiere, aunque decididamente asu- mió la denuncia social en textos como «Clima de Eternidad», de Franklin Mieses Burgos, y «Vlía», de Freddy Gatón Arce.|5| Con desenvolvimiento durante tres años (1943-1946), las revistas y los cuadernos son relevados por otras publicaciones asocia- das al movimiento. Durante el año 1947 aparece «Entre las Soledades», órgano diri- gido por Fernández Spencer, seguido durante el decenio 1950 de «La Isla Necesaria», una colección de publicaciones dirigidas por varios poetas sorprendidos. Entre los números publicados figura «Como Naciendo Aún», un texto de Lupo Hernández |3| Idem, Pág. 225. |4| Lebrón Saviñón, Mariano. Historia de la Cultura Dominicana, Tomo IV. 1982. Págs. 7-14. |5| Rueda, Manuel. Dos Siglos de Literatura (…). Poesía (1), 1996. Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Andante|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
  • 9. Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |14| |15| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1 Rueda, integrante de una generación de nuevos poetas que se dan a conocer a partir de 1948, los cuales recogen la herencia de las dos tendencias poéticas principales de la época, «la Poesía Sorprendida, universalista, influida por el surrealismo y la Poesía Independiente, de intención social y neorrealista».|6| A esta última tendencia perte- necían Tomás Hernández Franco, Pedro Mir, Manuel del Cabral y Héctor Incháuste- gui Cabral. Los integrantes de la Generación de 1948 –explica Baeza Flores– «viven una etapa de identificación y agrupamiento generacional, que ocurre desde las páginas de «El Ca- ribe» que dirige María Ugarte y desde Cuadernos de Cultura Dominicana, que es la úni- ca revista literaria que existe entonces, cuando estos poetas aparecen, y no tienen otra donde ir».|7| Cohesionados más por determinados fenómenos generacionales que 1960), Rafael Lara Cintrón (n. 1931), Luis Alfredo Torres (n. 1935), Juan Alberto Pe- ña Lebrón (n. 1930), RafaelValera Benítez (n. 1928),AbelardoVicioso (n. 1930) yVíc- tor Villegas (n. 1924), el desenvolvimiento de estos poetas se produce dentro de cir- cunstancias que parecen variar la dirección del sistema trujillista. Una de esas situa- ciones es la estrategia del régimen en cuanto a permitir la formación y el activismo de grupos políticos de oposición, hecho que estimula la salida del Movimiento Obre- ro Dominicano, el cual promovió una huelga en los campos azucareros de San Pedro de Macorís y La Romana. Este rejuego de apariencia democrática concluyó con las acciones opresoras que incluso produjeron el asesinato de algunos líderes. Otra cir- cunstancia fue la invasión de Luperón de 1949, comandada por Horacio Ornes Cois- cou. Estos hechos y otros que se asociaron a prácticas arriesgadas (escuchar la radio clandestina, efectuar lecturas prohibidas, …) crearon una conciencia antitrujillista y de combate poético, indirecto –a la manera de Los Sorprendidos–, cauteloso y a veces oscuro en los pronunciamientos.|9| Rebeldes por razones políticas, los jóvenes escritores de la Generación del 48 asumen un concepto poético del español Miguel Hernández para identificar sus ediciones bi- bliográficas. Se trata del verso «El SilboVulnerable». «Con esta señal de identidad publi- |6| Alcántara Almánzar, José. Estudio de Poesía Dominicana. 1978. Pág.18. |7| Baeza Flores, A. La Poesía Dominicana (…). Tomo IV, 1986. Pág. 92. |8| Rueda, M. Op. Cit. Págs. 30-32. |9| Hernández Rueda, Lupo. La Generación del 48. Tomo I. Págs. 31-32. por edades a tomar en cuenta (sus integrantes nacen entre 1924 y 1931), los nuevos poetas convierten los hogares de Mieses Burgos y Manuel Rueda en centro de sus operaciones. «El lema que identifica a la generación: Poesía con lo Dominicano Uni- versal, reinterpreta o repite el fundamento de La Poesía Sorprendida».|8| Conforma- do por Lupo Hernández Rueda (n. 1930), Máximo Avilés Blonda (n. 1931), Ramón Cifré Navarro (n. 1926),Abel Fernández Mejía (n. 1931), Juan Carlos Jiménez (1930- Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Scherzo|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3. Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Allegro|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3. Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Adagio|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3. Celeste Woss y Gil|Cinco ritmos lineales: Sinfonía|Dibujo|Dic. 1943|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 3.
  • 10. |17| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |16| que se vive bajo un sistema tiránico, bajo una dictadura con un control poderoso, fé- rreo,unipersonal, con el Benefactor de la Patria como cumbre de la pirámide.Está, ade- más, la Fortaleza Militar junto al Ozama, donde van a parar los desafectos al régimen. Estos poetas de 1948 dicen, expresan su protesta, pero deben cuidar la forma de hacer- la llegar a los capaces de recibirla.Y las referencias religiosas –Dios– son elementos y símbolos de este lenguaje».|11| Los poetas del 48 apenas esbozaban su punto de partida cuando se produce la expedi- ción armada de exiliados antitrujillistas del 19 de junio de 1949. Buscando derrocar el régimen que oprimía al pueblo dominicano, un buen número de expatriados se habían organizado alrededor de Juan Rodríguez García, entrenándose militarmente en Guate- mala con el apoyo del Presidente Juan José Arévalo, partidario de la causa antitrujillis- Jaime Colson|Viñeta para «Cibao» de Tomás Hernández Franco|1951.Gilberto Hernández Ortega|Viñeta para «6 Cantos» de Franklin Mieses Burgos|Mayo 1948|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 5. Darío Suro|Viñeta para «La Vida Itinerante» de Rafael Díaz Niese|Marzo 1944|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 7. can «Trío» (1957), en cuya solapa plantean que toda manifestación del arte dominicano debe partir de las raíces de nuestras colectividad, lo cual como objetivo debe alcanzar- se mediante la búsqueda e identificación con nuestras más plausibles esencias, como único medio para arribar a la expresión de las dimensiones universales del ser domini- cano. Como meta prioritaria, El Silbo se propone garantizar el rumbo de ciertas mani- festaciones fundamentales del proceso cultural dominicano, teniendo al hombre como único ser sujeto de destino y la única criatura susceptible de plantearse el problema de su tránsito por el mundo».|10| La Generación del 48 propugna por una poesía responsable, artística y testimonial, ba- sada en la belleza y en la verdad; pero poesía con el hombre dominicano unida a la con- quista integral de la libertad. Con un desenvolvimiento registrado, sobre todo, en el pe- ríodo marcado por los años del 1950, a partir de los cuales maduran sus voces, esta ge- neración provoca el siguiente punto de vista de Baeza Flores: «Estos poetas buscan lo nacional desde varias vías que van desde el neorrealismo y un neobarroquismo. Procu- ran en idioma poético propio identificable que sea participable y cuidadoso, esmerado, filtrado, pero que pueda contener, simbólicamente –y de ahí el barroquismo– las inten- ciones políticas anti-tiránicas que los animan. Son protestatarios, pero hay que recordar |10| Idem. Pág. 33. |11| Baeza Flores, A. Op. Cit. Pág. 92.
  • 11. Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |18| |19| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1 2,121,000 habitantes,|12| Trujillo era el hombre más rico de la isla y el gobernante con más poder en la región caribeña. Este amplio poderío le permitía inmiscuirse in- directamente en asuntos de otros países periféricos, extendiendo la criminalidad para eliminar todo enemigo o para promover las iniciativas propagandísticas que elevaran favorablemente su imagen de estadista, promotor y protector de todo desarrollo ma- terial, público y espiritual. El 1950 es el año en el cual el Estado trujillista entra en la senda de su apogeo y crisis. También en este año las artes ofrecen una floración de muchos elementos, entre ellos los grupos generacionales que integran los nuevos nombres artísticos. Estos los definen básicamente los egresados de la ENBA cuyos nombres comienzan a trascender desde las aulas, celebrando individualidades cuando se titulan y participando en importantes co- ta.Tres naves aéreas se habían preparado para la expedición lo suficientemente abaste- cida de pertrechos para armar cientos de hombres que conformaban la resistencia clan- destina en el país. De todas las naves, sólo el hidroavión comandado por Ornes Cois- cou pudo descender en la rada de Luperón en donde las milicias trujillistas aguardaban, ya que las fuerzas de seguridad de la dictadura tenían las informaciones precisas sobre la incursión armada. Gran parte de los expedicionarios fueron eliminados y de igual manera los miembros del frente interno, quienes también cayeron víctimas del compro- miso y de la labor de los espías conocidos como «calieses». El aumento de la opresión política fue consecuencia simultánea a la vanagloria de un sistema que se sentía infali- ble, insustituible y todopoderoso. Dominando un país cuya población, de acuerdo al Censo Oficial del 1950, era de Eugenio Fernández Granell|Torero nostálgico|Tinta/papel|28 x 33 cms.|1944|Col. Román Ramos. Jaime Colson|Bon Jour M’sie Colson|Tinta/papel|29 x 21 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular. José Gausachs|Composición|Acuarela/papel|29 x 22 cms.|Sin fecha|Col. Banco Popular. lectivas junto a sus maestros. Son generaciones comprendidas entre 1940 y 1960 en las que incluyen nombres de provincias: autodidactas, informales y asociados a escuelas lo- cales y foráneas. |12| Galíndez, Jesús de Op. Cit. Pág. 225.
  • 12. |21| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |20| En agosto de 1942 se inauguró la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA), con un pro- grama concebido para formar profesionalmente vocaciones artísticas con alcance docen- te. Si para la creación de este plantel Jaime Colson había elaborado un proyecto que de acuerdo a su testimonio remitió a la instancia gubernativa en el período del 1930;en co- nocimiento o no de esa propuesta, la fundación de la ENBA se asocia a la gestión de Ra- fael Díaz Niese y a los artistas que con esmerado celo fueron elegidos como docentes: los reputados artistas Manolo Pascual,escultor,a quien se le encomendó la dirección,Ce- leste Woss y Gil, profesora de dibujo y pintura, José Gausachs Armengol, profesor de di- bujo, pintura y paisaje y George Hausdorf, profesor de artes gráficas.|13| La ENBA fue fundada de acuerdo a las Ordenanzas No. 619-42 y 620-42 del Consejo Nacional de Educación. De conformidad con el plan, «los estudios se dividen en dos años académicos y su enseñanza comprende: Dibujo del Antiguo, Pintura Decorativa y Elementos de Perspectiva, Dibujo Aplicado, Modelado del Antiguo y Teoría e Historia del Arte, en el primer año; y Dibujo del Natural, Pintura del Natural, Dibujo Aplicado, Modelado del Natural, Colorido y Composición, Grabado y Teoría e Historia del Ar- te, en el segundo año».|14| El programa e igualmente el personal docente fue amplia- do conforme a las necesidades del crecimiento formativo. En el 1944, se inició, «por primera vez en la historia dominicana, el estudio del dibujo y del modelado con mo- delos vivos».|15| En la Memoria de la Dirección General de Bellas Artes de 1945, se aborda el tema del desarrollo pedagógico-artístico de la Escuela Nacional: Merece es- pecial mención la intensificación del estudio del Dibujo del Natural, la utilización de 16 modelos (10 hombres, 4 mujeres y 2 niños) para beneficio de los estudiantes y la orientación objetiva de la clase de Anatomía Artística, así como los cursos de Historia del Arte.Además, la docencia se complementa con la adquisición de unos 30 modelos en yeso de famosas esculturas clásicas que sirven de base a sus «labores dentro del inte- rés serio y culto a los principios estéticos y verdad artística que debe ser característica de la institución», escribe Díaz Niese, |16|quien agrega que se ensayan «las formas nue- vas en varios de sus programas», siendo parte del profesorado, el muralista JoséVela Za- netti. Este no fue el único artista incorporado al grupo de docentes que se asocian co- mo fundadores de la Escuela Nacional, durante la década del 1940 (Pascual,Woss y Gil, Gausachs y Hausdorf). Además de Vela Zanetti, fue contratado Ernesto Lothar, pintor también exiliado e igualmente varios profesionales formados en diferentes carreras: Mairení Cabral Navarro (médico), Oscar Robles Toledano (sacerdote) y José Amable Frómeta (arquitecto). Para el momento en el cual el personal docente aumenta, el pro- grama formativo fue ampliado a tres cursos, los cuales comprendían una serie de asig- naturas distribuidas de la forma siguiente: |Primer Año|Dibujo del Antiguo; Artes Aplicadas; Modelado del Antiguo;Teoría e Historia de las Bellas Artes y Anatomía Artística. |Segundo Año|Dibujo del Antiguo;Artes Aplicadas; Modelado del Antiguo;Teoría e Historia de las Bellas Artes;Anatomía Artística; Perspectiva y Pintura Decorativa. |Tercer Año|Dibujo del Natural;Artes Aplicadas;Modelado del Natural;Teoría e Histo- ria de las Bellas Artes; Colorido y Composición;Anatomía Artística y Pintura del Natural. La ENBA había reemplazado a la Academia Nacional de Dibujo y Pintura que laboró en Santo Domingo durante la etapa 1931-1942, de manera semi-oficial, bajo la dirección de su fundadora, la notable pintora Celeste Woss y Gil.Tal reemplazo escolar conllevó que 1|2 Los primeros egresados de la ENBA: pasos perdidos y rastros encontrados Nidia Serra|Retrato del maestro Gausachs|Óleo/cartón|93 x 74 cms.|1960|Col. de la artista. |13| Memoria del Año 1942. Pág. 224. |14| Idem, Pág. 223. |15| Díaz Niese, Un Lustro (…), Op. Cit. Pág. 16. |16| Memorias del Año 1945. Pág. 105.
  • 13. |23| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |22| algunos de los estudiantes que habían iniciado la orientación artística en el plantel de la referida pintora concluyeran su formación en Bellas Artes. Este doble vínculo es lo que asocia a Luis José Alvarez Del Monte, Gilberto Fernández Diez y Rafael Pina Melero, quienes se distinguen en los años en que se forman al ser escogidos para figurar en expo- siciones relevantes (bienales y muestras ambulantes). Otro aspecto asociativo es que ellos forman parte del primer núcleo de egresados de la ENBA, al graduarse entre 1945-1946. LUIS JOSÉ ALVAREZ DEL MONTE, oriundo de la ciudad capital (n. 1922), es seleccionado para figurar en la «Exposición de Autorretratos», con la cual se inaugura la Galería Nacional de Bellas Artes (1943), al igual que merece la distinción de ser admi- tido en la Segunda Bienal Nacional (1944), a la que concurre con cinco obras de te- mario paisajístico, realizadas al óleo y a la acuarela.Además de ser incluido en las mues- tras itinerantes que recorren el país en diferentes años del decenio 1940, es tomado en cuenta para que pinturas suyas ingresen a la pinacoteca del Estado. Premiado en la Tercera Bienal Nacional, de 1946, por un óleo de tonos fríos: «Marina en Honduras», Alvarez Del Monte presenta en ese año la primera muestra individual, integrada por óleos, temples y acuarelas. Esta muestra pictórica provoca la reflexión crí- tica del poeta sorprendido, Franklin Mieses Burgos, quien escribe: «La nueva realidad, recién venida ahora, extiende y defiende su presencia levantando el más vivo contorno de su última conquista: el color. Estamos en el territorio que por fuerza y pasión de soledad le pertenece, y hemos penetrado en él, con los ojos puestos a los trastornos maravillosos de la vigilia y el sueño. ¿Pero, no es acaso la realidad una furiosa imposición de la que sólo nos es posible libe- rarnos por el sueño? (…) Intencionalmente no hemos querido hablar aquí, con tecnicismo, de los valores pictó- ricos de este joven artista a quien sólo queremos apreciar en la angustia íntima de su mundo poético y mejor: en ese clima subjetivo, misterioso siempre, en el que se salva mediante la diafanidad de un verde tierno esperanzado y el amarillo meridiano de un sol únicamente posible de suponer, irradiando, vigorosamente en los lúcidos cielos de la poesía o del sueño. Como artista, Luis José Alvarez es la libertad que instaura su propia determinación so- bre el abatimiento de cuanto sea, o signifique ser, límite para la voluntad de predomi- nio que le impulsa y le requiere un esfuerzo mayor dentro de su orbe mágico de crea- ción y de belleza. (…) Ninguna forma en él puede ni debe ser tradicional conforme al patrón externo de la naturaleza: árbol, paisaje, cabeza, manos, piernas, etcétera. Su mundo pictórico es, precisamente, de ese modo, por ser precisamente un mundo pictórico salido de la propia entraña de su ser y edificado por él en la casi eterna super- ficie de la luz y del color».|17| Hacia inicios del decenio 1950, Luis José Alvarez había establecido residencia en Es- tados Unidos, en donde se dedicó a la decoración. En un breve texto sobre Arte Do- minicano, se le recuerda por una «Susana en el Baño», cuadro que sometió al con- curso escolar del Premio Trujillo para estudiantes de Bellas Artes y cuya ejecución atrevida, directa y libre determinó la exclusión por parte del Jurado. En su pintura, era valorada la fantasía y el colorido de una brillantez acristalada. Su manera de re- solver los problemas pictóricos «le daba un puesto distinguido en la actual genera- ción dominicana».|18| Luis José Álvarez Del Monte|Marina en Honduras|Óleo/tela|58 x 83 cms.|1946|Col. Museo Arte Moderno. |17| Mieses Burgos, F. «Luis José Álvarez». La Poesía Sorprendida, diciembre 1946. |18| La República Dominicana, 1954, Pág. 223.
  • 14. Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |24| |25| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1 RAFAEL PINA MELERO, nacido en Santo Domingo en 1921, concurrió a la Ex- posición de Autorretratos en la que participaron las figuras destacadas de la pintura do- minicana para inicios de la década del 1940, siendo además seleccionado entre los 26 participantes de la Segunda Bienal Nacional, celebrada entre febrero y marzo de 1944. En este evento expone dos paisajes y cuatro retratos al pastel. Valorado como joven pintor moderno, condición que le permitió participar en expo- siciones nacionales cuando era un estudiante de la Escuela de Bellas Artes –lo mismo ocurre con Álvarez Del Monte–, su pintura era más objetiva que subjetiva, preferen- ciando el campo del retrato. Pina Melero fue uno de los cuatro galardonados con el Gran Premio Trujillo, concedi- do a jóvenes estudiantes de arte, en 1945. De la Escuela Nacional egresa en 1946, cele- Luis José Álvarez Del Monte|Susana en el baño|Óleo/tela|98 x 82 cms.|1945|Col. Museo Arte Moderno. Rafael Pina Melero|Susana en el baño|Óleo/tela|98 x 79 cms.|1945|Colección Museo Arte Moderno.
  • 15. Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |26| |27| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1 brando con ese motivo la primera exposición personal, constituida por 80 obras entre óleos y dibujos. Una nota crítica del 1954 anota con brevedad las condiciones de sus «Bellos óleos claros» y las «figuras deliciosas» seguramente en referencia a sus retratos. Después de residir durante varios años en Estados Unidos,celebra una muestra en 1963, en el Palacio de Bellas Artes, desenvolviéndose además como docente de diseño y de- coración del centro escolar en donde se había graduado.Además, ofreció clases de di- bujo y pintura en el Instituto Domínico-Americano de Santo Domingo. A propósito de la muestra presentada, el críticoValldeperes ponderó la sustitución de su expresionis- mo humano de antaño (etapa 1940 y posterior) por la abstracción lírica de hoy.A pro- pósito, escribe en un breve texto: «La obra que exhibe (…) el pintor dominicano Pina Melero es ajena totalmente a la La materia yuxtapuesta como base de una elaboración de suaves matizaciones, predo- mina en el discurso del pintor. Igualmente, una luminosidad interior fortaleciendo los contrastes de verdes, azules y amarillos, y los negros esquemas conceptualizando el li- rismo rítmico como tono general. Al enfocarlo, el crítico Valldeperes le considera «un pintor joven de extraordinario valor para el arte dominicano», y cuando se refiere a los pintores dominicanos perdidos en el vaivén del mundo, también reconoce que en la obra de Pina Melero lo dominicano está presente sin literatura, sin engaño, sin griteríos y sin poses, por lo cual es de los artistas que no pueden ser olvidados.|20| GILBERTO FERNÁNDEZ DIEZ, nacido en 1922 en Santo Domingo, hijo de un matrimonio español, es el tercero de los pintores que pasan de la escuela de Celeste Woss y Gil a la Escuela Nacional de Bellas Artes. La formación adquirida para el año Gilberto Fernández Diez|Bautismo del Cacique Guaticaga|Óleo/tela|73 x 93 cms.|1990|Col. Museo Sacro Catedral Inmaculada Concepción de La Vega. |19| Valldeperes, Manuel. Obra Crítica I, Op. Cit. Pág. 98. |20| Valldeperes, Manuel. El Caribe. Noviembre 16 de 1968, Rafael Pina Melero|Campanario de Iglesia|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. Luis José Álvarez Del Monte|Noche|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. que conocíamos en él antes de su viaje a los Estados Unidos, de un acusado e impre- sionante expresionismo objetivo cargado de sentimiento. Pina Melero prescinde ahora, de manera absoluta, de la referencia al objeto y nos presenta una serie de esquemas sin- téticos a los cuales sólo tienen acceso el color y los ritmos. Prácticamente se ha queda- do solo con estos elementos y su poesía, lo que da por resultado una pintura esencial- mente decorativa».|19|
  • 16. |29| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |28| en que pasa de un plantel a otro (1942), le permitió gozar de las ventajas de participar en los principales eventos nacionales de arte, que se registran durante el período de los cuarenta. Su participación en la Segunda Bienal Nacional (1944) le permite obtener distinción del Jurado: un premio adicional por el óleo «Camino del Pueblo». Expositor junto a los grandes artistas que concurren a la importante muestra de auto- rretratos (Cánepa, Morel, Suro, Gausachs,Vela Zanetti,…) celebrada en 1943, Fernán- dez Diez se titula en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1945. Cuatro años después (1949), al trasladarse a España, registra su primera individual en la Universidad de Ovie- do,Asturias. En esta localidad monta su taller y establece residencia, convirtiéndose en un pintor perteneciente a dos realidades como son la de sus ancestros y la de su forma- ción dominicana. En 1956 concurre a la Octava Exposición Bienal de Artes Plásticas, Gilberto Fernández Diez|Naturaleza muerta|Óleo/madera|27 x 36 cms.|Sin fecha|Col. Giuseppe Bonarelli. Gilberto Fernández Diez|Retrato de Francisco Gausachs|Óleo/cartón|46 x 38 cms.|C.1945|Col. Privada.
  • 17. |31| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |30| presentando un conjunto de obras que expresan fidelidad a una estilística académica. Seguidor de la escuela clásica, «sus óleos conservan una hermosa ingenuidad. Su dibu- jo es casi perfecto. Gusta de hacer los motivos religiosos.Y es decorador también».|21| Autodefiniéndose como pintor «conservador» y «un poco impresionista cuando se trata de paisajes», Fernández Diez es un artista que aparte de cultivar el paisajismo, sus realiza- ciones enfocan flores y bodegones, los temas que más se conocen en el medio nacional. Sin embargo, el tema humano como en los casos de «Camino del Pueblo» (óleo 1944), «Rogelia» (óleo 1944), «Maternidad» (dibujo 1954), ha sido tratado con cierta libertad de soluciones como en el caso del retrato (los de Concepción Bona, José Reyes, General Santana, óleos de 1944) o específicamente cuando ha tenido que responder al asunto re- ligioso: «Soy un beato –confiesa– y me gusta hacer pintura religiosa. Me he pasado la vi- Gilberto Fernández Diez|Florero|Óleo/tela|30 x 28 cms.|1987|Col. Javier Rufino. da pintando a laVirgen de la Altagracia. Por lo menos he hecho 50 cuadros con ese te- ma, contándose entre ellos los que fueron enviados a los Papas Pío XII y Juan XXIII».|22| En este temario,sobresalen dos grandes cuadros realizados en 1976 para la Capilla del Ro- sario del Convento Dominico. En uno recrea la revelación sobrenatural del Papa Pío V, así como el triunfo cristiano en la batalla de Lepanto.En el otro cuadro,el tema de la Re- velación de la Virgen del Rosario a Santo Domingo. De composición horizontal, tales pinturas realizadas sobre telas se inspiran en obras clásicas de la pintura española, acogién- dose a un tratamiento realista, ya que «muchos de los rostros de los personajes responden a modelos contemporáneos», escribe María Ugarte en relación a la segunda pintura. Pese a residir en España, Fernández Diez mantiene una estrecha relación con el medio dominicano, trayendo las obras que gozan de la demanda de sus relacionados o ejecu- tándolas durante las estadías en la República. Para la Catedral de laVega ejecuta numerosos retratos eclesiásticos e igualmente recrea escenas relacionadas con la historia hispánica y colonial. Un cuarto pintor que estaba asociado a la escuela semi-oficial deWoss y Gil,y que tam- bién ingresa a la ENBA, es Gilberto Hernández Ortega, quien aspiraba a cursar carrera de Arquitectura antes de decidirse por la formación pictórica teniendo menos de 20 años de edad. Otras individualidades que se vinculan a esta experiencia de transitar de un centro a otro son mujeres: Elsa Gruning y Purita Barón, quienes, al igual que otros nombres femeninos, producen la impresión de que las artes se desarrollan mayoritaria- mente a expensas de este sector debido a que su matrícula en la ENBA es mucho ma- yor, pese a que no todas logran graduarse. Tomando en cuenta el activismo de quienes trazan una sostenida línea productiva,en unas más públicas que otras, se indican a continuación las y los representantes más destacados de la generación de 1940 que tiene que ver con la Escuela Nacional de Bellas Artes. Egresadas: Marianela Jiménez,Ana Francia Bonnet, Belkis Adrover, Clara Ledesma, El- sa Gruning, Pura Barón, Luz María Castillo,Aida Roques y Elsa DiVanna, a las cuales se agregan otras que se perdieron de vista: Consolación Jiménez, Ana Delgado, Josefa Sánchez, Ellen Weiss,… Egresados: Gilberto Hernández Ortega, Rafael Pina Melero, Gilberto Fernández Diez, Luis José Alvarez Del Monte, Eligio Pichardo, Juan Antonio Frías, Marcial Schotborgh, Radhamés Mejía,Mario Grullón,Luichy Martínez Richiez,Domingo Liz,AntonioTo- ribio y Antonio Prats-Ventós. Este último asiste a la ENBA por una temporada, formán- dose con cierta independencia. Otros nombres se pierden en el silencio. Las principales fuentes bibliográficas que se editan y circulan en los dos primeros dece- |21| La República Dominicana, Op. Cit. Pág. 223. |22| Ugarte, María El Caribe. 14 de febrero de 1976.
  • 18. |33| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |32| nios que se relacionan al quehacer de las artes plásticas nacionales ofrecen las referen- cias de los artistas que se suman a los nombres más o menos consagrados. Estas nuevas individualidades son objeto de una promoción que se constata cuando obras suyas ilus- tran textos de historia, artículos, ensayos generales, críticas y composiciones poéticas. También cuando esas imágenes dibujísticas y pictóricas son iconos de un libro oficial que busca ofrecer una visión detallada de los logros nacionales bajo el régimen Truji- llista e incluyen el tema concerniente a las artes plásticas. Un buen ejemplo bibliográ- fico, por su connotación propagandística y por los datos sobre el arte y los artistas do- minicanos que son referidos, resulta el titulado «República Dominicana», editado en 1954. En base a esta fuente documental y a otros medios bibliográficos, se aborda el te- ma de las mujeres artistas, enfocando principalmente a las que tienen un desenvolvi- 1945, tres obras suyas se reproducen como ilustraciones: «Bodegón» (linoleum), «Iglesia de las Mercedes» (linoleum) y «Cabeza» (terracota). En 1949 participa en una muestra colectiva, presentando «unas flores de colores violá- ceos y grises muy acertados. Es una pintura amable, esencialmente decorativa, que re- vela de inmediato una delicada mano femenina».|23| En 1954, esta artista expone ac- tivamente y es definida con el siguiente comentario:«Aida Roques es escultora.Sus obras revelan un carácter firme. Para elogiarla habría que recurrir a la socorrida frase de que sus obras parecen ejecutadas por una mano varonil».|24| Era conocido entre algunos condiscípulos el hermafroditismo de Aida Roques,condición que al parecer la impulsó en ocasiones a buscar el suicidio en el mar, localizado a poca distancia del plantel. Mas a esa angustia personal se añadía el repudio de la parentela mas- Aida Roques|Bodegón|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. Aida Roques|Iglesia de Las Mercedes|Linoleúm/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. culina por el hecho de asumir la carrera artística.Aida Roques fue obligada a abandonar el hogar, siendo expulsada también la madre por el hecho de respaldarla.Ambas mujeres descendieron de la comodidad social a la indigencia y la joven artista terminó enloque- ciendo, deambulando en edad envejeciente por la zona intramuros de la ciudad capital. PURA BARÓN, nacida en 1924, había obtenido su formación básica con Celeste Woss y Gil, llegando a ser considerada egresada de la «Academia de Dibujo y Pintura» |23| Ugarte, María, en Mujer y Arte Dominicano. Pág. 31. |24| La República Dominicana. Op. Cit. Pág. 223. miento enmarcado en el primer tiempo de ebullición de la Escuela Nacional de Bellas Artes. Las más sobresalientes son:Aida Roques, Pura Barón y Elsa Gruning. AIDA ROQUES (n. 19?) fue notable desde el inicio de su formación en la ENBA, donde acaparó la atención por la disposición para desenvolverse en las diferentes disci- plinas y por una angustiada personalidad que en ocasiones desequilibraba el comporta- miento. Cuando Díaz Niese publicó la memoria «Un Lustro de Esfuerzo Artístico», en Pura Barón|Autorretrato|Óleo/tela|20 x 16 cms.|C.1943|Col. Salvador y Roberta Alba Barón. Pura Barón|Retrato de Marianela Jiménez|Carboncillo/papel|45 x 31 cms.|1945|Col. Marianela Jiménez.
  • 19. |35| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |34| que fundara la artista orientadora, en la ciudad capital. El traslado de Purita Barón a la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1942 le permitía ser una alumna sobresaliente.Así lo demuestra su participación en la memorable Exposición de Autorretratos, con la cual se inaugura la Galería Nacional de Bellas Artes (1943) y en la que participan sólo tres mujeres: la consagradaWoss y Gil, otra joven promesa llamada Aida Roques y ella, tam- bién seleccionada entre los alumnos notables, cuyas obras son tomadas en cuenta para conformar las muestras itinerantes que recorren las regiones del país,entre 1943 y 1946. Para esos años, pinturas suyas, con el tema de las ruinas coloniales, habían sido difundi- das en los Cuadernos Dominicanos de Cultura. Egresada de la ENBA, Purita Barón se destacaba sobre todo como pintora que llegó a ex- presar sus dominios y vuelos tanto en exposiciones colectivas como en la individual que Pura Barón|Mujer pensante|Óleo/cartón|43 x 40.6 cms.|Sin fecha|Col. Salvador y Roberta Alba Barón. Pura Barón|Patio español de la casa de los Woss y Gil|Óleo/tela|45.7 x 41.9 cms.|1941|Col. Salvador y Roberta Alba Barón. presentó una vez graduada en 1945.Persiguiendo un camino artístico más amplio,ella aban- donó la ciudad natal –Santo Domingo–, viajando a la urbe newyorkina en donde su vida terminó bajo un precipitado ascensor que encontró su cuerpo perdido en el vacío.Antes de morir trágicamente en 1956, había participado en una muestra del «Riverside Museum». ELSA GRUNING, oriunda de la capital del país (n. 1923), es la más pequeña de seis hijos procreados por Alberto Gruning y Mercedes Maduro. Ella también era discípula de la Woss y Gil, cuando fue establecida la Escuela Nacional, en donde continuó for- mándose hasta graduarse, probablemente entre 1945-1949. Casada con Andrés Espai- llat, y sin descendencia, posiblemente el matrimonio u otras razones la alejan del que- hacer pictórico después de una sostenida formación. Mucho tiempo después, ella rea- sume la pintura, como respuesta a una experiencia que le vincula al sistema meditati- vo, austero, espiritual y de autocontrol yoga. Es el vínculo con la autorrealización yoga el que la lleva a ella tanto a plasmar visiones no terrenas como también a asumir muestras personales que sobre todo se registran en el decenio de 1980, esto es, cuando existencialmente se encuentra en la madurez de la vida o cuando ha encontrado el elemento trascendente de sus búsquedas. En esta situa- ción, las apreciaciones sobre su quehacer pictórico apuntan hacia una misma dirección |25| Guerrero, Myrna, en Mujer y Arte Dominicano (…) 1995. Pág. 140. |26| Rotellini, citado por Bienvenida Polanco, Listín Diario, 11 de octubre 1986. Elsa Gruning|Mujer del caracol|Óleo/tela|61.2 x 46 cms.|1983|Col. Ceballos Estrella. Elsa Gruning|Cristo|Óleo/tela|60 x 76 cms.|1978|Col. Ivonne Nader. interpretativa. De acuerdo a un cotejo bibliográfico, «ha presentado 7 individuales. Pin- tora metafísica, ha realizado obras para grupos de su misma creencia, enVenezuela, Co- lombia, Guatemala, Puerto Rico, Estados Unidos y la República Dominicana».|25| Con su pintura, ella «trasciende la representación transportando al espectador a planos espirituales, que, unidos al dominio de los medios académicos, la hacen una artista de vuelo y exquisita exponencia»,|26| opinándose además que «no es el arte por el arte,
  • 20. |37| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |36| la concentración en el manejo de los elemento plásticos «per se», la intención de Elsa Gruning (…), sino la ilustración de las vivencias y los simbolismos de una forma de re- ligiosidad que se caracteriza por el sincretismo de elementos cristianos-orientales (sic), dentro de una orientación profundamente mística».|27| Una de las últimas exposiciones de Elsa Gruning fue celebrada en 1986 con el título «Vivencias y Símbolos». Fallecida en la década de 1990, su obra abordó varios temas, a veces decorativos, otras veces con un simbolismo que fluctúa entre abstracción, expre- sionismo y figuración. Su mayor interés lo representan sus enfoques de figuras espiri- tuales, entre ellas, Cristo, Krishna, Buda y otros sujetos visualizados con los caracteres que establecen conexión con la iconografía tradicional de tipo venerativo. Aunque reencontrada, Elsa Gruning es una típica representante de muchas mujeres cu- yos pasos se pierden en el silencio,en la discontinuidad de una producción recreativa que se quedó en el ámbito del centro formativo –la ENBA–, con contados registros en expo- siciones de índole estudiantil o externas,como las bienales o las muestras ambulantes que recorren la nación. El matrimonio, la muerte prematura, la mudanza en el exterior, son también aspectos de esos pasos perdidos de los que quedan rastros nebulosos como las biografías y las obras apenas conocidas. Es la situación que se enfrenta con las siguientes mujeres artistas quienes pudieron alcanzar, tal vez, más trascendencia que la poca o situa- cionalmente lograda en la década del 1940 y durante algunos años más: LUZ MARÍA CASTILLO (19..?-2002) dejó bien establecida su capacidad para los manejos en la escultura y la pintura. Con motivo de la V Bienal de Artes Plásticas, su nombre es citado entre los nueve escultores que se destacan por sus excelentes traba- jos,|28| siendo ella la única mujer en el grupo. Como pintora, un excelente «Retrato» (óleo 1945), seleccionado para ilustrar el memorial de Díaz Niese, es un buen ejemplo de quien era conocida también como Mariluz de Bosch, aludiendo a la condición de casada. Con residencia en Chile, en donde se desenvolvió como Agregada Cultural du- rante cinco años, se trasladó a NuevaYork a mediados del decenio 1950, desconocién- dose si continuó su labor artística, aunque estuvo vinculada por mucho tiempo al taller de diseño del modisto Oscar de la Renta. ANA FRANCIA BONNET, nativa de Barahona (n.19..?),egresa de la ENBA en 1946, obteniendo en ese año el Gran Premio PresidenteTrujillo, una distinción anual que otor- gaba la escuela como resultado de un concurso organizado para estudiantes del último año de formación. Ella obtuvo el premio como escultora, aunque sobresalía también como di- bujante y pintora. El registro de una obra suya en una exposición colectiva celebrada en 1949 produjo el siguiente comentario de María Ugarte: «La escultura como ocurre siem- |27| Gil, Laura. 19 de octubre de 1985. |28| Lockward, Jaime A. La Nación. 27 de agosto de 1950, Elsa Gruning|Retrato de Luz Gruning|Óleo/tela|73 x 61 cms.|C.1940|Col. Mercedes Gruning.
  • 21. |39| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |38| pre en nuestro medio artístico, está escasamente representada. Francia Bonnet ofrece una cabeza en terracota, que revela pericia y técnica avanzada. Dentro de las tendencias acade- micistas a las que la mayoría de los escultores se ciñen, la obra tiene carácter, personalidad y, sobre todo, un equilibrio perfecto. Francia es, por el momento, una promesa».|29| Asociada también a obras escenográficas junto a Nidia Serra y a Silvano Lora, la Bonnet decidió marcharse a Estados Unidos en donde fijó residencia a partir de la década del 1950. BELKIS ADRÓVER (1920-1995), hija del español Frank Adróver Mercadal, polifa- cético artista establecido en el país hacia el final del siglo XIX, ella asumió las inquietu- des familiares –su hermano mayor fue dibujante y poeta–, dedicándose a las artes, a las letras, a la militancia feminista y a la animación sociocultural. Ingresó en la Escuela Na- cional de Bellas Artes en donde cultivó con preferencia la escultura, graduándose en ELLEN WEISS. De datos biográficos desconocidos, es un nombre que tiene relación con la primera generación que estudia en la Escuela Nacional de Bellas Artes (enba). Su nombre se recuerda sobre todo por la difusión de sus grabados, en los cuales el tra- tamiento técnico y el temario de excelente encuadre la familiarizan con notables maes- tro de la gráfica durante la década 1940, a saber: Manolo Pascual, JoséVela Zanetti, Er- nesto Lothar y George Hausdorf.A estos últimos artistas se vincula triplemente: la pro- cedencia europea, la raíz judía y el discipulado que igualmente se establece con INGE GODESTIANU, de quien también se conoce una serie de linoleum. La obra de Godestianu y de la Weiss fueron elegidas para ilustrar la memoria que Díaz Niese publica en los Cuadernos Dominicanos de Cultura, del año 1945. En este infor- me también se reproducen grabados de Luis Álvarez Del Monte,Ana Francia Bonnett, |29| Ugarte, María. Op. Cit. Pág. 31. Ana Francia Bonnet|Iglesia de la Altagracia|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. 1946. Casada, residió en España, y a su regreso se dedicó al magisterio. Dedicó largos años a la captación de fuentes documentales que le sirvieron para publicar, en 1974, una monografía sobre Abelardo Rodríguez Urdaneta. Cuando murió, seguía presidiendo «Ábside», una sociedad cultural que acogió, entre sus muchas actividades, exposiciones de arte. Igualmente, esa entidad organizó muestras sobre arte católico, en las cuales se exhiben pinturas de la Adróver. Belkis Adróver|Autorretrato|Lápiz/papel|29 x 22 cms.|1949|Col. Ilonka Nacidit Perdomo.
  • 22. |41| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |40| Gilberto Fernández Diez, Aida C. Roques y Rafael Pina Melero, entre otros jóvenes que empezaban a descollar en el arte dominicano. CONSOLACIÓN JIMÉNEZ (n. 1923) figuraba en 1939 entre el alumnado de la Academia Nacional de Dibujo y Pintura, dirigida por Celeste Woss y Gil.Al crearse la ENBA ingresa,al igual que su hermana Marianela,obteniendo una distinción en el Con- curso de Carteles del 1946, cuyo tema era la propuesta del Traje Típico Nacional. Ex- positora de colectivas, se graduó en 1947, retirándose de toda participación pública al contraer enlace matrimonial. Ocasionalmente expone en muestras grupales. Otros nombres femeninos trasiegan el camino de la vocación artística, aunque no el de la vida como ocurrió con Josefa Sánchez, quien resolvió la personal ambivalencia exis- tencial, transformándose –se cuenta– en un adánico personaje en la babel de hierro a sa DiVanna, Nidia Serra y Clara Ledesma, en un círculo femenino vigente, que es tam- bién el alcance que retienen sus compañeros de generación más sobresalientes. Entre ellos se incluye Juan Antonio Frías, a partir del cual se enfocan los nombres masculinos que transitan durante el mismo decenio y quienes, al igual que muchas mujeres, se ha- cen reconocer para luego esfumarse en el anonimato de la inactividad artística o de la evasión hacia otras labores.También esfumados como el rastro perdido que conlleva la emigración hacia playas extranjeras y en el silencio que incluso establece la muerte, sin que sepamos dónde, cuándo y de qué murieron. JUAN ANTONIO FRÍAS, oriundo de San Francisco de Macorís (1925-1952), fue una vocación artística fallecida en una etapa joven y prometedora.Tenía 27 años de edad cuando la muerte, «más importante que uno mismo», como escribe un poeta nacio- Ellen Weiss|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. Ellen Weiss|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. donde emigró.Asociada a ese nombre de retención humana y libérrima existe un dé- bito de mujeres sobre las que es posible, tal vez, hurgar en la memoria escondida: Gladys Fiallo, Diana Lebrón, Alma Delgado, Irma Hungría, María Palacín, Ellen Weiss, Rosa Amelia Jiménez, Julia Díaz,Alma Delgado y otras que al resultar excepcionales deman- dan capítulo aparte. El hecho de una trayectoria sostenida bajo la luz de sus personales proyecciones en el medio nacional, convierten a Marianela Jiménez, Noemí Mella, El- nal,|30| cortó la trayectoria con su carga de visiones recreadas.Aún así, él tuvo tiem- po de reafirmarse. Frías es uno de los primeros alumnos que se matriculan cuando queda establecida la Es- cuela Nacional de Bellas Artes, en 1942. Es probable que al ingresar al referido plantel poseyera instrucción en el dibujo, en el manejo del color o que realmente sus aptitudes artísticas fueran sobresalientes, ya que en 1943 figura en el núcleo de los jóvenes cuyos Inge Godestianu|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. Inge Godestianu|Paisaje|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. |30| Hernández Rueda, Lupo. «Si Enfermaras, Muerte». 1960.
  • 23. |43| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |42| autorretratos se incluyen en la muestra inaugural de la Galería de Bellas Artes; muestra en la que figuran pintores veteranos, tales como Rodríguez Urdaneta, además de Gar- cía-Godoy, Piñeyro,Vela Zanetti, Hausdorf,Woss y Gil e Izquierdo, entre otros.A par- tir de esa participación, Frías es seleccionado para otras muestras celebradas en el país y en el extranjero. Graduado en 1946, Juan Antonio Frías obtiene en ese año el Primer Premio del Con- curso Nacional de Carteles; celebra posteriormente algunas muestras personales, en- tre ellas la auspiciada por el Círculo Nacional de Artistas. Hacia el año en que mue- re, «casi todas sus obras denotan un marcado carácter surrealista y una tendencia de- finida por el sensualismo».|31| Se le recuerda por la fuerte carga erótica visualizada en su pintura. Ellen Weiss|Rincón capitaleño|Linoleum/papel|1945|Cuadernos Dominicanos de Cultura Nº 23. Cecilio Pérez y Leo Schult Leitmann). No ocurre lo mismo con otros expositores de los años del 1940, quienes dejan el rastro de sus vidas y de sus obras. Entre ellos, Car- mencita Hernández, María Luisa Sosa (1897-1947), Ramírez Duval,Antonio Malagón y Federico Villanueva, frente a los cuales resultan de más proyección: Francisco Gau- sachs, Marcial Schotborgh, Mario Grullón,… FRANCISCO GAUSACHS AISA nace en Barcelona en 1922. Los avatares de la Guerra Civil de su país, España, le llevaron a asumir el exilio junto a su padre, José Gau- sachs, con quien fue internado en Francia, en un campo de concentración, antes de que ambos recibieran ayuda para trasladarse al país dominicano en 1940. Integrante joven del núcleo de refugiados republicanos que se desenvuelve sobre to- do en la capital de la República, Francisco Gausachs aparece entre los primeros estu- La prensa refiere la desaparición física de Juan Antonio Frías, ocurrida en 1952 debido a la enfermedad que padecía silenciosamente, ya que se le recuerda como un tempera- mento introvertido, descuidado en el aseo y de manos frías, sudorosas. La muerte inte- rrumpió a este dotado joven en un momento en que otros coetános se ausentaron del medio artístico, aún cuando fueron tomadas en cuenta sus obras (Rafael González C. e Inge Godestianu) o exponen en bienales como la celebrada en 1950 (Enrique Brens, Francisco Gausachs|Campo de caña|Óleo/tela|51 x 90 cms.|Sin fecha|Col. Familia Gausachs. diantes de la ENBA, en donde se matricula poseyendo la vivencia artística que obtiene junto a su padre, pintor de amplias relaciones tanto en Cataluña, de donde procedía, como en el medio parisino. Esa vivencia, además instructiva u orientada por un maes- tro paterno, le permitió ser un escolar aventajado durante los años de la educación for- mal. Como alumno sobresaliente de la ENBA concurre a la Exposición de Autorretra- tos de 1943 y, al año siguiente (1944), su nombre figura entre los veintiséis participan- |31| Diario El Caribe, «Fallece Joven Pintor en Ciudad Trujillo», 18 de junio de 1952,
  • 24. |45| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |44| tes de la Exposición de Artes Plásticas que conmemora el Primer Centenario de la Re- pública. «El hijo del pintor, pintor él también»,|32| es el rejuego verbal con el cual se identifica a Gausachs Aisa. Con preferencia se sumerge en el paisajismo como materia de su hacer pictórico, además sometido a un replegamiento expositivo y a un desenvolvimiento docente que no lo apartaron, sin embargo, de la profesión artística. Con una fuerte de- voción hacia el padre quien muere en 1959, le sumergió en el ámbito de la familia y del silencio, hasta que reaparece en 1993, celebrando una muestra personal. El pintor reunió un buen número de óleos que en parte le dieron a la muestra un carácter retrospectivo, ya que fueron expuestos cuadros que datan de la década del 1940. La visión del conjun- to,si bien estableció cierta influencia y vínculo con el Gausachs padre,por otra parte pre- Francisco Gausachs|Bosque|Óleo/tela|34.5 x 44 cms.|1994|Col. Familia Gausachs. senta de cuerpo entero a un Gausachs Aisa, rehecho entre el color, la frescura y la liber- tad en los asuntos predominantes de su haber: el bodegón y sobre todo el paisaje lleno del trópico,así como de las percepciones alimentadas en el terruño insular convertido en nueva patria de un caminante que encontró un espacio para quedarse. Francisco Gausachs forma familia en tierra isleña al casarse con María Dorca y procrear dos hijos.También se dedica a la docencia y pinta hasta el momento de su fallecimien- |32| La República Dominicana, Op. Cit. Pág. 223. Francisco Gausachs|Bodegón|Acrílica/tela|76 x 52 cms.|Sin fecha|Col. Privada. Francisco Gausachs|Los jarros|Acrílica/tela|52 x 33 cms.|1988|Col. Privada.
  • 25. |47| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |46| to ocurrido en el 2001.A propósito de su producción escriben Laura Gil e Ignacio No- va, respectivamente. La primera señala que «Francisco Gausachs se ha desempeñado co- mo profesor de pintura, al mismo tiempo que ha realizado una extensa obra plástica en que el bodegón y el paisaje son motivos predominantes./ La influencia paterna es evi- dente en estos trabajos, donde no obstante, también sobresale la frescura de la ejecución y una vivacidad que sólo es propia a la creación genuina (…). Composición es la pala- bra clave para la valoración exacta de estos bodegones donde un trazo nervioso y ágil distribuye los espacios según una estética de la asimetría,finamente equilibrada y estruc- turada y que recorta y simplifica las formas».|33| La opinión de Nova resalta: «El de Francisco Gausachs es un paisaje hecho de verdades. Una verdad que brota del apego al paisaje mismo, del amor a los lugares, del sentimien- Francisco Gausachs|El bote|Óleo/tela|48 x 62 cms.|1994|Col. Familia Gausachs. to ampuloso por la belleza,incluso recóndita de esos paisajes solitarios en los que el sen- timiento de este hombre se retrata con tanta idoneidad (…)./Es claro el alejamiento ex profeso de lo servil de estos paisajes. Es decir, de lo agradable por fuerza./De la obra que tenemos ante nosotros, el paisaje es lo absoluto. En él, Francisco Gausachs expone las dotes de artista que ha ocultado –o mejor dicho, adiestrado–, durante años de sole- dad, de pintar casi para autoconsumo, de trashumante de la isla».|34| MARCIAL SCHOTBORGH, oriundo de la zona del Ingenio Quisqueya (San Pe- dro de Macorís, 1931) y graduado en la ENBA en 1949, se acoge también a un silencio expositivo de casi 20 años, pero sin olvido del ejercicio artístico. Después de esporádicas participaciones en colectivas, celebra dos muestras personales con anterioridad al 1976, cuando registra la tercera individual. Marcial Schotborgh|Siesta|Óleo/tela|89 x 77 cms.|1948|Col. Museo de Arte Moderno. |33| Gil, Laura. Catálogo de Francisco Gausachs, diciembre 16 de 1993. |34| Nova, Ignacio. Catálogo de Francisco Gausachs. Idem.
  • 26. |49| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |48| Conocido como activista del Dibujo ya que se vincula al diseño gráfico en la Univer- sidad Autónoma de Santo Domingo (1966) y produce para la Fundación Dominica- na de Desarrollo, una serie de plumillas con el tema de arquitecturas coloniales (1975) y por la que es reconocido. Schotborgh había recibido algunos galardones, entre ellos, un premio por la obra «La Angustia de Sordo» (tinta/papel 1967), en el Tercer Con- curso de Arte Eduardo León Jimenes. En ese dibujo figurativo queda expresada la re- currencia hacia el realismo, del cual no excluye un tratamiento moderno –observa So- to Ricart–|35|, no exento de narrativa costumbrista o de la descripción de tipos po- pulares. Pintor que amplió su horizonte artístico con el maestro Colson, con quien tomó un postgrado a inicio del decenio 1950, Marcial Schotborgh es un pintor que a veces ha in- Marcial Schotborgh|Paisaje|Óleo/cartón|45 x 55 cms.|C. 1980|Col. Ricardo O. Méndez Mir. |35| Soto Ricart, Humberto. El Nacional, 14 de enero de 1976. Marcial Schotborgh|Meditación del hombre|Óleo/cartón|55 x 42 cms.|1968|Col. Eridania Mir.
  • 27. |51| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |50| cursionado en la abstracción, aunque prefiere expresarse dentro del realismo, alegando que es lo que entiende el pueblo.|36| Con una diversificación de motivos o de temas, es una condición artística suya reafirmar más el dibujo que la pintura.En 1996,una cuar- ta muestra personal, Oferta al Alma Criolla, reconfirma sus destrezas artísticas, exponien- do bodegones, paisajes bucólicos, recreaciones costumbristas, vistas de antiguos monu- mentos y retratos. A propósito de esta muestra, él reitera su consideración de lo típico como una modalidad insuperable en el afianzamiento de valores estéticos y éticos por la fuerza tradicional de este tipo de expresión, aunque aprecia y realiza otra corriente de las artes plásticas.|37| A propósito, citamos a Soto Ricart, quien escribe: «El expositor recurre al realismo, sin excluir sus intentos en variadas formas modernas (…). Es inne- gable que Marcial Schotborgh mantiene su apego al costumbrismo y sin falsedades. Es un exponente de lo local con mucho calor humano, con raíces muy populares».|38| Considerando que este artista afirma la superioridad dibujística sobre la pintura, de To- lentino considera que él se excede en la amplitud del campo pictórico» movido por una excesiva conciencia profesional y por motivos temáticos y lingüísticos, puesto que abs- tracción, costumbrismo, naturalismo, expresionismo y su realidad cualifican muchas de las obras que expone en 1975. La citada crítica discurre sobre esta variedad, agregando que «sus incursiones excepcionales en la abstracción o en la alegoría no le convienen aunque traduzcan intenciones acordes con la «moda» y la modernidad.Es mientras plas- ma fielmente tipos populares y describe actitudes de la vida cotidiana o aspectos de la naturaleza que obtiene sus mejores logros».|39| MARIO GRULLÓN (1918-1996) sintió el estímulo artístico cuando, casi adolescente, acompañaba a su padre, un decorador de espacios festivos y urbanos. Simultáneamente mostró habilidad como rotulista, lo que le permite entrar en relación conYoryi Morel, in- gresando en la Academia semi-oficial que laboraba en el nativo Santiago de los Caballeros. Después,una beca municipal le permite ingresar a la ENBA,en donde alcanza la formación requerida para concurrir a la IV Exposición Bienal (1948) y a la celebrada en 1950. En esta última bienal las pinturas «Gente» (óleo 1950) y «Casa de Juego» (óleo 1950) no representan los caracteres que acusará luego en un primer ciclo estilístico: alargamiento de las formas figuradas, como acopio de la estilización tropicalista que sobre todo pautan algunos temas de José Gausachs, entre ellas la «Garratcha» (óleo 1948), que este maestro presentara, precisamente en la IV Bienal en donde por primera vez se registra Grullón. En otras bienales correspondientes a los años 1952 y 1956, Mario Francisco Grullón –nombre completo de su inicial registro de artista– presenta obras en donde resulta in- confundible una temática centrada en lo femenino (mujeres de cuellos largos), matiza- dos por marrones y verdes.La aguatera o «Mujer con Calabazo» (óleo 1952) es una obra representativa de su conexión con el Cibao, con el maestroYoryi Morel y con el nati- vo Santiago de los Caballeros en donde se ubica para desenvolverse como pintor.El ma- trimonio con una joven enfermera mulata le lleva a compartir su producción de caba- llete con la práctica de realizar grandes pancartas regularmente demandadas para la pro- paganda trujillista.Tareas como la señalada y como la de su diestro ejercicio de pendo- lista, desviaron una producción prometedora que, aunque no desapareció del todo, real- mente limitó al pintor. Sin embargo, Grullón se recupera como uno de los soportes de la Escuela Santiaguense, varios años después de haber caído la dictadura. Si el trabajo propagandístico asimiló obligadamente a Mario Grullón, hasta el extremo de casi no trascender como varios de sus compañeros de Bellas Artes, la compensación Mario Grullón|Palmeras|Óleo/tela|91 x 76 cms.|1970|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes. Mario Grullón|Tres aguateras hacia el río|Óleo/tela|66 x 48 cms.|1964|Col. Yolanda Grullón de Morel. la encontró orientando a algunos muchachos (Danicel, entre ellos), así como incorpo- rándose a la docencia de la Academia Yoryi y después a la Escuela Municipal de Arte, de la que fue Director. Esta compensación también la canaliza en una obra ocasional, de encargo, a través de la cual fue acentuando una definición, así como su acomodo a la normativa de la Escuela de Santiago, sumándose a Juan Bautista Gómez,Yoryi Morel y Federico Izquierdo. |36| Schotborgh, referido por Soto Ricart, Op. Cit. |37| Schotborgh, referencia en nota de prensa, Hoy, junio 17 de 1996. |38| Soto Ricart, Humberto. Op. Cit. |39| Tolentino, Marianne de Listín Diario, diciembre 27 de 1975.
  • 28. |53| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |52| Mario Grullón|Fantasia tropical|Óleo/tela|30 x 24 cms.|1970|Col. Yolanda Grullón de Morel. Dos factores tienen que ver con el ajuste de Grullón a la Escuela de Santiago. Uno es su retorno al ámbito regional en el que se localiza permanentemente y el otro, su es- trecha relación con Yoryi, a quien se une en profunda amistad, recogiendo de paso lo mejor del virtuosismo pictórico moreliano. Independientemente de estos factores, de- bemos considerar la entrañable identificación emocional de un hombre hacia su pro- vincia, que es un mundo chico que opera en la conciencia con todas las ligazones e imágenes. Estas fuerzas las representaban en parte las tradiciones locales, los colorismos tipicistas y populares, así como un entorno con vivencias barriales y sembradíos, rinco- nadas y bosques. Es esta identificación emocional la que le hace volver a la provincia y de ella ofrecer el reflejo de las costumbres y de la luz. Los principales pintores del círculo de Santiago definen la escuela transcribiendo el Mario Grullón|Misterio|Óleo/tela|70 x 152 cms.|1991|Col. Marcel Morel. paisaje circundante y las costumbres pueblerinas, mantenidas con cierta tradición, en celebraciones y tipos pintorescos.A estos elementos temáticos se añaden las fórmulas del impresionismo, desde el punto de vista de la ideología estética y de la técnica. Como integrante y soporte importante de la Escuela, Grullón nos resulta incuestiona- ble y distintivo. La distinción se aprecia en su estilo costumbrista, en el esquema de un diseño figurativo que descubre una tendencia a alargar las formas y algunas áreas o asun-
  • 29. |55| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |54| tos. Cuando el diseño forma una sincronía paisajística, el alargamiento puede ser un de- talle que parece romper la composición. Esta última evita la simetría absoluta, la capa- cidad abierta, porque a lo largo y lo ancho del soporte, los enfoques del pintor son an- gulares. Sin embargo, el color sometido a un juego de efectos de luz y sombra, de la cla- ridad sobre lo claro, de una pincelada vibratoria, que no es puntullismo ni masa com- pacta, distinguen a ese pintor, a quien consideramos un estupendo conjugador cuando se sumerge en la más denotada posibilidad de su paleta. Como añadidura de sus rein- terpretaciones temáticas, sobre todo humanas, señalamos la tendencia a la deformación, al enfoque social, anecdótico y caricaturesco. Paisajista cargado de verdores tupidos de luz y adepto de un temario negrista regular- mente fundido en la magia y en la copiosa vegetación, su escritura deformativa de la Mario Grullón|La mulata con paño entre helechos|Óleo/tela|161 x 76.2 cms.|1978|Col. Familia Cordero Espaillat. Mario Grullón|Negra enfadada|Óleo/tela|91 x 76.5 cms.|1982|Col. Rafael Del Monte. Mario Grullón|Girasoles|Óleo/tela|161 x 76.2 cms.|1978|Col. Familia Cordero Espaillat. realidad, incluso del costumbrismo social, enfoca prototipos femeninos, ancianos, mar- chantas o aborda escenas laborales, como sus numerosas lavanderas de río, concebidas con liberrima imprecisión, de tono expresionista también apreciable en sus flamboya- nes rebosantes del rojo característico.
  • 30. |57| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |56| 1|3 Un núcleo de independientes y desolvidados Al margen de los registros oficiales o públicos de las artes, y en muchos casos figurando en los eventos como sorpresivos co-protagonistas, se mueven otras individualidades cuyos pa- sos también se pierden,pero son recuperables gracias a las fuentes documentales (catálogos, periódicos, revistas y obras en sí mismas). Es un grupo diferente del núcleo de jóvenes ar- tistas que egresan de la ENBA a partir de 1945,y cuya familiaridad formativa y aire moder- no los convierte en foco de atención (Luis J. Álvarez, Pina Melero, Fernández Diez,Aida Roques, Purita Barón, Francisco Gausachs, …), aunque dejaron de ser percibidos porque casi todos se marcharon al extranjero, cubriéndose además de silencios. Existen condicio- nes sociales comunes y diferentes para este grupo, en comparación con ese otro al que se dirige la mirada con la denominación de «Núcleo de Independientes y Desolvidados». a| No son egresados de la Escuela Nacional de Bellas Artes. b| Casi todos pertenecen a los márgenes provinciales. c| Muchos de ellos se registran en exposiciones nacionales como transeúntes momen- táneos. En cambio, otros preservan una presencia más sostenida e igualmente la produc- ción artística. ch| La «independencia» que los asocia es sinónimo de aislamiento localista, marginali- dad social y distanciamiento entre ellos, inclusive. d| Es un grupo integrado por individualidades de diferentes edades, con experiencias formativas desiguales, moviéndose en campos artísticos variados y con una proyección limitada, subyacentes en el desconocimiento social, aunque todos desolvidados por los que conocen en cierta medida sus obras y pueden trazar algunos datos existenciales o profesionales sobre ellos. JOSÉ ANTONIO ESPÍNOLA REYES, nacido en LaVega en 1898, es una de esas figuras provinciales un tanto desconocida y casi olvidada en su comunidad nativa, así como en los registros nacionales de las artes. Perteneciente a una familia de la cual so- bresalen varios miembros, él manifiesta desde muy joven interés hacia la escultura, ex- poniendo algunas de sus obras en una muestra vegana (1926) e igualmente en la Feria Nacional e Interantillana, montada para 1927 en Santiago de los Caballeros. Pío Espinola, nombre con el cual se le reconoce artísticamente, fue becado por el go- bierno nacional del Presidente HoracioVásquez, posiblemente hacia el 1928; beca que le permitió estudiar en Europa, especialmente en Francia. Sin embargo, con el ascenso gubernativo de Trujillo ese beneficio oficial le fue suspendido, razón por la cual la fa- milia tuvo que vender varias propiedades para que el artista pudiese terminar su forma- ción. Este artista cibaeño retornó al país al principio de la década de 1930, concentrándose en la comunidad oriunda en donde ejerce docencia de manera esporádica y en donde laboró como orfebre y modelador. Aquí sobrevive automarginado por disgustos de la familia con el régimen trujillista y, aunque esculpió para éste algunas piezas en mármol criollo, realmente no fue tomado en cuenta como figura artística cuando comenzaron a organizarse las exposiciones nacionales del decenio de 1940. Esto no ocurrió por ejemplo con Joaquín Priego, localizado en LaVega, en donde era maestro de la Escue- la de Arte y Oficio, como tampoco con otros veganos, entre ellos Enrique García Go- doy, Darío Suro y Rafael Augusto Fernández Álvarez. FERNÁNDEZ ÁLVAREZ se destacaba en el medio vegano como autor de carica- turas que reproducen periódicos cibaeños, cuando fue invitado a participar en la mues-Antonio Malagón|El merengue|Dibujo/papel|1944|Catálogo II Exposición de Artes Plásticas.
  • 31. |59| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |58| tra nacional del 1941. En este año expone individualmente en San Pedro de Macorís, en donde también exhibe una serie de dibujos o caricaturas que tratan tipos populares identificados con el apellido Fernández, como rúbrica artística. Por las breves referencias citadas sobre el caricaturista vegano, al parecer su protagonis- mo público no trascendió vía otros registros; lo mismo ocurre con Porfirio Vásquez y Juan Antonio Vicioso hijo, quienes también se registran en la significativa muestra del 1941, en la que se dan cita muchos nombres importantes del arte dominicano de he- chura moderna. PORFIRIO VÁSQUEZ, nacido en la capital del país, cultiva desde la infancia el dibujo y la pintura, señalándose entre sus datos que no ha tenido maestros en el aprendizaje de esas expresiones. En la muestra nacional del 1941 expone dos obras muestra del 1941.Vicioso hijo tenía formación alcanzada en la Academia de Abelardo en donde estudió durante tres años. Era nativo de Santo Domingo. Capitaleño también es RAFAEL CASADO SOLER, quien había nacido en 1917, y siendo un autodidacta participa en la Segunda Muestra Nacional de Artes Plásticas, correspondiente al 1944, exposición que tiene rango de segunda bienal de arte domi- nicano. De acuerdo al catálogo, este pintor expone seis acuarelas decorativas en las que se preferencia el tema femenino. Asociado al medio capitalino donde arriba en 1919 traído por sus padres, ENRIQUE TORAZONA hijo crece y se forma en la República Dominicana, en donde reside desde los dos años de edad. Hijo del artista inmigrante EnriqueTarazona Pérez y de Jo- sefina Hervas Rubió, nació en NuevaYork en 1917, mostrando con el tiempo afición Rafael A. Fernández Álvarez|El agraviado|Tinta/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional. Porfirio Vázquez|Lluvia|Pastel/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional. realizadas al pastel: «Lluvia» e «Impresiones de Montaña», ofreciendo la primera una vista de transeúntes con paraguas en una vía estrecha dominada por estructuras arqui- tectónicas. Como el anterior, JUAN ANTONIOVICIOSO hijo asume también el tema arqui- tectural en una visión en perspectiva de un bloque de rascacielos enfocados desde lo al- to. El autor lo titula «Vértigo». Es parte de cinco dibujos con los que participa en la Juan Antonio Vicioso hijo|Vértigo|Tinta/papel|1941|Catálogo Exposición Nacional. Rafael Casado Soler|Bibelot|Acuarela/papel|1944|Catálogo II Exposición Nacional de Artes Plásticas. por el dibujo que aprendió, seguramente en contacto con el padre, experimentado ilus- trador gráfico,caricaturista y,sobre todo,notable pintor vinculado a las decoraciones del Teatro Colón de San Pedro de Macorís (1912) y posteriormente a labores en diarios así como a encargos de obras eclesiásticas. Cumplidos los veinticinco años de edad,Tarazona hijo asume más de lleno el dibujo, orientándose a la producción caricaturesca que publica desde 1932 en el diario «La
  • 32. |61| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |60| las reseñas periodísticas favorecen sus caricaturas y los asuntos que reflejan costumbres y tipos nacionales. Scott, quien regularmente pintaba en el recinto militar, forma hogar en nuestra tierra y adopta la ciudadanía dominicana después de largos años de vivir en el país. Él se esfuma al producirse la caída de la dictadura. BIENVENIDO TAVÁREZ (n. 19..?) es un pintor aislado y desconocido casi abso- lutamente, pero su curiosa individualidad es demostrativa de un artista naif que prece- de a los pocos nombres que en esa corriente del arte moderno se conocen en el país. Este ingenuo recreador era natural de Santo Domingo de donde emigra al Cibao, en edad adulta, ubicándose en la zona campestre de Licey, en donde establece hogar con Ana Mercedes Tavárez. Se dedica a realizar decoraciones de tinajas, placas de automó- viles y simultáneamente pinta pequeños cuadros que, además de responder a un tem- Enrique Tarazona, hijo|Ilustración «Trementina, clerén y bongó», de Julio González Herrera |1943. Opinión» y en la revista «Patria Nueva». Este trabajo dibujístico queda al margen cuan- do asume distintas funciones en el sector público, ya en posesión de la nacionalidad do- minicana. La mayoría de sus obras caricaturescas enfocan personalidades dominicanas (Arturo Logroño,Osvaldo Báez Soler,Oscar RoblesToledano,Amiama Gómez,…),pe- ro también personajes populares en muchos anuncios e ilustraciones, ya que también produce viñetas y diseña portadas de libros. Otra individualidad foránea: alemán de filiación nazi, según personas consultadas, aun- que ciudadano americano, es ERNESTO SCOTT, vinculado al servicio de inteli- gencia del régimen de Trujillo, aparte de ser artista con exposiciones registradas en la Galería Nacional de Bellas Artes en los años 1944 y 1945. Cultivador de la acuarela, el dibujo y de una pintura vernacular reproducida muchas veces en las «guaguas» urbanas, Enrique Tarazona, hijo|Ilustración portada «Trementina, clerén y bongó», de Julio González Herrera|1943.
  • 33. |63| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |62| peramento espontáneo e imaginativo, resultan obras que vende para mantener a la fa- milia. En este sentido él se constituye en un pintor marginado y silencioso que logra una clientela alrededor de su ámbito y de otras zonas; clientela a la cual conquistan sus imágenes pintorescas, refrescantes, ilusionistas y vivenciales. En algunos casos el hábitat rural promueve las formas arcaicas de una pintura puntualizada con el negro. En otros casos, la memoria concibe la imagen barrial, portuaria y urbana en composiciones tan deliciosas e ingenuas como la del pequeño cuadro en la que un barco corta transversal- mente la perspectiva, imponiéndose al primer plano con casas y calles. Pintor representativo del naif dominicano, Bienvenido Tavárez se desenvuelve a partir de los 1940, años durante los cuales ejecutan sus tomas fotográficas los santiaguenses Santiago Bueno y William Federico Lithgow, excelentes cultores de la lente y quienes encuentran tiempo exploratorio para compartir este arte con el ejercicio de la medici- na. Provinciales son también otras tres individualidades que aparecen como expositores del período:Antonio Malagón, Ramírez Duval y FedericoVillanueva. W. RAMÍREZ DUVAL, nativo de San Juan de la Maguana, fue conocido como pin- tor al incluirse una obra suya de grandes dimensiones en la Segunda Exposición Na- cional de Artes Plásticas (Bienal del 1944). Residía entonces en la capital del país con el propósito de «concluir sus estudios superiores y, a la vez, en busca de mayores hori- zontes para su arte».Esta búsqueda permite que sea realizador de numerosos dibujos de- corativos. Es su gran cuadro «El Grito de Independencia», (óleo 1943),|40|el que lo si- túa frente a la atención y al debate. «El óleo representa un momento digno de reveren- cia de nuestra historia. Está concebido y perpetuado con el realismo que caracteriza a este tipo de obra. Sus detractores afirman que Sánchez sostiene una «bandera de zinc» entre las manos, porque carece por completo de movimiento». A propósito de esta participación se señala que «es un joven pintor que está dotado de ciertas posibilidades dignas de consideración, para hacerlo acreedor de que su nombre sea incorporado al movimiento pictórico actual (…) se preocupa por la posesión de un estilo personal y por el dominio de una técnica de buena calidad. En su estudio se pue- de apreciar que al artista le preocupa el cultivo de la llamada «pintura histórica» y que ha realizado una serie de «retratos con un realismo sorprendente a pesar de todo eso, Ramírez Duval sigue siendo para muchos un desconocido».|41| Llamado «Pintor del Sur» por Manuel de Jesús Goico Castro, las anotaciones citadas corresponden a un artículo suyo, en el que anuncia que el pintor celebrará su prime- ra individual en la Galería de Bellas Artes. Esta muestra fue registrada en el Ateneo Dominicano (julio 1944) exponiendo el pintor 35 obras –dibujos y óleos–, con los que aborda un temario diverso: bodegones, desnudos, escenas históricas, paisajes y re- tratos.|42| ANTONIO MALAGÓN MONTESANO es otro de los jóvenes que se dan a co- nocer en el período del 1940. Había nacido en 1926, en la villa de Sánchez, residiendo desde corta edad en Santiago de los Caballeros, en donde hizo sus primeros estudios pictóricos con el artistaYoryi Morel. Con excelentes condiciones para el trazo, para la transcripción de escenas callejeras interpretadas con alegre humorismo, fue selecciona- do para participar en la Segunda Exposición Nacional de Artes Plásticas, celebrada en 1944, con motivo del Primer Centenario de la República. En la muestra, él tuvo la oportunidad de exhibir siete dibujos humorísticos: El Merengue, Los Jugadores, ElVen- tarrón, La Litera, Día de los Inocentes, Día de San Andrés y Escena Callejera.|43| Antonio Malagón|Domingo de quiniela|Acrílica/tela|66.1 x 81.4 cms.|1985|Col. Centro Cultural Eduardo León Jimenes. |40| Catálogo 29 de febrero de 1944. |41| Goico Castro, M. La Nación. 5 de junio de 1944. Pág. 12. |42| La Nación, 30 de junio de 1944. |43| Catálogo de 1944, Op. Cit.
  • 34. |65| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |64| Después de ese registro, Malagón participa en otros eventos similares, como fueron las bienales del 1946 y 1948. Concentrado en el medio santiaguense, su producción se so- metió a los caracteres regionales del tema y del color, ocurriendo una discreta posición frente a otros representantes de la escuela citadina, debido a que alternó su ejercicio de pintor con el campo profesional de la banca financiera. Pero nunca deja de pintar, ofre- ciendo espléndidas telas paisajísticas y prefiriendo el cultivo de singulares escenas del popularismo barrial y costumbrista, captadas en la estampa de un caricaturismo alegre y socarrón. Con la fidelidad que le proyecta hacia el tiempo venidero, a Toño Malagón se le identifica como un pintor del norte del país, perteneciente al núcleo de Santiago, en donde registra en 1972 una exposición personal. Localizado en Miami, Florida, desde el final de la década de 1980, fallece en esta ciudad a los pocos años (2004). FEDERICOVILLANUEVA (1920-1988) también se vincula, al igual que Malagón, a la ciudad de Santiago, en donde fue designado –año 1942– maestro de Dibujo y Repu- jado en la Escuela de Artes Manuales «Presidente Trujillo», en donde también asumió la enseñanza de Modelado,materia de su preferencia,ya que sobresale como escultor.El na- ce posiblemente entre 1920-1925, en Laguna Salada, Santiago, siendo conocido artística- mente por sus participaciones en bienales nacionales. Un primer registro de importancia es la selección de obras suyas tituladas «Autorretrato», «Cabeza del Generalísimo Trujillo» y «Cabeza de Rafael Perdomo hijo», con las cuales figura en la muestra nacional de 1944. MERCEDES RODRÍGUEZ es otra protagonista del norte que consigue atención con sus proyecciones expositivas. Bautizada Carmen Damiana Mercedes Rodríguez, na- ció en Santiago de los Caballeros en 1925, siendo la cuarta hija de los esposos Juan Ro- Antonio Malagón|Glorieta Parque Duarte|Óleo/tela|96 x 122 cms.|1977|Col. Familia Guzmán Klang. Mercedes Rodríguez|Orillas de un río|Óleo/tela|49 x 39 cms.|1947|Col. Norma Rodríguez de Casals. Mercedes Rodríguez|Florencia|Óleo/tela|50.5 x 39 cms.|Sin fecha|Col. Norma Rodríguez de Casals. dríguez L’ Oficial y Candelaria Luciano. Pictóricamente recibió la primera orientación del primo Federico Izquierdo, viajando con la madre de éste a NuevaYork, en 1944. En esta urbe cursa estudios con el pintor español Benito Nuno y asiste a la «Art School», concurriendo a diversas colectivas que dan cuenta de sus méritos participativos. Dentro de un convencionalismo afín con el tema, sus cuadros subrayan el carácter simbólico de sus obras.
  • 35. |67| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |66| En 1951 realiza la pintora su primera individual, montada en «Barbizon» Plaza Galle- ries, con el auspicio de la Embajada Dominicana. Constituida por 26 cuadros que en- cabeza la obra «Mi jefe» (retrato de Trujillo), esta muestra es acogida por los medios de comunicación newyorquinos y dominicanos. La revista «The art digest» (octubre 15- 1951) la califica de impresionista, en tanto su maestro Nuno juzga que su arte «a pesar se no hallarse falto de fuerza, hace pensar en cierta cualidad imaginativa que puede ser definida como grácil belleza. Su obra combina, en balance admirable, humanismo con simbolismo».|44| Diversos temas definen el discurso expositivo de Mercedes Rodríguez, a quien el es- cultor E. Ducig tomó como modelo para un busto que figura en la muestra individual. Proyectándose en el país natal en donde siempre deseó exponer, ella fue elegida para participar como artista dominicana en la II Bienal Hispanoamericana de Arte, celebra- da en La Habana (1954). La pintora murió repentinamente en 1978 en el Condado de Queens, siendo enterra- dos sus restos en la ciudad nativa. Ella había escrito: «Nada vivirá sin la verdad con ba- se de inspiración. Las falsedades del momento pasarán de largo y el arte como expre- sión de la vida, vivirá eternamente. Este debe ser el anhelo del artista, y su triunfo de- pende del grado en que logre alcanzarlo».|45| VIOLETA ESPAILLAT es otro de los nombres recuperables del olvido, pese a una producción pictórica al parecer abandonada, luego de contraer matrimonio con un pe- tromacorisano de fortuna. Esta pintora nacida en LaVega, posiblemente se forma en la Academia de Enrique García Godoy o tal vez estableció nexo con el taller Darío Suro, Mercedes Rodríguez|La maja moderna|Óleo/tela|59 x 88 cms.|Sin fecha|Col. Norma Rodríguez de Casals.Mercedes Rodríguez|Rincón cubano|Óleo/tela|59 x 88 cms.|Sin fecha|Col. Norma Rodríguez de Casals. |44| Nuno, Benito. Presentación catálogo de Mercedes Rodríguez, 1951. |45| Rodríguez, M. referida por Marilio Ventura, La Información, 8 de agosto 2003.
  • 36. |69| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |68| Violeta Espaillat|Parque de la Vega|Óleo/tela|56 x 41 cms.|Década 1940|Col. Ramón Francisco. ya que ella –por las obras que se conocen- ofrece una visión paisajística que tiene rela- ción con la obra inicial del último pintor citado. Esta pintora enfoca paisajes o recodos de la ciudad nativa con una paleta fría y diluida en verdores. Se trata de una obra pic- tórica de pequeño formato. El matrimonio la reubica en San Francisco de Macorís, donde nace su hijaVioletica Bergés. Veganos también como Violeta Espaillat son Marcos Batista Caravallo (n.1922) y Mi- guel Hipólito Cordero (1922-1972). El primero estudia en la Academia de Darío Su- ro, desarrollando una habilidad dibujística que le permite ejecutar retratos instantáneos al crayón, de acuerdo a Hernández Figueroa, quien agrega que «gracias a sus cuadros los veganos pueden conocer los diferentes ángulos y la arquitectura de la antigua Catedral, así como (...) la evolución del paisaje urbano citadino». |46| Violeta Espaillat|Casitas campesinas|Óleo/madera|34 x 55 cms.|C.1940|Col. Ramón Francisco. |46| Hernández Figueroa, Alfredo Rafael. Las Artes Visuales en la Vega. Pag. 32. |47| Idem. Pag. 33. Hipólito Cordero sobresale como un notable caricaturista que aprovecha su momentos de ocio para ejecutar sus obras de trazo fácil, «logrando un gran parecido con los per- sonajes reales.Al ocurrir su muerte se expusieron sus caricaturas como homenaje pós- tumo. |47|
  • 37. |71| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |70| La obligación, el requisito o la práctica de que todo graduado en la ENBA debía expo- ner individualmente en la Galería Nacional o en otro lugar elegido por el egresado o la egresada fue parte del activismo que acompañó la política cultural impulsada duran- te el período de los cuarenta. Con esa modalidad se apadrinaba al joven talento, proyec- tándolo y comprometiéndolo de varias maneras: consigo mismo, con el medio social y con la modernidad que un buen número de intelectuales (Contín Aybar,Valldeperes, Tanasescu, Ugarte,...) promovían con entusiasmo. Empero, su adhesión y el fervor ha- cia el modernismo artístico era un aliento que se manifestaba en el sector intelectual. Este era sobre todo un sentimiento que directamente se asociaba al foco que integra- ban el profesorado y los alumnos de Bellas Artes.A propósito, una opinión señalaba: «La fundación de la Escuela de Bellas Artes (…) resultó un éxito rotundo. Es necesario haber vivido aquellos tiempos para darse cuenta de la alegría con que los jóvenes –y los menos jóvenes– acudían diariamente a sus aulas.Y entre aquellos grupos de ávidos as- pirantes a artista se contaban numerosas mujeres. Jóvenes, solteras, amas de casa, estu- diantes universitarias, todas ellas con aspiraciones que hasta entonces no habían podido aflorar, se inscribieron en la Escuela y siguieron con dedicación y disciplina las enseñan- zas que se les impartían. Siempre he creído que aquel movimiento cultural funcionó a modo de escape de las angustias a que el pueblo dominicano estaba sometido y como un paliativo a la ausencia de libertad que se padecía bajo un régimen tirano y omnipo- tente. Excelentes profesores, nacionales y extranjeros, imbuidos como sus alumnos de gran fervor artístico, hicieron de ese centro docente, un foco de entusiasmo que conta- gió a gran parte de la sociedad. Un considerable número de egresados de las primeras promociones fueron mujeres, en su mayoría pintoras quienes correctamente encauzadas por su maestros, se lanzaron sin miedo a proyectarse en exposiciones y concursos.Y triunfaron».|48| El testimonio citado es de María Ugarte, quien considera el 1949 como «un año de auge de las mujeres artistas,|49|resaltando que ellas constituían el núcleo más fuerte de los alumnos de la Escuela de Bellas Artes. Ellas, igualmente dominaban en las úl- timas promociones registradas hasta la fecha. Un ejemplo referido por la crítica era la exposición del Gran PremioTrujillo, celebrada en la Galería de Bellas Artes, en la cual el predominio numérico de la mujer es abrumador. De cinco artistas presentados, cuatro son muchachas. Ella alude a Noemí Mella, Elsa DiVanna, Nidia Serra y Clara Ledesma, quienes con Marianela Jiménez reservan dentro de desiguales condiciones sociales, la innegable permanencia como representantes de la generación a la que per- tenecen. Ellas son las notables mujeres de los 1940, no sólo porque recae sobre sus obras la atención y un augurio que se cumple en unas más que en otras, sino porque en las de fuerte carácter artístico es ininterrumpido el camino de producir y de re- confirmarse en el arte.Aunque eran diferentes en temperamento y producción artís- tica, sus nombres resultaban inseparables, a tal nivel que mencionar a una de ellas es asociar a las otras. NOEMÍ MELLA, nacida en Santo Domingo en 1926, atrajo la opinión crítica entu- siasmada en los años durante los cuales figura como una de las jóvenes pintoras.Al egre- sar de la Escuela Nacional, en 1948, ella sobresale al obtener el «Gran Premio Trujillo de Pintura», al producir un paisaje «de méritos notablemente superiores», por el dramatismo del color, los matices mezclados con habilidad, la composición segura, sus fuertes líneas 1|4 Otra mirada a la primera generación de la ENBA: cinco sobresalientes pintoras Noemí Mella|La calavera de caballo|Óleo/tela|42 x 54 cms.|1952|Col. Museo de Arte Moderno. |48| Ugarte, María. Op. Cit. Pags. 26-27. |49| Idem. Pag. 28.
  • 38. |73| El tránsito de la década de 1940 a 1950 | Capítulo 1Capítulo 1 | El tránsito de la década de 1940 a 1950 |72| negras y «un empeño de hacer viril su pintura, de darle fuerza y vigor, de escapar de lo femenino y lo frágil».|50| Con la obra premiada e igualmente con otras se pronunciaba esta artista como una peculiar paisajista, además de mostrar la posesión de un estilo. Ella «como siempre se expresa mediante masas de color limitadas por líneas de trazo fir- me y definido (…) su peculiar estilo logra interesantes efectos al encerrar sus colores pre- feridos –naranjas, azules, rosáceos–, en las fronteras de una línea firme y dura».|51| Otro crítico aprecia esta firmeza señalando que «Noemí Mella a través de sus obras (…) revela una calidad bastante rara en una mujer: la energía (…) todavía cargada de incon- formismo. Sus temas reflejan cierta violencia interior».|52| El maestro Colson, dedicado también a la crítica, escribe: «Noemí Mella, cuyo nombre evoca proceras, hazañas, nos invita a entrar en el mundo que está germinando en su men- Noemí Mella|Paisaje del lago del fondo|Óleo/tela|66 x 55 cms.|1952|Col. Aída Bonnelly. Noemí Mella|Calle|Óleo/tela|66 x 51 cms.|1948|Col. Aída Bonnelly. te y lentamente transmigra a la tela para convertirse en saludables melodías cromáticas.Una embriaguez de aromas indostánicas, canela, nuez moscada, miel y bija nos entran por los ojos y halagan nuestro olfato;y sin embargo esta pintura tiene calidades metálicas,de la sen- sación de timbres, voces de clarines y cobres jocundos, de tamborileos bojieños y chuines lejanos.Yo no creo que Noemí Mella haya visto bañarse a la ciguapa del río Camú de Guai- namoca,pero las gamas de su paleta me recuerdan los montes y las charcas de los guros (sic) Noemí Mella|Sin título|Óleo/cartón|Sin fecha|52 x 42 cms.|Col. Privada. |50| Idem. Págs. 28-29. |51| Idem. Pág. 31. |52| Tanasescu, Horia. El Caribe, diciembre 7 de 1952.