5. A principios del siglo XV Ciriaco Pizzecolli también conocido
como Ciriaco d’Ancona (Ancona c.1391 – Cremona c. 1455),
un viajero y coleccionista de antigüedades italiano, fue de los
primeros humanistas del Renacimiento que estudió
personalmente los restos físicos del mundo antiguo, y por tal
motivo es a veces recordado como el padre de la arqueología.
17. Andrea Fulvio, que firmaba sus escritos
como “Antiquarium Romanum”, no sólo se
lamentaba de los devastadores efectos del
incendio de Nerón o de la decadencia
romana en la época de los bárbaros y su
destrucción en la Edad Media, sino que en
su ‘laudatio’ a la ciudad se pregunta, de
forma retórica, sobre si alguien es capaz de
ignorar la majestad de la urbe…»
43. Un pueblo de campesinos :Los romanos, auténtico pueblo de agricultores, poseían
la dureza característica del campesino. Ni los terratenientes ricos consideraban indigno
empuñar la mancera del arado. El romano pudiente tenía en gala ser considerado un
buen agricultor y residía en el campo; en la ciudad sólo poseía unos aposentos para
cuando los negocios le llamasen a Roma.
44. CINCINATO ABANDONA EL ARADO PARA ELABORAR LAS 12
Dictador republicano Cincinato (c. 519-430 a.C.), al que el Senado de Roma sacó de su tranquilo retiro en el campo para librar a la ciudad de
una gran crisis, lo que logró triunfalmente, renunciando a continuación a todos los honores y retirándose de nuevo a su granja con su familia. El
respetado Catón el Viejo (234-149 a.C.) consideró a Cincinato como un modelo de los antiguos valores romanos de templanza campesina y
dedicación a la patria sin ningún tipo de ambición personal.
46. Al período de mayor esplendor se le conoce
como Paz romana, debido al relativo estado de
armonía que prevaleció en las regiones que
estaban bajo el dominio romano, un período
de orden y prosperidad que conoció el Imperio
bajo la dinastía de los Antoninos (96-192) y, en
menor medida, bajo la de los Severos (193-
235). Marcó la edad de oro de Occidente y el
despertar de Oriente.
Augusto, que inaugura la dinastía Julio-Claudia,
representa el periodo de máximo esplendor
del imperio romano. A esta dinastía, terminada
en el año 68 por Nerón le seguirá el periodo
de inestabilidad conocido como el año de los
cuatro emperadores, donde se impondrá
Vespasiano, que inaugurará la dinastía Flavia,
de origen no patricio. Les seguirán del año 96
al 180 los llamados "cinco emperadores
buenos" (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino
Pío y Marco Aurelio), en la considerada "edad
de plata" del Imperio.
Augusto en el Ara Pacis
52. Puerto de OSTIA ANTICA , en
desembocadura del Tíber. De
Trajano y Claudio
Podía albergar hasta 350 barcos
cargados de trigo, vino, aceite e incluso
esclavos, traídos de todos los rincones del
imperio, la auténtica puerta de Roma que
conectaba el vasto territorio de sus
dominios, pero sus construcciones palacios
y almacenes desaparecieron el en siglo
VI, no demolidas por hordas de bárbaros
sino sistemáticamente desmantelado por el
Imperio Bizantino.
53. Puerto de OSTIA ANTICA , en
desembocadura del Tíber. De
Trajano y Claudio
54. Puerto de OSTIA ANTICA , en
desembocadura del Tíber. De
Trajano y Claudio
55.
56.
57.
58.
59. EL COMERCIO DE ROMA DE SEDA,
PRIEDRAS PRECIOSAS Y ESPECIAS EN
ÉPOCA DE AUGUSTO
60.
61. Diodoro escribió en el siglo I a. C. que el canal seguía operativo, pero tras la conquista
romana volvió a quedar cegado hasta que Trajano, dentro de su política de mejora de
las vías públicas, dio la orden de limpiarlo, momento en que recibió el nombre de Río de
Trajano o Augustus amnis, por lo que la zona recibió el nombre de Augustamnica. El
mantenimiento no fue constante y a finales del siglo III estaba cegado de nuevo.
Tras la conquista árabe, el canal se limpió en el año 641 por orden del Califa Omar, y
estuvo en funcionamiento hasta que Al-Mansur ordenó su cierre por motivos militares:
los mismos que tuvo Necao para no completarlo
62. Compuertas de entrada al canal desde el mar Rojo; construido por Diocleciano.
El fuerte "Babilonia" controlaba la embocadura del canal al Mar Rojo desde el Nilo.
70. EL URBANISMO ROMANO
LA INFRAESTRUCTURA URBANA
(solucionar los problemas que
plantea vivir en la ciudad)
abastecimiento de agua
alcantarillado
transporte urbano
defensa
Foros: plazas y espacios públicos
mercados
LA CIUDAD, CENTRO ECONÓMICO, SOCIAL Y POLÍTICO DEL IMPERIO ROMANO
EL EFECTO
PSICOLÓGICO
impresionar al resto
del mundo, del que
se sienten dueños
76. CONSTRUCCIÓN ROMANA:
MATERIALES
Los romanos en sus construcciones utilizaron la madera, el
adobe, ladrillos y tejas, piedra y mármol y el hormigón.
La MADERA se empleó principalmente para armazones y
cubiertas, aunque a veces también se empleó en la
trabazón de muros y en la cimentación en terrenos
pantanosos y, por supuesto, en múltiples aplicaciones
auxiliares de la construcción. Se emplearon maderas de
diversos árboles, según su disponibilidad y características
que las hacían aptas para uno u otro empleo. Vitrubio trata
de ello en los capít. IX y X de su Segundo libro de
Arquitectura.
El ADOBE (later crudus ) se empleó sobre todo en los
tiempos antiguos, hasta finales de la República en que
empezó a generalizarse el ladrillo (later coctus ). A pesar
de estar hechos de barro sin cocer, trabado con paja,
son de gran solidez y duración, si se logra evitar que
sean atacados por la humedad. Como no tienen buena
vista, los muros de adobe necesitan estar revocados, o
recubiertos, p.ej. con terracota.
El LADRILLO (later coctus, testa ) se empezó a usar a comienzos del siglo I a.C. y se generalizó ya a comienzos del siglo I de
nuestra Era. Llegó a ser uno de los materiales más usados por los romanos. La forma y dimensión de los ladrillos no
coincidían con las actuales; los principales son:
-bipedalis (60 x 60 cm.), cuadrado, de dos pies de lado. Desde finales del siglo I de nuestra Era.
-sesquipedalis (45 x 45 cm.), de pie y medio de lado. El más usado.
-bessalis (22 x 22 cm), desde mediados del siglo I de nuestra Era. Si se divide por su diagonal da lugar a un ladrillo de forma
triangular, el semilater.
Los hay, además, de otros tamaños e, incluso, de forma circular, para formar columnas. De barro cocido se hicieron también
baldosas de dimensiones variadas. El grosor de los ladrillos puede variar entre dos y tres centímetros y los 5 cm. a que llega
en época posterior. El mortero que une las hiladas empieza siendo más fino y llega a tener incluso un grosor similar al del
ladrillo.
86. La TEJA (tegula ) propiamente dicha era plana y tenía unas dimensiones de 65 x 45 cm. Contaba con un
reborde o ceja en los dos lados largos (con una escotadura para el ajuste en su parte inferior). Se combinaba
con otras piezas curvas, imbrices, que servían para cubrir las junturas de las tégulas.
De barro cocido se hicieron, además, canales y tuberías, y recubrimientos para aparejos menos visibles.
La PIEDRA que comenzaron utilizando los romanos fue la que tenían más a su alcance, la toba (o tufo) de
procedencia volcánica, pero de poca consistencia. También de procedencia volcánica era el peperino, que
resistía el fuego. A finales de la República se difundió más el travertino, toba calcárea de mejor calidad y
apariencia. El MÁRMOL, tan típico de los griegos, se introdujo con cierta dificultad entre los romanos, que
tenían que importarlo, hasta que más tardíamente se comenzó la explotación de las canteras de mármol de
Carrara. Se usó el mármol más bien para la decoración de edificios suntuosos y su utilización no se generalizó
hasta la época imperial.
Como es natural, a lo ancho del imperio se emplearon piedras y mármoles de diversos tipos, según las
disponibilidades del lugar (aunque no era extraño importar mármoles y otros materiales nobles para edificios de
especial riqueza).
87. Quizá el material más importante usado por los
romanos fue el HORMIGÓN (opus
caementicium ), que con su multitud de
variantes les dio una gran libertad de
construcción para muros y bóvedas, por su gran
plasticidad y resistencia. Esto, unido a su
facilidad de uso y su baratura, hizo del hormigón
el rey de los materiales romanos. Su pobre
apariencia obligó a buscar recubrimientos de
mejor visibilidad, que a veces se empleaban
para realizar la propia caja que enmarcaba el
hormigón (así los ladrillos triangulares y las
piedras de forma piramidal, con su vértice hacia
dentro).
El hormigón romano está constituido por un
mortero de cal y arena, que se agrega a
guijarros o fragmentos más o menos grandes de
piedra de toba, puzzolana, cascotes, etc.(1)
. Se
suele ir aplicando por capas o tongadas, pues
necesita un tiempo para ir fraguando. El mortero
vertido sobre los fragmentos de piedra(2)
va
reaccionando con ellos y acaba por adquirir
consistencia pétrea.
El Panteón
Sala octogonal de Domus Áurea
88.
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97. Se trata del Qanat Firaun, un acueducto construido por el imperio romano para llevar agua a la
zona de la Decápolis, una confederación de diez ciudades de en la antigua provincia romana de de
Siria, provincia situada en la Jordania actual.
Arrancaba de una zona pantanosa, que en la actualidad ya está seca, y durante 64 kilómetros
discurría por la superficie, para luego pasar a discurrir bajo esta en tres túneles de 1, 11 y 94
kilómetros respectivamente que alcanzan una profundidad de hasta 80 metros.
Con una altura media de 2,5 metros y un ancho de 1,5 se calcula que era capaz de transportar de
300 a 700 litros por segundo. En sus primeros 60 kilómetros la pendiente es de un 0,3 por mil, lo
que quiere decir que por cada kilómetro recorrido el túnel gana 30 centímetros de profundidad, lo
que supone una precisión poco menos que asombrosa para aquella época.
Mathias Döring, su descubridor, cree que el método que utilizaban los romanos era el de ir
marcando la ruta en la superficie y luego ir construyendo túneles de acceso separados entre 20 y
200 metros (se han encontrado hasta 2.900 de estos túneles) en los que con ayuda de niveles y
plomadas bajaban hasta la profundidad deseada y luego se iba excavando hacia el siguiente y
anterior túnel de acceso.
Es cierto que tardaron 120 años en
completarlo frente a los seis del Eurotúnel o
25 del Seikan, y que por lo visto nunca
funcionó en toda su longitud sino por
secciones, pero conviene no olvidar que
estamos hablando de una obra llevada a
cabo entre los años 90 y 210 después de
Cristo.
112. Un epigrama del poeta romano Marcial (40-104 a.C.) revela un aspecto peculiar de la
vida urbana de la antigüedad: “Vacerra chismorrea durante horas, sentado diariamente
en un hoyo de las letrinas (públicas). Vacerra desea cenar, no vaciar sus vísceras”.
Aunque para los lectores modernos estas palabras pueden resultar confusas y
chocantes, lo cierto es que tal sentencia dice mucho de los romanos de entonces. Los
habitantes de la Roma imperial reconocían abiertamente sus escusados públicos, los
tenían bien ubicados y por ello los convertían en lugares de interacción social, pues
todos debían utilizarlos en el curso de sus actividades diarias.
Y ayer como hoy, las paredes de aquellos servicios públicos estaban atiborradas de
epítetos jocosamente obscenos. Las letrinas romanas eran diseñadas para albergar
grupos de aproximadamente 25 personas; su interior generalmente estaba esculpido en
mármol, con mosaicos finamente elaborados, había pinturas, esculturas, fuentes e,
incluso, santuarios a la diosa Fortuna, deidad de los grandes bienes. En tal ambiente,
nuestro amigo Vacerra podía sentarse confortablemente durante horas a negociar una
cena. En caso de que no hubiera suerte en un escusado público, siempre existía la
opción de ir a otro.
Los escusados públicos se situaban en importantes puntos de reunión del imperio –
foros, teatros y baños— y su precio de entrada era bastante económico. Senadores y
hombres de negocios se reunían frecuentemente en un escusado público situado arriba
de las tiendas del foro de César, donde, en un área semicircular, se establecían
conversaciones, duelos de oratoria y otro tipo de actividades también mundanas.
119. Muerte de Lucrecia: mito para el origen de la República
INSTITUCIONES DE ROMA
Sexto Tarquinio. el hijo del último rey de Roma, el despótico Tarquinio el Soberbio, Sexto Tarquinio es conocido por haber violado a Lucrecia,
la virtuosa esposa de su primo, Tarquino Colatino. El historiador romano Tito Livio (Tito Livio), que vivió 59 BC-AD 17, cuenta que Lucrecia,
"superar el dolor y la vergüenza", apuñaló a sí misma después del ataque. Su muerte provocó la revuelta que puso fin al reinado de Tarquino el
Soberbio y la vida de Sexto Tarquino.
138. Hasta mediados del siglo II a.C. no puede decirse que Roma contase con
una literatura propia cuantitativamente importante. Pero por entonces, ya
existe una nobleza ilustrada, que seguía los dictados literarios y filosóficos de
las modas helénicas y se había dado el fenómeno del mecenazgo, en torno
al «círculo de Escipión». Es de suponer que los libros circulaban, aunque
no hubiese ni un sistema organizado para su difusión, y que existían
bibliotecas privadas, al menos las que habían llegado a Roma desde Grecia
como botín de guerra. Un siglo más tarde, en época de Cicerón, ya hay
constancia de la existencia en Roma de un sistema de edición y difusión
de libros; incluso hay un barrio donde los libreros abren sus florecientes
negocios: el Argiletum (la zona comprendida entre el foro y la Subura).
Los libreros romanos podían lograr fabulosos beneficios copiando las
obras de los autores de éxito, aunque éstos no cobraban lo que hoy
conocemos como «derechos de autor». Colocaban a la entrada de sus tiendas
llamativos carteles con los títulos y precios de las novedades. Solían tener la
exclusiva de los autores importantes; así Tito Pomponio Ático era editor de
Cicerón, los hermanos Sosii de Horacio, Atrecto y Segundo de Marcial, Doro
de Séneca, y Trifón de Quintiliano.
El proyecto para fundar la primera biblioteca pública de Roma se debe
a Julio César, que incluso encargó a Varrón que recopilase libros para ella.
Pero César no vio cumplido su deseo. Sería Gayo Asinio Polión quien
fundase la primera biblioteca pública de Roma en el 39 a.C., en el Atrium
Libertatis. No mucho después, Augusto fundó una biblioteca aneja al templo
de Apolo del Palatino (28 d.C.) y otra en el Campo de Marte. Y desde entonces
se siguieron abriendo bibliotecas: la del Pórtico de Octavia, la construida por
Tiberio en la Domus Tiberiana, la del Templo de la Paz, abierta por
Vespasiano, la Bibliotheca Ulpia, levantada por Trajano, otra más en el
Capitolio, etc. Las bibliotecas romanas podían formar parte de los grandes
complejos arquitectónicos, como las termas o los templos, y estar a
disposición de sus visitantes. Se calcula que Roma llegó a tener en el siglo II
hasta veintiocho bibliotecas públicas. En cuanto a las privadas, algunas
también fueron considerables, como la del poeta Persio.
Los gramáticos se aplicaron al estudio y comentario de las obras de los
autores nacionales y, de éstos, los más importantes pasaron a formar parte
con sus textos de los programas educativos de las escuelas. Este último
factor suponía una selección consciente, que determinó la fortuna de la
transmisión de algunos autores, que quedaban a expensas de los gustos de
145. En el siglo VI se produjo el derrumbe cultural del Imperio Romano, que ya estaba anunciado
desde el siglo III. Con las invasiones bárbaras, la continuidad de la cultura romana se rompió en muchos puntos,
y los restos de la civilización clásica fueron paulatinamente quedando en manos de la iglesia. Los fondos de las
grandes bibliotecas públicas y privadas que se salvaron de la catástrofe tuvieron como último reducto las
bibliotecas de los nacientes monasterios. No obstante, la mayor parte de la literatura latina perduraba a
comienzos del siglo VI, pese al ambiente hostil de los centros monásticos, debido a que el prestigio de la
tradición pagana no tenía parangón en la cultura cristiana; las obras de los autores paganos seguían
constituyendo modelos dignos de imitación y estudio.
En las postrimerías del mundo tardo-antiguo aparecen, no obstante, algunos personajes a los que cabe
considerar en conjunto como puente cultural hacia unos siglos en los que hay más sombras que luces: Símaco,
Boecio, Casiodoro, Benito de Nursia o Isidoro de Sevilla, entre otros, contribuyeron con su persona y
con su obra a que no se olvidara el interés por el libro y por la lectura.
«El primero que introdujo en Roma gran cantidad de libros fue Emilio Paulo, después de la
derrota de Perseo, rey de los Macedonios; después de él, Lúculo, como parte del botín del
Ponto. Más tarde César confió a Marco Varrón el encargo de organizar una gran biblioteca. Sin
embargo, Polión fue el primero que abrió en Roma una biblioteca pública, integrada por obras
tanto griegas como latinas; las imágenes de muchos escritores aparecían expuestas en su
atrio, que había adornado con la mayor magnificencia con obras procedentes de compras de
botines.»
Flavio Magno Casiodoro (480-575) Nació en Scyllacium (act. Squillace, en Calabria). Fue discípulo de
Boecio, y, junto con éste, ministro durante el gobierno del rey ostrogodo Teodorico. Su figura constituye un
eslabón entre el mundo antiguo y la Edad Media. Su obra más conocida es Institutiones divinarum et
saecularium litterarum (Instituciones de las letras divinas y humanas), que constituían el programa educativo de
una especie de monasterio que fundó en sus posesiones de Scyllacium (540): el Vivarium. Casiodoro le
proporcionó una biblioteca bien dotada e instituyó la copia de libros como labor fundamental del centro. En una
época en que los centros de cultura estaban desapareciendo, el Vivarium desarrolló una importante labor de
preservación de la cultura escrita
149. Los conocimientos de Arquímedes, fueron utilizados para diseñar varias máquinas utilizadas durante las Guerras
púnicas, en las que perdió la vida el año 212 A.C. La causal de su muerte, a manos de un soldado romano,
también es leyenda: Al estar tan concentrado en uno de sus trabajos, le fustigó por pararse sobre sus
diagramas. Ofendido, el soldado terminó asesinándole.
150. INSTRUMENTARIO DE
LA ANTIGUA ROMA
TROMPETAS : tuba, lituus, cornu, bucina.
FLAUTAS : siringa, fistulae, tibiae, obliqum
càlamo, acutus, flauta transversal, plagiaulos.
LENGÜETAS: tibiae pares, impares, elymoi,
plagiaulos.
TAMBORES: tympanum
PERCUSIONES: (idiofonos) crotala, scabillum,
crepundia, sistrum, tintinnabulum, cymbalum,
discos, rhombus, turbo.
CUERDAS: lyra, cithara, pandura, sambuca,
liuto, cordae obliquae.
ORGANO a fuelles portàtil.
La música y
la danza
201. Las Saturnales (en latín Saturnalia) eran una
importante festividad romana. Se las llegó a
denominar "fiesta de los esclavos" ya que en las
mismas, los esclavos recibían raciones extras, tiempo
libre y otras prebendas; eran, si se permite la
comparación, Navidad y Carnaval a un mismo tiempo
y el cristianismo de la antigüedad tardía tuvo fuertes
problemas para acabar con esta fiesta pagana,
intentando sustituirla.
Las Saturnales se celebraban por dos motivos que
ahora mencionamos:
- En las fechas a comienzos de año en honor al dios
Saturno.
- Al triunfo de un victorioso general (fiesta del triunfo)
Festividad de las SATURNALIAS : el equinoccio de invierno
Las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre
en honor a Saturno, Dios de la agricultura, a la luz de
velas y antorchas, se celebraba el fin del período
más oscuro del año y el nacimiento del nuevo
período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de
diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el
signo de Capricornio (solsticio de Invierno).
202. Probablemente las Saturnales fueran la
fiesta de la finalización de los trabajos del
campo, celebrada tras la conclusión de la
siembra de invierno, cuando el ritmo de las
estaciones dejaba a toda la familia
campesina, incluidos los esclavos
domésticos, tiempo para descansar del
esfuerzo cotidiano.
Hasta la dictadura de Julio César, la fiesta se celebraba el
17 de diciembre, día en que los senadores y los caballeros
romanos, aderezados con sus togas ceremoniales,
ofrendaban al dios un gran sacrificio, seguido, como era
costumbre, de un banquete público que culminaba con el
grito de Io Saturnalia. Pero el gran estratega debió de
considerar que una sola jornada era escasa honra, y
prolongó las Saturnales hasta el día 19. Siguieron su
ejemplo Augusto y Calígula, que añadieron sendos días, y
Domiciano cerró la ampliación el día 23 de diciembre. Por
tanto, a finales del s. I d. C. las Saturnales duraban una
semana completa, consagrada especialmente al regocijo y
la convivencia. Contribuía a ello la suspensión de
numerosas actividades públicas: la escuela, el Senado y
los tribunales de justicia interrumpían sus funciones; se
liberaba a los prisioneros, que agradecidos depositaban
las cadenas en el templo de Saturno; y hasta se aplazaba
la ejecución de las penas capitales.
203. Los romanos intercambiaban regalos y visitaban a amigos y familiares. Eran fiestas de excepcional permisividad,
pues actitudes prohibidas o inusitadas durante el resto del año recibían licencia en las Saturnales. Dormitaba,
por ejemplo, la ley, severísima, sobre los juegos de azar, y los romanos veían crecer o mermar su patrimonio en
el juego de los dados, las tabas y la lotería. Pero nada más llamativo (y carnavalesco) que el protagonismo que
adquirían los esclavos.
Durante estas jornadas vestían las ropas de sus señores, que les servían en la mesa, mientras ellos
despotricaban contra sus dueños sin temor a castigo alguno. Esta inversión de la jerarquía social ha quedado
reflejada en la imagen que adorna el mes de diciembre en el calendario litúrgico (ca. 354) de Furio Dionisio
Filocalo, donde se aprecian, como motivos evocadores, unos dados en la mesa y una inscripción marginal que
reza: «Ahora, esclavo, se te permite jugar con tu señor».
275. La Vía Triumphalis, el itinerario comenzaba en el Campo de Marte, pasaba por el Circo
Máximo y alrededores de la colina Palatina; después el arco de Constantino, giraría a la
izquierda en la Meta Sudans y marcharía a lo largo de la Vía Sacra hacia el Foro romano y la
colina Capitolina, pasando por el arco de Tito y de Septimio Severo.
Escena , alterada del
Foro, de Ben-Hur.
276.
277. Desfile triunfal : al fondo el arco de Augusto, en
primer término el de Tiberio, bordeando el templo
de Saturno, donde guardan los tesoros (oro…etc)