Este documento describe la historia de un barrio en Municipio B en Uruguay, incluyendo detalles sobre las familias que vivían allí en el pasado. Menciona varias casas y negocios que solían estar en la cuadra, como la panadería Parque Rodó que era un punto de encuentro popular para los jóvenes del barrio. También habla sobre algunos de los residentes del pasado como el "loco" Pacilio y su puesto de frutas, así como las parejas que se formaron entre los jóvenes que pasaban tiempo juntos en el
1. Tiempo de vidas, historias de barrio
Municipio B
Coordinación: Lic. Marta
Huertas Prego
Producción : Luis Scarpa Brusco - 2014
Música: Mi Montevideo
Orquesta de Romeo Gavioli, violinista,
cantor, compositor y director uruguayo
nacido en el barrio “La Comercial”.
1913 - 1957
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Parte 3
2. Esta cuadra ha tenido cambios
importantes en su edificación. Muchas
de sus antiguas viviendas se han
convertido en modernas construcciones.
Entre ellas, la casa de un querido
amigo, mayor que muchos de nosotros
y siempre integrado a las peripecias y
aventuras de la barra que luego
conformó el club. El “loco” Pacilio , que
así lo llamábamos en forma cariñosa,
nos llenó de anécdotas con sus
“locuras”. Durante una época tuvo en el
garaje de su casa, un puesto de frutas y
verduras. No se cuando se mudó con su
familia, a unos pocos metros en
Duvimioso Terra.
Esas dos edificaciones reemplazaron las antiguas casas. No
recuerdo exactamente la ubicación de la casa de Pacilio.
3. Habitaba Doña Lola y su familia.
La puerta de garaje daba paso a
su pequeño almacén donde no
faltaba la famosa libreta de fiado
ni el despacho de kerosene.
Más adelante, actualmente un
gran taller automotriz. Allí existía
una linda casita de barrio, de la
familia Dubra.
Allí vivía Miriam y su hermana. La “Chiquita” Miriam y Esteban Varela , el
“Pelado”, fue una más de las parejas que surgieron de las hermosas
relaciones formadas en “La Cambiche”. Una pareja muy querible, que
construyeron una vida juntos, hasta que el destino inexorable de todos los
mortales los separó. El “Pelado” supo ser el DT del cuadro, y vaya a saber
porque yo tenía la titularidad asegurada. Gran parte de nuestra juventud
compartimos con él, con Mario “el Cartucho”, con Alberto “el Rata”, con el
“Gaucho” Rospide y otros, nuestro amor por el fútbol, por Nacional y por
los caballos. Ah! Y también por la carambola.
4. Haremos un alto en la descripción del barrio
y su vecindario, para dar paso algún relato
no recomendable para las buenas
costumbres de jóvenes y adolescentes.
Puedo afirmar que valores fundamentales en que me educaron mis padres creo
haberlos mantenidos durante mi vida; la honradez, la honestidad, el respeto, la
solidaridad. No obstante no puedo ocultar que mi adolescencia fue tan transgresora
como lo ha sido la de cada generación, de acuerdo al momento histórico que le
haya tocado vivir. Y reconocerlo pasa a ser necesario al abrir juicios sobre la
juventud, cosa que me parece suele no pasar.
Entraba a tercer año de liceo, tenía trece años, cuando comenzó el “despiole”. Las
“rabonas” para ir a jugar al futbolito y al billar al Club Artigas, en el sótano de la
zapatería ubicada en la esquina de Constituyente y Eduardo Acevedo. No se como
ni cuando, pero si que poco tiempo después con Roberto Introíni, todos los jueves
con unas pocas monedas nos tomábamos el tren para
el Hipódromo de Las Piedras. Como dije antes, no eran
pocos los muchachos de “La Cambiche” que teníamos
un cita de honor los fines de semana en Maroñas.
El padre del “Pelado” Varela tenía caballos de carrera,
y entre ellos, uno que ganó un gran Premio en Las Piedras.
Se llamaba Bacanazo y en él estoy montado en el aras
cuando ya había pasado a su merecido descanso.
5. En esta casa, con sus padres vivió Roberto Introíni .
Hace uno pocos años, casualmente nos
reencontramos en esa misma casa donde había vuelto
a vivir, creo que ahora solo. El balcón pertenece a una
sala grande, era un verdadero museo hípico.
Charlamos largo rato y recorrimos muchos recuerdos.
Nos volvimos a ver un par de veces haciendo
mandados. Poco tiempo después me enteré de su
fallecimiento. Roberto en su juventud tenía el hobby de
criar palomas mensajeras.
En este edificio vivía el
“Bocho” Amilivia y su
Hermano mayor.
Y en uno de estos,
El “Negro” Mendaro.
¡ Qué Personaje !
6. Este comercio está en la esquina con Acevedo Díaz.
Su aspecto totalmente cambiado, aunque su estructura
se mantiene igual. Aquí durante muchos años estuvo la
Farmacia Vincent. No recuerdo cuando fue, pero fue
asaltada y Vincent, su dueño, asesinado.
Por último, la Panadería Parque Rodó, ahora con nombre
cambiado. Seguramente cambiado también su interior.
Esta Panadería tenía la casa atrás que ha de mantener, así
como la cuadra. Pero además tenía una caballeriza y los
carros de reparto, cuya salida era por el portón que se ve
a la izquierda.
Es un punto de referencia obligado para estas memorias.
Aquí era el punto de encuentro al caer la tarde, de la barra
que constituiría posteriormente gran parte de la
muchachada de “La Cambiche”. Sus dos dueños, gente
joven, mantenía con ellos un vínculo amistoso. Y nosotros,
niños aún, bregábamos por un lugarcito que se nos
negaba. Poco tiempo después, se vendió y los nuevos
dueños, una familia de Mercedes cuyo hijo enseguida se
integró a la barra y al Club, “Panchito” Matosas. Primo del
que sería un consagrada jugador uruguayo.