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Romanticismo
1. El Romanticismo
El romanticismo no es sólo un estilo artístico, sino un cambio en la
concepción del hombre, del mundo y del arte que nace en la burguesía de
finales del XVIII. Es fruto de las grandes convulsiones que se produjeron a
finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Como movimiento artístico apareció a finales del XVIII en Alemania e
Inglaterra y en el siglo XIX se difundió por Francia, Italia y España. Basado
en la exaltación del individuo y en el culto a la libertad artística, supuso la
victoria del sentimiento sobre la razón.
En España, su triunfo coincide con la muerte de Fernando VII y el
reinado de Isabel II (1833-1868) que permite el regreso de los liberales
españoles que se habían exiliado. Llega a su plenitud en torno a 1935
(estreno de “D. Álvaro o la fuerza del sino” del duque de Rivas).
Sus principales características son:
1) Subjetivismo e individualismo. El artista se muestra a sí
mismo en sus obras, exhibe sus sentimientos –el amor es un tema
frecuente- y tiene una visión subjetiva del mundo.
Además del sentimiento, la literatura acoge otros elementos no
racionales, como la fantasía, la imaginación o el sueño.
El individualismo se refleja además en la importancia del tema de la
soledad: el hombre se siente aislado y diferente.
2) Proyección en la naturaleza. El subjetivismo se manifiesta en la
preferencia por una naturaleza acorde con sus sentimientos, una
naturaleza salvaje, misteriosa y agreste: bosques umbríos, mares
tempestuosos, tempestades, acantilados, la noche. Entre los paisajes
urbanos predominan el cementerio, las ruinas, los castillos. También son
frecuentes los ambientes primaverales u otoñales, que se identifican con la
melancolía del poeta.
3) Exaltación de la libertad. El individualismo romántico no admite
ningún tipo de trabas y reclama una libertad absoluta en todos los ámbitos:
político(exaltación de lo nacional y de lo característico de cada país), moral,
afectivo y artístico. La exaltación de la libertad del hombre frente a
cualquier ley humana es un tema frecuente. El romántico siente una fuerte
admiración por todos aquellos seres que están fuera de la ley (piratas,
bandoleros, vagabundos), a los que considera como verdaderos símbolos de
la libertad.
4) Dolor existencial. El espíritu idealista del romántico choca con la
realidad mediocre y rutinaria y reacciona mediante la rebeldía (crítica de la
sociedad), la angustia o la evasión (en el pasado idealizado de la Edad
Media, en las leyendas y en los países lejanos y exóticos, en el mundo de la
infancia, en los sueños y en la fantasía).
2. Temática del Romanticismo
Lo lejano y lo exótico (Evasión de la realidad)
La poderosa imaginación del romántico choca con la realidad circundante.
Como consecuencia de este choque, el poeta busca evasión en lo lejano. La
Edad Media será fuente de inspiración para el arte y la literatura: renacen
las leyendas medievales, los cuentos de hadas... Lo exótico se manifiesta
en la atracción que sienten los románticos por la España musulmana y por
la mitología nórdica, que sustituye a la mitología grecolatina.
Resurgimiento de lo popular
La vuelta a una época lejana supone el resurgimiento de la cultura
medieval. El Romancero y las leyendas épicas son fuente de inspiración
para la poesía y el teatro.
El amor
El amor romántico es una fuerza a la que el hombre tiende inevitablemente,
y que con frecuencia adquiere matices trágicos, pues se enfrenta a
barreras sociales o a un destino adverso, convirtiéndose en un ideal
inalcanzable.
Lo sobrenatural y misterioso
El romántico se siente atraído por todo lo que la razón no es capaz de
explicar: la muerte, los cementerios y los escenarios macabros o
misteriosos son muy frecuentes en las obras románticas. El mundo y el
destino humano son concebidos como un misterio y parecen estar
dominados por la irracionalidad.
La retórica romántica
Para transmitir con fuerza el misterio, la pasión, la melancolía o el horror,
los románticos necesitan un estilo vigoroso, con numerosos recursos
expresivos:
Metáforas, hipérboles, antítesis, epítetos, que potencien el contenido
sentimental.
Aliteraciones, apóstrofes, exclamaciones… que le den sonoridad al
lenguaje.
Este estilo ofrece dos caras: por una parte, la grandilocuencia de los
románticos exaltados, como Espronceda; por otra, la melancolía y
delicadeza de los intimistas, como Bécquer y Rosalía de Castro.
Autores románticos
LÍRICA ROMÁNTICA:
José de Espronceda (p. 133)
Gustavo Adolfo Bécquer (p. 136)
Rosalía de Castro (p. 138)
PROSA ROMÁNTICA:
Mariano José de Larra: Artículos de costumbres (p. 151)
Gustavo Adolfo Bécquer: Leyendas.
DRAMA ROMÁNTICO:
José Zorrilla (p. 155)
Duque de Rivas (p. 155)