Este documento ofrece orientación sobre la homilética o arte de predicar. Define la predicación como pronunciar un discurso religioso para comunicar el mensaje de Dios. Explica que el predicador debe estar capacitado para interpretar las Escrituras y comprender las necesidades de la gente. Además, ofrece consejos prácticos sobre cómo preparar un sermón, incluyendo la selección del texto, la estructura del mensaje y los tipos de sermones bíblicos.
3. Definiciones
Homilética es el arte y
ciencia de predicar
para comunicar el
mensaje de la Palabra
de Dios.
Predicar es
pronunciar un
discurso de
contenido moral o
religioso.
Predicador es
aquél que
proclama el
evangelio a los
hombres.
4. El Predicador y
su Mensaje
Escribir no es predicar. En la predicación, debe
existir el contacto directo y personal entre el
orador y su auditorio. Pero no constituye
predicación el simple hecho de ponerse de pie
frente a una congregación, o de hablarle y
entretenerla o impartirle instrucción. El
predicador es aquél que posee un llamado y
mensajes definidos. Según las palabras de Pablo
se trata de una persona apartada “para el
evangelio de Dios.” Romanos 1:1.
5. El predicador debe ser intérprete.
Debe estar capacitado para saber
lo que dice Dios y transmitirlo al
pueblo; por otro, estar
compenetrado de las
necesidades del pueblo y poder
presentar dichas necesidades
ante Dios.
No es suficiente la preparación
del Sermón o la lección, pues es
bien importante también la
preparación del mensajero. La
eficacia de la predicación
depende de la vida íntima del
predicador.
6. Reglas Prácticas para la Preparación del Predicador
1. Colócate en
las manos de
Dios y no
procure imitar
a otros. (1
Corintios
12:15-21)
2. Conserve
pura su vida
ante Dios y los
hombres (2
Timoteo 2:2122; Tito 2:7-8)
3. Mantenga
la dignidad de
su cargo de
embajador de
Cristo (2
Corintio 5:20)
4. Deposite su
confianza en
el Señor para
la salud
corporal
(Salmos
42:11)
7. El predicador y la Oración en Privado
El poder que el predicador tiene en público depende de su vida de
oración en privado, del tiempo que pasa en comunión con Dios en su
cámara secreta. Las horas de oración y comunión con Dios en privado
constituirán, la fuerza motriz que dará impulso a tus sermones.
8. El Texto del Mensaje
La palabra texto procede del latín y significa
tejido o estructura. Por lo tanto, el texto del
sermón debe ser la textura de la cual está
formado. El predicador debe de hacer del
texto, el tema mismo de todo su mensaje.
Procura no abarcar demasiado en tu mensaje
y no desviarte de tu tema.
10. ¿Cómo seleccionar el texto?
1. Con mucha oración
2. Considerando las
necesidades de los oyentes
3. Considerando tus propias
limitaciones, no ocupándote
de temas demasiados
profundos que no puedas
manejar.
4. Con dependencia
completa del Espíritu para el
poder que necesita
11. La interpretación del texto
Recuerda que hay que hacer cinco cosas con respecto a
la explicación del texto
1. Determinar si el lenguaje es literal o figurado
2. Aprende el significado exacto de las palabras. Si no
entiendes una palabra, no podrás explicarla al auditorio.
Hay muchas palabras empleadas con distintos
significado en la Biblia, y es importante diferenciarlas.
3. Considera la circunstancia en que se encontraba el
escritor, el lugar, la época y el propósito del escritor.
4. Compara un pasaje con otro a fin de determinar todo
lo que ha sido revelado.
5. Debes de leer todo lo posible con respecto a la Tierra
Santa (Israel), sus habitantes y costumbres.
13. Consideraciones al escoger el Tema
1. Escoge un tema que tú mismo sabes
bien.
2. Escoge un tema que tus oyentes
podrán comprender bien.
3. No escojas nada que sea trivial o
frívolo (superficial).
4. Escoge un tema que tenga por fin
definido llevar bendición a tu
auditorio.
5. Escoge un tema apropiado para la
época, el lugar y la ocasión.
14. 6. Cualquiera sea el tema que escojas para tu
mensaje, preséntalo de manera que manifieste algo
del Señor, pues es el Verbo de Vida. Sólo el Señor
puede satisfacer tu alma y solamente Él puede
satisfacer las necesidades de tus oyentes. La
predicación que presenta al Señor como el
Salvador, Santificador, Sanador, Bautizador, Maestro,
Pastor, Guía y Rey venidero, es la que alimentará sus
almas y producirá resultados permanentes.
7. Procura tener un solo tema, y que toda tu
argumentación, ilustraciones, pruebas, testimonios y
en fin todo tu material arroje luz sobre el
mencionado tema. El error que cometen muchos
predicadores es el de tener un número excesivo de
temas en un mensaje, y por lo tanto no se los puede
definir ni explicar bien.
8. Procura tener pocas divisiones en tu tema y que
sigan un orden lógico y consecutivo, para que tu
mensaje no sea tedioso, sino fresco y atractivo.
16. Introducción
Lo primero que necesita el predicador
es establecer comunicación con su
auditorio. La introducción es el proceso
mediante por el cual el predicador trata
de preparar las mentes y de asegurar el
interés de sus oyentes en el mensaje
que tiene que proclamar. La
introducción es una parte vital del
mensaje, y el éxito de todo éste
depende a menudo de la capacidad del
ministro de conseguir el apoyo de sus
oyentes en el inicio del discurso.
17. Principios para la preparación de la
introducción
1. Debe ser generalmente breve
2. Debe ser interesante
3. Debe conducir a la idea dominante o punto
principal del mensaje
4. Debe despertar el interés y fijar la atención de
los oyentes
5. Debe relacionar el mensaje con algún
conocimiento que posee el auditorio
6. Debe preparar el camino para la presentación
del mensaje que seguirá
18. Buenas cualidades de la introducción
1. Breve
2. Directa
3. Sencilla
4. Lógica, y debe estar bien relacionada con
la presentación o desarrollo del tema.
19. La presentación o desarrollo del tema
La presentación constituye la
parte principal del
mensaje, durante la cual el tema
es presentado y explicado. Es una
sencilla declaración del tema que
el predicador se propone
considerar, desarrollar, demostrar
o explicar en el discurso.
20. Dentro del desarrollo hay tres reglas sencillas para el
arreglo de tu tema
1. Proclama tu tema – Hazlo con
confianza y con valor, sin temor a nadie.
Proclama el mensaje con claridad, valor
y palabras apropiadas que tengan la
virtud de despertar y mantener el
interés de tu auditorio.
2. Demuestra tu tema – Emplea
pruebas e ilustraciones sencillas y
fácilmente entendidas por tus oyentes.
3. Explica tu tema – Hazlo de la manera
breve, clara y vigorosa. Acuérdate de
los niños en la fe y de las personas
sencillas.
21. La presentación debe ser siempre
1. Clara – procura entender bien tu tema, meditar en
él hasta que se grabe indeleblemente en tu corazón.
2. Gráfica – presenta tu tema en forma vivida, a
fin de que la historia sea real para tu auditorio.
3. Completa – no omitas nada de lo que sea necesario para
presentar tu historia con fidelidad y claridad. Es importante
recordar que deben omitirse los detalles que no son
necesarios, a fin de acortar el discurso y dejar el tiempo
suficiente para la aplicación que seguirá. Un sermón
demasiado largo es peor que un sermón demasiado corto.
22. Cualidades de la presentación o el desarrollo
1. Unidad – Las subdivisiones bajo cada una de las
divisiones principales tiene que derivarse de la división
principal, y seguir su tema. Todo lo que se considera bajo
las subdivisiones debería ser una mera amplificación de
la idea expresada en la división principal.
23. 2. Proporción – La experiencia capacitará
al predicador a reconocer qué partes del
sermón demandan más énfasis. Es
bueno que el predicador recuerde que
cada división tiene que contribuir a la
totalidad del discurso y que, como regla
general, las divisiones principales
debieran equilibrarse prudentemente a
fin de presentar un sermón bien
redondeado.
3. Progresión – Cada
explicación, ilustración, apli
cación, argumento o cita
debiera estar en el lugar
correcto que le
corresponda, para
contribuir al adelanto
ordenado en el
pensamiento del sermón
24. 4. Brevedad – Uno de los fallos comunes del hombre
en el púlpito es la verborrea (la abundancia de
palabras inútiles). Lo que se podría decir en
veinticinco minutos le lleva frecuentemente cuarenta
o cuarenta y cinco minutos. El peligro de tal práctica
es que la congregación se fatiga antes de que acabe el
sermón. Los oyentes pueden parecer reverentes y
respetuosos, pero es dudoso que continúen estando
tan atentos e interesados como lo estaban en la
primera parte del sermón.
25. 5. Claridad – Un error común del principiante es el de
hablar más allá de la capacidad de los oyentes. El
Señor Jesús mismo, aunque hablaba de los temas
más profundos, presentaba la verdad de una manera
tan sencilla, que incluso la multitud del pueblo le oía
de buena gana.
6. Vitalidad – Para que el desarrollo despierte el
interés de los oyentes, tiene que contener aquel
elemento que hará que la verdad adquiera validez
ante ellos. Las palabras de las escrituras tienen que
venir a serles llenas de significado, en términos de
sus propias situaciones vitales.
7. Variedad – El predicador que trata de infundir a
sus Sermones un frescor permanente y un vigor
renovado, tiene que cuidarse de que el desarrollo
contenga variedad. Se esforzará en recoger los
materiales de su desarrollo, de todas las fuentes que
tenga a su disposición, modernas y antiguas, que
puedan aplicarse con eficacia.
26.
27.
28. Culminación o Conclusión
Aquí es donde el predicador llega a su meta
en forma de una poderosa impresión. Es la
parte final del sermón, donde todo lo que ha
sido anteriormente expresado es
concentrado en fuerza o intensidad para
producir un vigoroso impacto sobre la
congregación. Su único propósito es el de
enfatizar, reafirmar, establecer o finalizar
aquello que ya ha sido declarado en el
sermón.
29. Principios para la preparación de la
conclusión
1. Por lo general, debe ser breve
2. Debería ser sencilla – no debe ser complicada
o adornada. El factor importante de la
culminación es hablar con tal claridad, que el
propósito del sermón llegue de manera
inconfundible a los oyentes.
30. 3. Las palabras finales de la conclusión deberían
elegirse con reflexión y esmero. A fin de llevar a cabo el
objetivo de la culminación, las palabras finales pueden
tener uno de los siguientes aspectos.
a. Una intensa, vívida reproducción del
pensamiento central del sermón.
b. Una cita del texto mismo
c. Una cita de otro pasaje de la Escritura
apropiado al sermón
d. La cita de un himno apropiado
e. Un poderoso reto o llamamiento
4. La conclusión debería quedar expresada en el
bosquejo en unas pocas oraciones o frases.
31. Tipos Principales de Sermones Bíblicos
El Sermón Temático
El Sermón Textual
Es aquel cuyas principales
divisiones se derivan del tema
con
independencia
del
seguimiento de un texto. El
sermón temático empieza con un
tema, y las partes principales del
sermón consisten en ideas que
provienen de dicho tema.
También no exige un texto como
base de su mensaje. Ello no
significa que el mensaje no vaya
a ser bíblico, sino que indica sólo
que no es un texto de las
Escrituras la base de este
sermón.
Este es aquel en el cual las
principales divisiones. Le derivan de
un texto consistente en un breve
pasaje de las Escrituras. Las líneas
maestras de desarrollo se sacan del
mismo texto. Este puede consistir
en una sola línea de un versículo de
las Escrituras, o puede tratarse de
un solo versículo o incluso de dos o
tres versículos. Las principales
divisiones de un bosquejo textual
tienen que provenir del texto
mismo, pero el desarrollo posterior
puede venir, bien del mismo
texto, bien de otros pasajes de las
escrituras.
32. El Sermón Expositivo
Es la forma más eficaz de
dirigirse desde el púlpito debido
a que, por encima de todos los
demás tipos de discurso, es el
que más, eficazmente, llega a
producir
una
congregación
bíblicamente
instruida.
Al
exponer un pasaje de las
Sagradas
Escrituras,
el
predicador cumple la función
primaria de la predicación, la
interpretación de la verdad
bíblica a los hombres, lo cual no
siempre puede decirse de los
otros tipos de sermones.
Un sermón expositivo es aquel
en el que se interpreta una
porción más o menos extensa de
Escrituras en relación con un
tema o asunto. El grueso del
material para el sermón se toma
directamente del pasaje y el
bosquejo consiste en una serie
de ideas progresivas centradas
alrededor de aquella idea
principal. Al examinar esta
definición, señalamos, en primer
lugar, que el sermón expositivo
está basado en una porción más
o menos extensa de las
Escrituras. El pasaje puede
consistir de unos pocos
versículos o puede extenderse a
través de todo un capítulo, o
incluso más.
33. Una porción más o menos extensa de las Escrituras
se interpreta en relación con un tema o asunto.
Más específicamente, la unidad expositiva consiste
en un número de versículos de los que emerge la
idea central. Así como el temático y el textual, se
centra alrededor de un tema dominante, pero en el
caso del mensaje expositivo, éste proviene de una
cantidad de versículos, en lugar de surgir de un solo
versículos o dos. No solamente deberían ser
expuestas las ideas conductoras del pasaje en un
discurso expositivo, sino que también deberían
explicarse los detalles de manera adecuada y hacer
que éstos den los principales materiales del
sermón.