Rodolfo Sánchez Garrafa documenta una festividad del calendario andino, que en pueblos de Perú, Bolivia y Ecuador coincide con las celebraciones de Todos los Santos y del Día de los Difuntos (1º y 2 de noviembre) en la época caliente del año (primavera y verano austral). Se trata de un tiempo liminal en el que seres de distintos mundos pueden transitar con libertad e incluso experimentar algunos contactos entre sí. El cierre del círculo pasado-futuro se patentiza con la elaboración de muñecos de pan, llamados t’anta wawas (criaturas de pan) y t’anta achachis (ancestros de pan).