2. A los 12 meses de vida POST-NATAL, comienza
un periodo que se caracteriza por la posición
erguida y el habla.
El niño “ deambulador” depende de los demás
para desplazarse, va y viene y explora el mundo.
Margaret Mahler llama a este momento “Crisis de
acercamiento” y lo sitúa entre los 12 y 15 meses.
Con la marcha erguida puede conocer y dominar.
Aprende a exceder los limites del “nido”.
La altura del niño es de 75cm, a los 2 años entre
80 y 85 cm, y a los 3 años entre los 90 a 95 cm,
en este periodo crece 20 cm.
3. Desde el nacimiento el bebe al orinar y defecar, tiene
la experiencia de placer sensual por el contacto, la
sensación de tibieza y la estimulación de la piel.
En este periodo valora las heces y el “ensuciarse” y el
“embardunarse” le genera gratificación sensual, le
agrada el cambio de pañales, la limpieza corporal que
estimulan las aéreas involucradas.
La madre durante el inicio establece hábitos de
limpieza e higiene corporal propone pautas y normas
de conducta, enfatiza lo permitido y lo prohibido,
según el cumplimiento valora premiando o castigando
las acciones del niño
El control de esfínteres puede iniciarse cuando el
niño es capaz de sentarse por si mismo.
4. La enseñanza prematura, precoz y reprimida favorece la
formación de actitudes de obediencia, como también la
como también la de hábitos, de orden y de limpieza
formales.
Le seducen fantasías hostiles inconscientes que generan
conductas impulsivas o de descontrol. Por el contrario, la
iniciación tardía o permisiva favorece las conductas de
desaseo, dejadez personal, falta de responsabilidad y
desorden.
A medida que el niño desarrolla sus hábitos de limpieza,
orden e higiene, sublima sus pulsiones anales, la fantasía
de manipular su materia fecal se desplaza hacia el juego
con barro, arena, plastilina etc.
5. El psicoanálisis consideraba la sublimación de las
pulsiones anales para desarrollar la imaginación
creadora y la productividad artística.
En este periodo, además de controlar la esfínteres
anales ( defecar), aprender a controlas su micción
(orinar).Paralelamente, el niño comienza a mostrar
interés por los juegos con agua, por ejemplo: jugar con
recipientes mientras se baña, (pasar el liquido de un
recipiente a otro).
En estos juegos expresa sus dificultades, temores y
placer propios de retener, soltar y controlar su orina.
Es importante que los padres les permitan a sus hijos
“enchastrarse” con barro, o arena, jugar con pinturas,
plastilinas.
6. El entrenamiento esfinteriano moviliza a la madre
fantasías profundas como la lactancia. Las
deposiciones del niño desencadenan reacciones
diversas, tanto de cuidado y aprobación, como de
repugnancia por tener que cambiarlo.
En este aprendizaje la madre lo revela al niño su
actitud hacia la limpieza y la suciedad, el orden y el
desorden, lo cual influye en la formación de hábitos.
Durante el primer año de vida nace y se desarrollan
sentimientos de confianza en su madre y en el mundo,
comienza a descubrir que es autor de sus
comportamientos, surge el “ Sentimiento de
Autonomía”.
Autonomía”
7. El psicoanálisis culturista Erik H. Erikson, considera
que en el segundo años de vida (18 meses), comienza
un periodo de realización de la voluntad, de afirmación
de si mismo y de adquisiciones que influyen en su
autonomía.
En este periodo se desarrolla el sistema muscular que
les permite al niño el poder de alcanzar, arrojar objetos,
empujar, apropiarse y distanciarse. El infante empieza
a ver el mundo como “yo” y “tu”, “mi” y “mío”.
Tiende a aferrarse a las cosas o a soltarlas, este
periodo se denomina “ etapa del empecinamiento”.
En la maduración muscular el niño experimenta las
modalidades sociales del “aferrar” y el “soltar”. Los
esfínteres forman parte del sistema muscular con su
dualidad de rigidez y relajación, de flexión y extensión.
8.
9. Comienza el aprendizaje del control y regulación de
funciones eliminatorias, esta modalidad adquirida de
retener y soltar, se extiende a sus relaciones
interpersonales.
Dichas modalidades y sus conflictos pueden llevar a
actitudes hostiles como bondadosas. “ Aferrar ”
puede significar “Retener” o “Restringir” en forma
destructiva o por el contrario, puede convertirse en
cuidado, es decir tener y conservar. “ Soltar” puede
convertirse en liberación o en una actitud amable de
“ Dejar Pasar “ .
Los procesos de eliminación de desechos representa
su lucha por la autonomía.
Alcanza el logro de autocontroles implica un
crecimiento de su autoestima.
10. El niño con desarrollo locomotor y con control de
esfínteres debe ser valorado y orientado por los
padres para que no se vuelva en contra de si mismo,
mediante dudas y sentimientos de vergüenza.
La maduración física permite: control muscular,
movimientos coordinados y explorar su entorno.
“ Firmeza Tolerante” por parte de los padres
fortalece el autocontrol del hijo.
“ Sentimiento de Vergüenza ” este depende de la
conciencia de estar presente en posición vertical
(Bipedistacion). Al estar expuesto, es consciente que
lo miran y miran lo que hace. La vergüenza se
expresa como un deseo de ocultarse el rostro, tirarse
al suelo y desaparecer.
11. La exaltación de la vergüenza no estimula en los
niños una conducta correcta sino promueve un modo
de operar sigiloso.
Esta etapa es decisiva en la formación de la voluntad
y el desarrollo de la autoestima, así se espera a la
buena voluntad, orgullo. Cooperación, la terquedad,
la libertad, el amor sobre el odio.
12. Realidad psíquica y realidad maternal
“Realidad”, significa la cualidad o condición de existir
real o verdaderamente. “ Real ” expresa lo que “ En
verdad “ existe, que no es ilusión, es autentico, tiene
existencia efectiva.
Freud, propone una diferenciación entre la realidad
psíquica y la realidad externa, considerando las
causas de la histeria, limita los alcances de las teoría
de la seducción.
La literatura psicología suele referirse a dos mundos:
Interno – Externo, Subjetivo – Objetivo, Egocéntrico –
Realista.
13. Freud, Klein, Piaget, supone el abandono del mundo
infantil con predominio de lo interno, lo subjetivo y lo
egocéntrico, para adaptarse al mundo externo, objetivo
y real.
La inteligencia racional orienta la conducta, el orden
reemplaza a las turbulencias de la afectividad y las
pulsiones, de este modo el sujeto va internalizando las
pautas culturales e incorporándose a la sociedad.
Es frecuente ver a un bebe de 4 a 12 meses elegir a
un objeto, en los momentos previos a dormir, ej., toma
el cubrecama, lo aprieta y lo chupa. Esta actividad se
vuelve indispensable, para que el bebe conciba el
sueño.
14. El objeto transicional se sitúa desde el punto de vista
evolutivo entre el “ dedo pulgar” y el “oso de felpa”.
La relación con el objeto transicional está a mitad de
camino entre lo subjetivo y lo objetivo. En este periodo
el niño no concibe al objeto como proveniente del
exterior, tampoco como proveniente del interior, no es
una alucinación, sino es un momento de paso hacia la
percepción de un objeto diferenciado del sujeto.
Considera que al niño se le torna tolerable la brecha
existente entre fantasía y realidad exterior, solo a
través de la vivencia de desilusión.
El bebe no posee aún la capacidad para reconocer y
aceptar la realidad exterior.
15. Este mundo ilusorio se despliega como un fenómeno
que intenta articular la capacidad de reconocer lo real
y no la aceptación de esta realidad.
Una “ buena madre” brinda protección al hijo,
interpreta y satisface sus necesidades, esto facilita la
posibilidad de establecer una breve experiencia de
omnipotencia exterior, conocerla y aceptarla. El logro
de la experiencia es posible a través de un proceso de
desilusión, ya que hay fenómenos que están fuera de
su control y existen objetos que no son creados ni
concebidos por el.
16. La capacidad de afrontar la realidad exterior, la
renuncia a la omnipotencia, supone el despliegue de
experiencias en la cual elige objetos que serán
precursores del uso de símbolos. Sobre la base de
este objeto se construye el pensamiento simbólico.
La función del objeto transicional es ocupar el lugar de
la madre, acompaña al bebe en su ausencia, no la
reemplaza, pues no es la madre. Ayuda a elaborar y
aceptar su ausencia, permitiendo desarrollar la
capacidad de espera y la tolerancia a la frustración.
Coexiste un reconocimiento de la perdida o
alejamiento, junto con una fantasía de recuperación.
17. Ilusión y realidad son aspectos esenciales del conflicto
dramático que se da al relacionar la realidad psíquica
con al realidad externa. La resolución del conflicto es
una tarea que no concluye sino que persiste durante
toda la vida.
El planteo de Winnicott reside en la necesidad de
generar un espacio ambiguo entre el adentro y el
afuera; un mundo ilusorio, para reconocer y aceptar la
realidad objetiva.
En la ilusión – desilusión el bebe va creando un puente
imaginario que le permite mantener su integridad yoica
y también la ilusión del reencuentro con la madre ante
de sus experiencias vividas como abandono.
18. Desarrollo de la conciencia de realidad
El lactante no percibe al mundo como un algo lo cual
se ve enfrentado, sino que forma con el una totalidad,
una identidad vivida.
El desarrollo de la conciencia objetiva supone la
objetivación como separación yo – mundo o sujeto –
objeto. Otto Engelmayer afirma la formación de la
conciencia objetiva.
El desarrollo de dicha conciencia está implicado con le
desarrollo espiritual.
Durante el primer año de vida se despierta tanto la
conciencia del yo como la del objeto.
19. De esta manera, el niño se apodera de las cosas, se
acerca hacia ellas gateando, las muerde o acaricia con
las manos, así se experimenta la temprana vivencia de
objeto.
El segundo año de vida con la aparición del habla, sufre
un “cambio cualitativo”, con el acto de “
dominar”, inicia una relación con el mundo porque al
nombrar las cosas logra distinguir el mundo objetivado.
Jean Piaget se interesa en el contenido del
conocimiento en la medida en que se refleja la
estructura y la orientación cognoscitiva.
Distingue en sus investigaciones lo que denomina
“ contenido” de pensamiento infantil como ideas y
creencias.
20. El niño confunde sus pensamientos, emociones y afectos
con la realidad objetiva.
Piaget llama “realismo infantil” a los hechos o
productos psicológicos como los pensamientos y
sueños. El niño pequeño identifica el pensamiento con
el acto de hablar.
El “animismo”, es inversa al “ realismo “, el niño le
atribuye a los objetos y fenómenos naturales,
cualidades vitales y psicológicas como la voluntad o
conciencia.
El “artificialismo” se genera porque el niño piensa a
los objetos y fenómenos físicos como productos de la
operación humana.
Las cosmovisiones del niño son siempre imágenes de
desarrollo y madurez del yo.
21. Etapas del realismo fantástico
o
edad del cuento de hadas
La edad del cuento de hadas culmina a los 5 años,
proceso en el cual el niño distingue los estímulos
procedentes del mundo exterior de los internos.
Previene la confusión que se halla en el origen de la
alucinación.
En este periodo la conciencia de la realidad se centra
en el mundo interior ( poblado de hadas, brujas). En
este mundo no rigen los principios lógicos de identidad
( A = A ) y de no contradicción.
22. Etapa del realismo ingenuo
En este periodo ( de los 6 hasta los 11 años ) se
produce un paso evolutivo en la conciencia del objeto
y de la realidad.
Desarrolla un deseo de saber y experimentar el
mundo
Predomina la prueba de realidad.
23. Etapa del realismo critico (objetivismo)
Comienza a partir de los 10 u 11 años con la pre
pubertad mediante la conciencia objetiva, se
incrementa la posibilidad de juzgarlas críticamente, ya
que no se conforma con el “ ser así ” de las cosas.
Esta etapa se caracteriza por la ampliación de los
intereses concretos y la conciencia de lo problemático.
Sus conocimientos son estimulados por las lecturas, el
cine y la tv.
Recién en la adolescencia se preguntan por los grande
temas de hombre, como el amor, la libertad, la muerte
entre otros.
Se abren a intereses objetivos que están más allá de
sus individualidad.
24. Desarrollo de la función de representación:
función simbólica.
Las funciones de representacion o función simbólica es
una característica central del periodo de la niñez
temprana.
La capacidad de emplear símbolos y signos, le permite
a los hombres elevarse sobre el espacio y tiempo.
El niño deambulador pasa de un mundo de
percepciones fugaces y reducido a lo presente,
representaciones que le van a permitir estabilizar y
objetivizar la imagen del mundo.
El pensamiento humano se relaciona con las
actividades de la percepción y de la representacion,
mediante el hombre se abre al mundo.
25. La función de representacion permite la
construcción de un mundo interior que caracteriza
al hombre.
Cuando el niño alcanza la función simbólica es
capaz de pensar, aunque no perciba un objeto no
actué sobre el. Así puede pedir, Pensar y elegir.