Este documento presenta un perfil topográfico de la Península Ibérica de norte a sur, identificando y analizando las principales unidades geomorfológicas a lo largo del recorrido. Describe las diferentes regiones, incluyendo la Cordillera Cantábrica, la Meseta Norte y Sur, el Sistema Central, los Sistemas Béticos y el clima y vegetación asociados a cada zona. Explica que la península muestra una gran diversidad de paisajes y relieves como resultado de su larga evolución
1ro Programación Anual D.P.C.C planificación anual del área para el desarroll...
Comentario de un corte topográfico solucionado
1. (Identificación de la fuente geográfica)
(Tipo de fuente→) Nos encontramos ante un perfil topográfico que representa el relieve a lo largo
de un corte imaginario del terreno en vertical entre Gijón y Málaga . (Espacio geográfico→)Es
decir, se trata de un corte topográfico de la Península Ibérica de Norte a Sur, desde el Mar
Cantábrico hasta el Mediterráneo.
Un perfil topográfico es un gráfico que representa distintas altitudes a lo largo de un corte vertical
del terreno entre dos puntos escogidos.
(Análisis→)Las unidades geomorfológicas ya aparecen identificadas, y de Norte a Sur son las
siguientes:
Mar Cantábrico, Cordillera Cantábrica, Submeseta Norte (río Duero), Sistema Central, Submeseta
Sur (río Tajo), Montes de Toledo, Submeseta Sur (río Guadiana), Sierra Morena, Depresión del
Guadalquivir, Sistemas Béticos y mar Mediterráneo.
La primera unidad a analizar es el sector oeste de la cordillera Cantábrica: es de materiales
paleozoicos que formaban parte del zócalo de la Meseta y rejuvenecieron en la orogénesis alpina.
En su extremo oriental hay afloramientos de calizas primarias que constituyen Los Picos de Europa,
donde se encuentran las mayores alturas como el Naranjo de Bulnes.
La Submeseta Norte es una cuenca sedimentaria formada tras el hundimiento de un bloque del
zócalo herciniano durante la Orogenia Alpina. Al hundirse constituyó en un primer momento lagos,
que debido a a la sedimentación de la era terciaria y cuaternaria se fueron colmatando de
sedimentos de distinta dureza (margas,arcillas, arenas y calizas que suelen formar una costra encima
de los anteriores).
Se disponen de forma horizontal ya que no han sufrido ninguna deformación posterior, y debido a la
erosión diferencial se han creado paisajes como los páramos, los cerros testigo, las campiñas y las
cuestas; casi todos ellos originados por las aguas de la Cuenca del Duero que recorren toda la
submeseta.
Dividiendo a la Meseta en dos partes se encuentra el Sistema Central. En este caso se trata de un
bloque elevado del zócalo durante la Orogenia alpina. Los materiales, las estructuras y los paisajes
ocasionados por la erosión son similares a los del Macizo Galaico, al tener los dos su origen en el
Macizo Herciniano paleozoico.
En este caso los relieves son un poco más elevados, superando algunos de ellos los 2500 metros.
Entre los más importantes están Ayllón, Somosierra, Guadarrama, Gredos, Béjar y Peña de Francia.
Al sur del sistema Central se localiza la Cuenca del Tajo. Forma parte de la Submeseta Sur junto
con la Cuenca del Guadiana, separadas ambas por los Montes de Toledo. Se trata en los dos casos
de cuencas sedimentarias formadas por el hundimiento de una parte del zócalo durante la Orogenia
Alpina.
Al igual que ocurriera con la Cuenca del Duero, estas cuencas sedimentarias fueron ocupadas en un
primer momento por agua, formando zonas de lagos interiores, que se fueron colmatando y
rellenando de sedimentos de la era terciaria y la cuaternaria. En la actualidad forman relieves
horizontales donde abundan los paisajes de erosión diferencial: páramos o mesas, (como La
Mancha, La Alcarria o la Mesa de Ocaña) cerros testigo, campiñas y cuestas.
Entre las dos cuencas sedimentarias se hayan como ya se ha mencionado los Montes de Toledo. Se
trata también de un macizo antiguo, que surgió al levantarse un bloque del zócalo en la Orogenia
Alpina. Formado también por materiales silíceos es uno de los ejemplos que existen en la península
de relieve apalachense ocasionado por la erosión diferencial. Su sierra más importante es
2. Guadalupe.
Al sur de la Cuenca del Guadiana se encuentra el último sistema montañoso que atraviesa la flecha.
Son los Sistemas Béticos, una cordillera de plegamiento alpino formada en la era terciaria debido al
pliegue y elevación de los materiales depositados por el mar en el surco bético durante la era
secundaria. Se trata de un relieve muy complejo tanto en sus estructuras (pliegues, mantos de
corrimiento, pliegues desplazados…) como en los materiales (paleozoicos en el penibético, calizos
en el subbético, y arcillos y margosos en la depresión intrabética).
Los sistemas Béticos se dividen en tres sectores. El primero que encontramos es el subbético, que se
localiza en el interior. Está formado por la alternancia de calizas y margas. Sus sierras más
importantes son Grazalema, Ubrique y Cazorla. La depresión intrabética es la siguiente unidad, se
encuentra entre la cordillera subbética y la penibética y se encuentra fragmentada en diferentes
hoyas: la de Baza, la de Guadix, la de Antequera, la de Ronda) Estas cuencas se rellenaron de
materiales terciarios que debido a la erosión y a la aridez del clima de la zona han dado lugar a
paisajes de Bad Lands.
La última unidad, ya paralela a la costa es la Cordillera Penibética. En ella podemos encontrar
materiales paleozóicos del antiguo macizo Bético – Rifeño que se levantaron en la Orogenia Alpina.
Los relieves son escarpados y elevados (más de 3000 metros) de hecho aquí encontramos las
altitudes más elevadas de toda la península, destacando el Mulhacén y el Veleta.
En este recorrido por la península de NO – SE se atraviesan todos los tipos de unidades
morfoestructurales: macizo antiguos, zócalos, cuencas sedimentarias y relieves jóvenes. En él se
puede apreciar la gran diversidad de paisajes, estructuras y materiales que pueblan nuestra península
y que son el resultado de una larga evolución geológica y de unos procesos de erosión en los que se
conjugan, además de las estructuras y los materiales, los diferentes tipos de clima que encontramos
a lo largo y ancho de la geografía peninsular. No es de extrañar por eso que se nos compare con un
continente en miniatura.
(De tener tiempo se podrían añadir algunas pinceladas sobre el clima y vegetación de las distintas
zonas analizadas)