Este documento proporciona una reseña histórica del distrito de Gamarra en Lima, Perú. En los años 70, algunos empresarios construyeron pequeñas galerías comerciales en la calle Gamarra, que atrajo a comerciantes ambulantes ofreciéndoles espacio para abrir negocios. A pesar de las dificultades iniciales, Gamarra se expandió rápidamente, llegando a tener más de 140 galerías y empleando a decenas de miles de personas. Hoy en día, Gamarra sigue siendo un importante centro com
La importancia de la anatomía y fisiología de la célula vegetal
La historia del emporio comercial de Gamarra en Lima, Perú
1. UNIVERSIDAD JOSE CARLOS MARIATEGUI
Facultad de Cs. Jurídicas, Empres. y Pedagógicas
Ingeniería Comercial VII Ciclo
Presentado en cumplimiento parcial del curso
Alumno: Juan Sabata Velásquez Quico
Docente.- Rene Ramos
Arequipa 18 Octubre de 2014
2. RESEÑA HISTORICA DE GAMARRA
En los inicios de los años 70, unos jóvenes empresarios decidieron invertir en construir pequeñas galerías
comerciales en una calle poco conocida: Jirón Prolongación Gamarra, en La Victoria, dentro de la zona
“difícil” de Lima.
Cuentan que, por aquella época, Gamarra era una mezcla de casas, pequeños restaurantes, bares,
hostales y además algo de prostitución.
Disputan la autoría de la primera inauguración los hermanos Pedro y Nemesio Guizado, Vicente Díaz
Arce, Alcibíades Torrejón, Alberto Venero y Leonardo Salinas. Ellos se arriesgaron con Gamarra, pues el
negocio se movía unas calles más allá, en los alrededores del Mercado Mayorista de La Parada, al otro
lado de la avenida Aviación.
Treinta y tantos años después, son más de 140 galerías las que pueblan lo que ya nadie duda en llamar
“emporio comercial”. Hoy estar ahí cuesta caro. Una tienda puerta a la calle en la mejor esquina se han
llegado a vender a 15 mil dólares el metro cuadrado y hay empresarios que están pagando 10 mil dólares
mensuales de alquiler por menos de cien metros con puerta a la calle.
En los inicios, sin embargo, no fue sencillo animar a los primeros inquilinos. Los potenciales clientes no
tenían dinero, eran comerciantes ambulantes a los cuales se les ofrecía un espacio para que se inicien en
la industria de la confección. Eso sí, se vivían tiempos donde el mercado interno estaba protegido y
existía tensión entre el gobierno y las grandes fábricas, algunas de las cuales cerraban por las políticas
industriales instauradas en el Velascato. Con dedicación, el riesgo podía dar sus frutos rápidamente.Los
comerciantes ambulantes no disponían de mucho capital, tenían que comprar máquinas usadas, no
tenían experiencia en la fabricación de ropa y el gran mercado de prendas de vestir tenía como actores
centrales al Mercado Central y a los grandes almacenes de la época.
¿Cómo hicieron los primeros inversionistas inmobiliarios para convencerlos que entren a alquilar
una tienda en un espacio que no era una zona comercial?
No te preocupes- Entra, vamos viendo, has negocio primero y cuando empiece a caminar me pagas la
renta-,
así fue como los primeros empresarios inmobiliarios de Gamarra comenzaron a llenar sus galerías. Y a
sus inquilinos les fue yendo bien y comenzaron a pagar.
Lo mismo ocurrió durante muchos años con los insumos, con las telas, con las máquinas.
» Lleva nomás, no te preocupes, después me pagas. Has la plata para que puedas pagarme«.
En Gamarra todos eran provincianos esforzados y confiaban entre ellos. Por otro lado, la mayoría de los
dueños de las fábricas de tela e insumos, eran judíos y árabes que habían llegado al Perú años atrás,
amantes de las ventas y sin ningún tipo de prejuicio respecto al origen provinciano de sus clientes.
Eran tiempos en los que no existían muchos competidores, la posibilidad del perro muerto era reducida,
todos estaban tratando de crecer, portarse bien era importante. Había oportunidad para todos, había que
cuidar el nombre.
Estos jóvenes provincianos habían comenzado su vida laboral en Lima como comerciantes ambulantes,
albañiles, meseros de restaurantes, empleadas domésticas, enfermeras, operarios de confección. Cuando
iniciaron su proceso de migración, dar el salto al negocio propio no estaba en sus planes. Se hicieron
3. empresarios: se instalaron en Gamarra, comenzaron a producir, salían a buscar a sus clientes, recorrían
las provincias llevando su mercadería.Con su crecimiento, tuvieron necesidad y oportunidad de albergar a
otros provincianos. Los acogían brindándoles empleo. Así, con los más avispados empleados de los
pioneros, Gamarra comenzó a generar su propia masa empresarial: nuevos confeccionistas,
comerciantes de telas e insumos, inversores inmobiliarios.
En 1992 Ramón Ponce contó 4 mil tiendas y talleres. Para 1998 la revista Gamarra contó 12 mil. En el
2002, Prompyme 17 mil. De ser una calle pasó a tener más de veinte manzanas densamente pobladas de
negocios. Hoy en día, da empleo directo a entre 50 y 60 mil personas. Básicamente jóvenes vendedoras y
operarios de confección. Sin dudas, Gamarra, es el centro comercial del Perú y no existe lugar en
Latinoamérica que concentre tanta oferta junta, tanta clientela diaria, tantas transacciones comerciales por
minuto.
Para rascarse la cabeza.
Pueda que a muchos les cueste entender el éxito comercial de Gamarra:
· Punto uno, está rodeada por Tacora, La Parada y el Porvenir, los barrios más bravos de Lima.
· Punto dos, depende del municipio más ineficiente de Lima lo que hace que sus servicios de
limpieza, ornato y seguridad, sean lamentables.
· Punto tres, como centro comercial no tiene una administración centralizada; por tanto, es
complicadísimo que las empresas que la pueblan respeten códigos de conducta, no existe autoridad
oficial, sólo unos pocos líderes legitimados que son constantemente serruchados por parlanchines.
· Punto cuatro, llegar y salir para el cliente es un ejercicio de paciencia y, a veces, deporte de
aventura: pueden arrancarte la cartera o el paquete.
¿Cómo puede ser pues que Gamarra no caiga? ¿Cómo y por qué sigue creciendo? ¿Cómo es que ha
podido adaptarse de la economía del mercado cerrado a la economía competitiva del mercado abierto
con importaciones asiáticas incluidas? ¿Cómo pudo haber resistido a la mar de ambulantes que la
asfixiaban? ¿Por qué el resurgimiento de los grandes almacenes no frenó su desarrollo? ¿Por qué hay
empresarios que siguen invirtiendo comprando o alquilando locales? ¿Por qué a pesar de que en cada
campaña navideña los medios de comunicación la acusan de ser “una bomba de tiempo” es el lugar con
mayor concurrencia cada año? ¿Por qué con todo en contra la gente sigue yendo a comprar?
No tengo las respuestas. Solo una certeza: ahí están los clientes. Gamarra es un imán y es mucho más
fácil imaginarse que pasará cuando los temas urbanos se solucionen que imaginarse a Gamarra caer.
Coming soon, con Gamarra hay esperanza.
El marketing interno.
Con miles de competidores hay que invertir mucha neurona en cómo lograr que a uno lo ubiquen y le
vayan a comprar. Imaginémonos nada más cómo hacer para que el cliente pise nuestro lado de la cuadra,
entre a nuestra galería, suba a nuestro piso, elija nuestro pasadizo y finalmente entre a nuestra tienda.
Les doy números: existen más de 30 lados de cuadras interesantes, en las cuadras más pobladas 10
galerías por lado, en algunas galerías hasta 10 pisos y en cada uno más de setenta tiendas repartidas en
cinco o más pasadizos.
Entre las cuadras 6 y 7 de Gamarra hay alrededor de 8 mil pequeñas tiendas y sólo las Galerías Guizado
tienen más de 1200 y el Rey de Gamarra sumado al Rey de Barranca cerca de 1000, dígame ¿cómo
hace uno para diferenciarse?
4. Una primera decisión de marketing para un confeccionista es ubicar una tienda con afluencia importante
de clientes. Por ello, el alquiler en las galerías más exitosas es tan caro. Si no se puede, la tienda en
Gamarra sirve sobretodo como un punto de referencia para clientes externos a los cuales se visita
ofreciendo mercadería y muchas veces es también la sede del taller de confección.
Aun así, quienes hacen moda para un público diferenciado o ropa industrial o cortinas, pueden elegir estar
en cualquier punto de Gamarra y confiar en que los “clientes caminantes” los ubiquen, luego los
recomienden y poco a poco crear una demanda que los busque, pues lograron convertirse en un dato
valioso.Con el éxito y la acumulación de capital, la tendencia final es, sin embargo, tratar de tener un o
más puntos de venta puerta a la calle y llevar el taller a un lugar donde el costo del alquiler sea menor.El
nombre es también un factor diferenciador. Es distinto llamarse Confecciones Jenny o Creaciones Sylvia
que llamarse Polofoto, Brujhas, Chikokos. En el caso de los dos primeros al inicio no apuntaron a
construir una marca, simplemente comenzaron ofreciendo productos y servicios baratos y con el nombre
rindieron homenaje a la hermana y a la madre.En el caso de Polofoto, la elección del nombre jugó un
papel estratégico en su posicionamiento. Cuando recién llegó esa tecnología el éxito de Polofoto fue
notable. El sólo nombre desplazó a los competidores, cuando algún despistado preguntaba en Gamarra
“¿dónde puedo estampar una foto en mi polo?” Todos sabían donde tenían que mandarlo.
Brujhas y Chikokos eligieron un camino distinto, ambas son marcas que aspiraron y obtuvieron un
reconocimiento por su calidad y diseño. El precio es más alto, pero el cliente está pagando moda. Estas
marcas como otras similares en Gamarra buscan con el auspicio de programas de televisión y radio
generar un efecto de masificación y lo logran.El Emporio de la ModaGamarra debe estar cerca de
convertirse en un emporio real de la moda. Bastaría con que diez de los estupendos nuevos jóvenes
diseñadores peruanos tomen parte de un piso en una galería y empiecen. Cualquier galería, cualquier
piso, pero todos juntos. Esa es una decisión de marketing que puede partir de un dueño de galería, de un
promotor o de un diseñador de modas que anime a otros pares. La presencia de estos diseñadores
agrupados revolucionaría la zona. Quizás puedan usar el mismo concepto de los pioneros: entren,
prueben, cuando el negocio empiece a marchar pagan. El resto es historia conocida, por los factores de
competencia e imitación en poco tiempo la propuesta de diseño en Gamarra daría un salto cualitativo.
El Centro Comercial del Perú.
Gamarra debe estar cerca de convertirse en un estupendo centro comercial atractivo para todos. Bastaría
con que se geste algún tipo de administración centralizada y que los gobiernos municipales de La Victoria
y Lima Metropolitana resuelvan sus problemas urbanos concretos. Se requiere un poco de marketing
gremial o político y políticos que recojan el clamor popular. El capital necesario es nada para el beneficio
resultante, debería ser un asunto fácil. Con presupuesto y autoridad, una gerencia profesionalizada podría
permitirle a Gamarra un gran salto.
La consolidación de nuevos empresarios peruanos.
La gerencia, las ventas, la producción en Gamarra ha sido llevada durante años por empresarios,
vendedores y operarios nacidos de la experiencia práctica. La oportunidad del TLC puede ser el gancho
para que utilicen los institutos de capacitación, consultores empresariales, agencias de publicidad y
6. general Benavides, entre 1933 y 1939.En esta década, se construyeron mas de 4 mil unidades de
vivienda para los obreros, como parte del plan por neutralizar la violencia social. Aunque este ambicioso
programa promovido por el estado en favor de los obreros, especialmente en materia de vivienda, queda
cancelado en 1939 con la llegada al poder de Manuel Prado, quien deja la iniciativa privada la
construcción de viviendas y barrios para los sectores más pobres de Lima. Pero ya el destino de La
Victoria como barrio popular estaba trazado. Son claros ejemplos el barrio obrero (García Naranjo),
Matute y El Porvenir. En el plano textil y comercial continuaba el afincamiento de nuevas empresas: En
1941, Alfredo Ferrand funda en La Victoria la empresa La Parcela, donde se empezaron a fabricar
productos de algodón y sintéticos. La Parada: En 1945, se construye el Mercado Mayorista y Minorista de
Lima en los terrenos cedidos por la familia Canepa, haciendo que se concentre en La Victoria un
movimiento comercial sin precedentes. Todo mercado implica movimiento y el movimiento necesita de
empresas vinculadas al transporte tanto de pasajeros como de mercadería y pan llevar. Los paraderos y
corralones estaban en 28 de Julio, Aviación y Gamarra. Comerciantes y visitantes provincianos
caminaban por la zona, por lo que popularmente se le denomina La Parada. El poblamiento del Cerro San
Cosme es consecuencia de este movimiento comercial que implicaba migración, iniciado en 1946,
símbolo de la barriada limeña.
El agricultor y comerciante provinciano dejaba su mercadería y
Que luego con dinero se convertía en un cliente en búsqueda de artículos complementarios, como
artefactos, muebles, artículos ferreteros, ropa, etc. Es así como la Parada se llega a diversificar y así a
zonificar. La Zona Textil: Ya en 1950 existían establecimientos formales dedicados a la venta de telas en
los alrededores del Jirón Gamarra pertenecientes a familias de origen Árabe, como Emilio Fara Sedan. Se
instalan también Los Mufarech, asía también otros empresarios textiles como Eduardo Salem y Raúl
Abusabal. En el Jirón Antonio Bazo cuadra 7, Moisés Zilberman, de origen judio, funda la empresa
ZILTEX, fábrica de tapasoles, cortinas y confecciones con fibras sintéticas. Esto facilita la oferta y
transacción de productos textiles en la zona ya que se convirtieron en proveedores de almacenes,
comerciantes interprovinciales, asía como de ambulantes de productos textiles que se establecieron en la
zona de La Parada y especialmente para la zona del cruce de Aviación con Unanue, como un brazo que
llegaría a Gamarra en pocos años, para establecerse definitivamente. Gamarra hasta el momento, era
una zona no comercial pero de transito entre las fábricas textiles proveedoras y el mercado de La Parada;
curiosamente era ya el centro de masa de un insospechado movimiento textil que recién arrancará de
manera notoria una década después. En 1955, la Municipalidad entrega a los ambulantes la berma
central de la Avenida Aviación. El desarrollo del comercio creció tanto que incluso motiva que la zona
tuviera tiendas de departamentos como Monterrey, etc. y en años posteriores Lau Chun. El Jirón
Gamarra: A finales de los 50, el Jirón Gamarra paralela al oeste de la Av. Aviación, era de zonificación
residencial, proyectada a casas y pequeños edificios multifamiliares, como las que hasta hoy podemos
encontrar en calles aledañas y donde era posible solo instalar un negocio con puerta a la calle. Es en
7. Esta época donde aparecen ya algunos de los conocidos personajes que son considerados en la Historia
de Gamarra. Somos consientes que Esto fue un proceso donde participaron muchos personajes, incluso
precursores anónimos, que propusieron, impulsaron e impusieron el comercio textil en la zona, pero
lamentablemente no trascendieron en el tiempo. Iniciamos Esta recopilación de Historias con una breve
declaración de un fundador: AÅ“ Hace mas de 50 años, provincianos como yo llegamos a Lima en busca
de un futuro promisorio y salimos adelante con la guía de Dios, con nuestro propio sacrificio, pero sin el
apoyo de ninguna autoridad, subraya Vicente Díaz
Quien en efecto, en 1956 puso su primer negocio de confecciones en la cuadra siete del Jr. Gamarra,
bautizado como Tienda Gamarra 716Â. Historias similares a Esta la tuvieron muchos precursores a inicios
y a lo largo de toda la década de los 60 donde existían ya muchos negocios textiles de producción y
comercio, pertenecientes a los Árabes, judíos ya mencionados, asía como italianos, chinos, etc.; es decir
TODAS LAS SANGRES, pero era necesaria una consolidación, pues también habían muchos otros
negocios o giros que pudieron imponerse también en Gamarra, como terminales terrestres, continuación
del mercado de abastos, incluso bares y locales de dudosa reputación, etc. Gamarra inicia el
conglomerado de pequeños núcleos de producción: En los años 60s la proliferación de talleres de
confección y negocios textiles se hace ya notoria en Gamarra, estando limitados por la zonificación que
no permitía el crecimiento y dejaba en la ilegalidad a los núcleos productivos instalados y negocios sin
puerta a la calle. Los 2 principales motivos del rápido crecimiento y rentabilidad fueron: - Los servicios
tercerizados, fabricantes basados en el núcleo familiar y la informalidad, abarataban costos de
producción. - El mercado provinciano y clase trabajadora era un mercado desatendido para la moda, lo
que generaba una gran oportunidad y Gamarra la tomaba este segmento no era muy exigente en cuanto
a calidad ni diseño, se trataba de bajo precio y funcionalidad lo que dio esa flexibilidad para el
aprendizaje en campo del nuevo confeccionista provinciano y su proliferación en la zona. Era de Las
Galerías: Es en 1972, donde Gamarra ingresa a la era de las galerías, producto de una resolucion de
alcaldía, que permitía el cambio de zonificación, solucionando un problema de años que limitaba el
crecimiento. Para este año existían ya numerosos empresarios textiles consolidados, del perfil migrante-provinciano,
con la capacidad de inversión y gestión, quienes con mucha visión ingresaron al segmento
inmobiliario.