SlideShare ist ein Scribd-Unternehmen logo
1 von 17
Torres, Tornay-Mejías y Gómez-Milán
Procesos Psicológicos Básicos
Ed: Mc Graw Hill
España, 1999
Capítulo 5 “la Memoria de Trabajo”
Págs. 73-99



La memoria de trabajo



INTRODUCCIÓN: LAS MEMORIAS HUMANAS

Comenzamos con este capítulo nuestro recorrido por las funciones de memoria del sistema
humano de Procesamiento de la Información. La memoria humana se divide en tres grandes
tipos, caracterizados por la duración de la información que se representa en ellos y por su
capacidad (Atkinson y Shiffrin, 1968):
a) Memorias Sensoriales: las memorias sensoriales son responsables de mantener durante
períodos muy breves la información que alcanzan nuestros sentidos. Las más estudiadas han
sido la memoria icónica, que prolonga la duración de las imágenes que alcanzan la retina, y la
memoria ecoica, que afecta de forma similar a los sonidos. Por ejemplo, la memoria icónica
incrementa la duración de las impresiones visuales en algo más de un cuarto de segundo. Es
decir, una imagen que se presente durante 1 segundo dura en realidad, desde el punto de vista
de aquél que la ve, algo más de 1 segundo y cuarto. Al alargar la duración de cada imagen, la
memoria icónica es responsable, entre otras cosas, de que percibamos movimientos continuos
en las imágenes del cine, en lugar de una sucesión de fotografías estáticas.
La función general de las memorias sensoriales es la de dar al cerebro un poco más de tiempo
para realizar el análisis del estímulo. La capacidad de las memorias sensoriales es ilimitada, en
el sentido de que todo aquello que alcanza los receptores se mantiene allí brevemente.
b) Memoria de Trabajo (MT): la MT es el conjunto de símbolos activos en un momento
determinado a los que estamos prestando atención y que, por tanto, podemos manipular bajo
control voluntario. Interviene cuando, por ejemplo, una persona consulta un número de teléfono
en la guía y mantiene en su mente los dígitos que lo componen repasándolos continuamente
hasta que realiza la llamada; o cuando sumamos, sin ayuda de papel y lápiz, los precios de los
artículos que hemos comprado en la tienda; o cuando un diseñador se sienta en una habitación
y forma una imagen mental de cómo quedaría si la pintase de rojo y tapizara los muebles de
verde; y finalmente, cuando recordamos la cara de un amigo que está lejos e imaginamos
cómo le habrá crecido el pelo y la barba. Todas estas operaciones se realizan en la memoria
de trabajo.
La MT se caracteriza porque los símbolos con los que se está trabajando se mantienen en ella
mientras que les prestamos atención y los estamos usando. Tan pronto nos dedicamos a otra
cosa, decaen rápidamente. Es común la experiencia de que alguien nos hable justo cuando
acabamos de cerrar la guía de teléfonos y nos dirigimos a marcar el número. Tras responder a
nuestro interlocutor, nos encontramos con que no podemos recordar cuál era el número que
queríamos marcar.
La MT se caracteriza también por su capacidad limitada. Como veremos a lo largo de este
tema, difícilmente podemos trabajar mentalmente con más de 6 o 7 elementos independientes
(sean números, nombres, imágenes, etc.) a la vez.
c) Memoria a Largo Plazo (MLP): la MLP es el conjunto de conocimientos de los que
disponemos de forma relativamente permanente. Consta de una gran variedad de
conocimientos diferentes. Por ejemplo, incluye conocimientos marcados con fecha y lugar
(conocimiento episódico), como el recuerdo de la última fiesta de cumpleaños o del día que
conocí a mi mejor amigo. Incluye también conocimientos generales de los que no sabemos
cómo ni dónde los aprendimos (conocimiento semántico), pues posiblemente los hemos
aprendido muchas veces y de muchas maneras, como, por ejemplo, lo que significa la palabra



Página 1 de 17
«perro», que las cosas de cristal se rompen si se las deja caer, o el aspecto que tienen los
coches de carreras. Finalmente, tenemos también conocimientos acerca de cómo se hacen
algunas cosas, que son difícilmente expresables en palabras y se adquieren y perfeccionan
mediante la práctica (conocimiento procedimental), por ejemplo, cómo se monta en bicicleta,
cómo se nada, cómo se utiliza el bisturí o cómo se escribe a máquina sin mirar el teclado.
La MLP se considera de capacidad ilimitada, pues nadie ha sido capaz todavía de medir la
máxima cantidad de información que los seres humanos son capaces de aprender.
Sabemos que tenemos todos esos conocimientos en la MLP porque cuando los necesitamos
los podemos recuperar y utilizarlos. En esos momentos, esos símbolos pasan a estar activos
bajo control atencional (en otras palabras, disponibles en la MT) y podemos utilizarlos para
razonar, reflexionar y, en general, combinarlos y manipularlos a voluntad.
En éste y los siguientes capítulos abordaremos la descripción de los sistemas de la memoria
humana. Desgraciadamente, debido a razones de espacio, las memorias sensoriales no son
tratadas en este libro. El presente capítulo trata los fenómenos relacionados con la MT,
mientras que los cuatro siguientes capítulos se dedican a la MLP. El Capítulo 6 (Memoria a
largo plazo) revisa los procesos que introducen nueva información en la MLP y los procesos
que localizan y recuperan información ya existente en ella. El Capítulo 7 (La organización del
conocimiento) describe cómo está organizado el conocimiento semántico y el Capítulo 8
(Control y aprendizaje motor) presenta brevemente las ideas básicas del control del movimiento
y el modo como adquirimos habilidades perceptivo-motoras. Finalmente, el Capítulo 9
(Aprendizaje asociativo) estudia los procesos por los que llegamos a descubrir relaciones
causales entre eventos que suceden en el ambiente, o entre acciones y sus consecuencias.



EL ESPACIO DE TRABAJO MENTAL

Un modo intuitivo de introducir la MT es caracterizarla como ese «espacio» donde se
manipulan a voluntad los símbolos que pueblan la mente. Es ese «lugar» donde se realizan las
operaciones aritméticas, donde se mantiene lo que se ha leído en oraciones anteriores para
poder entender las oraciones actuales, donde se manipulan imágenes visuales, donde se
generan planes de acción y se comparan las estrategias a utilizar para enfrentar una
determinada tarea, problema o situación1.
La información sobre la que se trabaja en la MT proviene unas veces de la experiencia
perceptual de ese momento, mientras que otras es extraída de los contenidos de .la MLP. Por
ejemplo, cuando repasamos mentalmente los dígitos de un número de teléfono que acabamos
de consultar en la guía, estos números los acabamos de leer en una fuente externa a nosotros.
Pero cuando creamos una lista mental de los amigos que vamos a invitar a la boda, estamos
extrayendo sus nombres de la MLP. En los dos casos, esos símbolos pasan a estar disponibles
para su manipulación bajo control voluntario en la mente, lo que, por definición, los convierte en
«contenidos» de la MT.
La información de la MT puede ser de dos grandes tipos: palabras, o material verbal en
general, e imágenes. En el ejemplo del número de teléfono, normalmente las personas
manipulan mentalmente palabras que valen por números (p. ej., la palabra «nueve» por el «9»).
Pero también uno puede decidir crear una imagen mental del número de teléfono completo, es
decir, mantenerlo en la mente de manera similar a como si lo estuviera viendo. Los dos
grandes tipos de información en MT (visual y verbal) pueden provenir tanto de fuentes externas
como internas. El diseñador que observa una habitación y cambia mentalmente el color de la
pared parte de una imagen que acaba de incidir en sus sentidos, para luego manipularla en su

     1
        La mayor parte de la investigación acerca de la MT ha adoptado esta analogía con un almacén o
         11


lugar; donde se introducen una serie de elementos con los que se trabaja y a los que se puede manipular a
voluntad. La analogía del almacén permite una primera y clara aproximación a la MT y, por tanto, la utili-
zaremos aquí como punto de partida. Sin embargo, el lector debe ser consciente de que la MT no es un
almacén o lugar dotado de existencia independiente en la mente. Esto constituye sólo una analogía útil. A
lo largo del Capítulo se irá presentando una visión más correcta de la MT como el conjunto de aquellas
representaciones mentales que están siendo utilizadas por procesos que están bajo control voluntario de la
persona.



Página 2 de 17
MT. La persona que se imagina qué aspecto tendrá un pariente lejano con el pelo largo parte
de una imagen que crea a partir de sus recuerdos almacenados en la MLP.
La investigación psicológica sobre la MT ha confiado fundamentalmente en tareas de recuerdo
inmediato. En estas tareas se presenta una lista de elementos, sean éstos palabras, letras,
dígitos o elementos de cualquier otro tipo, y se pide al sujeto que los repita en el mismo orden
tan pronto como el experimentador acaba de pronunciar el último elemento de la lista2. Se
supone que la persona mantiene brevemente esos elementos en su MT para poder
reproducirlos inmediatamente. Un primer fruto del estudio de este tipo de tareas fue la
demostración de que la MT tiene una capacidad limitada: sólo podemos mantener activos y
trabajar mentalmente con un número de alrededor de 7 elementos independientes a la vez
(Miller, 1956).
La capacidad limitada de la MT se pone de manifiesto claramente mediante el uso de tareas de
amplitud de memoria, un tipo de tarea de recuerdo inmediato. Las tareas de amplitud de
memoria son aquéllas en las que se evalúa el efecto del número de elementos de que consta la
lista sobre la precisión del recuerdo inmediato. Normalmente se comienza por listas cortas (3 o
4 elementos) y se va incrementando la longitud de la serie hasta alcanzar el máximo que la
persona es capaz de repetir correctamente. Muchos estudios han demostrado que la amplitud
de memoria de las personas se sitúa en torno a 7 elementos, sean éstos palabras, dígitos, etc.
Durante mucho tiempo, las teorías de la MT asumieron que el espacio mental donde se
guardan los elementos en tareas de memoria inmediata es también el lugar donde se
almacenan y manipulan símbolos cuando realizamos tareas de razonamiento, comprensión de
oraciones, operaciones aritméticas y otras. Es decir, se adoptó una visión de la MT como un
almacén único, de capacidad limitada, que interviene en todas esas operaciones mentales
donde se manipulan símbolos bajo control voluntario. Estudios posteriores demostraron que
esta visión tradicional es errónea en dos aspectos fundamentales: en primer lugar, la MT no es
una entidad única, sino que consiste de menos tres subsistemas diferentes que están
organizados jerárquicamente. En segundo lugar, la concepción de la MT como un almacén o
lugar mental donde se depositan los símbolos con los que se está trabajando es equívoca. La
MT debe entenderse más bien como el conjunto de símbolos que, en un momento dado, se
encuentran activos y están siendo utilizados voluntariamente sin que eso implique que esos
símbolos son “movidos” o “depositados” en un lugar especial para su uso. La concepción actual
es más bien de tipo funcional en lugar de espacial.
El resto del capítulo se dedica a describir esta forma de entender la MT y la principal evidencia
empírica que la apoya. Presentaremos primero la organización de la MT propuesta por
Baddeley (Baddeley y Hitch, 1974; Baddeley, 1986, 1990) y luego pasaremos a examinar
algunos estudios empíricos que ayudan a caracterizar los diferentes subsistemas de la MT y
las funciones que éstos cumplen.


LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA MT

En este apartado vamos a presentar la teoría de la MT desarrollada por Alan Baddeley y
colaboradores (Baddeley y Hitch, 1974), que constituye probablemente la teoría más articulada
de la manipulación de símbolos mentales bajo control voluntario de con las que contamos
actualmente.
El modelo de Baddeley propone que la MT está formada por al menos tres subsistemas
organizados de forma jerárquica entre sí y que funcionan en estrecha colaboración. Estos tres
subsistemas son los siguientes:



El ejecutivo central
     2
       Las tareas de recuerdo inmediato se contraponen con las de recuerdo demorado, donde el sujeto
debe repetir los elementos de la serie tras un período de demora que puede ir desde unos minutos a días o
meses. Es importante que durante ese período, la atención se haya puesto en otras cosas. Las tareas de
recuerdo inmediato se utilizan sobre todo en la investigación sobre MT mientras que las de recuerdo
demorado se utilizan fundamentalmente en el estudio de la MLP.



Página 3 de 17
Hemos definido la MT como el conjunto de símbolos que, en un momento determinado, están
siendo manipulados en la mente bajo control voluntario de la persona. En , concordancia con
esta idea, Baddeley propone la existencia de un sistema central, llamado el Ejecutivo Central,
que trabaja controlando dos sistemas «esclavos» o subordinados que ejecutan las funciones
de mantenimiento de la información.
El Ejecutivo Central es el sistema de control voluntario y toma de decisiones. Es capaz de
cotejar y valorar alternativas y optar por la más adecuada. Sus decisiones afectan a los cursos
de acción que seguimos, tanto a nivel mental como conductual. Por ejemplo, a nivel de
conducta manifiesta, el Ejecutivo Central decide qué camino seguir para llegar a casa evitando
el atasco de tráfico. A nivel de estrategia mental, veíamos antes que un número de teléfono
puede mantenerse en la MT mediante el repaso de las palabras que valen por cada número o
mediante la imaginación del número entero tal y como lo veríamos escrito. El Ejecutivo Central
es quien decide cuál de estas dos opciones se elige.
En general, el Ejecutivo Central es un sistema de naturaleza atencional que ejerce el control
voluntario y la toma de decisiones, y está estrechamente relacionado con la experiencia
consciente (véase el Capítulo 10). Los símbolos que se manipulan bajo control voluntario se
mantienen activos mediante sus dos principales sistemas esclavos: el Lazo Articulatorio y la
Agenda Visoespacial.


El Lazo Articulatorio

El Lazo Articulatorio es el sistema del lenguaje utilizado para mantener activos bajo control
atencional una serie de símbolos de naturaleza verbal mediante un proceso de repaso
continuo.
Imaginemos que el Ejecutivo Central decide mantener un número de teléfono en la MT
mediante el uso del Lazo Articulatorio. Decir esto corresponde a decir que los caracteres
escritos de los dígitos se convierten en palabras y que la persona decide pronunciarlas, interna
o externamente, repasándolas una y otra vez hasta que puede marcarlas en el aparato de
teléfono. Es decir, la información que quiere mantenerse en la MT (en este caso, dígitos
escritos en el papel) debe ser transformada a un código verbal que puede ser pronunciado y,
así, ser mantenido en la MT mediante el repaso subvocal o externo.
En la gran mayoría de las tareas de recuerdo inmediato de material verbal, la persona no
produce ningún habla externa. ¿Es el proceso de repaso mental, interno, algo de naturaleza
diferente al repaso que se hace en voz alta? Como veremos más adelante, parece ser que no.
El repaso interno y el repaso en voz alta no se diferencian en ningún aspecto fundamental.
Esto es, el repaso mental del material verbal que hacemos cuando mantenemos información en
el Lazo Articulatorio no es otra cosa que habla interna, es decir, habla no acompañada de
articulación vocal.
Resumiendo, utilizar el Lazo Articulatorio para mantener información en la MT no es otra cosa
que convertir esa información en otra de naturaleza verbal (que pueda ser pronunciada) y
mantenerla activa mediante su pronunciación repetida, es decir, su repaso. Este repaso puede
ser manifiesto o encubierto.


La Agenda Visoespacial

La Agenda Visoespacial es el sistema de la percepción visual, utilizado para mantener y
manipular información de naturaleza visoespacial bajo control atencional. Al igual que el Lazo
Articulatorio, la Agenda Visoespacial es la utilización de un sistema mental con sus propias
funciones y objetivos para el mantenimiento y manipulación activa de información. En este
caso, se trata del sistema de la percepción visual y la información que se mantiene y manipula
en la MT mediante este sistema es, lógicamente, de imágenes. Es importante señalar, sin
embargo, que las imágenes nos dan dos tipos de información. En primer lugar, la información
visual sobre la apariencia de caras, objetos, colores, etc. En segundo lugar, la información




Página 4 de 17
espacial sobre la localización relativa de las partes de la imagen (p. ej., de los ojos, nariz y
boca en una cara, de los muebles en una habitación o de las piezas en una partida de ajedrez).
Almacenar algo en la agenda visoespacial es, por tanto, convertir esa información a un formato
visoespacial y mantenerla en el «ojo de la mente». Por seguir con el ejemplo anterior del
recuerdo inmediato de un número de teléfono, el Ejecutivo Central puede decidir mantener la
información escrita en la misma forma visual en la que ésta se percibe en las páginas de la
guía de teléfonos. De esta manera, a la hora de marcar el número de teléfono sólo tendremos
que «leerlo» desde la imagen mental.
A diferencia del Lazo Articulatorio, la Agenda Visoespacial no requiere el repaso ordenado de
las imágenes. Las imágenes individuales pueden ser combinadas en imágenes más complejas
y recordarse como un todo. Aún así, hay límites al número de elementos independientes de
que puede constar la imagen. Por ejemplo, si queremos visualizar una foto de familia con
muchas personas, es posible que no podamos distinguir detalles como la expresión facial de
cada uno. Si intentamos ver las caras de las personas con detalle, entonces es posible que
sólo podamos visualizar una o dos caras con claridad.
Como veíamos más arriba, los materiales que se mantienen en la MT pueden provenir tanto de
fuentes externas al individuo como de fuentes internas, en concreto de los conocimientos
almacenados en la MLP. Esto es cierto tanto para material verbal en el Lazo Articulatorio como
para material visoespacial en la Agenda. Sin embargo, la diferencia en el origen de la
información en el caso de la Agenda Visoespacial va acompañada de una gran diferencia en la
experiencia subjetiva. Cuando las imágenes provienen de una fuente de estimulación externa,
las vemos, son parte de la percepción del entorno visual. En cambio, cuando se generan a
partir de una fuente interna, las imaginamos. Estas imágenes se experimentan como
desligadas de la realidad, porque podemos visualizar cosas que sabemos que no existen en el
mundo (p. ej., un elefante a rayas rojas y blancas). A pesar de esta diferencia subjetiva,
presentaremos más adelante evidencia que hace pensar que las imágenes que creamos
mediante la imaginación funcionan igual en aspectos importantes (p. ej., las exploramos de
manera similar) que las imágenes que percibimos a través de los ojos. Esto apoya que ambas
funciones (percepción e imaginación) son soportadas por un mismo sistema mental.


Otros posibles subsistemas de la MT

Como se habrá hecho patente en los dos apartados anteriores, la MT está constituida
básicamente por el mecanismo central de control atencional llamado Ejecutivo Central y las
posibilidades que aportan otros sistemas mentales para mantener activa y manipular
voluntariamente información del tipo que ellos están diseñados para procesar. Así, el sistema
del lenguaje aporta la posibilidad de mantener activa información de tipo verbal y el sistema de
la percepción visual hace lo mismo para información de tipo visoespacial. Se puede, por tanto,
considerar si no habrá otros sistemas de la mente que también aporten estas capacidades de
mantenimiento de información por períodos breves de tiempo.
Es muy posible que los sistemas perceptuales de otras modalidades distintas a la visual y la
auditiva tengan alguna capacidad de este tipo, pero ésta debe depender mucho de la
funcionalidad que esos otros tipos de representaciones tengan para los seres humanos. Por
ejemplo, la cantidad de olores diferentes para los que tenemos una representación interna es
muy pequeña comparada con la cantidad de palabras o formas visuales que podemos
reconocer y rememorar. Asimismo, las representaciones mentales de tactos diferentes deben
ser también limitadas.
Sin embargo, estas otras modalidades pueden desarrollarse mediante entrenamiento. Por
ejemplo, la mente de un perfumista contiene una gran amplitud y diversidad de símbolos para
olores. Estos símbolos pueden entonces ser manipulados bajo control voluntario en su MT
(llamémosle su «Agenda Odorífera») para valorar, por ejemplo, el resultado de combinaciones
novedosas de aromas. La novela El perfume, de Patrick Süskind, relata la sorprendente historia
de un individuo dotado hasta un grado increíble con estas capacidades de representación y
manipulación mental de olores.
Otro ejemplo lo constituyen los músicos. La variedad de representaciones mentales para
sonidos de las personas no entrenadas en música es relativamente limitada (si exceptuamos



Página 5 de 17
los sonidos de las palabras). La mente de un músico, en contraste, está dotada de símbolos
que valen por gran variedad de sonidos y combinaciones de sonidos, lo que le permite
reconocerlos y manipularlos internamente, combinándolos de formas nuevas para crear piezas
musicales. El caso de Beethoven, quien compuso muchas de sus obras cuando era ya
completamente sordo, ejemplifica claramente el poder que los símbolos mentales y su
manipulación bajo control voluntario en la MT confiere a la mente humana.
En los apartados que siguen revisaremos algunas de las principales líneas de investigación
sobre las distintas partes de la MT que han permitido extraer las conclusiones presentadas en
este apartado, así como otros estudios que han explorado su utilidad para tareas variadas tanto
a nivel evolutivo como en la vida cotidiana.


EVIDENCIA EXPERIMENTAL SOBRE EL LAZO ARTICULATORIO

Son muchos los aspectos del funcionamiento del Lazo Articulatorio que han sido explorados
por los psicólogos de la memoria. Aquí nos vamos a centrar fundamentalmente en dos: qué
tipo de representaciones se utilizan (es decir, qué tipo de símbolos son los que se manipulan
cuando se mantiene información en tareas verbales de memoria inmediata) y cuál es la
cantidad máxima de información que puede ser mantenida mediante el Lazo Articulatorio.
Estos dos aspectos nos permiten entender mejor de qué modo se usa un proceso de repaso
verbal para mantener viva la información por cortos períodos de tiempo.
Las fuentes de evidencia empírica a las que vamos a acudir son tres: el efecto de similaridad
fonológica, el efecto de longitud de la palabra y la influencia de la supresión articulatoria
durante las tareas de recuerdo inmediato.

El efecto de similaridad fonológica

El efecto de similaridad fonológica es importante porque nos da información acerca del tipo de
representaciones verbales que son utilizadas cuando la información se mantiene mediante el
Lazo Articulatorio. Las palabras no se representan de una única manera en la mente, sino que
hay (entre otros) dos grandes modos de representarlas: en términos de su sonido
(representación fonológica) y en términos de su significado (representación semántica). Para
caracterizar el formato en que la información verbal se representa cuando la repasamos en el
Lazo Articulatorio hay que buscar pruebas del uso de uno u otro tipo de símbolos (fonológicos
versus semánticos) en la conducta manifiesta de las personas.
¿Cómo ligar el formato de los símbolos a la conducta manifiesta? Un modo de razonar es el
siguiente: a la hora de recuperar un símbolo de la MT será más posible equivocarse y decir otro
de la serie si los dos se parecen. Como en las tareas de recuerdo inmediato se debe respetar
el orden de presentación de las palabras, el parecido entre palabras conllevará errores.
Podemos ahora valorar si se trata del parecido fonológico (de sonido) o semántico (de
significado) el que produce una mayor tendencia a equivocarse en tareas de recuerdo
inmediato.
Baddeley (1966) contrastó estas predicciones, estudiando el recuerdo inmediato de listas de
palabras con parecido fonológico y con parecido semántico. Cada tipo de lista se comparó con
una condición de control en que las palabras no se parecían ni fonológica ni semánticamente,
pero eran de la misma frecuencia de uso, categoría sintáctica, etc.3 Las siguientes listas son
ejemplos adaptados al español:
a) Lista con similaridad fonológica: masa, pasa, misa, musa, mesa.
         Lista de control: puma, beca, barra, dedo, cena.
b) Lista con similaridad semántica: largo, espigado, amplio, extenso, grande.
         Lista de control: sucio, fuerte, caliente, viejo, profundo.
Baddeley (1966) presentó un cierto número de listas de 5 palabras de cada uno de los cuatro
tipos anteriores y midió el porcentaje de listas recordadas correctamente. Los resultados se
presentan en la Figura 5.1. Como se puede observar, las listas con similaridad fonológica se
3
 Estos son otros factores que pueden afectar el grado de recuerdo inmediato y, por tanto, deben ser
controlados para aislar el efecto del tipo de parecido.



Página 6 de 17
recuerdan peor que sus listas de control, mientras que las listas con similaridad semántica se
comportan igual que sus listas de control.
El efecto de similaridad fonológica es el hecho empírico de que, en tareas de recuerdo
inmediato, listas de palabras que suenan de forma parecida se reproducen con más errores
que listas de palabras que no suenan de forma parecida.
La interpretación teórica del efecto de similaridad fonológica, junto con la ausencia de un efecto
de similaridad semántica en tareas de recuerdo inmediato, sigue las líneas esbozadas más
arriba: la información que se mantiene viva en estas tareas mediante el uso del Lazo
Articulatorio es de tipo fonológico. Es decir, los elementos de las listas se convierten a un tipo
de símbolos que representan el sonido o la pronunciación de esos elementos y se mantienen
en este formato en el Lazo Articulatorio.


El efecto de longitud de la palabraEste segundo efecto empírico es de gran importancia
porque nos informa acerca de dos aspectos diferentes pero relacionados: primero, cómo se
mantiene la información en el Lazo Articulatorio y, segundo, cómo se debe entender y medir su
limitación de capacidad.
Tradicionalmente, desde el comienzo de la utilización de tareas de amplitud de memoria, se
conceptualizó que la capacidad de la MT estaba en tomo a 7 elementos independientes (Miller,
1956). Es decir, la medida de la capacidad de la MT venía dada en número total de elementos
independientes que podían ser repetidos correctamente. Un elemento podía ser una palabra
corta (p. ej., la palabra dos) o larga (estetoscopio) o incluso tener más de una palabra (p. ej., en
la serie blanca, paloma, luna, llena, las personas la recordarían como sólo dos elementos
independientes «blanca paloma» y «luna llena»).
En contraste, la teoría de Baddeley asume un proceso de repaso que es similar al habla
externa o manifiesta. Si el proceso de repaso en tareas de recuerdo inmediato es
nada más que habla interna, es de esperar que la duración de la pronunciación de la serie
afecte a la cantidad de material que se puede repasar y, por tanto, a la capacidad total de
recuerdo. Las teorías anteriores dejaban de lado este factor por completo.
Baddeley, Thomson y Buchanan (1975) sometieron a comprobación experimental su predicción
de que la duración de la pronunciación de la serie debiera limitar el número máximo de
palabras que se pueden recordar en tareas de recuerdo inmediato. Generaron listas de 5
palabras, que variaban en el número de sílabas que componían cada palabra, desde 1
(monosílabos) hasta 5 sílabas. De nuevo, presentamos ejemplos adaptados a nuestro idioma:
a) Una sílaba: pan, pie, luz, sol, pez.
b) Dos sílabas: casa, tabla, pesa, búho, agua.
c) Tres sílabas: cuchillo, madera, oriente, oveja, harina.
d) Cuatro sílabas: caballero, dominico, equitación, hechicero, sordomudo.
e) Cinco sílabas: dosificación, estetoscopio, experimentar, latifundista, telespectador.


Estos autores valoraron la influencia del número de sílabas de las palabras de cada lista sobre
dos medidas diferentes: a) el porcentaje de palabras recordadas correctamente en una tarea
de recuerdo inmediato y b) el número de palabras leídas por segundo en una tarea de lectura
en voz alta. Los resultados se presentan en la Figura 5.2.
Varios aspectos de estos resultados son importantes: 1) listas de palabras con mayor número
de sílabas se leen más despacio (menos palabras por segundo); 2) a mayor número de
sílabas, peor es el grado de recuerdo inmediato; 3) el número de sílabas parece afectar de
igual manera la velocidad de lectura y la cantidad de recuerdo inmediato. El primer resultado
nos asegura que el número de sílabas es un factor que determina la velocidad de
pronunciación. El segundo y tercer resultados permiten afirmar que el proceso que media entre
la presentación de una lista de palabras y su recuerdo inmediato implica la pronunciación
subvocal de las palabras de esa lista.
El efecto de longitud de la palabra consiste, por tanto, en que listas de palabras cuya
pronunciación es más larga se recuerdan peor en tareas de recuerdo inmediato.




Página 7 de 17
Este resultado no puede ser explicado por las teorías tradicionales de la capacidad de. la MT,
pues todas las listas empleadas contenían el mismo número de elementos independientes
(cinco).
Los resultados de la Figura 5.2 permiten reformular la limitación de capacidad del Lazo
Articulatorio en términos de la duración de la pronunciación del material verbal. Todo aquello
que pueda ser repasado (pronunciado) en unos 2 segundos, se puede mantener activo en el
Lazo Articulatorio. Como se puede observar, las listas de palabras mono sílabas fueron
pronunciadas a una velocidad de 2-3 palabras por segundo, lo que significa que toda la lista
(formada de 5 palabras) se pronuncia en algo más de 2 segundos. Su nivel de recuerdo
inmediato es casi perfecto (90 por 100). Asimismo, las listas de palabras de 5 sílabas fueron
pronunciadas a 1- 3 palabras por segundo, es decir, la lista completa tarda casi 4 segundos
(3,84 segundos, para ser precisos). El porcentaje de palabras recordadas correctamente en
este tipo de listas ronda el 50 por 100, es decir, dos palabras y media, que son las que se
pueden pronunciar en unos 2 segundos.
La visión del proceso de repaso que surge de estos resultados es la de un proceso de
pronunciación subvocal de los elementos de la lista, que mantiene activa toda aquella
información que pueda pronunciarse en un intervalo de unos 2 segundos. El hecho de que
cuando la pronunciación tarda más se produzcan errores implica que la información fonológica
tiende a decaer por sí misma. Si se tarda más de 2 segundos en volver a pronunciarla
subvocalmente, se pierde por completo. Se puede hacer una analogía entre este proceso y una
persona que intenta mantener en el aire a la vez un cierto número de globos empujándolos
hacia arriba en orden con una sola mano. Tras empujar cada globo, éste empieza a decaer
lentamente, mientras la persona empuja el siguiente y el otro, y así en adelante. Si la serie no
es muy larga, la persona será capaz de volver al punto de partida y empujar de nuevo el primer
globo antes de que haya caído al suelo. Del mismo modo, la actividad de las palabras que
repasamos se incrementa al pronunciarlas y decae lentamente después. Si la serie no es muy
larga, se pueden mantener todas ellas activas a la vez. Si la serie sobrepasa un cierto tiempo
de pronunciación (2 segundos), la información habrá desaparecido por completo cuando el
proceso de repaso alcance ese punto de nuevo.
Curiosamente, la nueva definición de la capacidad del Lazo Articulatorio en términos de
duración de la pronunciación permitió comprender un fenómeno que venía sorprendiendo a los
psicólogos educativos ingleses. Se sabía que los niños del país de Gales, hablantes de welsh,
obtenían como promedio una amplitud de memoria menor que los niños ingleses en el
recuerdo inmediato de series de dígitos. Es decir, eran capaces de repetir menor número total
de dígitos en recuerdo inmediato. La interpretación que parecía necesaria es que los niños del
país de Gales tenían una MT verbal de menor capacidad que la de los niños ingleses. Sin
embargo, al definir la capacidad en términos de duración de la pronunciación, se comprobó que
la razón de esta diferencia estriba en que los números en welsh tienen pronunciaciones más
largas que los números en inglés (Ellis y Hennelly, 1980). La capacidad en términos de tiempo
de pronunciación se sitúa en torno a los 2 segundos, tanto para los niños del país de Gales
como para los ingleses y, en general, para una variedad de otros idiomas (Baddeley, 1990).


Los efectos de la supresión articulatoria

La supresión articulatoria es un procedimiento que consiste en pedir a las personas que
realizan una tarea de memoria inmediata que pronuncien algo irrelevante durante todo el
tiempo que dura la presentación y el recuerdo inmediato de la lista de palabras4. La supresión
articulatoria tiene el efecto de ocupar el sistema de articulación del lenguaje. Por tanto, si el
Lazo Articulatorio usa el sistema de articulación del lenguaje para mantener la información
verbal activa mediante su repaso subvocal, la capacidad de almacenamiento debe reducirse
mucho cuando estas tareas se realizan con supresión articulatoria.
Varios estudios confirman esta predicción y también otras más detalladas. Por ejemplo, la
supresión articulatoria elimina el efecto de longitud de la palabra, haciendo que los niveles de
recuerdo de listas de palabras de diferente número de sílabas sea igual de bajo. En general,
4
    Las respuestas se dan de forma manual, por ejemplo, escribiendo las palabras que se recuerdan.



Página 8 de 17
los estudios que valoran el efecto de la supresión articulatoria en tareas de recuerdo inmediato
apoyan la idea de que se trata del sistema de pronunciación del lenguaje el que se encarga de
ejecutar el proceso de repaso y así mantener viva la información fonológica en la MT. Sin
embargo, es importante subrayar que no todo el mantenimiento de la información fonológica se
debe exclusivamente al proceso de repaso, pues la supresión articulatoria no elimina por
completo la capacidad de mantener activa información verbal en tareas de recuerdo inmediato.
La información fonológica es, de algún modo, «refrescada» o renovada por el proceso de
repaso, lo cual permite evitar su decaimiento espontáneo. Sin proceso de repaso, la
información fonológica todavía puede ser mantenida activa. pero ahora por un intervalo
temporal muy limitado.



Resumen

El Lazo Articulatorio es, por tanto, el conjunto de símbolos de tipo verbal que están siendo
mantenidos activos y manipulados bajo control voluntario mediante el sistema del lenguaje en
un momento determinado. En tareas de recuerdo inmediato, esos símbolos verbales son de
naturaleza fonológica, es decir, representan el sonido de las palabras, y no su significado. La
información fonológica tiende a decaer espontáneamente, perdiéndose por completo después
de unos 2 segundos. Su mantenimiento durante períodos más largos requiere un proceso de
repaso que puede ser encubierto o manifiesto. Este proceso de repaso renueva la información
fono lógica, permitiendo mantenerla activa durante otros 2 segundos. Por tanto, todo el material
verbal que puede ser pronunciado en un intervalo de 2 segundos puede ser mantenido activo
simultáneamente, lo que define la capacidad del Lazo Articulatorio.
Una diferencia central entre el funcionamiento del sistema verbal y el visual, que se presenta
posteriormente, es la necesidad del repaso en el primero para mantener la información activa.
La necesidad del repaso proviene de la serialidad de la utilización de las representaciones del
lenguaje. El lenguaje auditivo-oral, empleado por la mayoría de las personas, se caracteriza por
utilizar un aparato particular para la comunicación: el tracto vocal. Este aparato no es capaz de
producir más de un fonema por vez, lo que ha hecho que el código del lenguaje esté
estructurado alrededor de esta característica. En el lenguaje combinamos fonemas en sílabas,
sílabas en palabras, palabras en oraciones. Siempre se mantiene la serialidad: un elemento
viene después del otro, no a la vez. A la hora de pronunciar palabras mentalmente, tampoco
podemos hacerlo más que en estricto orden, una a una. El sistema de la percepción visual no
tiene esta restricción, por lo que está dotado de mayor flexibilidad en sus posibilidades de
manipulación de imágenes, como veremos más adelante.


¿PARA QUÉ SE USA EL LAZO ARTICULATORIO?

Las funciones del Lazo Articulatorio son múltiples y el lector puede señalar muchas de ellas con
sólo reflexionar unos instantes. En general, se trata de todas aquellas operaciones mentales
que realizamos mediante la manipulación voluntaria de símbolos verbales. En este apartado
vamos a señalar sólo algunas que han recibido atención por parte de los psicólogos de la
memoria.


Realización de cálculos aritméticos en memoria

Intuitivamente sabemos que cuando realizamos cálculos aritméticos mentalmente, muchas
veces manipulamos los números verbalmente. Esto es, para realizar la suma 15 + 7 pensamos:
«Cinco más siete son doce, y me llevo uno. Uno y uno dos, total veintidós». Estas operaciones
se realizan, por definición, mediante el Lazo Articulatorio, pues implican la manipulación bajo
control voluntario de símbolos verbales que pronunciamos subvocalmente.
Existe cierta evidencia de que esta afirmación es cierta. Por ejemplo, las puntuaciones en tests
de inteligencia aritmética (que implican la realización de cálculos numéricos sin papel ni lápiz)



Página 9 de 17
son más altas en idiomas cuyos dígitos tardan menos en pronunciarse (Hoosain y Salili, 1988).
Si los dígitos tardan menos en pronunciarse, se pueden mantener más de ellos
simultáneamente activos mediante su repaso, lo cual produciría una mayor eficacia en la
realización de estos cálculos.


Adquisición de la lectura

La manipulación interna de información verbal representada fonológicamente es central en la
adquisición de la lectura. Una de las tareas más importantes y difíciles al aprender a leer es
cómo asignar una pronunciación al material escrito.
Los datos al respecto han correlacionado el grado de adquisición de la lectura y la amplitud de
memoria de material verbal. Los niños con problemas de adquisición de la lectura suelen tener
también una amplitud de memoria de trabajo reducida, lo que sugiere una posible relación
entre ambos fenómenos (Miles y Ellis, 1981).


Adquisición de vocabulario

Cuando se oye una palabra nueva por primera vez, la tarea de repetida es muy parecida a una
tarea de recuerdo inmediato de una lista de sílabas sin sentido. Por ejemplo, la palabra
«ochavado» es una secuencia de 5 sílabas que, al oírlas por primera vez, todavía no han sido
agrupadas en una sola unidad por virtud del significado del conjunto: «octogonal».
Es de esperar, por tanto, que el Lazo Articulatorio tenga que ver con el aprendizaje de las
secuencias de sonidos de nuevas palabras. Mientras los sonidos se mantienen activos
mediante su repaso, se aprenden sus connotaciones semánticas, en relación con los eventos
externos en que se oye esa palabra y con los significados de otras palabras ya conocidas
previamente.
Una situación en la que se puede observar este fenómeno es en el aprendizaje de los nombres
de personas que conocemos por primera vez, por ejemplo cuando nos presentan a alguien. Si
repasamos un par de veces su nombre mientras se cruzan las primeras palabras de la
conversación, es muy posible que lo recordemos luego. En cambio, si no lo hacemos y nos
centramos en la conversación, descubriremos muy posiblemente que el nombre ha
desaparecido de la memoria cuando luego necesitemos usarlo.


EVIDENCIA EXPERIMENTAL SOBRE LA AGENDA VISOESPACIAL

Definimos la Agenda Visoespacial como el conjunto de símbolos de tipo visoespacial (o
imágenes) que se están utilizando bajo control voluntario en un momento determinado. Estos
símbolos son procesados en el mismo sistema mental que se encarga de generar la
percepción visual del mundo externo.
Al igual que al tratar del Lazo Articulatorio en secciones previas, la selección de estudios
acerca de las características de la Agenda Visoespacial que vamos a presentar aquí tiene que
ser necesariamente limitada. Nos centraremos en tres líneas de investigación que aportan
información acerca de varios aspectos centrales de la Agenda Visoespacial: primero, que el
modo en que usamos las imágenes creadas en la imaginación es similar al modo en que
usamos las que provienen del mundo externo, lo cual fundamenta la creencia de que ambos
tipos de imágenes son en realidad el mismo tipo de símbolo mental, con la única diferencia del
origen interno o externo de la fuente de estimulación; y segundo, de qué tipo o tipos es la
información contenida en las imágenes.

Rotación mental de imágenes

Un primer problema al que se enfrentan los estudios sobre la imaginación estriba en cómo
encontrar índices en la conducta manifiesta de las personas que nos permitan inferir qué está
sucediendo en la mente cuando ésta se implica en una tarea que requiere la imaginación. Los



Página 10 de 17
psicólogos han encontrado métodos ingeniosos que permiten ligar la imaginación a ciertas
características de la conducta manifiesta.
Uno de los índices más empleados es el tiempo que se tarda en manipular las imágenes de
una cierta manera, por ejemplo, rotarlas. Shepard y Metzler (1971) presentaron a sus sujetos
pares de estructuras tridimensionales hechas de cubos, como las que aparecen en la Figura
5.3, y les pidieron que decidieran si los dos objetos del par eran en realidad el mismo objeto o
no. Es fácil ver que los dos miembros del par A en la Figura 5.3 son en realidad el mismo
objeto, con una pequeña diferencia de rotación de unos pocos grados. El par e corresponde
también al mismo objeto, que ahora está rotado unos 1800 en profundidad. Finalmente, los
miembros del par B no corresponden al mismo objeto, pues no hay manera de rotarlos de
modo que tengan una apariencia visual idéntica. En la realización de esta tarea se supone que
los sujetos deben rotar mediante la imaginación uno de los miembros del par hasta comprobar
que concuerda con el otro.
Estos autores manipularon el número de grados de rotación que diferenciaban los miembros de
los pares correspondientes a un mismo objeto, desde 0 a 180 grados en intervalos de 200, y
midieron el tiempo que las personas invertían en decidir que se trataba del mismo objeto.
Los resultados para rotaciones en el plano vertical se presentan en la Figura 5.4. El tiempo que
se necesita para realizar la tarea crece de forma lineal con el número de grados que el dibujo
debe ser rotado. Es decir, cuanto más se debe rotar una de las imágenes, más tiempo se
invierte. Pero además, estos resultados ponen de manifiesto un aspecto sorprendente: la
rotación mental de imágenes parece efectuarse a velocidad constante.
Este y otros estudios similares abrieron la posibilidad de estudiar científicamente un proceso
mental que parecía extremadamente escurridizo, la imaginación, al demostrar que la conducta
manifiesta, públicamente observable, se comporta de un modo que parece reflejar fielmente los
procesos mentales que manipulan imágenes. Sin embargo, la tarea que se utiliza en este
estudio se realiza con los estímulos visuales presentes durante todo el tiempo. Se podría
argüir, por tanto, que lo que se está estudiando en realidad no son procesos de imaginación,
sino algún tipo de «razonamiento visual» sobre imágenes externas a la persona. En términos
de la distinción presentada en apartados previos entre imágenes que surgen de una fuente
externa frente a las que surgen de una fuente interna, este argumento afirma que el estudio
previo no tiene relevancia para la imaginación, pues utiliza imágenes originadas en el exterior
mientras que en la imaginación la fuente es interna. La siguiente línea de investigación permitió
demostrar que la presencia de las imágenes en el mundo externo no es necesaria para que se
encuentre este tipo de relación entre la manipulación de imágenes y la conducta manifiesta.

Exploración de imágenes mentales

Este conjunto de estudios han puesto de manifiesto que la exploración de imágenes generadas
internamente también consume tiempo. En concreto, pasar de atender o enfocar una parte de
la imagen a enfocar otra requiere un tiempo que depende de la distancia entre las dos
(Kosslyn, 1980).
El procedimiento típico consiste en presentar al sujeto una imagen, que luego se retira,
pidiéndole que la mantenga en su imaginación. Inmediatamente, se le hacen preguntas acerca
de distintas partes de la imagen, y se mide el tiempo que tarda en contestarlas en función de si
la parte focalizada previamente está más cerca o más lejos de aquélla sobre la que se
pregunta.
Por ejemplo, se presenta a la persona un dibujo de una barca, con una bandera en la proa, una
cabina en el centro y un timón en la popa. Si la pregunta previa ha sido sobre la cabina, la
persona tarda menos en responder a una pregunta sobre la bandera que si la pregunta previa
ha sido sobre el timón. Da la impresión, por tanto, de que los sujetos responden a la pregunta
mediante una exploración de la imagen mental en líneas generales muy similar la exploración
de una imagen que está realmente presente en el mundo externo.
Otra cosa que podemos hacer para explorar una imagen mental es agrandar cierta parte de la
misma, para poder ver los detalles, o reducirla para poder apreciar mejor su forma global. Este
tipo de manipulación no lo podemos realizar con las imágenes externas, excepto si nos
acercamos o alejamos físicamente de ellas. En un estudio se comparó el tiempo empleado en
responder a una pregunta sobre las orejas de un conejo cuando éste era imaginado al Iado de



Página 11 de 17
un elefante (por tanto, con un tamaño pequeño, supuestamente) frente a cuando se le
imaginaba al Iado de una mosca (tamaño grande). El tiempo que se tarda en contestar es
mayor en el primer caso, lo cual hace pensar que los sujetos deben agrandar primero la
imagen del conejo para poder observar bien sus orejas, lo que no es necesario en el segundo
caso.
El conjunto de estudios presentado en este apartado y en el anterior pusieron de manifiesto
diferentes aspectos del sistema de imaginación humano: en primer lugar, la manipulación
mental de imágenes consume tiempo y, por tanto, se puede utilizar el tiempo de reacción como
índice conductual de estas operaciones mentales. En segundo lugar, el sistema de la
imaginación es altamente flexible, pudiéndose modificar las imágenes de múltiples maneras
(rotarlas, explorarlas, cambiar su tamaño, etc). En tercer lugar, el modo como nos
comportamos con respecto a una imagen mental es muy parecido a como lo hacemos con una
imagen que esté realmente incidiendo en la retina. Esto fundamenta la afirmación de que la
manipulación de imágenes bajo control voluntario está utilizando los mecanismos que
normalmente dan lugar a la percepción de objetos en el mundo externo.
Sin embargo, el modo en que la información visual se genera a partir de los datos de la
memoria a largo plazo (digamos, cuando imaginamos la cara de un amigo que no vemos desde
hace tiempo) hace pensar que las imágenes no se almacenan como tales en el almacén de
conocimiento permanente. Por ejemplo, a la hora de imaginar la cara de ese amigo, podemos
olvidar partes, pero esas partes corresponden siempre a componentes de la imagen
(imaginamos la cara pero sin el lunar de al Iado del labio o sin la cicatriz sobre la ceja
izquierda). El olvido nunca afecta a partes definidas en términos visuales o espaciales (p. ej., el
cuadrante superior izquierdo). Así, parece más bien que, de alguna manera, reconstruimos la
imagen a partir de la información almacenada en la MLP.
Independientemente de cómo estén codificadas las imágenes en la MLP, lo que parece claro
es que sus reconstrucciones sí tienen las características de las imágenes que percibimos
desde fuentes externas. Es decir, la forma de esa información en la Agenda Visoespacial sí es
de tipo visoespacial. En el siguiente apartado veremos evidencia experimental que apoya esta
afirmación, así como más datos acerca del uso de los mismos mecanismos mentales para
tareas perceptuales y de imaginación.



Interferencia en la Agenda Visoespacial

El estudio que vamos a presentar en esta sección utiliza una lógica de tareas concurrentes. La
idea fundamental consiste en pedir a los participantes que realicen simultáneamente dos
tareas, y observar si se da o no interferencia entre las dos. Como se ha hecho patente en
varios puntos de este capítulo, existen límites sobre el número total de símbolos que pueden
mantenerse activos y usarse voluntariamente a la vez, sea tanto en el Lazo Articulatorio como
en la Agenda Visoespacial.
Por tanto, según la lógica de este experimento, si se encuentra interferencia entre dos tareas,
podemos inferir que las dos están requiriendo la manipulación voluntaria del mismo tipo de
símbolos (verbales o visoespaciales). Al imponer demandas que sobrepasan la capacidad del
subsistema de la MT que se esté utilizando, la ejecución de las dos tareas simultáneamente se
deteriora. En cambio, si una implica manipular un tipo de símbolos (digamos, verbales) y la otra
otro (digamos, visoespaciales), la ejecución de las dos tareas a la vez no debiera verse tan
afectada.
Llamemos tarea primaria a la tarea que se espera influya en la tarea secundaria, y tarea
secundaria a la tarea cuya ejecución se mide y que esperamos sea influida por la tarea
primaria. Brooks (1968) utilizó dos tipos de tarea primaria: a) Tarea de imaginación: presentaba
una letra mayúscula con un punto y una flecha en uno de sus vértices, que luego retiraba
(Figura 5.5). El sujeto debía recorrer el contorno de la letra con la imaginación, comenzando en
el vértice marcado con el punto y avanzando en la dirección indicada por la flecha. Al alcanzar
cada vértice, debía contestar «sí» si el vértice tocaba la línea superior o inferior de la letra, y
«no» en otro caso. En el caso del ejemplo de la Figura 5.5, las respuestas del sujeto debieran
ser «sí, sí, sí, no, no, no, no, no, no, sí, sí». b) Tarea verbal: se les daba a los sujetos una frase



Página 12 de 17
bien conocida, como, por ejemplo, «más vale pájaro en mano que ciento volando». El sujeto
debía ir generando la frase para sí mismo y, para cada palabra, contestar «sí» si la palabra era
un nombre y «no» en caso contrario. En el ejemplo, el sujeto debía contestar «no, no, sí, no, sí,
no, no, no».
Había también dos tipos de tarea secundaria: a) Tarea visoespacial: ir señalando las
respuestas (síes y noes), marcándolas con un lápiz, en una hoja de papel con las palabras «sí»
y «no» escritas en muchos sitios y mezcladas al azar. b) Tarea verbal: ir pronunciando
verbalmente las respuestas «sí» y «no».
Vemos que las tareas primarias son tareas que implican el uso de la MT. En ambos casos, el
material sobre el que se basan las respuestas se proporciona al principio y el participante debe
retenerlo y examinarlo en la MT. En cambio, las tareas secundarias, que no son otra cosa que
el modo de dar las respuestas, no son tareas de memoria inmediata. La primera es una tarea
visoespacial porque implica una búsqueda de la palabra que se quiere marcar en la hoja y la
realización de una respuesta manual orientada hacia esa palabra, mientras que la segunda es
verbal porque se utiliza el sistema del lenguaje para articular las palabras.
En este estudio se encontró un deterioro de la ejecución (medido mediante un incremento del
número de errores) cuando tanto la tarea primaria como la secundaria implican el uso de
representaciones del mismo tipo, verbales o visoespaciales. Los sujetos se equivocaban
mucho cuando tenían que pensar en la frase y dar sus respuestas de forma hablada, y cuando
tenían que imaginar la figura y señalar sus respuestas en el papel. El número de errores, en
cambio, era mucho menor cuando la tarea de memoria y el modo de respuesta utilizaban
representaciones de naturaleza diferente.
Estos resultados concuerdan con muchas experiencias de la vida cotidiana. Por ejemplo, no
solemos tener problemas para conducir y llevar una conversación a la vez. La conducción es
una tarea de tipo visoespacial, pues implica el seguimiento de un estímulo visual (la carretera)
con movimientos del volante en la misma dirección y, evidentemente, conversar es una tarea
verbal. En cambio, si alguna vez hemos intentado buscar algo, por ejemplo, una cinta de
casete en la guantera, a la vez que conducimos, habremos experimentado un gran incremento
en la dificultad de la conducción. Esto se debe a que las dos tareas requieren la utilización de
recursos visoespaciales comunes.
El estudio realizado por Brooks (1968) es importante porque pone de manifiesto varios
aspectos del sistema de la MT humano: primero, que existe una limitación de capacidad para el
material verbal y otra para el material visoespacial5; y segundo, que no importa si la información
de cada tipo es procesada en relación con una tarea de memoria o con tareas manifiestamente
perceptuales o verbales, en los dos casos se encuentran las mismas limitaciones. Por tanto, las
tareas de la MT no son sino la utilización bajo control voluntario de información que surge de
fuentes internas, pero esta información es procesada mediante los mismos sistemas que
trabajan sobre ella en tareas no de memoria (como en la percepción visual o la comunicación
mediante el lenguaje hablado).


Resumen

En conclusión, la Agenda Visoespacial es el conjunto de símbolos de tipo visoespacial que
están siendo manipulados activamente bajo control voluntario mediante el sistema de la
percepción visual en un momento determinado. Esos símbolos visoespaciales, o imágenes, se
generan a partir de fuentes internas en tareas de imaginación y pueden ser manipulados de
modos muy variados y flexibles, que incluyen su rotación, exploración y cambio de tamaño,
entre otros muchos. Del mismo modo que el Lazo Articulatorio, la Agenda Visoespacial también
está limitada en la cantidad total de imágenes independientes que pueden manipularse
simultáneamente.


¿PARA QUÉ SE USA LA AGENDA VISOESPACIAL?
     5
       Este estudio no nos permite concluir si, además de estas limitaciones de capacidad específicas para
cada tipo de infonnación, existen otras de tipo general.



Página 13 de 17
Aunque disponemos de muchos menos estudios empíricos, es posible señalar una gran
variedad de tareas de la vida cotidiana en las que la manipulación mental de imágenes tiene un
papel central. Lo que sigue es sólo una selección ilustrativa.


Manipulación de piezas en operaciones de ensamblaje, mecánica y otras

Todo tipo de tarea manual que implique la manipulación de piezas que encajan entre sí en
diferentes posiciones y orientaciones se beneficia enormemente de una buena capacidad de
formación y manipulación de imágenes en la MT. Por ejemplo, a la hora de hacer un puzzle, la
imagen del lugar donde debe ir la pieza siguiente nos permite seleccionar del conjunto de
piezas disponibles sólo aquélla o aquéllas que tienen una forma adecuada para ese hueco. En
esta tarea percibimos la forma del hueco y la mantenemos en la imaginación para compararla
con la de las piezas disponibles, muchas veces rotándola o invirtiéndola si es necesario.
Tareas similares son el montaje de piezas en un motor, el ensamblaje de muebles y tantas
otras.


Realización de cálculos aritméticos por el método de las regletas

Un método de uso relativamente frecuente para la enseñanza de la aritmética es el método de
las regletas. En éste, se utilizan regletas de distintas longitudes y colores, que representan los
números. Por ejemplo, la regleta azul mide, digamos, 5 centímetros (cm) y representa el 10. La
regleta verde mide 2,5 cm y representa el 5. Los niños pueden así apreciar fácilmente que el 10
es el resultado de la suma de 5 + 5.
Las operaciones con regletas se hacen al principio de forma manual, manipulando las regletas
en la realidad. Pero, una vez interiorizadas, las imágenes mentales de las regletas proveen un
método muy flexible para la manipulación y transformación de números.


Estrategias mnemotécnicas basadas en imágenes

Las estrategias mnemotécnicas (de memorización) basadas en el uso de imágenes son muy
efectivas. Una estrategia bien conocida que ayuda a memorizar listas de palabras es la del
«sendero». Consiste en imaginar un paseo por un camino bien conocido, por ejemplo, el que
lleva desde casa al lugar de trabajo, e ir imaginando cada palabra en un lugar concreto de ese
recorrido. Por ejemplo, para la lista «árbol, caballo, mesa, coche» se puede uno imaginar un
árbol bloqueando la puerta de casa, un caballo en la parada del autobús, una mesa en medio
del autobús y un coche aparcado en medio del aula.
Por supuesto, este método, como todos los basados en imágenes, funciona mejor cuanto más
fácil es visualizar las palabras, lo cual es un indicio de que realmente se están utilizando
imágenes para ayudar a la memorización. Otro dato en el mismo sentido es que este método
no se puede aplicar, o se aplica peor, cuando se pide a los sujetos que realicen a la vez una
tarea concurrente de tipo visoespacial.


EL EJECUTIVO CENTRAL

El Ejecutivo Central es la parte menos estudiada de la MT, aunque sin duda es la más
interesante e importante. Hemos presentado la MT como el conjunto de símbolos que, en un
momento determinado, están siendo manipulados bajo control voluntario. El Ejecutivo Central
es la parte de la mente que ejerce ese control.

El control voluntario tiene características que lo hacen extremadamente interesante: en primer
lugar, es altamente flexible. Esto es, se puede decidir tratar de múltiples maneras diferentes a
símbolos similares o de maneras similares a símbolos muy diferentes. Gran cantidad de



Página 14 de 17
factores se pueden tener en cuenta en un instante determinado para decidir adoptar una u otra
estrategia para enfrentar una tarea concreta.
En segundo lugar, la manipulación de símbolos bajo control voluntario acompañada de
experiencia subjetiva, esto es, de consciencia. No sólo somos conscientes de los símbolos que
estamos utilizando, sino también de los objetivos con que los usamos y del hecho de que
estamos tomando decisiones voluntarias. Esto es, de que podríamos decidir hacer las cosas de
otra manera, si quisiéramos. No hay tema de la psicología cognitiva que esté tan cercano a las
cuestiones de la voluntad, la consciencia y la libertad como las funciones que desarrolla el
Ejecutivo Central.
Por todo esto, el Ejecutivo Central es muy interesante, pero también muy difícil de estudiar
científicamente. Aunque se han hecho algunos avances, hasta el momento no contamos con
teorías sobre la toma de decisiones que permitan tan alta flexibilidad y, desde luego, estamos
muy lejos de entender por qué este tipo de funciones debieran producir la experiencia
subjetiva: el que el propio mecanismo que las ejecuta se dé cuenta de lo que está haciendo.
Pocas cosas se conocen, por tanto, acerca del Ejecutivo Central. Su estudio se considera
actualmente más relacionado con los temas atencionales que con los de memoria, por lo que
volveremos a hablar de él brevemente en los apartados que se dedicarán a la atención en el
Capítulo 10.
En relación con el funcionamiento de la MT, el Ejecutivo Central es el mecanismo que decide
en qué forma va a enfrentar la tarea de memoria inmediata, del mismo modo que es el que
decide cómo se va a enfrentar cualquier otro tipo de tarea que requiera el control voluntario.
Este mecanismo decide qué información hay que recuperar de la MLP, qué información del
ambiente debe ser atendida, qué forma deben tomar esos materiales en la MT (verbal o visual),
cómo se manipulan las palabras o las imágenes y cuándo la tarea está cumplida o debe
abandonarse. Los mecanismos que realmente realizarán estas tareas son los del lenguaje y los
de la percepción visual, pero actuando bajo el control y la supervisión del Ejecutivo Central.
De esta descripción de funciones no se debe sacar la conclusión de que el Ejecutivo Central es
necesario para todo proceso mental, lleve o no a conducta manifiesta. En realidad, gran parte
de los procesos mentales y conductuales funcionan de un modo automático, que no requiere la
intervención del Ejecutivo Central (Shiffrin y Schneider, 1977).
Por ejemplo, durante la conducción, la decisión de torcer a la izquierda para acortar en el
camino hacia casa debe tomarse bajo control voluntario consciente. Sin embargo, el reducir
marchas, con toda su complejidad de movimientos (pisar el freno ligeramente, pisar el
embrague a fondo, mover la mano a la posición actual de la palanca de cambios y situarla en la
correspondiente a la marcha inferior, soltar el embrague suavemente) se realiza de forma
completamente automática para un conductor hábil. Del mismo modo, cuando oímos una
oración, todos los procesos de comprensión del lenguaje (la identificación de fonemas, sílabas
y palabras, el análisis sintáctico de la oración y la extracción de su significado) se realizan
también de forma automática. En resumen, existen secuencias de conductas y de procesos
mentales que se realizan de forma automática, sin intervención del control voluntario.
Frente a los procesos bajo control voluntario, que se caracterizan por su flexibilidad, los
procesos automáticos son bastante inflexibles. Por ejemplo, una vez adquirido un lenguaje, es
casi imposible evitar entender una oración que oigamos. Todos los procesos de comprensión
del lenguaje se ponen en marcha automáticamente y extraen el significado de la oración.
Mediante el control voluntario sólo podremos, simplemente, intentar no prestar atención a ese
significado, borrándolo de la mente rápidamente.
La existencia de ambos tipos de procesos, automáticos frente a controlados, se pone de
manifiesto claramente en los casos en que el Ejecutivo Central establece un curso de acción,
pero no mantiene el control del mismo. Una razón para que esto pase es que sus recursos
limitados están siendo ocupados por alguna otra tarea (p. ej., cuando se está pensando en algo
preocupante). En estos casos suceden los llamados deslices de la acción.
Por ejemplo, Freud cuenta en su Psicopatología de la Vida Cotidiana cómo una vez se dirigía a
la casa de un paciente, con su atención puesta en otros asuntos. Alllegar a la puerta, sacó sus
llaves del bolsillo e intentó introducidas en la cerradura, antes de darse cuenta de que aquella
no era su casa. Otro ejemplo común se da cuando salimos del trabajo y nos dirigimos a casa
en coche por el camino habitual. Al salir decidimos que vamos a ir a visitar a un amigo, en lugar




Página 15 de 17
de ir a casa. Sin embargo, otros pensamientos ocupan nuestra atención y súbitamente nos
damos cuenta de que hemos conducido hasta casa.
Ante estos ejemplos, cualquiera puede fácilmente apuntar otros muchos de su propia
experiencia cotidiana. ¿Cuál es la anatomía de uno de estos «deslices»? En primer lugar, el
Ejecutivo Central marca un plan de acción, pero luego ocupa toda su capacidad en otros
asuntos y los procesos automáticos pasan a controlar la conducta. Los procesos automáticos
son relativamente inflexibles y, por tanto, producen conducta estereotipada ante ciertos
estímulos. Ante una puerta a la que me dirijo, saco las llaves. Muchas veces, esa conducta
estereotipada es perfectamente adaptativa y permite a las personas dedicar su atención a otras
cosas mientras realizan las acciones habituales. Sólo a veces, se descubre con sorpresa que
eso no era lo que se pretendía hacer.
Los deslices de la acción nos enseñan tres lecciones sobre el Ejecutivo Central: en primer
lugar, que éste no es necesario para el comportamiento (ni para el procesamiento mental). Hay
múltiples hábitos conductuales (y procesos mentales) que se automatizan a través de la
práctica y pueden ser desencadenados directamente por estímulos ambientales. En segundo
lugar, el Ejecutivo Central actúa posiblemente potenciando los cursos de acción (o
procesamiento) que llevan al objetivo del momento, e inhibiendo o suprimiendo los que no. Es
decir, no tiene que controlar por sí mismo todos y cada uno de los pasos, excepto quizá en
etapas muy tempranas de la adquisición de una habilidad. En tercer lugar, el Ejecutivo Central
tiene también una capacidad limitada. Esto es lo mismo que decir que sólo podemos atender a
una cierta cantidad de cosas a la vez. Si atendemos a dos a la vez, es posible que no hagamos
ninguna de las dos bien del todo. Si intentamos atender a tres o cuatro, es muy posible que la
realización de más de una de ellas sea desastrosa. En estos momentos, cuando la capacidad
de control voluntario está ocupada, es posible que los procesos automáticos tomen el control
de la conducta manifiesta, produciéndose los «deslices de la acción».


CONCLUSIONES

Se ha presentado a lo largo de este capítulo una visión de la MT como aquel conjunto de
símbolos mentales que, en un momento determinado, están siendo manipulados bajo control
voluntario. El sistema de la MT tiene al menos dos componentes: la parte que mantiene el
control, tomando decisiones y estableciendo estrategias, y la parte o partes que «aportan» los
símbolos con los que se trabaja y realizan las manipulaciones.
Estas otras partes son, principalmente, dos: el sistema del lenguaje, que aporta y manipula los
símbolos de tipo verbal, y el sistema de la percepción visual, que aporta y manipula los
símbolos de tipo visoespacial.
Los símbolos verbales que se manipulan en tareas de memoria inmediata son de naturaleza
fonológica (valen por el sonido de las palabras y se pueden pronunciar) y su manipulación
interna es muy parecida a cuando pensamos en voz alta. La cantidad de ellos con los que se
puede trabajar simultáneamente depende de lo rápido que los podamos repasar, es decir,
pronunciar una y otra vez.
Los símbolos visuales son de naturaleza visoespacial (valen por imágenes, que nos informan
tanto de la apariencia de las cosas como de la localización relativa de sus partes) y podemos
manipularlos internamente de múltiples maneras. No parece muy posible que podamos trabajar
simultáneamente con más de una o dos imágenes independientes a la vez, pero sí podemos
combinar muchas de ellas en una sola.
El sistema de control voluntario decide qué información va a ser atendida, provenga ésta de la
MLP o del ambiente externo, cuáles son los objetivos de la tarea y cómo va a ser manipulada la
información para lograrlos. La realización de estas manipulaciones la deja en mano de los otros
sistemas, pero mantiene la supervisión de su funcionamiento, de modo que inhibe cursos de
acción (mental o manifiesta) que no son conducentes al logro de los objetivos. Sin embargo,
cuando no puede mantener esta supervisión, los procesos automatizados se pueden imponer y
llevar a la producción de conducta estereotipada.
Una función del sistema de control voluntario en la que hemos hecho muy poco hincapié
durante este tema es la de servir también de puerta de entrada a la MLP. La información que
aprendemos se recibe primero en la MT y allí puede ser procesada de modos que favorezcan



Página 16 de 17
su aprendizaje a largo plazo. Cuáles son estos modos constituyen uno de los objetivos del
siguiente capítulo.


PLANTEAMIENTO DEL CAPÍTULO

La división de los sistemas de memoria humana planteada al principio del capítulo proviene del
trabajo clásico de Atkinson y Shiffrin (1968). La mayor parte del resto del capítulo está basada
en la teoría de la MT propuesta por Alan Baddeley (Baddeley y Hitch, 1974) tal como la
presenta Baddeley (1982, 1990). Este autor es también el prin cipal artífice de los trabajos
sobre el Lazo Articulatorio. La investigación sobre imaginación visual surgió de forma
independiente y fue desarrollada sobre todo por Shepard (p. ej., 1978), Paivio (1971) y Kosslyn
(1980). La visión del Ejecutivo Central que se presenta aquí debe más a los trabajos sobre
atención que a los de memoria, muy especialmente a la distinción entre procesos automáticos
y controlados realizada por Shiffrin y Schneider (1977) y al modelo de control atencional de
Norman y Shallice (1986).


PARA SABER MÁS

Un libro de sencilla lectura que aborda buena parte de los fenómenos descritos en este capítulo
es el de Baddeley (1982). Este libro aborda los fenómenos de la memoria en general, por lo
que su lectura es muy recomendable también con respecto a los siguientes capítulos. El
artículo de Baddeley y Hitch (1974) se encuentra traducido al español en Sebastián (1983).




Página 17 de 17

Weitere ähnliche Inhalte

Was ist angesagt?

¡ Memoria a largo plazo !
¡ Memoria a largo plazo !¡ Memoria a largo plazo !
¡ Memoria a largo plazo !Nadia CV
 
Memoria a largo plazo, procesamiento de la información
Memoria a largo plazo, procesamiento de la informaciónMemoria a largo plazo, procesamiento de la información
Memoria a largo plazo, procesamiento de la informaciónLuLa MaRquez
 
Memoria a largo plazo
Memoria a largo plazoMemoria a largo plazo
Memoria a largo plazoPaola Fragoso
 
La memoria
La memoriaLa memoria
La memoriarssk
 
UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)
UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)
UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)Videoconferencias UTPL
 
la memoria, presentacion de power poin t!
la memoria, presentacion de power poin t!la memoria, presentacion de power poin t!
la memoria, presentacion de power poin t!IES Consaburum
 
Memoria A Largo Plazo (Mlp)
Memoria A Largo Plazo (Mlp)Memoria A Largo Plazo (Mlp)
Memoria A Largo Plazo (Mlp)orengomoises
 
memoria
memoriamemoria
memoriayoyo
 
Psicologia #6
Psicologia #6Psicologia #6
Psicologia #6ghalley
 
La Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y Aprendizaje
La Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y AprendizajeLa Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y Aprendizaje
La Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y AprendizajeElizabeth Torres
 
Aproximacion a la memoria
Aproximacion a la memoriaAproximacion a la memoria
Aproximacion a la memorialauravelma
 

Was ist angesagt? (20)

¡ Memoria a largo plazo !
¡ Memoria a largo plazo !¡ Memoria a largo plazo !
¡ Memoria a largo plazo !
 
Memoria a largo plazo, procesamiento de la información
Memoria a largo plazo, procesamiento de la informaciónMemoria a largo plazo, procesamiento de la información
Memoria a largo plazo, procesamiento de la información
 
La Memoria
La MemoriaLa Memoria
La Memoria
 
Memoria
MemoriaMemoria
Memoria
 
LA MEMORIA
LA MEMORIA LA MEMORIA
LA MEMORIA
 
Memoria a largo plazo
Memoria a largo plazoMemoria a largo plazo
Memoria a largo plazo
 
Memoria largo plazo
Memoria largo plazoMemoria largo plazo
Memoria largo plazo
 
La memoria
La memoriaLa memoria
La memoria
 
Modelos del trabajo de la memoria
Modelos del trabajo de la memoriaModelos del trabajo de la memoria
Modelos del trabajo de la memoria
 
Exposicion
ExposicionExposicion
Exposicion
 
UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)
UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)
UTPL-PSICOLOGÍA GENERAL-II BIMESTRE-(abril-agosto 2012)
 
La Memoria
La MemoriaLa Memoria
La Memoria
 
la memoria, presentacion de power poin t!
la memoria, presentacion de power poin t!la memoria, presentacion de power poin t!
la memoria, presentacion de power poin t!
 
Memoria A Largo Plazo (Mlp)
Memoria A Largo Plazo (Mlp)Memoria A Largo Plazo (Mlp)
Memoria A Largo Plazo (Mlp)
 
memoria
memoriamemoria
memoria
 
Psicologia #6
Psicologia #6Psicologia #6
Psicologia #6
 
La Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y Aprendizaje
La Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y AprendizajeLa Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y Aprendizaje
La Memoria Como Almacenamiento Cognicion Y Aprendizaje
 
La memoria
La memoriaLa memoria
La memoria
 
Aproximacion a la memoria
Aproximacion a la memoriaAproximacion a la memoria
Aproximacion a la memoria
 
El procesamiento humano de la informa
El procesamiento humano de la informaEl procesamiento humano de la informa
El procesamiento humano de la informa
 

Andere mochten auch

Memorias descriptivas
Memorias descriptivasMemorias descriptivas
Memorias descriptivaszonibri
 
Curriculum memoria de labores (2)
Curriculum memoria de labores (2)Curriculum memoria de labores (2)
Curriculum memoria de labores (2)Adalberto
 
Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...
Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...
Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...Manuel Sebastián
 
Memoria del Taller
Memoria del TallerMemoria del Taller
Memoria del TallerCCRP - Andes
 
Ejemplos codificacion de memorias
Ejemplos codificacion de memorias Ejemplos codificacion de memorias
Ejemplos codificacion de memorias Ruderocker Billy
 
Funciones ejecutivas power unidad 3
Funciones ejecutivas power unidad 3Funciones ejecutivas power unidad 3
Funciones ejecutivas power unidad 3Leandro Malina
 
Funciones Ejecutivas
Funciones EjecutivasFunciones Ejecutivas
Funciones Ejecutivasdianamcastrof
 
Funciones Ejecutivas - Neurociencia
Funciones Ejecutivas - Neurociencia Funciones Ejecutivas - Neurociencia
Funciones Ejecutivas - Neurociencia William Checa Sandón
 
FASES DE LA MEMORIA
FASES DE LA MEMORIAFASES DE LA MEMORIA
FASES DE LA MEMORIAyady sanchez
 
Teoría de la información
Teoría de la informaciónTeoría de la información
Teoría de la informaciónUANL
 
Teoria del Procesamiento de la Informacion
Teoria del Procesamiento de la InformacionTeoria del Procesamiento de la Informacion
Teoria del Procesamiento de la InformacionEdelin Bravo
 
Habilidades Cognitivas Y Metacognitivas
Habilidades Cognitivas Y MetacognitivasHabilidades Cognitivas Y Metacognitivas
Habilidades Cognitivas Y Metacognitivascorinasanchez
 
Herramientas para la autorregulación del aprendizaje
Herramientas para la autorregulación del aprendizajeHerramientas para la autorregulación del aprendizaje
Herramientas para la autorregulación del aprendizajeBarakaldoko berritzegunea
 
Funciones ejecuitivas
Funciones ejecuitivasFunciones ejecuitivas
Funciones ejecuitivasjorge78037924
 

Andere mochten auch (20)

El circuito de papez
El circuito de papezEl circuito de papez
El circuito de papez
 
Memorias descriptivas
Memorias descriptivasMemorias descriptivas
Memorias descriptivas
 
Curriculum memoria de labores (2)
Curriculum memoria de labores (2)Curriculum memoria de labores (2)
Curriculum memoria de labores (2)
 
Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...
Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...
Psicología de la Memoria. UD3: La función de la memoria en la cognición. Memo...
 
Emociones y circuitos de papez
Emociones y circuitos de papezEmociones y circuitos de papez
Emociones y circuitos de papez
 
Memoria del Taller
Memoria del TallerMemoria del Taller
Memoria del Taller
 
Ejemplos codificacion de memorias
Ejemplos codificacion de memorias Ejemplos codificacion de memorias
Ejemplos codificacion de memorias
 
Funciones ejecutivas power unidad 3
Funciones ejecutivas power unidad 3Funciones ejecutivas power unidad 3
Funciones ejecutivas power unidad 3
 
Funciones ejecutivas
Funciones ejecutivasFunciones ejecutivas
Funciones ejecutivas
 
Funciones Ejecutivas
Funciones EjecutivasFunciones Ejecutivas
Funciones Ejecutivas
 
Funciones ejecutivas
Funciones ejecutivasFunciones ejecutivas
Funciones ejecutivas
 
Funciones Ejecutivas - Neurociencia
Funciones Ejecutivas - Neurociencia Funciones Ejecutivas - Neurociencia
Funciones Ejecutivas - Neurociencia
 
FASES DE LA MEMORIA
FASES DE LA MEMORIAFASES DE LA MEMORIA
FASES DE LA MEMORIA
 
Teoría de la información
Teoría de la informaciónTeoría de la información
Teoría de la información
 
Teorías asociacionistas
Teorías asociacionistasTeorías asociacionistas
Teorías asociacionistas
 
Teoria del Procesamiento de la Informacion
Teoria del Procesamiento de la InformacionTeoria del Procesamiento de la Informacion
Teoria del Procesamiento de la Informacion
 
Habilidades Cognitivas Y Metacognitivas
Habilidades Cognitivas Y MetacognitivasHabilidades Cognitivas Y Metacognitivas
Habilidades Cognitivas Y Metacognitivas
 
Herramientas para la autorregulación del aprendizaje
Herramientas para la autorregulación del aprendizajeHerramientas para la autorregulación del aprendizaje
Herramientas para la autorregulación del aprendizaje
 
Funciones ejecuitivas
Funciones ejecuitivasFunciones ejecuitivas
Funciones ejecuitivas
 
Funciones ejecutivas
Funciones ejecutivasFunciones ejecutivas
Funciones ejecutivas
 

Ähnlich wie Memoria de trabajo. procesamiento de la información.

Ähnlich wie Memoria de trabajo. procesamiento de la información. (20)

Aprender a pensar
Aprender a pensarAprender a pensar
Aprender a pensar
 
Guía2: la memoria
Guía2: la memoriaGuía2: la memoria
Guía2: la memoria
 
Guía2: La memoria
Guía2: La memoriaGuía2: La memoria
Guía2: La memoria
 
Memoria
MemoriaMemoria
Memoria
 
modelo de procesamiento de la información
modelo de procesamiento de la información modelo de procesamiento de la información
modelo de procesamiento de la información
 
Técnicas nemotécnicas
Técnicas nemotécnicasTécnicas nemotécnicas
Técnicas nemotécnicas
 
Módulo iv memoria terceros medios
Módulo iv memoria terceros mediosMódulo iv memoria terceros medios
Módulo iv memoria terceros medios
 
La memoria humana
La memoria humanaLa memoria humana
La memoria humana
 
Presentacion dp umsa nemotecnia
Presentacion dp umsa nemotecniaPresentacion dp umsa nemotecnia
Presentacion dp umsa nemotecnia
 
Estudiar es divertido
Estudiar es divertidoEstudiar es divertido
Estudiar es divertido
 
Curso de neuroeducación
Curso de neuroeducaciónCurso de neuroeducación
Curso de neuroeducación
 
Atención, procesamiento de la información
Atención, procesamiento de la informaciónAtención, procesamiento de la información
Atención, procesamiento de la información
 
Cómo funciona la memoria
Cómo funciona la memoriaCómo funciona la memoria
Cómo funciona la memoria
 
Componentes básicos de la memoria
Componentes básicos de la memoriaComponentes básicos de la memoria
Componentes básicos de la memoria
 
PROCESOS PSICOLÓGICOS BÁSICOS DE LA MEMORIA E INTELIGENCIA.
PROCESOS PSICOLÓGICOS BÁSICOS DE LA MEMORIA E INTELIGENCIA.PROCESOS PSICOLÓGICOS BÁSICOS DE LA MEMORIA E INTELIGENCIA.
PROCESOS PSICOLÓGICOS BÁSICOS DE LA MEMORIA E INTELIGENCIA.
 
Unidad 7. la memoria humana
Unidad 7. la memoria humanaUnidad 7. la memoria humana
Unidad 7. la memoria humana
 
Memoria
MemoriaMemoria
Memoria
 
Ppt
PptPpt
Ppt
 
Memoria y asociacion
Memoria y asociacionMemoria y asociacion
Memoria y asociacion
 
Memoria
MemoriaMemoria
Memoria
 

Mehr von LuLa MaRquez

Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)
Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)
Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)LuLa MaRquez
 
El sujeto y el poder
El sujeto y el poderEl sujeto y el poder
El sujeto y el poderLuLa MaRquez
 
El orden del discurso
El orden del discursoEl orden del discurso
El orden del discursoLuLa MaRquez
 
Percepción. procesamiento de la información
Percepción. procesamiento de la informaciónPercepción. procesamiento de la información
Percepción. procesamiento de la informaciónLuLa MaRquez
 
Paradigma cognitivo.ramón salcido
Paradigma cognitivo.ramón salcidoParadigma cognitivo.ramón salcido
Paradigma cognitivo.ramón salcidoLuLa MaRquez
 
La organización del conocimiento, procesamiento de la información
La organización del conocimiento, procesamiento de la informaciónLa organización del conocimiento, procesamiento de la información
La organización del conocimiento, procesamiento de la informaciónLuLa MaRquez
 
Emoción, procesamiento de la información
Emoción, procesamiento de la informaciónEmoción, procesamiento de la información
Emoción, procesamiento de la informaciónLuLa MaRquez
 
Manual de navegacion_de_pacientes.
Manual de navegacion_de_pacientes.Manual de navegacion_de_pacientes.
Manual de navegacion_de_pacientes.LuLa MaRquez
 
Trastornos del animo
Trastornos del animoTrastornos del animo
Trastornos del animoLuLa MaRquez
 

Mehr von LuLa MaRquez (12)

Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)
Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)
Foucault (1966) las palabras y las cosas (trad esp)
 
El sujeto y el poder
El sujeto y el poderEl sujeto y el poder
El sujeto y el poder
 
El orden del discurso
El orden del discursoEl orden del discurso
El orden del discurso
 
El ojo del poder
El ojo del poderEl ojo del poder
El ojo del poder
 
Percepción. procesamiento de la información
Percepción. procesamiento de la informaciónPercepción. procesamiento de la información
Percepción. procesamiento de la información
 
Paradigma cognitivo.ramón salcido
Paradigma cognitivo.ramón salcidoParadigma cognitivo.ramón salcido
Paradigma cognitivo.ramón salcido
 
La organización del conocimiento, procesamiento de la información
La organización del conocimiento, procesamiento de la informaciónLa organización del conocimiento, procesamiento de la información
La organización del conocimiento, procesamiento de la información
 
Emoción, procesamiento de la información
Emoción, procesamiento de la informaciónEmoción, procesamiento de la información
Emoción, procesamiento de la información
 
Manual de navegacion_de_pacientes.
Manual de navegacion_de_pacientes.Manual de navegacion_de_pacientes.
Manual de navegacion_de_pacientes.
 
El metodo
El metodoEl metodo
El metodo
 
Trastornos del animo
Trastornos del animoTrastornos del animo
Trastornos del animo
 
Antecedente ee
Antecedente eeAntecedente ee
Antecedente ee
 

Memoria de trabajo. procesamiento de la información.

  • 1. Torres, Tornay-Mejías y Gómez-Milán Procesos Psicológicos Básicos Ed: Mc Graw Hill España, 1999 Capítulo 5 “la Memoria de Trabajo” Págs. 73-99 La memoria de trabajo INTRODUCCIÓN: LAS MEMORIAS HUMANAS Comenzamos con este capítulo nuestro recorrido por las funciones de memoria del sistema humano de Procesamiento de la Información. La memoria humana se divide en tres grandes tipos, caracterizados por la duración de la información que se representa en ellos y por su capacidad (Atkinson y Shiffrin, 1968): a) Memorias Sensoriales: las memorias sensoriales son responsables de mantener durante períodos muy breves la información que alcanzan nuestros sentidos. Las más estudiadas han sido la memoria icónica, que prolonga la duración de las imágenes que alcanzan la retina, y la memoria ecoica, que afecta de forma similar a los sonidos. Por ejemplo, la memoria icónica incrementa la duración de las impresiones visuales en algo más de un cuarto de segundo. Es decir, una imagen que se presente durante 1 segundo dura en realidad, desde el punto de vista de aquél que la ve, algo más de 1 segundo y cuarto. Al alargar la duración de cada imagen, la memoria icónica es responsable, entre otras cosas, de que percibamos movimientos continuos en las imágenes del cine, en lugar de una sucesión de fotografías estáticas. La función general de las memorias sensoriales es la de dar al cerebro un poco más de tiempo para realizar el análisis del estímulo. La capacidad de las memorias sensoriales es ilimitada, en el sentido de que todo aquello que alcanza los receptores se mantiene allí brevemente. b) Memoria de Trabajo (MT): la MT es el conjunto de símbolos activos en un momento determinado a los que estamos prestando atención y que, por tanto, podemos manipular bajo control voluntario. Interviene cuando, por ejemplo, una persona consulta un número de teléfono en la guía y mantiene en su mente los dígitos que lo componen repasándolos continuamente hasta que realiza la llamada; o cuando sumamos, sin ayuda de papel y lápiz, los precios de los artículos que hemos comprado en la tienda; o cuando un diseñador se sienta en una habitación y forma una imagen mental de cómo quedaría si la pintase de rojo y tapizara los muebles de verde; y finalmente, cuando recordamos la cara de un amigo que está lejos e imaginamos cómo le habrá crecido el pelo y la barba. Todas estas operaciones se realizan en la memoria de trabajo. La MT se caracteriza porque los símbolos con los que se está trabajando se mantienen en ella mientras que les prestamos atención y los estamos usando. Tan pronto nos dedicamos a otra cosa, decaen rápidamente. Es común la experiencia de que alguien nos hable justo cuando acabamos de cerrar la guía de teléfonos y nos dirigimos a marcar el número. Tras responder a nuestro interlocutor, nos encontramos con que no podemos recordar cuál era el número que queríamos marcar. La MT se caracteriza también por su capacidad limitada. Como veremos a lo largo de este tema, difícilmente podemos trabajar mentalmente con más de 6 o 7 elementos independientes (sean números, nombres, imágenes, etc.) a la vez. c) Memoria a Largo Plazo (MLP): la MLP es el conjunto de conocimientos de los que disponemos de forma relativamente permanente. Consta de una gran variedad de conocimientos diferentes. Por ejemplo, incluye conocimientos marcados con fecha y lugar (conocimiento episódico), como el recuerdo de la última fiesta de cumpleaños o del día que conocí a mi mejor amigo. Incluye también conocimientos generales de los que no sabemos cómo ni dónde los aprendimos (conocimiento semántico), pues posiblemente los hemos aprendido muchas veces y de muchas maneras, como, por ejemplo, lo que significa la palabra Página 1 de 17
  • 2. «perro», que las cosas de cristal se rompen si se las deja caer, o el aspecto que tienen los coches de carreras. Finalmente, tenemos también conocimientos acerca de cómo se hacen algunas cosas, que son difícilmente expresables en palabras y se adquieren y perfeccionan mediante la práctica (conocimiento procedimental), por ejemplo, cómo se monta en bicicleta, cómo se nada, cómo se utiliza el bisturí o cómo se escribe a máquina sin mirar el teclado. La MLP se considera de capacidad ilimitada, pues nadie ha sido capaz todavía de medir la máxima cantidad de información que los seres humanos son capaces de aprender. Sabemos que tenemos todos esos conocimientos en la MLP porque cuando los necesitamos los podemos recuperar y utilizarlos. En esos momentos, esos símbolos pasan a estar activos bajo control atencional (en otras palabras, disponibles en la MT) y podemos utilizarlos para razonar, reflexionar y, en general, combinarlos y manipularlos a voluntad. En éste y los siguientes capítulos abordaremos la descripción de los sistemas de la memoria humana. Desgraciadamente, debido a razones de espacio, las memorias sensoriales no son tratadas en este libro. El presente capítulo trata los fenómenos relacionados con la MT, mientras que los cuatro siguientes capítulos se dedican a la MLP. El Capítulo 6 (Memoria a largo plazo) revisa los procesos que introducen nueva información en la MLP y los procesos que localizan y recuperan información ya existente en ella. El Capítulo 7 (La organización del conocimiento) describe cómo está organizado el conocimiento semántico y el Capítulo 8 (Control y aprendizaje motor) presenta brevemente las ideas básicas del control del movimiento y el modo como adquirimos habilidades perceptivo-motoras. Finalmente, el Capítulo 9 (Aprendizaje asociativo) estudia los procesos por los que llegamos a descubrir relaciones causales entre eventos que suceden en el ambiente, o entre acciones y sus consecuencias. EL ESPACIO DE TRABAJO MENTAL Un modo intuitivo de introducir la MT es caracterizarla como ese «espacio» donde se manipulan a voluntad los símbolos que pueblan la mente. Es ese «lugar» donde se realizan las operaciones aritméticas, donde se mantiene lo que se ha leído en oraciones anteriores para poder entender las oraciones actuales, donde se manipulan imágenes visuales, donde se generan planes de acción y se comparan las estrategias a utilizar para enfrentar una determinada tarea, problema o situación1. La información sobre la que se trabaja en la MT proviene unas veces de la experiencia perceptual de ese momento, mientras que otras es extraída de los contenidos de .la MLP. Por ejemplo, cuando repasamos mentalmente los dígitos de un número de teléfono que acabamos de consultar en la guía, estos números los acabamos de leer en una fuente externa a nosotros. Pero cuando creamos una lista mental de los amigos que vamos a invitar a la boda, estamos extrayendo sus nombres de la MLP. En los dos casos, esos símbolos pasan a estar disponibles para su manipulación bajo control voluntario en la mente, lo que, por definición, los convierte en «contenidos» de la MT. La información de la MT puede ser de dos grandes tipos: palabras, o material verbal en general, e imágenes. En el ejemplo del número de teléfono, normalmente las personas manipulan mentalmente palabras que valen por números (p. ej., la palabra «nueve» por el «9»). Pero también uno puede decidir crear una imagen mental del número de teléfono completo, es decir, mantenerlo en la mente de manera similar a como si lo estuviera viendo. Los dos grandes tipos de información en MT (visual y verbal) pueden provenir tanto de fuentes externas como internas. El diseñador que observa una habitación y cambia mentalmente el color de la pared parte de una imagen que acaba de incidir en sus sentidos, para luego manipularla en su 1 La mayor parte de la investigación acerca de la MT ha adoptado esta analogía con un almacén o 11 lugar; donde se introducen una serie de elementos con los que se trabaja y a los que se puede manipular a voluntad. La analogía del almacén permite una primera y clara aproximación a la MT y, por tanto, la utili- zaremos aquí como punto de partida. Sin embargo, el lector debe ser consciente de que la MT no es un almacén o lugar dotado de existencia independiente en la mente. Esto constituye sólo una analogía útil. A lo largo del Capítulo se irá presentando una visión más correcta de la MT como el conjunto de aquellas representaciones mentales que están siendo utilizadas por procesos que están bajo control voluntario de la persona. Página 2 de 17
  • 3. MT. La persona que se imagina qué aspecto tendrá un pariente lejano con el pelo largo parte de una imagen que crea a partir de sus recuerdos almacenados en la MLP. La investigación psicológica sobre la MT ha confiado fundamentalmente en tareas de recuerdo inmediato. En estas tareas se presenta una lista de elementos, sean éstos palabras, letras, dígitos o elementos de cualquier otro tipo, y se pide al sujeto que los repita en el mismo orden tan pronto como el experimentador acaba de pronunciar el último elemento de la lista2. Se supone que la persona mantiene brevemente esos elementos en su MT para poder reproducirlos inmediatamente. Un primer fruto del estudio de este tipo de tareas fue la demostración de que la MT tiene una capacidad limitada: sólo podemos mantener activos y trabajar mentalmente con un número de alrededor de 7 elementos independientes a la vez (Miller, 1956). La capacidad limitada de la MT se pone de manifiesto claramente mediante el uso de tareas de amplitud de memoria, un tipo de tarea de recuerdo inmediato. Las tareas de amplitud de memoria son aquéllas en las que se evalúa el efecto del número de elementos de que consta la lista sobre la precisión del recuerdo inmediato. Normalmente se comienza por listas cortas (3 o 4 elementos) y se va incrementando la longitud de la serie hasta alcanzar el máximo que la persona es capaz de repetir correctamente. Muchos estudios han demostrado que la amplitud de memoria de las personas se sitúa en torno a 7 elementos, sean éstos palabras, dígitos, etc. Durante mucho tiempo, las teorías de la MT asumieron que el espacio mental donde se guardan los elementos en tareas de memoria inmediata es también el lugar donde se almacenan y manipulan símbolos cuando realizamos tareas de razonamiento, comprensión de oraciones, operaciones aritméticas y otras. Es decir, se adoptó una visión de la MT como un almacén único, de capacidad limitada, que interviene en todas esas operaciones mentales donde se manipulan símbolos bajo control voluntario. Estudios posteriores demostraron que esta visión tradicional es errónea en dos aspectos fundamentales: en primer lugar, la MT no es una entidad única, sino que consiste de menos tres subsistemas diferentes que están organizados jerárquicamente. En segundo lugar, la concepción de la MT como un almacén o lugar mental donde se depositan los símbolos con los que se está trabajando es equívoca. La MT debe entenderse más bien como el conjunto de símbolos que, en un momento dado, se encuentran activos y están siendo utilizados voluntariamente sin que eso implique que esos símbolos son “movidos” o “depositados” en un lugar especial para su uso. La concepción actual es más bien de tipo funcional en lugar de espacial. El resto del capítulo se dedica a describir esta forma de entender la MT y la principal evidencia empírica que la apoya. Presentaremos primero la organización de la MT propuesta por Baddeley (Baddeley y Hitch, 1974; Baddeley, 1986, 1990) y luego pasaremos a examinar algunos estudios empíricos que ayudan a caracterizar los diferentes subsistemas de la MT y las funciones que éstos cumplen. LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA MT En este apartado vamos a presentar la teoría de la MT desarrollada por Alan Baddeley y colaboradores (Baddeley y Hitch, 1974), que constituye probablemente la teoría más articulada de la manipulación de símbolos mentales bajo control voluntario de con las que contamos actualmente. El modelo de Baddeley propone que la MT está formada por al menos tres subsistemas organizados de forma jerárquica entre sí y que funcionan en estrecha colaboración. Estos tres subsistemas son los siguientes: El ejecutivo central 2 Las tareas de recuerdo inmediato se contraponen con las de recuerdo demorado, donde el sujeto debe repetir los elementos de la serie tras un período de demora que puede ir desde unos minutos a días o meses. Es importante que durante ese período, la atención se haya puesto en otras cosas. Las tareas de recuerdo inmediato se utilizan sobre todo en la investigación sobre MT mientras que las de recuerdo demorado se utilizan fundamentalmente en el estudio de la MLP. Página 3 de 17
  • 4. Hemos definido la MT como el conjunto de símbolos que, en un momento determinado, están siendo manipulados en la mente bajo control voluntario de la persona. En , concordancia con esta idea, Baddeley propone la existencia de un sistema central, llamado el Ejecutivo Central, que trabaja controlando dos sistemas «esclavos» o subordinados que ejecutan las funciones de mantenimiento de la información. El Ejecutivo Central es el sistema de control voluntario y toma de decisiones. Es capaz de cotejar y valorar alternativas y optar por la más adecuada. Sus decisiones afectan a los cursos de acción que seguimos, tanto a nivel mental como conductual. Por ejemplo, a nivel de conducta manifiesta, el Ejecutivo Central decide qué camino seguir para llegar a casa evitando el atasco de tráfico. A nivel de estrategia mental, veíamos antes que un número de teléfono puede mantenerse en la MT mediante el repaso de las palabras que valen por cada número o mediante la imaginación del número entero tal y como lo veríamos escrito. El Ejecutivo Central es quien decide cuál de estas dos opciones se elige. En general, el Ejecutivo Central es un sistema de naturaleza atencional que ejerce el control voluntario y la toma de decisiones, y está estrechamente relacionado con la experiencia consciente (véase el Capítulo 10). Los símbolos que se manipulan bajo control voluntario se mantienen activos mediante sus dos principales sistemas esclavos: el Lazo Articulatorio y la Agenda Visoespacial. El Lazo Articulatorio El Lazo Articulatorio es el sistema del lenguaje utilizado para mantener activos bajo control atencional una serie de símbolos de naturaleza verbal mediante un proceso de repaso continuo. Imaginemos que el Ejecutivo Central decide mantener un número de teléfono en la MT mediante el uso del Lazo Articulatorio. Decir esto corresponde a decir que los caracteres escritos de los dígitos se convierten en palabras y que la persona decide pronunciarlas, interna o externamente, repasándolas una y otra vez hasta que puede marcarlas en el aparato de teléfono. Es decir, la información que quiere mantenerse en la MT (en este caso, dígitos escritos en el papel) debe ser transformada a un código verbal que puede ser pronunciado y, así, ser mantenido en la MT mediante el repaso subvocal o externo. En la gran mayoría de las tareas de recuerdo inmediato de material verbal, la persona no produce ningún habla externa. ¿Es el proceso de repaso mental, interno, algo de naturaleza diferente al repaso que se hace en voz alta? Como veremos más adelante, parece ser que no. El repaso interno y el repaso en voz alta no se diferencian en ningún aspecto fundamental. Esto es, el repaso mental del material verbal que hacemos cuando mantenemos información en el Lazo Articulatorio no es otra cosa que habla interna, es decir, habla no acompañada de articulación vocal. Resumiendo, utilizar el Lazo Articulatorio para mantener información en la MT no es otra cosa que convertir esa información en otra de naturaleza verbal (que pueda ser pronunciada) y mantenerla activa mediante su pronunciación repetida, es decir, su repaso. Este repaso puede ser manifiesto o encubierto. La Agenda Visoespacial La Agenda Visoespacial es el sistema de la percepción visual, utilizado para mantener y manipular información de naturaleza visoespacial bajo control atencional. Al igual que el Lazo Articulatorio, la Agenda Visoespacial es la utilización de un sistema mental con sus propias funciones y objetivos para el mantenimiento y manipulación activa de información. En este caso, se trata del sistema de la percepción visual y la información que se mantiene y manipula en la MT mediante este sistema es, lógicamente, de imágenes. Es importante señalar, sin embargo, que las imágenes nos dan dos tipos de información. En primer lugar, la información visual sobre la apariencia de caras, objetos, colores, etc. En segundo lugar, la información Página 4 de 17
  • 5. espacial sobre la localización relativa de las partes de la imagen (p. ej., de los ojos, nariz y boca en una cara, de los muebles en una habitación o de las piezas en una partida de ajedrez). Almacenar algo en la agenda visoespacial es, por tanto, convertir esa información a un formato visoespacial y mantenerla en el «ojo de la mente». Por seguir con el ejemplo anterior del recuerdo inmediato de un número de teléfono, el Ejecutivo Central puede decidir mantener la información escrita en la misma forma visual en la que ésta se percibe en las páginas de la guía de teléfonos. De esta manera, a la hora de marcar el número de teléfono sólo tendremos que «leerlo» desde la imagen mental. A diferencia del Lazo Articulatorio, la Agenda Visoespacial no requiere el repaso ordenado de las imágenes. Las imágenes individuales pueden ser combinadas en imágenes más complejas y recordarse como un todo. Aún así, hay límites al número de elementos independientes de que puede constar la imagen. Por ejemplo, si queremos visualizar una foto de familia con muchas personas, es posible que no podamos distinguir detalles como la expresión facial de cada uno. Si intentamos ver las caras de las personas con detalle, entonces es posible que sólo podamos visualizar una o dos caras con claridad. Como veíamos más arriba, los materiales que se mantienen en la MT pueden provenir tanto de fuentes externas al individuo como de fuentes internas, en concreto de los conocimientos almacenados en la MLP. Esto es cierto tanto para material verbal en el Lazo Articulatorio como para material visoespacial en la Agenda. Sin embargo, la diferencia en el origen de la información en el caso de la Agenda Visoespacial va acompañada de una gran diferencia en la experiencia subjetiva. Cuando las imágenes provienen de una fuente de estimulación externa, las vemos, son parte de la percepción del entorno visual. En cambio, cuando se generan a partir de una fuente interna, las imaginamos. Estas imágenes se experimentan como desligadas de la realidad, porque podemos visualizar cosas que sabemos que no existen en el mundo (p. ej., un elefante a rayas rojas y blancas). A pesar de esta diferencia subjetiva, presentaremos más adelante evidencia que hace pensar que las imágenes que creamos mediante la imaginación funcionan igual en aspectos importantes (p. ej., las exploramos de manera similar) que las imágenes que percibimos a través de los ojos. Esto apoya que ambas funciones (percepción e imaginación) son soportadas por un mismo sistema mental. Otros posibles subsistemas de la MT Como se habrá hecho patente en los dos apartados anteriores, la MT está constituida básicamente por el mecanismo central de control atencional llamado Ejecutivo Central y las posibilidades que aportan otros sistemas mentales para mantener activa y manipular voluntariamente información del tipo que ellos están diseñados para procesar. Así, el sistema del lenguaje aporta la posibilidad de mantener activa información de tipo verbal y el sistema de la percepción visual hace lo mismo para información de tipo visoespacial. Se puede, por tanto, considerar si no habrá otros sistemas de la mente que también aporten estas capacidades de mantenimiento de información por períodos breves de tiempo. Es muy posible que los sistemas perceptuales de otras modalidades distintas a la visual y la auditiva tengan alguna capacidad de este tipo, pero ésta debe depender mucho de la funcionalidad que esos otros tipos de representaciones tengan para los seres humanos. Por ejemplo, la cantidad de olores diferentes para los que tenemos una representación interna es muy pequeña comparada con la cantidad de palabras o formas visuales que podemos reconocer y rememorar. Asimismo, las representaciones mentales de tactos diferentes deben ser también limitadas. Sin embargo, estas otras modalidades pueden desarrollarse mediante entrenamiento. Por ejemplo, la mente de un perfumista contiene una gran amplitud y diversidad de símbolos para olores. Estos símbolos pueden entonces ser manipulados bajo control voluntario en su MT (llamémosle su «Agenda Odorífera») para valorar, por ejemplo, el resultado de combinaciones novedosas de aromas. La novela El perfume, de Patrick Süskind, relata la sorprendente historia de un individuo dotado hasta un grado increíble con estas capacidades de representación y manipulación mental de olores. Otro ejemplo lo constituyen los músicos. La variedad de representaciones mentales para sonidos de las personas no entrenadas en música es relativamente limitada (si exceptuamos Página 5 de 17
  • 6. los sonidos de las palabras). La mente de un músico, en contraste, está dotada de símbolos que valen por gran variedad de sonidos y combinaciones de sonidos, lo que le permite reconocerlos y manipularlos internamente, combinándolos de formas nuevas para crear piezas musicales. El caso de Beethoven, quien compuso muchas de sus obras cuando era ya completamente sordo, ejemplifica claramente el poder que los símbolos mentales y su manipulación bajo control voluntario en la MT confiere a la mente humana. En los apartados que siguen revisaremos algunas de las principales líneas de investigación sobre las distintas partes de la MT que han permitido extraer las conclusiones presentadas en este apartado, así como otros estudios que han explorado su utilidad para tareas variadas tanto a nivel evolutivo como en la vida cotidiana. EVIDENCIA EXPERIMENTAL SOBRE EL LAZO ARTICULATORIO Son muchos los aspectos del funcionamiento del Lazo Articulatorio que han sido explorados por los psicólogos de la memoria. Aquí nos vamos a centrar fundamentalmente en dos: qué tipo de representaciones se utilizan (es decir, qué tipo de símbolos son los que se manipulan cuando se mantiene información en tareas verbales de memoria inmediata) y cuál es la cantidad máxima de información que puede ser mantenida mediante el Lazo Articulatorio. Estos dos aspectos nos permiten entender mejor de qué modo se usa un proceso de repaso verbal para mantener viva la información por cortos períodos de tiempo. Las fuentes de evidencia empírica a las que vamos a acudir son tres: el efecto de similaridad fonológica, el efecto de longitud de la palabra y la influencia de la supresión articulatoria durante las tareas de recuerdo inmediato. El efecto de similaridad fonológica El efecto de similaridad fonológica es importante porque nos da información acerca del tipo de representaciones verbales que son utilizadas cuando la información se mantiene mediante el Lazo Articulatorio. Las palabras no se representan de una única manera en la mente, sino que hay (entre otros) dos grandes modos de representarlas: en términos de su sonido (representación fonológica) y en términos de su significado (representación semántica). Para caracterizar el formato en que la información verbal se representa cuando la repasamos en el Lazo Articulatorio hay que buscar pruebas del uso de uno u otro tipo de símbolos (fonológicos versus semánticos) en la conducta manifiesta de las personas. ¿Cómo ligar el formato de los símbolos a la conducta manifiesta? Un modo de razonar es el siguiente: a la hora de recuperar un símbolo de la MT será más posible equivocarse y decir otro de la serie si los dos se parecen. Como en las tareas de recuerdo inmediato se debe respetar el orden de presentación de las palabras, el parecido entre palabras conllevará errores. Podemos ahora valorar si se trata del parecido fonológico (de sonido) o semántico (de significado) el que produce una mayor tendencia a equivocarse en tareas de recuerdo inmediato. Baddeley (1966) contrastó estas predicciones, estudiando el recuerdo inmediato de listas de palabras con parecido fonológico y con parecido semántico. Cada tipo de lista se comparó con una condición de control en que las palabras no se parecían ni fonológica ni semánticamente, pero eran de la misma frecuencia de uso, categoría sintáctica, etc.3 Las siguientes listas son ejemplos adaptados al español: a) Lista con similaridad fonológica: masa, pasa, misa, musa, mesa. Lista de control: puma, beca, barra, dedo, cena. b) Lista con similaridad semántica: largo, espigado, amplio, extenso, grande. Lista de control: sucio, fuerte, caliente, viejo, profundo. Baddeley (1966) presentó un cierto número de listas de 5 palabras de cada uno de los cuatro tipos anteriores y midió el porcentaje de listas recordadas correctamente. Los resultados se presentan en la Figura 5.1. Como se puede observar, las listas con similaridad fonológica se 3 Estos son otros factores que pueden afectar el grado de recuerdo inmediato y, por tanto, deben ser controlados para aislar el efecto del tipo de parecido. Página 6 de 17
  • 7. recuerdan peor que sus listas de control, mientras que las listas con similaridad semántica se comportan igual que sus listas de control. El efecto de similaridad fonológica es el hecho empírico de que, en tareas de recuerdo inmediato, listas de palabras que suenan de forma parecida se reproducen con más errores que listas de palabras que no suenan de forma parecida. La interpretación teórica del efecto de similaridad fonológica, junto con la ausencia de un efecto de similaridad semántica en tareas de recuerdo inmediato, sigue las líneas esbozadas más arriba: la información que se mantiene viva en estas tareas mediante el uso del Lazo Articulatorio es de tipo fonológico. Es decir, los elementos de las listas se convierten a un tipo de símbolos que representan el sonido o la pronunciación de esos elementos y se mantienen en este formato en el Lazo Articulatorio. El efecto de longitud de la palabraEste segundo efecto empírico es de gran importancia porque nos informa acerca de dos aspectos diferentes pero relacionados: primero, cómo se mantiene la información en el Lazo Articulatorio y, segundo, cómo se debe entender y medir su limitación de capacidad. Tradicionalmente, desde el comienzo de la utilización de tareas de amplitud de memoria, se conceptualizó que la capacidad de la MT estaba en tomo a 7 elementos independientes (Miller, 1956). Es decir, la medida de la capacidad de la MT venía dada en número total de elementos independientes que podían ser repetidos correctamente. Un elemento podía ser una palabra corta (p. ej., la palabra dos) o larga (estetoscopio) o incluso tener más de una palabra (p. ej., en la serie blanca, paloma, luna, llena, las personas la recordarían como sólo dos elementos independientes «blanca paloma» y «luna llena»). En contraste, la teoría de Baddeley asume un proceso de repaso que es similar al habla externa o manifiesta. Si el proceso de repaso en tareas de recuerdo inmediato es nada más que habla interna, es de esperar que la duración de la pronunciación de la serie afecte a la cantidad de material que se puede repasar y, por tanto, a la capacidad total de recuerdo. Las teorías anteriores dejaban de lado este factor por completo. Baddeley, Thomson y Buchanan (1975) sometieron a comprobación experimental su predicción de que la duración de la pronunciación de la serie debiera limitar el número máximo de palabras que se pueden recordar en tareas de recuerdo inmediato. Generaron listas de 5 palabras, que variaban en el número de sílabas que componían cada palabra, desde 1 (monosílabos) hasta 5 sílabas. De nuevo, presentamos ejemplos adaptados a nuestro idioma: a) Una sílaba: pan, pie, luz, sol, pez. b) Dos sílabas: casa, tabla, pesa, búho, agua. c) Tres sílabas: cuchillo, madera, oriente, oveja, harina. d) Cuatro sílabas: caballero, dominico, equitación, hechicero, sordomudo. e) Cinco sílabas: dosificación, estetoscopio, experimentar, latifundista, telespectador. Estos autores valoraron la influencia del número de sílabas de las palabras de cada lista sobre dos medidas diferentes: a) el porcentaje de palabras recordadas correctamente en una tarea de recuerdo inmediato y b) el número de palabras leídas por segundo en una tarea de lectura en voz alta. Los resultados se presentan en la Figura 5.2. Varios aspectos de estos resultados son importantes: 1) listas de palabras con mayor número de sílabas se leen más despacio (menos palabras por segundo); 2) a mayor número de sílabas, peor es el grado de recuerdo inmediato; 3) el número de sílabas parece afectar de igual manera la velocidad de lectura y la cantidad de recuerdo inmediato. El primer resultado nos asegura que el número de sílabas es un factor que determina la velocidad de pronunciación. El segundo y tercer resultados permiten afirmar que el proceso que media entre la presentación de una lista de palabras y su recuerdo inmediato implica la pronunciación subvocal de las palabras de esa lista. El efecto de longitud de la palabra consiste, por tanto, en que listas de palabras cuya pronunciación es más larga se recuerdan peor en tareas de recuerdo inmediato. Página 7 de 17
  • 8. Este resultado no puede ser explicado por las teorías tradicionales de la capacidad de. la MT, pues todas las listas empleadas contenían el mismo número de elementos independientes (cinco). Los resultados de la Figura 5.2 permiten reformular la limitación de capacidad del Lazo Articulatorio en términos de la duración de la pronunciación del material verbal. Todo aquello que pueda ser repasado (pronunciado) en unos 2 segundos, se puede mantener activo en el Lazo Articulatorio. Como se puede observar, las listas de palabras mono sílabas fueron pronunciadas a una velocidad de 2-3 palabras por segundo, lo que significa que toda la lista (formada de 5 palabras) se pronuncia en algo más de 2 segundos. Su nivel de recuerdo inmediato es casi perfecto (90 por 100). Asimismo, las listas de palabras de 5 sílabas fueron pronunciadas a 1- 3 palabras por segundo, es decir, la lista completa tarda casi 4 segundos (3,84 segundos, para ser precisos). El porcentaje de palabras recordadas correctamente en este tipo de listas ronda el 50 por 100, es decir, dos palabras y media, que son las que se pueden pronunciar en unos 2 segundos. La visión del proceso de repaso que surge de estos resultados es la de un proceso de pronunciación subvocal de los elementos de la lista, que mantiene activa toda aquella información que pueda pronunciarse en un intervalo de unos 2 segundos. El hecho de que cuando la pronunciación tarda más se produzcan errores implica que la información fonológica tiende a decaer por sí misma. Si se tarda más de 2 segundos en volver a pronunciarla subvocalmente, se pierde por completo. Se puede hacer una analogía entre este proceso y una persona que intenta mantener en el aire a la vez un cierto número de globos empujándolos hacia arriba en orden con una sola mano. Tras empujar cada globo, éste empieza a decaer lentamente, mientras la persona empuja el siguiente y el otro, y así en adelante. Si la serie no es muy larga, la persona será capaz de volver al punto de partida y empujar de nuevo el primer globo antes de que haya caído al suelo. Del mismo modo, la actividad de las palabras que repasamos se incrementa al pronunciarlas y decae lentamente después. Si la serie no es muy larga, se pueden mantener todas ellas activas a la vez. Si la serie sobrepasa un cierto tiempo de pronunciación (2 segundos), la información habrá desaparecido por completo cuando el proceso de repaso alcance ese punto de nuevo. Curiosamente, la nueva definición de la capacidad del Lazo Articulatorio en términos de duración de la pronunciación permitió comprender un fenómeno que venía sorprendiendo a los psicólogos educativos ingleses. Se sabía que los niños del país de Gales, hablantes de welsh, obtenían como promedio una amplitud de memoria menor que los niños ingleses en el recuerdo inmediato de series de dígitos. Es decir, eran capaces de repetir menor número total de dígitos en recuerdo inmediato. La interpretación que parecía necesaria es que los niños del país de Gales tenían una MT verbal de menor capacidad que la de los niños ingleses. Sin embargo, al definir la capacidad en términos de duración de la pronunciación, se comprobó que la razón de esta diferencia estriba en que los números en welsh tienen pronunciaciones más largas que los números en inglés (Ellis y Hennelly, 1980). La capacidad en términos de tiempo de pronunciación se sitúa en torno a los 2 segundos, tanto para los niños del país de Gales como para los ingleses y, en general, para una variedad de otros idiomas (Baddeley, 1990). Los efectos de la supresión articulatoria La supresión articulatoria es un procedimiento que consiste en pedir a las personas que realizan una tarea de memoria inmediata que pronuncien algo irrelevante durante todo el tiempo que dura la presentación y el recuerdo inmediato de la lista de palabras4. La supresión articulatoria tiene el efecto de ocupar el sistema de articulación del lenguaje. Por tanto, si el Lazo Articulatorio usa el sistema de articulación del lenguaje para mantener la información verbal activa mediante su repaso subvocal, la capacidad de almacenamiento debe reducirse mucho cuando estas tareas se realizan con supresión articulatoria. Varios estudios confirman esta predicción y también otras más detalladas. Por ejemplo, la supresión articulatoria elimina el efecto de longitud de la palabra, haciendo que los niveles de recuerdo de listas de palabras de diferente número de sílabas sea igual de bajo. En general, 4 Las respuestas se dan de forma manual, por ejemplo, escribiendo las palabras que se recuerdan. Página 8 de 17
  • 9. los estudios que valoran el efecto de la supresión articulatoria en tareas de recuerdo inmediato apoyan la idea de que se trata del sistema de pronunciación del lenguaje el que se encarga de ejecutar el proceso de repaso y así mantener viva la información fonológica en la MT. Sin embargo, es importante subrayar que no todo el mantenimiento de la información fonológica se debe exclusivamente al proceso de repaso, pues la supresión articulatoria no elimina por completo la capacidad de mantener activa información verbal en tareas de recuerdo inmediato. La información fonológica es, de algún modo, «refrescada» o renovada por el proceso de repaso, lo cual permite evitar su decaimiento espontáneo. Sin proceso de repaso, la información fonológica todavía puede ser mantenida activa. pero ahora por un intervalo temporal muy limitado. Resumen El Lazo Articulatorio es, por tanto, el conjunto de símbolos de tipo verbal que están siendo mantenidos activos y manipulados bajo control voluntario mediante el sistema del lenguaje en un momento determinado. En tareas de recuerdo inmediato, esos símbolos verbales son de naturaleza fonológica, es decir, representan el sonido de las palabras, y no su significado. La información fonológica tiende a decaer espontáneamente, perdiéndose por completo después de unos 2 segundos. Su mantenimiento durante períodos más largos requiere un proceso de repaso que puede ser encubierto o manifiesto. Este proceso de repaso renueva la información fono lógica, permitiendo mantenerla activa durante otros 2 segundos. Por tanto, todo el material verbal que puede ser pronunciado en un intervalo de 2 segundos puede ser mantenido activo simultáneamente, lo que define la capacidad del Lazo Articulatorio. Una diferencia central entre el funcionamiento del sistema verbal y el visual, que se presenta posteriormente, es la necesidad del repaso en el primero para mantener la información activa. La necesidad del repaso proviene de la serialidad de la utilización de las representaciones del lenguaje. El lenguaje auditivo-oral, empleado por la mayoría de las personas, se caracteriza por utilizar un aparato particular para la comunicación: el tracto vocal. Este aparato no es capaz de producir más de un fonema por vez, lo que ha hecho que el código del lenguaje esté estructurado alrededor de esta característica. En el lenguaje combinamos fonemas en sílabas, sílabas en palabras, palabras en oraciones. Siempre se mantiene la serialidad: un elemento viene después del otro, no a la vez. A la hora de pronunciar palabras mentalmente, tampoco podemos hacerlo más que en estricto orden, una a una. El sistema de la percepción visual no tiene esta restricción, por lo que está dotado de mayor flexibilidad en sus posibilidades de manipulación de imágenes, como veremos más adelante. ¿PARA QUÉ SE USA EL LAZO ARTICULATORIO? Las funciones del Lazo Articulatorio son múltiples y el lector puede señalar muchas de ellas con sólo reflexionar unos instantes. En general, se trata de todas aquellas operaciones mentales que realizamos mediante la manipulación voluntaria de símbolos verbales. En este apartado vamos a señalar sólo algunas que han recibido atención por parte de los psicólogos de la memoria. Realización de cálculos aritméticos en memoria Intuitivamente sabemos que cuando realizamos cálculos aritméticos mentalmente, muchas veces manipulamos los números verbalmente. Esto es, para realizar la suma 15 + 7 pensamos: «Cinco más siete son doce, y me llevo uno. Uno y uno dos, total veintidós». Estas operaciones se realizan, por definición, mediante el Lazo Articulatorio, pues implican la manipulación bajo control voluntario de símbolos verbales que pronunciamos subvocalmente. Existe cierta evidencia de que esta afirmación es cierta. Por ejemplo, las puntuaciones en tests de inteligencia aritmética (que implican la realización de cálculos numéricos sin papel ni lápiz) Página 9 de 17
  • 10. son más altas en idiomas cuyos dígitos tardan menos en pronunciarse (Hoosain y Salili, 1988). Si los dígitos tardan menos en pronunciarse, se pueden mantener más de ellos simultáneamente activos mediante su repaso, lo cual produciría una mayor eficacia en la realización de estos cálculos. Adquisición de la lectura La manipulación interna de información verbal representada fonológicamente es central en la adquisición de la lectura. Una de las tareas más importantes y difíciles al aprender a leer es cómo asignar una pronunciación al material escrito. Los datos al respecto han correlacionado el grado de adquisición de la lectura y la amplitud de memoria de material verbal. Los niños con problemas de adquisición de la lectura suelen tener también una amplitud de memoria de trabajo reducida, lo que sugiere una posible relación entre ambos fenómenos (Miles y Ellis, 1981). Adquisición de vocabulario Cuando se oye una palabra nueva por primera vez, la tarea de repetida es muy parecida a una tarea de recuerdo inmediato de una lista de sílabas sin sentido. Por ejemplo, la palabra «ochavado» es una secuencia de 5 sílabas que, al oírlas por primera vez, todavía no han sido agrupadas en una sola unidad por virtud del significado del conjunto: «octogonal». Es de esperar, por tanto, que el Lazo Articulatorio tenga que ver con el aprendizaje de las secuencias de sonidos de nuevas palabras. Mientras los sonidos se mantienen activos mediante su repaso, se aprenden sus connotaciones semánticas, en relación con los eventos externos en que se oye esa palabra y con los significados de otras palabras ya conocidas previamente. Una situación en la que se puede observar este fenómeno es en el aprendizaje de los nombres de personas que conocemos por primera vez, por ejemplo cuando nos presentan a alguien. Si repasamos un par de veces su nombre mientras se cruzan las primeras palabras de la conversación, es muy posible que lo recordemos luego. En cambio, si no lo hacemos y nos centramos en la conversación, descubriremos muy posiblemente que el nombre ha desaparecido de la memoria cuando luego necesitemos usarlo. EVIDENCIA EXPERIMENTAL SOBRE LA AGENDA VISOESPACIAL Definimos la Agenda Visoespacial como el conjunto de símbolos de tipo visoespacial (o imágenes) que se están utilizando bajo control voluntario en un momento determinado. Estos símbolos son procesados en el mismo sistema mental que se encarga de generar la percepción visual del mundo externo. Al igual que al tratar del Lazo Articulatorio en secciones previas, la selección de estudios acerca de las características de la Agenda Visoespacial que vamos a presentar aquí tiene que ser necesariamente limitada. Nos centraremos en tres líneas de investigación que aportan información acerca de varios aspectos centrales de la Agenda Visoespacial: primero, que el modo en que usamos las imágenes creadas en la imaginación es similar al modo en que usamos las que provienen del mundo externo, lo cual fundamenta la creencia de que ambos tipos de imágenes son en realidad el mismo tipo de símbolo mental, con la única diferencia del origen interno o externo de la fuente de estimulación; y segundo, de qué tipo o tipos es la información contenida en las imágenes. Rotación mental de imágenes Un primer problema al que se enfrentan los estudios sobre la imaginación estriba en cómo encontrar índices en la conducta manifiesta de las personas que nos permitan inferir qué está sucediendo en la mente cuando ésta se implica en una tarea que requiere la imaginación. Los Página 10 de 17
  • 11. psicólogos han encontrado métodos ingeniosos que permiten ligar la imaginación a ciertas características de la conducta manifiesta. Uno de los índices más empleados es el tiempo que se tarda en manipular las imágenes de una cierta manera, por ejemplo, rotarlas. Shepard y Metzler (1971) presentaron a sus sujetos pares de estructuras tridimensionales hechas de cubos, como las que aparecen en la Figura 5.3, y les pidieron que decidieran si los dos objetos del par eran en realidad el mismo objeto o no. Es fácil ver que los dos miembros del par A en la Figura 5.3 son en realidad el mismo objeto, con una pequeña diferencia de rotación de unos pocos grados. El par e corresponde también al mismo objeto, que ahora está rotado unos 1800 en profundidad. Finalmente, los miembros del par B no corresponden al mismo objeto, pues no hay manera de rotarlos de modo que tengan una apariencia visual idéntica. En la realización de esta tarea se supone que los sujetos deben rotar mediante la imaginación uno de los miembros del par hasta comprobar que concuerda con el otro. Estos autores manipularon el número de grados de rotación que diferenciaban los miembros de los pares correspondientes a un mismo objeto, desde 0 a 180 grados en intervalos de 200, y midieron el tiempo que las personas invertían en decidir que se trataba del mismo objeto. Los resultados para rotaciones en el plano vertical se presentan en la Figura 5.4. El tiempo que se necesita para realizar la tarea crece de forma lineal con el número de grados que el dibujo debe ser rotado. Es decir, cuanto más se debe rotar una de las imágenes, más tiempo se invierte. Pero además, estos resultados ponen de manifiesto un aspecto sorprendente: la rotación mental de imágenes parece efectuarse a velocidad constante. Este y otros estudios similares abrieron la posibilidad de estudiar científicamente un proceso mental que parecía extremadamente escurridizo, la imaginación, al demostrar que la conducta manifiesta, públicamente observable, se comporta de un modo que parece reflejar fielmente los procesos mentales que manipulan imágenes. Sin embargo, la tarea que se utiliza en este estudio se realiza con los estímulos visuales presentes durante todo el tiempo. Se podría argüir, por tanto, que lo que se está estudiando en realidad no son procesos de imaginación, sino algún tipo de «razonamiento visual» sobre imágenes externas a la persona. En términos de la distinción presentada en apartados previos entre imágenes que surgen de una fuente externa frente a las que surgen de una fuente interna, este argumento afirma que el estudio previo no tiene relevancia para la imaginación, pues utiliza imágenes originadas en el exterior mientras que en la imaginación la fuente es interna. La siguiente línea de investigación permitió demostrar que la presencia de las imágenes en el mundo externo no es necesaria para que se encuentre este tipo de relación entre la manipulación de imágenes y la conducta manifiesta. Exploración de imágenes mentales Este conjunto de estudios han puesto de manifiesto que la exploración de imágenes generadas internamente también consume tiempo. En concreto, pasar de atender o enfocar una parte de la imagen a enfocar otra requiere un tiempo que depende de la distancia entre las dos (Kosslyn, 1980). El procedimiento típico consiste en presentar al sujeto una imagen, que luego se retira, pidiéndole que la mantenga en su imaginación. Inmediatamente, se le hacen preguntas acerca de distintas partes de la imagen, y se mide el tiempo que tarda en contestarlas en función de si la parte focalizada previamente está más cerca o más lejos de aquélla sobre la que se pregunta. Por ejemplo, se presenta a la persona un dibujo de una barca, con una bandera en la proa, una cabina en el centro y un timón en la popa. Si la pregunta previa ha sido sobre la cabina, la persona tarda menos en responder a una pregunta sobre la bandera que si la pregunta previa ha sido sobre el timón. Da la impresión, por tanto, de que los sujetos responden a la pregunta mediante una exploración de la imagen mental en líneas generales muy similar la exploración de una imagen que está realmente presente en el mundo externo. Otra cosa que podemos hacer para explorar una imagen mental es agrandar cierta parte de la misma, para poder ver los detalles, o reducirla para poder apreciar mejor su forma global. Este tipo de manipulación no lo podemos realizar con las imágenes externas, excepto si nos acercamos o alejamos físicamente de ellas. En un estudio se comparó el tiempo empleado en responder a una pregunta sobre las orejas de un conejo cuando éste era imaginado al Iado de Página 11 de 17
  • 12. un elefante (por tanto, con un tamaño pequeño, supuestamente) frente a cuando se le imaginaba al Iado de una mosca (tamaño grande). El tiempo que se tarda en contestar es mayor en el primer caso, lo cual hace pensar que los sujetos deben agrandar primero la imagen del conejo para poder observar bien sus orejas, lo que no es necesario en el segundo caso. El conjunto de estudios presentado en este apartado y en el anterior pusieron de manifiesto diferentes aspectos del sistema de imaginación humano: en primer lugar, la manipulación mental de imágenes consume tiempo y, por tanto, se puede utilizar el tiempo de reacción como índice conductual de estas operaciones mentales. En segundo lugar, el sistema de la imaginación es altamente flexible, pudiéndose modificar las imágenes de múltiples maneras (rotarlas, explorarlas, cambiar su tamaño, etc). En tercer lugar, el modo como nos comportamos con respecto a una imagen mental es muy parecido a como lo hacemos con una imagen que esté realmente incidiendo en la retina. Esto fundamenta la afirmación de que la manipulación de imágenes bajo control voluntario está utilizando los mecanismos que normalmente dan lugar a la percepción de objetos en el mundo externo. Sin embargo, el modo en que la información visual se genera a partir de los datos de la memoria a largo plazo (digamos, cuando imaginamos la cara de un amigo que no vemos desde hace tiempo) hace pensar que las imágenes no se almacenan como tales en el almacén de conocimiento permanente. Por ejemplo, a la hora de imaginar la cara de ese amigo, podemos olvidar partes, pero esas partes corresponden siempre a componentes de la imagen (imaginamos la cara pero sin el lunar de al Iado del labio o sin la cicatriz sobre la ceja izquierda). El olvido nunca afecta a partes definidas en términos visuales o espaciales (p. ej., el cuadrante superior izquierdo). Así, parece más bien que, de alguna manera, reconstruimos la imagen a partir de la información almacenada en la MLP. Independientemente de cómo estén codificadas las imágenes en la MLP, lo que parece claro es que sus reconstrucciones sí tienen las características de las imágenes que percibimos desde fuentes externas. Es decir, la forma de esa información en la Agenda Visoespacial sí es de tipo visoespacial. En el siguiente apartado veremos evidencia experimental que apoya esta afirmación, así como más datos acerca del uso de los mismos mecanismos mentales para tareas perceptuales y de imaginación. Interferencia en la Agenda Visoespacial El estudio que vamos a presentar en esta sección utiliza una lógica de tareas concurrentes. La idea fundamental consiste en pedir a los participantes que realicen simultáneamente dos tareas, y observar si se da o no interferencia entre las dos. Como se ha hecho patente en varios puntos de este capítulo, existen límites sobre el número total de símbolos que pueden mantenerse activos y usarse voluntariamente a la vez, sea tanto en el Lazo Articulatorio como en la Agenda Visoespacial. Por tanto, según la lógica de este experimento, si se encuentra interferencia entre dos tareas, podemos inferir que las dos están requiriendo la manipulación voluntaria del mismo tipo de símbolos (verbales o visoespaciales). Al imponer demandas que sobrepasan la capacidad del subsistema de la MT que se esté utilizando, la ejecución de las dos tareas simultáneamente se deteriora. En cambio, si una implica manipular un tipo de símbolos (digamos, verbales) y la otra otro (digamos, visoespaciales), la ejecución de las dos tareas a la vez no debiera verse tan afectada. Llamemos tarea primaria a la tarea que se espera influya en la tarea secundaria, y tarea secundaria a la tarea cuya ejecución se mide y que esperamos sea influida por la tarea primaria. Brooks (1968) utilizó dos tipos de tarea primaria: a) Tarea de imaginación: presentaba una letra mayúscula con un punto y una flecha en uno de sus vértices, que luego retiraba (Figura 5.5). El sujeto debía recorrer el contorno de la letra con la imaginación, comenzando en el vértice marcado con el punto y avanzando en la dirección indicada por la flecha. Al alcanzar cada vértice, debía contestar «sí» si el vértice tocaba la línea superior o inferior de la letra, y «no» en otro caso. En el caso del ejemplo de la Figura 5.5, las respuestas del sujeto debieran ser «sí, sí, sí, no, no, no, no, no, no, sí, sí». b) Tarea verbal: se les daba a los sujetos una frase Página 12 de 17
  • 13. bien conocida, como, por ejemplo, «más vale pájaro en mano que ciento volando». El sujeto debía ir generando la frase para sí mismo y, para cada palabra, contestar «sí» si la palabra era un nombre y «no» en caso contrario. En el ejemplo, el sujeto debía contestar «no, no, sí, no, sí, no, no, no». Había también dos tipos de tarea secundaria: a) Tarea visoespacial: ir señalando las respuestas (síes y noes), marcándolas con un lápiz, en una hoja de papel con las palabras «sí» y «no» escritas en muchos sitios y mezcladas al azar. b) Tarea verbal: ir pronunciando verbalmente las respuestas «sí» y «no». Vemos que las tareas primarias son tareas que implican el uso de la MT. En ambos casos, el material sobre el que se basan las respuestas se proporciona al principio y el participante debe retenerlo y examinarlo en la MT. En cambio, las tareas secundarias, que no son otra cosa que el modo de dar las respuestas, no son tareas de memoria inmediata. La primera es una tarea visoespacial porque implica una búsqueda de la palabra que se quiere marcar en la hoja y la realización de una respuesta manual orientada hacia esa palabra, mientras que la segunda es verbal porque se utiliza el sistema del lenguaje para articular las palabras. En este estudio se encontró un deterioro de la ejecución (medido mediante un incremento del número de errores) cuando tanto la tarea primaria como la secundaria implican el uso de representaciones del mismo tipo, verbales o visoespaciales. Los sujetos se equivocaban mucho cuando tenían que pensar en la frase y dar sus respuestas de forma hablada, y cuando tenían que imaginar la figura y señalar sus respuestas en el papel. El número de errores, en cambio, era mucho menor cuando la tarea de memoria y el modo de respuesta utilizaban representaciones de naturaleza diferente. Estos resultados concuerdan con muchas experiencias de la vida cotidiana. Por ejemplo, no solemos tener problemas para conducir y llevar una conversación a la vez. La conducción es una tarea de tipo visoespacial, pues implica el seguimiento de un estímulo visual (la carretera) con movimientos del volante en la misma dirección y, evidentemente, conversar es una tarea verbal. En cambio, si alguna vez hemos intentado buscar algo, por ejemplo, una cinta de casete en la guantera, a la vez que conducimos, habremos experimentado un gran incremento en la dificultad de la conducción. Esto se debe a que las dos tareas requieren la utilización de recursos visoespaciales comunes. El estudio realizado por Brooks (1968) es importante porque pone de manifiesto varios aspectos del sistema de la MT humano: primero, que existe una limitación de capacidad para el material verbal y otra para el material visoespacial5; y segundo, que no importa si la información de cada tipo es procesada en relación con una tarea de memoria o con tareas manifiestamente perceptuales o verbales, en los dos casos se encuentran las mismas limitaciones. Por tanto, las tareas de la MT no son sino la utilización bajo control voluntario de información que surge de fuentes internas, pero esta información es procesada mediante los mismos sistemas que trabajan sobre ella en tareas no de memoria (como en la percepción visual o la comunicación mediante el lenguaje hablado). Resumen En conclusión, la Agenda Visoespacial es el conjunto de símbolos de tipo visoespacial que están siendo manipulados activamente bajo control voluntario mediante el sistema de la percepción visual en un momento determinado. Esos símbolos visoespaciales, o imágenes, se generan a partir de fuentes internas en tareas de imaginación y pueden ser manipulados de modos muy variados y flexibles, que incluyen su rotación, exploración y cambio de tamaño, entre otros muchos. Del mismo modo que el Lazo Articulatorio, la Agenda Visoespacial también está limitada en la cantidad total de imágenes independientes que pueden manipularse simultáneamente. ¿PARA QUÉ SE USA LA AGENDA VISOESPACIAL? 5 Este estudio no nos permite concluir si, además de estas limitaciones de capacidad específicas para cada tipo de infonnación, existen otras de tipo general. Página 13 de 17
  • 14. Aunque disponemos de muchos menos estudios empíricos, es posible señalar una gran variedad de tareas de la vida cotidiana en las que la manipulación mental de imágenes tiene un papel central. Lo que sigue es sólo una selección ilustrativa. Manipulación de piezas en operaciones de ensamblaje, mecánica y otras Todo tipo de tarea manual que implique la manipulación de piezas que encajan entre sí en diferentes posiciones y orientaciones se beneficia enormemente de una buena capacidad de formación y manipulación de imágenes en la MT. Por ejemplo, a la hora de hacer un puzzle, la imagen del lugar donde debe ir la pieza siguiente nos permite seleccionar del conjunto de piezas disponibles sólo aquélla o aquéllas que tienen una forma adecuada para ese hueco. En esta tarea percibimos la forma del hueco y la mantenemos en la imaginación para compararla con la de las piezas disponibles, muchas veces rotándola o invirtiéndola si es necesario. Tareas similares son el montaje de piezas en un motor, el ensamblaje de muebles y tantas otras. Realización de cálculos aritméticos por el método de las regletas Un método de uso relativamente frecuente para la enseñanza de la aritmética es el método de las regletas. En éste, se utilizan regletas de distintas longitudes y colores, que representan los números. Por ejemplo, la regleta azul mide, digamos, 5 centímetros (cm) y representa el 10. La regleta verde mide 2,5 cm y representa el 5. Los niños pueden así apreciar fácilmente que el 10 es el resultado de la suma de 5 + 5. Las operaciones con regletas se hacen al principio de forma manual, manipulando las regletas en la realidad. Pero, una vez interiorizadas, las imágenes mentales de las regletas proveen un método muy flexible para la manipulación y transformación de números. Estrategias mnemotécnicas basadas en imágenes Las estrategias mnemotécnicas (de memorización) basadas en el uso de imágenes son muy efectivas. Una estrategia bien conocida que ayuda a memorizar listas de palabras es la del «sendero». Consiste en imaginar un paseo por un camino bien conocido, por ejemplo, el que lleva desde casa al lugar de trabajo, e ir imaginando cada palabra en un lugar concreto de ese recorrido. Por ejemplo, para la lista «árbol, caballo, mesa, coche» se puede uno imaginar un árbol bloqueando la puerta de casa, un caballo en la parada del autobús, una mesa en medio del autobús y un coche aparcado en medio del aula. Por supuesto, este método, como todos los basados en imágenes, funciona mejor cuanto más fácil es visualizar las palabras, lo cual es un indicio de que realmente se están utilizando imágenes para ayudar a la memorización. Otro dato en el mismo sentido es que este método no se puede aplicar, o se aplica peor, cuando se pide a los sujetos que realicen a la vez una tarea concurrente de tipo visoespacial. EL EJECUTIVO CENTRAL El Ejecutivo Central es la parte menos estudiada de la MT, aunque sin duda es la más interesante e importante. Hemos presentado la MT como el conjunto de símbolos que, en un momento determinado, están siendo manipulados bajo control voluntario. El Ejecutivo Central es la parte de la mente que ejerce ese control. El control voluntario tiene características que lo hacen extremadamente interesante: en primer lugar, es altamente flexible. Esto es, se puede decidir tratar de múltiples maneras diferentes a símbolos similares o de maneras similares a símbolos muy diferentes. Gran cantidad de Página 14 de 17
  • 15. factores se pueden tener en cuenta en un instante determinado para decidir adoptar una u otra estrategia para enfrentar una tarea concreta. En segundo lugar, la manipulación de símbolos bajo control voluntario acompañada de experiencia subjetiva, esto es, de consciencia. No sólo somos conscientes de los símbolos que estamos utilizando, sino también de los objetivos con que los usamos y del hecho de que estamos tomando decisiones voluntarias. Esto es, de que podríamos decidir hacer las cosas de otra manera, si quisiéramos. No hay tema de la psicología cognitiva que esté tan cercano a las cuestiones de la voluntad, la consciencia y la libertad como las funciones que desarrolla el Ejecutivo Central. Por todo esto, el Ejecutivo Central es muy interesante, pero también muy difícil de estudiar científicamente. Aunque se han hecho algunos avances, hasta el momento no contamos con teorías sobre la toma de decisiones que permitan tan alta flexibilidad y, desde luego, estamos muy lejos de entender por qué este tipo de funciones debieran producir la experiencia subjetiva: el que el propio mecanismo que las ejecuta se dé cuenta de lo que está haciendo. Pocas cosas se conocen, por tanto, acerca del Ejecutivo Central. Su estudio se considera actualmente más relacionado con los temas atencionales que con los de memoria, por lo que volveremos a hablar de él brevemente en los apartados que se dedicarán a la atención en el Capítulo 10. En relación con el funcionamiento de la MT, el Ejecutivo Central es el mecanismo que decide en qué forma va a enfrentar la tarea de memoria inmediata, del mismo modo que es el que decide cómo se va a enfrentar cualquier otro tipo de tarea que requiera el control voluntario. Este mecanismo decide qué información hay que recuperar de la MLP, qué información del ambiente debe ser atendida, qué forma deben tomar esos materiales en la MT (verbal o visual), cómo se manipulan las palabras o las imágenes y cuándo la tarea está cumplida o debe abandonarse. Los mecanismos que realmente realizarán estas tareas son los del lenguaje y los de la percepción visual, pero actuando bajo el control y la supervisión del Ejecutivo Central. De esta descripción de funciones no se debe sacar la conclusión de que el Ejecutivo Central es necesario para todo proceso mental, lleve o no a conducta manifiesta. En realidad, gran parte de los procesos mentales y conductuales funcionan de un modo automático, que no requiere la intervención del Ejecutivo Central (Shiffrin y Schneider, 1977). Por ejemplo, durante la conducción, la decisión de torcer a la izquierda para acortar en el camino hacia casa debe tomarse bajo control voluntario consciente. Sin embargo, el reducir marchas, con toda su complejidad de movimientos (pisar el freno ligeramente, pisar el embrague a fondo, mover la mano a la posición actual de la palanca de cambios y situarla en la correspondiente a la marcha inferior, soltar el embrague suavemente) se realiza de forma completamente automática para un conductor hábil. Del mismo modo, cuando oímos una oración, todos los procesos de comprensión del lenguaje (la identificación de fonemas, sílabas y palabras, el análisis sintáctico de la oración y la extracción de su significado) se realizan también de forma automática. En resumen, existen secuencias de conductas y de procesos mentales que se realizan de forma automática, sin intervención del control voluntario. Frente a los procesos bajo control voluntario, que se caracterizan por su flexibilidad, los procesos automáticos son bastante inflexibles. Por ejemplo, una vez adquirido un lenguaje, es casi imposible evitar entender una oración que oigamos. Todos los procesos de comprensión del lenguaje se ponen en marcha automáticamente y extraen el significado de la oración. Mediante el control voluntario sólo podremos, simplemente, intentar no prestar atención a ese significado, borrándolo de la mente rápidamente. La existencia de ambos tipos de procesos, automáticos frente a controlados, se pone de manifiesto claramente en los casos en que el Ejecutivo Central establece un curso de acción, pero no mantiene el control del mismo. Una razón para que esto pase es que sus recursos limitados están siendo ocupados por alguna otra tarea (p. ej., cuando se está pensando en algo preocupante). En estos casos suceden los llamados deslices de la acción. Por ejemplo, Freud cuenta en su Psicopatología de la Vida Cotidiana cómo una vez se dirigía a la casa de un paciente, con su atención puesta en otros asuntos. Alllegar a la puerta, sacó sus llaves del bolsillo e intentó introducidas en la cerradura, antes de darse cuenta de que aquella no era su casa. Otro ejemplo común se da cuando salimos del trabajo y nos dirigimos a casa en coche por el camino habitual. Al salir decidimos que vamos a ir a visitar a un amigo, en lugar Página 15 de 17
  • 16. de ir a casa. Sin embargo, otros pensamientos ocupan nuestra atención y súbitamente nos damos cuenta de que hemos conducido hasta casa. Ante estos ejemplos, cualquiera puede fácilmente apuntar otros muchos de su propia experiencia cotidiana. ¿Cuál es la anatomía de uno de estos «deslices»? En primer lugar, el Ejecutivo Central marca un plan de acción, pero luego ocupa toda su capacidad en otros asuntos y los procesos automáticos pasan a controlar la conducta. Los procesos automáticos son relativamente inflexibles y, por tanto, producen conducta estereotipada ante ciertos estímulos. Ante una puerta a la que me dirijo, saco las llaves. Muchas veces, esa conducta estereotipada es perfectamente adaptativa y permite a las personas dedicar su atención a otras cosas mientras realizan las acciones habituales. Sólo a veces, se descubre con sorpresa que eso no era lo que se pretendía hacer. Los deslices de la acción nos enseñan tres lecciones sobre el Ejecutivo Central: en primer lugar, que éste no es necesario para el comportamiento (ni para el procesamiento mental). Hay múltiples hábitos conductuales (y procesos mentales) que se automatizan a través de la práctica y pueden ser desencadenados directamente por estímulos ambientales. En segundo lugar, el Ejecutivo Central actúa posiblemente potenciando los cursos de acción (o procesamiento) que llevan al objetivo del momento, e inhibiendo o suprimiendo los que no. Es decir, no tiene que controlar por sí mismo todos y cada uno de los pasos, excepto quizá en etapas muy tempranas de la adquisición de una habilidad. En tercer lugar, el Ejecutivo Central tiene también una capacidad limitada. Esto es lo mismo que decir que sólo podemos atender a una cierta cantidad de cosas a la vez. Si atendemos a dos a la vez, es posible que no hagamos ninguna de las dos bien del todo. Si intentamos atender a tres o cuatro, es muy posible que la realización de más de una de ellas sea desastrosa. En estos momentos, cuando la capacidad de control voluntario está ocupada, es posible que los procesos automáticos tomen el control de la conducta manifiesta, produciéndose los «deslices de la acción». CONCLUSIONES Se ha presentado a lo largo de este capítulo una visión de la MT como aquel conjunto de símbolos mentales que, en un momento determinado, están siendo manipulados bajo control voluntario. El sistema de la MT tiene al menos dos componentes: la parte que mantiene el control, tomando decisiones y estableciendo estrategias, y la parte o partes que «aportan» los símbolos con los que se trabaja y realizan las manipulaciones. Estas otras partes son, principalmente, dos: el sistema del lenguaje, que aporta y manipula los símbolos de tipo verbal, y el sistema de la percepción visual, que aporta y manipula los símbolos de tipo visoespacial. Los símbolos verbales que se manipulan en tareas de memoria inmediata son de naturaleza fonológica (valen por el sonido de las palabras y se pueden pronunciar) y su manipulación interna es muy parecida a cuando pensamos en voz alta. La cantidad de ellos con los que se puede trabajar simultáneamente depende de lo rápido que los podamos repasar, es decir, pronunciar una y otra vez. Los símbolos visuales son de naturaleza visoespacial (valen por imágenes, que nos informan tanto de la apariencia de las cosas como de la localización relativa de sus partes) y podemos manipularlos internamente de múltiples maneras. No parece muy posible que podamos trabajar simultáneamente con más de una o dos imágenes independientes a la vez, pero sí podemos combinar muchas de ellas en una sola. El sistema de control voluntario decide qué información va a ser atendida, provenga ésta de la MLP o del ambiente externo, cuáles son los objetivos de la tarea y cómo va a ser manipulada la información para lograrlos. La realización de estas manipulaciones la deja en mano de los otros sistemas, pero mantiene la supervisión de su funcionamiento, de modo que inhibe cursos de acción (mental o manifiesta) que no son conducentes al logro de los objetivos. Sin embargo, cuando no puede mantener esta supervisión, los procesos automatizados se pueden imponer y llevar a la producción de conducta estereotipada. Una función del sistema de control voluntario en la que hemos hecho muy poco hincapié durante este tema es la de servir también de puerta de entrada a la MLP. La información que aprendemos se recibe primero en la MT y allí puede ser procesada de modos que favorezcan Página 16 de 17
  • 17. su aprendizaje a largo plazo. Cuáles son estos modos constituyen uno de los objetivos del siguiente capítulo. PLANTEAMIENTO DEL CAPÍTULO La división de los sistemas de memoria humana planteada al principio del capítulo proviene del trabajo clásico de Atkinson y Shiffrin (1968). La mayor parte del resto del capítulo está basada en la teoría de la MT propuesta por Alan Baddeley (Baddeley y Hitch, 1974) tal como la presenta Baddeley (1982, 1990). Este autor es también el prin cipal artífice de los trabajos sobre el Lazo Articulatorio. La investigación sobre imaginación visual surgió de forma independiente y fue desarrollada sobre todo por Shepard (p. ej., 1978), Paivio (1971) y Kosslyn (1980). La visión del Ejecutivo Central que se presenta aquí debe más a los trabajos sobre atención que a los de memoria, muy especialmente a la distinción entre procesos automáticos y controlados realizada por Shiffrin y Schneider (1977) y al modelo de control atencional de Norman y Shallice (1986). PARA SABER MÁS Un libro de sencilla lectura que aborda buena parte de los fenómenos descritos en este capítulo es el de Baddeley (1982). Este libro aborda los fenómenos de la memoria en general, por lo que su lectura es muy recomendable también con respecto a los siguientes capítulos. El artículo de Baddeley y Hitch (1974) se encuentra traducido al español en Sebastián (1983). Página 17 de 17