Leonor Fini nació en Buenos Aires y creció en Trieste e Italia. Se mudó a París para convertirse en pintora, donde conoció a otros artistas como Paul Éluard, Henri Cartier-Bresson y Salvador Dalí. Pintó retratos y diseñó vestuarios y decorados teatrales. Sus últimas pinturas exploraron fantasías eróticas y la muerte. También ilustró obras de Edgar Allan Poe, Marcel Aymé y el Marqués de Sade.