El documento describe la historia del reino visigodo en la Península Ibérica desde el siglo V hasta el VIII. Los visigodos establecieron un reino unificado en Toledo y progresivamente dominaron todos los territorios peninsulares. Aunque inicialmente no controlaban toda la península, otros pueblos gobernaron algunas regiones. Los visigodos adoptaron la cultura hispanorromana y la religión católica, unificando jurídica y religiosamente a la población. Sin embargo, conflictos internos debilitaron el reino