2. Definición:
Los padres permisivos son aquellos que tienen poco
control sobre sus hijos.
Para ellos, la educación se basa en la falta de normas y
límites. Algunos son muy afectuosos emocionalmente,
convirtiendo este medio en el único vínculo de relación que
establecen con sus hijos, por lo que pueden descuidar o
poner poca atención en la parte formativa.
3. Por lo general, los padres permisivos dan total libertad
a sus hijos para que ellos tomen sus propias decisiones
de lo que quieren hacer, cuándo y cómo; además de ser
excesivamente tolerantes aun con conductas que nos
les parecen adecuadas.
4. Razones que llevan a los padres a
ser permisivos:
Cuando se convierten en padres siendo muy jóvenes.
Los padres que por querer ser “modernos” piensan que
los límites, horarios o reglas pueden “traumar” a sus
hijos.
Los padres con hijos “pilón”.
5. Los padres muy
ocupados: aquellos
que no tienen el
tiempo para
desempeñarse como
padres por lo que el
sentimiento de culpa
los agobia.
6. Consecuencias de ser un padre o
madre permisivo:
El resultado de este tipo de educación puede ser difícil
de predecir. Ante la falta de normas y límites en el
hogar, el niño se desarrolla desorientado, expuesto a
que sean las relaciones interpersonales que viva fuera
del hogar (amigos, escuela, medios de comunicación,
etc.) sean quienes determinen sus principios y valores.
7. Las consecuencias de ser permisivos son con
frecuencia que los hijos sean impulsivos, inmaduros y
descontrolados, que tengan dificultad para asumir
responsabilidades sencillas tanto en la casa como en la
escuela.
8. ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL PONER
LÍMITES?
Al niño no se le puede dejar al libre albedrío de sus propios
impulsos, pues, de lo contrario, se convertirá en un
dictador. Cuando sea necesario los padres deben entrar en
conflicto con sus hijos sabiendo decir «no» y, si es preciso,
utilizando el castigo, no el físico, sino el de
comportamiento, es decir, privándole de satisfacciones que
le agraden (no ver la televisión, restituir lo robado, pagar lo
que ha roto, etc.) Naouri (2005).
9. Poniendo límites a los niños les ayudamos a aprender a
autorregularse, es decir, a ponerse límites a ellos
mismos.
10. ALGUNAS CAUSAS DE LA INSEGURIDAD,
INCAPACIDAD Y POCA AUTORIDAD DE LOS
PADRES
Nitsch y Schelling (1998) señalan entre las
principales causas las siguientes:
Los padres no saben decir «no» por miedo a
parecer autoritarios.
Los padres desean actuar de forma
absolutamente diferente a sus propios padres
11. Los padres imponen a sus hijos unos
límites demasiado estrechos.
Los padres se mantienen al margen de la
educación de sus hijos.
Los padres no quieren prohibir nada a
sus hijos.
Los padres miman de forma exagerada a
su hijo hasta convertirlo en el centro de
la familia.
12. ¿CÓMO ESTABLECER LÍMITES?
Aprender a manejar la frustración.
Control del comportamiento agresivo.
Tomar medidas antes de que lo haga el niño.
Ofrecer tiempos de descanso.
13. Ofrecer tiempo y espacio para desahogarse.
Reconocer sus puntos críticos.
14. Errores frecuentes que deberían
evitarse:
La permisividad.
Ceder después de decir «no».
Tratamiento del «sí».
Abusar del autoritarismo.
Falta de coherencia.
15. Gritar y perder el control.
Sobrepasar la barrera de los gritos.
No cumplir las promesas ni las amenazas.
No establecer puentes para negociar.
No escuchar a los hijos.
Exigir éxitos inmediatos.
16. Para implementar una educación razonable y
exitosa, debemos tener en cuenta que las reglas:
Deben ser concisas y razonables.
Deben ser comunicadas claramente.
Deben ser reforzadas periódicamente.
17. Es importante recordar:
Dirigir requiere, en primera instancia, saber a dónde se
está llevando a uno mismo, identificar qué se desea,
soñar y vivir defendiendo un proyecto personal, para
tener derecho a poder influir sobre otros.
18. Niños y niñas necesitan desesperadamente referentes
claros, posturas abiertas, diálogo
permanente, escucha, límites identificables, pero ante
todo, que creamos en ellos desde su potencialidad y su
bondad, posibilitándoles el «ser» que los lleve al
compromiso con la vida, con su realidad.
19. Tener autoridad positiva equivale a que cualquier
actuación humana, en la relación con los hijos, vaya
acompañada de dos requisitos imprescindibles:
Amor y Sentido común.
El amor supone tomar decisiones que a veces son
dolorosas, a corto plazo, para los padres y para los
hijos, pero que después son valoradas de tal manera
que dejan un bienestar interior en los hijos y en los
padres.
20. El sentido común es lo que hace que se aplique la
técnica adecuada en el momento preciso y con la
intensidad apropiada, en función del niño, del adulto y
de la situación en concreto.
21. “Finalmente, la escucha activa hacia nuestros hijos puede
transmitirles confianza en sí mismos y habilidad para
manejar sus sentimientos y problemas”.