2. A pesar de que no existe una
definición como tal, se considera a
un trastorno mental como un patrón
comportamental o psicológico de
significación clínica que, cualquiera
que sea su causa, es una
manifestación individual de una
disfunción comportamental,
psicológica o biológica.
Esta manifestación es considerada
síntoma cuando aparece asociada
a un malestar, a una discapacidad,
o a un riesgo significativamente
aumentado de morir o de sufrir
dolor, discapacidad o pérdida de
libertad.
3. Existen muchas causas de las
enfermedades mentales. Los genes y
los antecedentes familiares pueden
jugar un papel. Sus experiencias de
vida, tales como el estrés o un historial
de abuso, también pueden influir.
Los factores biológicos también pueden
ser parte de la causa. Una lesión
traumática del cerebro puede conducir
a un trastorno mental. La exposición de
la madre durante el embarazo a virus o
químicos tóxicos también puede
desempeñar un papel.
Otros factores pueden aumentar el
riesgo, tales como el uso de drogas
ilegales o sufrir una condición médica
seria como cáncer.
4. Para uniformar criterios, la Organización
Mundial de la Salud (OMS), creó la
DSM, clasificación de los trastornos
mentales universal. Algunos de los tipos
de trastornos más destacados son:
•Trastornos de inicio en la infancia, la
niñez o la adolescencia.
•Delirium, demencia y trastornos
amnésicos.
•Esquizofrenia y otros trastornos
psicóticos
•Trastornos del estado de ánimo
•Trastornos de ansiedad
•Trastornos de la personalidad
En esta presentación, nos centraremos
en algunos casos de los últimos dos
tipos.
6. El trastorno por estrés
postraumático es un trastorno
psicológico clasificado dentro del
grupo de los trastornos de
ansiedad. Se caracteriza por la
aparición de síntomas específicos
tras la exposición a un
acontecimiento estresante,
extremadamente traumático, que
involucra un daño físico o de
naturaleza extraordinariamente
amenazadora o catastrófica para el
individuo.
Los síntomas del TEPT pueden
empezar inmediatamente después
del evento traumático y
permanecer. Otras personas
desarrollan síntomas nuevos y más
serios meses o hasta años más
tarde.
7. El TEPT provoca que el sujeto se
sienta estresado y asustado
después de pasado el peligro.
Afecta su vida y a la gente que le
rodea.
El TEPT puede causar problemas
como:
•Flashbacks o el sentimiento de que
el evento está sucediendo
nuevamente
•Dificultad para dormir o pesadillas
•Sentimiento de soledad
•Explosiones de ira
•Sentimientos de preocupación,
culpa o tristeza
8. Aunque este trastorno puede originarse debido a diferentes situaciones,
como violaciones, abusos físicos, amenazas de muerte, torturas, etc. los
casos más comunes y actuales son los de los veteranos de guerra.
Los soldados que han retornado de Vietnam y de Iraq presentan historias
de depresión, otros trastornos afectivos, abuso del alcohol, problemas de
aprendizaje e hiperactividad. El comportamiento del corazón, además de
los fuertes cambios en los niveles de cortisona, marca el nivel de estrés de
estos soldados. La presencia prolongada del estrés postraumático hace
que se concentren en situaciones de riesgo y eso les genera más estrés al
imaginarse lo que puede venir.
Una de las problemáticas más frecuentes en estos soldados es que ante
situaciones sencillas no tienen la capacidad de control. No les gusta estar
rodeados de gente, los gritos, no se dan cuentan por qué se sienten
temerosos. Si están ansiosos la única manera de controlarse es evadiendo
la situación a través del alcohol o las drogas.
9. Para combatir el TEPT, se están utilizando diferentes
terapias de exposición, un procedimiento de extinción de
fobias. Para ello, se utiliza la realidad virtual. La terapia
combina escenas de realismo callejero, sonidos e incluso
olores para contribuir a que los pacientes alivien sus
problemas en un ambiente controlado.
La terapia de exposición no es mostrarles imágenes de
fuego o de guerra, porque eso lo guardan en su memoria,
sino más bien se les introduce poco a poco en esa situación
donde manifiesten estados de ansiedad y empiecen a contar
su historia para volverla a vivenciar. Se recolecta esa
información y en cada una de las sesiones se expone a lo
que ellos temen, aumentando o reduciendo la ansiedad sin
que la evadan.
Así mismo, lo que se pretende con este tipo de terapias es
que los pacientes puedan retornar su vida normal, que sean
capaces de salir de sus casas, trabajar y continuar con sus
relaciones normales, en sus familias y con sus seres
queridos.
11. El trastorno de personalidad antisocial es una patología de índole
psíquico, las personas que la padecen pierden la noción de la
importancia de las normas sociales, como son las leyes y los
derechos individuales. Si bien puede ser detectada a partir de los
18 años de edad, se estima que los síntomas y características
vienen desarrollándose desde la adolescencia.
Las personas que padecen este trastorno sufren un mal de índole
psiquiátrico, un grave cuadro de personalidad antisocial que les
hace rehuir las normas preestablecidas; no saben o no pueden
adaptarse a ellas. A pesar de que saben que están haciendo un
mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, cometiendo
incluso delitos graves.
Se estima que este trastorno es causado por una variedad de
factores. Muchos son de índole genético, pero también tiene
mucha importancia el entorno de la persona, especialmente el de
los familiares directos, en su posterior desarrollo. Los
investigadores también consideran que existen factores biológicos
que pueden contribuir en su progreso. La manifestación de
procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles
daños en las partes del cerebro que atañen a la toma de
12. Entre las características más comunes del TPA se
encuentran la ausencia de empatía y remordimiento,
también una visión de la autoestima distorsionada, una
constante búsqueda de nuevas sensaciones, la
deshumanización de la víctima o la falta de preocupación
a las consecuencias. El egocentrismo, la megalomanía,
la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de
hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación
por experimentar sensaciones de control y poder también
son muy comunes.
Dentro de los síntomas comunes que pueden prevalecer
en la conducta antisocial, se encuentra el síndrome de
aislamiento. Este síndrome es también nombrado como
huida o evitación, y está caracterizado por su
peculiaridad de aislamiento, pero se manifiesta como una
tendencia a evadir o evitar relaciones y/o contacto con
las exigencias sociales. Según los estudios realizados,
estos individuos sufren la crítica, el rechazo, o desprecio
de la sociedad, por tanto por medio de esa incomodidad
utilizan un método de defensa para evitar esas
dificultades.
13. Las personas con trastorno de personalidad antisocial no
logran admitir que están frente a un problema que debe
ser tratado. Es por ello que es fundamental que exista un
estímulo externo que les permita aceptar dicha condición.
Puede venir desde la propia familia como también desde la
justicia, que le ordene un tratamiento en vistas de los
problemas que le puede acarrear.
Muchos tipos de terapia pueden colaborar a sobrellevar de
mejor modo la enfermedad. La terapia grupal puede ser
clave para hacer entender a la persona que puede
interactuar con los demás sin necesidad de violencia o
desprecio. La terapia de comportamiento cognitivo y la
terapia de modificación pueden contribuir a alterar los
patrones problemáticos de pensamiento que el tratado
posee y a estimular los comportamientos positivos en
sociedad.
Dentro de la órbita psiquiátrica, los medicamentos se usan
para combatir síntomas específicos, como la agresividad y
la irritabilidad.
15. La psicopatía es un trastorno antisocial de la personalidad.
A diferencia de otros trastornos, no existe un
comportamiento único definido en una persona con los que
se pueda discernir de forma inequívoca a un psicópata de
una persona normal. Un psicópata está mejor definido
como una persona que es "más o menos psicopática.
Los psicópatas tienden a crear códigos propios de
comportamiento, por lo cual sólo sienten culpa al infringir
sus propios. Sin embargo, estas personas sí tienen
conocimiento de los usos sociales, por lo que su
comportamiento es adaptativo y pasa inadvertido para la
mayoría de las personas.
No existe evidencia real sobre las posibles causas, sin
embargo, se cree que factores genéticos y ambientales,
como el maltrato infantil o abuso infantil, contribuyen a su
desarrollo. Las personas de padres antisociales o
alcohólicos corren mayor riesgo. Los hombres han
resultado más afectados que las mujeres.
16. Algunos de los psicólogos que han estudiado más a fondo
la psicopatía son Hervey Cleckley y Robert Hare. Hare se
basó en el trabajo previo de Cleckley y estableció las
veinte características que definen a un psicópata
(Psychopathy Checklist), entre las que podemos destacar:
•Gran capacidad verbal y un encanto superficial.
•Autoestima exagerada.
•Necesidad de obtener estímulos y tendencia al
aburrimiento.
•Tendencia a mentir de forma patológica.
•Comportamiento malicioso y manipulador.
•Carencia de culpa o de cualquier tipo de remordimiento.
•Afectividad frívola, con una respuesta emocional
superficial.
•Carencia de empatía. Crueldad e insensibilidad.
•Estilo de vida parasitario..
•Vida sexual promiscua.
•Falta de metas realistas a largo plazo.
•Actitud impulsiva.
•Incapacidad patológica para aceptar responsabilidad
sobre sus propios actos.
17. La psicopatía es habitualmente relacionada con la
violencia, y aunque gran parte de los asesinos en
serie y líderes sectarios pueden ser considerados
como psicópatas, no todos los casos son iguales.
La psicopatía es un tipo de personalidad
habitualmente mitificada y mal entendida en la
sociedad. De este modo, a través de películas y
prensa popular se ha transmitido una imagen
exagerada o directamente errónea.
La psicopatía existe tanto en el mundo criminal
como en el mundo civilizado y muchos psicópatas
no tienen ninguna historia de violencia en su
pasado.