1. ALGO MÁS SOBRE LA PARTIDA DE GABO
Ilustración tomada del sitio web de Ucrostravel.com
El muy ilustre Gabriel García Márquez terminó su ciclo vital en este plano
esta semana. Colombia está de luto, Hispanoamérica llora a uno de sus
grandes en las letras y ríos de tinta discurren por las páginas de incontables
diarios y revistas, así como trillones de bits y bites inundan los servidores y
las pantallas de los computadores, hablando y pontificando sobre el tema. No
existe prácticamente un colombiano de mi generación que no haya sido
tocado por la vida de este hombre fuera de lo común y no está por tanto de
más que uno intente compartir un comentario sobre el tema.
2. Diifícil sería agregar algo sobre las calidades de Gabo, el escritor. El haberme
adentrado en las páginas de “Cien Años” me abrió la puerta de ese delirante
universo macondiano expresando con toda su fuerza el enorme poder del
“realismo mágico” pleno de ideas y situaciones rayanas en lo absurdo y lo
imposible y aun así, ricas en contextos y mensajes muy potentes. Los “Cien
Años” no fueron la única obra suya que leí. Desde luego, incontables artículos
y reportajes suyos en multitud de periódicos y revistas, incluyendo la muy
discutida “Alternativa” que ocasionalmente adquiría en mis tiempos de
juventud; también trasegué por las páginas de la Triste historia de la Cándida
Eréndira, la Hojarasca, el Coronel y los Doce Cuentos Peregrinos… entre las
obras que recuerdo. Un ensayo suyo, “Presagio” me impactó muy
fuertemente en algún momento importante de la vida y lo vi con gran
satisfacción llevado al cine, al igual que otras obras suyas.
Examinando el caso de Gabo, quien se dejó seducir de buena gana por las
ideas de izquierda, violencia y “revolución”, amigo de líderes de las más
diversas corrientes y estilos, me doy cuenta que ser excelente en un campo
de la vida no nos exime de exhibir carencias o falencias protuberantes en
otros. Así, todo el respeto y loa que me merece en exceso el literato se
compensa con el disentimiento y el rechazo que me genera su contubernio
con la amargura, la represión y la violencia. Eso es claro para mí y no tengo el
más mínimo reparo en compartir todo el despliegue brindado por tanta
gente para exaltar al lado brillante de este colombiano extraordinario, que
partió de este mundo esta semana dejando un legado amplio, polivalente,
ciertamente enorme.
Oscar Ayala Arana
Santiago de Cali, Abril 19 de 2014
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Oscar Ayala es un ciudadano colombiano, pensador, humanista, economista
y analista del devenir humano.