1. La convivencia crea tensiones fuertes que hacen difícil y conflictiva la vida en comunidad.
Las tensiones surgen cuando lo que queremos como sujetos individuales no coincide con
aquello que los otros desean.
En muchas ocasiones es preciso elegir, tomar una decisión no solo sobre asuntos triviales
sino sobre cuestiones que de alguna manera pueden llegar a comprometer el futuro de la
propia vida y la de otros. En la vida cotidiana los seres humanos contamos con recursos
para actuar como reglas de acción, según las cuales orientamos y regimos nuestro actuar,
regulando nuestras actividades, el trato mutuo, las maneras de enfrentar los problemas y
de dirimir los conflictos. Cuando hablamos de reglas de acción nos estamos refiriendo a
aspectos como: prácticas mecánicas, creencias, hábitos y rituales, reglas o valores,
sentimientos y juicios; aspectos que se llaman moral habitual. Sin embargo, muchas veces
nos vemos enfrentados a situaciones muy complejas que nos exigen una toma de decisión
acertada y responsable, para la cual no es suficiente esa moral habitual. Nos enfrentamos
a situaciones en que no es simple elegir entre dos alternativas buena o mala, sino ante
verdaderos dilemas morales. Esto ocurre cuando dos o mas bienes de la vida humana
(fortuna, sabiduría, poder, vínculos emocionales, honor, placer), entran en conflicto y
resulta inútil pretender mantener ambos. Optar por un bien puede implicar en muchos
casos la pérdida de otro, aunque los dos bienes sean valiosos para nuestra vida.
Se hace necesario y primordial dar solución a los conflictos que genera la vida en
comunidad, para lo cual es necesario que actuemos guiándonos por la capacidad que nos
otorga nuestra naturaleza humana de analizar cuidadosamente los múltiples factores que
están involucrados. Como lo afirma Dewey, la moral no es un listado de prescripciones,
sino una forma de inteligencia social fuertemente ligada a nuestra competencia
intelectual, a nuestra sensibilidad y a nuestra capacidad de respuesta emocional; todas
ellas nos disponen para la acción y son formas de la razón que podemos educar, que
podemos hacer crecer.
La moral se puede educar. Es así como la educación moral supone desarrollar diariamente
en la interacción con los otros, una forma de razonamiento y sensibilidad sobre los
problemas morales, una capacidad de empatía y de discernimiento sobre los problemas
sociales y sus posibles alternativas de solución, un uso creativo y responsable de la
racionalidad, para generar alternativas justas de los conflictos de la vida cotidiana.
Un rasgo de nuestra condición humana es que no solo optamos y actuamos sino que
también pretendemos justificar los motivos de nuestras acciones.
Para abordar situaciones verdaderamente dilemáticas o conflictos morales nos remitamos
a un nivel superior de reflexión, a una moral pensada en suma a la ética. Etica significa dar
2. razón de la moral, justificar porque el ser humano se preocupa y ocupa por ser moral,
ayudar a discernir criterios que podamos considerar sensatos a la hora de aprobar
determinados motivos del obrar, sustentar la validez de nuestras razones. La ética de los
máximos se refiere al proyecto de vida personal, a la concepción propia de bien o de
felicidad que dan coherencia y sentido a la vida del sujeto en su comunidad particular.
La ética de los mínimos hace mención a las normas mínimas o básicas que pueden ser
candidatas al acuerdo colectivo (lo mínimo en lo que podemos ponernos de acuerdo
quienes pensamos diferente)
Asi este origen humano de las normas que abre la posibilidad de cuestionarlas, de
cambiarlas, de reconstruirlas en la medida en que su validez se torne problemática,
rescata la noción de autodeterminación. Noción que viene del planteamiento de Kant
sobre la autonomía moral de las personas. Rawles y Habermas ampliaron este concepto,
planteando que esta no se desarrolla individualmente, sino que nos hacemos autónomos
con otros, en u proceso de relación intersubjetiva en la cual se respetan las perspectivas
de otros y uno se descentra de la propia.
En concordancia con lo anterior la meta fundamental de la educación moral debe ser el
desarrollo de la autonomía. Piaget, Kohlberg y Kamii, han planteado que la esencia de la
autonomía es que los niños lleguen a ser capaces de gobernarse a sí mismos y tomar sus
propias decisiones teniendo en cuenta los diversos factores involucrados en una situación
que concierne a otros.
La formación moral tiene dos componentes: (1) La construcción de uno contenidos
valorativos y las respectivas jerarquías de valores y (2) la construcción de las
competencias del juicio o el razonamiento moral.
Los contenidos valorativos están dados por el andamiaje mental del que dispone la
persona vinculado a su escala de valores.
El razonamiento moral o formas de la razón que permiten la toma de decisiones morales o
justas están dadas por seis formas de razonamiento: la descentración, la sensibilidad
empática, la coordinación de diversas perspectivas, la contextualización sistemática, la
argumentación y la reflexión crítica.
HERRAMIENTA DE LOS DILEMAS MORALES
Un dilema es una breve historia sobre un personaje que enfrenta una situación difícil y
tiene que tomar una decisión sobre la mejor acción a seguir. Aquella que tome involucra
aspectos importantes de su vida, pero también puede afectar a otras personas. Por esta
razón, el personaje debe tomar una decisión que sea buena, correcta o justa consigo
3. mismo y con los demás que se verán afectados por ella; de allí que deba enfrentarse a una
decisión moral. Las diversas alternativas tienen aspectos positivos y negativos, tanto para
él como para las otras personas, y el personaje tiene razones y valores que considera
importantes para justificar una u otra solución. Por esto el dilema no tiene una respuesta
única, ni podemos decir que alguna sea, de antemano correcta o incorrecta.
Para que una situación sea un auténtico dilema debe contener los siguientes ingredientes:
1. El dilema debe girar en torno a la toma de una decisión ante un conflicto moral
auténtico con el que las personas puedan sentirse identificadas. El conflicto moral
constituye el eje del dilema (foco)
2. La historia debe incluir otras personas o grupos que se vean afectados por la
decisión del personaje central.
3. El dilema debe plantear una posibilidad real de escoger entre dos alternativas
respaldadas por buenas razones.
4. El dilema se debe cerrar con una pregunta central que plantee si el personaje debe
o nó hacer algo, o qué debe hacer ante una situación x.
5. El dilema debe llevar a las personas a experimentar un conflicto moral o valorativo
que confronte sus concepciones éticas y les permita cuestionarlas, transformarlas
o enriquecerlas.
6. El análisis del dilema se debe desarrollar a través de diversas preguntas que hagan
más complejo el problema y exijan profundización.