Este documento es una carta de despedida a un padre que está por emprender un viaje. La carta describe el día como uno de alegría y celebración para el comienzo de un nuevo viaje del padre. Se destaca la dedicación y esfuerzo del padre a lo largo de su vida para servir a otros como médico y para su familia. Finalmente, la carta desea un buen viaje al padre y expresa la gratitud por todo lo que enseñó.
1. HOY, ES EL RADIANTE COMIENZO DE TU VIAJE
Papá…
Hoy es día de flores, de fiesta, de música, risas, juegos y alegría…
Es día para estar muy alegre, regocijado, cantando, silbando, bailando, ciertamente
un día para disfrutarlo con el mejor y más fino humor… un día deslumbrante, que
durará más que todos y aunque tendrá infinidad de estrellas, no conocerá la noche…
Un día ideal para regodearse con la belleza serena de las flores, para disfrutar de las
voces que entonan hermosísimas canciones y melodías en tu honor…
Es el día para degustar del mejor pan y el mejor vino, las viandas más exquisitas de
la tierra servidas para ti…
Es día de re-encuentro, de volver a ver infinidad de amigos y seres tan significativos,
que te quieren y te han esperado tanto, algunos largo tiempo...
Hoy estás tan bien, que no necesitas apoyos de ninguna clase para sentirte
verdaderamente regio, animoso, radiante, desbordante… e infinidad de personas que
vienen a tu encuentro te saludan y agradecen por tantas cosas buenas que has
brindado, llegan a tu encuentro con respeto, admiración y alegría…
Es el día para emprender otro gran viaje, uno de los que tanto te gustan, el más
maravilloso de todos, pero uno que precisado de todo lo ganado y aprendido en todos
tus recorridos anteriores…
Y henos aquí a todos, expectantes en la antesala de tu maravilloso viaje,
desbordantes de alegría… todo el itinerario está listo, sin más equipaje que tu
enorme deseo de conocer, de saber y experimentar… Y todos aquí, cercanos a la
puerta, nos regocijamos, no sólo por ti, porque estás tan alegre y ansioso, sino
también porque muchos de nosotros queremos seguirte en ese viaje tan trabajado y
prometedor… sabedores que aunque toma tanto trabajo y contenido, vale la pena, es
hermoso, es pleno y es real.
Darse cuenta de lo que tomó llegar a este día es maravilloso… es difícil pensar en un
tiquete de viaje obtenido con mayores méritos, ganado a pulso y con tesón, sin
ningún descuento ni prebenda, sólo a punta de enorme esfuerzo y dedicación, y nos
hemos preguntado por qué no hay derecho de que lleves acompañantes… con tus
merecimientos deberías poder llevar a muchos, pero sin embargo no… es Tu Viaje y
sólo hay un puesto. El tuyo.
Aunque estamos tan alegres, hay algo por allá dentro del pecho, muy cerca de
estómago en un lugar que no sé precisar, produciendo una sensación especial, algo
extraño, mezcla de nostalgia y ansiedad, algo que impulsa una que otra lagrimita,
quizás porque sabemos que Tú no vas a volver y que la única alternativa que tenemos
será seguirte algún día, cuando reunamos tu nivel de audacia, coraje y voluntad.
2. Finalmente tu tiquete lo has ganado con una combinación de muchas cosas, pero
principalmente por haber sido un hombre comprometido con la vida, un hombre que
se ha tomado a pecho su profesión y a través de ella se ha comprometido a servir,
acompañar y consolar a sus semejantes. Un hombre que no ha cesado nunca de
contribuir y de dar de lo mucho que gana, precisamente en su diario proceso de
compartirlo todo. Un hombre cuya pasión por servir ha sido su razón de vivir, cuya
generosidad no ha conocido límite, con una capacidad de observar, analizar,
correlacionar y aplicar la medicina no sólo de manera efectiva, sino también de
forma compasiva y muy humana, en una combinación fuera de serie… Un hombre
dotado de una férrea voluntad e incansable perseverancia, siempre a la caza de
realizaciones. Y un ser adornado de extraordinario don de gentes, trataste por igual
a todos y tu capacidad de compartir y enseñar fueron admirables, generadoras de
gratitud y respeto de infinidad de personas que te tratamos y recibimos tanto de ti.
Igualmente, un hombre de paz… para ti la violencia no es opción y esa es una de tus
grandes enseñanzas; pese a las dificultades, el buen humor contigo se impone
siempre y pasa la página. Un hombre de admiración por el arte y la belleza, y para
eso te supiste acompañar en la vida de un ser que te ha complementado
maravillosamente en ese aspecto y con quien has realizado tu quizás mayor
contribución: tus frutos del amor, que junto con Mireya, tu esposa, tus hijos y nietos
así como tu familia de sangre formada con tus padres, trece hermanos e
innumerables primos y sobrinos, conformamos ese círculo de amor que ha tenido el
privilegio de tenerte cerca y disfrutar de tu ser durante tantos años… 97 y medio…
bueno, redondeando, digamos que son cien, como es tu gran deseo completar aquí
en esta tierra antes de Tu Viaje.
Para poder dar en la vida, es menester recibir… y tú tuviste el enorme privilegio de
recibir mucho de los tuyos, de doña Paulina, don Agustín, de tus mayores y tus
hermanos en tu hogar paterno. Con todo el legado de familia y de la ciencia,
acrecentaste un acervo impresionaste y de lo mucho que obtuviste no has tenido
reparo en compartir y repartir. Entonces, querido papá, tienes más que ganado tu
puesto en el viaje. Nosotros nos alegramos por eso y en gran parte también por
haber tenido la dicha y el privilegio de tener tan amoroso maestro que con tanta
claridad nos ha mostrado el camino.
Buen viaje papá. Gracias decirlo todo, enseñarlo todo, compartirlo todo, por darte
todo... El viaje que hoy emprendes es el más anhelado y maravilloso de todos, tanto,
quela imaginación no puede ni siquiera adivinarlo. Vuela alto, padre mío y no tengas
ya más cuidado por nosotros, vamos a estar muy bien… ten por seguro que
seguiremos tu ejemplo y con seguridad y el favor de Dios, muy pronto nos
reencontraremos.
Oscar Ayala Arana
Cali, 1 de Diciembre de 2013