1. Los retos de la mundialización
Un mundo del trabajo en vertiginoso cambio
Se entiende por mundialización la progresiva integración de las sociedades
y de las economías nacionales en diferentes partes del mundo. Está
impulsada por la interacción de los avances tecnológicos, las reformas en el
comercio y la política de inversiones, y las cambiantes estrategias de
producción, organización y comercialización de las empresas
multinacionales. El ritmo y la profundidad de la mundialización difieren
según los países y las regiones, pero los principales aspectos económicos
del proceso son básicamente idénticos.
Efectos de la mundialización
Se ha intensificado la competencia entre empresas en los
mercados de exportación y entre países que pretenden atraer
y acrecentar la inversión directa extranjera
Están emergiendo en todo el mundo nuevos centros de
producción a medida que las empresas multinacionales
internacionalizan su producción y se concentran en la
especialización de productos
Las empresas multinacionales están jugando un papel capital.
Sus ingresos totales y sus inversiones directas en el
extranjero ascendieron al 21% del PIB mundial en 1997
Las transacciones financieras a corto plazo están superando
las exportaciones mundiales. En 1989, por ejemplo, el
promedio de giro diario en los mercados monetarios de
cambio mundiales equivalía a 56 veces el volumen diario de
las exportaciones de bienes y servicios. En 1998, según la
OIT, ascendía como mínimo a 78 veces esas exportaciones
La innovación tecnológica, y en especial la convergencia de
las tecnologías de información y comunicación, ha
transformado los procesos de producción, acortado los ciclos
de vida de los productos y revolucionado los servicios
haciendo que sean más los que se pueden comercializar
Mundialización: las oportunidades
Se están creando puestos de trabajo a medida que aumentan las
oportunidades de las empresas con la reducción de las barreras comerciales
y la descentralización de la producción para aprovechar los beneficios
específicos derivados de la ubicación de sus instalaciones (por ejemplo,
trabajo barato no adiestrado o adiestrado). El caso más llamativo es el de
las zonas francas de exportación (ZFE), como se describe en otro lugar.
2. Otras novedades son la subcontratación de actividades por las empresas, la
mayor especialización y nuevas formas de organización del trabajo. Todas
tienen algunos efectos positivos sobre el empleo, directos e indirectos. La
extensión de la subcontratación ha generado como mínimo 200 millones de
empleos en todo el mundo. Las nuevas formas de organización del trabajo
han traído consigo un aumento de formas de empleo no estándares, con
ventajas para determinados grupos. Trabajadores con responsabilidades
familiares, profesionales altamente capacitados, migrantes y adultos
enrolados en algún tipo de formación han podido optar por trabajos a
tiempo parcial, temporales, desde el propio hogar o por un tiempo
determinado.
La mayor especialización y la aplicación generalizada de tecnologías
avanzadas han estimulado un aumento de la demanda de mano de obra
adiestrada en campos como la tecnología de la información, los servicios
financieros (y otros) especializada a las empresas, la ingeniería de
materiales y la biotecnología. En conjunto, las oportunidades de empleo
para las mujeres en los sectores de acto desarrollo siguen siendo limitadas,
principalmente porque no han recibido la formación profesional requerida.
¿Qué mundialización?
2003-10-10
Los pueblos de Porto Alegre y los pueblos de Davos-Nueva
York luchan por la globalización. ¿Cuál globalización? Los poderosos,
que por eso son poderosos, se apropiaron de la palabra globalización y
le impusieron un significado que sirve a sus intereses. Es el proceso
mundial de homogenización del modo de producción capitalista, de
mundialización de los mercados y de las transacciones financieras, de
entrelazamiento de las redes de comunicación y del control mundial de
las imágenes y de las informaciones. La lógica que lo preside es la de la
competición de todos contra todos. Aquí reside el drama formulado
por el genetista francés Albert Jaquard: “El fin de una sociedad es el
intercambio. Una sociedad cuyo motor es la competición es una
sociedad que me propone el suicidio. Si me pongo a competir con otro
no puedo intercambiar con él, debo eliminarlo, destruirlo.”
Eso es exactamente lo que está ocurriendo con la mundialización
propuesta por el pueblo de Davos-Nueva York. O usted está en el
mercado competitivo,vence y existe,o usted es derrotado,desiste y no
existe.Entre las víctimas de esta lógica se encuentra casi la mitad de la
humanidad, condenada a la exclusión despiadada y desprovista de
cualquier sostenibilidad. ¿Puede ser humano un proyecto global que
3. elimina a los humanos o los convierte en mero carbón –recordando al
añorado Darcy Ribeiro- de la máquina productiva?
Frente a esta crueldad, adquiere dignidad ética la alternativa
propuesta por el pueblo de Porto Alegre. Niega ese tipo de
mundialización tiranosáurica. Propone otra globalización que pasa por
la solidaridad a partir de abajo, por la mundialización de los derechos
humanos, por la socialización de la democracia como valor universal,
por el control social de los capitales especulativos; pasa, igualmente,
por la aplicación en todas las economías de la tasa Tobin, por la
creación de instancias de gobierno mundial, por la universalización del
cuidado para con la Tierra y con los ecosistemas y por la valoración de
la dimensión espiritual del ser humano y del universo. El pueblo de
Porto Alegre se convierte así en guardián de la humanidad mínima.
Afirma la posibilidad real de vivir juntos como humanos y nos muestra
cómo debemos pasar de la conciencia de nación y de clase a la
conciencia de especie y de planeta Tierra. Solamente este tipo de
mundialización construye la Tierra como Casa Común de los humanos
y de toda la comunidad de vida