María de la Cruz, de 79 años, trabaja como costurera desde hace 60 años en su casa en Rosario, Santa Fe. Toma medidas de los clientes, corta y cose telas usando una máquina de coser y manualmente para completar los trabajos. Trabaja largas horas de lunes a domingo debido al pequeño espacio de trabajo y la falta de luz adecuada. Sus condiciones de trabajo inadecuadas a lo largo de su vida, como el asiento y la ubicación de los materiales, han causado problemas de salud como escoliosis y dolores de cabeza y