Este documento discute los conceptos de naturaleza, cultura y ritual. Argumenta que los rituales tienden a legitimar límites arbitrarios y asignar características naturales a constructos sociales. También cuestiona la dicotomía moderna entre naturaleza y cultura, señalando que esta distinción es una construcción cultural occidental y que la interacción entre sociedad y ambiente siempre ha implicado hibridación. Finalmente, propone reexaminar categorías dualistas de la modernidad a la luz de sus límites difusos.