2. El 17 de abril de 1625 da
comienzo los trámites que darán inicio
a la fundación de la CM. Todavía no se
tenía muy en claro el nombre que
llevaría: ¿compañía? ¿congregación?
¿cofradía?
Motivos y fines: Lo que estaba
claro eran los motivos y fines de la
obra: atender a las necesidades
espirituales del pobre pueblo del
campo, por ser los más abandonados.
La estructura jurídica: Vicente
como director vitalicio, dejando a su
cargo la elección de sus
colaboradores. Y que a la muerte de
este, los restantes miembros
elegirían, por mayoría de votos, un
nuevo superior.
3. Compromiso de no predicar en
ciudades donde hubiese arzobispado,
episcopado o presidial; los miembros “se
dedicarían por entero al cuidado
del pobre pueblo del campo”.
Siempre de modo gratuito (solventando
los gastos por las rentas de la fundación).
Se contaba con un reglamento
comunitario donde se trazaban las líneas
fundamentales del mismo: vida en común
bajo la obediencia a Vicente, trabajando
donde les solicitasen.
El campo de acción eran las tierras
del señor y la señora de Gondi, con la
obligación de misionarlas por entero cada
5 años.
A cambio de todo ello, los señores de
Gondi dotaban a la asociación con un
capital social de 45, 000 libras.
Compromiso de no predicar en
ciudades donde hubiese arzobispado,
episcopado o presidial; los miembros “se
dedicarían por entero al cuidado
del pobre pueblo del campo”.
Siempre de modo gratuito (solventando
los gastos por las rentas de la fundación).
Se contaba con un reglamento
comunitario donde se trazaban las líneas
fundamentales del mismo: vida en común
bajo la obediencia a Vicente, trabajando
donde les solicitasen.
El campo de acción eran las tierras
del señor y la señora de Gondi, con la
obligación de misionarlas por entero cada
5 años.
A cambio de todo ello, los señores de
Gondi dotaban a la asociación con un
capital social de 45, 000 libras.
CaracterísticasCaracterísticas
::
4. Muere a los 2 meses de firmar el contrato fundacional ( junio
1625). Desaparecía discreta como una flor que ha dado todo
su perfume.
Vicente la acompaña y la asiste en sus últimos momentos, y se
le pide que nunca abandone sus tesoros más queridos: esposo
e hijos.
Su misión en casa de los Gondi había terminado, errándose un
círculo importante de su vida.
Margarita de Silly
(esposa de Felipe)
5. Felipe Manuel de Gondi
fue enterado del
fallecimiento de su esposa
por Vicente.
Para sorpresa de todos,
Felipe toma la resolución
de abandonar las
cuestiones de guerra y de
galeras para abrazar el
estado eclesiástico.
Ingresó al Oratorio y
empezaba a prepararse
para recibir las órdenes
sagradas. En 1626 sería
conocido como el P. Gondi.
6. Rotos los lazos que le retenían en el palacio de los Gondi,
Vicente se vio libre de dedicar todo su tiempo a las misiones y
al desarrollo de la naciente Congregación. Se traslada a Bons
Enfants; su único compañero incondicional, el P. Antonio Portail
y otro sacerdote a quien se le pagó 50 escudos: “los 3 ibamos a
predicar y dar misiones de aldea en aldea…yo no tenía
entonces más que un solo sermón, al que le daba mil vueltas:
era sobre el temor de Dios”.
Su mayor preocupación era reunir el pequeño grupo de
misioneros, para asumir de lleno su compromiso contraído.
Tenía para ello un año de plazo.
Era necesario, no sólo predicar misiones «ocasionales«, sino de
manera «estable». No faltaron resistencias e incomprensiones:
2 candidatos fallaron a ultima hora; la situación de salud hizo
desistir a otros.
Con la aprobación de la autoridad eclesiástica en 1626 por el
arzobispo de París, Juan Francisco de Gondi, y la firma ante
notario el 4 de septiembre del acta fundacional de la pequeña
congregación, compañía o cofradía. 3 sacerdotes formaban
parte de ella: el P. Portail, el P. Francisco Du Coudray y Juan de
la Salle. Poco después se incorporaban a la comunidad otros
cuatro miembros. La pequeña compañía dejaba de ser algo
consignado sólo en papel, y así se hizo una realidad.
7. En Gannes – Folléville,
en Chatillón: Vicente
descubre el abandono
espiritual del pueblo
campesino: «un pueblo
que se condena por no
saber las cosas
necesarias para la
salvación y no
confesarse».
El objetivo de dichas
misiones era «una nueva
fundación del
cristianismo» (una nueva
evangelización».
8. Vicente comprendió que había
llegado el momento de quemar
las naves…(los temores y
seguridades)…para darle paso a
la providencia.
Desprenderse de sus propiedades
personales
Renuncia de todos sus bienes paternos
Renuncia a bienes de otros géneros
La muerte de su madre (antes de 1627).
La muerte de Bérulle (su primer maestro
y directo1629).
La muerte de Margarita de Silly (1625)
Desaparecían los afectos del
pasado; empezaban a rodearle los
amigos del porvenir.
9. Además, el contrato
fundacional estipulaba que los
miembros de la CM debían
renunciar a todo cargo o
beneficio eclesiástico para
pertenecer a ella. Vicente debía
ser el primero en cumplir. Sólo
quedaba uno pendiente: el de
la parroquia de Clichy, cuya
titularidad había conservado, y
había llegado el momento de
desprenderse de ella. También
renunciaba al colegio de Bons
Enfants, que había recibido a
título personal. Pero en la
intención del arzobispo de París
(Juan Francisco de Gondi), el
destino del mismo era servir de
domicilio social a la CM. Por
eso Vicente, hace recaer en la
comunidad la titularidad del
10. Paralelamente al
desprendimiento de bienes
materiales se realiza en Vicente
un despojo interior. Esto sucede
cuando un miembro de la familia
se presenta en el Colegio, y
siente vergüenza de él por tener
aspecto pueblerino. Era la vuelta
de los viejos demonios de la
adolescencia (cuando se
avergonzó de su padre por estar
cojo y mal vestido). Sin embargo,
se sobrepuso con rapidez: salió
corriendo de su habitación y en
plena calle lo abrazó y lo besó y
lo fue presentando uno a uno de
los miembros de la compañía:
¡Aquí tienen al miembro más
distinguido de la familia!. El
canónigo Saint Martin presenció
personalmente el episodio, y es
él quien nos lo ha transmitido.
11. Por fin quedaba definitivamente
enterrado el primer Vicente, el
de los sueños de grandeza
mundana, el del estado
eclesiástico entendido como
medio de promoción social de su
familia. Se encontraba ahora en
la otra orilla, con un puñado de
jóvenes sacerdotes, quienes le
miraban como padre y maestro y
que todo lo esperaban de él.
Era una comunidad a la que había
que construir desde sus
cimientos y labrar las piedras
que iban a formarla. La tarea era
inmensa. Las dificultades no
iban a faltar.